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Publicaciones por mes

agosto 2021

53 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La música: un refugio en los momentos más difíciles de la cuarentena

  • 17/08/2021
  • David Aparicio

La primera cuarentena por COVID-19 tenia todos los ingredientes necesarios para que sintiéramos mucho miedo y ansiedad. Era una situación completamente desconocida, provocada por una enfermedad mortal que nos obligó a aislarnos de nuestros seres queridos y nos apartó de nuestra rutina.

La gente hizo todo lo que pudo para afrontar la ansiedad por la cuarentena: muchos empezaron a cocinar, hornear pan, ver películas y series y otros buscaron refugio en la música.

Entendiendo que la música puede evocar emociones poderosas y alterar nuestro estado de ánimo o aliviar nuestro malestar, un equipo de investigadores israelíes aprovechó la cuarentena para explorar cómo las personas utilizaban la música para regular sus emociones y afrontar la ansiedad.

El equipo distribuyó 200 encuestas que evaluaban los cambios en los hábitos de escuchar música durante la cuarentena y les preguntaron si habían incrementado el consumo de música, qué cambios a nivel emocional habían experimentado y las razones por las cuales escuchan música.

Resultados

  • El 48% de los participantes dijo que había incrementado su consumo de música durante la cuarentena.
  • El 51% reportó que usaba la música para mejorar su estado de ánimo.
  • El 49% manifestó que el uso de música incrementó su energía.
  • El 46% afirmó que la música los ayudó a relajarse.
  • El 48% declaró que usaba la música como ruido de fondo mientras hacían otras actividades.

Los investigadores también les pidieron a los participantes que reflexionaran sobre cómo les ayudó escuchar música durante la cuarentena y la respuesta más frecuente se relacionó con la regulación emocional. En concreto el 75% dijo que escuchar música les ayudó a regular sus emociones displacenteras como el miedo, la tristeza y la soledad.

También encontraron que escuchar música se correlacionó con el incremento en el sentimiento de pertenencia, destino compartido, hermandad y conexión con los demás. En resumen, los hacia sentir menos solos.

Sobre este último hallazgo la coautora de la investigación, Naomi Ziv, explicó:

El hallazgo más interesante, en mi opinión, es que los aumentos en el uso de la música se asociaron más fuertemente con las emociones relacionadas con la conexión con los demás. Esto parece sugerir que, al menos en circunstancias tan extraordinarias como el encierro, la música puede desempeñar un papel social importante en la creación de un sentido de pertenencia al grupo y posiblemente ayudar a sobrellevar la situación.

Limitaciones

El estudio es muy interesante, pero tuvo dos limitaciones importantes que hay que mencionar:

  • El estudio es de tipo retrospectivo y solo se valió de los reportes de los participantes. No aplicó pruebas psicológicas estandarizadas que permitieran evaluar el impacto de la música.
  • El tamaño de la muestra fue bastante pequeño, lo que dificulta estudiar con más precisión la relación entre las variables (música, emociones, edad, etc.).

Conclusión

Aun con dichas limitaciones, los resultados de esta investigación corroboran los hallazgos de estudios previos sobre el rol de la música en la vida de las personas y cómo la utilizaron para afrontar la incertidumbre que vivieron en momentos tan difíciles como la primera cuarentena. Además los ayudó a sentirse más conectados con sus amigos y grupos sociales en momentos donde no podían verlos ni salir de sus casas.

Referencia: Ziv, N., & Hollander-Shabtai, R. (2021). Music and COVID-19: Changes in uses and emotional reaction to music under stay-at-home restrictions. Psychology of Music. https://doi.org/10.1177/03057356211003326



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

La ola del duelo

  • 16/08/2021
  • David Aparicio

Encontré en Facebook una muy buena ilustración que nos ayuda a reflexionar sobre el duelo y la perdida. La ilustración usa la metáfora de ola, un recurso que usamos bastante en la consulta para ejemplificar cómo se siente cuando la vida nos pega muy fuerte. Gracias a Nerea Va por compartirlo



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  • Sponsor

Curso online profesional en infidelidad. Evaluación e intervención desde terapia integral de pareja

  • 16/08/2021
  • David Aparicio

Que uno de los miembros de la pareja traicione la confianza del otro con una tercera persona es uno de los eventos que más dolor genera, mermando la autoestima y la satisfacción de la persona que ha sido traicionada.

En terapia de pareja es posible que vengan pidiendo trabajar en la recuperación de la confianza, porque la infidelidad ya se ha comunicado, pero también es posible que un miembro de la pareja te diga en confidencialidad que está siendo infiel… ¿sabrías cómo trabajar en cada uno de estos supuestos?

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  • Salud Mental y Tratamientos

El miedo a las enfermedades y la ansiedad ante la salud

  • 16/08/2021
  • CETECIC

Frecuentemente, recibimos pacientes cuyo motivo principal de consulta es el temor a las enfermedades. En algunos casos, la persona cree que padece hoy una enfermedad, otras veces se encuentra más preocupada por padecerla en el futuro. En cualquier caso, la persona sufre fuerte angustia, preocupación y lleva a cabo todo un conjunto de conductas de evitación para aliviarse. En la literatura científica actual, se conoce a este fenómeno como ansiedad ante la salud.

Históricamente, se ha utilizado el término hipocondría o hipocondriasis para describir a las personas que, en condiciones de salud normales, creían estar enfermas o temían mucho a las enfermedades. Así, por ejemplo, en el DSM-IV el criterio central del diagnóstico versaba “la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave a partir de la interpretación inadecuada de síntomas corporales”.

La preocupación persiste a pesar de que las pruebas médicas correspondientes no hallan ninguna evidencia de procesos patológicos orgánicos, lo cual les ha valido a estas personas el mote de “enfermos imaginarios” y los ha llevado a ser considerados frecuentemente un fastidio por los médicos y otros profesionales de la salud. Algunas de estas personas también generan cierto malestar social entre sus familiares y allegados ya que, ubicados desde el lugar de enfermos, suelen requerir ciertos cuidados y tratos especiales que los demás no están dispuestos a conceder por considerarlos personas sanas. Y, finalmente, hasta hace unas pocas décadas las intervenciones psicológicas habían resultado un fracaso en el tratamiento de sus preocupaciones y temores, con lo cual se los veía como incurables y hasta intratables por cualquier herramienta del sistema de salud. Así las cosas, el término hipocondríaco terminó por adquirir un sentido algo peyorativo en muchos ambientes, estigma de alguien no solo perturbado emocionalmente, sino que también representa una carga para el sistema de salud y sus allegados.

La consolidación del paradigma cognitivo conductual durante la década del 80, en consonancia con el auge de las neurociencias y las intervenciones farmacológicas, otorgó nuevas y valiosas herramientas de tratamiento para esta patología. La efectividad de los tratamientos creció considerablemente, llegando a niveles similares a los de los trastornos de ansiedad como el desorden de pánico o el trastorno obsesivo compulsivo. De hecho, tanto el marco teórico explicativo general como los procedimientos de intervención psicológicos y farmacológicos no difieren mucho entre estos desórdenes mencionados, así que tampoco las tasas de remisión habrán de ser muy diferentes.

La investigación dentro del campo se desarrolló fuertemente y se diseminó hacia los aspectos más específicos del fenómeno, como el rol de las conductas de evitación, la relación entre el médico y el paciente y el impacto que la internet ha tenido en esta patología. Este último tópico resulta de particular relevancia al considerar que las conductas de evitación y escape en la hipocondría adquieren frecuentemente la forma de “búsqueda de información”, por consecuencia, pueden ejecutarse fácilmente buscando información en la web.

La hipocondría o hipocondriasis en el DSM-V no existe más

Algunos autores consideran que la facilidad de acceso a información médica a la que nos hemos visto expuestos en los últimos años ha llevado a incrementar el desorden psicológico en cuestión, creando incluso una nueva entidad de estudio denominada cibercondría. Si bien no es un diagnóstico en sentido pleno, la cibercondría describe un conjunto de comportamientos, pensamientos y emociones muy característico. Así, quienes padecen de cibercondría efectúan excesivas búsquedas de información sobre la salud en Internet, lo cual, lejos de tranquilizarlos, los conduce a mayor preocupación y ansiedad que procuran aliviar con más búsquedas, estableciendo así un círculo vicioso propio de la ansiedad patológica. Insistimos, tal vez la cibercondría no es ni nunca sea un diagnóstico formal, pero sí seguramente constituye una arista particularmente importante del “trastorno de ansiedad ante la salud”, tal y cuál como se presenta en la era de la información al alcance de un dedo.

La aparición del DSM-V en el año 2013 ha cambiado bastante la nomenclatura diagnóstica históricamente utilizada en el terreno. Pretendiendo hacerse eco del hecho mencionado acerca de que la palabra hipocondríaco ha adquirido un sentido peyorativo, prefirió descartarla; vale decir, la hipocondría o hipocondriasis en el DSM-V no existe más. En su lugar, la nueva versión del manual propone una división del antiguo diagnóstico en dos categorías nuevas:

  1. El desorden de síntomas somáticos caracterizado por la presencia de uno o más síntomas somáticos que causan malestar y dan como resultado pensamientos, sentimientos y comportamientos excesivos en relación con la salud. Hay un monto de ansiedad elevada acerca de la salud o los síntomas así como demasiado tiempo y/o energía dedicados a ellos.
  2. El trastorno de ansiedad por enfermedad cuyo rasgo central lo constituye la preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave en ausencia de síntomas somáticos. El cuadro se completa con una elevada ansiedad ante la salud y conductas excesivas relacionadas con la salud.

Como puede deducirse fácilmente, el elemento más crítico que diferencia a los mencionados desórdenes radica en la presencia/ausencia de síntomas somáticos, pues los componentes de ansiedad exagerada y sus conductas relacionadas se hallan presentes en ambos.

El DSM-V propone que los pacientes otrora diagnosticados con hipocondría ahora se distribuirán entre los dos diagnósticos mencionados. Así plantea (muy arbitrariamente para muchos) que, de los anteriormente etiquetados como hipocondríacos, el 75% recibirá el nuevo diagnóstico de desorden de síntomas somáticos y el 25%, el de ansiedad ante la enfermedad.

Nadie sabe bien aún cuál es el impacto real a largo plazo de la nueva terminología propuesta por el DSM, aunque una lectura simple y rápida de la literatura deja fácilmente entrever que el cambio no recibe las bendiciones de los principales investigadores y autores representativos del terreno. Más bien, los nuevos términos parecen haber puesto confusión a una tradición diagnóstica que desde hace muchos años viene recabando información, la cual ahora deberá ser reinterpretada en virtud del nuevo vocabulario.

La ansiedad ante la salud en el tratamiento cognitivo conductual

Si bien nunca dudamos de la utilidad de un manual diagnóstico como el DSM, desde la tradición conductual se ha criticado reiteradamente la sobreutilización del mismo y, particularmente, la reificación de los términos psicopatológicos. Esta última crítica cobra especial importancia cuando las categorías nosológicas se redefinen con escasos estudios de validez de constructo, como tal vez sucede con las dos nuevas propuestas para reemplazar a la hipocondría. Más allá de esto, ningún diagnóstico psiquiátrico, cualquiera sea, reemplaza al valor del análisis funcional en el tratamiento cognitivo conductual, y a ello nos habremos de dirigir durante la evaluación permanente que hacemos del paciente que padece ansiedad ante la salud.

Así, y en virtud de la confusión diagnóstica imperante, el campo actual de la problemática se conceptualiza como ansiedad ante la salud, una expresión utilizada para englobar a un conjunto de fenómenos psicopatológicos caracterizados por miedo, ansiedad, angustia y preocupación excesivas ante temas relacionados con la propia salud o la de los seres queridos. Tales reacciones emocionales se presentan de formas diversas en las personas y ante diferentes tipos de situaciones y estímulos.

De este modo, muy frecuentemente los individuos experimentarán ansiedad ante las propias sensaciones corporales; pero habrá otros que reaccionen con malestar emocional ante noticias de personas enfermas o ante la sola exposición a información de tipo médica. La emocionalidad negativa elevada conduce invariablemente a intentos desadaptados de alivio, lo cual dará lugar a un malestar mayor a largo plazo; quedando el individuo entrampado en un espiral vicioso de preocupación, ansiedad y conductas de evitación. El cuadro puede completarse con miedo a la muerte, al sufrimiento o a los procedimientos médicos.

La conceptualización de la terapia cognitivo conductual respecto de la ansiedad ante la salud se asemeja a la de cualquier otro trastorno de ansiedad, de hecho, para muchos es lisa y llanamente un trastorno de ansiedad. Veámoslo con un ejemplo:

Marta consulta porque según sus dichos “vive preocupada por su salud”, teme enfermarse o estar ya enferma y no saberlo. Si bien reconoce que su miedo es excesivo e irracional no puede evitar pensar todos los días en que puede tener cáncer o alguna otra enfermedad grave. De este modo, sensaciones o malestares físicos menores y cotidianos, como un dolor de cabeza o una picazón excesiva, los interpreta como “signos de un tumor cerebral o un cáncer de piel”. A fin de tranquilizarse, Marta consulta muy frecuentemente con médicos de diferentes especialidades y procura no escuchar la historia de otras personas que se enfermaron pues eso rápidamente dispara su temor. De este modo, sólo escucha lo que le dicen sus pocos médicos de confianza y su esposo, al cual frecuentemente le consulta acerca de la normalidad de ciertas sensaciones. Así, por ejemplo, le pregunta: “hoy me picaron un poco los ojos, yo estaba en la cocina… ¿vos qué creés? ¿puede ser conjuntivitis o tal vez el calor y vapores de lo que cocinaba?”. Para asegurarse, pregunta varias veces lo mismo. Marta padece un trastorno de ansiedad ante la salud.

La conducta problema está constituida por la reacción frecuente, intensa y desproporcionada de miedo, ansiedad, la cual en el plano cognitivo se manifiesta con ideas tales como “¿y si tengo cáncer?”. Los antecedentes de tales conductas son sensaciones o malestares físicos normales que ella sobreinterpreta y catastrofiza; escuchar historias de otras personas que se enfermaron o simplemente escuchar información médica. Las conductas de reaseguro consisten en visitar excesivamente a algunos médicos específicos y preguntar reiteradas veces al esposo. Esto la tranquiliza momentáneamente pero a largo plazo mantiene el problema.

Para quienes se dedican a la terapia cognitivo conductual, el ejemplo narrado arriba claramente se entiende como un breve inicio de un análisis funcional, del cual derivaremos el programa de tratamiento. No es claro si Marta califica dentro de un “desorden de síntomas somáticos” o dentro de un “desorden de ansiedad ante la enfermedad”; pero, en verdad, a los efectos prácticos del tratamiento esto no importa demasiado. Lo que sí importa es que el psicólogo lleve a cabo el adecuado análisis funcional y la formulación clínica del caso y desde ahí conduzca el tratamiento correspondiente, basado en el conocimiento de la psicología con fundamento empírico.

Las etiquetas diagnósticas son útiles por varios motivos. Uno, tal vez el objetivo que más eficazmente cumplen, tiene que ver con la comunicación entre profesionales: todos sabemos de lo que hablamos cuando usamos un término definido en el DSM, esto es realmente de gran valor. A veces, las etiquetas diagnósticas señalan constructos adecuadamente validados, en cuyo caso nos brindan mucha información acerca de las clases de conductas-problema que encontraremos, las clases de antecedentes y clases consecuentes de las mismas, así como de los procesos mediacionales patológicos. Este es muy probablemente el caso de la palabra hipocondría; respecto de “desorden de síntomas somáticos” y de “desorden de ansiedad ante la enfermedad”, las cosas aún están por verse.

En cualquier caso, nunca perderemos de vista el valor superlativo del análisis funcional, la formulación clínica ideográficamente basada y enraizada en el vínculo terapéutico. Este último constituye un tema no menor en pacientes con ansiedad ante la salud, pues algunos de ellos se encuentran completamente convencidos de que están médicamente enfermos y que el psicólogo sólo los hará perder el tiempo. En tales casos, el trabajo motivacional previo resulta crítico.

En virtud de que estos “desórdenes de ansiedad ante la salud” han terminado siendo conceptualizados como “de ansiedad”, los procedimientos utilizados para su tratamiento se solapan mucho con los de otros desórdenes de ansiedad. Así, el uso de la discusión cognitiva y su inseparable contra cara de experimentos conductuales, así como la exposición y prevención de la respuesta conforman parte del arsenal de técnicas más importantes.



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  • Salud Mental y Tratamientos

Los 4 módulos de habilidades de DBT

  • 16/08/2021
  • David Aparicio

El entrenamiento en habilidades DBT está dividido en cuatro modelos principales: mindfulness, regulación emocional, efectividad interpersonales y tolerancia al malestar. Y en este cortito video Marsha Linehan, creadora del modelo, explica de qué se tratan:

Puedes activar la traducción automática de subtítulos.



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  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

No todo es psicología (1): Aprende a promocionar tu trabajo

  • 15/08/2021
  • David Aparicio

Desde hace algunas semanas tengo la idea de escribir un boletín un poco más relajado y más personal para los miembros premium de Psyciencia. Algo que no sea solo sobre investigaciones de psicología, pero que también ofrezca valor para ti. Siendo honesto es una tarea bastante desafiante y no sé si esté a la altura, pero haré todo lo posible. La idea es que recibas este boletín los domingos durante la mañana. 

Para mí es muy importante que me puedas escribir y comentar qué te ha parecido la idea. De verdad valoro mucho todo el feedback que me puedas dar. 

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  • Análisis

¿Son reales todos tus recuerdos? – Daniel L. Schacter

  • 13/08/2021
  • David Aparicio

En un estudio de la década de 1990, los participantes recordaron haberse perdido en un centro comercial cuando eran niños. Algunos compartieron estos recuerdos con vívidos detalles, pero había un problema: ninguna de estas personas se había perdido en un centro comercial. Produjeron estos recuerdos falsos después de que los psicólogos les dijeran que se habían perdido y los padres lo confirmaron. Entonces, ¿qué está pasando? Daniel Schacter explora la falibilidad de nuestra memoria.

Puedes activar los subtítulos en español.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Juegos en el celular: una forma de escapar a emociones desagradables

  • 12/08/2021
  • Alejandra Alonso

Los teléfonos inteligentes pueden tener muchas utilidades y hacer nuestra vida más sencilla de diversas maneras. A veces, cuando sentimos aburrimiento o intentamos escapar de emociones desagradables, podemos usarlos para distraernos de lo que esta pasando en ese momento. ¿Es esta una forma inofensiva de lidiar con emociones difíciles?

La Dra. Chanel Larche encontró que las personas que experimentaban un aburrimiento intenso frecuentemente, reportaban también el uso de juegos en sus teléfonos inteligentes para escapar de esta experiencia o aliviarla. De acuerdo con Larche, el problema reside en que terminan jugando cada vez que están aburridos y experimentando problemas asociados a dedicar demasiado tiempo al juego.

La investigación

Utilizando el popular juego Candy Crush, Larch y su colega Michael Dixon, les pidieron a 60 participantes que estaban entre el nivel 77 y 3307 del juego actualmente, que jugaran en diferentes niveles de dificultad: desde fácil (donde no hay un desafío con respecto a sus habilidades y la atención y arousal serían bajos) hasta balanceado (que era más desafiante, causando un aumento en la atención y el arousal, menos aburrimiento y una necesidad mayor de seguir jugando). Esto se realizó para determinar si los jugadores elegirían seguir jugando un juego donde había un balance entre desafío y habilidad, por sobre un juego más fácil.

Sus resultados confirmaron que las personas que jugaban para escapar del aburrimiento, se sumergían en el juego más que las personas que no lo hacían con intención de evitar dicha emoción. Por otro lado, cuando las personas que usaban el juego como escape encontraban que éste era más gratificante al aliviarles frente al aburrimiento, podrían jugar con más frecuencia y por períodos de tiempo más largos.

Referencia del estudio: Larche, C. & Dixon, M. (2020). The relationship between the skill-challenge balance, game expertise, flow and the urge to keep playing complex mobile games. Journal of Behavioral Addictions 9 (3). Doi: 10.1556/2006.2020.00070

Fuente: Universidad de Waterloo



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo afecta la ansiedad a la memoria de trabajo y la cognición

  • 11/08/2021
  • Maria Fernanda Alonso

El trastorno de ansiedad generalizada es una de las condiciones de salud mental con mayor prevalencia en el mundo. Su característica principal es la preocupación constante que sufre la persona, la cual es excesiva, incontrolable y concerniente a muchos y muy variados temas (salud, rendimiento académico, trabajo, etc). Esta preocupación es acompañada por la dificultad para cortar tales pensamientos por lo que se manifiestan con una intensidad y frecuencia sobredimensionadas respecto a la probabilidad real de que ocurra lo que se teme. 

Las cargas de la ansiedad sobre la función cognitiva y el bienestar en general son múltiples, por ese motivo, comprender mejor cómo opera en el cerebro y el comportamiento es un paso importante para reducir esas cargas.

El estado de ansiedad se diferencia de la ansiedad general en que es un evento agudo provocado por una situación particular. Un estudio reciente (Ward et al., 2020) buscó conocer más sobre la forma en que el estado de ansiedad opera en la memoria de trabajo y en la cognición. Para ello, utilizaron el riesgo de exposición a una descarga eléctrica “dolorosa, pero tolerable”, mientras se desarrollaba una tarea asignada.

La memoria de trabajo es esencial para realizar todo tipo de funciones cognitivas y tareas diarias, incluido el razonamiento y la toma de decisiones; permite la representación activa y la manipulación de información durante un breve intervalo de tiempo. Las deficiencias en la memoria de trabajo están asociadas con dificultades de aprendizaje, poca capacidad de atención e incapacidad para planificar y completar tareas (complejas). 

Cómo se desarrolló el estudio

Los investigadores asignaron una tarea de detección de cambios lateralizados a 60 estudiantes de pregrado, mientras se encontraban en un estado de ansiedad mayor. 

En las pruebas les presentaron dos imágenes (en este caso, una serie de líneas rojas y azules), ligeramente a la izquierda y a la derecha de un punto central, y les pidieron que atendieran solo a un lado, y solo a algunas líneas (rojas) pero no a otras (azules). Tras una breve pausa, les mostraron un segundo conjunto de imágenes, en las que había un cambio sutil. Los participantes debían detectar correctamente tal cambio.

Qué encontraron

Si bien los investigadores demostraron que el estado de ansiedad afecta negativamente la capacidad de la memoria de trabajo, tal afectación no alteró la capacidad de filtrar distracciones (en este caso, las líneas azules), una teoría prominente en la literatura actual. Los autores señalan que muchos estudios que evidencian esta teoría se realizaron en el contexto de la ansiedad generalizada, en lugar del estado de ansiedad, lo que puede explicar las diferencias.

Hallaron también que el estado de ansiedad no tuvo ningún efecto en sus medidas conductuales primarias, lo que significa que los participantes fueron capaces de compensar con éxito para realizar tareas cognitivas en el mismo grado que sus pares menos ansiosos.

Estos hallazgos son valiosos para entender las maneras en que pueden aliviarse algunas de las cargas de la ansiedad, concluyen los autores.

Referencia bibliográfica: Ward, R. T., Lotfi, S., Sallmann, H., Lee, H., & Larson, C. L. (2020). State anxiety reduces working memory capacity but does not impact filtering cost for neutral distracters. En Psychophysiology (Vol. 57, Número 10). https://doi.org/10.1111/psyp.13625

Fuente: Psypost



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  • Artículos Recomendados de la Web

‘Vayan a vacunarse’: personas que criticaban las vacunas ahora se arrepienten

  • 10/08/2021
  • David Aparicio

Jack Healy sintetiza para The New York Times los relatos de personas que se negaron a vacunarse y que ahora atraviesan complicaciones medicas que se podrían haber prevenido:

“No nos vacunamos. Leí todo tipo de cosas sobre la vacuna y me asusté. Así que tomé esa decisión, oré y tuve la sensación de que estaríamos bien”, escribió en Facebook.

Pero no lo estuvieron.

Ahora su esposo, padre de cuatro hijos, lleno de tubos conectados a su cuerpo, se debatía entre la vida y la muerte. El paciente de la habitación contigua había fallecido unas horas antes. Ese día, el 13 de julio, Greene decidió sumar su voz a un insólito grupo de personas que se pronunciaban en el polarizado debate a nivel nacional en Estados Unidos sobre la vacunación: los arrepentidos.

“Si hubiera tenido la información que tengo ahora, nos habríamos vacunado”, escribió Greene. Pasara lo que pasara, oprimió “enviar”.

Lee el artículo completo en The New York Times en español.



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