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Publicaciones por etiqueta

TDAH

41 Publicaciones
  • Análisis

Necesitamos cambiar el nombre del TDAH

  • Equipo de Redacción
  • 08/03/2021

En psiquiatría, los manuales determinan qué nombres (o clasificaciones) damos a las dificultades que enfrentan las personas. Los usamos para que cuando decimos TDAH, esquizofrenia o depresión, la gente tenga una idea más o menos consistente de lo que queremos decir. Además, nos permite estudiar grupos de personas con la misma clasificación y conocer tratamientos y pronósticos.

Sin embargo, un efecto secundario grave y a menudo pasado por alto de esta práctica es que estos nombres sugieren implícitamente causalidad. Todos los términos de clasificación que usamos se refieren a trastornos que causan síntomas y, por lo tanto, sugieren que comprendemos las causas de los problemas. Como mínimo, el término trastorno sugiere una estructura causal común, que va en contra de todo nuestro conocimiento actual sobre la heterogeneidad causal en psiquiatría. Además, estas clasificaciones se aplican a individuos y, por lo tanto, sugieren que las causas recaen principalmente en el individuo afectado.

Los manuales psiquiátricos más comunes (DSM-5 e ICD-11) son claros sobre el estado de sus clasificaciones: son puramente descriptivos y no se basan en causas subyacentes. Aún así, en la práctica, decimos cosas como «no presta atención en la escuela porque tiene TDAH». Es una explicación circular: un niño no presta atención debido a su falta de atención. Cuando decimos que alguien tiene un déficit de atención, nos inclinamos a buscar la causa del problema. Pero cuando decimos que alguien tiene un trastorno por déficit de atención, podríamos asumir erróneamente que ya hemos encontrado la causa. O suponer que la causa está ubicada en algún lugar del cerebro del individuo.

En la superficie, esto puede parecer un error tonto e inocente. Sin embargo, los investigadores han demostrado una y otra vez que esto coloca sistemáticamente el problema en el individuo y desvía nuestro enfoque del contexto (por ejemplo, familia / escuela / trabajo) que puede provocar y mantener el problema.

Un ejemplo claro es el efecto de la edad relativa en el TDAH. Los estudiantes más jóvenes de la clase son diagnosticados con TDAH con más frecuencia y reciben más medicamentos para el TDAH que sus compañeros mayores. Es la viva imagen del conocido efecto de la edad relativa en los deportes profesionales, donde la madurez relativa de los atletas jóvenes se confunde con el talento. Parece que en los diagnósticos de TDAH, la inmadurez relativa puede confundirse con el TDAH; una consecuencia de que estos niños sean comparados injusta y desfavorablemente con sus compañeros mayores.

¿Entonces, cómo funciona esto? ¿Cómo nuestro sistema de clasificación psiquiátrica desvía nuestra atención del contexto del niño y sus problemas? Cuando un niño relativamente pequeño presenta problemas de atención, inmediatamente surge el diagnóstico de TDAH. Es un nombre que es comprensible para los médicos, padres y maestros. Además, como el término TDAH se refiere implícitamente a una causa conocida, este nombre parece proporcionar una explicación y una perspectiva clara para el tratamiento. Como resultado, se pasa por alto un elemento del contexto del niño, ser joven en comparación con sus compañeros de clase. Y como tal, se pierde un posible punto de partida para las intervenciones. La pregunta «¿Cómo podemos manejar mejor las dificultades de este niño en este contexto particular?» se reemplaza por «¿Cómo podemos tratar mejor su TDAH?”.

Además, el contexto individual tiene una contraparte aún más esquiva: el contexto social. Por ejemplo, los sistemas escolares con mayor flexibilidad para el ingreso tardío de los niños a la escuela (logran adaptarse mejor al desarrollo de un niño) también parecen tener tasas más bajas de TDAH.

Los elementos del contexto individual de un niño que pueden pasarse por alto incluyen el divorcio, los problemas para dormir o la pobreza. Sin embargo, los médicos están capacitados para considerar contextos individuales y, por lo tanto, están equipados para evadir algunos de los riesgos de falsa causalidad (con la excepción del efecto relativo de la edad). Por el contrario, el contexto social de un niño (por ejemplo, las regulaciones estatales sobre el tamaño de las clases o la implementación de un programa económico) está mucho más allá de la visión de los profesionales de la salud mental. Nos gustaría argumentar que el mayor riesgo radica aquí: al presentar las clasificaciones psiquiátricas (TDAH en este caso) como explicaciones en el lugar de descripciones, corremos el riesgo de pasar por alto una variedad de opciones sociales para aumentar el bienestar de los niños.

Proponemos una modificación muy básica de nuestro sistema actual de clasificación psiquiátrica que tiene el potencial de equilibrar la fuerza de las clasificaciones descriptivas con las trampas de asumir falsamente una causa conocida y común. Nuestra modificación es tan simple como efectiva: eliminar el término trastorno de todas las clasificaciones. Tan solo déjalo. En el caso del TDAH, llámelo déficit de atención (y / o) hiperactividad. No se pierde nada en términos de definición, facilidad de comunicación o accesibilidad a la investigación; tampoco resta importancia a los problemas a los que se enfrenta a la gente. Lo único que perderíamos es la falsa sugerencia de que cuando usamos un nombre psiquiátrico entendemos las causas del problema en cuestión. En su lugar, obtendríamos un incentivo para ver un niño en su contexto completo y explorar todas las opciones para mejorar.

¿Podría ser así de sencillo? ¿Podría ser que la omisión de una sola palabra pueda cambiar la forma en que nos acercamos a los niños y padres que necesitan ayuda? Nos gustaría volver a la lección que Juliet aprendió por las malas: nunca subestimes el poder de los nombres que damos, no por lo que son, sino por lo que representan.

Conoce el DAH: Déficit de atención (y / o) hiperactividad. Sin «trastorno».

Artículos relacionados:

  • La terapia de conducta es recomendada como primera linea de tratamiento para el TDAH
  • ¿Cuáles son tratamientos son más eficaces para el TDAH? Una revisión de los principales abordajes psicológicos

Autores:

  • Branko van Hulst es residente en psiquiatría infantil y adolescente en el Centro Médico de la Universidad de Leiden (LUMC) e investigador postdoctoral en el Centro Médico Universitario de Utrecht (UMCU).
  • Sander Werkhoven es profesor asistente en el Instituto de Ética de la Universidad de Utrecht.
  • Sarah Durston es profesora titular de trastornos del desarroll en la UMC Utrecht.

Artículo publicado en Scientific American y traducido y adaptado para Psyciencia

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las personas con síntomas subclínicos de TDAH son más vulnerables a la privación del sueño

  • David Arturo López
  • 19/01/2021

Un nuevo estudio del Karolinska Institutet (Suecia) publicado en Biological Psychiatry: Informes de neurociencia cognitiva y neuroimagen, encontró que individuos con más síntomas subclínicos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), son menos capaces de desempeñar tareas que requieren regulación de la atención y control emocional después de una noche sin dormir.

El efecto de la privación de sueño puede variar bastante entre individuos, aunque en general este produce múltiples deterioros cognitivos. Los autores estudiaron el efecto que tiene la privación de sueño sobre las funciones ejecutivas.

El estudio también tuvo como propósito determinar si los individuos con tendencia al TDAH presentan deterioros funcionales más graves después de ser privados del sueño. La falta de atención, impulsividad e hiperactividad son característicos en las personas con TDAH. Los síntomas varían de persona a persona y también pueden incluir inestabilidad emocional. Predrag Petrovic, uno de los autores del estudio, comenta: «Se podría decir que muchas personas tienen algunos síntomas subclínicos similares al TDAH, pero solo se hace un diagnóstico una vez que los síntomas se vuelven tan prominentes que interfieren con nuestra vida cotidiana».

¿Por qué es importante?

Según Petrovic, estos resultados son importantes porque, como ya sabemos, los jóvenes duermen mucho menos que hace 10 años. Si la gente joven con rasgos altos de TDAH duerme poco regularmente, su rendimiento cognitivo será peor y, lo que es más grave, sus síntomas podrían incluso terminar llegando a un nivel clínicamente significativo.

Metodología

En el estudio se incluyó a 173 participantes saludables de entre 17 y 45 años sin diagnóstico de TDAH. Se usó la escala de trastorno por déficit de atención de Brown (B-ADD) para evaluar las tendencias a la falta de atención y a la inestabilidad emocional.

De forma aleatoria se asignó a los participantes a un grupo donde podían dormir normalmente y al otro se le privó de sueño una noche. Luego se les pidió a todos los participantes que realizaron una prueba que mide las funciones ejecutivas y el control emocional (una prueba de Stroop con rostros neutrales y emocionales).

Resultados

El grupo privado de sueño mostró un peor desempeño en la prueba. Además los resultados indicaron que las personas con rasgos altos de TDAH eran más vulnerables a la privación del sueño que aquellas con rasgos bajos de TDAH, mostrando además un mayor deterioro.

Estos efectos también fueron asociados al tipo más predominante del síndrome subclínico similar al TDAH, ya que al ser privados del sueño los participantes mostraban más problemas cotidianos en el control de la estabilidad emocional y tenían mayores problemas con las tareas cognitivas que involucraban regulación emocional y aquellos que tenían más síntomas cotidianos de falta de atención tenían mayores problemas con la tarea cognitiva no emocional.

Referencia del estudio: Orestis Floros, John Axelsson, Rita Almeida, Lars Tigerström, Mats Lekander, Tina Sundelin, Predrag Petrovic. Vulnerability in Executive Functions to Sleep Deprivation Is Predicted by Subclinical Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Symptoms. Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, 2020; DOI: 10.1016/j.bpsc.2020.09.019

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Videojuego para identificar síntomas de TDAH

  • Maria Fernanda Alonso
  • 14/01/2021
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El trastorno del neurodesarrollo por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene una prevalencia estimada del 7,2% en niños y adolescentes. Hasta el momento, no existen pruebas biológicas de diagnóstico para TDAH, tal valoración es clínica, y puede respaldarse en escalas completadas por cuidadores o profesionales, y el historial médico del paciente. Varios estudios han determinado que estas valoraciones pueden verse alteradas, por ejemplo, por factores afectivos. Tras resaltar la necesidad de contar con herramientas distintas, que coadyuven al diagnóstico de TDAH, investigadores adaptaron un videojuego que tiene como protagonista a un mapache que corre sin fin (un juego con el que los niños ya estaban familiarizados) para convertirlo en una herramienta que permita la identificación y evaluación del grado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños y adolescentes (Delgado-Gómez et al., 2020).

Cómo funciona el videojuego

32 niños, de entre 8 y 16 años colaboraron en este estudio. Todos ellos habían sido diagnosticados con TDAH por la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Durante el juego, los participantes debían dirigir su avatar (mapache), quien tenía que atravesar diferentes obstáculos en su camino; el mapache encontraría agujeros que debía saltar para no caer. Los autores hipotetizaron que los niños con diagnóstico de TDAH subtipo desatento cometerían más errores por omisión y saltarían más cerca del agujero como consecuencia de los síntomas de desatención.

A medida que cada niño estaba tomando la prueba, supervisado por un profesional capacitado, el cuidador apropiado completó la subescala de inatención en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la escala de clasificación de síntomas de comportamiento normal (SWAN), que es un inventario de informes de padres y cuidadores desarrollado para evaluar síntomas del TDAH.

En el juego, el mapache tiene que saltar más de 180 hoyos que se agrupan en 18 bloques. Cada bloque se identifica por la velocidad del mapache, la longitud del tronco y el ancho del agujero. La longitud del tronco y la velocidad del avatar determinan el tiempo entre estímulos, que es de aproximadamente 1,5, 2,5 y 3,5 segundos, mientras que el ancho del hoyo determina la dificultad del salto, explicaron los autores.

El equipo sostiene que el principal beneficio de este estudio es que permite identificar directamente los síntomas del déficit de atención, de modo que se pueda evaluar objetivamente la gravedad de la falta de atención del paciente. Por tanto, podría utilizarse para complementar el diagnóstico inicial así como para evaluar la evolución de los síntomas o incluso la eficacia del tratamiento.

También hay otras ventajas importantes, como el hecho de que cada prueba solo tomaría 7 minutos en completarse y no requiere un hardware específico, lo que reduce significativamente su costo. De hecho, se pueden utilizar computadoras personales, tabletas o dispositivos móviles convencionales, lo que permite realizar evaluaciones remotas. «Nuestros resultados indican que una prueba más corta puede ser suficiente para evaluar con precisión los síntomas clínicos del TDAH. Esta característica la hace particularmente atractiva en entornos clínicos donde hay falta de tiempo», señalan los investigadores.

Referencia bibliográfica: Delgado-Gómez, D., Sújar, A., Ardoy-Cuadros, J., Bejarano-Gómez, A., Aguado, D., Miguelez-Fernandez, C., Blasco-Fontecilla, H., & Peñuelas-Calvo, I. (2020). Objective Assessment of Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD) Using an Infinite Runner-Based Computer Game: A Pilot Study. Brain Sciences, 10(10). https://doi.org/10.3390/brainsci10100716

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Nuevo metaanálisis encuentra relación entre el consumo de azúcar y TDAH

  • David Aparicio
  • 22/10/2020

Un nuevo estudio publicado en la revista Complementary Therapies in Medicine, analiza la evidencia sobre el consumo de azúcar y riesgo de TDAH en niños.

Por qué es importante

Existe mucha preocupación en torno al consumo de azúcar y el riesgo de desarrollar TDAH en los niños. Muchos padres reportan que sus hijos presentan problemas de conducta después de consumir dulces y bebidas azucaradas. Sin embargo, diversas investigaciones sostienen que los reportes de los padres no representa evidencia suficiente, ya que muchos padres creen que el azúcar afecta la conducta y asocian cualquier cambio en la conducta de sus hijos con lo que comieron antes.

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo con alta prevalencia a nivel mundial. Existen diversos tratamientos con evidencia, pero todavía no se conoce con exactitud cuál es su etiología. Algunos estudios han encontrado cierta evidencia correlacional entre la nutrición y los síntomas de TDAH, pero los datos con los que contamos hasta ahora son contradictorios.

Para intentar clarificar la evidencia, el grupo de investigación iraní desarrolló un metaanálisis revisó los datos de estudios observacionales sobre el efecto del consumo de azúcar y bebidas azucaradas en el TDAH.

Metodología

Los investigadores iniciaron en marzo 2020, una revisión exhaustiva en diferentes bases de datos para revisar los estudios publicados sobre TDAH y consumo de azúcar, bebidas azucaradas, que cumplieran con los siguientes requisitos:

  • Tenían un diseño de estudio observacional que incluía estudios de cohorte, control de casos y estudios transversales
  • Publicados en inglés
  • Que tuvieran intervalos de confianza del 95% para el TDAH o la hiperactividad relación con el consumo de azúcar, dulces y refrescos

Los estudios que cumplieron los requisitos fueron sometidos a una revisión con el Newcastle-Ottawa Scale, una escala especialmente diseñada para evaluar la calidad de los estudios no aleatorios en metaanálisis.

Resultados

Luego de este proceso de revisión solo quedaron 7 estudios que incluyeron a más de 25,000 participantes. Al analizar los datos se encontró una asociación entre el consumo de azúcar y bebidas azucaradas y el riesgo de síntomas de TDAH.

Sin embargo, los autores aclaran: aunque la ingesta de azúcar podría estar asociada con mayor riesgo de TDAH en niños mayores de siete años, no existe una relación única entre el consumo de azúcares en la dieta y los síntomas de TDAH. Conviene recordar que los dulces y las bebidas azucaradas que consumen los niños tienen diferentes ingredientes que podrían también relacionarse con el TDAH. Por lo tanto, los investigadores recomiendan que para determinar una relación de causa y efecto entre el azúcar y TDAH, será necesario estudios controlados, bien diseñados y longitudinales que permitan evaluar el efecto del azúcar.

En definitiva, todavía no se puede argumentar que el consumo de azúcar sea el causante del TDAH.

Referencia del estudio: Sugar consumption, sugar sweetened beverages and Attention Deficit Hyperactivity Disorder: A systematic review and meta-analysis. (2020). Complementary Therapies in Medicine, 53, 102512. https://doi.org/10.1016/j.ctim.2020.102512

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Protocolo para la detección y evaluación del alumnado con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el ámbito educativo

  • David Aparicio
  • 07/10/2020

Descripción de la guía:

La guía consta de dos partes bien diferenciadas. Una primera parte dirigida fundamentalmente a los y las profesionales de la orientación educativa en la que se describen ampliamente los procedimientos para la detección temprana, la evaluación y la intervención educativa con los alumnos y alumnas con TDAH, y se sugieren y proporcionan diversas herramientas para llevar a cabo esta labor. Y una segunda parte dirigida a todo el profesorado, en la que se facilitan estrategias que permitan ajustar la atención a las necesidades educativas que este alumnado presenta. Un lugar destacado va dirigido a las adaptaciones necesarias en el proceso de evaluación. Se tratan también aspectos esenciales a tener en cuenta para facilitar la colaboración entre la familia y el centro educativo.Se presenta esta guía como un documento abierto a las aportaciones de los y las profesionales del ámbito de la educación y de las familias del alumnado.

Descarga la guía completa en formato PDF.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mayor prevalencia de TDAH en personas negras señala la necesidad de diagnósticos precisos y atención culturalmente apropiada

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/09/2020

En general, se estima que la prevalencia del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es menor entre personas negras, comparadas con la población general; pero esta información suele recabarse en lugares donde las personas negras son grupos minoritarios y subrepresentados, como en los países de América del Norte y Europa. Un equipo de investigadores señala la importancia de estimar tal prevalencia en una muestra verdaderamente representativa de esta población, y con ese objetivo realizaron un estudio en el cual encontraron que dicha prevalencia alcanza hasta un 15% de las personas negras, y que las características sociodemográficas, conductas de riesgo, factores familiares y ambientales son señaladores de riesgo de prevalencia del TDAH (Cénat et al., 2020).

Destacan los autores que de esta investigación se desprende la necesidad de aumentar las evaluaciones, los diagnósticos precisos y la atención apropiada culturalmente.

Metodología: el equipo realizó una revisión sistemática y metaanálisis de 21 estudios revisados ​​por pares publicados hasta el 18 de octubre de 2019, utilizando las bases de datos APA PsycInfo, MEDLINE, Embase, Cochrane CENTRAL, CINAHL, ERIC y Education Source.

El criterio de selección de los estudios tuvo en cuenta que estuvieran redactados en idioma francés o inglés, que contaran con datos empíricos sobre la prevalencia del TDAH en muestras o submuestras de personas negras y hayan sido realizados en países con poblaciones minoritarias negras. Todos los estudios fueron analizados y pasaron una evaluación de calidad. En total, se incluyeron 24 muestras independientes y submuestras de 21 estudios publicados entre 1979 y 2020, que contaron con 154818 participantes negros. Todos los estudios incluidos se realizaron en Estados Unidos.

Resultados: tras su análisis, los autores encontraron que:

  • dos estudios que evaluaron a adultos (de 18 años o más),
  • 8 a niños (de 0 a 12 años),
  • 1 a adolescentes (de 13 a 17 años) y
  • 13 a niños y adolescentes.

La prevalencia combinada de TDAH fue del 14,54% (IC del 95%, 10,64% -19,56%).

Algunos de los estudios analizados encontraron factores de riesgo asociados con el TDAH, como características sociodemográficas (edad, sexo, raza y nivel socioeconómico), factores familiares, factores ambientales y conductas de riesgo, pero no fue posible realizar un análisis de moderación con los datos disponibles en el estudio presente.

Concluyen los investigadores que estos hallazgos sugieren que las personas de raza negra tienen un mayor riesgo de diagnóstico de TDAH que la población general de Estados Unidos, y destacan la necesidad de aumentar la evaluación y el seguimiento del TDAH entre las personas negras de diferentes orígenes sociales, ofrecer diagnósticos precisos y seguimientos culturalmente apropiados.

Referencia bibliográfica:

Cénat, J. M., Blais-Rochette, C., Morse, C., Vandette, M.-P., Noorishad, P.-G., Kogan, C., Ndengeyingoma, A., & Labelle, P. R. (2020). Prevalence and Risk Factors Associated With Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Among US Black Individuals: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Psychiatry . https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2020.2788

Fuente: Jama Network

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

TDAH persistente en la adultez

  • Alejandra Alonso
  • 01/09/2020

Dado que estudios previos sugerían que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede continuar en la adultez y tener efectos adversos para las personas, un grupo de científicos consideró importante identificar factores que diferencian características de persistencia y remisión en personas con TDAH. Por eso, se propusieron analizar diferencias en las funciones ejecutivas (cambio, memoria de trabajo, inhibición y planificación), síntomas asociados al trastorno (inatención, hiperactividad, labilidad emocional y autoconcepto) y deterioros funcionales en adultos con TDAH persistente, TDAH en remisión y sin TDAH.

Porqué es importante: Porque según estudios previos, el trastorno tiende a continuar en la adultez y se hace crónico para muchas personas. Los autores del estudio nombran un metaanálisis reciente donde, aunque se encontraron pocos estudios estrictos sobre persistencia del TDAH, los que sí lo eran reportaban tasas de persistencia cercanas al 50%, que pueden subir hasta un 86.5% en presentación combinada.

Los adultos con TDAH sufren deterioros funcionales que afectan una amplia variedad de actividades académicas y laborales, presentan conductas de riesgo, problemas financieros, dependencia a ayudas públicas y riesgo de pobreza.

Metodología: Se trata de un estudio transversal descriptivo entre un grupo de adultos con TDAH (edades entre 18 y 24 años, el 95.1% eran hombres) y un grupo sin TDAH. Del estudio participaron 115 adultos, de ellos 61 tenían un diagnóstico de TDAH, (40 eran persistentes) y 54 tenían un desarrollo típico.

Se recolectaron auto reportes sobre funciones ejecutivas y síntomas asociados con el TDAH y deterioro funcional. Los tres grupos tenían sexo, edad y CI estimado similares.

Para evaluar síntomas de TDAH se utilizó la Escala Conners para adultos, usando las subescalas de hiperactividad/impulsividad e inatención del DSM IV, versión del observador y auto reporte. La persistencia encontrada en esta muestra fue del 65.6%.

Para evaluar funciones ejecutivas se utilizó el Inventario de Evaluación Conductual de las

Funciones Ejecutivas, versión adulta (BRIEF-A). Por último, el deterioro funcional se estimó utilizando la Escala Weiss de Deterioro Funcional auto reportado.

Resultados:

  1. El grupo con TDAH persistente mostró diferencias en todas las funciones ejecutivas medidas.
  2. El grupo en remisión sólo obtuvo puntajes medios de funciones ejecutivas significativamente peores que el grupo sin TDAH en la escala planificar/organizar.
  3. No hubo diferencias significativas entre los adultos con TDAH persistente y TDAH en remisión con respecto a las funciones ejecutivas de inhibición, cambio o planificar/organizar, aunque al comparar los dos grupos, se encontró un peor nivel en estas funciones en el grupo con TDAH persistente.
  4. El deterioro de la memoria de trabajo no se observó al mismo nivel en los dos grupos con TDAH. De hecho, fue la única de las cuatro funciones ejecutivas en las que el grupo con TDAH persistente se desempeñó peor que el grupo con TDAH en remisión, lo que sugiere que podría ser un factor relevante en la persistencia del trastorno en la edad adulta. En cualquier caso, el deterioro de la memoria de trabajo no puede considerarse una característica específica del TDAH y constituye un déficit transversal que comparte con otros trastornos del neurodesarrollo, como los trastornos del espectro autista, trastornos del aprendizaje o trastornos específicos del lenguaje.
  5. Los individuos con TDAH persistente, en comparación con los individuos sin TDAH, también mostraron mayor severidad en los comportamientos de inatención, hiperactividad, labilidad emocional y problemas de autoconcepto. Además, la alteración de la regulación emocional, que se ha propuesto como un componente esencial del TDAH, también mostró diferencias entre los dos grupos con TDAH. Los participantes con TDAH persistente refirieron una mayor tendencia a sentirse frustrados ante pequeñas dificultades, expresar irritabilidad y perder fácilmente la paciencia, lo que puede llevar a expresiones inapropiadas para las normas sociales y poco adecuadas al contexto. Los autores opinan que la labilidad emocional también podría considerarse un marcador presente en la persistencia del TDAH.

Limitaciones: Los autores indican que (a) el tamaño de la muestra fue pequeño; (b) la muestra solo se compuso por individuos diagnosticados en la niñez a quienes se les dio seguimiento hasta la adultez, la mayor parte de los cuales eran hombres de entre 18 y 24 años, por lo cual los resultados no pueden generalizarse a personas mayores, mujeres o TDAH con características diferentes; ( c ) no se tomó en cuenta la presencia de discapacidad en el grupo con TDAH persistente; (d) solo se utilizaron auto reportes, lo que puede producir sesgos; (e) los resultados podrían haberse visto influidos por la superposición del contenido del BRIEF y el Conners; (f) por último, la contribución de las variables incluidas fue modesta, lo que podría indicar que hay otras variables interviniendo.

Referencias del estudio: Roselló, B., Berenguer, C., Baixauli, I. et al. Empirical examination of executive functioning, ADHD associated behaviors, and functional impairments in adults with persistent ADHD, remittent ADHD, and without ADHD. BMC Psychiatry 20, 134 (2020). https://doi.org/10.1186/s12888-020-02542-y

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  • Análisis

¿Cuáles son tratamientos son más eficaces para el TDAH? Una revisión de los principales abordajes psicológicos

  • Mauro Colombo
  • 13/04/2020

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se caracteriza por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el desarrollo y el funcionamiento normal de la persona (American Psychiatric Association, 2014). Es en la actualidad un diagnóstico con un incremento en la presencia de casos respecto de hace algunas décadas atrás. La valoración del mismo es exclusivamente clínica, no existen marcadores biológicos que permitan diagnosticarlo a partir de escáneres cerebrales, pruebas de sangre o genéticas. Dada esta exclusiva valoración clínica y la forma en que están redactados los mismos criterios diagnósticos en manuales como el DSM- 5, es una de las etiquetas más polémicas en la actualidad, yendo de extremos en donde consideran que es un trastorno inventado, a quienes ante cualquier indicio de actividad que sobrepasa lo “normal” en un niño, buscan un diagnóstico. Es una tendencia al sobrediagnóstico preocupante, excediendo incluso a psiquiatras y psicólogos.

Es frecuente que docentes deriven desde la escuela a niños con problemas de conducta, bajo la sospecha de posible TDAH o autismo (TEA), sin atender a las variables contextuales que mantienen estos problemas de comportamiento. En el caso de quienes ya poseen un diagnóstico de TDAH, es habitual la medicación como primera línea de tratamiento, sin previamente haber pasado por abordajes psicológicos.

A pesar de las observaciones realizadas en los párrafos anteriores, desde aquí no se pondrá en tela de juicio la existencia del TDAH como entidad diagnóstica. Existen antecedentes históricos de niños con características similares en este trastorno desde hace por lo menos dos siglos y medio atrás; con lo cual no parece ser un invento de las farmacéuticas, más allá que estas aprovechen la oportunidad para instalar como principal abordaje la medicación. En todo caso, este embrollo entre entidades reales, ficticias, negocios por parte de algunos sectores y sobremedicalización pone de manifiesto la necesidad de estudiar la oferta terapéutica disponible, a fin de ofrecer a quienes llevan esta etiqueta diagnóstica los tratamientos más eficaces.

Teniendo en cuenta este contexto, es que un grupo de investigadores (López-Villalobos, López-Sánchez y De Llanos, 2019) publicó el pasado año una revisión bibliográfica de la eficacia de tratamientos psicológicos, en niños, adolescentes y adultos con TDAH y que revisaremos en este artículo.

Terapéutica en TDAH

En la actualidad el tratamiento del TDAH suele ser interdisciplinario. Incluye diversos profesionales en el ámbito de la salud mental, entre ellos psicólogos, psicopedagogos, médicos, profesores especiales, etc. Esto habla de abordajes complejos, no restringidos a una sola área de la vida del sujeto. En efecto, las dificultades presentes en el TDAH se manifiestan tanto a nivel hogareño, como escolar o en ámbitos de recreación. No solo para sostener la atención en tareas escolares, sino para llevar adelante interacciones sociales diversas, mantener hilo de conversaciones y/o actividades, enfocarse en situaciones específicas, etc.

Con la finalidad de aportar pautas que ayuden en la cotidianidad de estas personas, hemos publicado artículos orientados tanto al ámbito educativo (aquí y aquí) como dirigidos a las familias (aquí y aquí); entendiendo que ningún abordaje puede ser eficaz en TDAH si no contempla la participación y la adecuación de todas las personas y ámbitos donde se desempeñan quienes lo padecen.

Con respecto a la línea del abordaje, si exclusivamente psicológica, farmacológica o una combinación de ambas, por el momento no existe consenso pleno. Si bien en los últimos años diversas instituciones recomiendan como primera opción la terapia psicológica, en especial la terapia de conducta, en la práctica esto no siempre es cumplido. En este artículo pueden leer por ejemplo como un 20% de los médicos de EE.UU, recomiendan como primera opción la terapia farmacológica, contrario a sugerencias de instituciones internacionales. También existen recomendaciones conjuntas, es decir, combinando el abordaje psicológico con el farmacológico, en especial para los casos más graves (Catalá-López et al., 2017, Krull, 2017).

Volvamos ahora al metaanálisis sobre el que se apoya el presente artículo.

Método

Respecto de los abordajes psicológicos analizados por el equipo de investigadores, tuvieron en cuenta aquellos que realizan un correcto diagnóstico del TDAH, una adecuada valoración funcional de las conductas problema y también de los objetivos terapéuticos. Esto por una razón muy sencilla, no trabajar sobre un diagnóstico claro y no operacionalizar aquellas conductas meta así como los objetivos terapéuticos produce que no pueda establecerse con claridad la eficacia de la terapia analizada, tomando posiblemente como eficaces formas de intervención que no lo son en realidad.

La revisión la realizaron tomando en cuenta las bases de datos Pubmed/Medline, Psycinfo, Bases del CSIC (sumarios ISOC e IME) y Web of Knowledge. Excluyeron los tratamientos farmacológicos, de ejercicio físico y dietéticos, por no ser la finalidad de la revisión. La búsqueda se hizo en español e inglés y abordó los siguientes tratamientos: terapia de conducta, terapia cognitivo conductual, terapia cognitiva, neurofeedback, entrenamiento cognitivo y mindfulness.

Resultados

Se comentan a continuación los resultados de la revisión, separando cada uno de los abordajes estudiados.

Terapia de conducta (TC): Utiliza los conocimientos del análisis de la conducta para desarrollar, aumentar y disminuir comportamientos objetivos, a partir de diversas estrategias de reforzamiento diferencial, establecimiento de normas, entrenamiento en habilidades conductuales, economías de fichas y contratos conductuales, entre otras. Todas estas estrategias, las cuales no son exhaustivas, deben utilizarse a su vez realizando análisis funcionales de la conducta. En la escuela, las intervenciones se enfocan en el desarrollo de diversas habilidades académicas, de organización, de comportamiento en clase y relación con pares y mayores. En los ámbitos familiares, buscan la cumplimentación de tareas, el seguimiento de rutinas y normas de convivencia, el desarrollo de hábitos saludables , la mejora en las relaciones interpersonales, etc.

La mayoría de las guías de práctica clínica recomiendan a la terapia de conducta como primera línea de tratamiento para el TDAH en edad preescolar y también para edad escolar, en aquellos casos donde la sintomatología no es grave o no hay un grave deterioro funcional. En los casos de mayor gravedad recomiendan el abordaje combinado (terapia de conducta + fármacos). Se hace la observación que respecto de la medicación aislada, los estudios apuntan a que sus efectos son significativamente menores que aquellos casos donde se combina la medicación estimulante con la terapia de conducta.

Respecto a los adolescentes, una revisión del 2016 que incluyó a 2668 participantes mostró evidencia de eficacia para los tratamientos psicosociales (estrategias de intervención conductual, cognitivo conductual y entrenamiento en habilidades a padres, maestros y niños) mejorando aspectos conductuales, emocionales y el funcionamiento interpersonal, además de habilidades académicas y organizacionales.

Se destaca de la TC el énfasis que pone en el entrenamiento en las habilidades necesarias no solo para quienes llevan el diagnóstico, sino también en maestros, padres y todos aquellos que tengan trato con ellos.

Terapia cognitivo conductual (TCC): Los autores de la revisión mencionan dentro de sus herramientas las autoinstrucciones, inhibición de respuestas o autocontrol y el desarrollo de formas de pensar más organizadas y reflexivas. Una revisión del 2016 valora la influencia de los tratamientos psicosociales (entre los cuales incluye a las TCC) sobre resultados como finalización de tareas, habilidades organizacionales, síntomas reportados por los padres y la psicopatología coexistente.

Una guía del 2014 observa que la TCC cuando integra psicoeducación, habilidades de planificación y organización, entrenamiento en habilidades académicas, terapia cognitiva y estrategias de manejo comunicacional y emocional; logra mejoras en los cumplimientos de horarios, disminuyen el ausentismo escolar, aparecen mejoras a nivel conductual documentadas por padres y en el aula documentadas por docentes, e incluso está asociada a una disminución de la medicación estimulante.

Las TCC para adultos, por otra parte, muestran tamaños de efectos comparables a los que la terapia de conducta muestra para los niños para los mismos tipos de problemas, de acuerdo a Knouse, Teller & Brooks (2017).

Neurofeedback (NF): Los autores describen el NF como un tratamiento que proporciona retroalimentación de las señales electroencefalográficas en tiempo real y que tiene como objetivo la adquisición de autocontrol sobre determinados patrones de actividad cerebral, para luego aplicar estas habilidades en situaciones de la vida diaria.

La División 53 de la American Psychological Association considera a la NF como un tratamiento prometedor, aunque comparado con la ausencia de tratamiento, no contra abordajes establecidos. A su vez, destaca las deficiencias metodológicas que poseen las investigaciones que estudiaron NF. Otras revisiones encuentran dificultades similares en las investigaciones, entre las que se destacan la ausencia de seguimientos y generalizaciones de los resultados y que los efectos de los tratamientos desaparecen o disminuyen cuando las investigaciones son ciegas.

Los autores de la revisión en la que se apoya el presente artículo consideran al Neurofeedback un abordaje prometedor, que por el momento no puede recomendarse como tratamiento del TDAH por ausencia de estudios metodológicamente bien diseñados.

Entrenamiento cognitivo (EC): Este es un tipo de abordaje donde busca entrenarse a los participantes en diversos dominios cognitivos donde presentan dificultades, a través de herramientas informáticas y de actividades donde se van aumentando los niveles de dificultad gradualmente.

La División 53 de la American Psychological Association lo considera como un tratamiento con evidencia no probada. Existen otras revisiones sistemáticas donde se observan mejorías de los pacientes tratados con este tipo de entrenamiento, pero estos efectos disminuyen cuando la evaluación es ciega.

Estudiando la memoria de trabajo a través de programas informáticos, algunas investigaciones muestran resultados prometedores, mientras otras no, presentando en ambos casos dificultades metodológicas. Por otro lado, otras revisiones han mostrado que los entrenamientos de memoria de trabajo producen resultados moderados a corto plazo, pero que no logran generalizarse.

En líneas generales, no existe suficiente evidencia científica para recomendar el entrenamiento cognitivo para el abordaje del TDAH, dada la ausencia de resultados significativos, la falta de generalización y las fallas metodológicas presentes en las investigaciones.

Mindfulness (MF): El mindfulness es una práctica formal de aumento de la conciencia, de focalizar la atención en el momento presente y de observar sin realizar juicios. Esto en teoría tendría un efecto beneficioso en la capacidad de centrar la atención en distintos estímulos y en reducir la conducta impulsiva, dos habilidades claramente afectadas en el TDAH. Tomándolo como práctica, se consideran dos variantes:

  • Atención centrada, que implica focalizar en un pensamiento, sensación corporal o imagen específica
  • Atención receptiva, que implica observar el contenido de la experiencia, por ejemplo pensamientos y emociones, de un momento a otro sin reacciones y sin juzgar

En la medida en que el mindfulness se centra en habilidades atencionales, podría ser beneficioso para la realización de tareas, la autorregulación emocional y el control de impulsos. Dos revisiones previas, utilizadas por los investigadores en el presente metaanálisis, encuentran que el mindfulness podría ser beneficioso para, entre otras cosas:

  • Atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad
  • Regulación emocional
  • Ansiedad y depresión, que suelen presentarse en los cuadros de TDAH

No obstante, los investigadores que tuvieron en cuenta estas dos revisiones hallaron severas fallas metodológicas en gran cantidad de los estudios analizados, entre ellas:

  • Algunos no poseían grupo control
  • En otros, los mismos eran solo lista de espera (no comparaciones con otros tratamientos)
  • Ausencia de evaluación ciega
  • Ausencia de aleatorización
  • En algunos se mezcla el mindfulness con tratamiento farmacológico, en otros con prácticas de regulación emocional
  • Ausencia de seguimiento
  • Muestras pequeñas

Todas esas dificultades de los estudios llevan a los investigadores a concluir que, si bien las intervenciones basadas en mindfulness resultan prometedoras, es necesaria mayor cantidad y calidad de investigaciones para poder recomendarlo como un tratamiento sólido para el TDAH.

Conclusiones y recomendaciones

Las investigaciones de tratamientos psicológicos en los últimos años resaltan la importancia de los mismos para el tratamiento del TDAH, ya sea en la mejora de los síntomas típicos del trastorno, como la falta de atención, impulsividad y regulación emocional, así como para la mejora de la vida en general, el manejo de los comportamientos disruptivos en el aula y el hogar, y trastornos que suelen ser comórbidos con el TDAH, como ansiedad y depresión.

Respecto de la controversia sobre si es recomendable como primera línea de abordaje tratamiento psicológico o farmacológico, destacan que los de corte psicológico ya son considerados como primera opción para edad preescolar (NICE, 2016); y para edad escolar en aquellos casos donde la sintomatología y el deterioro funcional son leves.

Para aquellos casos donde el cuadro reviste mayor severidad a nivel funcional, cognitivo y comportamental, los tratamientos psicológicos demuestran ser eficaces, pero en combinación con abordajes farmacológicos. Remarcan un avance en este sentido, donde se considera la utilidad de los abordajes psicológicos en conjunto con los fármacos, en contra de posturas de décadas anteriores donde se tenía en cuenta al tratamiento medicamentoso como primera opción, sin combinarlo.

Algo que deja en evidencia la revisión, es que de la oferta terapéutica psicológica son muy pocos los abordajes que cumplen con criterios de eficacia que permitan recomendárselos como primera línea de abordaje. A tal respecto, el equipo señala:

  • La terapia de conducta debería ser considerada como primera línea de intervención, ya que muestra beneficios tanto en los síntomas básicos del TDAH, así como en la funcionalidad general y en las posibles comorbilidades.
  • La TCC, cuando se encuentra integrada en paquetes más amplios, como el marco de la terapia conductual.

De los tratamientos restantes, los investigadores no hallaron suficiente evidencia para recomendarlos en el TDAH. Si bien el mindfulness, el entrenamiento cognitivo y el neurofeedback presentan algunos estudios prometedores, es preciso continuar investigando la utilidad de los mismos, comparándolos con aquellas intervenciones establecidas, realizando seguimientos a largo plazo, estudiando la generalización de los aprendizajes a nuevos ámbitos e incluyendo más participantes en los futuros estudios, a fin de evaluar de manera más precisa sus alcances y limitaciones.

Referencias biliobráficas:

  • American Psychiatric Association. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editorial Médica Panamericana.
  • Catalá-López, F., Hutton, B., Núñez-Beltrán, A., Mayhew, AD., Page, MJ., Ridao, M., et al. (2017). The pharmacological and non-pharmacological treatment of attention déficit hyperactivity disorder in children and adolescents: protocol for a systematic review and network meta-analysis of randomized controlled trials. PLoS ONE, 12(7), 1-31.
  • Knouse, L. E., Teller, J., & Brooks, M. A. (2017). Meta-analysis of cognitive–behavioral treatments for adult ADHD. Journal of consulting and clinical psychology, 85(7), 737- 750.
  • Krull, KR. (2017). Attention deficit hyperactivity disorder in children and adolescents: Overview of treatment and prognosis. UpToDate.
  • López-Villalobos, J. A., López-Sánchez, M. V., & Andrés De Llanos, J. (2019). Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad: Revisión del tratamiento psicológico. ReiDoCrea. 8, 95-105.
  • National Institute for Health and Care Excellence (2018). Attention Deficit Hyperactivity Disorder: Diagnosis and Management of ADHD in Children, Young People and Adults. Disponible en https://www.nice.org.uk/guidance/ng87/chapter/Recommendations

 

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Desregulación emocional en adultos con TDAH

  • Alejandra Alonso
  • 03/04/2020

Un metaanálisis se interesó por cuantificar la evidencia de desregulación emocional y sus respectivas facetas en adultos con TDAH comparados con grupos control. Los científicos encontraron que los síntomas de desregulación emocional son una característica central del TDAH. Las facetas más relacionadas al trastorno fueron labilidad emocional y respuesta emocional negativa.

¿Porqué es importante? Sabemos que los síntomas característicos del TDAH son inatención, impulsividad e hiperactividad. También conocemos que el trastorno persiste hasta la adultez. Pero los síntomas centrales de TDAH no son los únicos que traen problemas a la persona; en muchos estudios se ha reportado que niños, adolescentes y adultos con dicho trastorno presentan problemas de regulación emocional con mucha frecuencia, los cuales contribuyen de forma independiente a la discapacidad funcional.La desregulación emocional también se ha reportado en personas con TDAH que no presentan trastornos comorbidos.Algunos estudios han encontrado que este síntoma parece ser un factor transdiagnóstico que incrementa el riesgo para una amplia variedad de resultados psicopatológicos en la adolescencia (McLaughlin, Hatzenbuehler, Mennin, y Nolen-Hoeksema, 2011).

¿Qué entendemos por desregulación emocional? Primero podemos definir qué es regulación emocional: procesos intrínsecos y extrínsecos que se relacionan con el monitoreo, evaluación y modificación de reacciones emocionales (especialmente en cuanto a intensidad y temporalidad) para alcanzar objetivos (Thompson, 1994 citado en McLaughlin, Hatzenbuehler, Mennin, y Nolen-Hoeksema, 2011). Las diferencias individuales en cuanto a la habilidad de identificar y entender las emociones propias y las de otros, así como causas y consecuencias de diferentes emociones y las estrategias existentes de regulación emocional, se evidencian en la niñez temprana (Cummings, 1987; Denham, 1998; Eisenberg et al., 1993, citado en McLaughlin, Hatzenbuehler, Mennin, y Nolen-Hoeksema, 2011). Los síntomas característicos de desregulación emocional incluyen baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, facilidad para experimentar emociones no placenteras y labilidad emocional.

¿Qué metodología se utilizó?Este metaanálisis utilizó las bases de datos PubMed y PsychINFO. Solo se incluyeron trabajos que reportaran medición propia o de otros de regulación emocional, del afecto o del humor o labilidad emocional; muestras clínicas de adultos mayores de 18 años con TDAH caracterizado por criterios clínicos y procesos diagnósticos; y, por último, inclusión de población sin TDAH. Además solo se incluyeron estudios aleatorios de caso-control publicados en journals con revisiones de pares. Los estudios que cumplían con los criterios buscados fueron 13.

Limitaciones:

  1. Debido a reportes estadísticos insuficientes en los estudios revisados, no se pudieron realizar meta-regresiones para controlar el rol de variables moderadoras.
  2. Se desconoce si las diferentes formas de medir la desregulación emocional que utilizaron los estudios son contingentes.
  3. Además existe una falta de consenso en la definición de la desregulación emocional y los constructor relacionados.

Referencia del estudio: Beheshti, A., Chavanon, M. & Christiansen, H. Emotion dysregulation in adults with attention deficit hyperactivity disorder: a meta-analysis. BMC Psychiatry 20, 120 (2020). https://doi.org/10.1186/s12888-020-2442-7

Otras referencias:

McLaughlin, K. A., Hatzenbuehler, M. L., Mennin, D. S., & Nolen-Hoeksema, S. (2011). Emotion dysregulation and adolescent psychopathology: A prospective study. Behaviour Research and Therapy, 49(9), 544–554. doi:10.1016/j.brat.2011.06.003

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Más riesgo de lesiones cerebrales traumáticas en niños con problemas de atención e hiperactividad

  • Alejandra Alonso
  • 26/03/2020

Un estudio de la Universidad McGill encontró que los niños con problemas de atención y/o hiperactividad a la edad de 10 años, presentan un riesgo mayor de lesiones cerebrales traumáticas en la adolescencia y la adultez. También los niños que tuvieron una lesión de este tipo en la niñez tenían más riesgo de volver a tener una en la adolescencia.

¿Por qué es importante? Aunque no hace falta que se nos explique mucho para entender que es mejor evitar una lesión cerebral traumática, los autores del estudio nos dan razones específicas. Las lesiones cerebrales traumáticas:

  1. Son la principal causa de muerte y discapacidad en niños y jovenes.
  2. Pueden alterar el desarrollo cerebral.
  3. Se asocian con secuelas psicológicas, cognitivas y físicas con consecuencias debilitantes y muchas veces crónicas (depresión, mayor riesgo de suicidio, trastorno por estrés postraumático, trastornos de ansiedad, esquizofrenia y trastorno bipolar).

Además se sabe muy poco sobre los factores que las provocan y cómo prevenirlos.

¿Qué metodología utilizaron? Se realizó un estudio prospectivo en el que participaron 724 varones canadienses de entre 6 y 34 años. Se revisaron sus registros de salud, también se contó con información de los padres y además sus maestras llenaban un cuestionario sobre la conducta del niño cuando este tenía 10 años.

¿Qué sugieren los autores para futuros estudios? Determinar si los programas para tratar los problemas de atención e hiperactividad, son efectivos también para reducir el riesgo de lesiones cerebrales traumáticas.

Referencias del estudio: Guberman, G., Robitaille, M., Larm, P., Ptito, A., Vitaro, F., Tremblay, R. y Hodgins, S. (2019), A Prospective Study of Childhood Predictors of Traumatic Brain Injuries Sustained in Adolescence and Adulthood. Published in The Canadian Journal of Psychiatry vol. 65 issue 1, page(s): 36-45 DOI https://doi.org/10.1177%2F0706743719882171

Fuente: Universidad McGill

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