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Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estudio identifica neuronas involucradas en el aprendizaje observacional

  • 13/09/2016
  • Alejandra Alonso
Aprendizaje observacional

No es ningún secreto, podemos aprender observando a otros y de hecho es un método de aprendizaje que utilizamos desde muy temprana edad. A través del aprendizaje observacional podemos predecir resultados y tomar decisiones en el futuro. Ahora una investigación del UCLA-Caltech ha localizado las neuronas individuales involucradas en este tipo de aprendizaje.

Los hallazgos podrían proveer una mejor comprensión de cómo el cerebro se desvía en condiciones como los trastornos del aprendizaje y los trastornos de ansiedad social.

«El aprendizaje observacional es la piedra angular de nuestra habilidad para cambiar la conducta. La naturaleza humana hace que quieras aprender de los errores de otros antes de cometerIos vos mismo», asegura el autor principal, Dr. Itzhak Fried.

Otro de los autores, Michael Hill, dice: «La habilidad para aprender rápidamente de otros puede darles a los humanos una ventaja crítica sobre otras especies. Esta habilidad también contribuye a que alguien se sienta que es miembro de una cultura (…).»

Antes del estudio, Fried implantó electrodos profundos en el cerebro de personas con epilepsia que estaban siendo tratadas en UCLA (procedimiento médico estándar utilizado para identificar los orígenes de las convulsiones epilépticas antes de la cirugía). Los investigadores utilizaron los electrodos para grabar la actividad de neuronas individuales en el cerebro de 10 personas que jugaban a las cartas.

Los jugadores fueron instruidos para tomar una carta de una de las dos barajas presentadas. Una de las barajas incluía el 70% de las cartas ganadoras, mientras que la otra tenía el 30% restante. Cada persona tomó turnos para elegir sus cartas y luego observaban a otros dos jugadores sacar cartas de la misma baraja. Al aprender de los resultados propios y los de las elecciones de otros jugadores, los participantes rápidamente acabaron la baraja que contenía las mejores cartas.

El equipo de investigadores estaba sorprendido con el descubrimiento de que neuronas individuales en el lóbulo frontal reaccionaran en los momentos en que el individuo consideraba si él o los oponentes escogerían una carta ganadora. La región en cuestión es la corteza del cíngulo anterior, que juega un rol importante en funciones cognitivas como la toma de decisiones, anticipación de recompensas, interacciones sociales o emociones.

Los hallazgos sugieren que células nerviosas individuales en el cerebro de la persona utilizan los datos aprendidos mediante la observación de los otros jugadores para calcular de qué mazo elegir la próxima tarjeta.

Fried comenta que, aunque se sabe que la corteza del cíngulo anterior actúa como centro ejecutivo de la toma de decisiones humana, poco se sabe todavía sobre la maquinaria neuronal a este nivel. El estudio podrá ayudar a conocer un poco más sobre la organización neuronal de la ya nombrada corteza y cuáles son sus funciones.

Fried y Hill creen que la estimulación activa de las neuronas en la corteza del cíngulo anterior puede influir la conducta humana y tener posibles beneficios para personas con dificultades del aprendizaje o en la lectura de señales sociales.

Por último, también se descubrió que las neuronas de la misma región cerebral se encienden en respuesta al schadenfreude (o la alegría de ver a otro cometer un error o perder un juego). Específicamente, los científicos notaron que las células de ésta región cerebral se encendieron vigorosamente cada vez que el individuo ganaba o que otro jugador perdía (schadenfreude) y disminuía su actividad cuando el jugador perdía u otros ganaban.

Fuente: Science Daily

  • Salud Mental y Tratamientos

Burnout: Un desequilibro entre necesidades inconscientes y demandas laborales

  • 06/09/2016
  • Alejandra Alonso
burnout

El burnout se puede definir como “(…) un síndrome psicológico que emerge como una respuesta prolongada a estresores interpersonales crónicos en el trabajo. Las tres dimensiones clave de esta respuesta son cansancio abrumador, sentimientos de cinismo y desapego por el trabajo, y una sensación de ineficiencia y falta de logros” (Maslach & Leiter, 2016).

Este síndrome ha sido investigado como factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, trastornos inmunitarios, insomnio y depresión.

Un nuevo estudio muestra que el burnout podría ser causado por una incongruencia entre las necesidades inconscientes de la persona y las oportunidades y demandas en el trabajo. Los hallazgos tienen implicaciones para la prevención del burnout.

Los desequilibrios entre las demandas laborales y las necesidades de la persona ponen a los empleados en riesgo de sufrir burnout, sugiere la investigación publicada en Frontiers in Psychology, un journal de acceso abierto.

En la investigación, científicos de las Universidades de Zurich y Leipzig muestran que las necesidades inconscientes (motivos implícitos) de los empleados juegan un rol importante en el desarrollo del burnout. El equipo se concentró en dos motivos importantes: el motivo de poder, es decir, la necesidad de tomar responsabilidad por otros, mantener la disciplina y comprometerse en argumentos o negociaciones, con el objeto de sentirse fuerte y autoeficaz; y el motivo de afiliación o la necesidad de relaciones personales positivas en miras a experimentar confianza, calidez y un sentido de pertenencia. Un desequilibro entre las características laborales y cualquier de esos motivos implícitos puede causar burnout, según muestran los resultados. Y el riesgo existe en ambas direcciones, es decir que aumenta tanto si no se consigue suficiente de estos motivos implícitos, como si se consigue demasiado.

“Hemos encontrado que la frustración de las necesidades afectivas inconscientes, causada por la falta de oportunidades para la conducta impulsada por motivos, es perjudicial para el bienestar físico y psicológico. Lo mismo es cierto para el esfuerzo orientado a una meta que no coincide con un motivo implícito bien desarrollado de poder o afiliación, porque el esfuerzo excesivo es necesario para alcanzar esa meta. Ambas formas de desajuste actúan como estresores ocultos y pueden causar burnout”, dice la autora principal, Veronika Brandstätter, profesora de Psicología en la Universidad de Zurich, Suiza.

Brandstätter y sus colegas reclutaron a 97 mujeres y hombres de entre 22 y 62 años a través del sitio web Swiss Burnout, un recurso de información con un foro para personas de Suiza que sufren burnout. Los participantes completaron cuestionarios sobre su bienestar físico, grado de burnout y características laborales, incluyendo las oportunidades y demandas en su lugar de trabajo.

Para evaluar los motivos implícitos (cuya intensidad varía de persona a persona, pero no puede ser medida a través de auto-reportes, ya que son mayormente inconscientes), Brandstätter y su equipo utilizaron un método original: les pidieron a los participantes que escribieran historias imaginarias breves para describir 5 imágenes (un arquitecto, un trapecista, una mujer en un laboratorio, un boxeador y una escena en un club nocturno). Cada historia fue analizada por codificadores entrenados, quienes buscaron oraciones sobre relaciones personales positivas entre personas (expresando los motivos de afiliación) o sobre personas impactando o influyendo en otros (expresando el motivo de poder). Los participantes que utilizaron muchas oraciones de cada tipo recibieron puntajes altos para el motivo implícito correspondiente.

Mientras mayor era el desequilibrio entre el motivo de afiliación de una persona y el alcance de sus relaciones personales en el trabajo, mayor riesgo de burnout había. Por otro lado, mientras más diferencia había entre el motivo de poder y el poder realmente obtenido en el trabajo, el individuo tendía a presentar mayores síntomas físicos adversos (dolores de cabeza, mareos, dolor de pecho y falta de aliento).

Es importante resaltar que estos resultados sugieren que las intervenciones para prevenir o reparar dichos desequilibrios podrían incrementar el bienestar en el trabajo y reducir el riesgo de burnout.

Fuente: Psypost

  • Definiciones

Antipsicóticos: Definición y características

  • 04/09/2016
  • Alejandra Alonso
antipsicóticos

Los antipsicóticos son un tipo de drogas psicotrópicas que alivian síntomas psicóticos como los delirios, el lenguaje y la conducta desorganizados y las alucinaciones. También reducen las probabilidades de recaída y la intensidad de los síntomas (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

Si bien los antipsicóticos alivian tanto los síntomas positivos como los negativos de la esquizofrenia, los primeros responden en mayor medida que los últimos (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

A principios de 1950, Deniker y Delay observaron efectos antipsicóticos en la clorpromazina, fármaco que fue introducido en Estados Unidos en el año 1954. A dicho fármaco le siguieron la flufenazina, el haloperidol, la tioridazina y la perfenazina. Todas estas drogas poseían efectos similares y formaban parte de lo que se conoce como antipsicóticos de primera generación (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

Los antipsicóticos de primera generación actúan bloqueando los receptores cerebrales postsinápticos de la dopamina y los expertos creen que es este bloqueo en las cortezas frontal y límbica lo que logra el efecto antispicótico. Según su efecto sobre los receptores de dopamina y otros sistemas de neurotransmisores y sus efectos secundarios, este grupo se clasifica en: fármacos de potencia elevada que presentan alto riesgo de efectos secundarios extramiramidales, moderado de sedación y bajo de efectos anticolinérgicos y antiadrenérgicos; fármacos de potencia media con efectos moderados; y fármacos de potencia baja que poseen riesgo bajo de efectos secundarios extramiramidales, pero alto de sedación y efectos secundarios anticolinérgicos y antiadrenérgicos (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

Los antipsicóticos de segunda generación se desarrollaron con la esperanza de reducir los efectos secundarios y obtener mejores resultados sobre los síntomas negativos de la esquizofrenia. Los principales fármacos de este grupo son la clozapina, la risperidona, la olanzapina, la ziprasidona, la quetiapina y el aripiprazol (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

En cuanto a la eficacia comparativa de ambos grupos de antipsicóticos, las investigaciones solo han encontrado ventajas modestas, en algunos aspectos, de los antipsicóticos de segunda generación sobre los de primera generación (Geddes, Freemantle, Harrison & Bebbington, 2000; Davis, Chen, Glick, 2003).

Los medicamentos antipsicóticos también pueden ser inyectados, método que ofrecería básicamente dos ventajas: menor fluctuación de los niveles plasmáticos de la droga (lo que se traduce en efectos secundarios reducidos en comparación a la administración vía oral) y mayor adhesión al tratamiento junto con un control más eficaz sobre las dosis aplicadas. La mayor desventaja es la resistencia de algunos pacientes a inyectarse regularmente, debido a que puede ser doloroso. A pesar de las posibles ventajas de este método, las investigaciones sobre el tema siguen y todavía no han mostrado diferencias claras y significativas entre la administración oral y la inyectable, como puede verse en las siguientes investigaciones 1, 2, 3, 4 (Lieberman, Stroup & Perkins, 2006).

Fuente:

Lieberman, J., Stroup, S. & Perkins, D. (2006), Tratado de esquizofrenia. Lexus editores: Barcelona

  • Análisis

¿Disminuye la satisfacción sexual en las relaciones románticas largas?

  • 31/08/2016
  • Alejandra Alonso
Satisfacción sexual

Muchos creen que las relaciones sexuales se acaban al casarse, pero ¿qué dicen los estudios sobre este tema?

Los investigadores alemanes Schmiedeberg y Schröder (2016) quisieron conocer si la satisfacción sexual disminuye a medida que la relación se va haciendo más larga. Lo hicieron examinando cómo la satisfacción sexual cambia en el curso de una relación, a través de un estudio longitudinal a gran escala llamado Panel de la Familia Alemana. Los científicos decidieron concentrarse en sujetos heterosexuales jóvenes y de la mediana edad, lo que resultó en una muestra de 2.814 adultos.

El Panel de la Familia Alemana es llamado “pairfam” por “Panel Analysis of Intimate Relationships and Family Dynamics” (Análisis del Panel de las Relaciones Íntimas y la Dinámica Familiar) e inició en 2008. Es un estudio longitudinal multidisciplinario para la investigación de las parejas y la dinámica familiar en Alemania. Los datos de las encuestas recolectadas anualmente son de una muestra nacional de más de 12.000 personas pertenecientes a los tres grupos de nacimiento (1971-73; 1981-83; 1991-93) y sus parejas, padres y niños. El estudio ofrece una oportunidad única de analizar las relaciones y su desarrollo en las múltiples fases de la vida.

Uno podría pensar que mientras más conocemos a nuestra pareja, mejores serán las relaciones sexuales. Es lógico pensar que cuando haces algo muchas veces te volves muy buen en eso.

Las buenas noticias son que durante el primer año de tu relación probablemente disfrutes de las mejores relaciones sexuales de tu vida. Ese fue el descubrimiento de los investigadores, quienes escriben: “Encontramos un desarrollo positivo de la satisfacción sexual en el primer año de la relación…” Pero luego agregan: “seguido de una disminución estable”.

Los investigadores pensaron que la falta de satisfacción con las relaciones sexuales podría tener algo que ver con la frecuencia de las mismas, así que investigaron este tema también y encontraron que los patrones persistían incluso al controlar este factor.

¿Por qué declina la satisfacción sexual con el tiempo en las relaciones románticas?


Los investigadores creen que durante ese primer año, las parejas están aprendiendo sobre las habilidades sexuales de cada uno y explorando hasta dónde llegan esas habilidades. Las cosas nuevas son interesantes y esto es especialmente cierto cuando se trata de nuestra sexualidad.

Luego de la exploración de las habilidades sexuales, la mayoría de las parejas parece estancarse en una especie de rutina sexual. Los investigadores sugieren que nuestra pasión por el otro simplemente disminuye con el crecimiento de la relación.

Pero de acuerdo a los científicos, hay factores complejos adicionales que pudieran jugar un rol en todo esto.

Esto incluye la salud, la comunicación y el afrontamiento de conflictos. Las personas con mejores salud, estilos de comunicación y modelos de resolución de conflictos, generalmente reportaron más satisfacción sexual que aquellos individuos con salud pobre, falta de comunicación y muchos conflictos.

En esta investigación no se encontró ninguna conexión entre la satisfacción sexual y el hecho de que la pareja este cohabitando o casada.

Si bien esto no significa que la satisfacción sexual vaya a disminuir en tu pareja, si quiere decir que es una tendencia normal en la mayoría de las parejas. Tal vez ser consciente de esto puede ayudarte a retardar esta disminución.

Fuente: PsychCentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los perros ponen atención a lo que les decimos y cómo lo decimos

  • 30/08/2016
  • Alejandra Alonso
Lenguaje

La semana pasada me encontré con un video sobre un perro que no puede disimular la culpa mientras el dueño lo interroga a él y a Odi sobre quién le mordisqueó la plantilla del zapato. Aparte de llorar de la risa, el video fue lo primero que se me vino a la mente al leer sobre una investigación realizada en Hungría sobre el lenguaje humano y los perros, en particular se observó que a los perros les importa tanto lo que decimos como la forma en que lo decimos.

El Dr. Andics, quien estudia el lenguaje y la conducta en perros y humanos, junto con Adam Miklósi y otros colegas, reportó en un paper publicado muy recientemente en el Journal Science, que diferentes partes del cerebro canino responden al significado de una palabra y a la forma en que es dicha, al igual que lo hace el cerebro humano.

Como sucede con el cerebro humano, partes del hemisferio izquierdo del perro reaccionan al significado y partes del hemisferio derecho a la entonación (contenido emocional del sonido). Además descubrieron que solo una palabra de elogio o celebración, dicha en tono positivo, consiguió que realmente se iluminara el sistema de recompensas en el cerebro del animal.

El experimento en sí fue un logro. El Dr. Andics y sus colegas entrenaron a un grupo de perros para entrar a una máquina de resonancia magnética funcional y acostarse mientras la máquina gravaba su actividad cerebral.

Un entrenador les decía palabras en húngaro, voces comúnmente utilizadas por los dueños de los perros como “buen perro”, “muy bien”, “bien hecho”. También utilizó palabras neutrales, como “sin embargo” o “no obstante”. Tanto las palabras de elogio como las neutrales fueron utilizadas en tonos positivos y neutrales.

Las palabras positivas habladas en tono positivo provocaron una actividad fuerte en los centros de recompensa del cerebro. Todo el resto de las condiciones resultaron en una actividad significativamente menor, y todas al mismo nivel.

Esto sugiere que los perros le ponen atención al significado de las palabras.

No quiere decir que el perro no va a mover la cola y mostrarse feliz si le decís “perro cochino” en una voz feliz. El perro está mirando tu lenguaje corporal y tus ojos y tal vez este empezando a inferir que “perro cochino” son palabras de elogio.

En términos de evolución del lenguaje, los resultados sugieren que la capacidad de procesar el significado y la emoción en diferentes partes del cerebro y vincularlas no es exclusivamente humana.

Estudios anteriores han indicado que los perros pueden reconocer palabras; se estima que pueden rastrear hasta 1000 palabras diferentes asociadas a un ítem y pueden devolver el ítem apropiado al ordenarselo. Pero esa es una forma relativamente simple de asociación. El trabajo en esta investigación sugiere que los perros pueden percibir el significado de algunas partes del discurso humano.

Fuentes: The New York Times; ArsTechnica

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mirar a otro sufrir en extremo tiene un efecto duradero en el cerebro

  • 23/08/2016
  • Alejandra Alonso
Dolor

Una nueva investigación sugiere que ser testigo del dolor extremo (como una herida o muerte de algún compañero de guerra) tiene un efecto duradero sobre la forma en que el cerebro procesa potenciales situaciones dolorosas.

El equipo de científicos, mayormente del Bar-Ilan University, dirigidos por Moranne Eidelman-Rothman, investigó el cerebro utilizando magnetoencefalografía (MEG). Al igual que la famosa IRMf, la MEG localiza qué parte del cerebro son más activas durante una actividad mental específica, sin embargo ésta última ofrece más información sobre cuándo ocurre la actividad. Esta sensibilidad ayudó a los investigadores a detectar anomalías sutiles en cuanto a cómo se percibe el dolor.

La muestra estuvo compuesta por 43 veteranos del Israeli Defence Force, 28 de los cuales tenían experiencia en el campo de batalla y habían sido expuestos a por lo menos un evento donde un compañero fue asesinado o seriamente herido. Los restantes 16 eran veteranos de unidades que no fueron a combate. Ellos formaron parte del grupo control.

Los científicos escanearon la actividad cerebral de los sujetos mientras estos miraban fotografías de manos o pies humanos que describían situaciones dolorosas y no-dolorosas, por ejemplo un hacha que golpea directamente al pie o que no le pega solo por unos centímetros.

Los resultados, publicados en Cognitive, Affective & Behavioural Neuroscience, revelaron una diferencia relevante en los patrones de activación neuronal de los veteranos y los no-combatientes. Entre los sujetos del grupo control, la actividad cerebral específica al observar dolor fue vista dentro de los 220 milisegundos en la corteza sensoriomotora derecha y la corteza cingulada posterior izquierda (estas regiones procesan los estímulos aversivos) y luego en una serie de áreas más lejanas, incluyendo a la ínsula y la corteza cingulada posterior derecha, también parte del centro del dolor.

Entre los veteranos de guerra el efecto del dolor estaba ausente en la corteza cingulada posterior. No es que su respuesta al estímulo doloroso era suave en la corteza cingulada posterior comparada con el grupo control, si no que la respuesta de la corteza cingulada posterior al estímulo no doloroso aumentaba, como si estuvieran evaluando el potencial de la situación para convertirse en dolorosa. Todo esto a pesar de que subjetivamente los dos grupos puntuaron los tipos de foto de manera similar, en términos de desagradabilidad.

Los investigadores advierten que trabajos futuros deben excluir la posibilidad de que esta hipervigilancia neuronal con respecto al potencial sea dirigida por otros factores, por ejemplo un TPEP no diagnósticado. Pero si es el caso de que la exposición previa al dolor modifica significativamente nuestro sistema de percepción del dolor, esto tiene implicaciones importantes con respecto a cómo nos preocupamos por los otros.

Fuente: Research Digest

  • Salud Mental y Tratamientos

Ansiolíticos: Definición y Características

  • 22/08/2016
  • Alejandra Alonso
Ansioliticos

Los ansiolíticos son un tipo de drogas psicotrópicas que se utilizan para reducir la ansiedad y, en combinación con la psicoterapia, ayudan a aprender a afrontar las situaciones temidas (Myers, 2006).

Específicamente estas drogas deprimen la actividad del sistema nervioso central, disminuyen las frecuencias cardíaca y respiratoria a la vez que reducen sentimientos de nerviosismo y tensión. Ejemplo de ansiolíticos son el alprazolam (Xanax) y el diazepam (Valium). El diazepam y el clordiazepóxido son benzodiazepinas e inicialmente se las llamó tranquilizantes menores, mientras que a los antipsicóticos se los llamaba tranquilizantes mayores (Myers, 2006; Gross, 2005; Rathus, 2007).

Las benzodiacepinas se caracterizan por sus 4 efectos farmacológicos: hipnóticos, antoconvulsivos, ansiolíticos y miorrelajantes. Sin embargo, cada benzodiazepina los contiene en diferentes proporciones, es por eso que ésto determina su perfil de acción (Fernández García, González Viña y Peña Machado, 2003).

Las críticas al uso de este fármaco son que alivian los síntomas sin resolver los problemas subyacentes y que pueden producir dependencia psicológica, ya que la persona tenderá a tomarlo cada vez que sienta ansiedad, razón por la cual no se recomienda su uso prolongado ( Myers, 2006). También se han reportado casos en los que el individuo presenta síndrome de abstinencia luego de más de 6 meses de uso (Gross, 2005).

El mayor efecto secundario de estas drogas es el sentimiento de fatiga (Rathus, 2007).

Nota: Si estás tomando ansiolíticos no los dejes o modifiques sin consultar a tu médico.

Fuente:

Gross, R. (2005), Psychology, the science of mind and behaviour 5th edition. Hodder Arnold Publication

Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid

Rathus, S. (2007), Psychology. Principles in practice. Holt, Rinehart and Winston: U.S.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El toque maternal, un importante factor en el desarrollo cerebral del niño

  • 17/08/2016
  • Alejandra Alonso
Contacto materno

En 1966, el psicólogo norteamericano Harry Harlow mostró que los monos rhesus pequeños preferían a una madre sustituta de alambre cubierta en ropas cómodas, que a una que proveía leche. El cariño parecía ser más importante incluso que la comida. Más o menos al mismo tiempo, el psicoanalista británico John Bowlby documentó cómo los niños humanos que fueron privados de contacto maternal suelen desarrollar problemas psicológicos. Ahora esta línea de investigación ha entrado a la era de la neurociencia con un estudio que sugiere que los niños cuyas madres les ofrecen más contacto corporal tienden a tener cerebros más socialmente desarrollados.

Jens Brauer y colegas grabaron videos de 43 díadas madre-hijo mientras estaban sentado en un sillón jugando con una granja de Playmobil. Las madres sabían que estaban siendo filmadas aunque no conocían los objetivos del estudio. Habían 24 niños y 19 niñas que en promedio tenían 5.5 años. Luego codificadores volvieron a mirar los videos y contaron todas las veces que la madre tocó a su hijo o viceversa. Finalmente, durante un período de 2 semanas, los investigadores escanearon los cerebros de cada niño mientras yacían acostados tan inmóviles como les fuera posible observando un protector de pantalla de lámpara de lava.

Los científicos estaban particularmente interesados en los niveles de actividad de descanso en los cerebros de los niños en una red de áreas conocida por estar comprometida en funciones como la empatía y el pensar sobre los estados mentales del otro. Ellos observaron que los niños que recibían más contacto corporal de sus madres en las sesiones de juegos de 10 minutos, tendían a tener más actividad de descanso en dicha área del cerebro, especialmente en el surco temporal superior derecho (a veces llamado cerebro social). Estos niños también mostraron más conexiones de descanso entre diferentes nodos funcionales dentro de su cerebro social, como entre el surco temporal superior derecho y la circunvolución superior derecha y la ínsula izquierda.

Los niños que recibían más contacto corporal de sus madres también las tocaban más, pero el vínculo entre el contacto de la madre y la actividad neuronal de los niños seguía siendo significativa luego de eliminar este factor.

Estudios previos han encontrado que una mayor actividad en el área del cerebro antes nombrada está vinculada con las habilidades sociales y emocionales (como ser capaz de ver la perspectiva del otro). Basados en esto, los investigadores sugieren que el mayor contacto de la madre y su relación con éste área cerebral pueden indicar que estos niños se interesan más por otros, comparados con niños que reciben menos contacto corporal.

Sin embargo, los resultados de esta investigación deben tomarse con cuidado ya que tienen limitaciones serias que los mismos científicos reconocen: los resultados son correlacionales, así que es posible que factores desconocidos estén relacionados con la cantidad de contacto corporal materno y el desarrollo cerebral del niño. Por ejemplo, tal vez algunas madres están comprometidas en otros niveles también, como hablar más con sus hijos. Esas madres pueden tocar más a sus hijos, pero podría pasar que las diferencias cerebrales se deban a la forma en que hablan con ellos.

Otro importante factor no mencionado por los investigadores son los potenciales efectos genéticos. Los mismos genes que dirigen las conductas táctiles de las madres pueden influir en el desarrollo cerebral de sus hijos.

Se necesita seguir estudiando el tema teniendo en cuenta estos factores y además investigar si resultados similares se obtienen por los niveles de contacto corporal con el padre u otro cuidador.

A pesar de las limitaciones, Brauer y sus colegas nos invitan a considerar sus resultados a la luz de algunas investigaciones (1, 2) en ratas que pueden controlar cuánto contacto materno recibirá el animal. Estos experimentos han permitido observar que un mayor contacto maternal se asocia con cambios importantes a nivel cerebral, por ejemplo en relación al estrés y al repetir el contacto corporal con sus descendientes. Los autores sugieren que es prudente sospechar una potencial relación causal entre el contacto corporal y el desarrollo humano.

Fuente: Research Digest

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Las personas inteligentes son más perezosas?

  • 16/08/2016
  • Alejandra Alonso
Pensadores

En las películas y series norteamericanas en las que se toca el tema de la secundaria, siempre hay un grupo de chicos con lentes y libros en las manos y otro  grupo con uniformes del equipo de basketball o algún otro deporte. Generalmente se insinúa que los primeros son inteligente, mientras que los últimos…bueno, digamos que menos mal que son buenos en los deportes. Un estudio reciente tal vez apoye esta idea en cierta medida.

Un equipo de investigadores del Florida Gulf Coast University observó que las personas que piensan menos están más involucradas en actividades físicas comparadas con aquellos que preferirían acurrucarse en el sillón con un buen libro.

Para el estudio participaron 60 estudiantes, a quienes se les pidió que tomaran un test online con el objetivo de separar a los pensadores de los no-pensadores. El test consistía en responder cuán de acuerdo o en desacuerdo estaba el sujeto con afirmaciones como: “Disfruto mucho las tareas que involucran pensar en nuevas soluciones” y “Solo pienso tanto como tengo que hacerlo”. Luego, cada participante utilizó un acelerómetro por 7 días con el objetivo de medir cuán físicamente activos eran. Lo que encontraron fue que, de Lunes a Viernes, los sujetos del grupo de pensadores eran mucho menos activos comparados con los no-pensadores. Aunque en los fines de semana no había diferencia entre los dos grupos.

El grupo de investigadores teoriza que los no-pensadores son más propensos a aburrirse con la posibilidad de sentarse en un lugar a reflexionar sobre la vida y los pensamientos abstractos, lo que hace que sean atraídos por los deportes y otras actividades físicas. Por esta razón, las personas físicamente activas serían proclives a suprimir y apartar sus pensamiento, especialmente si requieren tiempo para trabajarlos. Por otra parte, es más probable que los pensadores se comprometan en pensamientos difíciles o desafiantes, lo que los lleva a desenredar problemas y crear soluciones.

Los científicos piensan además que la conciencia sobre su nivel de actividad física puede ayudar al grupo de pensadores a modificar este factor tan importante para la salud.

Debemos tener en cuenta que la muestra fue pequeña y que se necesitan más estudios para conocer mejor a las poblaciones estudiadas en ésta investigación.

Fuente: Medical Daily

  • Definiciones

Antidepresivos: definición y características

  • 15/08/2016
  • Alejandra Alonso
Antidepresivos

Los antidepresivos son un tipo de drogas psicotrópicas cuya función, a grandes rasgos, es la de animar a los individuos con depresión. Durante la depresión parecen escasear algunos neurotransmisores como la noradrenalina o la serotonina que elevan el estado de ánimo y la excitación; la mayor parte de los antidepresivos actúan aumentando la disponibilidad de dichos neurotransmisores (Myers, 2006).

Por ejemplo, uno de los antidepresivos más famosos, la Fluoxetina mejor conocida como Prozac, opera bloqueando parcialmente la recaptación y eliminación de serotonina. Dado que relantiza el vacío sináptico de la serotonina, este fármaco y sus parientes (la sertralina y la paroxetina) son denominados Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina o ISRS. Estas drogas de segunda generación suelen ser tan efectivas como los tricíclicos para tratar la depresión moderada y más seguras para personas con glaucoma y sobredosis (Myers, 2006; Gross, 2005).

Otros antidepresivos, los tricíclicos como la imipramina y la amitriptilina, parecen operar bloqueando la recaptación de dopamina y noradrenalina, pero algunos también bloquean la recaptación de serotonina, otros solo bloquean la serotonina y un tercer grupo no tiene efectos conocidos en ninguno de los tres sistemas. El nombre de este tipo de antidepresivos se debe a que su estructura química básica incluye tres anillos de carbono. Son efectivos en el tratamiento de la depresión moderada y severa y suelen ser la primera opción en caso de depresión severa.

Aunque los tricíclicos son tan efectivos como los ISRS, suelen provocar más efectos secundarios como aumento de peso, mareos, sequedad en la boca, hipertensión o efectos tóxicos en el sistema cardiovascular; es por ello que a veces se opta por administrarlos mediante un parche, ya que evita que pase por los intestinos y el hígado y también están siendo gradualmente remplazados por tricíclicos modificados como lofrepamina y trazedona, que provocan menos efectos secundarios (Myers, 2006; Gross, 2005).

Un tercer tipo de antidepresivos, los Inhibidores de la Monoaminooxidasa (MAOI), como la iproniazida, funcionan inhibiendo una enzima encargada de descomponer los neurotransmisores. La iproniazida se utilizaba originalmente para tratar la tuberculosis en 1952 y allí se observó que elevaba el estado de ánimo de los pacientes. Esto es por que dicha droga y otras similares (como la fenelzina) inhiben la actividad de una enzima conocida como Monoaminooxidasa (MAO) y así se va aumentando la actividad de neuronas que utilizan noradrenalina y serotonina.

Los MAOI suelen ser menos efectivos que los tricíclicos para tratar la depresión severa e igual de efectivos para la depresión moderada. Raramente se los prescribe porque pueden tener graves efectos secundarios, como hemorragias cerebrales, e interacciones peligrosas con otras drogas y algunos alimentos (Gross, 2005).

Otro efecto secundario de los antidepresivos es que pueden producir disfunción sexual, aunque hay estudios que sugieren que el ejercicio regular puede ayudar con éste problema.

Es importante conocer que, aunque los antidepresivos empiezan a actuar sobre los neurotransmisores en solo unas horas, los efectos psicológicos pueden tardar 4 semanas (Gross, 2005).

Los antidepresivos también suelen utilizarse para tratar otras condiciones como los trastornos alimenticios, los trastornos de ansiedad, los síntomas de la menopausia y el TDAH (aunque su efectividad en niños y adolescentes es muy cuestionada). Además se utiliza a veces para tratar la depresión secundaria o postpsicótica en pacientes esquizofrénicos (Lieberman, Stroup y Perkins, 2010).

Al retirar el fármaco se debe ir lentamente, de lo contrario puede causar insomnio, nauseas, ansiedad e intranquilidad (Gross, 2005).

Hay investigadores que estudiaron el efecto del fármaco y lo compararon con el efecto placebo, encontrando solo un modesto efecto de los antidepresivos, aunque dichos estudios también tuvieron críticas metodológicas (ver aquí). Estas investigaciones nos hacen reflexionar sobre los efectos de nuestras expectativas.

Lo cierto es que aún es limitado el conocimiento que poseemos sobre las raíces bioquímicas del trastorno y la recuperación (Elliot Valenstein, 1998, citado en Myers, 2006). Muchos profesionales están preocupados porque, dada la facilidad para encontrar y comprar los antidepresivos, se está bloqueando el desarrollo de formas alternativas de tratamiento como las psicoterapias (Gross, 2005).

NOTA: Si estás tomando antidepresivos no los dejes o modifiques sin consultar a tu médico.

Fuentes:

Gross, R. (2005), Psychology, the science of mind and behaviour 5th edition. Hodder Arnold Publication

Lieberman, J., Stroup, S., Perkins, D. (2010), Tratado de esquizofrenia, LEXUS editores: Barcelona

Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid

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Podcast
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  • «Los miedos del terapeuta», con Gabriel Genise – Watson, episodio 1
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