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Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ansiedad en tiempos de Coronavirus: necesitamos apoyo social sólido

  • 27/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

En diciembre del 2019 tuvo origen un brote de COVID-19, en Wuhan, provincia de Hubei, China. Una cuarentena obligatoria entró en vigencia el 23 de enero de 2020.

Del mismo modo, muchos gobiernos a nivel global dispusieron medidas de cuarentenas obligatorias, aislamiento y distanciamiento social, con una directriz muy importante: quedarse cada uno en su casa.

«Se ha indicado que el número cada vez mayor de pacientes y casos sospechosos, así como el número creciente de provincias y países afectados por el brote, han suscitado la preocupación del público sobre la infección en este brote, lo que ha aumentado la ansiedad», señalaron los autores de un nuevo estudio que identificó varios factores que podrían resultar protectores contra la ansiedad específica de esta pandemia.  



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¿Quienes participaron del estudio? Fueron encuestados 7143 estudiantes universitarios de la Facultad de Medicina de Changzhi en la provincia de Hubei. Alrededor del 20 % tenían síntomas leves de ansiedad, cerca del 3 % tenían síntomas moderados y alrededor del 1 % tenían síntomas graves.

¿Qué encontraron los investigadores? Los estudiantes que viven con sus padres tienden a presentar niveles más bajos de ansiedad en comparación con los estudiantes que viven solos. Los estudiantes de áreas urbanas, los estudiantes de familias con un ingreso estable y los estudiantes que reportaron un mayor apoyo social también tenían un riesgo reducido de ansiedad (Cao et al., 2020).

«Este resultado sugiere que es necesario un apoyo social efectivo y sólido durante las emergencias de salud pública,» dijeron los investigadores.

La gran mayoría de los participantes (99,45%) no tenía familiares o conocidos infectados con COVID-19. Como era de esperar, los pocos que tenían familiares o conocidos infectados con COVID-19 tenían más probabilidades de estar gravemente ansiosos.

¿Qué factores específicos se relacionaron con los síntomas de ansiedad? Varios factores estresantes relacionados con COVID-19 también se asociaron con síntomas de ansiedad, incluida la preocupación por las influencias económicas de la epidemia, la preocupación por los retrasos académicos y la influencia de la epidemia en la vida diaria.

¿Qué recomendaciones da el equipo de investigación? “La salud mental de los estudiantes universitarios se ve significativamente afectada cuando se enfrentan a emergencias de salud pública, y requieren atención, ayuda y apoyo de la sociedad, las familias y las universidades.”

Se recomienda la colaboración del gobierno y la sociedad civil para resolver este problema con el fin de proporcionar servicios psicológicos de alta calidad y oportunos orientados a la crisis.

Algunos Estados han organizado programas de voluntariado para ofrecer apoyo virtual y/o telefónico a poblaciones especialmente vulnerables, como adultos mayores que viven solos y por formar parte de un grupo de riesgo se encuentran completamente aislados.

Referencia bibliográfica:

Cao, W., Fang, Z., Hou, G., Han, M., Xu, X., Dong, J., & Zheng, J. (2020). The psychological impact of the COVID-19 epidemic on college students in China. En Psychiatry Research (p. 112934). https://doi.org/10.1016/j.psychres.2020.112934

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Riesgo de problemas de salud mental por insuficiencia de sueño en la infancia

  • 27/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Asegurarse que niños y niñas duerman lo suficiente sería fundamental para resguardar su salud mental ya que, durante la infancia, esta insuficiencia aumentaría el riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos más adelante en la vida.

Estos son los hallazgos de un estudio noruego que contó con la participación de casi 800 niños, a quienes se les hizo un seguimiento durante varios años. Los problemas de salud mental incluyen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), ansiedad y depresión (Ranum et al., 2020).

«Estamos viendo una asociación entre la duración del sueño y el riesgo de síntomas de trastornos emocionales y de comportamiento», dijo Bror M. Ranum, primer autor del estudio.



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Los niños que duermen menos horas tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de conducta. Tanto las niñas como los niños que duermen menos corren un mayor riesgo de futuros problemas emocionales. Las medidas no indican nada sobre la calidad del sueño.

En el estudio, el sueño de los niños se midió con sensores de movimiento todas las noches durante una semana. Los investigadores realizaron entrevistas clínicas para medir las dificultades de salud mental. Estos procedimientos se repitieron varias veces cada dos años. 

El equipo investigó si las dificultades psicológicas podrían hacer que los niños duerman menos. Los datos sugieren lo contrario. La duración del sueño influye en el riesgo de problemas posteriores, no al contrario.

“Estudios previos también han demostrado que dormir está relacionado con dificultades de salud mental. Pero nuestro estudio es uno de los primeros en investigar esto en niños durante varios años y en utilizar una medición objetiva del sueño,» dijo la autora principal, Dra. Silje Steinsbekk, del Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU). La duración del sueño autoinformada no se correlaciona con las mediciones objetivas de la duración del sueño.

«Nuestro estudio muestra que los niños que duermen menos horas que otros desarrollan síntomas psiquiátricos con mayor frecuencia, incluso dos años después,» dijo Steinsbekk.

Ranum enfatizó que existen grandes diferencias individuales respecto de cuánto sueño necesita cada niño. Es decir, lo que equivale a dormir muy poco para un niño puede ser más que suficiente para otros niños. Por lo tanto, aconseja a los padres que no se preocupen innecesariamente. 

Si descubrís que la pequeña o el pequeño no se siente bien y no puede concentrarse, o si notás que su estado de ánimo fluctúa más de lo normal, podrías ayudarlo a dormir más tiempo señaló Ranum. Tener una hora de despertar constante por la mañana es quizás la forma más importante de desarrollar hábitos de sueño saludables.

El grupo de investigación también ha investigado cuántas personas duermen muy poco y si esto tiende a persistir a lo largo de la infancia.

Los hallazgos del estudio encontraron que los niños de seis años de edad y menores generalmente reciben la cantidad adecuada de sueño. Muy pocos niños de seis años (1.1 por ciento) dormían menos de 7 horas, lo cual está por debajo de las pautas de sueño recomendadas internacionalmente para este grupo de edad.

Pero, a medida que los niños crecieron, el número de personas que no dormían lo suficiente aumentó gradualmente (a los 8 años: 3,9 por ciento; 10 años: 4,2 por ciento y 12 años: 13,6 por ciento).

Los niños que dormían muy poco cuando tenían 6 años de edad no necesariamente sufrían de falta de sueño cuando crecían, y la mayoría cumplía la duración de sueño recomendada.

Sin embargo, si el sueño insuficiente comenzaba más tarde, a los 10 años, por ejemplo, el hábito tendía a persistir. Poco de estos niños superaron su patrón de sueño insuficiente a medida que crecieron.

Los investigadores contaron el número de noches individuales con menos de 7 horas de sueño por semana y encontraron que muchos niños experimentaron una o más noches con menos de 7 horas de sueño (edad 6: 15.1 por ciento; edad 8: 39.1 por ciento; edad 10: 45.7 por ciento; edad 12: 64.5 por ciento).

En otras palabras, más niños tenían noches individuales con muy poco sueño en comparación con cuántos en promedio (en una semana) dormían muy poco. Aquellos que tuvieron noches individuales con menos horas de sueño continuaron este patrón a medida que envejecían, lo que sugiere que ese patrón de sueño a menudo no cambió.

“Los niños de seis a 10 años tendían a dormir menos los fines de semana. Esta tendencia cambió entre las edades de diez y doce años, donde tiempos de sueño más largos los fines de semana y falta de sueño entre semana se hicieron más comunes,» dijo el Dr. Lars Wichstrøm, también del Departamento de Psicología de NTNU y coautor del estudio.

«No sabemos cuáles son las consecuencias de pasar algunas noches aquí y allá con muy poco sueño». Pero sí sabemos que después de una noche sin dormir lo suficiente, estamos más malhumorados y somos menos capaces de concentrarnos, lo que puede afectar la forma en que funcionamos ese día, incluso en la escuela. Por lo tanto, es recomendable dormir lo suficiente,» dijo Steinsbekk.

Los investigadores señalaron que los padres no deberían preocuparse innecesariamente ya que la mayoría de los niños que duermen muy poco en el transcurso de una semana no continuarán con ese patrón. La gran mayoría de los niños superan los hábitos de sueño insuficientes. Sin embargo, algunos ajustes a las rutinas de sueño pueden ser recomendables si su hijo se ve afectado por la falta de sueño.

Referencia bibliográfica:

Ranum, B. M., Wichstrøm, L., Pallesen, S., & Steinsbekk, S. (2020). Prevalence and stability of insufficient sleep measured by actigraphy: a prospective community study. Pediatric Research. https://doi.org/10.1038/s41390-020-0768-y

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo se forman los circuitos neuronales en un embrión en desarrollo

  • 26/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

El proceso de desarrollo celular puede ser tan apasionante como intrigante. Gracias a los avances tecnológicos, recientemente fue posible seguir a las neuronas jóvenes en un embrión en desarrollo a medida que avanzaban desde un desordenado revoltijo de células hacia un centro de control coordinado. El enfoque permite a los científicos rastrear el desarrollo y la función celular emergente simultáneamente en circuitos completos.

Las células que eventualmente se convierten en neuronas primero deben viajar a través del embrión para llegar a sus destinos finales en el sistema nervioso. Allí, florecen de células indefinidas en neuronas con roles específicos, trabajando juntas en circuitos para dirigir el comportamiento de un animal.

Yinan Wan, investigadora del Campus de Investigación Janelia del Instituto Médico Howard Hughes, y sus colegas han desarrollado herramientas para ver directamente aquel viaje, en animales vivos (Wan et al., 2019).



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Es la primera vez que los científicos rastrean simultáneamente los orígenes del desarrollo, el movimiento y la actividad funcional de todas las neuronas a medida que forman un circuito completo, de principio a fin.

Conectar la ubicación física y el historial de desarrollo de las neuronas jóvenes con sus roles emergentes en el sistema nervioso ofrece una nueva visión sobre la forma en que los cerebros se organizan, dice Wan. «Veo estas herramientas como una plataforma para comprender el desarrollo neuronal.»

El equipo de investigación creó las herramientas necesarias para recopilar y analizar datos de neuronas en desarrollo en un lapso de siete años.

«Se necesita tecnología que le permita seguir, a nivel de una sola célula, el desarrollo de un embrión completo», dice Keller (líder del equipo). No es demasiado difícil encontrar un microscopio que pueda obtener imágenes de un área grande, capturar los detalles más pequeños o tomar fotografías realmente rápido. Pero por lo general, esas ventajas vienen con compensaciones. Para este experimento, el equipo de Keller necesitaba un microscopio que pudiera hacer todas esas cosas a la vez, y en un frágil organismo vivo, para arrancar. 

Su punto de partida fue un microscopio de lámina de luz que Keller y otros científicos habían desarrollado. El año pasado, el equipo utilizó una tecnología similar para observar cómo las células se dividen, se mueven y comienzan a formar órganos en el desarrollo de embriones de ratón. Esta vez, el grupo de Keller se centró en el sistema nervioso, rastreando no solo dónde estaban las células sino también lo que cada una estaba haciendo.

Primero, los científicos diseñaron el pez cebra para incluir una pequeña molécula que hace que cada célula del pez brille. En las neuronas del embrión, también rastrearon una molécula que informa la actividad de las neuronas, más un puñado de proteínas clave que solo están presentes cuando una célula ha asumido una función específica: pistas sobre lo que esa célula está haciendo realmente en el cuerpo. En conjunto, esa información le permite al equipo distinguir diferentes tipos de neuronas y observar cómo estas células asumieron sus roles.

Luego colocaron los embriones de pez cebra bajo el microscopio durante 14 horas, capturando los movimientos de todas las células y siguiendo la actividad de las células a una velocidad de cuatro imágenes tridimensionales por segundo, varios millones de instantáneas de alta resolución en total. Los algoritmos desarrollados por Wan y otros en el laboratorio los ayudaron a reconstruir los caminos de las neuronas individuales. Y los colaboradores de Janelia, Ziqiang Wei y Shaul Druckmann, desarrollaron técnicas computacionales para analizar los patrones de actividad de las neuronas.

Con el tiempo, las imágenes del microscopio revelaron células en movimiento que iban encontrando sus lugares, luego asumieron roles específicos y se unieron en circuitos. También se mostró, a nivel individual, cómo emerge en cada célula primero la actividad altamente coordinada de la red y da lugar a los primeros comportamientos del pez cebra.

«En este momento, mucha neurociencia computacional gira en torno a cómo comprender los patrones de actividad en las poblaciones de neuronas,» dice Druckmann. «Los estudios de desarrollo como estos agregan una dimensión completamente nueva: tener sentido no solo de la dinámica actual de la población, sino también de cómo estos patrones se desarrollan y cambian con el tiempo.»

El circuito motor en la médula espinal del pez cebra (en el cual se centró el equipo de investigación), es el primero en desarrollarse en los peces, dice Wan. Ha sido ampliamente estudiado desde muchos ángulos. Pero cuando se trata de comprender cómo maduran y comienzan a trabajar juntas las células en el circuito, «hay una gran brecha de conocimiento», dice ella. El trabajo del equipo comienza a explicar cómo el movimiento coordinado emerge del desorden.

El circuito motor tiene neuronas motoras, que se comunican con los músculos, e interneuronas, que traen señales de otras neuronas y, a veces, actúan como marcapasos. A medida que el circuito tomó forma en los peces en desarrollo, las neuronas motoras fueron las primeras células en comenzar a enviar mensajes, descubrió el equipo. Eso fue una sorpresa, dice Keller. Los científicos habían pensado que las neuronas motoras probablemente seguirían el ejemplo de otras células en este proceso.

«Hemos reconstruido el desarrollo de órganos individuales e incluso embriones completos en el pasado,» dice Keller, «pero nunca antes hemos combinado esto con imágenes funcionales de alta velocidad de todo el sistema de las mismas células.» Observar el desarrollo y la función de las células cerebrales juntas permite a los investigadores reconstruir cómo emerge la función neuronal, a nivel de cada célula individualmente.

Referencia bibliográfica:

Wan, Y., Wei, Z., Looger, L. L., Koyama, M., Druckmann, S., & Keller, P. J. (2019). Single-Cell Reconstruction of Emerging Population Activity in an Entire Developing Circuit. En Cell (Vol. 179, Número 2, pp. 355-372.e23). https://doi.org/10.1016/j.cell.2019.08.039

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Instagram y Actividad Física: ¿pueden mantenernos motivados las redes sociales?

  • 25/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

En estos días muchas personas nos encontramos con la nueva necesidad de quedarnos en casa (los que tenemos el privilegio de tener una). El asunto es que, del mismo modo en que se marcan caminos en un campo, podemos llegar a generar surcos en los pisos creando senderos que van del dormitoria a la sala, y de allí a la cocina… para luego volver a la sala. 

El aburrimiento puede abordarnos de manera abrumadora, y esto hace imperiosa la necesidad de encontrar formas de contrarrestarlo. Sostener programas de ejercicios físicos es una gran opción que nos ayudará a mantenernos saludables física y mentalmente. (Quizás sea importante que no lo tomemos de manera facultativa, sino más bien imperativa).

Una nueva investigación sugiere que las redes sociales son capaces de proporcionar ayuda a las personas para superar este aburrimiento con programas de ejercicios existentes, y despertar el deseo de continuar con la actividad física (Berg et al., 2020). 



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Un enfoque psicológico establecido (entrenamiento motivacional) a través de Instagram es un método efectivo para inspirar a las personas a hacer ejercicio. A propósito de esto, los invito a visitar @7000pasos, el perfil de Instagram creado y administrado por Federico Lande, psicólogo de la Actividad Física, y asiduo colaborador de Psyciencia.

Más de 500 participantes del estudio fueron reclutados a través de Facebook y otros canales online. Los participantes estaban en diferentes niveles de entrenamiento y tenían diferentes grados de deseo de continuar o mejorar su régimen de ejercicio actual.

«Pueden surgir muchas emociones cuando haces ejercicio, sin importar en qué nivel estés», dijo el profesor Frode Stenseng, autor de estudio y miembro del Departamento de Educación y Aprendizaje de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU).

Se preguntó a los participantes qué tan motivados estaban para hacer ejercicios y cuánto disfrutaban de su entrenamiento. Fueron divididos al azar en dos grupos.

Un grupo siguió el hashtag de Instagram #dinmotivation. Los investigadores hicieron publicaciones motivadoras en esta cuenta cada tres días durante cuatro semanas.

«Intentamos que los participantes conocieran su propia motivación para hacer ejercicio y aumentar su conciencia sobre por qué estaban entrenando,» explica Stenseng.

Luego de las cuatro semanas iniciales, se les volvió a preguntar sobre su motivación para el ejercicio y su disfrute. Las personas en ambos grupos estaban igualmente preparadas para hacer ejercicio luego de este tiempo. Continuaron entrenando por igual, pero cuánto disfrutaron de su entrenamiento fue diferente.

“Los participantes que siguieron las publicaciones de la cuenta desarrollaron sentimientos más positivos relacionados con su capacitación. Los otros participantes no lo hicieron,» cuenta Stenseng.

Los resultados fueron claros. Las personas que habían seguido las publicaciones de Instagram informaron que disfrutaban mucho más de sus ejercicios que las que no lo hicieron.

Seguir las publicaciones implicaba pasar no más de unos minutos por mes en Instagram.

“Influencers” con cuerpos perfectos que nos cuentan sobre las bondades del ejercicio físico abundan en redes sociales. Pero, ¿pueden ayudarnos de la misma manera?

«Las personas influyentes de hoy indudablemente están teniendo un gran impacto, y esto fue parte de la razón para realizar nuestro estudio,» dice Silje Berg primera autora y psicóloga clínica.

Las redes sociales ofrecen una gran cantidad de consejos y sugerencias sin tener necesariamente una base científica para ellos. Gran parte de la investigación hasta la fecha ha demostrado cómo esto puede afectar negativamente a los receptores de mensajes.

“Nuestro estudio es en muchos sentidos una contraparte de esto. Queríamos mostrar un método usando las redes sociales que produzca un efecto positivo significativo basado en teorías psicológicas científicas,” dice Berg.

Las publicaciones en Instagram se basaron en la autodeterminación y la teoría de la pasión. Es decir, fueron diseñados para dar a las personas un sentido de pertenencia, dominio y autonomía. La autonomía debería dar a una persona la sensación de que lo que están haciendo está en línea con sus propias necesidades y deseos.

“Queremos mostrar cómo la influencia de las redes sociales puede ser positiva y utilizarse para promover la salud pública, en lugar de lo contrario.” También pueden instruirnos en el pensamiento crítico respecto de las fuentes que dan origen a los contenidos que aparece en nuestro feed. “La conciencia es clave para lograr el efecto positivo que queremos,” señala.

«Ver personas influyentes es probablemente más como mirar televisión,» dice Stenseng.

Después de todo, es divertido ver atletas talentosos en la televisión, sin pensar que alguna vez serás tan bueno como ellos, o que el programa te ayudará a levantarte del sofá.

Del mismo modo, los influencers que escriben sobre el ejercicio a menudo son atletas de alto nivel, en parte porque es su trabajo, por lo que es dudoso que alguna vez alcancemos su nivel. De todos modos puede ser emocionante seguirlos, incluso si no necesariamente aumenta nuestro propio disfrute del ejercicio.

Los investigadores concluyen que las redes sociales pueden ser un enfoque bueno y económico para llegar a las personas con diferentes mensajes sobre el ejercicio y la salud, si se utilizan bien.

«Nos encontramos con las personas donde están,» dice Stenseng.

El uso de las redes sociales de manera reflexiva puede mejorar el placer del entrenamiento del individuo y, al mismo tiempo, contribuir a la salud pública.

“Varias plataformas están teniendo un gran impacto. Es interesante cómo algunas aplicaciones de ejercicio prometen diversión y motivación para el ejercicio sin tener teorías claras sobre cómo quieren lograrlo. Ahora nuestro estudio ha demostrado que el contenido teórico puede tener un efecto positivo, por lo que deberíamos alentar a más personas en este mercado a que se basen en el conocimiento.»

Realizar ejercicios puede ser desafiante, y ¿qué mejor momento para sumergirnos en un desafío tan saludable que el presente?

Referencia bibliográfica:

Berg, S., Forest, J., & Stenseng, F. (2020). When Passion Does Not Change, but Emotions Do: Testing a Social Media Intervention Related to Exercise Activity Engagement. En Frontiers in Psychology (Vol. 11). https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.00071

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Proponerse objetivos desafiantes podría prevenir el declive cognitivo después de la jubilación

  • 24/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Después de jubilarse, algunos adultos de mediana edad y mayores, particularmente las mujeres, que se desvinculan de tareas y objetivos difíciles, pueden experimentar un deterioro cognitivo a medida que envejecen. Continuar participando de actividades mentalmente estimulantes resulta de suma importancia para proteger, de alguna manera, la funcionalidad cognitiva . 

«Este puede ser un desafío importante para las personas que tienden a dejar de lado los objetivos cuando encuentran obstáculos y retrocesos iniciales,»  dijo el doctor Jeremy Hamm, de la Universidad Estatal de Dakota del Norte, autor principal de un nuevo estudio (Hamm et al., 2020) que analizó los datos de una encuesta longitudinal nacional de Estados Unidos, llamada Midlife, que cuenta con 7108 participantes. Su objetivo fue identificar los factores que influyen en la salud a medida que las personas envejecen.

Específicamente, Hamm y su equipo estudiaron un subconjunto de 732 participantes de la encuesta para analizar las diferencias en la función cognitiva entre adultos jubilados y otros similares que optaron por continuar trabajando después de la edad de jubilación. La mitad de los participantes eran mujeres y el 94% de los participantes eran blancos.



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Investigaciones anteriores han demostrado que jubilarse está relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, pero se sabe poco sobre los factores de motivación que podrían hacer que una persona sea más susceptible a dicha disminución, explica Hamm.

“Nuestra premisa era que no todos los que se jubilan tienen mayor riesgo de declinar. Pensamos que las personas que se jubilan pueden estar más o menos en riesgo, dependiendo de su tendencia a desconectarse de tareas y objetivos desafiantes que de otro modo podrían proporcionar una fuente de estimulación mental,” dijo.

El equipo de investigación midió los niveles de «desconexión de objetivos» de los participantes, definido como una tendencia a disminuir las ambiciones y reducir el compromiso con los objetivos personales. Se pidió a los participantes del estudio que calificaran (en una escala de uno a cuatro) cuán de acuerdo estaban con declaraciones como las siguientes: «para evitar decepciones, no establezco mis metas demasiado altas» y «me siento aliviado cuando dejo ir algunas de mis responsabilidades.»

El equipo de investigación también les dio a los participantes una prueba (tomada por teléfono) para medir funciones cognitivas básicas, como la memoria, el razonamiento y la velocidad de procesamiento.

Los hallazgos generales revelan que las mujeres retiradas que eran propensas a desconectarse tuvieron una disminución más pronunciada en el funcionamiento cognitivo que sus pares que permanecieron empleadas. Sin embargo, no se encontraron diferencias entre los hombres jubilados y trabajadores en actividad cercanos a retirarse, cuyo estatus socioeconómico más alto podría haberlos protegido de los primeros desclives, según Hamm.

Los resultados son consistentes con otras teorías que sugieren que la jubilación solo puede estar relacionada con un mayor deterioro cognitivo en aquellos que tienen más probabilidades de desconectarse de actividades altamente desafiantes y perseguir objetivos.

“Nuestros hallazgos sugieren que no todas las personas que se jubilan tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Hay muchas oportunidades para participar en actividades mentalmente estimulantes en la jubilación, como leer o jugar juegos de palabras,” dijo el investigador.

«Sin embargo, la gestión personal y la motivación quizás deban aflorar en esta etapa de la vida ya que estas actividades a menudo necesitan iniciarse por sí mismas y mantenerse de forma autónoma».

Referencia bibliográfica:

Hamm, J. M., Heckhausen, J., Shane, J., & Lachman, M. E. (2020). Risk of cognitive declines with retirement: Who declines and why? Psychology and Aging. https://doi.org/10.1037/pag0000453

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mujeres serían más sensibles a los efectos de las metanfetaminas relacionados a la psicomotricidad

  • 24/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Las mujeres tienden a ser más sensibles a los efectos conductuales y subjetivos de la metanfetamina relacionados con la psicomotricidad según encontró un estudio reciente  (Mayo et al., 2019). ¿Podría esto ayudar a explicar por qué las mujeres, además, tienden a pasar del uso recreativo a la dependencia más rápidamente?

«Estábamos interesados ​​en explorar las diferencias individuales en las respuestas farmacológicas agudas o tempranas, antes del desarrollo de un trastorno por consumo de drogas,» explicó la autora del estudio Leah Mayo, investigadora postdoctoral en la Universidad de Linköping en Suecia.

“Si bien muchas personas probarán drogas durante toda su vida, solo una minoría (aunque sea una minoría significativa) desarrollará un trastorno por uso de sustancias. Hacer estudios como estos en humanos sanos y no dependientes nos permite comprender cómo las personas varían en respuesta a un medicamento y cómo esa variación puede hacerlas más vulnerables o resistentes al desarrollo de un trastorno por consumo de drogas «.



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En el estudio, 44 ​​hombres y 29 mujeres completaron cuatro sesiones en las que recibieron placebo o metanfetamina (20 mg) en condiciones doble ciego.

Aproximadamente 30 minutos después de cada sesión, los participantes completaron un retraso en el incentivo monetario en el que tuvieron que responder rápidamente a un objetivo para ganar o evitar perder dinero. Los participantes también completaron evaluaciones del estado de ánimo y los efectos de los medicamentos. Los investigadores monitorearon su presión arterial y frecuencia cardíaca.

“Descubrimos que las mujeres son más sensibles a los efectos psicomotores de la metanfetamina que los hombres. En particular, las mujeres informan que sienten más «vigor» y menos «fatiga» después de tomar el medicamento. Desde el punto de vista del comportamiento, también muestran tiempos de reacción más rápidos en una tarea de procesamiento de recompensas,” dijo Mayo.

Los investigadores sugieren que esta mayor sensibilidad a los efectos conductuales y subjetivos de la metanfetamina en las mujeres “puede hacer que sean más propensas a usar el medicamento nuevamente, y tal vez aumentar su uso con el tiempo.” 

“Hemos demostrado que las mujeres son más sensibles a algunos de los efectos de la metanfetamina y planteamos la hipótesis de que esta sensibilidad puede hacerlas más vulnerables a desarrollar patrones de uso problemáticos. Sin embargo, todavía no sabemos si esto es cierto; es decir, ¿son los más sensibles a estos efectos farmacológicos los que son más vulnerables a desarrollar un trastorno de uso? Mayo explicó.

«Tampoco sabemos cómo cambian estos efectos con el tiempo. Más específicamente, ¿cómo cambian las respuestas conductuales y subjetivas a la metanfetamina a medida que aumenta el consumo de drogas? Todavía hay muchas preguntas clínicas por responder, pero esperamos que este estudio proporcione un punto de partida para comprender las diferencias basadas en el género en los efectos y el consumo de metanfetamina.»

“Una observación interesante es que las diferencias que informamos entre hombres y mujeres parecen ser específicas de la metanfetamina. El trabajo de otros sugiere que diferencias de género similares no son evidentes en respuesta al fármaco, estrechamente relacionado, D-anfetamina,” agregó Mayo.

“Sorprendentemente, se han reportado efectos muy similares en modelos animales preclínicos: los efectos psicomotores de la metanfetamina, pero no de la D-anfetamina, difieren entre roedores machos y hembras. El hecho de que esta diferencia basada en el sexo también exista en modelos animales preclínicos abre la vía para obtener una comprensión más mecanicista de los fundamentos neurobiológicos de estos comportamientos,» finalizó.

Referencia bibliográfica:

Mayo, L. M., Paul, E., DeArcangelis, J., Van Hedger, K., & de Wit, H. (2019). Gender differences in the behavioral and subjective effects of methamphetamine in healthy humans. Psychopharmacology, 236(8), 2413-2423. https://doi.org/10.1007/s00213-019-05276-2

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estrategias para promover hábitos alimenticios más saludables

  • 23/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

La proliferación de alimentos y bebidas baratos, ricos en calorías e hiper palatables, así como la normalización de los tamaños de porciones enormes y los refrigerios constantes han creado un ambiente y una cultura en los que se necesita un esfuerzo sobrehumano y fuerza de voluntad para no comer en exceso.

¿Es novedad para alguien que las personas, en general, aún consumimos pocos nutrientes y demasiadas calorías? Esto no siempre desencadena en trastornos alimenticios, pero sí podemos encontrarnos desnutridos con sobrepeso.

¿Cómo podemos promover hábitos más saludables?



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Investigadores franceses se preguntaron cuáles eran las formas más efectivas de promover comportamientos saludables. Para averiguarlo, identificaron 96 estudios que emplearon diversas estrategias o “ayudas” para llevar a las personas hacia elecciones saludables y compararon sus resultados para determinar cuál parecía ser más efectiva (Cadario & Chandon, 2018).

En este estudio los investigadores calcularon cómo impactó cada estrategia en la ingesta diaria total de calorías. Las estrategias o “ayudas” fueron definidas como algo que alteró el comportamiento de las personas sin prohibir por completo algo o usar incentivos económicos. Por ejemplo, si un empleador quisiera alentar a sus empleados a beber menos refrescos y más agua, podrían eliminar todos los refrescos de las máquinas expendedoras o duplicar el precio del refresco para que el agua embotellada fuera mucho más barata. Pero ninguno de esos serían “ayudas”.

Una “ayuda” es algo que influye en las elecciones que hacés (o, en el lenguaje de los investigadores, altera la arquitectura de elección) sin eliminar tu capacidad de hacer una elección distinta o de permitirte una elección diferente. 

Los investigadores encontraron que las “ayudas” se dividieron en tres categorías.

Primera categoría: Lo que sabés

Se trata de estrategias cognitivas que intentan afectar las cosas que sabés. Su objetivo es llevarte a pensar un poco más antes de hacer una selección o dar un bocado. 

Dentro de este grupo encontramos el valor calórico de los alimentos en los menús de los restaurantes; carteles que muestran la cantidad de azúcar que contiene un vaso de bebida gaseosa; otra estrategia es el uso de logotipos o íconos para identificar opciones más saludables (por ejemplo, poner el ícono de un corazón en cereales con alto contenido de fibra o un ícono de brócoli junto a elementos de menú con menos calorías).

Sin embargo, de los tres tipos de “ayudas,” las estrategias cognitivas son las menos impactantes respecto de la ingesta de calorías: en promedio, redujeron la ingesta típica en aproximadamente 64 calorías.

Segunda categoría: cómo te sentís

Conformada por estrategias afectivas, las cuales buscan cambiar la forma en que te sentís respecto de un alimento o un comportamiento, sin cambiar necesariamente lo que sabés. Las “ayudas” afectivas incluyen aplicar palabras e imágenes atractivas a elecciones saludables (en un restaurante, por ejemplo, en lugar de ofrecer zanahorias ralladas como acompañamiento, podrían ofrecer guarnición de zanahorias de estación en hebras con infusión de cítricos). Los restaurantes podrían incluir hermosas fotografías de las ensaladas, pero no de las comidas fritas.

Las estrategias afectivas se centran en hacer que ciertos alimentos sean más deseables o influir en cómo te sentís respecto a una determinada elección.

Otro tipo de “ayuda afectiva son las «llamadas de alimentación saludable:» cuando una señal o un servidor sugieren que una determinada elección es más deseable.

Las apelaciones a los sentidos y las emociones son algo más efectivas que las apelaciones a la razón. En términos de reducir la ingesta de calorías, las “ayudas” afectivas son casi el doble de impactantes que las cognitivas, reduciendo la ingesta calórica en aproximadamente 130 calorías al día, o un 7,5%.

Tercera categoría: lo que hacés

La tercera categoría son las estrategias conductuales. Estas procuran cambiar lo que hacés sin afectar necesariamente lo que sabés o sentís. De hecho, podrían funcionar sin que seamos conscientes de ellos.

Una categoría popular de estímulo conductual es hacer que la elección saludable sea la opción fácil. Por ejemplo: colocar ensaladas verdes en convenientes recipientes para llevar en el centro de la tienda, pero tener el pollo frito en la parte posterior de la tienda, donde debe esperar en la cola para que un trabajador de la tienda lo coloque en un recipiente para llevar.

Otro ejemplo de este tipo de estímulo conductual es poner las verduras y el salmón a la parrilla, y otros artículos saludables, al comienzo de una línea de buffet y los artículos menos nutritivos (como galletas o macarrones con queso) al final, cosa que llegues con menos espacio en el plato.

Otro ejemplo de “ayuda” conductual es usar platos y recipientes más pequeños para artículos densos en calorías, como pasta, papas fritas o refrescos, y platos y recipientes más grandes para platos bajos en calorías como ensaladas, verduras, agua y fruta cortada.

En general, los investigadores encontraron que las “ayudas” conductuales redujeron la ingesta de calorías en más de 200 calorías diarias o un 12%. Y en particular, cambiar el tamaño de las porciones y los platos fue la más efectiva de las estrategias de comportamiento, reduciendo la ingesta de calorías en más de 300 calorías por día.

Cuando se trata de tomar decisiones más saludables, saber más no siempre se traduce en mejorar. Pero nos sentimos impactados por la facilidad y la conveniencia. Hemos intentado muchas formas diferentes de luchar contra un entorno que parece empeñado en hacernos más pesados ​​y menos saludables de lo que queremos ser. Y las estrategias más efectivas son hasta seis veces más impactantes que las estrategias menos efectivas, que, hasta ahora, han sido donde hemos estado invirtiendo la mayoría de nuestros recursos.

Conocer las diferentes “ayudas” puede servirnos a la hora de elegir estrategias para nuestras propias vidas. Toner frutas variadas, frescas y limpias en el primer estante de la heladera o una hermosa fuente sobre la mesa (y las opciones menos saludables en lugares que requieren más esfuerzo para llegar), puede hacer una diferencia realmente.

Referencia bibliográfica:

Cadario, R., & Chandon, P. (2018). Which healthy eating nudges work best? A meta-analysis of field experiments. En Appetite (Vol. 130, pp. 300-301). https://doi.org/10.1016/j.appet.2018.05.170

Fuente: Scientific American

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Es buena la música para el rendimiento cognitivo?

  • 20/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

La necesidad de estimulación externa sería un factor clave para determinar si la música favorece o no al rendimiento cognitivo de una persona. Quienes tienen altos requerimientos de este tipo de estimulación tienden a aburrirse fácilmente y a buscar aportes externos. Esos individuos a menudo se desempeñan peor, paradójicamente, cuando escuchan música mientras realizan una tarea mental. Las personas con baja necesidad de estimulación externa, por otro lado, tienden a mejorar su rendimiento mental con la música. Estos son hallazgos que surgen de un estudio realizado por Manuel González de Baruch College y John Aiello de la Universidad de Rutgers (Gonzalez & Aiello, 2019).

Pero otros factores también juegan un papel. González y Aiello evaluaron tanto la personalidad del oyente como la dificultad de la tarea y la complejidad de la música. El hecho de que los estudiantes experimenten un beneficio o un perjuicio por la música depende de la interacción de la personalidad del alumno, la tarea mental y la música.

Primero, los participantes completaron la Escala de Propensión al Aburrimiento, que es una prueba de personalidad utilizada para determinar la necesidad de estimulación externa. Luego se dedicaron a una tarea cognitiva fácil (buscar la letra A en listas de palabras) y una tarea más desafiante (recordar pares de palabras). Para controlar los efectos de la práctica y la fatiga, la mitad de los sujetos completaron primero la tarea fácil, mientras que la otra mitad completó primero la tarea desafiante. Los participantes finalizaron ambas tareas en una de tres condiciones de sonido: (a) sin música, (b) música simple o (c) música compleja. Toda la música fue instrumental, y su complejidad fue manipulada variando el número de instrumentos involucrados en la pieza. La música simple incluía piano, cuerdas y sintetizador, mientras que la música compleja agregaba batería y bajo a la pieza simple.



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Los datos sugieren que la decisión de activar o desactivar la música mientras se estudia debe depender de la personalidad. Para aquellos con una gran necesidad de estimulación externa, escuchar música mientras se aprende no es aconsejable, especialmente si la tarea es difícil y/o la música es compleja. En la tarea simple (encontrar A), las puntuaciones de dichos sujetos para la condición musical fueron las mismas (para música simple) o significativamente peores (para música compleja) que las de la condición silenciosa. En la tarea compleja de aprender pares de palabras, su rendimiento era peor cada vez que se tocaba música, independientemente de si era simple o compleja.

Sin embargo, para aquellos con una baja necesidad de estimulación externa, escuchar música es generalmente la opción óptima. En la tarea simple las puntuaciones de dichos participantes para la condición musical fueron las mismas (para música simple) o dramáticamente mejores (para música compleja) que las de la condición silenciosa. En la tarea compleja los participantes mostraron un beneficio pequeño pero confiable con música simple y compleja, en relación con el silencio.

Los resultados sugieren que existen diferencias individuales sustanciales en el impacto de la música en la función cognitiva y, por lo tanto, las recomendaciones con respecto a su presencia en el aula, la sala de estudio o el ambiente de trabajo pueden necesitar ser personalizadas. Los estudiantes que se aburren fácilmente y que buscan estimulación deben tener cuidado al agregar música a la mezcla, especialmente la música compleja que puede captar la atención y consumir recursos cognitivos críticos que son necesarios para completar con éxito su tarea. Por otro lado, los estudiantes con una baja necesidad de estimulación externa pueden beneficiarse significativamente de la presencia de música, especialmente al completar tareas simples y comunes.

Sin embargo, antes de que los estudiantes decidan ponerse sus auriculares, deben considerar cuidadosamente tanto su selección musical como la naturaleza de la tarea. Toda la música utilizada en el presente estudio fue instrumental, y la música con letra probablemente será más compleja. La complejidad parece aumentar la excitación, y la ley de Yerkes-Dodson sugiere que un nivel moderado de excitación produce un rendimiento óptimo. Cuando hay muy poca o demasiada excitación, el rendimiento disminuye. Por lo tanto, los beneficios de la música para aquellos con una baja necesidad de estimulación externa podrían disminuir o incluso desaparecer con la complejidad adicional de las letras.

Del mismo modo, los aumentos en la complejidad de una tarea cognitiva también podrían reducir o eliminar el beneficio de la música. Aunque la tarea «compleja» utilizada en este estudio (aprender pares de palabras) fue solo moderadamente desafiante, el aumento de la complejidad, en relación con la tarea simple, fue suficiente para reducir el efecto positivo de la música. Con una tarea cognitiva altamente desafiante (por ejemplo, comprensión de texto o preparación de exámenes), incluso aquellos con una baja necesidad de estimulación externa pueden no mostrar tal efecto con la música.

En conclusión, con la personalidad correcta (baja necesidad de estimulación), la música correcta (instrumental) y la tarea correcta (de dificultad baja a moderada), la presencia de música puede mejorar significativamente el funcionamiento cognitivo. 

Referencia bibliográfica:

Gonzalez, M. F., & Aiello, J. R. (2019). More than meets the ear: Investigating how music affects cognitive task performance. Journal of Experimental Psychology. Applied, 25(3), 431-444. https://doi.org/10.1037/xap0000202

Fuente: Scientific American

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estudio en Wuhan: predictores de síntomas de estrés postraumático durante el brote de COVID-19

  • 20/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Un reciente estudio realizado con residentes de Wuhan, la ciudad epicentro del brote de Coronavirus en China, revela que la prevalencia de los síntomas de estrés postraumático (SEPT) en este lugar fue del 7% un mes después del inicio de la pandemia (Liu et al., 2020).

Allí, una cuarentena obligatoria entró en vigencia el 23 de enero de 2020.
Los síntomas de estrés postraumático incluyen recuerdos intrusivos no deseados, sueños perturbadores, conducta irritable, hiperexcitación y dificultad para concentrarse.

Los investigadores señalaron que «la falta de información clara y definida» sobre el virus, así como «la escasez de trabajadores y recursos médicos» dejó a los residentes en la región «sufriendo una ansiedad intensa debido a la incertidumbre y la inseguridad.»



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Entre el 30 de enero y el 8 de febrero de 2020, los investigadores encuestaron a 285 residentes de Wuhan y ciudades aledañas. Descubrieron que las mujeres, las poblaciones más susceptibles a la infección y aquellas con más problemas para dormir tenían más probabilidades de experimentar mayores síntomas de estrés postraumático.

Dado que la situación en Wuhan todavía se está desarrollando, los investigadores dicen que «tienen razones para creer que la prevalencia de los síntomas de estrés postraumático entre el público de las áreas más afectadas será más grave que los resultados de este estudio.»

Según fuentes periodísticas, en el día 19 de marzo de 2020 no se registraron nuevos casos de COVID-19 en Wuhan, por primera vez desde el inicio del brote (Página 12, 2020).

Li Lanjuan, director del principal laboratorio chino para Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Infecciosas, dijo que “si no hay ningún nuevo caso de coronavirus en Wuhan durante 14 días seguidos, creemos que podremos entonces levantar la cuarentena de la ciudad gradualmente.» (马驰, s. f. ). También advirtió que se necesitarán todavía estrictas medidas de control y prevención para impedir un eventual rebrote.

Referencia bibliográfica:
Liu, N., Zhang, F., Wei, C., Jia, Y., Shang, Z., Sun, L., Wu, L., Sun, Z., Zhou, Y., Wang, Y., & Liu, W. (2020). Prevalence and predictors of PTSS during COVID-19 Outbreak in China Hardest-hit Areas: Gender differences matter. En Psychiatry Research (p. 112921). https://doi.org/10.1016/j.psychres.2020.112921

Página 12. (2020, marzo 20). En Wuhan, epicentro del coronavirus, no se registraron nuevos contagios | Por primera vez desde el comienzo de la pandemia. PAGINA12; Página12. https://www.pagina12.com.ar/254055-en-wuhan-epicentro-del-coronavirus-no-se-registraron-nuevos-

马驰. (s. f.). Lockdown of Wuhan may be gradually lifted – Chinadaily.com.cn. Recuperado 20 de marzo de 2020, de https://www.chinadaily.com.cn/a/202003/19/WS5e72c0aba3101282172803e7.html
Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Disforia de género y vulnerabilidad psicológica

  • 09/03/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Una investigación sobre el trastorno de identidad de género (también conocida como disforia de género, en la que una persona no se identifica con su sexo biológico) cuestiona la mejor manera de manejar la condición cuando surge en niños y adolescentes. ¿Deben usarse los tratamientos biológicos lo antes posible para ayudar en la transición de un cliente joven, o se requiere precaución, en caso de complicar problemas psicológicos?

Melanie Bechard, de la Universidad de Toronto, y sus colegas examinaron la prevalencia de «vulnerabilidades psicosociales y psicológicas» en 50 casos de disforia de género en niños y adolescentes, y argumentan que sus hallazgos muestran que los médicos deberían considerar estos factores más seriamente al decidir un plan de tratamiento (Bechard et al., 2017).

En 2013 Zucker, uno de los coautores del estudio, encabezó el grupo de la Asociación Americana de Psiquiatría para decidir sobre los criterios de diagnóstico para la disforia de género. En 2015 cuando fue despedido de su clínica en el Centro de Adicciones y Salud Mental de Toronto por no seguir el ahora prominente enfoque “afirmativo de género” que pone un énfasis clínico en suavizar el proceso de transición de género para niños y adolescentes que dicen que ya no se identifican con su sexo biológico.



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El enfoque de Zucker, por el contrario, era más vacilante y cuestionó la facilidad con la que los jóvenes pueden sacar conclusiones sobre su identidad de género durante una etapa de la vida universalmente tumultuosa. También puso más énfasis en los costos que la transición puede tener sobre un individuo. 

Para los críticos de Zucker, él era transfóbico, y su enfoque análogo a la terapia de conversión gay (el uso ahora ampliamente condenado de la terapia psicológica para tratar de alterar la orientación sexual de un cliente); por ejemplo, según los informes, aconsejó a algunos padres que desalienten a sus hijos más pequeños de comportarse en formas que contradecían su género asignado.

El artículo del que fue coautor con Bechard y otros pone en el registro científico una de las preocupaciones de su clínica, que los jóvenes disfóricos de género son una población psicológicamente vulnerable.

El documento examina los archivos de casos de 17 personas con sexo masculino asignado al nacer y 33 personas con género femenino asignado al nacer, en función de su sexo biológico. Después de experimentar disforia de género, los clientes fueron remitidos a un servicio especializado de identidad de género para jóvenes; en ese momento tenían entre 13 y 20 años. El 64% de los clientes eran homosexuales con respecto al género que se les asignó al nacer.

Los investigadores buscaron evidencia de 15 factores que pueden significar o contribuir a problemas psicológicos, desde autolesiones hasta una visita previa de terapia ambulatoria, y encontraron que más de la mitad de su muestra tenía seis o más de estos factores. La mayoría tenía dos o más diagnósticos previos de un trastorno psicológico, siendo el más común un trastorno del estado de ánimo como la depresión. Más de la mitad había informado que pensaba en el suicidio, un tercio había abandonado la escuela secundaria, una cuarta parte se había autolesionado. Una historia de abuso sexual fue más rara, observada en «solo» el 10 por ciento de los casos.

Es probable que todas estas medidas sean subestimadas porque dependieron de las descripciones de los clientes durante su entrevista inicial en la clínica de identidad de género. Sin un grupo de control, es difícil decir si estas tasas de angustia psicológica son más altas que para otros grupos de clientes. Sin embargo, los hallazgos son consistentes con el hecho de que estos individuos ya estaban en un estado de vulnerabilidad psicológica cuando fueron referidos por disforia de género.

El equipo de Bechard presenta ejemplos en profundidad de dos clientes, ambos asignados como mujeres al nacer, que dan vida a estas complejidades psicológicas, demostrando el tipo de situaciones que a menudo involucran estos casos.

El primer individuo era muy inteligente pero socialmente tenía dificultades, especialmente en torno a las niñas. Estaban obsesionados con enfatizar su feminidad en selfies, lo que llevó a los padres a sospechar un trastorno dismórfico corporal (una creencia preocupante de que hay algo mal con el cuerpo de uno). El novio de este individuo se identificó como gay. En algún momento después de esto, el cliente reveló que se identificaba como un niño. Este cambio de identidad ocurrió «de la noche a la mañana» sin antecedentes de identificación de género cruzado.

La historia del segundo cliente es más complicada: alrededor de los 14-15 años, este individuo había revelado que era transgénero (ahora identificándose como hombre), y se había sentido así por un tiempo. Este individuo también tenía antecedentes de ansiedad, problemas sociales al interactuar con las niñas y ansiedad extrema por la sexualidad. Desde que reveló su disforia de género, también informó que ser homosexual (orientados hacia los hombres) pero que no tenía interés en las relaciones románticas/sexuales.

En ambos casos, después de una evaluación inicial, el médico le dio al individuo un tratamiento de testosterona contra los deseos de los padres; en el primer caso, el médico se negó a reunirse con los padres, y en el segundo, el médico registró que los problemas planteados por los padres con respecto a la ansiedad, los problemas sexuales y sociales no eran relevantes para el curso de acción. Lamentablemente, en el caso del segundo individuo, unos meses después del inicio del tratamiento hormonal, hubo un intento de suicidio que requirió hospitalización; no se informaron las razones de esto.

Los indicadores de vulnerabilidad psicológica, ¿son identificados en estos casos como consecuencia, causa o simplemente coincidencia del trastorno de identidad de género? Si todos son únicamente una consecuencia de la disforia de género, entonces el enfoque decisivo de los médicos descritos anteriormente tiene cierto sentido. Pero si algunas de las complicaciones psicológicas eran anteriores a la disforia de género, o estaban separadas de ella, al menos esto sugeriría que los médicos consultados deberían haber considerado un plan de tratamiento más amplio así como las complicaciones psicológicas al juzgar la «preparación» de sus clientes para comenzar tratamientos biomédicos.

La posibilidad de que la divulgación de la disforia de género en algunos casos pueda estar impulsada por vulnerabilidades psicológicas y problemas sociales anteriores parece ser mayor que cero. Esta es una idea controvertida entre muchos activistas trans online, pero no entre los profesionales de la salud, incluso aquellos que defienden la filosofía de afirmación de género, que reconocen que algunas personas jóvenes referentes de identidad de género pueden estar transitoriamente confundidos.

La cuestión de las vulnerabilidades psicológicas preexistentes o concurrentes también habla del hecho de que una proporción sustancial, tal vez incluso la mayoría, de los niños que experimentan algún tipo de desafío de identidad de género, luego respaldan el género con el que fueron criados.

Sin embargo, cuando un niño con disforia de género es «insistente, persistente y consistente» durante un período prolongado, bajo el enfoque afirmativo de género esto generalmente es considerado un buen indicador de que es apropiado comenzar a facilitar el proceso de transición. El problema es que las vulnerabilidades psicológicas también pueden ser persistentes, y si una persona joven siente que ha encontrado la solución, es comprensible que no quiera dejarla ir.

Esta investigación de Bechard, Zucker y compañía proporciona evidencia preliminar sobre las vulnerabilidades psicológicas de niños y adolescentes con disforia de género, extendiendo el trabajo previo que muestra altas tasas de autolesión e ideación suicida en este grupo (Holt et al., 2016), pero aún se requiere más investigación al respecto.

Finalmente, otro estudio encontró que de 5107 mujeres trans (edad media en la primera visita 28 años, tiempo medio de seguimiento 10 años) y 3156 hombres trans (edad media en la primera visita 20 años, tiempo medio de seguimiento 5 años), 41 mujeres trans y 8 hombres trans murieron por suicidio. En las mujeres trans, las muertes por suicidio disminuyeron con el tiempo, mientras que en los hombres trans no hubieron cambios. De todas las muertes por suicidio, 14 personas ya no estaban en tratamiento, y 35 estuvieron en tratamiento en los dos años anteriores. El número medio de suicidios en los años 2013-2017 fue mayor en la población trans en comparación con la población holandesa. Los investigadores señalan que el riesgo de suicidio en las personas transgénero es más alto que en la población general y se presenta en cualquier etapa de la transición. Por último resaltan que es importante una atención específica para el riesgo de suicidio en el asesoramiento de esta población y en la provisión de programas de prevención del suicidio (Wiepjes et al., 2020).

Referencia bibliográfica:

Bechard, M., VanderLaan, D. P., Wood, H., Wasserman, L., & Zucker, K. J. (2017). Psychosocial and Psychological Vulnerability in Adolescents with Gender Dysphoria: A «Proof of Principle» Study. Journal of Sex & Marital Therapy, 43(7), 678-688. https://doi.org/10.1080/0092623X.2016.1232325

Holt, V., Skagerberg, E., & Dunsford, M. (2016). Young people with features of gender dysphoria: Demographics and associated difficulties. Clinical Child Psychology and Psychiatry, 21(1), 108-118. https://doi.org/10.1177/1359104514558431

Wiepjes, C. M., den Heijer, M., Bremmer, M. A., Nota, N. M., de Blok, C. J. M., Coumou, B. J. G., & Steensma, T. D. (2020). Trends in suicide death risk in transgender people: results from the Amsterdam Cohort of Gender Dysphoria study (1972-2017). Acta Psychiatrica Scandinavica. https://doi.org/10.1111/acps.13164

Fuente:The British Psychological Digest

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