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Publicaciones por mes

agosto 2017

62 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Pesadillas (go home): un protocolo basado en la evidencia

  • Paula José Quintero
  • 22/08/2017

“I am going to bed. I will have nightmares involving huge monsters in academic robes carrying long bloody butcher knives labeled Excerpt, Selection, Passage, and Abridged.”  Helene Hanff (En “84, Charing Cross Road”).

La investigación sobre el manejo de las pesadillas dice que las cosas son más o menos así:

  • Las pesadillas pueden ser consideradas conductas aprendidas
  • Muchas veces este aprendizaje es resultado de una experiencia traumática, pero no siempre
  • Una vez aprendidas, las pesadillas son mantenidas cómo “hábitos”
  • Las pesadillas pueden generar intenso malestar y afectar la calidad del sueño, afectando así, de este modo, la calidad de vida en general
  • Contamos con algunos recursos para mejorar la respuesta emocional intensa y el malestar que sienten las personas cuando se despiertan luego de una pesadilla.
  • Las pesadillas recurrentes pueden ser abordadas como un tema clínico específico
  • Las pesadillas recurrentes pueden ser cambiadas (disminuir o modificarse)
  • Nuevos sueños pueden ser construidos para reemplazarlas
  • Estos nuevos sueños son aprendidos por ensayos múltiples
  • Estos ensayos deben cumplir ciertas condiciones
  • Cuando se construyen nuevos sueños es muy importante incluir contenido nuevo específicamente referido a aumentar el sentido de auto-competencia y control, factor que parece ser un componente fundamental para explicar el éxito de IRT

Nota para el lector/a: si no estás muy interesada/o en información teórica larga y aburrida, y querés conocer el protocolo en sí mismo, podés saltearte todo lo que sigue y pasar directo a la sección “Simplificando las cosas”.

¿Qué es imagery rehearsal therapy?

Las siglas pertenecen a la terapia de ensayo en imaginación –en inglés:  Imagery Rehearsal Therapy (IRT), desarrollada por Barry Krakow y colaboradores (Krakow et al., 2001; Krakow et al., 2000) para abordar las pesadillas crónicas.

IRT es la terapia recomendada de primera elección dentro de las guías de mejores prácticas para el Trastorno por Pesadillas en adultos (Standards of Practice Committee, 2010). Sin embargo, no es la única. Existen, para este problema, técnicas conductuales como la desensibilización sistemática, técnicas de desactivación y técnicas cognitivas (Miró Morales & Martínez Narváez, 2004). Las técnicas cognitivas incluyen de alguna u otra manera la modificación del contenido del sueño y dentro de este grupo se encuentra la IRT.

Oh las pesadillas

Las pesadillas pueden ser idiopáticas (puede sonar insultante pero un término técnico, les prometo), es decir, que ocurren sin ningún otro signo clínico psicopatológico concomitante, o bien pueden estar asociadas a psicopatología, es decir, formar parte de los fenómenos clínicos de cuadros más amplios.

La prevalencia de las pesadillas es tema de debate aún ya que existen datos dispares. Algunos estudios indican que entre un 4 a 8 % de los adultos tiene problemas relacionados con las pesadillas (Zadra & Donderi, 2000), mientras que la lista de prevalencia de la Academia Americana de Medicina del Sueño señala un 1% (1997). Las pesadillas son más frecuentes en niños y adolescentes (Sandoval, Krakow & Schrader, 1997) y sólo en algunos casos requieren intervención ya que se suelen considerar parte del proceso de maduración y tienden a desaparecer por si solas (Miró Morales & Martínez Narváez, 2004).

Ya en ámbito de la psicopatología, y aunque las pesadillas se incluyen en el DSM V como un problema clínico independiente, las pesadillas frecuentes son reportadas por personas que padecen depresión, esquizofrenia y estrés post-traumático. El TEPT es el trastorno con mayor prevalencia de pesadillas: entre un 60% y un 75% de las personas afectadas por TEPT presentan pesadillas (Foa, Keane & Friedman, 2000). También se encuentra una prevalencia elevada de pesadillas en personas diagnosticadas con trastorno límite de la personalidad. En parte esto es explicado por la alta comorbilidad entre el TLP y el TEPT. Los protocolos desarrollados para abordar los síntomas post-traumáticos en pacientes con TLP destacan la importancia de incluir el trabajo con pesadillas y suelen sugerir adaptaciones de IRT (Harned, Ruork, Liu & Tkachuck, 2015). También se ha incluído una ficha adicional para el trabajo con pesadillas basada en IRT dentro del manual de habilidades de DBT (terapia dialéctico-conductual) en su última edición (Linehan, 2015).

Las pesadillas se definen como episodios del despertar acompañados con recuerdos de imágenes y contenidos oníricos intensamente perturbadores, que involucran la experiencia de una variedad de emociones displacenteras (Neuspiel, 2015). Constituyen una parasomnia, que en el DSM V es descripta como la repetición de sueños terroríficos que despiertan a la persona, la cual puede recordar con detalle los contenidos del sueño. Los contenidos suelen involucrar amenazas a la supervivencia o integridad despertando intenso miedo (2013). Las pesadillas pueden generar elevada ansiedad, sentimientos de indefensión y miedo a volver a dormir o a dormirse la noche siguiente, lo cual genera secundariamente insomnio. Pueden también generar miedos secundarios como el miedo a la oscuridad.

Algunas personas ven afectadas su vida diurna debido a las pesadillas, ya que las emociones que despiertan pueden perdurar durante el día. Esto, sumado al mal dormir que suelen generar, pueden generar fatiga en la persona afectando su calidad de vida en general.

Si bien es cierto que las pesadillas pueden tener un origen traumático, no siempre lo tienen. En muchos casos el problema se relaciona con eventos de la vida cotidiana que pueden resultar estresantes, como por ejemplo un divorcio, un embarazo, una mudanza o un cambio de empleo, el inicio de una carrera universitaria, etc. (Miró Morales & Martínez Narváez, 2004).

¿En qué consiste IRT?

IRT sostiene que las pesadillas recurrentes representan una condición que puede tratarse de manera separada, aun en presencia de un cuadro psicopatológico más amplio. Un abordaje específico de las pesadillas puede generar no sólo la reducción de las pesadillas sino también de la ansiedad y una mejora del dormir (Kellner et al., 1992). Incluso en estudios con personas con TEPT en donde se ha realizado un abordaje específico de las pesadillas se ha podido notar no sólo la reducción de los sueños perturbadores sino también una reducción en la severidad del estrés post-traumático (Krakow et al., 2000). También puede ser útil para aquellos casos en los cuales las pesadillas permanecen como síntomas residuales luego de aplicado el tratamiento para TEPT.

Si bien podemos encontrar algunas adaptaciones, en general el tratamiento IRT consiste en un total de 3 sesiones: dos sesiones de 3 horas cada una separadas por una lapso de una semana y luego una tercera sesión de seguimiento de 1 hora de duración, que ocurre 3 semanas después.

El formato de aplicación suele ser grupal pero puede adaptarse a formato individual de ser necesario.

IRT sostiene algunos supuestos basados en la evidencia que son compartidos con los pacientes:

Supuestos de IRT (Krakow et al., 2001):

  • Las pesadillas pueden ser causadas por eventos traumáticos y podrían tener una función benéfica luego del trauma al ofrecer procesamiento emocional luego del trauma agudo
  • Las pesadillas que persisten por meses ya no sirven a fines útiles y pueden ser vistas, pragmáticamente, como un desorden del sueño
  • Las pesadillas pueden ser controladas si las abordamos como “hábitos” o “conductas aprendidas”
  • Trabajar durante el día con imaginería puede influenciar las pesadillas ya que las cosas pensadas durante el día se relacionan con las cosas soñadas durante la noche
  • Las pesadillas pueden ser cambiadas por nuevas imágenes
  • Ensayar los “nuevos sueños” mientras se está despierto reduce o elimina las pesadillas

Para describir el contenido de las sesiones vamos a basarnos mayormente en la publicación de Krakow (2001) en donde describe con bastante detalle el modelo de tratamiento.

Sesión 1: Durante esta sesión se invita a los participantes a contar el impacto que tienen las pesadillas en su vida cotidiana. Luego se presentan algunos supuestos del modelo, enfatizando en las pesadillas como no sólo eventos inducidos por el trauma sino como eventos mantenidos por el habito (conductas aprendidas). También durante esta sesión se invita a los participantes a practicar imaginería de contenido placentero y se brindan herramientas para el manejo de escenas difíciles que pueden irrumpir (entre ellas, técnicas de respiración). Se les da como actividad durante la semana la práctica de imaginería de contenido placentero.

Sesión 2: Se les enseña a los participantes a usar IRT con una pesadilla puntual que ellos elijan. Los participantes escriben el contenido del sueño perturbador. Luego se los invita a cambiar la pesadilla de cualquier modo que deseen y a escribir el sueño con la modificación realizada. Luego se los invita a ensayar el nuevo sueño en la imaginación por unos 15 minutos. Los participantes luego comparten el sueño original y el nuevo sueño. Se les solicita a los participantes que luego de esta sesión, ensayen en la imaginación el nuevo sueño de 5 a 20 minutos cada día. Las pesadillas que representan re-experimentación de eventos traumáticos son desalentadas para empezar y se los invita a comenzar con una pesadilla de menor intensidad.

Sesión 3: El grupo se vuelve a reunir para discutir experiencias, evaluar el progreso y resolver dudas.

¿Cómo viene funcionando la IRT de acuerdo a las investigaciones?

IRT es la terapia que cuenta con más investigación hasta el momento sobre el abordaje de las pesadillas recurrentes.

Les compartimos un resumen de las principales investigaciones (para un resumen mejor que éste, que incluye la mayoría de las investigaciones en el área, pueden leer la revisión de Miró Morales & Martínez Narváez, 2004):

Bishay (1985): la muestra estaba compuesta por 7 sujetos de ambos sexos a los que se les instruyó a alterar el final de la pesadilla y ensayarlo en la imaginación. Si bien este estudio tiene una n muy pequeña, fue relevante debido a que es el primero que plantea que la inducción de un final triunfante (en donde se incluye un sentido de dominio, auto-competencia y control da mejores resultados que sólo la exposición a la pesadilla original). Los 4 sujetos que eliminaron sus pesadillas no emplearon exposición sola sino ensayo de la nueva pasadilla con el nuevo final.

Kellner, Neidhardt, Krakow y Pathak (1992): la muestra estuvo compuesta con 28 adultos de ambos sexos que tenían pesadillas desde hacía más de 20 años (con una frecuencia de 2-3 pesadillas semanales). Este estudio es interesante porque es el primero en comparar IRT con desensibilización sistemática para abordar las pesadillas. La mitad de los sujetos recibieron IRT y la otra mitad DS. La intervención consistió en una sola sesión grupal y prácticas para la casa. Los resultados mostraron una reducción significativa en la frecuencia de pesadillas y en el malestar asociado (ej. ansiedad y depresión). Los logros se mantuvieron en el seguiemiento. Lo interesante es que no se encontraron diferencias entre los dos tipos de intervención.

Neidhardt, Krakow, kellner y Pathak (1992): la muestra estuvo compuesta por 20 adultos que padecían pesadillas desde hacía más de 17 años. U grupo recibió IRT, el otro grupo sólo registró sus pesadillas durante el mismo periódo de tiempo (un mes). Ambos grupos mostraron reducción de las pesadillas pero la reducción fue más significativa para IRT (IRT= 72% y registro= 47%). Además, sólo el grupo que recibió IRT mostró mejora en el malestar asociado a las pesadillas

Krakow, Kellner, Pathak y Lambert (1995): la muestra consistió en 58 adultos que presentaban diagnóstico de Trastorno por Pesadillas y depresión asociada. La intervención consistió en una sesión grupal de IRT de 2,5 horas de duración comparada con un grupo en lista de espera. El grupo que recibió IRT refiere mejoras en la frecuencia de las pesadillas, la calidad del sueño y disminución del malestar asociado.

Krakow y colaboradores (2000): la muestra estaba compuesta por 169 mujeres víctimas de abuso sexual que presentaban TEPT con pesadillas, la mitad de la muestra fue asignada a 3 sesiones de IRT y la otra mitad fue asignada a una lista de espera. Al finalizar el estudio y a los 3 meses de seguimiento el grupo que recibió IRT presentó una mejora en la frecuencia de las pesadillas, la calidad del sueño y una disminución en la severidad del TEPT, efectos que no se encontraron en los participantes de la lista de espera. Resultados similares se hallaron en un diseño similar al anterior al año siguiente (Krakow, 2001), en donde se halló que luego de la intervención de IRT los síntomas de intrusión, de evitación y de arousal pasaron de moderados-severos a leves-moderados.

Moore y Krakow (2007): la muestra estaba compuesta por 11 veteranos de guerra de Irán, que padecían de pesadillas. Se realizó en formato individual y los resultados indicaron no sólo una reducción en las pesadillas sino una mejoría de los síntomas de TEPT. Esta vez no se realizó una exposición a las pesadillas originales, sino que esa parte fue salteada en el protocolo, pasando en ese caso a la construcción de un nuevo sueño y al ensayo durante la vigilia.

Aún persisten las discusiones respecto a qué componentes de IRT explican el cambio terapéutico. ¿Qué es lo que hace que IRT funcione? Hay diferentes propuestas al respecto.

Marks (1978) sugiere que el ensayo de las pesadillas provee exposición, y explica el éxito a través de esta intervención . Bishay (1985), sugiere que la exposición sería secundaria en importancia al sentido de auto-competencia y maestría que se desarrollan en la nueva versión del sueño ya que sus observaciones sugieren que el cambio del libreto de las pesadillas cuando hay componentes de maestría y control mejora el impacto de la intervención.

Durante las pesadillas, las personas sienten terror pero también sienten pérdida de control. Abordar esto puede ser crucial para el funcionamiento de IRT y del manejo de las pesadillas en general.

Simplificando las cosas

Les vamos a compartir algunos pasos a seguir para abordar las pesadillas, sumando aportes del protocolo sugerido por Linehan (Linehan, 2015) y del modelo original de IRT (Krakow et al., 2001). Si bien podemos decir, de manera general, que esta guía no intenta reemplazar la consulta con especialistas, necesitamos hacer especial énfasis en que, en el caso del abordaje de pesadillas asociadas a trauma, se sugiere especialmente cuentes con la guía de un terapeuta durante el proceso.

Al abordar las pesadillas tenemos dos momentos diferentes:

1) ¿Qué hacer cuando tenés una pesadilla y te despierta?

2) ¿Qué hacer para evitar su recurrencia?

1) Algunas cosas que pueden resultar útiles para cuando despiertas de una pesadilla sintiendo intensas emociones displacenteras son:

  • Prende la luz, intenta decir en voz alta en donde te encuentras en ese momento (“estoy en mi habitación, en mi cama, en mi casa” por ejemplo)
  • Si te es posible, salí de la cama o movete a una zona diferente de la cama (podés sentarte de costado en tu cama, o irte a un sillón)
  • Si la activación emocional es muy alta, es probable que necesites algo diferente antes de volver a acostarte e intentar dormirte. Es posible que temas volver a dormirte por miedo a tener nuevamente la pesadilla. La idea es encontrar algo que practicar para poder bajar dicha intensidad emocional. Aquí es momento de probar diferente estrategias y ver cual funciona mejor para vos: puede ser practicar un tipo de meditación, de respiración, darse una ducha caliente o fría, o mojarse la cara con agua muy fría.
  • También puede ser útil, en momentos de despertar de una pesadilla, que utilices algunos recursos que te “anclen” al momento presente, es decir que puedas desplazar tu atención desde el contenido de la pesadilla hacia algo del ambiente presente en el momento. Las técnicas de grounding pueden ser útiles: Podés probar nombrar 5 cosas que ves, 4 cosas que escuchás, 3 cosas que tocás o que estás en contacto con (las sabanas, el sillón, la tela de la ropa de dormir), 2 cosas que olés y 1 cosas de degustás (percibir si hay sabores en tu boca, por ejemplo). Podés repetir este ejercicio varias veces.
  • Otra forma de anclarse al momento presente es poder identificar las cosas que te están pasando en ese momento desde una cierta distancia y poder completar frases como:“en este momento acabo de despertar de una pesadilla y estoy teniendo pensamientos sobre………………..…… y estoy sintiendo………..…………….. (escribir las emociones) y estoy teniendo las sensaciones corporales de……………………. (incluir las sensaciones como palpitaciones, calor, temblor, etc).”
  • Retorná a la cama cuando sientas que te encontrás más tranquila/o y que la activación emocional ha disminuido. Puede ser útil que antes de volver a dormir sumes cosas que puedan aportante tranquilidad, como un perfume especial, una manta suave o un audio con música relajante.

2) Protocolo para disminuir las pesadillas recurrentes

Lo primero que tenés que practicar son aquellas cosas que vas a necesitar para aplicar el protocolo. Básicamente, se trata de dos cosas: practicar imaginar cosas placenteras y practicar técnicas que te tranquilicen (respiración, relajación, mindfulness). Estos dos componentes son importantes y la propuesta es que practiquen ambas cosas algunas veces al día para volverte mejor al hacerlo durante el protocolo.

  • Elegí una pesadilla recurrente con la que vas a trabajar y escribila en detalle en un papel. Incluí todos los detalles que puedas (sensaciones, olores, colores, sonidos, emociones y pensamientos). Elegí una pesadilla con la que puedas lidiar en este momento y recordá pedir ayuda a un terapeuta si se trata de una pesadilla de re-experimentación de un evento traumático.
  • Elegí un final diferente para la pesadilla y escribí el nuevo sueño con el final cambiado por vos. La idea principal es que puedas cambiar el sueño antes de que el evento difícil sucede, y es recomendable que el cambio que le hagas te haga sentir con mayor auto-control y te aporte paz (a vos y/o a otras personas). Tenés libertad para cambiar lo que desees y todo vale en este punto. Dejá volar tu imaginación.
  • Prácticá el nuevo sueño completo en tu imaginación al menos una vez al día. Ensayalo en tu imaginación. Si aparecen imágenes perturbadoras durante el ensayo, no ensayes esas imágenes. Volvé al guión nuevo que escribiste.
  • Puede ser útil, si bien no es absolutamente necesario, usar una técnica de respiración o relajación antes de dormir.

Nota para el lector/a: si pasaste directo a la sección “Simplificando las cosas”, volvé al inicio y leé todo el artículo, no seas vago/a. Hay cosas ahí que pueden ayudarte a entender esta intervención.

Referencias bibliográficas:

  • Bishay, N. (1985). Therapeutic manipulation of nightmares and the management of neuroses. British Journal of Psychiatry, 147, 67–70.
  • Foa, E. B., Keane, T. M., Friedman, M. J. (2000). Guidelines for treatment of PTSD. Journal of Traumatic Stress, 13, 539–555.
  • Harned, M. S., Ruork, A. K., Liu, J., & Tkachuck, M. A. (2015). Emotional Activation and Habituation During Imaginal Exposure for PTSD Among Women With Borderline Personality Disorder. Journal of Traumatic Stress, 28(3), 253–257. http://doi.org/10.1002/jts.22013
  • Kellner, R., Neidhardt, J., Krakow, B. y Pathak, D. (1992). Changes in chronic nightmares after one session of desensitisation or rehearsal instructions. American Journal of Psychiatry, 149, 659–663.
  • Krakow, B., Hollifeld, M., Johnston, L., Kloss, M. S. R., Warner, T. D., Tandberg, D., et al. (2001). Imagery rehearsal therapy for chronic nightmares in sexual assault survivors with posttraumatic stress disorder. Journal of the American Medical Association, 286, 537–545.
  • Krakow, B., Kellner, R., Pathak, D. y Lambert, L. (1995). Imagery rehearsal treatment for chronic nightmares. Behaviour Research and Therapy, 33, 837–843.
  • Krakow, B., Hollifield, M., Schrader, R., Koss, M., Tandberg, D., Lauriello, J., … Kellner, R. (2000). A controlled study of imagery rehearsal for chronic nightmares in sexual assault survivors with PTSD: A preliminary report. Journal of Traumatic Stress, 13(4), 589–609. http://doi.org/10.1023/A:1007854015481
  • Linehan, M. (2015). DBT® Skills Training Manual Second Edition.
  • Marks, I. (1978). Rehearsal relief of a nightmare. British Journal Psychiatry, 135, 461–465.
  • Medicine., A. A. of S. (1997). The International Classification of Sleep Disorders (pp. 162–165). Rochester, Minn: Allen Press Inc.
  • Miró Morales, E., Martínez Narváez, P. (2004). Tratamientos psicológicos de las pesadillas : Una revisión. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 4, 11–36.
  • Moore, B. A., Krakow, B. (2007). Imagery rehearsal therapy for acute posttraumatic nightmares among combat soldiers in Iraq. American Journal of Psychiatry, 164, 683–684.
  • Neidhardt, J., Krakow, B., Kellner, R. y Pathak, D. (1992). The beneficial effects of one treatment session and recording of nightmares on chronic nightmare sufferers. Sleep, 15, 470–473.
  • Neuspiel, D. R. (2015). Nightmare Disorder. Retrieved from http://emedicine.medscape.com/article/914428-overview
  • Psiquiatría, A. A. de. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5 a ed. ). Arlington: American Psychiatric Publishing.
  • Sandoval, D., Krakow, B., Schrader, R. (1997). Adult nightmares sufferers: can they be identified and treated in childhood? Sleep Research, 26.
  • Standards of Practice Committee, Aurora, R. N., Zak, R. S., Auerbach, S. H., Casey, K. R., Chowdhuri, S., … Morgenthaler, T. I. (2010). Best Practice Guide for the Treatment of Nightmare Disorder in Adults. Journal of Clinical Sleep Medicine : JCSM : Official Publication of the American Academy of Sleep Medicine, 4(3), 389–401.
  • Zadra, A., Donderi, D. C. (2000). Nightmares and bad dreams: their prevalence and relationship to weel-being. Journal of Abnormal Psychology, 109, 273–281.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

«Cómo se siente una borderline» (poema)

  • Victoria Arranz
  • 21/08/2017

Confusa, contrariada, expectante,

se encuentra la flor que marchitó hace años.

Una tormenta de pensamientos inunda su mente,

hasta tal punto de dejarla sin la capacidad de razonar.

Todo tiene que ser blanco o negro, no hay grises para ella.

Impaciente, con algo de ira hacia ella misma, se calla.

Su llanto interior es tan fuerte que no le deja ver más allá.

Soluciones, sí. Pero ¿Cuál es el problema?

Indaga, hace una introspección de lo que es,

de por qué ha venido a la tierra y cuál es su función.

No está de acuerdo con nada, no se conforma.

Le cuesta disfrutar de las cosas,

por ello opta por el camino fácil: la autodestrucción.

Aniquiladora de ideas y personas,

manipuladora experta,

Llora, llora en silencio porque no se encuentra.

Procura conocerse a sí misma y no lo logra.

No se permite unos segundos para saber lo que le gusta,

lo que no le gusta.

Las cosas que debería hacer.

Cómo odia esa palabra, el deber.

Debería hacer esto, lo otro.

No es capaz de tomar decisiones de forma autónoma.

Vive en una realidad paralela

que no le deja ver el mundo tal cual es.

En esta realidad se encuentra a gusto, confortable.

Pero sabe que tiene que salir de esa zona de confort,

afrontar lo que la vida le depara.

Sigue llorando, callada.

No habla.

Se siente triste, sola, cansada.

Ha tirado la espada al suelo,

sus ojos no le dejan ver más.

Cada vez está más débil.

Le cuesta horrores pedir ayuda,

pero seguramente es de las personas que más la necesiten.

Sus emociones se mueven entre picos de montañas,

Es caótica, desordenada, una borderline.

No tiene ni idea de las frases que se crea en su trastornada cabeza.

No es consecuente con sus actos,

exige y exige y se vuelve aún más anárquica.

No permite entrar a la razón en su cerebro.

Distorsiona, observa su entorno con una mirada vacía,

llena de frustración e impotencia.

Idealiza, cómo le gusta idealizar.

Se hace preguntas, miles de preguntas,

acerca de todo.

Acerca de la existencia, de su papel en este mundo.

¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestra función?

¿Qué esperan los demás que haga? ¿Qué espero yo?

Preguntas sin respuestas que le crean aún más malogro.

La soledad se apodera de ella,

se siente incomprendida por todo lo que le rodea.

Las preguntas siguen sin respuestas,

se repite una y otra vez si algún día saldrá de ésta.

Mientras tanto ahí sigue, sobreviviendo,

mirando a través de la ventana

y escuchando el canto de los pájaros

y viendo cómo la brisa acaricia los arbustos

a la vez que el desamparo la invade.

 

  • Análisis

Los nueve tipos de narcisismo

  • Mario Arosemena
  • 21/08/2017

El amor es un sentimiento intenso que normalmente se direcciona hacia otra persona. Sentir amor por alguien implica una serie de emociones intensas: deseo, celos, afinidad e incluso puede vivirse como algo doloroso y contradictorio. De todas formas, existe una variante de esta pasión interior, el amor propio.

De una manera sencilla podríamos definirlo como el respeto hacia uno mismo. Suele afirmarse que seremos queridos por los demás siempre y cuando previamente seamos nosotros quienes nos queramos. Por este motivo, la autoestima es el elemento esencial de esta versión del amor.

Pero, ¿qué ocurre cuando ese amor hacia nosotros mismos sobrepasa el umbral de lo normal? Es decir, cuándo empieza a afectar nuestro funcionamiento en las diferentes áreas de vida, como la social o laboral.

Dentro del campo de la salud mental a esto se le conoce como Trastorno de la Personalidad Narcisista y es definido según el DSM-V (2013) de la siguiente forma:

Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

  1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
  2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
  3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
  4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
  5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
  6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
  7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
  8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
  9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

Existen diversas investigaciones que buscan descifrar las causas de este trastorno de personalidad, por ejemplo:

Un estudio reciente, publicado en la revista Neuroscience, dirigida por el investigador chino Yu Mao y su equipo encontraron que el narcisismo patológico estaba asociado con la reducción del grosor y volumen de la corteza prefrontal, la cual juega un rol importante en el control ejecutivo del cerebro y se relaciona con la desregulación emocional que presentan estos individuos. Así mismo, otra investigación menciona que el narcisismo patológico está relacionado con una disminución de la materia gris en una región del cerebro responsable de la compasión, de acuerdo con un grupo de científicos del Hospital Universitario de La Charité y de la Universidad Libre de Berlín.

Según el estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, el narcisismo es un trastorno de la personalidad en el que los pacientes tienen fuertes complejos de inferioridad pero hacia afuera se comportan de manera arrogante y autocomplaciente.

El estudio, dirigido por  el psiquiatra e investigador Stephan Röpke de La Charité, muestra una correlación estructural entre el déficit afectivo y una anomalía cerebral.

«Nuestros datos muestran que el grado de empatía está en correlación con el volumen de materia gris en esa región en la que los pacientes con narcisismo muestran déficit», dijo Röpke.

Tipos de narcisistas

El doctor Bruce Stevens, en su artículo A nine headed Hydra (2000), propone una clasificación interesante de la personalidad narcisista en nueve tipos diferentes (o una Hidra de Lerna de nueve cabezas), con el fin de ilustrar mejor las diferentes formas en que puede expresarse este trastorno y los problemas aparejados. Sin embargo, todas las cabezas comparten el mismo problema subyacente: la búsqueda desesperada de la fuente de amor a sí mismos en lugares donde nunca la encontrarán, un problema que empieza a bosquejarse vagamente desde fuera de la psicología académica o científica con el nombre de codependencia.

El dependiente

Siente una gran necesidad de ser amado y jamás está satisfecho. Nunca recibe suficiente amor. Presenta miedo al abandono y al rechazo. Su problema principal es que no es capaz de quererse y cuidarse a sí mismo y se centra en dar amor a los demás para así conseguir su aprobación y cariño. Resulta asfixiante para su pareja.

El amante especial

«Nuestro amor es único, especial, maravilloso y perfecto». Piensa que nadie puede amar a su pareja como él o ella, que con su amor curará todas las heridas que pueda tener. Idealiza el amor y a la persona amada, a quien no ve como realmente es. El resultado suele ser la decepción. Son muy vulnerables a cualquier ofensa y arrastran heridas de anteriores relaciones. No toleran ninguna imperfección en su pareja.

El poderoso

Está enamorado del poder y lo expresa humillando o aterrorizando a sus empleados. Arrogante, desprecia a sus subordinados e «inferiores». Lo único que importa es su carrera y su éxito. Su pareja suele ser una persona atractiva a quien exhibe como trofeo.

El «cuerpo»

Es un tipo de narcisismo muy habitual hoy en día. Su imagen tiene una enorme importancia y su autoestima está unida a dicha imagen. Necesita gustar a todo el mundo y que todo el mundo reconozca su belleza para sentirse una persona valiosa. Obsesión por tener el cuerpo perfecto. Tiende a negar sus problemas y a centrarse en su físico, como si el hecho de lograr la perfección física fuese a solucionar todos sus males.

El furioso

Tiene estallidos de rabia frecuentes debido a su hipersensibilidad ante cualquier ofensa real o imaginada. Tiende a ver malas intenciones en las acciones de los demás. Debajo de esa rabia frecuentemente se ocultan sentimientos como la tristeza, vergüenza o desesperación. Se caracteriza además por una incapacidad para controlar sus intensas emociones, incluida la rabia.

El estafador

Es una persona encantadora cuyos motivos son absolutamente egoístas. Pretende utilizar y explotar a los demás a través de su encanto personal. Le divierte engañar al amante confiado con infidelidades, fraudes, etc. y disfruta planeándolo. Su autoestima aumenta al verse capaz de hacer ese tipo de cosas. Las normas morales no se las aplica a sí mismo. Eso es para los demás y ellos se consideran por encima.

El fantasioso

Su mundo interior es muy rico y está poblado de fantasías de belleza, admiración, amor, éxito y mundos maravillosos, mientras que considera la realidad un fastidio del que querría escapar. Algunos adolescentes pasan horas aislados jugando al mismo juego de ordenador, con cuyo protagonista, un héroe capaz de todo, se sienten identificados. La soledad impide que el mundo exterior penetre en sus vidas mostrándoles la realidad, y su necesidad de sentirse grandiosos, únicos y especiales (algo que, en cierta medida, es normal en la adolescencia) puede hacer que se identifiquen con el héroe del videojuego y confundan la fantasía con la realidad.

El mártir

Su identidad está construida alrededor del hecho de ser una víctima o un superviviente de algo terrible. Se centra en sí mismo y en su propio dolor, que nunca llega a superar y no tiene tiempo para nadie más. Dentro de ese dolor se siente grande, «nadie sufre como yo», «he tenido que soportar cosas terribles». Es ese mártir al que todos deberían admirar por haber sufrido tanto y seguir vivo. Tienden a exagerar su dolor que, a veces, tiene dimensiones religiosas: el destino divino del sufrimiento exaltado y admirado. En realidad, es una forma de evitar el verdadero dolor y los problemas reales que hay en su vida y en sí mismo. «Mi dolor es tan grande que me impide pensar en otras personas o hacer otras cosas».

El salvador

«Sólo yo puedo ayudarte», «sólo yo puedo cambiar tu vida». Es probable que tenga un trabajo relacionado con la ayuda a los demás, al que dedica todo su tiempo porque «lo necesitan». Sin embargo, siempre acaba pidiendo algo a cambio, como sexo o dinero. Es frecuente en ciertos líderes religiosos de sectas.

Stevens hace una buena ilustración para categorizar algunos tipos de conductas narcisistas. Pero cuidado, sentirte identificado con algunos de estos criterios no significa que padezcamos de este trastorno de personalidad, debido a que es muy probable que contemos con distintos rasgos de personalidad, un porcentaje de obsesivos, quizás algo narcisistas o hasta algo histriónico, sean cual sean no debemos de entrar en un estado de preocupación, siempre y cuando no nos afecte en ninguna de nuestras áreas de funcionamiento como p.e, lo laboral, lo social, lo familiar, etc.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La personalidad y su relación con la vulnerabilidad de sufrir trastornos mentales

  • David Aparicio
  • 18/08/2017

A menudo consideramos la personalidad como un factor importante de predisposición a los trastornos mentales. Sin embargo, todavía no sabemos con claridad que ocurre primero. ¿Acaso los problemas mentales contribuyen al desarrollo de una personalidad neurótica? o ¿una vida llena de adversidades es la que desarrolla una personalidad neurótica y problemas de salud mental?

No hay respuestas sencillas. Pero tenemos nuevos datos que nos ayudan a entender un poco mejor esta intrincada relación.

Los datos provienen de un estudio publicado en el European Archives of Psychiatry and Clinical Neurosience, que inició en 1979 cuando se entrevistó por primera vez a 600 personas que tenían entre 19 y 20 años de edad. Se indagó sobre sus problemas con el consumo de alcohol, historia familiar, salud mental, relaciones interpersonales y perdidas de empleo.

Las entrevistas y evaluaciones siguieron repitiéndose durante 1981, 1988, 1993, 1999 y en el 2008, cuando tenían alrededor de 50 años de edad. Su personalidad también fue explorada en dos ocasiones. La primera evaluación fue en 1988 cuando los sujetos tenían en promedio 29 a 30 años de edad, la segunda evaluación se hizo en 1993 cuando ellos tenían entre 34 y 35 años.

Los análisis arrojaron datos muy interesantes. La personalidad se relacionó fuertemente con la probabilidad de experimentar problemas de salud mental. Por ejemplo, las personas que puntuaron alto en las escalas de neuroticisimo también tenían mayor riesgo de sufrir de depresión, ansiedad y problemas con el consumo de alcohol y drogas. Por otro lado, Los sujetos que puntuaron alto en extraversión tenían menos riesgo de sufrir de alguna condición mental.

Un dato que no es nuevo, pero que sirve como recordatorio sobre el impacto que puede tener los eventos y adversidades de la vida sobre la salud mental, fue que aquellos que sufrieron de la perdida de trabajo y rupturas de pareja tenían más riesgo de sufrir de depresión.

Otro resultado fundamental fue que las personas con una personalidad más neurótica tenían mayor riesgo de sufrir de problemas de salud mental en un futuro y estos trastornos eran más severos para los participantes con este tipo de personalidad.

Los autores lo explican de la siguiente manera:

“Nuestros hallazgos resaltan el rol fundamental de la personalidad, principalmente el neuroticismo, sobre la ocurrencia, persistencia y severidad de la psicopatología”.

La investigación tiene algunas limitaciones importantes que se deben considerar.

La primera evaluación de la personalidad se realizó cuando ellos tenían 29 años de edad, cuando los eventos de la vida ya podrían han formado la personalidad. Otra limitación fue que las escalas que se utilizaron en las evaluaciones —recordar que la investigación es de tipo longitudinal y tiene años haciendo el seguimiento— se hoy consideran obsoletas, porque no incluían algunos rasgos como por ejemplo Apertura a la experiencia.

Como siempre, ninguna investigación es perfecta y hay que aplaudir la titánica labor de investigación que realizaron estos investigadores para ayudarnos a entender un poco mejor la complicada relación entre la personalidad y los trastornos mentales.

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Neurólogos descubren un circuito cerebral encargado de recuperar recuerdos

  • Rita Arosemena P.
  • 18/08/2017

Neurocientíficos del MIT han encontrado un circuito de nuestro cerebro dedicado a recuperar memorias almacenadas. Los resultados del estudio, que muestran por primera vez esta evidencia, se refiere a una de las preguntas más importantes en investigación cerebral y es acerca de cómo son formados y recuperados los recuerdos; la respuesta, dicen los científicos, es inesperada, ya que apunta a dos circuitos diferentes cuando, antes, se creía que había solo un circuito involucrado.

Cuando vivimos una nueva experiencia, el recuerdo de esta vivencia se almacena en un circuito neuronal que conecta distintas partes del hipocampo y otras estructuras cerebrales. Cada racimo de neuronas puede almacenar aspectos diferentes de la memoria, tales como el lugar donde se dio el evento y las emociones asociadas a él.

Antes se creía que el mismo circuito involucrados en la formación de los recuerdos era el encargado de la re-activación las memorias durante el proceso de «recuperación». No obstante, lo que los neurocientíficos encontraron es que se necesita un circuito de desvío para el proceso de recuperación de las memorias, pero no para el proceso de formación.

habría dos circuitos involucrados en la tarea de formación y recuperación de los recuerdos y no sólo uno, como se creía antes

Para llegar a esta conclusión, los investigadores observaron el proceso de formación de los recuerdos durante un evento de condicionamiento del miedo en roedores que consistía en la aplicación de choques eléctricos a nivel moderado. El experimento permitió comprobar que el hipocampo necesita dos circuitos distintos para la formación y recuperación de la memoria, lo cual podría deberse a dos razones:

  1. Primero, la interacción de estos dos circuitos podría facilitar la edición y actualización de los recuerdos. Esto quiere decir que, una vez es activado el circuito de recuperación, se activa simultáneamente el circuito de formación, lo cual permite el almacenamiento de nuevas memorias.
  2. Otra explicación podría ser que el circuito de desvío ayuda a estimular la respuesta a largo plazo del estrés, lo que a su vez estimula la segregación de corticoesteroides y prepara el organismo para una acción de lucha o huida.

Los investigadores opinan que estos hallazgos podrían guardar relación con el desarrollo del Alzheimer, puesto que, hace un año, se encontró que los ratones con una versión de la enfermedad de Alzheimer en etapa temprana tienen problemas para recordar pero todavía son capaces de formar nuevos recuerdos.

Fuente: Science Daily; Cell

 

  • Salud Mental y Tratamientos

Personas casadas con esquizofrenia muestran mejor calidad de vida, según estudio

  • Rita Arosemena P.
  • 18/08/2017

Estar casado podría ser un factor predictor de resultados más favorables a nivel profesional, económico y comunitario en personas con esquizofrenia. A esta conclusión apunta un artículo publicado en la revista Schizophrenia Research en el cual se recopilan datos de estudio epidemiológicos de zonas rurales de China para así medir el impacto del matrimonio a lo largo de 14 años en una muestra de personas diagnosticadas con esquizofrenia.

Los puntos más relevantes del estudio sugieren que los efectos positivos del matrimonio incluyen un mayor apoyo social y sentido de inclusión, lo que puede traer beneficios importantes a las personas diagnosticadas con desórdenes mentales.

Además, se cree que esta mejora en los resultados de vida y el apoyo familiar constante disminuye el riesgo de cometer suicidio y mejora los niveles de satisfacción general, lo que incluye:

  • Una reducción en los índices de ansiedad y depresión
  • Menor aislamiento social y sentimientos de soledad

El estudio analizó los datos de 510 individuos diagnosticados con esquizofrenia, quienes fueron extraídos de una muestra longitudinal de los servicios de salud mental en una comunidad rural de China.

A la par del estatus marital, fueron tomados en cuenta datos como:

  • Los síntomas de la condición mental
  • El grado de discapacidad social
  • El grado en que los participantes era funcionales
  • El factor «supervivencia»

los efectos positivos del matrimonio incluyen un mayor apoyo social y sentido de inclusión, lo que puede traer beneficios importantes a las personas diagnosticadas con desórdenes mentales

El factor supervivencia se refería a estar vivo y residir en la comunidad. También se incluyeron otras variables como el sexo, la edad, el nivel de educación, los primeros indicios de psicosis, la duración de la enfermedad, los intentos suicidas y el estado de salud general, los miembros de la familia, el estatus económico de la familia, el estatus del primer cuidador, signos o evidencia de maltrato registrado en miembros de la familia y comportamiento criminal.

Los resultados finales del estudio indican que:

  • El 72% de los participantes a los que se dio seguimiento por un periodo de diez a catorce años estaban casados y el 27% no lo estaban.
  • En el grupo de personas casadas, los índices de supervivencia  fueron significativamente bajos, lo que implica que la tasa de suicidio era de 3.5 a 3.7 más alta, así como tasas mucho más altas de desahucio o abandono del hogar.
  • Las personas que no estaban casadas eran más propensas a reportar que se sentían incapaces de trabajar y, en un radio de diez años de seguimiento, este grupo reportaba también índices más bajos de funcionamiento social.
  • Las personas casadas presentaban síntomas menos fuertes, vivían en familias con un estatus socioeconómico alto y eran más propensas a tener un cuidador y estar rodeadas de más familiares.
  • Los participantes casados también resultaron ser menos propensos a ser maltratados por otro miembro de la familia y presentaron índices más bajos de requerimiento antipsicótico.

Fuente: Mad In America; Schizophrenia Research

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estabilizando los patrones de sueño para prevenir el suicidio

  • Alejandra Alonso
  • 17/08/2017

Según la OMS, cada año se suicidan 800.000 personas. Es la segunda causa de muerte en personas de entre 15 y 29 años y un alto porcentaje de los suicidios sucede en países de bajos y medianos ingresos. Dichas estadísticas no incluyen los intentos de suicidio, que según la OMS son mucho más frecuentes.

Un nuevo estudio de la Universidad Stanford encontró que una fluctuación en los tiempos en que se duermen y despiertan los adultos jóvenes afectó la severidad de sus pensamientos suicidas en los días o semanas posteriores.

La diferencia que este factor tiene con otros que incrementan el riesgo de suicidio en un individuo (como ser hombre o blanco) es que se puede modificar, además de ser un signo claramente identificable y no estigmatizante, según señalan los autores del paper. Es por eso que representa un objetivo importante de tratamiento.

Un factor de riesgo que se puede modificar y no estigmatizante

En el estudio, que fue pequeño y se publicó en el Journal of Clinical Psychiatry, Rebecca Bernert y sus colegas revisaron datos sobre el sueño autoreportados por los 50 participantes que tenían entre 18 y 23 años. Todos los participantes indicaron haber tenido intentos de suicidio o pensamientos suicidas.

Los sujetos utilizaron un dispositivo similar a un reloj por el plazo de una semana, el mismo les permitía a los investigadores medir la calidad del sueño. El dispositivo había sido previamente validado como forma precisa de distinguir patrones de sueño-vigilia y generar una variedad de medidas del sueño.

Al principio del estudio y luego a los 7 y 21 días posteriores, los participantes llenaban un cuestionario relacionado a la severidad de sus síntomas suicidas, insomnio, pesadillas, depresión y consumo del alcohol.

Los resultados revelaron que aquellos que se dormían y despertaban a horarios variados tenían mayores probabilidades de experimenter síntomas suicidas a los 7 y luego a los 21 días. La relación se mantuvo incluso luego de considerar la severidad de la depresión y sus síntomas y el hábito de uso de sustancias.

Según Bernert, dado que la ideación suicida y los trastornos del sueño son síntomas de depresión, es importante evaluar dichos factores para lograr predecir de manera más acertada el riesgo.

El grupo de investigadores se encuentra actualmente investigando cómo el insomnio no inducido por medicamentos afecta los pensamientos suicidas.

El suicidio es un problema de salud pública que preocupa mucho, por eso las investigaciones a través de las cuales podemos aprender más sobre los factores de riesgo y formas de prevención son muy valiosas. Como dicen los autores, los horarios de sueño son un signo claro y relativamente fácil de modificar para ayudar a estas personas.

Fuente: Medical Daily; Stanford

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Análisis de la serie ‘Merlí’: un buen discurso de filosofía

  • Rita Arosemena P.
  • 17/08/2017

Hay una conocida frase de Ebbinghaus acerca de la psicología y sus orígenes que dice: “La psicología tiene un largo pasado, pero una breve historia”, y este pasado se llama, justamente, filosofía.

Una de las premisas de enseñanza básica dentro de esta disciplina es la noción de la filosofía como madre de todas las ciencias, ya que se orienta al estudio y análisis de la totalidad de lo real. La filosofía abarca por esencia todo cuanto existe, todo cuanto ocupa un lugar en el mundo.

El desarrollo de las ciencias modernas deriva de las reflexiones de los primeros pensadores, incluso hoy siguen aplicándose en ciertos contextos las observaciones hechas por Sócrates y Platón. Si bien puede encontrarse un análisis más profundo del vínculo entre la psicología y la filosofía en uno de nuestros artículos anteriores, considero importante hacer esta introducción por lo repetitiva que se ha vuelto la idea en determinados círculos de que la filosofía no sirve para nada.

La buena noticia es que, a pesar de la jerarquización sistemática de las ciencias exactas, la filosofía no ha sido abolida aún de las mallas curriculares (así no forme parte del top 3 de asignaturas escolares). En los colegios sigue transmitiéndose la importancia del Yo observador, de la curiosidad y la investigación como vías para aumentar el conocimiento y comprensión de la naturaleza y la realidad (incluso existen programas nuevos, basados en investigaciones como el de Filosofía para niños, que resaltan la importancia de esta materia). Y es para esto que sirve la filosofía… para pensar.

La grandeza de la filosofía son estas cosas, entender estas problemáticas, en realidad esto requiere coraje (…) La filosofía es pues, coraje, José Pablo Feinmann, filósofo argentino.

Sentencias filosóficas de la vida cotidiana: el método Merlí de enseñanza escolar

Merlí es una serie catalana producida por la cadena TV3. La trama gira en torno a un profesor de filosofía (Merlí Bergeron) que pretende motivar a sus alumnos a convertir el acto de pensar en una constante rutinaria en sus vidas, para lo cual emplea métodos muy poco convencionales que, sin embargo, parecen ser eficaces.

Merlí es lo que llamaríamos un perfecto antihéroe, es decir, alguien que posee todo el protagonismo de un héroe convencional pero todos los defectos de una persona común y corriente.

Desde el primer capítulo de la serie, Merlí pone en práctica un modelo de enseñanza constructivista completamente opuesto al típico modelo habitual: el enfoque basado en la memorización y la reproducción, que viene a ser personificado por uno de los colegas de Merlí en el instituto: Eugeni Bosc.

Merlí es visto en la serie como el “profesor raro” que quiere ganarse la confianza de sus estudiantes, para lo cual usa la empatía, habla con ellos en el mismo idioma, apela a los intereses y gustos de los adolescentes y hasta llega a incitarlos a hacer trampa en un certamen de literatura.

No es la forma tradicional en que se imparten las bases de la filosofía clásica y moderna en el colegio, pero ¿funciona?

“Que las cosas sean de una manera no quiere decir que no cambien”, diría Merlí.

La serie presenta un entramado de historias de gente común donde el ejercicio de la filosofía juega un rol determinante en la toma de decisiones asertiva. Partiendo del personaje principal, Merlí, la puesta en escena está plagada de casos de vida significativamente realistas, problemas comunes y situaciones que cualquier adolescente podría experimentar, como la aceptación de la orientación sexual, la masturbación y las relaciones sexuales.

La trama también presenta un modo distinto de despertar el interés por la filosofía: mostrarla como una disciplina práctica — lo que realmente es — en lugar de un conjunto de enunciados teóricos.

Desde luego, la serie también tiene puntos ciegos que llegan a incomodarnos, como la incompatibilidad entre Merlí El Profesor y Merlí El Hombre. En su faceta profesional, Merlí muestra destreza para motivar a sus alumnos y cultivar el amor por el aprendizaje; en su faceta personal, en cambio, vemos un tipo conflictivo, sumamente egoísta y algo déspota, cualidades más próximas a los antivalores que a los valores de la enseñanza.

No sugiero que la serie deba presentar un personaje perfectamente correcto para ser más creíble, solo que el tema de los “buenos profesionales” que son malos para seguir principios éticos ha dado al sector educativo muchos dolores de cabeza y sería más constructivo apelar a una concientización evidente que presentar una trama donde parezca normal ser mejor profesor que padre.

Ya lo dijo Howard Gardner hace un tiempo en una entrevista: “Los mejores profesionales son siempre ECE: excelentes, comprometidos y éticos. No alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia”.

Esto hace que sea más factible aprender de Merlí en el plano educativo que en el personal. No es que ver la serie sea particularmente instructivo para mejorar, por ejemplo, el modo en que llevamos nuestras relaciones personales, pero sí creo que personifica lo que idealmente debería inspirar la enseñanza, y es el atreverse a pensar de forma distinta, el atreverse a crear.

“Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción o construcción”, dijo Paulo Freire.

La forma en que Merlí transmite a sus alumnos los principios básicos de la filosofía es tan eficiente que pasa casi inadvertida para ellos, así el ejercicio de la reflexión termina siendo lo que debe ser: algo natural y no una imposición.

La diferencia entre deseos y necesidades, el bien y el mal, la inteligencia y el instinto… no se puede negar que el lenguaje crudo y directo de Merlí conlleva una facilidad para hacer que resucite nuestro interés, y el de sus estudiantes, en temas tan obvios como profundos, lo cual definitivamente son varios puntos a favor y hace que valga la pena ver la serie (incluso si eres de los que sospecha que la filosofía no sirve para nada).

Merlí presenta un discurso francamente bien hecho acerca de la finalidad de la filosofía, independientemente de la vida privada del personaje principal. También se ejemplifican los pros de los nuevos modelos educativos, que abogan por un escenario menos rígido, un espacio donde los alumnos se sientan libres para opinar y cuestionar desde su concepción del mundo y sus experiencias personales.

El método Merlí es poco ortodoxo, introduce una forma de enseñar filosofía sin caer en lo dogmático, recurriendo a la paráfrasis y al imaginario común (es decir, a situaciones de la vida corrientes) para comprender enunciados complejos, y esto es precisamente lo que una asignatura, que tristemente a menudo es dejada de lado, requiere para demostrar que es valiosa y que tiene mucho que aportar aún a las nuevas generaciones.

Puedes ver la serie completa en Netflix.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Practicar artes marciales reduciría la agresión en niños y adolescentes

  • Rita Arosemena P.
  • 16/08/2017

Aunque las artes marciales se consideran popularmente un deporte violento, un estudio publicado en Agression and Violent Behaviour aporta aún más evidencia a la idea de que participar en este tipo de actividades podría ser beneficioso para mejorar la auto-conciencia, autoestima, estabilidad emocional y autoregulación.

Después de todo, tradicionalmente las artes marciales se basan en un ejercicio de adiestramiento mental donde se enseña a los discípulos a gobernar primero los impulsos y deseos, a practicar eficazmente el autocontrol para tomar decisiones acertadas.

De acuerdo con los investigadores, la mayoría de niños que forman parte de grupos de artes marciales reciben un impacto positivo en su capacidad de manejar la ira, la agresión, la hostilidad y la violencia. Para convalidar esto, se recurrió a un análisis de investigaciones anteriores (alrededor de 300 documentos relevantes) donde pudo comprobarse que las artes marciales reducen el índice de comportamientos externalizados como la agresión física y verbal, el bullying físico y verbal, el robo y el vandalismo.

Esto se debe a la enseñanza del sentido de autocontrol que implica el aprendizaje de las artes marciales, lo que a su vez minimiza las respuestas emocionales negativas

Estos resultados fueron consistentes independientemente de la edad y género de los participantes, el tiempo invertido en entrenar y el lugar de entrenamiento. Sin embargo, este metanálisis se vio obstaculizado por la escasez de estudios de calidad para examinar el impacto de las artes marciales en niños y adolescentes.

Según los autores, «la investigación sobre artes marciales es escasa y muchos estudios carecen de la integridad estadística para incluirlos en un metanálisis robusto». Por supuesto, hay muchos tipos distintos de artes marciales y todos varían en técnica y filosofía; el único estudio en esta revisión que reportó un impacto negativo en el comportamiento fue respecto a los muchachos jóvenes que participaron en el judo, lo cual puede deberse a la falta de meditación dentro de las sesiones de entrenamiento para ayudar a mejorar el autocontrol, que es un aspecto común de otras artes marciales.

Investigaciones adicionales nos ayudarán a identificar bajo qué situaciones y qué artes marciales son más beneficiosas para ayudar a los adolescentes con tendencias agresivas. Como señalan los autores del estudio, «mientras que los programas psicológicamente orientados a menudo reciben la mayor parte del interés científico, los jóvenes con problemas a menudo no cooperan con estos enfoques tradicionales. Las artes marciales pueden complementar y formar una base para una mayor cooperación en terapias psicológicas «.

Fuente: Research Digest; Science Direct

Sin categoría

Los hombres que tienen hermanas mayores son menos competitivos

  • Rita Arosemena P.
  • 16/08/2017

Factores de crianza comunes como ser el hijo menor podrían influir en el desarrollo de una personalidad menos competitiva, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Personality and Individual Differences.

Anteriormente se había estudiado ya la diferencia en los tipos de personalidades y su posible relación con el orden de nacimiento y el sexo de los niños, el problema es que gran parte de la investigaciones previas realizadas hasta ahora se basaba en auto reportes de la personalidad o en evaluaciones de los padres que tendían a ser subjetivas.

Este nuevo estudio se enfocó en un hallazgo extraído de investigaciones predecesoras que sugiere que los hombres con hermanas mayores son menos competitivos. Para comprobar esta hipótesis, el equipo de investigación, conducido por Hiroko Okudaira, invitaron a participar a 135 estudiantes de secundaria en un experimento inicial y 232 estudiantes universitarios en un experimento siguiente.

Los voluntarios completaron una prueba matemática donde obtuvieron puntos por cada respuesta correcta y luego participaron de un torneo donde el precio disponible se obtenía más tarde, pero solo si vencían a todos los demás voluntarios.

Finalmente, en una prueba posterior, los estudiantes debían elegir qué sistema preferían, si el de “pago por pieza” o el “torneo”.

En el primer experimento, los varones fueron más propensos a elegir el sistema de torneo que las mujeres (61 por ciento vs. 23.4 por ciento), sin embargo, enfocándonos al porcentaje de esos varones que tiene una hermana mayor, el índice resulta ser de solo 38 por ciento, es decir, una menor tendencia a querer participar en el torneo que el resto.

En el segundo experimento realizado con estudiantes universitarios, los hombres mostraron ser más competitivos que las mujeres, pero no aquellos que tienen al menos una hermana menor. Esta muestra resultó ser un 21 por ciento menos propensa a participar en un torneo que el resto de los hombres.

Los investigadores encontraron que estos resultados se sostenían independientemente de otras posibles influencias como la evasión al riesgo y la sobre-confianza. El equipo comprobó esto dando a los participantes la oportunidad de obtener un premio temprano en el modo torneo, lo cual no cambió la situación.

Hay dos posibles explicaciones para que los hombres con hermanas mayores sean menos competitivos, de acuerdo con los investigadores:

  1. En primer lugar, está la influencia de la asimilación de roles, que hace que las personas adopten estereotipos de género básicos hacia sus parientes cercanos.
  2. El segundo motivo podría ser que los niños que nacen después a menudo compiten menos por la atención de sus padres que los niños que nacieron primero. Esto sucede porque los hijos mayores suelen sentirse más presionados a cumplir con las expectativas de sus padres y a defender “su lugar” frente a la llegada de los hijos menores.

Fuente: Research Digest; Science Direct

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