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Publicaciones por mes

agosto 2013

43 Publicaciones
  • Sponsor

[Barcelona, España] Curso-Taller «Introducción a la Terapia Narrativa» (II Edición)

  • 30/08/2013
  • Equipo de Redacción

Después del éxito de la I Edición de este curso, junto con la Asociación Española de Terapia Narrativa (AETEN), tenemos el agrado de anunciar e invitaros a la II Edición a celebrarse los días sábados de 10 a 14 hrs, entre el 28 de septiembre y el 30 de noviembre del presente año.

En este curso se dan a conocer las Prácticas Narrativa en terapia, entregando las principales herramientas que aportan para el trabajo psicoterapéutico. Para ello se revisan los fundamentos epistemológicos y teóricos que informan las Prácticas Narrativas y los principales mapas sistematizados por Michael White para colaborar con nuestros consultantes en conversaciones que les permitan desarrollar nuevas posibilidades de significado y acción para sus vidas.

Descarga el programa completo en PDF



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  • Salud Mental y Tratamientos

Antecedentes históricos de la Terapia Gestalt – Parte I

  • 30/08/2013
  • Clotilde Sarrió
Gestalt

Fritz Perls – Breve Reseña Histórica

Friedrich Salomon Perls, mas conocido como Fritz Perls, es considerado junto a su esposa Laura Perls, el principal fundador de la Terapia Gestalt.

Nació el 8 de julio de 1893 en un gueto judío de los alrededores de Berlín. Tercer y último hijo después de dos niñas,  Else  y Grete .

Su padre, Nathan era fraccionador (distribuidor) de vinos, viajante de comercio y masón, pasaba mucho tiempo fuera de su casa y siempre tuvo mala relación con su hijo varón. Amalia, su madre, judía practicante, provenía de la pequeña burguesía, logró despertar en Fritz un interés por el arte, en especial por el teatro que perduraría toda su vida.



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Su época de estudiante la vivió inicialmente en el Mommsengymnasium, pero su paso por allí fue bastante nefasto debido al ambiente anti-semita y  a la excesiva disciplina. Aunque era un alumno brillante con 13 años lo expulsaron por su mala conducta. Su padre lo obligó a trabajar en una bombonería como aprendiz. Las relaciones con su padre no hicieron más que resentirse con el paso de tiempo, tanto que a su muerte no asistió a su funeral.

Retomó sus estudios por propia iniciativa matriculándose en una escuela liberal, el Askaniches Gymnasium, con un profesorado humanista, donde comenzó a tomar contacto con el mundo del teatro más directamente, vocación que más tarde iría incrementando. Uno de los encuentros más significativos en su adolescencia se produjo con el director teatral Max Reinhardt, director de la compañía Deutsches Theater, con el cual tomó clases.

MaxReinhardt

Inició sus estudios de Medicina y aunque una dolencia cardíaca lo eximió del servicio militar, cuando comienza la Primera Guerra Mundial en 1914 se alistó primero como voluntario de la Cruz Roja y mas tarde como médico en un batallón de zapadores. Tras ser herido por una granada fue repatriado y hospitalizado.

La experiencia de la guerra fue una de las más traumáticas de su vida. Fritz diría : “La vida en la agonía de los fosos: horror de vivir y horror de morir”. En esta misma época pierde a su único amigo, Ferdinand Knopf.

Después de la Guerra prosigue sus estudios de Medicina y en 1920 con 27 años, obtiene el doctorado  en la Universidad Friedrich Wilhelm de Berlín. Mas tarde continua su formación como psiquiatra, y establece su lugar de trabajo en Berlín. Su vida se ve desplegada entre su profesión de neuropsiquiatra y la estrecha vinculación con círculos de izquierda política y artísticos, sobre todo teatro. En los cafés de Berlín  conoce al filósofo Friedlaender que le influirá posteriormente en el desarrollo de la Terapia Gestalt. En palabras de Perls la filosofía era para él : “…un antídoto para la confusión existencial y el desconcierto”.

Sigue leyendo las continuaciones de este artículo: Parte II, Parte III

Clotilde Sarrió es una terapeuta especializada en Terapia Gestalt, puedes seguir leyendo sus artículos en su famoso blog Gestalt-Terapia.es

 

  • Salud Mental y Tratamientos

Con el duelo de la mano: un sendero ACT

  • 29/08/2013
  • Paula José Quintero

Si perdiste a alguien muy querido para vos y estás pasando por el duelo quizá estas propuestas puedan ayudarte. Hay un sendero por el que podés transitar, con el horizonte puesto en tus valores. Pero no caminás sólo, llevás a tus emociones de la mano.

  1. Permitite aceptar lo que estás sintiendo. Puede ocurrir que sientas diferentes cosas, desde sentir desconcierto a sentir enojo, culpa, tristeza, desesperación o desesperanza. Claro que en algunas situaciones podrías sentir también alivio –por ejemplo cuando alguien ha fallecido de manera pacífica luego de un largo período de intenso sufrimiento. Cualesquiera que sean estos sentimientos: notalos, nombralos, respirá con ellos y haceles lugar.
  2. Aceptá que por momentos te sentirás abrumada/o. En las etapas iniciales del duelo, esos sentimientos dolorosos son como un maremoto: ellos se elevan como grandes olas que te envuelven y te llevan consigo. En general esto pasará antes de que puedas notarlo y está bien. Hay un tiempo y un espacio para simplemente permitir que esto pase: permitirte ser engullido por la ola. Lo bueno de esto es que la ola nunca te ahogará –aun cuando sientas que sí lo hará. Y siempre podés tomar la perspectiva del observador, es decir, “tomar distancia”, dar un paso atrás y observarte a vos mismo sintiéndote abrumada/o. Esto te permitirá “ver” que las olas pueden tumbarte pero no lastimarte.
  3. Practicá “anclar” tu ser. Con el tiempo las olas empiezan a reducirse en tamaño. Todavía serán grandes pero ya no un oleaje gigantesco. Algunas veces te derribarán, algunas veces no. Para anclar tu ser cuando las olas lleguen podés practicar un ejercicio de conciencia plena ampliando el foco de tu atención: notá el lugar en dónde estás y lo que estás haciendo; notá lo que podés ver, oír y tocar; notá lo que estás sintiendo e intentá nombrarlo. Mantené tu atención abierta a lo que hay a tu alrededor, tus acciones, los movimientos de tu cuerpo. Esto puede mantenerte de pie hasta que la ola se retira.
  4. Conectate con tus valores. ¿Qué te dicen estos sentimientos acerca de lo que es importante para vos? ¿Qué cosas te revelan acerca de lo que genuinamente te importa?
  5. Una pregunta importante. Supongamos que podés hacer una elección. Opción A: nunca más vas a tener que sentir estos sentimientos dolorosos –pero esto implica que nunca más podrás amar y cuidar a alguien. Opción B: podrás amar y cuidar a quien elijas –pero cuando pierdas aquello que te importa, sentirás este dolor intenso. ¿Qué opción elegirías?
  6. Desarrollá auto-compasión. Sé amable con vos misma/o. Si alguien a quien amás estuviese sufriendo, ¿qué cosas amables y cariñosas harías o le dirías a esa persona? Intentá hablarte a vos misma/o y tratarte de esa manera.
  7. Mantenete atenta/o a las “historias” que no ayudan. Algunas de las más comunes son: la historia de “Mi vida está acabada”; “Nunca voy a superar esto”; “No puedo soportarlo” y la de “Es mi culpa”. También permanecé alerta frente a la historia de “Debería haber hecho esto o lo otro/No debería haber hecho o lo otro”, que puede rápidamente crecer y convertirse en una historia de proporciones épicas. También hay otras historias inertes, que incluyen cualquier cosa que comience con “si tan sólo…” y también aquellas que incluyen la palabra “injusto” (es cierto que la vida es injusta, pero no encontrarás mucha vitalidad comprando esa historia). Por momentos estas historias te van a “enganchar”, no podés evitar esto. Pero una vez que lo notes, podés desengancharte comenzando por nombrar esa historia (“ah sí… otra vez la Historia de Esmiculpa”), agraderle a tu mente y dejarla ir.
  8. Buscá vitalidad en tu dolor. Tu pena te dice dos cosas muy importantes: a) todavía estás viva/o y b) tenés un corazón. Conectate con tu corazón: conectate con tus valores, haciendo las cosas que son importantes para vos. Y lleva tu pena con vos, llevala de manera atenta y gentil, como si fuera un niño entre tus brazos.
  9. Considerá cómo podés crecer a partir de esta experiencia. ¿Qué cosas podrías aprender acerca del perdón, la compasión y la aceptación? ¿Cómo podría tu propia experiencia beneficiar a otras personas que te importan? Kelly Wilson, uno de los fundadores de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), habla acerca de cómo tu propio sufrimiento en la vida te permite desarrollar un “estetoscopio emocional” –con el cual podés escuchar con claridad el dolor en el corazón de los otros.
  10. En muchas ocasiones un ritual de duelo es de ayuda. Hacete un espacio y tiempo en donde puedas sentir tu dolor plenamente: abrirte a él, abrazarlo y permitirle ser. Cuando se trata de la pérdida de un ser amado, este podría ser un ritual regular que se extienda por semanas o meses; podés hacerlo tan simple o elaborado como lo desees.
  11. Recordá el antiguo proverbio: “Esto también pasará”. Recordalo cuando las olas te derriben.
  12. Date tiempo, descansá, tenete paciencia. El duelo consume energía de modo que muchas veces necesitarás detener lo que estás haciendo, por un rato. Pero eso no significa rendirse. Mantenete cerca de tus valores mientras cuidás de vos cuando sea necesario.

Cuando te sientas dispuesta/o, intentá poner en práctica alguna de estas propuestas y observá qué ocurre en vos durante el proceso del duelo. No fuerces la experiencia.  Mantenete abierta/o a ella tal cual es en el momento presente.

Hace un tiempo me encontré con este fragmento de Hermann Hesse: “No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos”.



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Texto adaptado de un escrito original de Russ Harris.

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Cuento Terapéutico y depresión

  • 29/08/2013
  • Mónica Bruder

Se entiende por cuento terapéutico a todo cuento escrito por un sujeto desde la situación traumática más dolorosa que haya vivido y cuyo conflicto concluye con final positivo; es decir que la situación traumática vivida en el pasado se resuelve positivamente en el cuento.

Los personajes del cuento representan al autor de dicho cuento, puesto en un lugar desplazado, como en los sueños. Los diferentes personajes de los cuentos son distintos aspectos del Yo (desplazamiento). Esto supone un cambio o vuelta a la propuesta de Pennebaker (1997) ya que en la escritura de situaciones traumáticas el que escribe es el yo de la persona.

En cambio, en el cuento terapéutico, el protagonista es un yo narrativo, el sujeto es el personaje y es desde esta distancia donde se produciría lo terapéutico. Al escribir un cuento terapéutico, los sujetos alternan la 1º y la 3º persona «sin darse cuenta» en el momento de la creación del mismo. Este juego de persona/ personaje ayudaría a provocar este cambio en el bienestar de los sujetos.



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En todo cuento terapéutico  hay un conflicto que se resuelve. La escritura de un cuento terapéutico puede ser homologada a las etapas de un tratamiento psicológico:

Introducción – Conflicto- Resolución

=

Motivo de consulta – Enfrentar el conflicto – Elaboración

El conflicto que se resuelve en el cuento terapéutico se presenta como una fotografía, como una condensación de lo vivido en forma traumática por el sujeto y que termina finalmente.

¿Por qué escrito?

A lo largo de las distintas investigaciones llevadas a cabo por Pennebaker (1997) se destaca el valor de la escritura en 1º persona desde una perspectiva terapéutica.

La escritura de situaciones traumáticas vividas por el sujeto puede volver al sujeto más saludable. Es una herramienta óptima en el aprendizaje del mundo y su afrontamiento. Ayuda a adquirir y recordar información; el escribir permite que esa información nueva resulte más viva y por lo tanto más fácil de evocar la memoria. Es una alternativa para sobrellevar un problema ya que como el escribir es más lento que el pensar, ello obliga a que cada idea sea pensada más detalladamente, produciéndose una mayor conexión con el mismo.

¿Por qué el final que se propone es  positivo?

Desde las líneas de investigación actuales en Psicología que se apoyan en los conceptos de Psicología Salugénica, centrada en la Salud y no en la enfermedad se considera que el final  positivo le permite al sujeto creador de ese cuento conectarse con los aspectos más saludables de su persona.

Si un sujeto pasa suficiente tiempo escribiendo, eventualmente encuentra los detalles correctos, descubre la frase apropiada y los finales buscados. El sujeto resuelve esa búsqueda a través de una resolución simbólica. El cuento terapéutico, cuento que un sujeto crea  a partir de la situación más dolorosa que haya vivido en su vida y que la resuelve con final  positivo,  puede ser homologado a lo expresado por De Salvo en el párrafo anterior. Al comprometerse con la escritura, con el trabajo creativo, se permite pasar de la insensibilidad al sentimiento, de la negación a la aceptación, del conflicto y caos al orden y resolución, de la ira y pérdida a un crecimiento profundo. Del dolor a la alegría (De Salvo; 1999).

Algunos investigadores han sugerido que los mecanismos a través de los cuales los eventos positivos pueden reducir indirectamente los afectos negativos es a través de crear un contexto más saludable a partir del cual se juzga el efecto de las experiencias negativas. Este análisis es compatible con el concepto de cuento terapéutico en el que a partir de una situación traumática vivida se genera la posibilidad que el sujeto re-cree esa situación dolorosa y en el cual el conflicto se resuelve positivamente (Stalings et cols; 1997).

Aristóteles veía a la felicidad como el uso más completo de los recursos físicos y mentales, como un proceso más que un resultado. En la escritura de un cuento terapéutico, el objetivo sería similar a esta definición: el cuento terapéutico es un proceso, que podría ayudar a aliviar a un sujeto atravesado por una situación traumática. No es un resultado en sí mismo (Lazarus; 1999). No tiene sentido hablar de felicidad como objetivo de vida porque no existe un modo consistente de perseguirla debido a la vaguedad de lo que significa ser «feliz» y de lo que provoca dicho estado. Como en el cuento terapéutico, la felicidad y la alegría podrían considerarse como resultado únicamente en un sentido temporario.

La escritura de un cuento terapéutico es una intervención específica que colabora en un momento determinado de la vida de un sujeto y que favorece los resortes de  resiliencia, en particular su autonomía.

El cuento terapéutico es afecto. Al señalar que el cuento es afecto, se incluyen tanto los afectos positivos como negativos.

Y en cuanto al perfil psicológico de la depresión se ha señalado a la autoestima como uno de sus factores intermediarios. Definida la autoestima a partir de la balanza entre experiencias positivas y negativas, se propone que el tener más experiencias positivas ayuda a superar de manera más fácil los sucesos estresantes

La autoestima refiere a la integración satisfactoria de los roles y la red social,  en otras palabras, a la interiorización del apoyo social y los sucesos de vida en el sí mismo.

Otros factores asociados a la depresión son la capacidad percibida de control del medio y el centro de control. La primera se refiere al sentimiento de competencia o eficacia que se reflejan en las expectativas del sujeto respecto de realizar determinadas conductas. El segundo hace referencia a la creencia del sujeto que las  cosas que ocurren a las personas tienen que ver con las conductas o con factores externos fuera de su control. La baja autoestima y la pérdida de la capacidad de control del medio pueden conducir a la ansiedad y la depresión. Los sujetos depresivos se perciben con poca capacidad de acción sobre el medio. Hay un déficit de capacidad de auto-refuerzo que ha llevado a hablar de un estilo cognitivo concreto: los sujetos depresivos atribuyen las causas de los hechos estresantes negativos a ellos mismos, no tienen el sesgo de positividad (atribuir fracasos a causas externas y éxitos a características personales) ni el de ilusión de control. Freud los caracterizaba como de tendencia a la descalificación.

Beck (1983) presenta un modelo en el que integra los elementos mencionados. Sostiene que el factor explicativo principal de la depresión es el esquema de sí negativo que el sujeto tiene, es decir una estructura previa de conocimientos sobre sí mismo que organiza de determinada manera el procesamiento de la información.

La mayoría de las distorsiones planteadas por Beck son comunes a todo  conocimiento «normal» de sí mismo y del  mundo social. Las personas deprimidas más que una distorsión negativa tienen un déficit de distorsiones positivas.

Podemos decir que un nivel bajo de sucesos estresantes, un alto apoyo social y un mejor control del medio previenen de estados depresivos. Asimismo, la depresión será más probable cuando las expectativas de actuación sean bajas y se enfrente una situación de desarme social y auto-imagen negativa.

Sintetizando, el uso de la intervención cuento terapéutico provoca: por un lado un aumento de los afectos positivos y una disminución de los afectos negativos;  y por otro una mejoría en el bienestar psicológico, en particular en la autonomía de los sujetos incentivados a realizar dicha escritura. Estos aspectos guardan una estrecha relación con el concepto de resiliencia y como contra-cara con el de depresión ya que frente a dicha escritura se  fortalecen los aspectos más positivos de cada sujeto.

Cuento terapéutico y resiliencia

Como ya se ha explicitado, proponer a un sujeto atravesado por una situación

traumática  escribir su cuento terapéutico favorece los resortes de la resiliencia

¿Qué es resiliencia?: Es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecidos positivamente de ellas.

Dicen Melillo y Ojeda (2001):

“La resiliencia se produce en función de procesos sociales e intra-psíquicos. No se nace resiliente ni se adquiere «naturalmente» en el desarrollo: depende de ciertas cualidades del proceso interactivo del sujeto con otros seres humanos, responsable de la construcción del sistema psíquico humano” (p. 87).

Este concepto no debe considerarse como una capacidad fija sino que puede variar según las circunstancias vividas; la resiliencia es el resultado de un balance de factores de riesgo, factores protectores y de personalidad del ser humano. Es de naturaleza dinámica. La escritura de un cuento terapéutico es un vehículo para potenciar  esta capacidad.

Los pilares de la resiliencia son:

  • Introspección: es el arte de preguntarse a sí mismo y darse una auto- respuesta honesta.

  • Independencia: saber fijar límites entre uno mismo y el medio con problemas, la posibilidad de saber mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento.

  • Capacidad para relacionarse con los otros.

  • Iniciativa

  • Humor: encontrar lo cómico en la tragedia

  • Creatividad: la capacidad de crear belleza a partir del caos y el desorden.

Melillo y Suárez Ojeda (2001) señalan que:

“Chok Hiew y colegas (2000) descubrieron que las personas resilientes eran capaces de enfrentar estresores y adversidades. También advirtieron que la resiliencia reducía la intensidad del estrés y producía el decrecimiento de signos emocionales negativos, como la ansiedad, la depresión y la rabia, al tiempo que aumentaba la curiosidad y la salud emocional. Por lo tanto la resiliencia es efectiva no sólo para enfrentar adversidades sino también para la promoción de la salud mental y emocional” (p. 25). 

Algunos autores señalan que a partir del cambio en el paradigma epistemológico salud – enfermedad, en el cual del modelo de riesgo basado en las necesidades y la enfermedad se ha pasado a un modelo de prevención y promoción de la salud, los sujetos son considerados como agentes de su propia ecología y salud social.

Por lo tanto un sujeto no carece ni se enferma sino que desde este nuevo paradigma es capaz de buscar y encontrar sus propios recursos y salir fortalecido de las adversidades, esto es de las situaciones traumáticas que haya vivido.

Como la resiliencia es dinámica, un camino posible para favorecerla es el uso de cuento terapéutico, ya que como señala Cyrulnik (2001): “La vida no es una historia. Es una resolución incesante de problemas de adaptación” (p.117); y la posibilidad de recrearla a partir de la escritura de cuentos terapéuticos es un recurso eficaz para tal fin.

¿Por qué el cuento terapéutico sería entonces favorecedor de la resiliencia?

La escritura de un cuento terapéutico es una intervención eficaz para favorecerla ya que si la resiliencia es la capacidad de enfrentar las situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas y si el cuento terapéutico se crea desde la situación más dolorosa que un sujeto haya vivido y concluye con final positivo ambos conceptos constituyen una dialéctica complementaria. Con la escritura de un cuento terapéutico, los sujetos fortalecen los pilares de la resiliencia ya señalados.

Un ejemplo es el pilar de la creatividad; crear un cuento que implica al propio sujeto y el caos vivido es una manera de posibilitar el encuentro con un camino creativo de salida ante el sufrimiento. Otro es el de introspección: la escritura de todo cuento terapéutico genera el encuentro con uno mismo desde la mayor intimidad. Recordemos que la escritura terapéutica en general, no sólo el cuento terapéutico es una propuesta que parte desde el anonimato; de ahí el fortalecimiento de la introspección. Otro es el resorte de la iniciativa: la escritura de un cuento terapéutico permite recuperar la autonomía perdida en el pasado por la situación traumática y por lo tanto volver también a recuperar la capacidad de iniciativa en cada sujeto.

*Puedes descargar el artículo completo en formato PDF que incluye un estudio de caso y la bibliografía completa. 

Imagen: Pixabay

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Científicos logran controlar el dedo de una persona con la mente de otra a través de Internet

  • 28/08/2013
  • David Aparicio

Científicos de la Universidad de Washington lograron que la mente de una persona moviera el dedo de otra persona a través de Internet. Para realizar el experimento utilizaron una capa encefalográfica, considerada la primera interfaz humana no invasiva capaz de conectar dos cerebros humanos al mismo tiempo.

Este experimento ya había sido realizado en ratas y cucarachas, sin embargo es la primera vez que se utiliza el control de ondas cerebrales de un humano a otro.

¿Cómo se realizó el experimento?

Andrea Stocco y Rajesh Rao (ambos miembros del equipo científico) fueron los voluntarios para el estudio. Rao observaba la pantalla de un computador donde jugaba un vídeojuego bastante simple. Cuando este debía disparar a un objeto, se imaginaba moviendo su mano derecho (pero no lo hacía).



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La señal viajó por Internet y Stocco movió involuntariamente su dedo índice de la mano derecha para presionar la barra de espacio de un teclado. Según Stocco la sensación de mover la mano fue similar a la de un tic nervioso.

Chantel Prat, coautora del proyecto, explicó:

¨El experimento es una prueba de concepto de que tenemos la tecnología necesaria para realizar ingeniería inversa en las señales del cerebro y transmitirla a otro cerebro a través de un computador.¨

Prat cree que este avance neurocientífico junto a los avances en computación, permitirán en un futuro que las personas puedan transferir información para realizar habilidades mecánicas complejas, que son difíciles de verbalizar (por ejemplo, para hacer que una persona sin conocimientos técnicos logre aterrizar un avión recibiendo instrucciones de un piloto), de una forma no invasiva entre dos cerebros.

Los científicos planean realizar otro experimento donde buscarán transmitir información más compleja de un cerebro a otro y, si eso funciona, entonces realizarán experimentos con una muestra más grande.

Esta atento a Psyciencia para que conozcas las novedades de esta interesante investigación.

Fuente:  University of Wahsington; FayerWayer

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Qué recordarías mejor: un rostro o un estado de Facebook?

  • 27/08/2013
  • David Aparicio

Según un reciente estudio publicado en la revista Memory & Cognition, recordamos más un status de Facebook que una línea en un libro o la cara de un desconocido.

El equipo, conformado por científicos de la Universidad de California San Diego (UCSD) y de la Universidad de Scranton, estaban interesados en entender cómo procesamos la información absorbida desde las redes sociales. Para ello, reclutaron a 280 estudiantes universitarios y les pidieron que leyeran 100 oraciones sacadas de diferentes páginas de Facebook, 100 oraciones extraídas de libros (todas tenían como máximo 25 palabras) y una serie de imágenes de rostros humanos. Luego se les volvió a mostrar las mismas frases e imágenes y se les pidió que recordaran cuales habían visto antes. Los estudiantes recordaron más los posts de facebook que los pasajes de los libros y los rostros.

Cabe destacar que los investigadores eliminaron previamente los extraños signos de puntuación que predominan en Facebook y que podrían influenciar la memoria de los participantes. (Ejemplo: !!!!!, ;), :(,  USO EXCESIVO DE MAYÚSCULAS, etc.).



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Es  más fácil recordar un post sobre las travesuras del perro de tu amigo que la cita de un libro.

Los investigadores especulan que los posts de Facebook “inolvidables” podrían estar relacionados con su coherencia y el tono “chismoso” que los caracteriza. Es  más fácil recordar un posts sobre las travesuras del perro de tu amigo que recordar la cita de un libro.

Para evaluar esta hipótesis, se repitió el experimento utilizando titulares de CNN: noticias,  entretenimiento o comentarios de sus lectores. Se recordó mejor los titulares que las variaciones aleatorias de las historias, aún más, los titulares de entretenimiento fueron más recordados que los titulares de noticias. Pero lo que más recordaban los participantes eran los comentarios de los lectores. Según los investigadores, esto permite sugerir que nuestros cerebros son más propensos a recordar patrones de expresión que caen en línea con nuestro proceso de pensamiento espontáneo.

Respecto a los resultados, la autora de la investigación Laura Mickes, explicó:“ Uno no esperaría que los mensajes escritos casualmente serían recordado mejor que las palabras escritas por autores profesionales y editadas por editores profesionales, pero eso es exactamente lo que encontramos en varias ocasiones.”

Lo autores creen que la escritura casual y los posts no-editados son textos “listos para la mente”, ya que utilizan palabras naturales que se mantienen en nuestra memoria.

Para Mickes este hallazgo es sorprendente y nos da una idea de como la memoria trabaja y sus implicaciones sobre cómo aprendemos y cómo nos comunicamos en general.

Fuente: Healthland Wixtedlab (PDF)
Imagen: woerterhexe (Pixabay)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El cerebro colaborador

  • 27/08/2013
  • Marisa Fernandez
Cerebrp

Cuando una persona decide cooperar con otra para desarrollar una actividad asume un cierto riesgo. Nos explicamos. Cooperar implica un intercambio mutuo de beneficios entre aquellos que colaboran. Sin embargo, existe el riesgo de que alguno de los miembros de ese equipo decida aprovecharse del resto, y con este comportamiento  oportunista, privar de los beneficios a todo el grupo. A pesar de ello, sabemos que las personas de todas las culturas prefieren embarcarse en aventuras de colaboración con otros seres aún a sabiendas del riesgo de que les ‘exploten’, en contra de lo que predeciría la Teoría económica clásica. Pero, ¿por qué esta conducta prosocial se mantiene a pesar de la incertidumbre que acompaña a los procesos sociales?

Se ha planteado que la cooperación se basa en dos tipos de razonamientos. Uno, de  tinte económico según el cual actuaríamos motivados por los intereses propios y cooperaríamos si los intereses del resto coinciden con los personales. Otro, de tipo social, que propone que las personas tendrían una tendencia natural a la cooperación porque habría sido determinada por la naturaleza como una buena forma de sobrevivir.

Confiamos en la interacción social propia de las relaciones cooperativas, pero ¿cuáles son los procesos de razonamiento que subyacen a ella? En una interesante publicación en Brain & Cognition, Carolyn Declerck y sus colaboradores de la Universidad de Antwerp en Bélgica, nos proporcionan una nueva visión de la toma de decisiones en relación a la conducta prosocial: una visión neuroeconómica. Los autores plantean que el cerebro está preparado para usar tanto el razonamiento de tipo económico como el social, aunque se encontrarían representados en diferentes redes neurales, las cuales pueden actuar juntas o independientes en el proceso de tomar la decisión de cooperar.



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La motivación para la cooperación surgiría del sistema cerebral de recompensa (desde la corteza estriada hasta la prefrontal ventromedial) pero estaría modulada por dos sistemas neurales:

–          Un sistema de control cognitivo (centrado en la corteza prefrontal lateral) que procesaría los incentivos externos de la cooperación.

–          Un sistema de cognición social (unión temporoparietal, corteza prefrontal medial y amígdala) que procesa las señales de confianza y amenaza.

Y además, según explican los autores, existirían diferencias individuales con respecto a la frecuencia de uso de un tipo u otro de razonamiento. Las personas más individualistas tenderían a utilizar una estrategia racional más de tipo económico y usarían más el primer sistema porque responden mejor ante los beneficios externos de la cooperación. Las personas más orientadas a los demás utilizarían con mayor frecuencia el segundo sistema al tener más predisposición al uso de estrategias racional social, y serían más sensibles a las señales de confianza que les facilitan evitar que les engañen.

Sea cual sea la razón última de nuestro comportamiento cooperativo (el interés personal o el del grupo), parece que éste se encuentra bien establecido en nuestros cerebros. Ser capaces de decidir cuándo colaborar y con quién hacerlo es hoy, y en un mundo como el actual, una habilidad importante y el cerebro se encarga de recompensarnos por ello. Coopera y tu cerebro te lo agradecerá.

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¡Nuevo curso online! La entrevista en situaciones de visita involuntaria

  • 26/08/2013
  • Jorge Ayala Salinas

Inicio: Lunes 16 de Setiembre 2013

Duración: 6 semanas /30 horas 

Valor: 80 dólares americanos (Consulta por el precio especial si eres suscriptor del blog)



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Para la terapia breve centrada en soluciones, la resistencia no es un concepto útil. Todas las personas, de algún modo, están dispuestas a colaborar cuando usamos los recursos adecuados para construir una relación terapéutica. Sin embargo, “resistente”, “hostil”, “desconfiado”, “desafiante”, “desmotivado”, “temeroso” y “muy difícil”, son algunas de las palabras con las que todavía algunos profesionales definen a las personas que visitan la consulta luego de haber sido forzadas o presionadas por otra persona o institución dentro de su contexto social inmediato.

Estas situaciones involuntarias incluyen niños cuyos padres han llevado a terapia por presentar un “comportamiento intolerable” que el niño no acepta; un adolescente que ha sido enviado al psicólogo de la escuela por sus bajas calificaciones y su “poca disposición para el aprendizaje”; personas que han sido derivadas por los servicios judiciales tras ejercer violencia o cometido alguna infracción; o personas que se encuentran bajo la influencia del alcohol o alguna droga, y llegan a consulta a petición de su pareja o familia.

La terapia o consejería es asumida por estas personas como una intrusión en sus vidas, mostrando muy poca disposición a colaborar y compartir información, sin admitir que viven una situación difícil, que merece atención. Obtener respuestas y colaboración para el terapeuta o consejero, se convierte en una frustración, de manera que el trabajo no termina porque ni siquiera ha comenzado.

¿Qué vamos a responder en este curso?

Son varias las preguntas que nos hacemos en estas situaciones y en el CURSO intentaremos responder:

  1. ¿Cómo desarrollar una entrevista con una persona que ha llegado a consulta sin estar de acuerdo?
  2. ¿Cómo colaborar con las personas que han sido enviadas por una institución, en contra de su voluntad, para iniciar una proyecto común?
  3. ¿Qué ideas pueden contribuir con nuestra relación terapéutica?
  4. ¿Qué hacer cuando la personas no muestra deseos de conversar con nosotros?
  5. ¿Cómo responder a la ansiedad y las negaciones?
  6.  6. ¿Cómo hallar la motivación para el cambio?
  7. ¿Cómo saber qué y quiénes son importantes para esta persona?
  8. ¿Cómo incorporar requerimientos que no pueden ser negociados?
  9. ¿Cómo colaborar para que las personas puedan hablar sobre su situación con confianza?
  10. ¿Cómo co-construir sobre las competencias, los recursos y las posibilidades?
  11. 11. ¿Cómo elaborar los objetivos terapéuticos?

Objetivo

Este curso es una invitación para todas las personas que trabajan en contextos de atención donde suelen recibir personas en situación involuntaria, para que a través de una práctica respetuosa y solidaria, centrada en soluciones, maximicen las posibilidades de crear una relación de colaboración, con sentido acerca de sus recursos, opciones y control sobre su propia vida para estas personas.

Al final del taller, cada participante tendrá la oportunidad de:

  1. Incrementar la motivación y la confianza en el proceso terapéutico.
  2. Considerar y poner énfasis en la elección de las personas siempre que sea posible.
  3. Fomentar la participación de la persona durante todo el proceso.
  4. Crear acuerdos en torno a los objetivos y el proceso (tiempo, frecuencia, horarios, etc.)
  5. Informar claramente a las personas qué es lo que esperamos durante la terapia y su participación en ella, sin perder de vista lo que esperan también las fuentes de derivación.

Al final, los participantes contarán con una guía de entrevista elaborada en el curso, para ser desarrollada en sus contextos de atención.

¿Quienes pueden participar de este curso?

Psicólogos, psicoterapeutas, terapeutas familiares, estudiantes de psicología, docentes, tutores, médicos, enfermeras, y cualquier profesional que trabaje en contextos educativos y judiciales.

Si tienes alguna consulta puedes escribirle a: [email protected]

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Reflexionando sobre las neuronas espejo

  • 25/08/2013
  • Fabián Maero

Las neuronas espejo son células que se disparan durante la ejecución y observación de una acción específica; han sido vinculadas a muchos comportamientos y habilidades, desde la empatía hasta el aprendizaje por imitación, y han sido implicadas en enfermedades como el autismo. Las neuronas espejo fueron descubiertas en monos, pero aún no está claro si también existen en el cerebro humano.

Las neuronas espejo fueron identificadas en el cerebro de monos macacos por un equipo de investigadores italianos durante experimentos realizados en la década de 1990. Los investigadores, que estaban estudiando cómo el cerebro controla el movimiento de las manos y la boca, implantaron microelectrodos en los cerebros de los monos con el fin de controlar la actividad de las células individuales mientras los animales recogían pedazos de comida y los llevaban a la boca. Estos experimentos revelaron que la actividad de ciertas células aumentó cuando los monos realizaron esta acción.

Las células en cuestión se encuentran en la corteza premotora, una parte del cerebro involucrada en la planificación y ejecución de los movimientos, por lo que el hallazgo no era en sí particularmente sorprendente. Por casualidad, sin embargo, los investigadores descubrieron que algunas de las mismas células también se dispararon débilmente cuando los animales meramente observaron a los investigadores llevando comida a su boca,  y se dispararon con más fuerza al ver a otros monos realizando la misma acción. Posteriormente, el mismo equipo de investigadores identificó neuronas espejo en varias otras regiones del cerebro del mono. También encontraron células que se disparan cuando los monos observan una acción tanto como cuando sólo escuchan el sonido relacionado a ella.



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Pero, ¿qué significa todo esto? El papel exacto del sistema de neuronas espejo en los monos todavía no se conoce, aunque los investigadores que las descubrieron creen que cumplen dos funciones. En primer lugar, que las neuronas espejo estarían implicadas en la comprensión de las acciones de los demás – observar e una acción activa el sistema de neuronas espejo que genera una representación motora de la misma. Ésta corresponde a la actividad producida por la acción en sí misma: en otras palabras, el sistema de neuronas espejo transforma la información visual en conocimiento de la intención de las acciones de los demás. La segunda función propuesta es la imitación – aprender a realizar una acción mediante la observación de otros.

Un largo reflejo

El descubrimiento de las neuronas espejo fue recibido con mucho entusiasmo, y algunas personas lo han aclamado como uno de los descubrimientos más importantes de la neurociencia moderna. Dado que estas neuronas fueron descubiertas en monos, los investigadores han especulado que el cerebro humano  también podría contener neuronas espejo.

En los seres humanos, como en los monos, se hipotetiza que las neuronas espejo desempeñarían un papel importante en la imitación y comprensión de las acciones de los demás. Algunos investigadores sostienen que son fundamentales en muchos aspectos de las interacciones sociales. Éstos incluyen la comprensión de las intenciones de los demás y la deducción de su estado mental a partir de su comportamiento (una habilidad conocida como teoría de la mente); la empatía, o ponerse «en los zapatos del otro», la auto-conciencia, y la evolución y capacidad para aprender el lenguaje.

Dada su pretendida función en la cognición social, un prominente neurocientífico ha propuesto que un sistema defectuoso de neuronas espejo podría ser la causa del autismo, un trastorno del desarrollo neurológico que se caracteriza principalmente por deficiencias en la interacción social y la comunicación. El mismo investigador afirma que el descubrimiento de las neuronas espejo es «la más importante historia «no declarada» de la década”, e incluso se ha referido a las células como» las neuronas que formaron la civilización’, porque la cultura humana consiste en la transferencia de habilidades complejas y el conocimiento de persona a persona.

Recuadro: La hipótesis del espejo roto

A finales de 1990, dos grupos de investigadores propusieron de forma independiente la llamada hipótesis del espejo roto, que sostiene que los impedimentos sociales característicos del autismo son causados ​​por defectos en el sistema de neuronas espejo. La hipótesis del espejo roto ha recibido considerable atención en los medios de comunicación, pero ha sido objeto de severas críticas por muchos investigadores del autismo. Se basa en la presunción de que las neuronas espejo están implicadas en la comprensión de la acción, la imitación y la adquisición del lenguaje, y que las personas con autismo son insensibles a las emociones e intenciones de los demás. Los críticos dicen que la primera suposición es en realidad falsa, y también que hay evidencia de que las personas con autismo son, de hecho, demasiado sensibles a las emociones e intenciones de los demás. Es más, la hipótesis del espejo roto no intenta explicar de qué manera el sistema de neuronas espejo es defectuoso, o cómo pueden surgir tales defectos.

Pero, ¿tenemos neuronas espejo?

 Las neuronas espejo han demostrado ser altamente controversiales. Un puñado de estudios de escaneo cerebral muestran que varias regiones del cerebro se activan tanto durante la ejecución como la observación de la acción, y se ha sugerido que estas áreas constituyen el sistema de neuronas espejo humano. Pero mientras que cientos de otros estudios intentan explicar sus resultados haciendo alusión a las neuronas espejo, muy pocos ofrecen pruebas contundentes de ellas.

Así que hay, hasta ahora, muy poca evidencia directa convincente de que existan las neuronas espejo en el cerebro humano. De hecho, varios estudios no han encontrado evidencia de las neuronas espejo humanas en absoluto. En 2009, por ejemplo, investigadores de Harvard aprovecharon un fenómeno llamado adaptación, por el cual las neuronas reducen su actividad en respuesta al mismo estímulo repetitivo. Los investigadores mostraron a los participantes un video de gestos de manos y les pidieron que imitaran la acción. Los escaneos mostraron que las células  se adaptaron cuando los gestos primero se observaron y luego se imitaron, pero no cuando los gestos primero se imitaron y luego se observaron.

Una de las dificultades es que los investigadores rara vez tienen la oportunidad de examinar directamente el cerebro humano en acción. En 2010, sin embargo, un grupo de investigación tuvo esa oportunidad, mientras que evaluaban los cerebros concientes de pacientes epilépticos a punto de someterse a neurocirugía, y afirmaron que habían obtenido la primera evidencia directa de las neuronas espejo humanas. Algunas de estas células se dispararon tanto cuando los pacientes realizaron como cuando observaron una acción, pero la actividad de casi la misma cantidad de células disminuyó durante la ejecución y observación, lo cual levanta dudas de que realmente sean neuronas espejo. Por otra parte, las células se encontraron en el hipocampo, un área involucrada en la formación de la memoria, que anteriormente no se consideraba parte del sistema propuesto de neuronas espejo.

Los investigadores que originalmente descubrieron las neuronas espejo en el cerebro de monos han reformulado recientemente sus afirmaciones, y ahora sugieren que las células tendrían un papel mucho más limitado de lo que se pensó originalmente. En lugar de estar involucradas en la comprensión de las acciones de otros, sugieren que las células juegan un papel en ayudarnos a entender, «desde adentro», acciones que ya sabemos cómo llevar a cabo. Los críticos argumentan que esto confirma la teoría alternativa de que las neuronas espejo están implicadas sólo en la selección y el control de las acciones.

Artículo originalmente publicado por Por Mo Costandi en The Guardian y traducido y adaptado por Fabián Maero.

Imagen: Smaku (Flickr)

  • Salud Mental y Tratamientos

Antipsicóticos y el riesgo de desarrollar Diabetes tipo II en niños y jóvenes

  • 23/08/2013
  • David Aparicio
Antipsicótico

Según los resultados de un reciente estudio de cohorte retrospectivo, publicado en la revista JAMA Psychiatry, prescribir antipsicóticos “atípicos” (Risperidona, Quetiapina, Aripiprazol y Olanzapina) incrementa el riesgo de sufrir diabetes tipo II en niños y adultos jóvenes con problemas de conducta y trastornos del estado de ánimo.

Se ha visto en los últimos años un incremento en la prescripción de antipsicóticos atípicos para el tratamiento de condiciones no-psicóticas relacionadas con el estado de ánimo, problemas de atención y de conducta. Esto ha preocupado a la comunidad científica, ya que otros estudios han encontrado riesgos relacionados con estos medicamentos. Sin embargo este el primer estudio a gran escala.

El riesgo se acrecienta según se aumenta la medicación.



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El estudio utilizó una base de datos provista por el gobierno de Estados Unidos, que estaba compuesta por 28.858 sujetos que recibían antipsicóticos y 14.429 sujetos que estaban en el grupo control y tenían entre 6 y 24 años de edad. Estos datos fueron recolectados desde el año 1996 al 2007.

Luego se comparó a los niños y jóvenes que recibieron los antipsicóticos atípicos para los trastornos de atención, conducta y trastornos del estado de ánimo con el grupo control, que recibió medicación especializada para estos trastornos.

Los resultados demostraron que aquellos niños y jóvenes que tomaban antipsicóticos atípicos tenían el triple de riesgo de desarrollar diabetes tipo II (raramente encontrada en este grupo etario), luego de un año de iniciado el tratamiento. Este resultado se mantuvo constante, incluso luego de eliminar ciertos trastornos que se asocian con la diabetes (ejemplo: síndrome de ovario poliquístico). Se halló también que el riesgo se acrecienta según se aumenta la medicación. Sumado a esto, el incremento del riesgo persistió luego de un año de haberse detenido la medicación.

El Dr. Wayne A. Ray, profesor de medicina preventiva y uno de los directores de la investigación, concluyó: “Esto es particularmente importante para los niños con alto riesgo, por ejemplo, aquellos con peso elevado. Los niños deben ser vigilados cuidadosamente para evitar efectos metabólicos que predisponen a la diabetes y debe utilizarse la dosis más baja de la medicación, durante el menor tiempo posible.”

Fuente: ScienceDaily
Imagen: DiabetesGuadalajara

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