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Publicaciones por etiqueta

Actividad Física

21 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El perro como el mejor aliado del adulto mayor para mejorar su salud

  • 28/12/2022
  • David Aparicio

Los perros son el mejor amigo del adulto mayor. Estudios recientes han demostrado que los adultos mayores con perros experimentan mejores resultados de salud que aquellos que tienen gatos o que no tienen mascotas.

De acuerdo con un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, los adultos mayores que tienen perros tienen menos probabilidades de sufrir depresión, presión arterial alta, trastornos del sueño y problemas de memoria. Además, los perros ayudan a promover la actividad física, lo que contribuye a mejorar la salud cardiovascular y la calidad de vida.

Este nuevo estudio se diferencia de los anteriores que habían encontrado efectos positivos de tener un perro porque es el primero en investigar los beneficios de tener una mascota en una muestra longitudinal de adultos mayores balanceada por el sexo, la raza y la ubicación geográfica.

Todos los participantes completaron una entrevista de 2 horas en persona y recibieron una llamada de seguimiento cada seis meses durante 8 años. También completaron pruebas de depresión y autorregistros sobre su salud y actividad física.

Los resultados mostraron que los adultos mayores que tenían perros caminaban más, hacían más actividad física y tenían mejor salud que aquellos que no tenían perros. Estos hallazgos no fueron influenciados por el sexo, raza ni por el área geográfica en el que vivían.

Muchos creeríamos que los beneficios se debe a que los dueños deben sacar a sus perros a caminar. Pero según los datos, menos del 8 % de los participantes reportaron sacar sus perros a caminar en las últimas dos semanas, porque contaban con patio propio y espacios públicos para que los perros pudieran jugar. Probablemente, los efectos beneficiosos sobre la salud se deban al conjunto de actividades físicas asociadas y no solo sacarlos a caminar.

En conclusión, los dueños de mascotas que tenían perros reportaron una mejor salud general y más actividad física durante el último año en comparación con los que no tenían mascotas, mientras que los dueños de gatos no se diferenciaron de los que no tenían mascotas en las medidas de salud. La asociación positiva entre tener un perro y la salud fue similar entre hombres y mujeres, blancos y negros, y aquellos que vivían en áreas rurales y urbanas.

Referencia: Albright, A. E., Cui, R., & Allen, R. S. (2022). Pet Ownership and Mental and Physical Health in Older White and Black Males and Females. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(9), 5655. MDPI AG. Retrieved from http://dx.doi.org/10.3390/ijerph19095655

Fuente: PsyPost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Intervenciones online de actividad física conducen a mejoras en la salud mental en 3 meses

  • 16/11/2022
  • Equipo de Redacción

A pesar de la abrumadora evidencia de que el ejercicio físico puede mejorar la salud mental, muchos adultos no cumplen con las recomendaciones actuales de actividad física: la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada por semana. La evidencia sugiere que la pandemia de COVID-19 disminuyó aún más los niveles de ejercicio entre el público. Los participantes de un programa online de intervención de actividad vieron mejoras en sus niveles de depresión, ansiedad y estrés. Curiosamente, estos beneficios para la salud mental parecen haber ocurrido aún sin mejoras notables en la actividad física (Vandelanotte et al., 2022).

Por qué es importante

Este modo de incorporar actividad física tiene el potencial de llegar a grandes poblaciones de manera rentable. Si adicionamos esto al hecho de que la asociación entre la actividad física y la mejora de los resultados de salud mental está bien establecida, resulta evidente la importancia de su investigación.

Las intervenciones basadas en plataformas tecnológicas (aplicaciones, rastreador de actividad, redes sociales, entre otras herramientas) y ofrecidas en modo online se desarrollaron para alentar a las personas a aumentar su movimiento y sus niveles de actividad.

Qué metodología usaron

La muestra se conformó con 501 residentes de Australia que actualmente estaban inactivos (es decir, realizaban menos de 150 minutos de actividad física moderada a vigorosa por semana). Al inicio del estudio, los participantes completaron medidas sociodemográficas y medidas de depresión, ansiedad, estrés y calidad de vida relacionada con la salud. Luego, fueron asignados aleatoriamente a un grupo de control o a un grupo de intervención online de actividad física.

El grupo de intervención tuvo acceso a una herramienta de planificación de acciones y ocho sesiones de actividad física que se impartieron durante tres meses. Se utilizaron respuestas a cuestionarios y algoritmos “SI (condición) – ENTONCES” para ofrecer a los participantes contenidos y consejos personalizados. Las sesiones abordaron conceptos como autoeficacia, intenciones y motivación. También aplicaron las siguientes técnicas de cambio de comportamiento: retroalimentación, instrucción, establecimiento de metas, formación de hábitos, autocontrol, planificación de acciones y resolución de problemas. A los 3 meses y 9 meses después de la línea de base, los participantes nuevamente completaron las evaluaciones psicológicas.

Qué encontraron

Los resultados revelaron que, en todos los puntos temporales, los participantes que recibieron la intervención de ejercicio informaron depresión, ansiedad y estrés más bajos y una calidad mental de vida más alta en relación con la línea de base. Además, en comparación con el grupo de control, informaron menor depresión, ansiedad y estrés a los 3 meses y menor ansiedad a los 9 meses.

Los investigadores señalan que en un estudio anterior, se descubrió que esta intervención online de ejercicios físicos mejoraba la actividad física autoinformada, pero no la actividad física medida a través de un acelerómetro. Esto es interesante dado que, no obstante, los participantes experimentaron mejoras significativas en la salud mental.

Los autores del estudio dicen que estos resultados se alinean con una explicación psicológica de los beneficios del ejercicio para la salud mental. Parece que las personas pueden experimentar resultados psicológicos positivos con las intervenciones de actividad física cuando creen que se han vuelto más activas, incluso si en realidad no han aumentado su actividad. “Lo que la gente cree que sucedió (piensan que son más activos), es más importante que lo que realmente sucedió (no hubo un aumento real de la actividad física) para lograr mejoras en la salud mental”, dijo el autor del estudio.

Como la literatura anterior en este tema ha sido mixta, se necesitarán estudios adicionales para confirmar los hallazgos. Además, a pesar de una muestra grande y con un buen poder estadístico, la mayoría de los participantes del estudio reportaron una buena salud mental al inicio del estudio, lo que puede haber limitado la detección de mejoras en la salud mental debido a los efectos techo. Es posible que las poblaciones con peor salud mental, como las muestras clínicas, hayan experimentado mayores impactos en la salud mental con la intervención.

Referencia bibliográfica: Vandelanotte, C., Duncan, M. J., Plotnikoff, R. C., Rebar, A., Alley, S., Schoeppe, S., To, Q., Kerry Mummery, W., & Short, C. E. (2022). Impact of a web-based personally tailored physical activity intervention on depression, anxiety, stress and quality of life: Secondary outcomes from a randomized controlled trial. En Mental Health and Physical Activity (Vol. 23, p. 100477). https://doi.org/10.1016/j.mhpa.2022.100477

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Vivir con un propósito puede ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias

  • 26/04/2022
  • Equipo de Redacción

El bienestar mental puede ayudar a proteger la salud del cerebro a medida que envejecemos. Un estudio reciente vincula fuertemente el tener un propósito y significado en la vida con el riesgo reducido de deterioro cognitivo leve y demencia (Bell et al., 2022). Así, las actividades significativas que involucran la mente, el cuerpo y el espíritu pueden ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, las personas mayores de 65 años representarán el 16% de la población mundial para 2050, un aumento del 50% desde 2010. Se espera que la prevalencia mundial de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias se triplique para 2050, de unos 57 millones a 152 millones (Nichols & Vos, 2020).

¿Por qué es importante?

Los adultos mayores con demencia enfrentan mayores riesgos de enfermedades mentales como la depresión. Las investigaciones muestran que un estilo de vida saludable, como mantener el cerebro activo, el ejercicio regular y una dieta equilibrada, reduce el riesgo de demencia (Dominguez et al., 2021). Otros estudios han demostrado un fuerte vínculo entre la psicología positiva y los resultados de salud física (Park et al., 2016), mientras que la investigación sobre el envejecimiento saludable muestra que el bienestar mental puede desempeñar un papel en la longevidad (Klusmann et al., 2019).

Qué metodología usaron

Bell y sus colegas examinaron datos de 62.250 personas en tres continentes con una edad promedio de 60 años, con el fin de comprender mejor cómo el bienestar mental se asocia con la función cognitiva y el riesgo de demencia.

Realizaron una revisión sistemática de 11 estudios donde observaron el vínculo entre los constructos psicológicos positivos (CPP) como vivir con un propósito y el riesgo de demencia y el deterioro cognitivo leve (DCL) en adultos mayores.

Qué encontraron

Tener un propósito y significado en la vida se asoció significativamente con un riesgo de demencia 19% menor. Esto fue estadísticamente más significativo que otros constructos positivos como el optimismo y la felicidad. Aún así, los hallazgos mixtos para diferentes CPP resaltan la necesidad de más investigación para explorar la relación causal entre los factores psicológicos positivos y la salud cognitiva.

Vivir con un propósito puede tener más impacto para reducir el riesgo de DCL que la felicidad debido a las diferencias entre bienestar eudemónico (por ejemplo, propósito o significado) y hedónico (por ejemplo , afecto positivo o placer), explicó la autora. Las personas con mayor bienestar eudemónico pueden tener más probabilidades de participar en otros comportamientos de protección, como el ejercicio y las interacciones sociales, señaló. Si bien un individuo puede obtener felicidad de estas conductas, la búsqueda orientada a objetivos para vivir de una manera que tenga un propósito o significativo puede actuar como motivación para vivir un estilo de vida más saludable.

Por otro lado, las actividades hedónicas que brindan felicidad a menudo son fugaces y satisfacen necesidades o impulsos. La búsqueda hedonista de la felicidad puede involucrar comportamientos sin sentido o poco saludables, incluidos los excesos. En cambio, las búsquedas eudemónicas satisfacen una determinada necesidad humana a través de un propósito o significado.

Los adultos mayores pueden encontrar significado en el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, especialmente aquellos que han perdido a seres queridos o se han distanciado de otros miembros de la familia. Encontrar un propósito en tal fortalecimiento puede terminar promoviendo otros comportamientos de salud que protegen el cerebro y el cuerpo.

La ciencia de vivir con propósito

Si tener un propósito o significado en la vida conduce a una mejor salud mental, es posible que los factores biológicos y neurológicos desempeñen un papel. Un estudio encontró que la satisfacción con la vida aumenta con la edad debido a la mayor liberación de oxitocina (Zak et al., 2022). Según Bell, es posible que el propósito y el significado también estén asociados con biomarcadores clave relacionados con la demencia, como la neuroinflamación y la respuesta al estrés celular (Baierle et al., 2015).

Otros factores como el estilo de vida, como la actividad física y la conexión social, pueden ser útiles para prevenir el deterioro cognitivo (Poey et al., 2017). De hecho, un estilo de vida saludable se asocia con mayor esperanza de vida y menor riesgo de enfermedad de Alzheimer (Dhana et al., 2022). Además, controlar el colesterol y la glucosa en la edad adulta temprana puede reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer (Zhang et al., 2022).

Cuando las personas no están deprimidas se cuidan mejor en general, desde su salud física global hasta su bienestar mental, conexión social y actividades. Por eso, los autores recomiendan realizar actividades dirigidas a objetivos que son cognitivamente estimulantes y ayudan a mantenerse físicamente activo y comprometido. Así, sugieren:

  • Participar en trabajo voluntario: uno podría priorizar una buena noche de sueño y un desayuno nutritivo para hacerse responsable del trabajo que debe hacer. Además está socializando y conectándote con otras personas apasionadas por la misma causa.
  • Pasar más tiempo al aire libre (Jimenez et al., 2021).
  • Priorizar las relaciones significativas: el Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard, uno de los estudios más extensos sobre la vida adulta durante más de 80 años, encontró un fuerte vínculo entre la longevidad y las relaciones significativas. Fomentar nuestras relaciones con nuestra familia, amigos y comunidad también puede ayudar a protegernos contra la depresión y la enfermedad de Alzheimer. La determinación puede disminuir el dolor que proviene de la desconexión, la vergüenza y el aislamiento.

En conclusión, si bien aún no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, un estilo de vida más saludable que combine dieta, ejercicio y propósito puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en adultos mayores. Participar en actividades que le dan propósito y significado también puede hacer que te inclines más a elegir otros comportamientos saludables. Es un poco inútil simplemente perseguir el placer.

Referencias bibliográficas:

  • Baierle, M., Nascimento, S. N., Moro, A. M., Brucker, N., Freitas, F., Gauer, B., Durgante, J., Bordignon, S., Zibetti, M., Trentini, C. M., Duarte, M. M. M. F., Grune, T., Breusing, N., & Garcia, S. C. (2015). Relationship between inflammation and oxidative stress and cognitive decline in the institutionalized elderly. Oxidative Medicine and Cellular Longevity, 2015, 804198. https://doi.org/10.1155/2015/804198
  • Bell, G., Singham, T., Saunders, R., John, A., & Stott, J. (2022). Positive psychological constructs and association with reduced risk of mild cognitive impairment and dementia in older adults: A systematic review and meta-analysis. Ageing Research Reviews, 77, 101594. https://doi.org/10.1016/j.arr.2022.101594
  • Dhana, K., Franco, O. H., Ritz, E. M., Ford, C. N., Desai, P., Krueger, K. R., Holland, T. M., Dhana, A., Liu, X., Aggarwal, N. T., Evans, D. A., & Rajan, K. B. (2022). Healthy lifestyle and life expectancy with and without Alzheimer’s dementia: population based cohort study. En BMJ (p. e068390). https://doi.org/10.1136/bmj-2021-068390
  • Dominguez, L. J., Veronese, N., Vernuccio, L., Catanese, G., Inzerillo, F., Salemi, G., & Barbagallo, M. (2021). Nutrition, Physical Activity, and Other Lifestyle Factors in the Prevention of Cognitive Decline and Dementia. Nutrients, 13(11). https://doi.org/10.3390/nu13114080
  • Jimenez, M. P., DeVille, N. V., Elliott, E. G., Schiff, J. E., Wilt, G. E., Hart, J. E., & James, P. (2021). Associations between Nature Exposure and Health: A Review of the Evidence. En International Journal of Environmental Research and Public Health (Vol. 18, Número 9, p. 4790). https://doi.org/10.3390/ijerph18094790
  • Klusmann, V., Sproesser, G., Wolff, J. K., & Renner, B. (2019). Positive Self-perceptions of Aging Promote Healthy Eating Behavior Across the Life Span via Social-Cognitive Processes. The Journals of Gerontology. Series B, Psychological Sciences and Social Sciences, 74(5), 735-744. https://doi.org/10.1093/geronb/gbx139
  • Nichols, E., & Vos, T. (2020). Estimating the global mortality from Alzheimer’s disease and other dementias: A new method and results from the Global Burden of Disease study 2019. En Alzheimer’s & Dementia (Vol. 16, Número S10). https://doi.org/10.1002/alz.042236
  • Park, N., Peterson, C., Szvarca, D., Vander Molen, R. J., Kim, E. S., & Collon, K. (2016). Positive Psychology and Physical Health. En American Journal of Lifestyle Medicine (Vol. 10, Número 3, pp. 200-206). https://doi.org/10.1177/1559827614550277
  • Poey, J. L., Burr, J. A., & Roberts, J. S. (2017). Social Connectedness, Perceived Isolation, and Dementia: Does the Social Environment Moderate the Relationship Between Genetic Risk and Cognitive Well-Being? The Gerontologist, 57(6), 1031-1040. https://doi.org/10.1093/geront/gnw154
  • Zak, P. J., Curry, B., Owen, T., & Barraza, J. A. (2022). Oxytocin Release Increases With Age and Is Associated With Life Satisfaction and Prosocial Behaviors. En Frontiers in Behavioral Neuroscience (Vol. 16). https://doi.org/10.3389/fnbeh.2022.846234
  • Zhang, X., Tong, T., Chang, A., Ang, T. F. A., Tao, Q., Auerbach, S., Devine, S., Qiu, W. Q., Mez, J., Massaro, J., Lunetta, K. L., Au, R., & Farrer, L. A. (2022). Midlife lipid and glucose levels are associated with Alzheimer’s disease. Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. https://doi.org/10.1002/alz.12641

Fuente: Psychcentral



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El ejercicio físico tiene la capacidad de proteger las sinapsis del envejecimiento

  • 10/02/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Cuando las personas mayores se mantienen activas, sus cerebros tienen más de una clase de proteínas que mejoran las conexiones entre las neuronas para mantener una cognición saludable, según ha descubierto un nuevo estudio. Este impacto protector se encontró incluso en personas cuyos cerebros en la autopsia estaban plagados de proteínas tóxicas asociadas con el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. (Casaletto et al., 2022)

Los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la cognición se han demostrado en ratones, pero han sido mucho más difíciles de demostrar en las personas. Este es el primer trabajo que muestra que la regulación de proteínas sinápticas está relacionada con la actividad física y puede impulsar estos resultados beneficiosos a nivel cognitivo en humanos.

Por qué es importante

Mantener la integridad de estas conexiones entre las neuronas puede ser vital para defenderse de la demencia, ya que la sinapsis es realmente el sitio donde ocurre la cognición, explican los autores. La actividad física, una herramienta fácilmente disponible, puede ayudar a impulsar este funcionamiento sináptico.

Qué metodología usaron

Los investigadores utilizaron los datos del Proyecto Memoria y Envejecimiento de la Universidad Rush, que rastreó la actividad física en la vejez de los participantes mayores, quienes también acordaron donar sus cerebros cuando murieran.

Qué encontraron

El equipo halló que las personas mayores que permanecían activas tenían niveles más altos de proteínas que facilitan el intercambio de información entre neuronas. Este resultado concordaba con un hallazgo anterior del mismo equipo, según el cual las personas que tenían más de estas proteínas en el cerebro cuando morían, eran más capaces de mantener su cognición a una edad avanzada.

A los investigadores les sorprendió encontrar que los efectos iban más allá del hipocampo, el asiento de la memoria del cerebro, para abarcar otras regiones del cerebro asociadas con la función cognitiva.

Es posible que la actividad física ejerza un efecto de sostenimiento global, apoyando y estimulando la función saludable de las proteínas que facilitan la transmisión sináptica en todo el cerebro, señalaron.

Las sinapsis protegen los cerebros que muestran signos de demencia

Los cerebros de la mayoría de los adultos mayores acumulan amiloide y tau, proteínas tóxicas que son características de la patología de la enfermedad de Alzheimer. Muchos científicos creen que el amiloide se acumula primero, luego el tau, lo que hace que las sinapsis y las neuronas se desmoronen.

Casaletto descubrió previamente que la integridad sináptica, ya sea medida en el líquido cefalorraquídeo de adultos vivos o en el tejido cerebral de adultos sometidos a autopsias, parecía amortiguar la relación entre amiloide y tau, y entre tau y neurodegeneración.

En los adultos mayores con niveles más altos de proteínas asociadas con la integridad sináptica, esta cascada de neurotoxicidad que conduce a la enfermedad de Alzheimer parece estar atenuada, explicó el autor. Tomados en conjunto, estos dos estudios muestran la importancia potencial de mantener la salud sináptica para apoyar al cerebro contra la enfermedad de Alzheimer.

Referencia bibliográfica: Casaletto, K., Ramos-Miguel, A., VandeBunte, A., Memel, M., Buchman, A., Bennett, D., & Honer, W. (2022). Late-life physical activity relates to brain tissue synaptic integrity markers in older adults. Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. https://doi.org/10.1002/alz.12530

Fuente: Science Daily



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Un estilo de vida activo físicamente reduce sustancialmente el riesgo de desarrollar ansiedad

  • 12/11/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Practicar actividad física regularmente tiene un gran poder preventivo para la salud mental. Investigaciones han dado cuenta de sus beneficios respecto de la depresión y las enfermedades mentales en su conjunto. Y ahora se suma el hallazgo de un estudio reciente que encontró que la actividad física regular puede disminuir el riesgo de ser diagnosticado con un trastorno de ansiedad (Svensson et al., 2021).

Qué metodología usaron

Los investigadores siguieron a 197.685 personas que participaron en la carrera de esquí de larga distancia más grande del mundo, un evento llamado Vasaloppet. Su objetivo era estudiar la asociación entre un estilo de vida físicamente activo y el desarrollo futuro de trastornos de ansiedad en hombres y mujeres.

Investigaciones anteriores habían indicado que la mayoría de los esquiadores de Vasaloppet hacen ejercicio durante al menos 4 horas a la semana y tienden a presentar un mayor nivel de condición física que la población general. Los esquiadores se emparejaron con un grupo de control de 197.684 personas. El equipo utilizó información proveniente de las Estadísticas de Suecia y del Registro Nacional de Pacientes de Suecia, que rastrea datos socioeconómicos y recopila información sobre diagnósticos psiquiátricos y médicos, respectivamente.

Qué encontraron

El grupo con un estilo de vida más activo físicamente tenía un riesgo casi 60% menor de desarrollar trastornos de ansiedad durante un período de seguimiento de hasta 21 años. Esta asociación entre un estilo de vida físicamente activo y un menor riesgo de ansiedad se observó tanto en hombres como en mujeres.

Los resultados se mantuvieron incluso después de excluir a las personas que fueron diagnosticadas con trastornos de ansiedad dentro de los primeros 5 años después de la inclusión del estudio. Esto ayudó a descartar la causalidad inversa (que la ansiedad impide que las personas realicen actividad física, en lugar de que la actividad física prevenga la ansiedad).

Los hallazgos están en línea con el trabajo anterior de los investigadores, que encontró que los esquiadores tenían una menor incidencia de depresión en comparación con el grupo de control de no esquiadores (Svensson et al., 2019).

Otro hallazgo importante es la diferencia encontrada entre esquiadores masculinos y femeninos en la relación entre su desempeño y el riesgo de desarrollar ansiedad. Entre los hombres, el nivel de rendimiento físico no afectó el riesgo de desarrollar ansiedad. Sin embargo, entre las mujeres, el grupo de mayor rendimiento tenía casi el doble de riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad en comparación con el grupo que estaba físicamente activo en un nivel de rendimiento más bajo. Es importante destacar que el riesgo total de desarrollar ansiedad entre las mujeres de alto rendimiento era aún menor en comparación con las mujeres más inactivas físicamente en la población general.

Esto sugiere que la recomendación de realizar actividad física para reducir el riesgo de ansiedad es de gran valor tanto en hombres como en mujeres, aunque el nivel de intensidad óptimo puede diferir.

Los investigadores controlaron por edad, sexo y educación. Sin embargo, el estudio no estuvo libre de limitaciones. Los autores mencionan que no pudieron investigar los mecanismos detrás de los posibles efectos protectores del ejercicio sobre el desarrollo de la ansiedad. Además, el estudio no controla los rasgos de personalidad, la dieta y otros hábitos de estilo de vida que pueden estar relacionados con un estilo de vida activo.

Finalmente, señalan que es probable que las conductas de ejercicio y los síntomas de ansiedad se vean afectados por factores genéticos, psicológicos y de personalidad, factores de confusión que no fueron posibles de investigar en esta cohorte. Se necesitan estudios que investiguen los factores impulsores detrás de estas diferencias entre hombres y mujeres cuando se trata de conductas de ejercicio extremo y cómo afecta el desarrollo de la ansiedad.

Referencias bibliográficas: 

  • Svensson, M., Brundin, L., Erhardt, S., Hållmarker, U., James, S. y Deierborg, T. (2021). Physical Activity Is Associated With Lower Long-Term Incidence of Anxiety in a Population-Based, Large-Scale Study. Frontiers in Psychiatry. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.714014
  • Svensson, M., Brundin, L., Erhardt, S., Madaj, Z., Hållmarker, U., James, S., y Deierborg, T. (2019). Long distance ski racing is associated with lower long-term incidence of depression in a population based, large-scale study. En Psychiatry Research (Vol. 281, p. 112546). https://doi.org/10.1016/j.psychres.2019.112546

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Realizar ejercicio físico reduciría los antojos de alcohol en jóvenes con consumo problemático

  • 01/10/2021
  • Maria Fernanda Alonso

El ejercicio ha sido relacionado con la mejora del estado de ánimo, de la cognición y la memoria, así como con la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión. Son muchas las investigaciones que destacan sus beneficios para la salud integral. Por otra parte, el consumo problemático de alcohol que incluye la intoxicación extrema y el consumo excesivo, están en aumento a nivel mundial, principalmente en las culturas occidentales. Las personas de 18 a 29 años, y especialmente los estudiantes, son las más propensas a involucrarse en conductas de consumo problemático de alcohol y es más probable que lo utilicen como un mecanismo de afrontamiento del estrés, que puede resultar en problemas relacionados con el alcohol en el futuro, como la adicción al alcohol.

Un equipo de investigadores partió de esta base y del hecho de que los antojos son uno de los predictores más importantes de problemas con el alcohol más adelante en la vida, y decidieron estudiar si es posible que una única sesión de ejercicios reduzca los antojos de alcohol en estudiantes universitarios.

Qué metodología usaron

Los investigadores reclutaron estudiantes de la Universidad de Midlands para el estudio, quienes fueron evaluados para detectar comportamientos problemáticos de consumo de alcohol. Los 60 estudiantes que cumplieron con los criterios fueron divididos en tres grupos: una condición de ejercicio, una condición de distracción (pintura) y un control pasivo. 

Los autores indujeron antojos con una breve discusión centrada en cuestiones relacionadas con el alcohol. «Piense y describa su bebida favorita», por ejemplo, o «¿Dónde está el lugar típico que frecuenta para beber?» Esto fue acompañado de un breve video sobre cómo mezclar cócteles.

También se les pidió a los participantes que llenaran una serie de cuestionarios: la Prueba de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol (diez ítems que evalúan conductas de bebida y problemas relacionados con el alcohol), el Cuestionario de Urgencia por Alcohol (ocho ítems que exploran pensamientos y sentimientos hacia el alcohol), y el Cronograma de afecto positivo y Afecto Negativo (una lista de 20 palabras que describen sentimientos que los participantes califican de «nada» a «extremadamente» descriptivos de sí mismos).

Qué encontraron

Los resultados del estudio mostraron que el deseo por el alcohol fue menor en el grupo de condición de ejercicio que en los grupos de pintura o de control (Gawor et al., 2021). Tanto el ejercicio como la pintura mejoraron el estado de ánimo y redujeron la ansiedad, aunque el ejercicio lo hizo en un grado mucho mayor. Sin embargo, esto también demuestra que la mera distracción no es suficiente para reducir los antojos. Más bien, el ejercicio físico en sí parece ser un factor clave.

Si bien el estudio confirma el vínculo entre el ejercicio y la reducción de los antojos de alcohol inmediatamente después, hay que tener en cuenta que no se sabe exactamente de qué manera el ejercicio físico mitiga los antojos. Puede ser que active circuitos de recompensa similares, satisfaciendo efectivamente el deseo. La mejora del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad también pueden influir, y es posible que deban ocurrir más allá de un cierto umbral, lo que podría explicar las diferencias entre el ejercicio y la distracción.

También vale la pena mencionar que no todos los antojos son ser iguales, y los que se provocan al pensar en beber de manera abstracta pueden ser muy diferentes de, por ejemplo, una invitación a una fiesta para beber o una salida nocturna en la ciudad.

Finalmente, se desconoce el alcance y la duración de los efectos. No se pidió a las personas que calificaran la intensidad de sus antojos, y los informes se tomaron muy poco tiempo después del ejercicio. Sería útil saber cuánto duran los efectos, si son efectivos contra todas las intensidades de los antojos y si el ejercicio regular puede ayudar a reducir los antojos a largo plazo.

Referencia bibliográfica: Gawor, A., Hogervorst, E., & Wilcockson, T. (2021). Does an acute bout of moderate exercise reduce alcohol craving in university students? Addictive Behaviors, 123, 107071. https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2021.107071

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mejorar la fuerza muscular podría prevenir los síntomas de la depresión

  • 19/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

La depresión es responsable del 4,4% de la carga de enfermedad a nivel mundial (Ferrari et al., 2013), y es también una de las principales causas de suicidio (Law & Liu, 2008). Esto resalta la importancia de identificar factores preventivos eficaces para el trastorno. Recientemente, un equipo de investigadores encontró que las intervenciones enfocadas en mejorar la fuerza muscular pueden ser efectivas para prevenir la sintomatología depresiva (Cao et al., 2021).

Hasta el momento, las evidencias han mostrado una relación transversal y prospectiva entre la fuerza muscular y los síntomas depresivos entre adultos de mediana edad y ancianos (Ashdown-Franks et al., 2019; Fukumori et al., 2015; Gu et al., 2021; Hamer et al., 2015; Wu et al., 2017; Zhao et al., 2020).

Los niveles de actividad física de una fluctúan con frecuencia y esto consecuentemente provoca cambios en la fuerza muscular con el tiempo. Aprovechando la investigación existente, los investigadores decidieron estudiar específicamente los cambios en la fuerza de la empuñadura y cómo podrían afectar la probabilidad de experimentar síntomas depresivos.

El estudio

La muestra del estudio estuvo compuesta por 599 estudiantes universitarias en China e incluyó evaluaciones de referencia y un seguimiento de un año. Las evaluaciones principales fueron una medida de autoinforme de la gravedad de los síntomas depresivos y una prueba de agarre que requería que las participantes apretaran un dispositivo llamado dinamómetro digital lo más fuerte posible. Sus resultados fueron considerados un indicador de la fuerza muscular.

Los investigadores probaron si los cambios en la fuerza de agarre estaban asociados con el riesgo de síntomas depresivos durante el seguimiento de un año. Su análisis evaluó y controló varios factores que podrían influir en la relación entre la fuerza del agarre y los síntomas depresivos, incluyendo: el índice de masa corporal (IMC), la edad, la duración y la calidad del sueño, el consumo de tabaco y alcohol y el nivel de actividad física.

Resultados

En un primer momento no hubo asociación entre la fuerza de agarre de las estudiantes al inicio del estudio y su riesgo de síntomas de depresión durante el período de un año. Sin embargo, hubo un vínculo negativo entre los cambios en la fuerza de agarre durante el año y el riesgo de síntomas depresivos. Las personas que mostraron un aumento en la fuerza de agarre durante el año tenían un riesgo reducido de experimentar síntomas depresivos.

Una posible explicación de este fenómeno es que los músculos esqueléticos son fuentes clave de citocinas proinflamatorias, proteínas que se comunican entre las células y juegan un papel importante en la función del sistema inmunológico. La fuerza muscular más débil se ha relacionado con el aumento de la secreción de estas citocinas. Por otra parte, se ha sugerido que el aumento de la secreción inflamatoria desencadena cambios en la estructura del cerebro y desempeña un papel en el desarrollo de la depresión.

Dentro de las limitaciones del estudio, los datos no incluían una evaluación clínica de la depresión o una medida de la masa del músculo esquelético. Los autores dicen que la masa muscular podría interferir potencialmente con la relación entre los cambios en la fuerza del agarre y la sintomatología depresiva. Sin embargo, sus hallazgos proporcionan una base para futuras investigaciones, allanando el camino para un estudio controlado aleatorio que podría proporcionar información sobre la causalidad.

Referencias bibliográficas:

  • Ashdown-Franks, G., Stubbs, B., Koyanagi, A., Schuch, F., Firth, J., Veronese, N., & Vancampfort, D. (2019). Handgrip strength and depression among 34,129 adults aged 50 years and older in six low- and middle-income countries. Journal of Affective Disorders, 243, 448-454. https://doi.org/10.1016/j.jad.2018.09.036
  • Cao, J., Zhao, F., & Ren, Z. (2021). Association Between Changes in Muscle Strength and Risk of Depressive Symptoms Among Chinese Female College Students: A Prospective Cohort Study. En Frontiers in Public Health (Vol. 9). https://doi.org/10.3389/fpubh.2021.616750
  • Ferrari, A. J., Charlson, F. J., Norman, R. E., Patten, S. B., Freedman, G., Murray, C. J. L., Vos, T., & Whiteford, H. A. (2013). Burden of depressive disorders by country, sex, age, and year: findings from the global burden of disease study 2010. PLoS Medicine, 10(11), e1001547. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1001547
  • Fukumori, N., Yamamoto, Y., Takegami, M., Yamazaki, S., Onishi, Y., Sekiguchi, M., Otani, K., Konno, S.-I., Kikuchi, S.-I., & Fukuhara, S.-I. (2015). Association between hand-grip strength and depressive symptoms: Locomotive Syndrome and Health Outcomes in Aizu Cohort Study (LOHAS). Age and Ageing, 44(4), 592-598. https://doi.org/10.1093/ageing/afv013
  • Gu, Y., Li, X., Zhang, Q., Liu, L., Meng, G., Wu, H., Zhang, S., Wang, Y., Zhang, T., Wang, X., Cao, X., Li, H., Liu, Y., Sun, S., Wang, X., Jia, Q., Song, K., Sun, Z., & Niu, K. (2021). Grip strength and depressive symptoms in a large-scale adult population: The TCLSIH cohort study. En Journal of Affective Disorders (Vol. 279, pp. 222-228). https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.08.023
  • Hamer, M., Batty, G. D., & Kivimaki, M. (2015). Sarcopenic obesity and risk of new onset depressive symptoms in older adults: English Longitudinal Study of Ageing. International Journal of Obesity , 39(12), 1717-1720. https://doi.org/10.1038/ijo.2015.124
  • Law, S., & Liu, P. (2008). Suicide in China: unique demographic patterns and relationship to depressive disorder. Current Psychiatry Reports, 10(1), 80-86. https://doi.org/10.1007/s11920-008-0014-5
  • Wu, H., Yu, B., Meng, G., Liu, F., Guo, Q., Wang, J., Du, H., Zhang, W., Shen, S., Han, P., Dong, R., Wang, X., Ma, Y., Chen, X., & Niu, K. (2017). Both muscle mass and muscle strength are inversely associated with depressive symptoms in an elderly Chinese population. En International Journal of Geriatric Psychiatry (Vol. 32, Número 7, pp. 769-778). https://doi.org/10.1002/gps.4522
  • Zhao, Z., Ji, C., Liu, Y., Gao, S., & Xia, Y. (2020). Higher handgrip strength predicts a lower risk of depressive symptoms in rural Chinese populations. Journal of Affective Disorders, 269, 12-17. https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.03.028

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Integrar baloncesto y matemáticas mejora el aprendizaje y la motivación de los niños

  • 22/04/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Integrar la actividad física con el aprendizaje no es una idea nueva: Aristóteles fundó la escuela peripatética en la que el maestro paseaba con sus discípulos mientras reflexionaban sobre la vida (en griego peripatêín significa “dar vueltas”, por ello a los seguidores de Aristóteles también se los llamó peripatéticos). Dentro del ámbito escolar, se han hecho recomendaciones de incluir pausas activas (pequeños recreos en clases que favorecen la concentración y la autorregulación de los alumnos), reuniones en movimiento y fomentar a los niños a que caminen, corran o troten al menos 1,5 km por día. Las investigaciones se han centrado en cómo la actividad física, separada de las actividades de aprendizaje, puede mejorar el rendimiento cognitivo y el aprendizaje de los niños. Pero un equipo de investigadores nos muestra que se puede ir más allá al incorporar la actividad física en las actividades de aprendizaje: según sus hallazgos, integrar el baloncesto con las matemáticas mejora el aprendizaje y la motivación de los niños, a la vez que les proporciona una experiencia de mayor autodeterminación y aumenta su confianza en las matemáticas (Wienecke et al., 2021).

¿Por qué es importante?

La motivación de los estudiantes en la escuela primaria decae con el transcurso del año escolar. Sostenerla y reforzarla puede ser una tarea desafiante, sobre todo considerando que un docente puede estar a cargo un aula con 10 niños (en contexto de pandemia) o más. Por otro lado, combinar actividad física con aprendizaje académico contribuye a cumplir los requerimientos mínimos de la OMS respecto de la actividad física que necesitan realizar los niños para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles; a la vez que enseña que existen formas menos sedentarias de cumplir con las responsabilidades cotidianas.

¿Qué metodología usaron?

Participaron del estudio 756 alumnos de 1º a 5º grado de cinco escuelas primarias danesas (40 clases diferentes). Aproximadamente la mitad de ellos, una vez a la semana durante seis semanas, tenían matemáticas con baloncesto (o matemáticas activas) durante la clase de gimnasia, mientras que la otra mitad jugaba baloncesto sin matemáticas.

Durante las clases de Baloncesto Matemáticas, los niños tenían que recopilar números y realizar cálculos asociados con varios ejercicios de baloncesto. Un ejemplo podría ser contar cuántas veces podían encestar desde tres metros de distancia vs cuántas veces podían hacerlo a un metro de distancia, y posteriormente debían sumar los números. Tanto los elementos de matemáticas como los de baloncesto pueden adaptarse a los niveles de los niños.

¿Qué encontraron?

Los resultados del estudio muestran que:

  • La motivación de los niños por las matemáticas integradas con el baloncesto fue 16% mayor en comparación con el aprendizaje de matemáticas en el aula.
  • Los niños experimentaron un aumento del 14% en la autodeterminación en comparación con la enseñanza en el aula.
  • Las matemáticas activas aumentaron el dominio de la asignatura en un 6% en comparación con la instrucción de matemáticas en el aula.
  • Integrar el baloncesto con las actividades de aprendizaje también sirvió para mantener la motivación de los niños por las matemáticas durante un período de seis semanas, mientras que la motivación del grupo de control disminuyó significativamente.

La motivación de los niños cubre el concepto de “motivación interna”, que refleja su propio deseo e interés por las matemáticas, en contraposición a la “motivación externa”, que existe en varios contextos, pero que, por ejemplo, está sujeta y puede ser regulada por las expectativas de otras personas sobre lo que se necesita para lograr el éxito.

Los investigadores están estudiando si el modelo de baloncesto matemático puede fortalecer el rendimiento de niños y adolescentes en matemáticas. Esperan que cuando sus hallazgos sean publicados puedan servir como inspiración para maestros y directores de escuela con el fin de priorizar más la actividad física y el movimiento con el trabajo de clase normalmente más sedentario.

Referencia bibliográfica: Wienecke, J., Hauge, J., Nielsen, G., Mouritzen, K., y Damsgaard, L. (2021). Six Weeks of Basketball Combined With Mathematics in Physical Education Classes Can Improve Children’s Motivation for Mathematics. Frontiers in Psychology.https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.636578

Fuente: Eurekalert



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Preguntas (y respuestas) frecuentes de sedentarios sobre la actividad física, en el consultorio psicológico

  • 07/04/2021
  • Federico Lande

El 6 de abril fue declarado por la Organización Mundial de la Salud como el Día Mundial de la Actividad Física (AF). La práctica regular de actividad física, conjuntamente con buenos hábitos alimenticios, pueden ayudar a evitar o retardar la manifestación de enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis, cáncer de colon y las complicaciones asociadas con el sobrepeso y la obesidad. Así también como prevenir el impacto de la depresión, la ansiedad y el estrés.

Los profesionales de la salud que solemos recibir pacientes que, por iniciativa propia, prescripción médica o como parte de un tratamiento más amplio, se proponen reducir el sedentarismo, debemos explorar y valorar las circunstancias personales y contextuales que pueden influir positiva y negativamente en el abordaje; es decir, debemos explorar por qué surge ahora y no antes el iniciar ese tipo de actividad.

Traducir las complejas relaciones entre la actividad física y la Psicología en orientaciones concretas, implica descender un poco en la abstracción conceptual para acercar las investigaciones a los pacientes. En la dirección señalada, se debe tener especial cuidado cuando se trabaja con personas que consideran la práctica de actividad física como una situación muy estresante.

A continuación, les comparto algunas preguntas que suelo responder a mis pacientes y allegados que sirven de motivación para mantenerse activos físicamente.

Hace años que no me muevo con regularidad. ¿Puedo hacer actividad física?

Todos deberíamos hacer actividad física. La mayoría de las personas pueden empezar a hacer AF mínima y leve en su casa. Si piensa que no puede hacerla de manera segura por alguna razón, hable con su médico antes de empezar un nuevo programa. 

¿Qué tipo de actividad física debo hacer? 

Caminar es muy popular y no requiere ningún equipo en especial, pero elija una actividad que le guste, y que pueda empezar lentamente y aumentar gradualmente hasta que se haya acostumbrado.

¿Cuánto tiempo debería hacer actividad física?

Empiece haciendo actividad física y después vemos. Empiece con un minuto. Preste atención. ¿El minuto más largo de su vida? No lo creo. 

¿Hay algo que debería hacer antes y después de la actividad física?

Usted debe empezar una sesión de AF con un período de calentamiento gradual. Durante este tiempo (alrededor de 5 a 10 minutos), primero debe estirar lentamente los músculos y poco a poco aumentar su nivel de actividad. Por ejemplo, empiece caminando lentamente y luego suba la velocidad. Cuando haya terminado de hacer actividad física, hidrátese. Luego enfríe el cuerpo por unos 5 a 10 minutos. De nuevo, estire los músculos y deje que la velocidad de los latidos de su corazón disminuya gradualmente. Puede usar la misma actividad física de estiramiento que usó durante el período de calentamiento.

¿Cuánto me debería esforzar cuando hago actividad física?

Hasta pequeñas cantidades de actividad física son mejores a no hacer ninguna. Empiece con una actividad con la que se sienta cómodo. 

¿Cómo puede evitar lesionarse?

La manera más segura de evitar lesiones durante la actividad física es no hacer demasiada al comienzo. Empiece con una actividad que sea fácil para usted, tal como caminar. Camine por unos minutos al día o varias veces al día. De allí, gradualmente aumente el tiempo y nivel de actividad. Por ejemplo, aumentar la rapidez con que camina en el espacio de varias semanas. Si se siente cansado o dolorido, baje un poco el nivel de actividad física, o descanse por un día. Hable con su médico si tiene alguna pregunta o piensa que se ha lesionado seriamente.

¿Y el entrenamiento de resistencia?

La mayoría de las actividades físicas ayudarán a su corazón y a sus otros músculos. El entrenamiento de resistencia es la actividad física que desarrolla la fortaleza de los grupos de músculos grandes del cuerpo. El levantar pesas es un ejemplo de este tipo de actividad física. Las máquinas de AF también pueden proveerle entrenamiento de resistencia. El profesional le puede dar más información sobre cómo hacerla de manera segura levantando pesas o trabajando con máquinas.

Estas preguntas y respuestas toman relevancia actualmente ya que gran parte de la población mundial pasa mucho más tiempo en casa y no pueden realizar deportes y/o actividad física en las condiciones de normalidad con que lo hacían habitualmente, ya sea al aire libre o en instalaciones deportivas.

Por último, recordar que la práctica de actividad física y deporte desde la niñez estimula el desarrollo motor, social, intelectual y emocional. Favorece el desarrollo de valores como la cooperación, la autonomía, el diálogo y la responsabilidad. 

¡Todos los días pueden ser el 6 de abril!

Recomendaciones más específicas:

  • Página web de la SAP, Consenso de Sedentarismo.
  • Organización Mundial de la Salud.
  • Manual Director de Actividad Física y Salud de la República Argentina (año 2012).


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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La fatiga mental puede impactar en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones cuando se practican deportes o actividad física

  • 05/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Las actividades que requieren de una alta vigilancia por parte de quien las realiza son estresantes y van acompañadas de un arduo trabajo mental (Warm et al., 2008). Esto puede producir fatiga mental que, a diferencia de la fatiga física, refiere a un estado psicobiológico en el que las personas manifiestan alteraciones subjetivas, conductuales y fisiológicas inducidas por tareas mentales prolongadas o excesivamente exigentes. Investigaciones anteriores encontraron que esta fatiga tiene efectos en la resistencia muscular, la fatiga física y la recuperación en ejercicios de abducción estática del hombro, así como en el rendimiento motor (fuerza) durante un ejercicio de agarre submáximo, y sobre el rendimiento físico (tiempo hasta el agotamiento) durante ejercicios de ciclismo de alta intensidad (Marcora et al., 2009; Mehta & Agnew, 2012; Mehta & Parasuraman, 2014).

Durante un partido de fútbol, los jugadores deben procesar de forma constante una gran variedad de información que cambia continuamente: la posición del balón, los oponentes y los compañeros de equipo. El rendimiento de la toma de decisiones de los jugadores resultantes está vinculado a la capacidad de ajustar el posicionamiento en función del conocimiento del entorno circundante. Por lo tanto, es necesario que los jugadores se concentren en la información más relevante antes de poner en práctica su respuesta. Esta condición aumenta las demandas mentales y físicas que implican una consecuencia negativa en el desempeño técnico y táctico del individuo. Teniendo esto presente, un equipo de investigadores quiso saber qué efectos tendría la fatiga mental en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones en partidos de fútbol 5 (5 contra 5) en espacios reducidos, con arqueros (Trecroci et al., 2020).

Metodología

En el estudio participaron diez jugadores de fútbol sub-élite (tres defensores, cuatro mediocampistas y tres delanteros) del mismo equipo U19 (de una academia de fútbol semiprofesional). Un jugador (mediocampista) se retiró al comienzo del período experimental por razones externas. Por lo tanto, completaron el estudio nueve jugadores (edad, 17,6 ± 0,5 años; altura, 1,81 ± 4,4 m; masa corporal, 68,5 ± 6,2 kg).

Los investigadores utilizaron los siguientes criterios de exclusión: haber sufrido lesiones en las extremidades inferiores en el último año, volumen de entrenamiento inadecuado en las ocho semanas anteriores (menos de cuatro sesiones de entrenamiento por semana y al menos un día de partido de fin de semana), antecedentes de enfermedad febril y consumo de medicamentos durante al menos seis meses antes del estudio. Todos los participantes estaban acostumbrados óptimamente a entrenamientos exigentes y partidos oficiales antes del estudio.

Para investigar los efectos de la fatiga mental en el rendimiento, dentro del contexto de un partido de tamaño y en lugar reducidos, los investigadores utilizaron un diseño de contrapezo cruzado y aleatorio. Los jugadores fueron emparejados por su posición de juego y luego asignados aleatoriamente a uno de dos grupos. El grupo uno realizó una tarea de fatiga mental en el primer día de prueba y una tarea de control en la segunda ocasión de prueba, mientras que el grupo dos se sometió a la tarea control en el primer día de prueba y a la tarea de fatiga mental en el segundo día de prueba. Además, dos arqueros participaron en esta investigación solo durante los juegos reducidos, pero no fueron evaluados.

Los jugadores participaron de dos juegos cortos en dos ocasiones. La actividad física, el rendimiento técnico y la toma de decisiones de los jugadores se obtuvieron durante los juegos reducidos mediante GPS y video scouting.

Hallazgos

Los resultados mostraron que la distancia en aceleración cubierta por minuto, los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión de los tiros tenían más probabilidades de verse menoscabados después de un protocolo de fatiga mental, en comparación con la tarea de control. El rendimiento en la toma de decisiones de los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión del dribbling también tenían más probabilidades de verse disminuidos en comparación con la tarea de control.

Estos hallazgos demostraron que la fatiga mental tuvo un impacto en el rendimiento de la toma de decisiones técnicas, derivadas del GPS y específicas del fútbol durante el juego reducido.

Según los autores, sería aconsejable evitar las tareas cognitivamente exigentes antes de realizar actividades específicas de fútbol para preservar la actividad física, las habilidades técnicas y de toma de decisiones de los jugadores.

Referencias bibliográficas:

Marcora, S. M., Staiano, W., & Manning, V. (2009). Mental fatigue impairs physical performance in humans. Journal of Applied Physiology, 106(3), 857-864. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.91324.2008

Mehta, R. K., & Agnew, M. J. (2012). Influence of mental workload on muscle endurance, fatigue, and recovery during intermittent static work. European Journal of Applied Physiology, 112(8), 2891-2902. https://doi.org/10.1007/s00421-011-2264-x

Mehta, R. K., & Parasuraman, R. (2014). Effects of mental fatigue on the development of physical fatigue: a neuroergonomic approach. Human Factors, 56(4), 645-656. https://doi.org/10.1177/0018720813507279

Trecroci, A., Boccolini, G., Duca, M., Formenti, D., & Alberti, G. (2020). Mental fatigue impairs physical activity, technical and decision-making performance during small-sided games. PloS One, 15(9), e0238461. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238461

Warm, J. S., Parasuraman, R., & Matthews, G. (2008). Vigilance requires hard mental work and is stressful. Human Factors, 50(3), 433-441. https://doi.org/10.1518/001872008X312152

Fuente: Plos ONE



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