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¡Nueva Clase Abierta de DBT Iberoamérica – 100% Gratuita!

  • David Aparicio
  • 26/08/2025

Hace algunos años, me encontraba con casos complejos donde las técnicas tradicionales no parecían suficientes. Pacientes con desregulación emocional intensa, conductas impulsivas, relaciones interpersonales caóticas… ¿Te suena familiar?

Entonces descubrí la Terapia Dialéctica Conductual (DBT) y todo cambió.

Lo que la DBT me ha enseñado como terapeuta:

  • Tolerancia al malestar: No solo para mis pacientes, sino para mí mismo. Aprendí a mantener la calma ante crisis emocionales intensas, lo que me convirtió en un terapeuta más presente y efectivo.
  • Mindfulness: La atención plena no solo la enseño, la vivo en cada sesión. Esto me permite captar sutilezas que antes pasaba por alto y conectar genuinamente con cada persona.
  • Validación: Comprender que validar no significa estar de acuerdo cambió completamente mi forma de crear alianza terapéutica. Mis pacientes se sienten realmente escuchados.
  • Efectividad interpersonal: Las habilidades que enseño las aplico también en mi trabajo con colegas, supervisiones y hasta en mi vida personal.

¿Por qué te comparto esto?

Porque creo firmemente que la DBT no solo ayuda a nuestros pacientes, nos transforma como profesionales. Nos da herramientas concretas, basadas en evidencia, para casos que antes nos generaban frustración o sensación de impotencia.

Si quieres vivir esta transformación, hay una oportunidad increíble:

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  • Instructores: Pablo Gagliesi (Argentina) y Nathalia Vargas (México)
  • Fecha: Sábado 30 de agosto
  • Horarios: 7 AM (MX) / 10 AM (ARG)
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  • 100% Online y Gratuito

No es solo teoría, es una inversión en tu crecimiento profesional y personal.

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¿Has tenido experiencias similares con algún enfoque terapéutico? ¿Te animas a explorar cómo la DBT puede enriquecer tu práctica?

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  • Recomendados

«Prohibí los teléfonos en mi aula universitaria. A los estudiantes les encantó»

  • David Aparicio
  • 24/08/2025

Ezekiel J. Emanuel es profesor de ética y médica y política en la Universidad de Pensilvania y en este ensayo invitado para The New York Times relata cómo implementó la prohibición del celular y computadora en el salón de clases, los datos que apoyan esta decisión y los beneficios qué obtuvieron los estudiantes:

He impartido el mismo curso a una clase de estudiantes de licenciatura, maestría en administración, medicina y enfermería cada año durante más de una década. Aunque no cambié mis clases ni mi estilo de enseñanza, de alguna manera las evaluaciones de los alumnos de la clase del año pasado fueron mejores que nunca:

“Este curso me ha enseñado más que cualquier otro curso que haya aprendido en Penn …”.

“El mejor curso que he llevado nunca”.

“¡¡¡Una clase increíble!!!”.

De todas las críticas, solo una era negativa. Pero no se trata de presumir: no creo que estos comentarios reflejen nada sobre mí y mi capacidad de enseñanza. Estoy enseñando básicamente de la misma manera que lo he hecho durante años.

¿Qué ha cambiado? Prohibí todos los teléfonos celulares y la toma de apuntes por computadora en el aula, con la excepción de que los alumnos podían utilizar un dispositivo si escribían con un lápiz óptico. Al principio, mis alumnos se mostraron escépticos, si no es que se opusieron totalmente. Pero al cabo de un par de semanas, reconocieron que les iba mejor: eran más capaces de absorber y retener la información, y podían disfrutar más de su tiempo en clase.


Este artículo me dejó muy buenas ideas. A comienzos de este año dicté una materia de maestría en psicología clínica y, aunque destaqué la importancia de no usar el celular o la computadora durante la clase, no fue fácil que los estudiantes siguieran la recomendación. Ahora, gracias a este artículo, tengo una guía más clara para implementar esta política en mis clases.

Puedes leer el artículo completo en The New York Times.

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  • Neurociencias

El rechazo social como oportunidad de aprendizaje

  • Equipo de Redacción
  • 22/08/2025

Por Begüm Babür, estudiante e investigadora de psicología social en USC Dornsife College of Letters, Arts and Sciences

Imagina descubrir que tus amigos organizaron una cena y no te invitaron, o que fuiste rechazado para un trabajo que te emocionaba. Estos momentos duelen, y las personas a menudo describen el rechazo usando el lenguaje del dolor físico.

Aunque el rechazo puede ser emocionalmente doloroso, también puede enseñarnos algo.

Soy investigadora en psicología social, y la investigación que mis colegas y yo hemos realizado muestra que el rechazo puede servir como una señal de aprendizaje, moldeando cómo las personas navegan las relaciones y deciden con quién intentar conectarse en el futuro.

Lo que sabemos sobre el rechazo social

Los investigadores han reconocido durante mucho tiempo el costo emocional del rechazo social. Los estudios muestran que las experiencias de rechazo desencadenan angustia, aumentan los niveles de cortisol (la hormona del estrés), reducen el sentido de pertenencia e incluso pueden llevar a un aumento de la agresión. A largo plazo, los sentimientos crónicos de rechazo pueden dañar la salud mental y física.

Pero ¿por qué duele tanto ser excluido? Desde una perspectiva evolutiva, nuestros cerebros probablemente evolucionaron para tratar el rechazo social como una amenaza. Para nuestros ancestros, perder vínculos sociales significaba perder acceso a protección, recursos y cooperación, convirtiendo la conexión social y la pertenencia en una necesidad humana fundamental. En otras palabras, el rechazo duele para alertarte de que tu bienestar está en peligro.

Los primeros estudios de neurociencia parecían apoyar esta idea. Cuando las personas eran excluidas de un simple juego virtual de lanzar pelotas, su actividad cerebral reflejaba la respuesta al dolor físico, mostrando activación de una región cerebral llamada corteza cingulada anterior.

Estudios posteriores sugirieron una explicación diferente: Tal vez no era solo el dolor del rechazo lo que desencadenaba esta actividad cerebral, sino también la sorpresa que causaba. En esta perspectiva, el cerebro respondía de manera diferente a la retroalimentación negativa y a la retroalimentación inesperada. ¿Qué podría hacer tu cerebro con esta retroalimentación inesperada?

Las vidas sociales no se definen por momentos aislados de rechazo. Aprendes a través de las interacciones: llegas a conocer a las personas, lees sus intenciones, revisas tus suposiciones e intentas dar sentido a señales mixtas. Las personas pueden rechazarte por todo tipo de razones: algunas comprensibles, otras más difíciles de aceptar. Luego reflexionas sobre lo que significan estas experiencias, ajustas tu comportamiento, y si te cruzas con ellas nuevamente, tienes otra oportunidad de decidir cómo quieres relacionarte.

Aquí es donde nuestra investigación da un paso más: Examinamos cómo las personas aprenden del rechazo y la aceptación social a lo largo del tiempo y cómo usan estas experiencias pasadas para construir conexiones futuras, decidiendo en quién invertir para construir relaciones y a quién dejar ir.

El rechazo como una experiencia de la cual aprender

Mis colegas y yo diseñamos un experimento dinámico que imita la estructura de las decisiones sociales reales. Usando pruebas conductuales, imágenes cerebrales y modelado computacional, estudiamos cómo las personas aprenden de la retroalimentación social repetida.

Nuestros participantes universitarios jugaron un juego económico de múltiples rondas mientras se sometían a escaneos cerebrales. Primero, crearon perfiles personales respondiendo preguntas sobre momentos en que fueron honestos y confiables, y se les dijo que otros jugadores leerían estos perfiles para conocerlos mejor. Estos otros jugadores, que asumieron el papel de «Decidores», luego clasificarían a los participantes («Respondedores») en el orden en que querían jugar con ellos.

En cada ronda, los Respondedores eran aceptados o rechazados por los Decidores. Esto dependía de dos cosas: qué tan alto habían sido clasificados y cuántos espacios había permitido la computadora para esa ronda. En realidad, los Respondedores no estaban emparejados con personas reales; las clasificaciones de los Decidores y el número de espacios fueron generados por la computadora.

Los participantes podían recibir una clasificación alta pero aún ser rechazados si no había suficientes espacios. Ese escenario es como no recibir una invitación a una boda debido a un presupuesto muy ajustado: el resultado es decepcionante pero comprensible porque sabes que fuiste excluido debido a las circunstancias y que tu amigo aún te valora. O los participantes podían recibir una clasificación pobre pero aún ser aceptados si había muchos espacios. Esto sería similar a ser elegido último para un equipo: aún tener la oportunidad de jugar a pesar de saber que no eras tan deseado.

Este diseño único nos permitió separar cómo las personas aprenden de dos tipos de retroalimentación. Cuando eres aceptado, tu cerebro nota que sentirse incluido resulta en una experiencia gratificante. Tu cerebro también calcula el valor relacional, que indica cuánto crees que otros te valoran. En el caso de nuestro estudio, el valor relacional fue indicado por qué tan alto clasificaron los Decidores a los Respondedores.

Si eran aceptados por un Decididor, los Respondedores recibirían una cantidad de dinero que se triplicaría. Los Respondedores luego tendrían que decidir si devolver la mitad de la cantidad triplicada al Decididor o quedarse con todo, poniendo a prueba la confianza y la reciprocidad.

Encontramos que los Respondedores tenían más probabilidades de elegir Decidores que los habían aceptado y los habían calificado altamente, aprendiendo de ambos tipos de retroalimentación. Con neuroimágenes, identificamos que estos mecanismos de aprendizaje eran rastreados distintamente por diferentes regiones del cerebro.

Las áreas cerebrales que los investigadores habían encontrado previamente activas en estudios de rechazo social, como la corteza cingulada anterior, también se activaron cuando los participantes recibieron retroalimentación sobre cuánto eran valorados. Curiosamente, esta actividad no solo reflejaba dolor o sorpresa; reflejaba una recalibración de su percepción de valor social, ya que esta actividad cerebral ocurrió cuando los participantes cambiaron sus creencias sobre cómo otros los clasifican.

Al mismo tiempo, las experiencias de aceptación estuvieron vinculadas con actividad en el estriado ventral, una región bien conocida por procesar recompensas financieras y sociales, como dinero, elogios o sonrisas.

En conjunto, estos hallazgos sugieren que el cerebro está haciendo más que reaccionar al rechazo o la recompensa: de hecho está aprendiendo de ello. Cada interacción social ayuda a las personas a actualizar modelos internos de quién los valora y quién no, moldeando futuras decisiones sobre en quién confiar, a quién acercarse o evitar.

Construyendo conexiones más fuertes

Cuando se trata de relaciones sociales, los dos sistemas de aprendizaje que estudiamos aquí (cómo las personas responden a las recompensas y cómo rastrean el valor relacional) cumplen un papel importante en interpretar las interacciones sociales y ajustar el comportamiento. Para mantener relaciones saludables, necesitas desenredar las recompensas sociales de cuánto crees que otros te valoran.

A veces necesitas reconocer que tu amigo aún te valora incluso si puede decepcionarte, como faltar a una fiesta de cumpleaños por una razón válida. Sin este tipo de comprensión, las relaciones pueden volverse inestables.

De hecho, algunas condiciones de salud mental reflejan problemas en estos mismos procesos. Por ejemplo, el trastorno límite de la personalidad a menudo se caracteriza por relaciones volátiles y reacciones intensas tanto a la bondad como a los desaires percibidos.

Al mismo tiempo, estar sintonizado con las recompensas sociales (en forma de sonrisas, cumplidos o invitaciones) puede animarte a buscar tales conexiones y fortalecer tus vínculos existentes. Otras formas de condiciones de salud mental como la depresión a menudo se asocian con el aislamiento social y la sensibilidad reducida a tales recompensas sociales positivas.

Al desentrañar cómo las personas aprenden de la aceptación y el rechazo, nuestro estudio ofrece una base para comprender mejor tanto el comportamiento social saludable como la lucha por conectarse.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su traducción y republicación en Psyciencia

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  • Neurociencias

El cerebro paterno se transforma: así responde el padre primerizo al ver a su bebé

  • David Aparicio
  • 21/08/2025

Cuando un padre primerizo observa videos de su propio bebé, algo extraordinario sucede en su cerebro. Regiones específicas se activan de manera diferente a como lo harían al ver a un bebé desconocido, o incluso a su propia pareja. Un nuevo estudio publicado en Human Brain Mapping nos ofrece evidencia fascinante de cómo la paternidad literalmente remodela nuestro cerebro para apoyar el cuidado sensible de nuestros hijos.

El vacío en la investigación paterna

Durante más de dos décadas, los científicos han estudiado exhaustivamente cómo responde el cerebro materno a la presencia de sus bebés. Sin embargo, los padres han quedado en gran medida fuera del radar científico. «Comparado con las madres, muchos menos estudios han observado a los padres», explica Philip Newsome, estudiante de doctorado en la Universidad del Sur de California y autor principal del estudio.

El equipo de investigación se propuso llenar este vacío con un diseño experimental particularmente inteligente. En lugar de limitarse a comparar las respuestas cerebrales entre el propio bebé y un bebé desconocido, incluyeron también videos de la pareja romántica. «Queríamos desentrañar si estas respuestas eran específicas para el bebé o simplemente reflejaban respuestas cerebrales hacia una persona conocida y amada», aclara Newsome.

Dentro del scanner: padres observando a sus bebés

El estudio incluyó 32 padres primerizos del área de Los Ángeles, todos escaneados mediante resonancia magnética funcional aproximadamente ocho meses después del nacimiento de sus hijos. Durante el escaneo, los padres observaron videos cortos y silenciosos que mostraban cuatro tipos de estímulos: su propio bebé, un bebé desconocido, su pareja embarazada y una mujer embarazada desconocida.

Los resultados fueron reveladores. Los cerebros paternos mostraron una activación significativamente mayor al ver a sus propios bebés en comparación con bebés desconocidos, especialmente en áreas como el precúneo y la corteza cingulada posterior —regiones asociadas con la cognición social y el procesamiento autorreferencial— así como en la corteza orbitofrontal, vinculada con las emociones y el procesamiento de recompensas.

El precúneo: el centro de la sintonía paternal

Particularmente interesante fue el comportamiento del precúneo, una región cerebral que pareció desempeñar un papel central. Cuando los investigadores compararon las respuestas de los padres hacia sus propios bebés versus sus parejas, nuevamente encontraron una activación elevada en esta área.

«El precúneo parece procesar información que es tanto socialmente relevante como personalmente significativa», explica Newsome. Esto apoya la idea de que el cerebro paternal está especialmente sintonizado con las señales provenientes de su propio hijo, desarrollando una especie de «radar parental» neurológico.

La química del vínculo: cuando los sentimientos se vuelven medibles

Uno de los hallazgos más fascinantes del estudio fue la correlación entre la actividad cerebral y la experiencia emocional reportada por los padres. Aquellos que informaron vínculos prenatales y postparto más fuertes, junto con menos estrés parental, tendían a mostrar mayor activación en el precúneo y la corteza cingulada posterior al observar a sus bebés.

Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al descubrir que estas respuestas cerebrales no estaban relacionadas con el tiempo que los padres pasaban como cuidadores principales del bebé. «Fue algo inesperado», admite Newsome. «Es posible que nuestro tamaño de muestra relativamente pequeño limitó nuestra capacidad para detectar tales asociaciones.»

El arte paternal de leer mentes diminutas

Utilizando técnicas avanzadas de análisis multivariante, los científicos descubrieron que ciertas regiones cerebrales podían distinguir con precisión cuándo un padre estaba viendo a su propio bebé versus otros estímulos. Las áreas involucradas incluían regiones especializadas en procesamiento visual, cognición social y recompensa.

Los resultados sugieren que las respuestas neurales paternas pueden estar especialmente centradas en áreas corticales asociadas con la «mentalización» —la capacidad de interpretar pensamientos, sentimientos e intenciones de otros. Esto tiene sentido evolutivo: dado que los bebés son preverbales, los padres deben convertirse en expertos intérpretes de señales sutiles para satisfacer las necesidades de sus hijos.

Más allá del laboratorio: implicaciones para entender la paternidad

«Los cerebros de los padres respondieron de manera única a su propio bebé, particularmente en regiones que apoyan la capacidad de regular emociones, procesar recompensas e interpretar pensamientos y sentimientos de otros», resume Newsome. «Además, estas ‘respuestas cerebrales al propio bebé’ estaban vinculadas con qué tan conectado se sentía el padre con su bebé y qué tan estresado estaba en los primeros meses de paternidad.»

Este estudio no solo nos ayuda a entender mejor la neurobiología de la paternidad, sino que también podría tener implicaciones clínicas. Comprender cómo el cerebro paternal se adapta al cuidado infantil podría informar intervenciones para apoyar a padres que experimentan dificultades de vinculación o altos niveles de estrés parental.

Los límites del conocimiento actual

Como cualquier buen estudio científico, esta investigación viene con sus limitaciones. La muestra, aunque comparable a otros estudios similares, sigue siendo relativamente pequeña con 32 participantes, y se concentra en familias altamente educadas del sur de California, lo que puede limitar la generalización de los resultados.

Además, el hecho de que los videos de las parejas fueran grabados durante el embarazo introduce una variable confusa debido a las diferencias en el momento y contexto. La ausencia de un grupo control de no-padres también hace difícil determinar si los efectos observados son específicos de la paternidad.

Hacia el futuro: desentrañando más misterios paternales

Los investigadores ya tienen planes ambiciosos para futuras investigaciones. «Los análisis futuros se enfocarán en las respuestas cerebrales de los participantes hacia su pareja y cómo estas respuestas se relacionan con características de la relación», anticipa Newsome. «También estamos trabajando en análisis que evalúan cómo cambian las respuestas de los participantes desde el período prenatal hasta después del nacimiento de su bebé.»

Este estudio representa un paso significativo hacia la comprensión de cómo la paternidad no solo cambia nuestras vidas, sino que literalmente remodela nuestros cerebros. La evidencia sugiere que, al igual que las madres, los padres experimentan adaptaciones neurales profundas que los preparan para las demandas únicas del cuidado infantil.

En un mundo donde los roles paternales continúan evolucionando, entender la base biológica de la paternidad nos ayuda a apreciar la complejidad e importancia del vínculo padre-hijo. Después de todo, la próxima vez que veas a un padre primerizo observando embobado a su bebé, sabrás que hay toda una sinfonía neural tocándose en su cerebro, afinándose para una de las tareas más importantes de la vida humana: criar a la próxima generación.

Referencia: Newsome, P., Vaccaro, A. G., Cárdenas, S. I., Valen, N. A., Waizman, Y. H., Aviv, E. C., León, G. A., Kaplan, J. T. & Saxbe, D. E. (2025). My baby versus the world: Fathers’ neural processing of own-infant, unfamiliar-infant, and romantic partner stimuli. Human Brain Mapping, 46(11), e70324. https://doi.org/10.1002/hbm.70324

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  • Psicología aplicada

Personalidades oscuras en redes sociales: el lado oculto de la participación política

  • David Aparicio
  • 21/08/2025

El debate político en redes sociales suele presentarse como un ejercicio de ciudadanía digital: millones de personas opinando, compartiendo y discutiendo temas de interés público. Sin embargo, un nuevo estudio internacional publicado en Humanities and Social Sciences Communications sugiere que la historia es más compleja. No todos participan del mismo modo ni por las mismas razones, y ciertos rasgos de personalidad oscura —como el psicopatía y el narcisismo—, junto con la ansiedad de quedarse fuera (FoMO) y un bajo nivel de habilidad cognitiva, parecen desempeñar un papel central.

Más allá de los “Big Five”

La mayoría de las investigaciones sobre personalidad y participación política se han enfocado en los rasgos amplios de los Big Five (apertura, responsabilidad, extraversión, amabilidad y neuroticismo). Mucho menos se sabe sobre cómo los rasgos más oscuros influyen en la vida política, y menos aún en el terreno digital. Individuos con altos niveles de psicopatía o narcisismo tienden a buscar poder, visibilidad y gratificación inmediata; cualidades que las redes sociales ofrecen en abundancia.

El estudio

Los investigadores, liderados por Saifuddin Ahmed de la Universidad Tecnológica de Nanyang, encuestaron a más de 8.000 personas en ocho países —Estados Unidos, China, Singapur, Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam—. Midieron niveles de psicopatía y narcisismo con la escala del “Dark Triad”, FoMO con cuestionarios validados y capacidad cognitiva con el Wordsum Test, una prueba de vocabulario utilizada como proxy de inteligencia general.

La participación política digital se evaluó preguntando con qué frecuencia los participantes habían realizado actividades como comentar en publicaciones políticas o compartir contenido político en el último año. El análisis controló variables como edad, género, educación, ingreso, interés político y consumo de noticias.

Resultados clave

  • Psicopatía y FoMO fueron los predictores más consistentes de mayor participación política online en los ocho países.
  • Narcisismo solo se asoció con mayor participación en tres países (Estados Unidos, Filipinas y Tailandia), lo que sugiere un efecto dependiente de la cultura.
  • Capacidad cognitiva mostró una relación negativa con la participación política online: las personas con puntajes más altos en vocabulario tendían a participar menos en política digital.

El hallazgo más llamativo fue la interacción entre estos factores: en varios países, las personas con alta psicopatía o alto FoMO y baja capacidad cognitiva fueron las más activas políticamente en línea. Dicho de otro modo, la participación no siempre está impulsada por deliberación racional, sino por impulsos emocionales y búsqueda de atención.

Diferencias culturales

Los patrones no fueron idénticos en todos los países. En sociedades más colectivistas, como China, Singapur o Malasia, el narcisismo no predijo la participación política digital. En cambio, en contextos más individualistas como Estados Unidos o Filipinas, los rasgos narcisistas encontraron un terreno más fértil. Curiosamente, en China, la relación entre psicopatía y participación fue más fuerte entre personas con mayor capacidad cognitiva, mostrando que los efectos de la personalidad y la cognición dependen también de la cultura y el sistema político.

Implicaciones para la democracia digital

Los resultados plantean preguntas inquietantes. Si quienes más participan en la política online son personas con rasgos de psicopatía, FoMO y baja capacidad cognitiva, ¿qué tipo de discurso se está amplificando en estas plataformas? Estudios previos muestran que estas características se asocian con la propagación de desinformación, comportamientos hostiles y posiciones extremas. En este sentido, la política digital podría estar sobrerrepresentando voces movidas por la impulsividad y la ansiedad, más que por el compromiso cívico informado.

Por otro lado, el hallazgo de que las personas con mayor capacidad cognitiva participan menos sugiere un efecto paradójico: quienes podrían evaluar mejor la calidad de la información son, al mismo tiempo, menos activos en estos espacios. Esto deja el terreno abierto a la emocionalidad, la reacción inmediata y la polarización.

Limitaciones y futuro

El estudio tiene limitaciones: se basa en autoinforme, el Wordsum mide solo una dimensión de la cognición y no se diferenciaron tipos de participación (por ejemplo, debates constructivos versus difusión de fake news). Aun así, el trabajo representa uno de los análisis más amplios y comparativos sobre cómo la personalidad y la cognición interactúan en la arena política digital.

Los autores señalan que futuras investigaciones deberían explorar cómo distintos subtipos de narcisismo o psicopatía se relacionan con formas específicas de participación, y cómo los entornos culturales modulan estos efectos.

Este estudio recuerda que la política digital no es un simple reflejo de la democracia tradicional trasladada a internet. Es un ecosistema distinto, donde la personalidad, las emociones y las limitaciones cognitivas se convierten en factores decisivos de quién participa y qué voces dominan la conversación.

Referencia: Ahmed, S., Masood, M. Dark personalities in the digital arena: how psychopathy and narcissism shape online political participation. Humanit Soc Sci Commun 12, 1130 (2025). https://doi.org/10.1057/s41599-025-05195-y

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  • Neurociencias

Té verde, vitamina B3 y la energía olvidada del cerebro

  • David Aparicio
  • 21/08/2025

Cuando hablamos de Alzheimer solemos pensar en la pérdida de memoria, la confusión o la desorientación progresiva. Pero debajo de esos síntomas existe un proceso biológico silencioso: las neuronas pierden energía. Sin suficiente combustible, dejan de realizar funciones básicas como limpiar desechos tóxicos o reciclar proteínas dañadas.

Un nuevo estudio de la Universidad de California, Irvine, publicado en GeroScience, pone el foco en una molécula energética poco atendida: el trifosfato de guanosina (GTP). A diferencia del ATP —el “clásico” de la bioquímica—, el GTP cumple un papel decisivo en la autófagia, el mecanismo por el cual las células degradan y reciclan componentes dañados, incluidas proteínas asociadas con el Alzheimer como el beta-amiloide.

Los investigadores observaron que, con el envejecimiento, los niveles de GTP disminuyen tanto en neuronas sanas como en neuronas con predisposición genética a Alzheimer, pero en estas últimas la caída es más temprana y marcada. El déficit energético no solo reduce la capacidad de las neuronas para producir energía en las mitocondrias; también provoca que el GTP quede atrapado en estructuras anormales, dificultando su uso para funciones esenciales como la autófagia.

Ante este panorama, el equipo probó una combinación de dos compuestos seguros y ampliamente conocidos: nicotinamida (una forma de vitamina B3 que aumenta los niveles de NAD+, crucial para el metabolismo energético) y EGCG, un antioxidante presente en el té verde que activa defensas celulares contra el daño oxidativo. Tras solo 16 horas de tratamiento en neuronas envejecidas de ratón, los niveles de GTP se restauraron casi a valores juveniles.

Lo interesante es que este aumento no fue meramente numérico: la función celular mejoró. Se redujeron acumulaciones de beta-amiloide, se normalizó el transporte de desechos hacia los lisosomas y se observó una menor oxidación de proteínas. Incluso la viabilidad de las neuronas aumentó en un 22%.

El hallazgo plantea una hipótesis atractiva: en lugar de atacar directamente los depósitos de beta-amiloide, como han intentado tantos fármacos sin éxito, quizá sea más prometedor restaurar la economía energética de la neurona para que ella misma haga el trabajo de limpieza.

No obstante, los investigadores son claros en sus limitaciones: los experimentos se realizaron en neuronas de ratón cultivadas en laboratorio. El cerebro humano es mucho más complejo y, además, tanto la nicotinamida como el EGCG se degradan rápidamente cuando se administran por vía oral. Se necesitan estudios en modelos animales completos y, eventualmente, en ensayos clínicos controlados antes de pensar en aplicaciones terapéuticas.

Aun así, este trabajo abre un nuevo ángulo en la investigación del Alzheimer. Mientras la mayoría de las terapias se concentran en los síntomas más visibles de la enfermedad, este enfoque explora el motor invisible que permite a las neuronas sostener sus funciones más básicas: la energía celular.

Referencia: Santana, R.A., McWhirt, J.M. & Brewer, G.J. Treatment of age-related decreases in GTP levels restores endocytosis and autophagy. GeroScience (2025). https://doi.org/10.1007/s11357-025-01786-4

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  • Recomendados

No es la luz azul, es lo que haces con tus pantallas antes de dormir

  • David Aparicio
  • 20/08/2025

Caroline Hopkins Legaspi para The New York Times:

Aunque no sabemos exactamente qué tienen las pantallas que afectan nuestro sueño, algunas investigaciones sugieren que lo que haces en ellas puede desempeñar un papel importante, dijo Hartstein.

Las actividades interactivas, como jugar videojuegos, navegar por las redes sociales, comprar y apostar, se encuentran entre los peores tipos de uso de las pantallas para el sueño, dijo Daniel Buysse, psiquiatra y profesor especializado en el sueño de la Universidad de Pittsburgh. Estos comportamientos activan el sistema de recompensa del cerebro, lo que puede mantenerte despierto y pegado al dispositivo hasta bien entrada la noche, dijo.

El uso de las redes sociales es especialmente preocupante, añadió Buysse, porque están diseñadas para mantenerte inmerso el mayor tiempo posible.

Las actividades digitales potencialmente gratificantes, como comunicarse con amigos y jugar, así como las angustiosas, como desplazarse sin cesar por artículos de noticias o videos inquietantes, también pueden estimular el cerebro de un modo que dificulta el sueño, dijo Hartstein.

Uso pantalla antes de dormir y no me afecta el sueño porque veo la misma serie. Es una forma de condicionarme para dormir y bastante relajante:

Lo más probable es que empezar a leer o ver un nuevo drama de suspenso afecte más al sueño que volver a ver o releer una serie antigua y reconfortante, dijo Harvey. Si ya conoces el desenlace, te resultará más fácil apagar la televisión o el lector electrónico y conciliar el sueño.

El artículo hace un buen recorrido por las investigaciones que vinculan la luz azul con los problemas para dormir y las conclusiones de dichos estudios. Básicamente la explicación es más sencilla, son los hábitos, las conductas que realizamos con los celulares y pantallas lo que afecta nuestro sueño, no tanto el tipo de luz. Así que no gastes en lentes y parafernalia que elimina ese tipo de luz.

Artículo completo en The New York Times.

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  • Recomendados

Mi hija habló con ChatGPT antes de quitarse la vida

  • David Aparicio
  • 20/08/2025

Laura Reiley en The New York Times:

(…) En julio, cinco meses después de su muerte, descubrimos que Sophie Rottenberg, nuestra única hija, había confiado durante meses en un terapeuta de IA de ChatGPT llamado Harry. Habíamos pasado muchas horas buscando en diarios y notas de voz pistas sobre lo ocurrido. Fue su mejor amiga quien pensó en revisar esto último, los registros del chat con la IA. Sophie, una campeona extrovertida de 29 años, en gran medida libre de problemas y que abrazaba ferozmente la vida, se suicidó este invierno durante una corta y curiosa enfermedad, mezcla de síntomas hormonales y del estado de ánimo. Aún estábamos buscando un diagnóstico: ¿era un trastorno depresivo mayor lo que estaba desquiciando sus hormonas, o era la desregulación hormonal la causante de una cascada de síntomas físicos y emocionales? Ella no esperó a averiguarlo.

Para la mayoría de las personas que querían a Sophie, su suicidio es un misterio, una desviación impensable e inescrutable de todo lo que creían sobre ella.

El problema no fue que la IA le instruyó a Sophie a que se suicidara, sino que su agradabilidad no intervino ni alertó a nadie de su entorno para que pudiera ayudarla:

Si Harry hubiera sido un terapeuta de carne y hueso en lugar de un chatbot, podría haber fomentado el tratamiento hospitalario o haber internado involuntariamente a Sophie hasta que estuviera en un lugar seguro. No podemos saber si eso la hubiera salvado. Quizá temiendo esas posibilidades, Sophie ocultó sus pensamientos más oscuros a su terapeuta real. Hablar con un robot —siempre disponible, nunca crítico— tenía menos consecuencias.

Un terapeuta con la formación adecuada, al oír algunos de los pensamientos autodestructivos o ilógicos de Sophie, habría profundizado más o se habría opuesto a razonamientos erróneos. Harry no lo hizo.

Aquí es donde la agradabilidad de la IA —tan crucial para su rápida adopción— se convierte en su talón de Aquiles. Su tendencia a valorar la satisfacción del usuario a corto plazo por encima de la veracidad —a adular digitalmente— puede aislar a los usuarios y reforzar el sesgo de confirmación. Como las plantas que se vuelven hacia el sol, nos inclinamos hacia la adulación sutil.

La IA es un modelo de probabilidad estadística de texto, no puede entender las sutilezas de la conversación ni detectar riesgos urgentes. Este artículo es muy interesante porque pone en evidencia que la misma naturaleza de la inteligencia artificial, impide que las personas reciban la ayuda que necesitan en el momento adecuado. Si la IA estuviera desarrollada con menos agradabilidad no habría prolongado la conversación la interacción sin ofrecer la intervención necesaria. En cambio, habría derivado rápidamente para que Sophie recibiera ayuda humana o en todo caso habría terminado la conversación hasta que se demostrara que ella estaba recibiendo tal ayuda.

Si estás teniendo pensamientos suicidas o estás pasando por un momento difícil, busca ayuda especializada. No dependas de la inteligencia artificial.

Artículo completo en The New York Times.

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  • Guías y recursos

Guías en PDF sobre autismo en adultos y estimulación sensorial

  • David Aparicio
  • 20/08/2025

A continuación se presenta una selección de guías gratuitas en español, enfocadas en el autismo en la vida adulta y la estimulación sensorial en personas con trastorno del espectro autista (TEA).

Cada una de estas guías proviene de fuentes confiables y está disponible de forma gratuita. Cubren aspectos clínicos (p.ej., guías de práctica y consensos para profesionales de salud), educativos (p.ej., programas y estrategias pedagógicas para adultos con TEA) y prácticos (p.ej., consejos para familias sobre integración sensorial), ofreciendo un panorama amplio de recursos en español sobre autismo en la adultez y estimulación sensorial. Todas cuentan con información actualizada o fundamental en sus respectivos ámbitos, y pueden ser descargadas directamente en formato PDF.

Guías sobre autismo en la vida adulta (TEA en adultos)

Educación de personas adultas con autismo. Esta guía, elaborada por profesionales educativos y clínicos, está destinada a familias, profesores y terapeutas involucrados en la formación de personas adultas con TEA. Revisa de forma actualizada los modelos teóricos del espectro autista y ofrece orientaciones pedagógicas claras, estrategias educativas y un programa de educación para la transición a la vida adulta. Es un recurso extenso (210 páginas) que busca mejorar la atención educativa y la inclusión social de los adultos con autismo. Descargar PDF: Educación de personas adultas con autismo.

Vida adulta y trastornos del espectro autista. Informe que examina la situación de las personas con TEA en la edad adulta, con énfasis en calidad de vida, participación comunitaria. Incluye datos de investigación sobre autonomía, salud, apoyo familiar y empleo en una muestra de 380 adultos con TEA. Sus conclusiones y recomendaciones resultan útiles para profesionales y organizaciones al planificar servicios y apoyos que favorezcan la inclusión laboral y social de este colectivo. Descargar PDF: Vida adulta y trastornos del espectro autista.

Consenso sobre diagnóstico y tratamiento de personas con autismo. Guía clínica oficial desarrollada por un panel de expertos, que presenta recomendaciones basadas en evidencia para la detección, diagnóstico y abordaje terapéutico del autismo a lo largo de la vida. El documento abarca tanto población infantil como personas adultas con TEA, e incluye pautas sobre detección temprana, intervenciones psicoeducativas, participación de la familia y tratamientos médicos cuando corresponda . Es un material de referencia para profesionales de la salud y la educación, alineado con estándares internacionales, y adaptado al contexto latinoamericano. Descargar PDF: Consenso sobre diagnóstico y tratamiento de personas con autismo.

Guías sobre estimulación sensorial e integración sensorial en TEA

La diversidad sensorial en las personas con TEA. Guía publicada por la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) que aborda de forma integral la variabilidad en el procesamiento sensorial de las personas con TEA . El documento explica qué se entiende por diversidad sensorial, cómo las hipersensibilidades o hiposensibilidades sensoriales impactan la vida diaria, y resume la evidencia científica sobre enfoques de intervención. Asimismo, ofrece prácticas recomendadas y estrategias de apoyo basadas en la evidencia para responder adecuadamente a las necesidades sensoriales, mejorando la calidad de vida de las personas con TEA y sus familias . Resulta de gran utilidad para profesionales (terapeutas ocupacionales, psicólogos, educadores) y cuidadores al orientar intervenciones sensoriales efectivas. Descargar PDF: Guía diversidad sensorial.

Guía de integración sensorial y autismo. Material divulgativo breve (15 páginas) elaborado por la Asociación de Padres de Autismo de la Comunidad Valenciana, con la intención de responder las principales preguntas sobre la Integración Sensorial en personas con TEA . Emplea un lenguaje sencillo para explicar conceptos complejos sobre el procesamiento sensorial y ofrece ejemplos claros de disfunciones sensoriales (hipersensibilidad e hiposensibilidad) y su impacto en el día a día . Incluye orientaciones prácticas sobre cómo adaptar el entorno y realizar una “dieta sensorial”, siendo de ayuda para familias y profesionales que deseen apoyar a personas con autismo a manejar mejor la estimulación sensorial. Descargar PDF: Guía integración sensorial y autismo.

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Procusto, un mito contra la polarización

  • David Aparicio
  • 19/08/2025

El filósofo y profesor José Carlos Ruiz explica el concepto del «lecho de Procusto», originario de la mitología griega, para ilustrar la tendencia humana a buscar únicamente información que confirme sus creencias preexistentes. Esta práctica, según Ruiz, es una forma de fanatismo que contribuye a la polarización en una sociedad sobresaturada de información. En contraste, menciona la falsación de Karl Popper como un método científico más riguroso, que busca refutar teorías para fortalecerlas. Además, retoma la idea de Kant sobre la «minoría de edad intelectual», enfatizando la importancia de atreverse a pensar de forma crítica y autónoma. Finalmente, Ruiz utiliza la frase de José Mujica, «Hay que vivir como se piensa, porque, de lo contrario, acabarás pensando como vives», para subrayar la necesidad de desarrollar un pensamiento estructurado y coherente antes de interactuar con el mundo, especialmente en la era digital donde la inmediatez puede moldear nuestro criterio si carecemos de bases sólidas.

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