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¿Para qué sirve la voz interior y qué pasa si no la tenemos?

  • The Conversation
  • 10/06/2024

Por Adriana Castro Zavala, Neurocientífica, Universidad de Málaga.

En una conversación con su colega Cillian Murphy, Margot Robbie contaba que había creado su personaje de Barbie basándose en las personas que no sienten su voz interior, ya que estas suelen reflexionar menos sobre lo que les ocurre en su vida diaria. No es algo excepcional, ya que un pequeño porcentaje de la población manifiesta la carencia que inspiró a la actriz australiana. Es lo que recientemente se ha bautizado como anendofasia. 

La voz interna o voz interior es esa narrativa que acompaña silenciosamente a nuestras reflexiones, decisiones y procesos mentales cotidianos. Puede manifestarse como un diálogo, cuando hablamos con nosotros mismos, o como pensamientos verbales que surgen en forma de palabras o frases.

La voz de la conciencia

Este discurso interno se ha relacionado directamente con la conciencia, el estado mental que implica estar atento a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones y del entorno que nos rodea. También involucra la capacidad de reflexionar sobre nuestras experiencias y de tener una comprensión básica de quiénes somos como individuos.

Los estudios neurobiólogicos en cerebros con daños cerebrales evidentes han vinculado ambos conceptos. Según han observado los científicos, la conciencia está asociada con el hemisferio izquierdo, que juega un papel significativo en el lenguaje en aproximadamente el 88 % de las personas.

Así, según las investigaciones, los pacientes afectados por algún daño en el hemisferio izquierdo que desarrollan afasia –problemas para comprender el lenguaje, expresarse o ambas cosas– también se quedan sin voz interior. 

Uno de ellos, la joven norteamericana Lauren Marks, ha contado en un libro que, durante la recuperación del trastorno, carecía de conciencia respecto al presente, pasado y futuro. “Es muy difícil acceder al sentido de uno mismo (personalidad y/o preferencias) cuando no tienes acceso a tu voz interior”, explica.

El psicólogo clínico Claude S. Moss describió su experiencia en estos términos: “no tenía la capacidad de pensar en el futuro, de anticiparlo o de percibirlo, de preocuparme por él. Al menos no con palabras”. Según su testimonio, durante las primeras semanas que estuvo hospitalizado con afasia simplemente existía. 

También es interesante saber que las personas sordomudas pueden sentir ese discurso interno de una manera diferente. Si el individuo ha nacido sin la capacidad para oír y hablar, se expresa con gestos, señas o imágenes. Pero si, por el contrario, perdió esos sentidos más tarde, la voz interior sí que puede estar presente en forma de sonidos.

¿Cómo afecta carecer de voz interior?

Como ya hemos mencionado, algunas personas simplemente carecen de voz interior. Esto ha llevado a explorar el planteamiento de que esta puede manifestarse de muy distintas formas.

Un estudio reciente ha abordado esa variabilidad mediante el “Cuestionario de Variedades del Habla Interna” (VISQ por sus siglas en inglés). El VISQ evalúa factores como la dialogicidad (la experiencia de mantener un diálogo interior), la condensación (la brevedad del habla interna en comparación con el discurso en voz alta) y otras características.

Los participantes del estudio realizaron cuatro ejercicios diseñados para explorar cómo podrían afectar estas diferencias en el rendimiento de tareas cognitivas específicas, que incluían pruebas de memoria verbal, detección de rimas, control de la conducta durante cambios de tarea y percepción de categorías. 

Pues bien, los voluntarios con una voz interior más débil según la valoración del VISQ puntuaron peor al juzgar si los nombres de dos imágenes rimaban y en los ejercicios de memoria verbal. Significativamente, las diferencias de rendimiento en ambas tareas desaparecían cuando los participantes se expresaban en voz alta para resolverlas, lo que sugiere que la eficacia de usar el habla interna y externa en estos casos era equivalente.

¿Se puede entrenar?

Después de conocer la importancia de la voz interior, surge una pregunta obvia: ¿podemos trabajarla? Los adultos no, ya que la “plática” mental emerge en la primera infancia junto con el desarrollo de una parte específica del cerebro llamada corriente dorsal del lenguaje. Pero los niños sí están a tiempo de fortalecer esta capacidad. 

Los estudios muestran que la voz interior evoluciona a partir de un diálogo en voz alta con nosotros mismos. Además, otros trabajos han demostrado que conserva características lingüísticas similares a la expresión lingüística audible, como la fonética, la sintaxis y la semántica.

El estudio de la voz interior no solo nos permite comprender mejor la complejidad de nuestra mente, sino que también podría tener aplicaciones prácticas en áreas como la educación o la psicoterapia. 

Entender cómo se desarrolla y funciona desde la infancia hasta la edad adulta nos brinda una visión más profunda de nuestra cognición y nos plantea nuevas posibilidades para mejorar la comprensión y uso de esta herramienta única en nuestro proceso de pensamiento.

Artículo originalmente publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia.

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  • Recomendados

“Te falta calle”: ¿y si el problema no es el exceso de pantallas, sino el escaso tiempo al aire libre?

  • David Aparicio
  • 10/06/2024

Enrique Alpañés recopila nuevas investigaciones que sugieren que, aunque la tecnología puede tener un impacto negativo, el verdadero problema podría ser la disminución del tiempo al aire libre y del juego físico. La reducción del juego en la calle, debido a la percepción de inseguridad y al aumento de actividades extraescolares y virtuales, ha afectado el desarrollo socioemocional de los niños. Los expertos señalan que las experiencias físicas y sociales reales son cruciales para el desarrollo saludable.

Este artículo es interesante porque desafía la narrativa simplista de que la tecnología es la principal culpable de los problemas de salud mental en los jóvenes, sugiriendo en cambio una visión más compleja que incluye cambios en el estilo de vida y el entorno social.

Puedes leer el artículo completo en El País.

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  • Psicología aplicada

Relación entre artrosis, artritis y la depresión

  • David Aparicio
  • 10/06/2024

La depresión es una de las principales causas de discapacidad.  Afecta a 350 millones de personas en todo el mundo y se estima que 1 millón de personas muere por año. Es una condición muy compleja donde intervienen factores sociales, biológicos y psicológicos. Hoy en día se sabe que existe también una fuerte relación entre la depresión y la salud física, siendo las enfermedades cardíacas las más relacionadas (aunque dicha relación no es muy clara todavía).

Para entender mejor el vínculo entre las enfermedades físicas y la depresión, la Universidad de Basel y la Ruhr-University Bochum, dos instituciones europeas de alto prestigio, diseñaron un estudio con 14.300 suizos y encontraron que aquellos que sufrían de síntomas depresivos también tenían un alto riesgo de sufrir de artrosis y artritis, dos enfermedades inflamatorias y degenerativas de las articulaciones.

Los psicólogos todavía no pueden decir con precisión cuál es la causa, pero presentan tres hipótesis:

(1) Los síntomas depresivos podrían ser el resultado de la falta de interés en las actividades físicas, lo que conlleva  al desarrollo de enfermedades de las articulaciones.

(2) Las personas con estas enfermedades pueden verse afectadas en sus actividades diarias y esto repercute negativamente en su salud mental.

(3) La depresión podría ser causada por procesos inflamatorios. Por lo tanto la inflamación de las articulaciones podrían representar la relación de los síntomas depresivos y las enfermedades físicas.

Hay que recordar que estas investigaciones son novedosas y muy interesantes, pero todavía no pueden decirnos con precisión cual es la causa de la relación entre la depresión y las enfermedades . Creo que la investigación nos dejó con más preguntas que respuestas. Para obtener una mejor compresión, las futuras investigaciones tendrán que poner a prueba las hipótesis que se desprenden de este estudio. Mientras tanto, nosotros los psicólogos tenemos que diseñar mejores programas de prevención.

La investigación está disponible en la conocida revista Frontiers in Public Health y puedes leerla completa aquí.

Fuente: ScienceDaily
Imagen: Vitadelia

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  • Psicología aplicada

Depresión y alimentos procesados

  • Isabella Mtz Sierra
  • 06/06/2024

La alimentación juega un rol crucial en la salud mental, emocional y cognitiva. Recientes estudios subrayan la significativa influencia de ciertos alimentos en la probabilidad de padecer depresión. El estudio publicado en la revista Clinical Nutrition reveló que una dieta rica en productos altamente procesados está asociada con un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos. 

El trastorno de depresión mayor es una condición mental seria,  que afecta  a millones de personas y representa una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Su impacto se extiende más allá del individuo, afectando también la esfera familiar, social y laboral. Los síntomas afectivos incluyen sentimientos profundos y persistentes de tristeza, desesperanza y falta de interés en las actividades que antes disfrutaban. Asimismo, puede provocar manifestaciones físicas como desregulaciones en el sueño, el apetito, en los niveles de concentración y la energía. 

La depresión se desarrolla debido a una combinación de factores psicológicos, genéticos, biológicos y ambientales. En esta última categoría, se destaca el consumo de alimentos altamente procesados, los cuales son alterados industrialmente y contienen ingredientes como: endulzantes, preservativos, sabores artificiales, colorantes, entre otros, los cuales no se encuentran en la cocina natural. Ejemplos comunes incluyen comidas instantáneas, refrescos y dulces empaquetados, que son populares por su convivencia, sabor y accesibilidad económica. No obstante, la inquietud sobre estos ingredientes poco nutrimentales ha aumentado de manera significativa. 

Existen múltiples estudios que ya han demostrado cómo es que una dieta saludable puede reducir el riesgo de padecer depresión. Sin embargo, aún hacían falta estudios a gran escala sobre el impacto de la comida procesada en la depresión, especialmente en comunidades de estratos socioeconómicos medianos-bajos, como Brasil. 

Al abordar esta brecha, los investigadores proporcionan una comprensión más profunda que respalda la formulación de políticas nutricionales públicas beneficiosas. 

André de Oliveira, autor del estudio, menciona que desde su etapa de licenciatura se ha intrigado por la correlación entre salud, conductas sedentarias, conductas físicamente activas y los efectos que se generan en la salud mental. “A pesar de que ya existe información que subraya la relevancia de ciertos aspectos – como el consumo de azúcar, incremento de nutrientes, dieta Mediterránea, entre otros – la clasificación de alimentos basada en el nivel de procesos industriales y propósito (Clasificación Nova) ha introducido un nuevo paradigma en el campo” comparte Oliveira. “En definitiva, hay muchas características de los alimentos ultra procesados que se pueden asociar con la aparición de síntomas depresivos”.

El estudio utilizó datos del grupo NutriNet Brasil, un proyecto de investigación a gran escala que explora patrones de dieta y enfermedades crónicas en Brasil. El grupo focal se conformó por adultos de 18 años, que accedieron a completar formularios en línea para recabar información sobre su dieta, estado de salud, características sociodemográficas, estilo de vida, consumo de tabaco y/o alcohol. La ingesta dietética se evaluó utilizando la herramienta Nova 24, que clasifica los alimentos según la clasificación Nova.

Esta clasificación distingue entre alimentos no procesados, o mínimamente procesados, ingredientes culinarios procesados, alimentos procesados y ultraprocesados. Se dio seguimiento a la ingesta alimenticia de cada participante a los 6 y a los 12 meses de iniciar con la convocatoria, para establecer una línea base. Por otro lado, los síntomas depresivos con el Cuestionario de salud del paciente de 2 ítems  (PHQ-2; Patient Health Questionnaire) a los 14 meses. Aquellos que no tenían ningún diagnóstico previo de depresión y obtuvieron menos de 3 puntos en el PHQ-2, avanzaron a las siguientes etapas de un seguimiento más detallado, empleando el PHQ-9 (Cuestionario de salud del paciente de 9 ítems). 

De esta forma, los investigadores pudieron monitorear la aparición de síntomas depresivos a lo largo del tiempo.  La muestra final consistió de 15,960 participantes; quienes no contaban con ningún síntoma depresivo, completaron los cuestionarios de salud y los seguimientos nutrimentales. 

Los resultados mostraron una clara correlación entre el alto consumo de alimentos ultra procesados y la aparición de síntomas depresivos. Aquellos integrantes que mantuvieron una alta ingesta de productos ultra procesados tenían un 42% más de riesgo de desarrollar síntomas depresivos, en comparación con los participantes que mantuvieron una ingesta muy reducida de estos alimentos. Cabe mencionar que, estos resultados permanecieron estables incluso cuando se ajustaron factores potenciales de confusión; así como nociones sociodemográficas, estilos de vida y calidad de dieta general. Además, se señaló una correlación del 10% entre el aumento en el consumo de alimentos procesados y un incremento del 10% en el riesgo de desarrollar síntomas depresivos. 

En conjunto con el análisis de data de NutriNet Brasil, se condujo una revisión sistemática y un meta análisis para brindar un contexto más amplio de los resultados. De esta forma pudieron explorar 7 bases de datos, para encontrar grupos de estudio que también investigaban la relación entre alimentación procesada y síntomas depresivos. Consecuentemente, incluyeron 6 estudios que cumplían con los criterios establecidos. Aunque los diferentes estudios utilizaron diferentes variables de medición y herramientas de evaluación, coincidieron en la alta probabilidad de que el consumo de alimentos procesados esté asociado con un mayor riesgo de desarrollar depresión.

Al combinar estos datos, los investigadores lograron estimar un riesgo 32% más alto para desarrollar síntomas depresivos tras el consumo de alimentos procesados, en comparación con aquellos que mantenían una baja ingesta. Estos meta análisis reforzaron los hallazgos de NutriNet Brasil y subrayan la consistente asociación a través de distintas poblaciones y diseños de estudio. 

“Tomando en cuenta los recientes estudios longitudinales, esperábamos una asociación entre la dieta alta en alimentos procesados y los síntomas depresivos, a pesar de que Brasil tiene un promedio más bajo de este consumo de comidas en comparación con Estados Unidos o Reino Unido. No obstante, el hecho de que los alimentos altamente procesados continúan manteniendo un efecto nocivo en la salud mental; incluso después de alterar numerosas variables que pueden sesgar los resultados, destaca la urgencia de crear estrategias para reducir el consumo de este tipo de dietas”  (Werneck, 2024). 

Ahora bien, el estudio también cuenta con limitaciones importantes. El tipo de muestreo fue no probabilístico e incluyó más participantes de estratos socioeconómicos altos, con acceso a internet, lo cual puede limitar la generalización de los resultados. Adicionalmente, debido a que los datos sobre el estilo de dieta y nivel de salud fueron autoinformados, están sujetos a sesgos de deseabilidad social y de recuerdo. Los integrantes podrían haber subestimado su propio consumo de alimentos no saludables.  “A pesar de que utilizamos recordatorios dietéticos de 24 horas para estimar el consumo de alimentos procesados, existía la probabilidad de variación en cuanto al consumo real”  comparte Werneck Adicionalmente, el estudio incluyó una revisión sistemática observacional, por lo que puede haber residuos de factores potenciales de confusión. 

Werneck señala que, en un futuro, ciertos factores deben ser observados con más cuidado. Así como: inferencia causal, variación en el consumo,  sesgos de memoria y deseabilidad social. En este sentido, Oliveira considera seguir explorando el contraste entre un estilo de vida activo y tendencias sedentarias, cómo esto interactúa con el consumo de alimentos saludables o altamente procesados y finalmente su relación con los síntomas depresivos. 

Referencias:

  • Werneck, A. O., Steele, E. M., Delpino, F. M., Lane, M. M., Marx, W., Jacka, F. N., Stubbs, B., Touvier, M., Srour, B., Louzada, M. L., Levy, R. B., & Monteiro, C. A. (2024). Adherence to the ultra-processed dietary pattern and risk of depressive outcomes: Findings from the NutriNet Brasil cohort study and an updated systematic review and meta-analysis. Clinical Nutrition, 43(5), 1190-1199. 10.1016/j.clnu.2024.03.028
  • Dolan, E. (2024, May 27,). Huge study links ultra-processed foods to heightened depression risk. PSYPOST. https://www.psypost.org/huge-study-links-ultra-processed-foods-to-heightened-depression-risk/

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  • Recomendados

Lo que no es responsabilidad afectiva

  • David Aparicio
  • 05/06/2024

Sarah Belén nos trae un excelente artículo sobre este término tan en boga en la actualidad y tan tergiversado:

Que la interacción con una persona nos haga entrar en contacto con sentimientos desagradables no significa necesariamente que esa persona nos esté haciendo daño o tenga “falta de responsabilidad afectiva”. Léelo otra vez.

Si pensamos que vamos a tener una relación (sobre todo de pareja) sin pasarla mal ni un segundo… comenzamos mal.

Siempre empezamos relaciones con una maleta llena de nuestras preferencias, costumbres, expectativas, reglas e incluso con nuestros traumitas como dicen. Una relación nueva (de cualquier tipo) nunca es empezar desde cero. Lo que queremos, sentimos y hacemos va en función de nuestra historia.

Lee el artículo completo en Venus on Crack.

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  • Análisis
  • Psicología aplicada

Gallina

  • Fabián Maero
  • 05/06/2024

En la trilogía de películas Volver al futuro hay una escena que se repite un puñado de veces. La película sigue al personaje principal, Marty McFly, que se hace con una máquina del tiempo. Viaja entonces hacia el pasado cercano y conoce a su padre y a su madre adolescentes; visita el Lejano Oeste de finales de siglo XIX; posibilita y previene una línea temporal alternativa y distópica; y se entera de su propio futuro en el cual, en gran parte como consecuencia de un accidente automovilístico en el que se vio envuelto treinta años antes, vive una vida miserable y resentida.

La escena se repite en cada una de las películas, y a pesar de que sucede en distintos momentos en el tiempo, sigue siempre la misma secuencia: Marty se encuentra con un bully (usualmente, pero no siempre, un miembro pasado, presente, o futuro de la misma familia, representado por el mismo actor), quien lo invita a pelear o a realizar alguna acción cuestionable. Cada vez, Marty inteligentemente declina el desafío y se aleja, ante lo cual su antagonista lo acusa de cobarde, y subrayando ese juicio lo llama gallina. Esa es la palabra clave. Cada vez que Marty escucha esta palabra muerde el anzuelo, se enfurece y acepta el desafío propuesto, que en cada caso conduce a consecuencias desfavorables para él mismo.

Una y otra vez, en distintos momentos del tiempo, en distintas situaciones, con distintas personas, el protagonista atraviesa la secuencia de provocación, rechazo inicial, el epíteto gallina, la confrontación subsiguiente con un desafortunado desenlace. Ese gallina marca cada vez un punto de quiebre para la trama. McFly, el primer ser humano que ha visitado el pasado y el porvenir, que tiene a su alcance la potestad divina de modificar el curso de la historia universal, se ve envuelto en conflictos adolescentes cuando alguien lo trata de gallina, una y otra vez, en el pasado, el presente y el futuro.

Salvo en los minutos finales de la trilogía.

Al detener su automóvil ante un semáforo, Marty se encuentra a la par de un puñado de muchachos que desde otro automóvil lo desafían a una carrera callejera, y una vez más tiene lugar la consabida secuencia: provocación, rechazo, y el consabido gallina. Pero algo ha cambiado. Cuando el semáforo se pone en verde ambos vehículos aceleran, pero Marty lo hace retrocediendo, retirándose, por primera vez, del desafío. Y sin saberlo, al hacer eso evita el accidente automovilístico que en el futuro hubiera hecho su vida miserable.

Marty deja pasar el gallina, deja pasar la provocación, por una vez no muerde ese anzuelo, y ese momento muestra que el personaje ha crecido, que los acontecimientos lo han cambiado, que es un poco más sabio (podríamos conjeturar que atravesar el tejido del espaciotiempo en múltiples ocasiones es suficiente para concederle cierto sentido de perspectiva a cualquiera), y su futuro se vuelve un poco mejor por ello.

Hay palabras como anzuelos, palabras que pulsan fibras sensibles, palabras que pueden guiarnos hacia nuestra perdición, encegueciéndonos, oscureciendo todo lo demás. Hay una buena gimnasia en conocerlas y conocernos, para así aprender a dar un paso al costado cada vez que nuestra propia mente nos susurre, oculta y provocadora:

Gallina.

Artículo publicado en Grupo ACT y cedido para su republicación en Psyciencia.

Artículo relacionado: Defusión: una propuesta diferente para relacionarnos con nuestros pensamientos indeseados

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  • Guías y recursos

Estableciendo límites entre el trabajo y la vida personal (hoja de trabajo)

  • David Aparicio
  • 04/06/2024

Durante las últimas décadas, las laptops y los teléfonos inteligentes han cambiado la forma en que las personas trabajan. Muchas personas sienten que necesitan estar siempre disponibles, siempre en línea. Estas condiciones difuminan los límites entre la vida laboral y personal, lo que a menudo lleva al agotamiento y al burnout.

Establecer límites entre el trabajo y la vida personal te ayuda a separar el trabajo del resto de tu vida, permitiéndote dejar de lado tu rol laboral, involucrarte más en tu vida personal, y descansar y relajarte.

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Sexo, amor y (la incómoda) autoafirmación «Libego»

  • Gabriel Genise
  • 04/06/2024

Por: Jeremy E. Sherman, Ph.D. Traducido y adaptado por Dr. Gabriel Genise y Lic. Thiago Batistuta

Aunque la teoría evolutiva da cuenta de la libido y el romance explica el amor y la unión de pareja, hay algo que no se ha mencionado. El «libego» representa la faceta de afirmación del ego en nuestra búsqueda de sexo y amor. La autoafirmación del ego es una necesidad humana natural, inevitable y, aunque un poco vergonzosa, es universal. Hay paralelismos interesantes entre nuestras actitudes hacia el sexo y el ego. Los pájaros lo hacen, las abejas lo hacen, incluso las pulgas lo hacen. Hagámoslo, enamorémonos. — Cole Porter

Quizás tú también lo has experimentado. Yo sí. ¿Por qué sucede? Hay dos respuestas comunes, pero ninguna cuenta toda la historia. Una es que el amor es un milagro mágico e indescriptible que hace que el mundo gire y que la vida valga la pena. Esta respuesta es perfecta para una cita romántica.

La otra es más adecuada para encuentros casuales: durante 3.6 mil millones de años, el objetivo de la vida ha sido el éxito reproductivo biológico. Hace unos dos mil millones de años, evolucionó la reproducción sexual. ¡Libido! Está en nuestros genes y pantalones.

He sentido ambas.

La libido fue lo que me interesó en la biología evolutiva. Necesitaba una explicación para mi obsesión irracional de conquistar corazones femeninos. Encontré mi respuesta: provengo de una larga línea de amantes apasionados.

A estas alturas, dudo que la libido fuera todo, o siquiera la mayor parte, de lo que me impulsaba. Mi mayor motivación era mi necesidad de afirmación, mi adicción a lo que llamo «endorfment», el subidón de endorfinas al ser aprobado y verme reflejado de manera afirmativa en los ojos de una mujer hermosa.

Por lo tanto, propongo una distinción. Existe la libido, pero también existe el «libego», la afirmación del ego como un impulsor de todo el complejo de sexo, amor, romance, citas y apareamiento.

Sospecho que el «libego» es un gran impulsor para todos nosotros. Pero claro, lo diría, y no solo como una proyección. Estudio los paralelismos y contrastes entre los humanos y otros organismos, y aquí hay un gran contraste: los humanos manejan bajo la influencia desorientadora y emocional de ideas y conceptos con los que ninguna otra criatura lidia.

Algunos investigadores distinguen la conciencia humana como autoconciencia, pero pocos mencionan que con la autoconciencia viene la autoevaluación. Somos una especie singularmente ansiosa. Me imagino que estamos navegando en aguas turbulentas y furiosas, con pensamientos vertiginosos que podrían ahogarnos en la duda. Lo único que podemos hacer es mantener nuestras cabezas fuera del agua. Abrazar todo tipo de pensamientos que afirman el ego, que nos mantengan a flote, aferrándonos desesperadamente a la vida. Pertenecer a un ser amado, incluso solo por una noche, sería un gran impulso.

No soy una pulga educada, pero he recibido una educación, una educación que otras criaturas no pueden tener y no necesitan. Los humanos nacen indefensos y dependientes de la cultura. Sin aculturación, somos salvajes, apenas humanos. No solo nos amamantamos de los pechos de nuestras madres; nos nutrimos del tesoro cultural de palabras y los pensamientos que generan.

Para ser humanos, necesitamos el lenguaje, pero ¿te has dado cuenta? Navegar por aguas turbulentas bombardeados por ideas es tremendamente desestabilizador: todas las amenazas reales e imaginarias, pasadas, presentes y futuras, y las oportunidades perdidas que podemos concebir a través del lenguaje. Somos Homo sapiens. Vivimos con el miedo crónico de perdernos algo.

Con el lenguaje, podemos imaginar lo ideal y ver dónde nos quedamos cortos. No es de extrañar que necesitemos idealizarnos a nosotros mismos cuando podemos hacerlo. Hay algunas formas sancionadas para hacerlo, y la pareja es una. La religión es otra. Los paralelismos entre ambas son obvios. Enamorarse es como nacer de nuevo, encontrar el cielo, ser concedido la vida eterna destinada a vivir felices para siempre. La música R&B es música gospel con el objeto de amor cambiado, de Dios amado al compañero amado. El sexo es como una oración al amado. La monogamia es como el monoteísmo.

Otras criaturas hacen lo mejor que pueden de manera instintiva sin la carga de las dudas ansiosas que nos atormentan. Detrás de cada esquina acecha algún concepto que amenaza con saltar y debilitarnos. Somos ansiosos y ansiosos por no sentirnos ni parecer ansiosos. Así que no, no decimos «Lo hago por la afirmación». Decimos «Lo hago por el amor verdadero o el sexo apasionado».

Humanos «adictos al like»

Vivimos en una economía de likes sumamente competitiva. Sí, el ego es peligroso, pero no es patológico.

La solución: estatus y pertenencia. El miedo humano de acabar exiliado, abandonado y ostracizado está bien documentado, al igual que la sensación de hundimiento que experimentamos cuando somos rechazados, abandonados o marginados en el juego del apareamiento.

Mirando hacia atrás, no puedo determinar cuánto de mi búsqueda sexual fue debido a la libido versus el ego. Seguramente cambió con el tiempo. Supongo que a mitad de la vida, el libego constituía el 80% de lo que me motivaba. El ego todavía impulsa mucho de lo que hago. No es que me haya retirado de necesitar afirmación. Más bien, lo he trasladado a otros medios, por ejemplo, haciendo videos como este.

Lo que consideramos ego es, en el fondo, la necesidad humana crónica y natural de reafirmación, dado que estamos lidiando con pensamientos turbulentos como ninguna otra criatura. Y nos avergonzamos de ello, por lo que el ego es una palabra tan sucia como el sexo. Hay muchos paralelismos evidentes entre nuestras actitudes sobre la libido y el ego:

  • La libido y el ego son considerados impulsos humanos fundamentales y fuertes.
  • La libido y el ego son difíciles de controlar y pueden volverse peligrosos.
  • Intentamos controlar y ocultar nuestras libidos y egos.
  • Normas sociales fuertes regulan la expresión de la libido y el ego.
  • Los mojigatos hacen campaña para frenar la poderosa marea de la libido. Los ascetas hacen campaña para frenar la poderosa marea del ego.
  • Muchos de estos campañistas luego son expuestos como hipócritas, negando su libido (por ejemplo, sacerdotes) y egos (por ejemplo, gurús) mientras los disfrutan en secreto.
  • Competimos sobre quién tiene más libido (por ejemplo, el mercado de la carne) y ego (por ejemplo, la política). Y sobre quién tiene menos libido (por ejemplo, la mojigatería santurrona) y ego (por ejemplo, la abnegación más humilde).

La masturbación es una de las expresiones más obvias y embarazosas del libego. Al ser sorprendidos en el acto, nos avergonzamos no solo del sexo sino de la fantasía autoafirmativa de que estamos al mismo nivel que nuestros amantes de fantasía.

La masturbación es una gran metáfora para otras actividades momentáneas de reabastecimiento del ego que pueden volverse adictivas y peligrosas, algunas sancionadas socialmente, otras rechazadas como prácticas de almas degeneradas. Sea lo que sea lo que nos impulsa a participar en ellas, nos resistimos a admitir que son terapias de reabastecimiento del ego. Por ejemplo:

  • Compras compulsivas
  • Drogas y alcohol
  • Arreglarse y embellecerse
  • Pertenecer a grupos
  • Fiestas
  • Ser comentarista de sillón
  • Crear memes
  • Criticar
  • Chismear
  • Deportes de espectadores
  • Descripciones autocomplacientes
  • Jugar a ser héroe
  • Jugar a ser dios
  • Jugar videojuegos
  • Identificarse con héroes y antihéroes ficticios.

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

El eslabón perdido en los entrenamientos en crianza

  • Geraldine Panelli
  • 03/06/2024

Hace un tiempo que nombró «El eslabón perdido en los entrenamientos en crianza» al aporte que me brinda la ciencia conductual contextual al trabajo con familias. La idea central es que, a menudo, los entrenamientos y la bibliografía sobre crianza se centran en decirles a los padres y madres qué deben hacer en determinadas situaciones o cuál es la mejor manera de actuar frente a los desafíos de la crianza. Sin embargo, existe una notable falta de atención hacia el mundo interno de estos cuidadores, y ese es el verdadero eslabón perdido en la intervención.

En mi experiencia trabajando con familias que enfrentan desafíos en la crianza de sus hijos, me he encontrado realizando planillas de análisis funcional de los comportamientos encubiertos de los papás y mamás en conjunto con ellos. Esto se hace con el propósito de ampliar la conciencia de qué es lo que les sucede en esos momentos de actuar: qué piensan, cómo se sienten, cómo se encuentra su cuerpo. Estas reflexiones nos permiten identificar las barreras internas que les impiden hacer lo que racionalmente saben que es mejor para sus hijos.

En las planillas y respuestas a las que llegamos, encontramos coincidencias en juicios relacionados con cómo son sus hijos, reglas sobre cómo deberían ser y pensamientos de hartazgo y saturación. Al no poder tomar distancia de esos pensamientos y fusionarse con ellos, el resultado final es un conjunto de comportamientos que les brindan una sensación de alivio inmediato (reforzamiento negativo a corto plazo), lo cual aumenta la probabilidad de que vuelvan a actuar de la misma manera en el futuro frente a condiciones similares. A largo plazo, sin embargo, este escape los aleja del tipo de padres y madres que quieren ser, es decir, de sus valores (reforzadores abstractos jerárquicos).

Tomando como ejemplo un caso clínico, al realizar un análisis funcional con Paula y Juan, encontramos un ciclo recurrente en el que le gritaban fuertemente a su hijo cuando este gritaba y lloraba para conseguir algo tangible. Este comportamiento les hacía sentir culpa y tristeza posteriormente, incluso provocando discusiones entre ellos. Por este motivo, decidieron acudir a consulta.

La conversación clínica fue una gran herramienta para trabajar con ellos desde la Teoría del marco relacional (RFT), utilizando preguntas como:

  • ¿Si este problema no existiera, cómo les gustaría comportarse con su hijo? (Condicional)
  • ¿Cómo han cambiado sus comportamientos como padres desde que nació su hijo hasta hoy? (Temporalidad)
  • ¿Qué cualidades como padres consideran más importantes y menos importantes? (Jerarquía)
  • ¿Cómo piensan que se siente su hijo cuando le gritan? (Perspectiva)
  • ¿Si estuviesen en una filmación, cómo les gustaría verse actuando cuando su hijo se comporta de esa manera? (Perspectiva)

Verlos contestar estas preguntas fue maravilloso. A partir de ahí, logramos establecer un camino de trabajo centrado en valores con continuidad. También trabajamos con una escalera gradual de acciones comprometidas (moldeamiento) para que lograran ampliar la conciencia en el paso a paso de los reforzadores, a veces tangibles y a veces abstractos, a los que accedían como consecuencia de sus actos. Esto colaboró con su compromiso y mayor adherencia a las intervenciones, incluso cuando las mismas presentaban importantes desafíos.

Trabajar con este eslabón perdido realmente mejoró mis competencias clínicas. Antes de conceptualizar desde esta unidad de análisis, me resultaba frustrante brindar indicaciones a las familias basadas en modificación de conducta, ya que muchas veces no eran llevadas a cabo debido a esta barrera en el mundo interno, la cual no estaba abordando adecuadamente. 

La ciencia conductual contextual ha demostrado ser una herramienta valiosa para superar estas barreras. A través de la observación y el análisis funcional, podemos identificar patrones de pensamiento y emociones que interfieren con la implementación de estrategias de crianza eficaces. Este enfoque no solo ayuda a los padres y madres a comprender mejor sus propias reacciones y comportamientos, sino que también les proporciona las herramientas necesarias para hacer cambios significativos y sostenibles en su manera de interactuar con sus hijxs.

Hoy puedo notar en las experiencias que esta mirada es mucho más amable, compasiva y anticapacitista. Trabajar desde este lugar me acerca a quien quiero ser como terapeuta, alineándome con mis propios valores y la posibilidad de entrenar mis evitaciones (reforzamiento negativo). Esto genera en la clínica un aprendizaje tanto para mis consultantes como para mí. La integración de la ciencia conductual contextual en el trabajo con familias no solo mejora la eficacia de las intervenciones, sino que también humaniza el proceso terapéutico, creando un espacio más comprensivo y respetuoso para todxs los involucrados.

El uso de estrategias basadas en valores transversales a las sesiones clínicas, ayuda a los padres y madres a reconectar con sus objetivos y aspiraciones a largo plazo. En lugar de enfocarse únicamente en los problemas inmediatos, se fomenta una perspectiva más amplia que considera el bienestar general de la familia.

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Nuevo curso: ACT con niños, adolescentes y familias

  • David Aparicio
  • 30/05/2024

La Fundación Equipo de Terapia Cognitiva Infanto-Juvenil (ETCI) es una institución dedicada a ofrecer psicoterapias basadas en la evidencia a niños, adolescentes y familias, así como a formar terapeutas clínicos especializados. Su equipo de terapeutas y docentes es reconocido por desarrollar libros y artículos en varios idiomas sobre Terapias Cognitivas, Conductuales y Contextuales con Niños y Adolescentes. Cuenta con profesores universitarios, investigadores y supervisores clínicos con más de 15 años de experiencia.

Nuevo curso: ACT con niños, adolescentes y familias

ETCI anuncia el inicio de su nuevo curso cuatrimestral: ACT con Niños, Adolescentes y Familias, a partir del 7 de agosto. Este curso se dictará de forma online y en vivo, con docentes especializados como Susana Almada, Ariel Faust, Samanta Fraser, Juan Alberto Gonzales, Javier Mandil, David Marder, Paula José Quintero y Carolina Principi. Los contenidos del curso pueden revisarse en el siguiente enlace: ACT con Niños, Adolescentes y Familias.

Formación integral y cursos independientes

A partir de agosto de 2024, ETCI iniciará el segundo cuatrimestre de su Formación Integral y cursos. Las inscripciones realizadas antes del 10 de julio de 2024 recibirán un 30% de descuento, escribiendo a [email protected] con el asunto: “Club Psyciencia”.

La Formación Integral incluye 10 materias que abarcan teoría, práctica y metodología de evaluación y tratamiento de diversos motivos de consulta en psicoterapia infanto-juvenil. Los temas incluyen ansiedad y depresión, TDAH, conductas alimentarias, TEA, sexualidad y género, y terapias de tercera generación. Estas materias también pueden cursarse como cursos independientes según los intereses del participante.

El título de la Formación Integral de ETCI está avalado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Los contenidos detallados pueden revisarse aquí: Formación Integral.

Contacto

ETCI invita a colegas latinoamericanos a contactarse para más información:

  • Teléfono: +541156911128
  • Email: [email protected]
  • Web: www.etci.com.ar

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