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Publicaciones por etiqueta

Actividad Física

21 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Activos físicamente: mantenerse en forma reduce probabilidades de sufrir depresión y ansiedad

  • 12/11/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Informes a nivel global resaltan que las personas son mucho menos activas de lo que solían ser. Sumamos a esto la situación actual que aconseja reducir la ambulación y evitar la concurrencia a gimnasios o clubes deportivos, con el fin de contener la expansión de la pandemia por coronavirus. Mantenernos activos físicamente se ha convertido en un desafío diferente que resulta importante abordar para sostener y mejorar nuestra salud general.

De hecho, se ha encontrado que las personas con niveles más altos de aptitud aeróbica y muscular tienen significativamente menos probabilidades de experimentar depresión y ansiedad. Estos son los resultados de un estudio publicado recientemente que contó con una muestra de más de 150.000 personas, y se desarrolló a lo largo de siete años (Kandola et al., 2020).

Los autores del estudio encontraron que aquellos sujetos con bajos niveles de aptitud cardiorrespiratoria y muscular tenían casi el doble de probabilidades de experimentar depresión, en comparación con los participantes que presentaron mayor aptitud aeróbica/muscular. Los bajos niveles de aptitud física también predijeron una probabilidad significativamente mayor de trastorno de ansiedad generalizada. A estos datos se suman los hallazgos de una investigación anterior que encontró que niveles altos de actividad física se relacionaron con una reducción de las probabilidades de depresión mayor (Choi et al., 2019).

Metodología

La investigación de Kandola y sus colegas fue un estudio de cohorte prospectivo que contó con 152.978 participantes de entre 40 y 69 años, los cuales formaron parte del Estudio Biobanco del Reino Unido más extenso, compuesto por 500.000 personas de Inglaterra, Escocia y Gales, reclutadas entre abril de 2007 y diciembre de 2010 para participar en una investigación longitudinal a nivel nacional.

Hace aproximadamente siete años, los autores recopilaron mediciones de línea base sobre la aptitud cardiorrespiratoria de los participantes usando bicicletas estáticas y realizaron pruebas de fuerza de agarre usando un dinamómetro de mano hidráulico en cada mano como un predictor de la fuerza muscular total. Se tomaron en cuenta factores de confusión como las enfermedades crónicas, los hábitos alimentarios, el historial de enfermedades mentales y el nivel socioeconómico. Los participantes también completaron cuestionarios que evaluaron los síntomas de depresión y ansiedad. Las mismas pruebas fueron realizadas siete años más tarde.

Hallazgos

Fundamentalmente, la investigación encontró que una alta aptitud aeróbica y muscular al comienzo del estudio se asoció con una mejor salud mental siete años después.

Respecto de las correlaciones halladas por el estudio, en comparación con las personas que presentaron altos niveles de aptitud física en general, los participantes con la combinación más baja de aptitud aeróbica y muscular tenían:

  • 98% más de probabilidades de sufrir depresión,
  • 60% más de probabilidades de sufrir ansiedad y,
  • 81% más de probabilidades de padecer uno de los trastornos de salud mental comunes.

Realizar actividad física, independientemente del tipo, traerá aparejados beneficios para la salud. Según los autores del presente estudio, los ejercicios aeróbicos y de resistencia estructurados con suficiente intensidad para mejorar el estado físico pueden tener un mayor efecto en la reducción del riesgo de depresión y ansiedad.

Nota: se recomienda la consulta médica antes de realizar actividades físicas, sobre todo si desconoce su aptitud para llevarlas a cabo.

Referencias bibliográficas:

  • Choi, K. W., Chen, C.-Y., Stein, M. B., Klimentidis, Y. C., Wang, M.-J., Koenen, K. C., Smoller, J. W., & Major Depressive Disorder Working Group of the Psychiatric Genomics Consortium. (2019). Assessment of Bidirectional Relationships Between Physical Activity and Depression Among Adults: A 2-Sample Mendelian Randomization Study. JAMA Psychiatry , 76(4), 399-408. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2018.4175
  • Kandola, A. A., Osborn, D. P. J., Stubbs, B., Choi, K. W., & Hayes, J. F. (2020). Individual and combined associations between cardiorespiratory fitness and grip strength with common mental disorders: a prospective cohort study in the UK Biobank. En BMC Medicine (Vol. 18, Número 1). https://doi.org/10.1186/s12916-020-01782-9

Fuente: Psychology Today



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Efecto analgésico: el apoyo social ayudaría a realizar más actividad física al funcionar como atenuante del dolor

  • 16/10/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Sabemos que la actividad física nos hace bien, sin necesidad de contar con una pila de estudios que respalden tal hecho (si bien existe gran cantidad de evidencia al respecto), sin embargo, somos capaces de justificar la carencia de movimiento corporal por no tener tiempo, estar cansados o sentir vergüenza. Y, en estos momentos, las medidas de restricción ambulatoria con motivo de la pandemia por COVID-19 pueden sumarse a los modos de justificar la disminución de la actividad física.

Contar con el apoyo o acompañamiento de otras personas puede funcionar como impulso para iniciarse uno en la actividad física e incluso tal apoyo social tiene la capacidad de promover la actividad física al atenuar el dolor, según los hallazgos de un estudio reciente (Stevens et al., 2020).

¿Por qué es importante?

El sedentarismo y la inactividad física han sido asociados a múltiples comorbilidades físicas no hereditarias, como el síndrome metabólico, la diabetes de tipo 2, hipertensión, entre otras. También se halló relación entre la carencia de actividad física y ciertas condiciones de salud mental, al punto que se ha propuesto la actividad física como tratamiento coadyuvante para la depresión, el deterioro cognitivo, la ansiedad, el déficit de atención e hiperactividad, la disminución de emociones negativas, alteraciones del sueño, por nombrar unos pocos.

Por su parte, el apoyo social también ha sido vinculado a varios resultados de salud, incluida la participación en la actividad física. Hay evidencia de su efecto atenuador sobre el dolor, y esto podría explicar su vínculo con la mayor realización de actividad física.

Metodología

Los investigadores analizaron las respuestas 12.517 personas, en la encuesta de ingresos del hogar y dinámica laboral en Australia (HILDA), una encuesta representativa a nivel nacional de residentes australianos. El estudio también incluyó una submuestra de 927 participantes que informaron sufrir dolor crónico.

La encuesta HILDA se realiza anualmente en oleadas, y los investigadores actuales estaban interesados ​​en las evaluaciones del apoyo social tomadas en el ola 15, las evaluaciones del dolor en la ola 16 y los niveles de actividad física en la ola 17. Con estas medidas, el equipo pudo analizar el efecto indirecto del apoyo social de los participantes (medido en la ola 15), en sus niveles de actividad física (ola 17), a través de sus niveles de dolor (ola 16).

Hallazgos

En primer lugar, tanto para la muestra completa como para la submuestra de participantes con dolor recurrente, se encontró que el apoyo social predice una disminución del dolor en el futuro y que el dolor predice menor actividad física. Es importante destacar que el análisis de mediación encontró un efecto del apoyo social en el ejercicio físico a través de la disminución del dolor.

Además, se probó un modelo longitudinal que incluía el dolor informado por los sujetos y los niveles de actividad física al inicio del estudio (ola 15). Nuevamente, en ambas muestras, los participantes con mayor apoyo social experimentaron menos dolor subsiguiente y el dolor predijo una disminución del ejercicio físico.

Con base en estos resultados, los autores señalan que las intervenciones diseñadas para mejorar los sistemas de apoyo social de las personas pueden ser beneficiosas para aumentar su actividad física. Los beneficios serían particularmente más significativos para las personas que informan escasa actividad física debido a una condición que les causa dolor.

Limitaciones

El presente estudio no incluyó evaluaciones de diferentes tipos de apoyo social, o diversos tipos de actividad física. Los autores señalan que es necesario incluir estos aspectos en investigaciones futuras para aclarar los hallazgos actuales.

Concluye el equipo de investigación que estos hallazgos no solo se suman al cuerpo de evidencia según el cual incorporar y sostener hábitos de conductas saludables es beneficioso para la salud, sino que también revelan que el apoyo social puede beneficiar indirectamente a la consecución de tal fin. En tiempos de distanciamiento social, videollamadas, mensajes de texto y audio, podrían ser herramientas idóneas para contar con los beneficios del apoyo social.

Referencia bibliográfica: Stevens, M., Cruwys, T., & Murray, K. (2020). Social support facilitates physical activity by reducing pain. British Journal of Health Psychology, 25(3), 576-595. https://doi.org/10.1111/bjhp.12424

Fuente: Psypost



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  • Apps para psicólogos
  • Artículos de opinión (Op-ed)

Adidas Training, una excelente aplicación para mejorar tu salud

  • 05/08/2020
  • David Aparicio

Hay una montaña de datos que demuestran lo importante que es el ejercicio físico para nuestro bienestar. Esto es de conocimiento general. El problema que muchos afrontamos al iniciar el entrenamiento físico es que no saben cómo llevarlo a cabo, qué pasos seguir y cómo registrar los avances. Lo que se traduce en frustración, abandonos del plan de entrenamiento y hasta posibles lesiones. Lo sé muy bien porque me ha pasado muchísimas veces. Pagué por años la suscripción todo incluido del gimnasio. Al inicio iba todos los días y completaba las rutinas, pero rápidamente dejé de hacerlo y al final sólo iba al gimnasio en las tardes para tomar una ducha rápida (mi día empezaba a las 5 am y no hay nada mejor que una ducha a la tarde para recargar energías) antes de seguir atendiendo a mis consultantes. Analizando un poco más mi situación creo que había demasiado fricción: tenía que levantarme más temprano, manejar en el tráfico, llegar al gimnasio y hacer la rutina, etc, etc.

Pero todo cambió cuando inició la cuarentena. Al estar todo el día en la casa quise buscar una alternativa que me ayudara a prevenir los riesgos del sedentarismo. Buscaba una aplicación que me ayudara a desarrollar actividad física a mi ritmo, que fueran ejercicios adaptables a mis necesidades, que no necesitara comprar ninguna clase de equipo y que me permitieran llevar un registros de mi avance (el feedback es clave en el desarrollo de nuevas rutinas).

Adidas Training cumple todos esos requisitos y creo que puede serte útil si buscas algo similar. Es una aplicación gratuita disponible para iOS y Android con una amplia variedad de ejercicios y rutinas para todos los gustos.

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  • Artículos especializados sobre alimentación.

Hace cuatro meses instalé Adidas Training en la pantalla de inicio de mi celular y es la primera vez que soy tan constante en mi rutina de ejercicios. Y me ha ayudado a mantener una rutina saludable en medio de la cuarentena e incluso la he recomendado con algunos consultantes que quieren iniciar una rutina de ejercicios pero no saben por dónde empezar. Por supuesto, no reemplaza el entrenamiento y evaluación con un profesional, pero es una opción muy accesible.

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Puede la actividad física disminuir las emociones negativas durante la pandemia?

  • 16/07/2020
  • Maria Fernanda Alonso

¿Existen herramientas capaces de atenuar los efectos negativos de la pandemia y el aislamiento social, a nivel de salud mental? Parece que sí: aproximadamente 45 minutos de ejercicio vigoroso pueden reducir las emociones negativas durante la pandemia, según un nuevo estudio realizado en una muestra de estudiantes universitarios chinos (Zhang et al., 2020).

En un estudio longitudinal, Yao Zhang y sus colegas intentaron explorar la salud mental de los estudiantes universitarios en cuarentena durante el pico del coronavirus y considerar los posibles efectos atenuantes del ejercicio físico.

En el estudio participaron 66 estudiantes universitarios chinos que se quedaron en casa durante el brote para cumplir con las regulaciones de distanciamiento social. Los estudiantes completaron tres encuestas online en intervalos de dos semanas aproximadamente, en las siguientes fechas: 19 de febrero de 2020, 5 de marzo de 2020 y 20 de marzo de 2020. Durante este tiempo, la pandemia continuó aumentando en gravedad y alcanzó su punto máximo en China . Ninguno de los sujetos fue diagnosticado con COVID-19 durante el estudio.

Se les pidió a los estudiantes que indicaran cuántos días en las últimas dos semanas habían realizado actividad física ligera, actividad física moderada y actividad física vigorosa y cuántos minutos habían dedicado típicamente a cada tipo de ejercicio. Los sujetos también informaron su calidad del sueño y sus emociones negativas la semana anterior, utilizando la Escala de Depresión y Estrés de Ansiedad (EDEA). La agresividad se evaluó adicionalmente con un cuestionario que mide hostilidad, ira, agresión verbal y agresión física.

Los resultados mostraron que casi el 85% de la muestra informó preocupaciones sobre COVID-19 y el 42% mostró puntuaciones de sueño que indicaron una mala calidad del sueño. A medida que aumentó el número de muertes locales por COVID-19, la calidad del sueño de los participantes disminuyó, y la eficiencia del sueño mostró la relación más fuerte con el número de muertes por COVID-19. Curiosamente, aunque ni la emoción negativa ni la puntuación EDEA global se relacionaron con el número de muertes por COVID-19, la agresividad se correlacionó negativamente con el recuento de muertes. Los autores sugieren que esta caída en la agresividad refleja el hecho de que las personas han comenzado a «darse cuenta de la fragilidad de la vida» y están «apreciando cada momento.»

Cuando se trataba de actividad física, los investigadores usaron algo llamado valores MET para calcular el gasto de energía de cada sujeto, dependiendo de la intensidad de las actividades que informaron. En promedio, los participantes ejercieron 355 MET de actividad física vigorosa por semana.

La actividad física se relacionó con puntuaciones EDEA más bajas, emociones negativas más bajas y depresión reducida. 

Curiosamente, un análisis posterior señaló un punto óptimo cuando la actividad física produjo sus beneficios protectores. Los autores describen una «curva dosis-respuesta» entre la actividad física y las emociones negativas, lo que demuestra que tanto hacer mucho el ejercicio físico, o hacer muy poco ejercicio físico, empeoraron las emociones negativas. «Se produjo una cantidad adecuada para minimizar las emociones negativas cuando la actividad física semanal era de aproximadamente 2500 MET, lo que corresponde a 108 minutos de luz, 80 minutos de actividad física moderada o 45 minutos de actividad física vigorosa todos los días,» informaron los autores.

Esta cantidad recomendada de ejercicio es mayor que los estudios anteriores que han sugerido 60 minutos de actividad física moderada a vigorosa por día. Los autores sugieren que durante este momento difícil, las personas necesitan más actividad física de lo habitual «para compensar la carga psicológica y las emociones negativas» provocadas por la pandemia.

Referencia bibliográfica:

Zhang, Y., Zhang, H., Ma, X., & Di, Q. (2020). Mental Health Problems during the COVID-19 Pandemics and the Mitigation Effects of Exercise: A Longitudinal Study of College Students in China. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(10). https://doi.org/10.3390/ijerph17103722

Fuente: Psypost



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  • Salud Mental y Tratamientos

Diez tareas esenciales para el uso de la actividad física en el tratamiento de la depresión

  • 24/06/2020
  • Federico Lande

Estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018) estiman que la depresión afecta a 300 millones de personas en todo el mundo y es considerada el “resfriado común” de los trastornos psiquiátricos (Aguado, Silberman & Manrique, 2005). Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas como desempleo, duelo, traumatismos psicológicos tienen más probabilidades de sufrirla y es de 2 a 3 veces mayor en consultantes con enfermedades crónicas (Farinola, 2016).

Ya sea debido a una baja de la energía, de dolores musculares o fatiga, la depresión puede conducir a la disminución de la actividad física (AF, en adelante). Es evidente que las alteraciones emocionales y motivacionales asociadas al padecimiento que presentan personas con depresión dificultan su adherencia a los programas de AF, convirtiéndose en una dificultad añadida para su desarrollo (Márquez, 1995). De cualquier manera se entiende que el comportamiento sedentario y la disminución del movimiento puede ser un factor de mantenimiento de los síntomas depresivos.

Por otro lado se considera que la AF es un excelente complemento de otras medidas terapéuticas como la psicoterapia y la psicofarmacología. Las personas que practican AF dicen sentirse bien (o sentirse mejor), menos tensionadas y más concentradas después de la actividad. La AF se ha propuesto como una opción complementaria de bajo costo–beneficio e incluso puede ser útil como prevención (García & González-Jurado, 2017).

Vínculo entre actividad física y la salud

Las relaciones entre la AF y la salud comprenden un conjunto muy amplio y complejo de factores biológicos, personales y socioculturales (Airasca & Giardini, 2009). La importancia de la AF para el mantenimiento de una buena salud física es un hecho reconocido. Lo es, además, la apreciación de que la AF promueve el bienestar psicológico también en momentos de enfermedad, como se puede ver en el plan global para promoción de la AF presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2009).

En el año 2002, Harlem Brundtland, por entonces directora de la OMS, afirmaba:

Tenemos un remedio inmediato, seguro y confiable para algunos de los principales riesgos de salud relacionados con el consumo no saludable. Es gratis. Funciona para ricos y pobres, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores: es la actividad física.

Se han desarrollado pautas de AF relacionadas con la salud, que recomiendan que los adultos hagan al menos 30 minutos de AF moderada, todos o casi todos los días de la semana (American College of Sports Medicine , 2000). Estas directrices fueron desarrolladas para mejorar la salud de la población y para prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.

Algunos de los efectos que experimentan los consultantes son:

  • Sensación de control del cuerpo
  • Imagen corporal positiva
  • Confianza
  • Mejor rendimiento sexual y académico
  • Relajación
  • Concentración
  • Mejor alimentación
  • Mejor sueño

El valor del acompañamiento terapéutico

La realización de AF en situaciones de la vida cotidiana justifica la inclusión de acompañamiento terapéutico. Así, como dicen Tolosa y Jozami Nassif (2016), las tareas intersesiones con intervención cotidiana suponen la necesidad de un dispositivo terapéutico que siente las bases para un plan de tratamiento (técnico–estratégico) y que auspicie el diseño de las tareas intersesiones. En ese marco opera la función del acompañamiento terapéutico, germinando la meta de la terapia en la vida cotidiana del consultante, activando conductas, moldeando habilidades, modelando recursos de afrontamiento, teniendo como fin último la «generalización del comportamiento» de los cambios logrados en el proceso terapéutico, que puede ser definido como la capacidad del comportamiento de desplegarse en diversos contextos con el objetivo de reducir los síntomas de malestar, facilitar los cambios cognitivos, proporcionar una sensación de dominio, o un sentido de progreso hacia los objetivos del tratamiento. Una vez que esto se logra, la función de las tareas intersesiones se desvanece (Tolosa, 2015).

Activación conductual y depresión

Alejándose de la tradición cognitiva y aproximándose a los planteamientos del conductismo radical, la activación conductual (AC, en adelante) surge del estudio de Niel Jacobson de 1996 sobre el desmantelamiento de la terapia cognitiva de Beck para la depresión (Beck, Rush, Shaw y Emery,1979), en el que demuestra que el componente de programación de actividades es igualmente eficaz como el tratamiento multicomponente completo (Jacobson, 1996). A partir de estos datos, Jacobson planteó de forma más decidida la reincorporación de las técnicas comportamentales para formalizar, de nuevo, una terapia para la depresión basada exclusivamente en los planteamientos funcionales de la terapia de conducta. Con esto como visión, resurgió el interés en la programación de actividades como un tratamiento en sí mismo para la depresión (Maero y Quintero, 2016).

La AC es un protocolo estructurado que está dirigido a que los consultantes incrementen el valor de las conductas por medio de actividades que aumenten la posibilidad de acceder a contingencias medioambientales reforzantes. Esto es: ponerse en movimiento y luego ir trabajando las dificultades (emociones negativas, pensamientos, recuerdos, etc.) que surgen al avanzar en la dirección valorada. Como resultado del cumplimiento de estas actividades, los consultantes mejorarán su estado de ánimo (Pérez, 2012).

En suma, se trata de un abordaje con soporte empírico, sumamente interesante para el contexto socioeconómico latinoamericano, que hecha una nueva luz en el tratamiento de las personas que sufren de depresión (Maero y Quintero, 2016).

Foto por Geert Pieters en Unsplash

Diez tareas inter-sesión para la depresión

La AF en el tratamiento de la depresión puede tener efectos terapéuticos en el estado de ánimo en diferentes contextos clínicos con intervenciones adjuntas a tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos.

La guía NICE (2009) recomienda programas de AF supervisada para el tratamiento del trastorno depresivo, tanto subclínico como leve y moderado (Gyani, Pumphrey, Parker, Shafran y Rose, 2012). Estas recomendaciones se basan en la evidencia científica acumulada acerca de la mejoría clínica y adherencia al tratamiento de consultantes con depresión que practican AF (Stanton y Reaburn, 2013). Así, la supervisión y adaptación gradual a las posibilidades del consultante se ha destacado en el uso de la AF en personas mayores, y la falta de supervisión como factor de resultado negativo.

Los programas de ejercicios aeróbicos estructurados y supervisados, de frecuencia relativamente elevada (al menos 3 veces por semana), de 45 minutos a 1 hora de duración y en períodos de 10 a 12 semanas en personas con diagnóstico de depresión, en particular leve o moderada, tuvo un impacto clínico significativo en la mejoría de los síntomas depresivos (Subirats, E., Subirats, G. y Soteras, 2012). También se sugiere personalizar la dosis (tipo, intensidad, duración, frecuencia) para cada consultante y aumentarla, si es necesario, de forma escalonada, así como hacer un seguimiento de la práctica para mejorar la adherencia a largo plazo (Estévez-López, Tercedor y Delgado-Fernández, 2012).

Tarea N.º 1. Derivar a un profesional de la actividad física

Derivar al consultante a un especialista en medicina deportiva para evitar que se produzcan lesiones o complicaciones clínicas por una AF iniciada sin tomar en consideración el tipo o duración de la actividad y la condición física de la persona.

Tarea N.º 2. Contrato conductual

Un contrato conductual es un acuerdo que se formaliza por escrito o de forma digital, entre dos o más personas, y que especifica las conductas que ejecutará cada una de las partes. Existe evidencia que apoya la idea de que se mejora la adherencia cuando las metas son establecidas mediante un contrato o de común acuerdo (Prochaska y Bess, 1994). También se cree que, declarando las metas de manera pública, los consultantes las toman de forma más seria, incrementando por tanto su compromiso, y aumentando, por consiguiente, la probabilidad de cumplir sus planes. Asimismo, la disponibilidad para firmar un contrato resulta una información muy útil que el profesional puede utilizar para valorar la motivación del consultante. No es necesario que sean muy largos, ni tampoco complicados, cuanto más simples y comprensibles mejor.

Los contratos deben ser específicos, y deben incluir: quién (la persona que tiene que hacer la conducta), qué (la conducta específica y la consecuencia que se deriva), cuándo pasará, y las características tanto de la conducta como de la consecuencia (de intensidad, duración, personas involucradas, etc.). Hay que escribirlos en términos positivos, deben tener un inicio y un final claro. Evidentemente, pueden ser renegociados o agotados al final del periodo contractual.

Además, se debería cambiar una vez que se han establecido nuevas pautas de conducta y de reforzamiento. Uno de los objetivos debería ser disminuir la dependencia respecto del contrato y mantener las nuevas conductas y los nuevos refuerzos de una manera informal en el ambiente natural.

Tarea N.º 3. Planteo de metas y objetivos

La meta es el fin último al que se quiere llegar, mientras que los objetivos son los pasos que se quieren cumplir para poder alcanzar la meta. Los objetivos suelen ser un propósito más específico y estructurado que la meta, porque se pueden medir y observar los resultados. La meta es un estado deseado que puede ser más amplio y abstracto, y que no implica una sola acción específica para alcanzarlo. Las metas y los objetivos son logros que se quieren completar, aunque el objetivo exige mayor planificación para cumplirlo en un momento específico. Por otra parte, la meta no establece un tiempo específico para ser alcanzada.

Tabla 1

Metas y objetivos

 MetaObjetivo
DefiniciónAspiración o deseos que se quieren cumplir en el futuroPropósito concreto que se quiere realizar para alcanzar una meta
CaracterísticasEmotiva

 

Ambiciosa

Abstracta

No establece un tiempo específico para alcanzarla

Realista

 

Medible

Establece un tiempo determinado para su cumplimiento

En lo que refiere a la psicología de la AF es frecuente que los consultantes comiencen la práctica sin haber definido y ajustado previamente sus metas y objetivos, lo que hace que la probabilidad de dejar la actividad sea mayor.

Es conveniente, en estos casos, que el consultante exponga los objetivos que le gustaría conseguir a corto y largo plazo, cualesquiera que sean, y la fecha estimada para conseguirlos. Casi siempre serán ambiguos o poco específicos y necesitarán una redefinición en términos más operativos, algo que el consultante y el profesional pueden realizar conjuntamente, pero siempre deben quedar establecidos de forma clara.

Además, convendrá evaluar la viabilidad de los objetivos en la fecha prevista, pudiendo plantearse la necesidad de replantearlos. En general, la cercanía del objetivo debe prevalecer en el inicio de la intervención. Por un lado, se debe reducir el estrés potencial de una situación novedosa, difícil y de resultado incierto y, por otro, se ha de fortalecer la percepción de autoeficacia.

Cuando realizar ejercicio ya no resulte estresante, y el consultante perciba que es eficiente para afrontar los retos que la práctica le plantea, los objetivos, además de alcanzables, deberán ser más desafiantes.

Tarea N.º 4. Las preferencias del consultante en la elección de la AF a realizar

Una gran estrategia para establecer metas es aquella que es flexible y autoestablecida y no la que prefija solamente un profesional. La elección de la AF y la manera en que se llevará adelante permite valorar los gustos del consultante en cuanto al grado de conocimiento de la actividad (Lande, 2018).

Deben considerarse las posibles dificultades que perjudicarían el curso de la actividad, como las lesiones o dolores musculares y también los recursos que el consultante posee para ponerla en práctica, por ejemplo, los recursos materiales y sociales (instalaciones, ropa adecuada, apoyo social, profesores, etc.) y los recursos personales (económicos, habilidades, etc.). La elección de la actividad implica elegir aquella que sea muy accesible y lo más reforzante posible, teniendo en cuenta que ambas variables serán la clave para la adherencia a la actividad.

Decimos que una actividad es accesible cuando tiene una alta probabilidad de realizarse con continuidad, y que es reforzante cuando es divertida, relajante, desafiante y se sabe hacer. Si la accesibilidad es razonable, se podrá elegir una actividad previsiblemente muy reforzante, aunque no sea la más accesible. En el caso de que se prevean dificultades que puedan perjudicar la adherencia, la accesibilidad deberá primar en un principio sobre el aparente valor reforzante de la actividad.

Tarea N.º 5. Planificación del día

Es especialmente relevante elegir lugares de fácil acceso y momentos del día apropiados para la práctica. En general, parece conveniente que las conductas para realizar AF se asocien a situaciones que aumenten la probabilidad de ocurrencia y concurrencia, tales como: un mismo lugar y los mismos días de la semana. Por ejemplo, cuando la práctica se realice en lugares específicos, como gimnasios, éstos serán ya estímulos favorecedores de la práctica, y lo serán todavía más si se trata de una clase concreta, a una hora determinada y con la presencia de un profesor y de unos compañeros habituales (Abarca-Sos, Zaragoza, Generelo y Julián, 2010).

Sin embargo, cuando la persona practica por su cuenta, es probable que esté expuesta permanentemente a los estímulos en cuya presencia debe practicar (las calles, su casa, etc.) y resultará difícil asociar específicamente estos estímulos como antecedentes de la práctica de la AF. En estos casos, será necesario introducir estímulos claramente discriminativos y evitar la presencia de actividades cotidianas que sean incompatibles.

Tarea N.º 6. Pausas activas

Las pausas activas son breves descansos durante la jornada laboral que sirven para recuperar energía. Como parte de la rutina diaria, se recomienda realizar un receso o pausa activa cada 2 o 3 horas. Consiste en un conjunto de ejercicios físicos de corta duración (5 a 10 minutos).

Los ejercicios consisten en actividades tales como estiramientos, ya sea de pie o sentados; de fortalecimiento, o para disminuir la fatiga visual. Los ejercicios se realizan de manera suave, relajada y en ningún caso se debe exigir el cuerpo para no provocar lesiones.

Algunos de los ejercicios que los consultantes pueden realizar:

  • Sentado o de pie, estirar lateralmente el cuello con ayuda de las manos. Este ejercicio se debe hacer durante un mínimo de 15 segundos hacia cada lado.
  • Entrelazando las manos por detrás de la cabeza, flexionar el cuello hacia el tórax sin mover el tronco. Este ejercicio se debe hacer durante un mínimo de 15 segundos. Posteriormente, se debe llevar la cabeza hacia atrás durante el mismo tiempo.
  • Llevar el brazo hacia atrás tratando de tocar la espalda, sosteniendo el codo con la otra mano. Mínimo, 15 segundos. Luego cambiar de brazo.
  • Entrelazar las manos con las palmas hacia adelante para estirar los brazos y las muñecas. Puede hacerse un par de veces durante 15 segundos por vez.
  • Entrelazar las manos y llevarlas hacia arriba durante 15 segundos.
  • Entrelazar las manos y mover las muñecas hacia arriba y hacia abajo.
  • Entrelazar las manos por detrás de la espalda, y llevar los hombros hacia atrás al mismo tiempo, durante 15 segundos como mínimo.
  • Encoja sus hombros hacia las orejas. Sostenga por diez segundos. Descanse y repítalo tres veces más.
  • Estando de pie, suba la rodilla derecha al pecho. Sosténgala con las manos por 10 segundos y cambie de pierna. Repita tres veces con cada extremidad.
  • Estando de pie, lleve sus manos a la cintura y sus hombros hacia atrás. Contraiga el abdomen y sostenga diez segundos. Repítalo tres veces.
  • Realizar movimientos circulares de tobillo hacia ambos lados con cada pie durante 5 segundos.
  • Beber agua y continuar con su ocupación.

Aclaración: si al hacer cualquiera de los ejercicios descritos, el consultante experimenta algún tipo de dolor o molestia acentuada, debe dejar de hacerlo, o no volver a intentarlo y, sin apuro alguno, consultarle a un médico deportivo sobre lo ocurrido.

Tarea N.º 7. Uso de podómetros

Las investigaciones indican que las recomendaciones de AF basadas en pasos suelen ser bien recibidas por las personas que no practican ningún ejercicio. Se observó que quienes medían sus pasos diarios estaban confiados en que el podómetro funcionaría como una buena herramienta, ya que conocían la efectividad de su uso.

Son cómodos, de bajo costo y fáciles de manejar: pueden usarse en la cintura o en la muñeca y, actualmente, los smartphones los incluyen o están disponibles como cualquier otra aplicación. Algunos proporcionan retroalimentación de la estimación de la distancia recorrida o las calorías perdidas. Pueden ser menos precisos para correr o caminar cuesta arriba, debido a los cambios en el paso, pero dan una buena idea de qué tan activo se es físicamente en el transcurso de un día.

Se han desarrollado diferentes dispositivos de diversas marcas y modelos y sus características varían considerablemente, existiendo importantes diferencias en cuanto a las funciones que poseen, su mecanismo interno y la fiabilidad de su medición.

Los podómetros han sido utilizados frecuentemente para mejorar los procesos de cambio en relación con la adherencia a la AF a largo plazo. El establecimiento de metas y el feedback inmediato que generan los resultados sobre el logro de esas metas, tienen relación con la percepción de la autoeficacia. El uso del podómetro puede incrementar la AF en torno a 2.000 pasos al día en adultos, y entre 2.071 a 4.141 pasos diarios en jóvenes. El feedback es la información que el practicante recibe sobre su propia ejecución o sus efectos, constituyendo una estrategia sumamente eficaz al a) proporcionar reforzamiento, b) aumentar el conocimiento del consultante sobre su progreso, c) incrementar su percepción de control sobre la situación de realizar ejercicio.

El conocimiento que aporta una información de este tipo puede ayudar a fortalecer la confianza en el ejercicio y la importancia que se le concede a éste en el conjunto de los intereses personales y de la actividad diaria.

El podómetro podría ser una herramienta útil para poner en práctica en los centros escolares, pues es un instrumento económico y eficaz para fomentar la AF en adolescentes y niños con sobrepeso y para diseñar programas con un número de pasos recomendados al día. Se puede orientar al consultante para que fije una nueva meta cada semana. Una forma es tomar el número máximo de pasos que haya caminado en un día y que use ese número de pasos como su meta diaria para la siguiente semana. Cada vez que aumente 2.000 pasos, agregar aproximadamente 1.5 km, o 20 minutos de caminata, a su rutina. Algunas de las actividades que puede implementar el consultante son estacionarse más lejos de lo acostumbrado de su lugar de trabajo, subir por las escaleras en lugar de usar el ascensor, recorrer a pie una distancia corta en lugar de hacerlo en auto.

Tarea N.º 8. Kinhin, meditar caminando

En el budismo zen, una de las formas de meditación que se hace, generalmente, luego de largos periodos de meditar sentado, es la que se conoce como zazen. El término proviene del Kanji kin ‘pasar a través’, como el hilo en un telar, con el Sutra como significado secundario y hin ‘caminar’. Pero es tomado literalmente como ‘caminar derecho atrás y adelante’, y puede ser traducido como ‘meditación caminada’ o ‘caminar meditando’.

Los consultantes pueden caminar en dirección de las agujas del reloj, alrededor de una habitación, mientras mantienen sus manos en shashu, con una mano cerrada, mientras la otra agarra o cubre la otra. Durante la meditación caminada cada paso es realizado luego de una completa respiración. El principio del kinhin es anunciado con dos campanadas (kinhinsho), y el final con una campanada (chukaisho, ‘el timbre para irse y desconectarse’). El paso realizado durante esta meditación puede ser lento (un paso lento por cada respiración), o ligero, casi al punto de un lento trote. Aquellos que lo practican piensan que Buda recorría de esta manera en el bosque, con el espíritu recogido, después de haber estado sentado meditando. Lo que se cultiva meditando sentado se aplica en la caminata. Sin preocuparse de un objeto en particular, la caminata incluye muchos elementos como la sensación de los pies sobre el suelo o la orientación en el espacio (la conciencia postural).

El kinhin se ubica entre caminar y permanecer de pie. La persona se mueve lentamente, muy lentamente, al ritmo de la respiración, de la inspiración y de la expiración.

Tarea N.º 9. Mindfulness o conciencia plena del momento

Mindfulness es una antigua técnica de meditación de la India, basada en la meditación vipassana, que consiste en «tomar conciencia del momento presente», «tomar conciencia de la realidad», «vivir el momento». Jon Kabat˗Zinn introduce y estructura este concepto en Occidente a través de un método bien definido: el mindfulness based stress reduction (MBSR) o reducción del estrés a través de la atención plena (Kabat˗Zinn, 2007).

Hoy se considera que el trabajo de mindfulness mejora la capacidad de regular las emociones, disminuye las disfunciones emocionales, mejora las pautas cognitivas y reduce la rumiación o exceso de pensamientos negativos que pueden ir asociados al depresión (Siegel, 2010).

Tarea N.º 10. Autocontrol del progreso

Existirá mayor adherencia si el consultante aprende a autocontrolar todo el proceso. En general, cuanto más «expertos» sean los consultantes, mayor será la motivación y mayor también la probabilidad de continuidad. El autocontrol facilita, asimismo, que el consultante pueda asumir responsabilidades más demandantes dentro de la AF, con lo cual puede fortalecerse la autoeficacia y también, por esta vía, la motivación por la actividad. La formación también propicia que la persona realice la actividad, previniendo los graves perjuicios que pueden derivarse del abuso o uso inapropiado del ejercicio.

Conclusión

Como vimos, la depresión es uno de los trastornos afectivos más comunes y afecta a millones de personas en todo el mundo. Estos datos le plantean al sistema de salud que, para ser eficiente, construya nuevas estrategias de tratamiento que aumenten la efectividad y la rapidez en la resolución del episodio depresivo, y que disminuya las posibilidades de recurrencia del episodio en el futuro.

Se ha observado que personas con bajos niveles de AF ven aumentada la probabilidad de padecer síntomas depresivos, por lo que numerosos estudios han analizado esta relación, mostrando que la práctica de AF reduce los síntomas depresivos.

Sin embargo, aunque la efectividad de la práctica de AF ha sido ampliamente estudiada, se necesitan más estudios que analicen en profundidad cómo afecta en los distintos géneros, que tipo de actividad es más adecuada según grupos de edad y qué tipos de actividad reportan más beneficios, ya que el mecanismo por el que actúa la AF en la depresión sigue siendo controvertido y probablemente sea multifactorial (Stanton y Reaburn, 2013).

Referencias bibliográficas

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La sensibilidad a la ansiedad podría predecir los niveles de actividad física

  • 12/05/2020
  • Maria Fernanda Alonso

¿Qué factores influyen en el comportamiento relacionado a la actividad física? ¿Qué lleva a que tantas personas no cumplan con las recomendaciones semanales mínimas de ejercicio, aún conociendo sus importantes beneficios para la salud física y mental? ¿Por qué algunas personas son capaces de experimentar las actividades físicas de manera positiva y de percibir de esa forma sus efectos posteriores, mientras otros las experimentan como actividades tortuosas? Una nueva investigación encontró que las personas que temen más los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad tienden a ser menos activas (Hearon & Harrison, 2020).

En el estudio, 64 adultos jóvenes completaron una evaluación de la sensibilidad a la ansiedad junto con un cuestionario de personalidad de los «Cinco Grandes» antes de usar un acelerómetro de muñeca para medir su movimiento durante una semana. Los investigadores encontraron que la sensibilidad a la ansiedad estaba asociada negativamente con la actividad física. En otras palabras, las personas con un mayor miedo a experimentar ansiedad tendían a presentar niveles reducidos de actividad.

“Espero que los resultados den alguna validación a aquellos que han intentado incorporar el ejercicio regular en su rutina pero continúan encontrando que es desagradable. La sensibilidad a la ansiedad, o el miedo a los síntomas comúnmente asociados con la ansiedad, como el aumento de la frecuencia cardíaca, los pensamientos acelerados, la dificultad para respirar, pueden ser la razón por la cual este es el caso de algunas de estas personas,» explicó la autora del estudio, Bridget A. Hearon, profesora asistente de psicología en el Albright College.

«La buena noticia es que la sensibilidad a la ansiedad se puede reducir bastante rápido con un tratamiento conductual que puede incluir la exposición sistemática a sensaciones desagradables como sudoración o falta de aliento, o programas de ejercicio personalizados que pueden ayudar a disminuir gradualmente esta sensibilidad.»

Un metaanálisis previo de 64 estudios (Wilson & Dishman, 2015) con 88400 participantes, encontró que los rasgos de personalidad apertura, conciencia y extraversión estaban relacionadas con una mayor actividad física, mientras que el neuroticismo estaba relacionado con menor actividad. La amabilidad, por otro lado, no estaba relacionada con la actividad física.

Sin embargo, el nuevo estudio halló que solo la amabilidad se asociaba con la actividad física. Los resultados inconsistentes podrían deberse al hecho de que investigaciones previas se han basado en actividades autoinformadas. “Esto sugiere que se necesitan más estudios que usen medidas objetivas,” explicó Hearon.

Dentro de sus limitaciones, este estudio contó con una muestra que consistía en individuos entre las edades de 18 y 22 años.“Será importante replicar estos hallazgos en una muestra con mayor diversidad de edad,” dijo Hearon.

«Aunque no es el caso en nuestro estudio, otras investigaciones de sensibilidad a la ansiedad y evitación del ejercicio han notado una asociación entre este constructo y un IMC más alto. Dado que nuestra muestra era principalmente adultos jóvenes, sería interesante realizar un estudio longitudinal para determinar si la elevada sensibilidad a la ansiedad en esta etapa predice la disminución del ejercicio y el aumento de peso posterior con el tiempo,» señaló finalmente.

Referencia bibliográfica:

Hearon, B. A., & Harrison, T. J. (2020). Not the exercise type? Personality traits and anxiety sensitivity as predictors of objectively measured physical activity and sedentary time. Journal of Health Psychology, 1359105320906242. https://doi.org/10.1177/1359105320906242

Wilson, K. E., & Dishman, R. K. (2015). Personality and physical activity: A systematic review and meta-analysis. En Personality and Individual Differences (Vol. 72, pp. 230-242). https://doi.org/10.1016/j.paid.2014.08.023

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

12 factores a tener en cuenta para proteger al cerebro del deterioro provocado por el envejecimiento

  • 01/10/2019
  • Maria Fernanda Alonso

A medida que vamos envejeciendo, y de manera gradual, podemos notar que nuestra eficacia y agudeza mental disminuyen. Muchas investigaciones han resaltado que hacer ejercicio físico ayuda a mantener la plasticidad del cerebro (capacidad de adaptación y cambio), lo que contribuye a su mantenimiento funcional en niveles óptimos. El ejercicio aeróbico, en el que el cuerpo alcanza el 80% de la frecuencia cardíaca máxima, muestra el mayor efecto sobre la eficiencia del corazón al bombear sangre a los tejidos del cuerpo. Otras formas de ejercicio también son eficaces para retrasar el proceso de envejecimiento, como el yoga para promover la flexibilidad muscular y proteger contra el daño articular. Sin embargo, el ejercicio aeróbico sigue siendo el estándar de oro para desacelerar los efectos inexorables del envejecimiento sobre la eficacia con la que su cuerpo puede funcionar.

Durante la última década, los investigadores han explorado la idea de que si el ejercicio aeróbico puede beneficiar al resto del cuerpo, también debería promover un envejecimiento cerebral saludable. En parte, este efecto puede atribuirse al impacto de un mayor flujo sanguíneo para nutrir las células básicas del cerebro, las neuronas. Debido a que las neuronas dependen del oxígeno y la glucosa que proporciona la sangre, se mantendrán más saludables cuando obtengan más nutrición de las sustancias vitales que necesitan. El ejercicio también puede estimular el crecimiento de las dendritas, las partes de las neuronas que dan soporte al aprendizaje y la memoria.

Gran parte de la investigación existente sobre los efectos del ejercicio sobre el envejecimiento cerebral y otras formas de promover la salud física se centran en la materia gris (MG), el componente del tejido cerebral que refleja la integridad de las neuronas en todas las áreas responsables del aprendizaje y la memoria. Pero no suele tenerse en cuenta el papel potencial de la materia blanca (MB), que media “la conectividad entre regiones de materia gris, trabajando con áreas de procesamiento de información u organizando y permitiendo el rango extraordinario de todos los posibles comportamientos humanos,” señalan los autores de un nuevo estudio (Clark et al., 2019).

Thomas Wasenaar y sus colegas de la Universidad de Oxford señalaron el compromiso a largo plazo que debemos asumir si queremos cambiar el curso de nuestro envejecimiento cerebral. Contando con la disponibilidad de un gran conjunto de datos, identificaron diferentes factores que contribuyen a la integridad neuronal. Los tamaños de muestra en los estudios que incluyeron oscilaron entre 4700 sujetos, y algunos incluyeron un componente de seguimiento (Wassenaar, Yaffe, van der Werf, & Sexton, 2019).

Al evaluar cada factor en profundidad, identificaron 8 condiciones modificables que debemos evitar para promover la salud de la MB y otras 4 que debemos incorporar con el mismo fin.

La hipertensión (presión arterial alta), la obesidad, la diabetes y el tabaquismo (condiciones que también contribuye a la mala salud cardiovascular) deben ser evitadas para la salud del cerebro. Otros factores que contribuyen a un procesamiento más lento de la MB son síntomas depresivos, trastornos del sueño, depresión y aislamiento social. Los 4 factores protectores para el envejecimiento de la materia blanca son la actividad física, los hábitos alimenticios saludables (preferiblemente la dieta «mediterránea»), el ejercicio mental (mantener cognitivamente activo) y practicar meditación.

Conocer los factores que deben evitarse y aquellos que deben adoptarse es útil para comenzar a realizar intervenciones en el estilo de vida capaces de proteger el funcionamiento de la materia blanca y así contribuir a un envejecimiento lo más saludable posible.

Referencias:

Clark, C. M., Guadagni, V., Mazerolle, E. L., Hill, M., Hogan, D. B., Pike, G. B., & Poulin, M. J. (2019). Effect of aerobic exercise on white matter microstructure in the aging brain. Behavioural Brain Research, 373, 112042. https://doi.org/10.1016/j.bbr.2019.112042

Wassenaar, T. M., Yaffe, K., van der Werf, Y. D., & Sexton, C. E. (2019). Associations between modifiable risk factors and white matter of the aging brain: insights from diffusion tensor imaging studies. Neurobiology of Aging, 80, 56-70. https://doi.org/10.1016/j.neurobiolaging.2019.04.006

Fuente: Psychology Today



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Actividad Física como tratamiento para el deterioro cognitivo

  • 11/09/2019
  • Maria Fernanda Alonso

La actividad física puede ayudar a proteger las regiones del cerebro que son sensibles a la neurodegeneración, según una nueva investigación que examinó el deterioro cognitivo en los ancianos (Haeger, Costa, Schulz, & Reetz, 2019).

De hecho se ha encontrado que a mayor actividad física, el riesgo de deterioro cognitivo disminuye. Pero no es necesario ser un atleta que dedica gran parte de su día al entrenamiento para disfrutar de los beneficios de la actividad física; en palabras del Psicólogo Federico Lande, “hacer algo de actividad física es mejor que no hacer nada.” Entender los orígenes y evolución de la actividad física como recurso de supervivencia humana nos ayuda a comprender también diversas problemáticas que se generan en torno al sedentarismo y las comorbilidades que se asocian a este estilo de vida tan nocivo. Ya Hipócrates había dedicado mucho tiempo al estudio de la actividad física para la salud, y encontró que el eje central es el logro del equilibrio entre los ejercicios físicos, las comidas y las bebidas. Este postulado no resulta novedoso, sin embargo, el hecho de que sea ampliamente conocido no implica que sea más sencillo volverlo un hábito. Pero la motivación y la autodeterminación necesarias para realizarla encuentran un fuerte respaldo en los hallazgos de un nuevo estudio que resalta su potencial como tratamiento no farmacológico para el deterioro cognitivo, como la demencia. A su vez, es fácil de aplicar y tiene bajo riesgo de efectos secundarios señalaron las autoras Kathrin Reetz y Alexa Haeger, que analizaron 23 investigaciones previas de resonancia magnética, que habían examinado cómo se relacionaba la actividad física con el deterioro cognitivo leve, la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Los estudios incluyeron un total de 2268 sujetos.

En orden a encontrar la actividad física que resulte óptima como tratamiento para una persona, es necesario comprender su impacto directo sobre la estructura y la integridad del cerebro. Por esta razón, el objetivo de la revisión fue investigar los cambios cerebrales inducidos por la actividad física y el estado físico durante el deterioro cognitivo, detectados mediante resonancia magnética (IRM). Además, se incluyeron estudios de intervención, así como estudios de observación con evaluación de la condición física y cuestionarios sobre la actividad física de los participantes.

Se descubrió que el ejercicio afecta las regiones cerebrales frontal, temporal y parietal, como la región hipocampal/parahippocampal, precuneus, cingulado anterior y corteza prefrontal.

“La actividad física y el estado físico se reflejan en la estructura del cerebro en el deterioro cognitivo. Especialmente las regiones cerebrales que se ven afectadas por la neurodegeneración parecen responder al ejercicio y la forma física,” dijeron Reetz y Haeger.

“La interpretación de los estudios siempre debe realizarse en el contexto de los tamaños de muestra, la metodología y el posible sesgo de selección.” Además de los cambios estructurales, cambios metabólicos detectados a través de métodos de imagen no invasivos serían de gran interés, señalan las autoras, quienes están interesadas en abordar esta cuestión a través del estudio de imágenes multimodales en la enfermedad de Alzheimer aplicando también imágenes metabólicas durante una intervención con actividad física.

Referencia:

Haeger, A., Costa, A. S., Schulz, J. B., & Reetz, K. (2019). Cerebral changes improved by physical activity during cognitive decline: A systematic review on MRI studies. NeuroImage. Clinical, 23, 101933. https://doi.org/10.1016/j.nicl.2019.101933

Fuente: PsyPost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

No dormir lo suficiente y usar pantallas más de lo recomendado se relaciona con impulsividad en niños y adolescentes

  • 16/08/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Lo que hacemos y lo que no hacemos durante las 24 horas de cada día contribuyen a nuestro rendimiento cognitivo. Las etapas que comprenden la niñez y la adolescencia son períodos de vital importancia en cuanto al desarrollo del cerebro, por ello los comportamientos diarios de las personas en esas edades tendrán un fuerte impacto en su desarrollo y salud general.

Las Pautas Canadienses de Movimiento de 24 horas para niños y jóvenes recomiendan que los niños de entre 5 y 17 años tengan entre 9 y 11 horas de sueño por noche, que acumulen por lo menos 60 minutos de actividad física moderada a vigorosa por día, y no más de 2 horas diarias de uso recreativo de pantallas.

Estas pautas fueron desarrolladas por iniciativa de la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio, que trabajó con la colaboración de organizaciones nacionales, expertos en contenido, metodólogos, partes interesadas y usuarios finales. Ellas comprenden tres aspectos fundamentales: actividad física, comportamiento sedentario y sueño, respetando la integración natural e intuitiva de los comportamientos de movimiento durante todo el día (período de 24 horas) (Tremblay et al., 2016).

Los estudios muestran que los niños que siguen estas recomendaciones tienen mejor función cognitiva, menos probabilidades de obesidad, mejores patrones alimentarios, una mejor calidad de vida y un mejor estado de salud en general que los niños que no siguen las tres recomendaciones (Chaput, Carson, Gray, & Tremblay, 2014), (Roman-Viñas et al., 2016), (Carson, Chaput, Janssen, & Tremblay, 2017), (Roberts et al., 2017), (Santos et al., 2017), (Walsh et al., 2018). Esto resalta la importancia de fomentar dichos hábitos para mejorar la cognición y salud general en niños y adolescentes.

Una nueva investigación sugiere que los niños y jóvenes que no duermen lo suficiente y usan pantallas más de lo recomendado tienen más probabilidades de actuar impulsivamente y toman peores decisiones. Los hallazgos provienen del Grupo de Investigación de Vida Activa y Obesidad Saludable (HALO, por sus siglas en inglés), del Instituto de Investigación CHEO en Ottawa (Guerrero et al., 2019).

«El comportamiento impulsivo está asociado con numerosos problemas de salud mental y adicciones, incluidos los trastornos alimentarios, las adicciones conductuales y el abuso de sustancias», dijo la Dra. Michelle Guerrero, autora principal y becaria postdoctoral en el Instituto de Investigación CHEO y la Universidad de Ottawa.

En esta ocasión, se analizaron datos de 4.524 niños del primer conjunto de datos de un gran estudio de población longitudinal llamado Estudio de Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD, por sus siglas en inglés), que seguirá a los participantes durante 10 años.

Este estudio permitió a Guerrero y su equipo mirar los tres pilares de las pautas de movimiento contra ocho medidas de impulsividad, como la tendencia a buscar experiencias emocionantes, establecer metas deseadas, responder con sensibilidad a estímulos gratificantes o desagradables, (carencia de) perseverancia y actuar precipitadamente en estados de ánimo negativos y positivos. Los resultados sugieren que el cumplimiento de los tres pilares de las Pautas de Movimiento se asoció con resultados más favorables en cinco de las ocho dimensiones.

Guerrero y su equipo destacan la importancia de prestar especial atención al sueño, al tiempo de pantalla recreativo y a la actividad física de los niños y adolescentes. “Cuando los niños siguen estas recomendaciones, tienden a tomar mejores decisiones y actúan de manera menos temeraria que los que no cumplen con las pautas.”

Futuras investigaciones que utilicen dispositivos que dan feedback para medir los comportamientos de movimiento ayudarán a comprender mejor cómo la actividad física, el tiempo frente a la pantalla y el sueño se relacionan con la impulsividad de los niños.

Referencias de los estudios:

Carson, V., Chaput, J.-P., Janssen, I., & Tremblay, M. S. (2017). Health associations with meeting new 24-hour movement guidelines for Canadian children and youth. Preventive Medicine, 95, 7-13. https://doi.org/10.1016/j.ypmed.2016.12.005

Chaput, J.-P., Carson, V., Gray, C. E., & Tremblay, M. S. (2014). Importance of all movement behaviors in a 24 hour period for overall health. International Journal of Environmental Research and Public Health, 11(12), 12575-12581. https://doi.org/10.3390/ijerph111212575

Guerrero, M. D., Barnes, J. D., Walsh, J. J., Chaput, J.-P., Tremblay, M. S., & Goldfield, G. S. (2019). 24-Hour Movement Behaviors and Impulsivity. Pediatrics. https://doi.org/10.1542/peds.2019-0187

Roberts, K. C., Yao, X., Carson, V., Chaput, J.-P., Janssen, I., & Tremblay, M. S. (2017). Meeting the Canadian 24-Hour Movement Guidelines for Children and Youth. Health Reports / Statistics Canada, Canadian Centre for Health Information = Rapports Sur La Sante / Statistique Canada, Centre Canadien D’information Sur La Sante, 28(10), 3-7. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29044440

Roman-Viñas, B., Chaput, J.-P., Katzmarzyk, P. T., Fogelholm, M., Lambert, E. V., Maher, C., … ISCOLE Research Group. (2016). Proportion of children meeting recommendations for 24-hour movement guidelines and associations with adiposity in a 12-country study. The International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 13(1), 123. https://doi.org/10.1186/s12966-016-0449-8

Santos, R., Zhang, Z., Pereira, J. R., Sousa-Sá, E., Cliff, D. P., & Okely, A. D. (2017). Compliance with the Australian 24-hour movement guidelines for the early years: associations with weight status. BMC Public Health, 17(Suppl 5), 867. https://doi.org/10.1186/s12889-017-4857-8

Tremblay, M. S., Carson, V., Chaput, J.-P., Connor Gorber, S., Dinh, T., Duggan, M., … Zehr, L. (2016). Canadian 24-Hour Movement Guidelines for Children and Youth: An Integration of Physical Activity, Sedentary Behaviour, and Sleep. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism = Physiologie Appliquee, Nutrition et Metabolisme, 41(6 Suppl 3), S311-S327. https://doi.org/10.1139/apnm-2016-0151

Walsh, J. J., Barnes, J. D., Cameron, J. D., Goldfield, G. S., Chaput, J.-P., Gunnell, K. E., … Tremblay, M. S. (2018). Associations between 24 hour movement behaviours and global cognition in US children: a cross-sectional observational study. The Lancet. Child & Adolescent Health, 2(11), 783-791. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(18)30278-5

Fuente: Science Daily



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Planteo de metas y objetivos: una estrategia útil para la adherencia a la actividad física

  • 27/06/2019
  • Federico Lande

La meta es el fin último al que se quiere llegar, mientras que los objetivos son los pasos a seguir  para poder alcanzar la meta. Los objetivos suelen ser propósitos más específicos y estructurados que las metas, porque se pueden medir y observar los resultados. 

La meta es un estado deseado que puede ser más amplio y abstracto, y que no implica una sola acción específica para alcanzarlo. Las metas y los objetivos son logros que se quieren completar, aunque el objetivo exige mayor planificación para cumplirlo en un momento específico. Por otra parte, la meta no establece un tiempo determinado para alcanzarla.

MetaObjetivo
DefiniciónAspiración o deseos que se quieren cumplir en el futuro.Propósito concreto que se quiere realizar para alcanzar una meta.
Características
  • Emotiva.
  • Ambiciosa.
  • Abstracta.
  • No establece un tiempo específico para alcanzarla.
  • Realista.
  • Medible.
  • Establece un tiempo determinado para su cumplimiento.

En lo que refiere a la Psicología de la AF, es frecuente que las personas comiencen la práctica sin haber definido y ajustado previamente sus metas y objetivos, lo que hace que la probabilidad de dejar la actividad sea mayor. 

Es conveniente en estos casos que el paciente exponga los objetivos que le gustaría conseguir a corto y largo plazo, cualesquiera que sean y la fecha estimada para alcanzarlos. Casi siempre serán ambiguas o poco específicas y necesitarán una redefinición en términos más operativos, algo que el paciente y el profesional pueden realizar conjuntamente, pero siempre deben quedar establecidas de forma clara. 

Además, convendrá evaluar la viabilidad de los objetivos en la fecha prevista, pudiendo presentarse la necesidad de replantearlas. En general, la cercanía del objetivo debe prevalecer en el inicio de la intervención. Por un lado, se debe reducir el estrés potencial de una situación novedosa, difícil y de resultado incierto y, por otro, se ha de fortalecer la percepción de autoeficacia. 

Dado que conseguir beneficios en la propia salud es una de las principales metas de la mayoría de las personas, tomar conciencia de los cambios fisiológicos asociados a la AF puede ser fácilmente controlable (por ejemplo, controlar el pulso como medida de la forma física, control del peso, aumento de la fuerza, etc.), más no deberían ser los únicos.

Las preferencias del paciente en la elección de la AF a realizar

Una gran estrategia para establecer metas es aquella que es flexible y autoestablecida y no la que prefija un profesional.  La elección de la AF y la manera en que se llevará adelante permite valorar los gustos del paciente en cuanto al grado de conocimiento de la actividad. 

Deben considerarse las posibles dificultades que perjudicarían el curso de la actividad, como las lesiones o los problemas musculares y también los recursos que el paciente posee para ponerla en práctica, por ejemplo, los recursos materiales y sociales (instalaciones, ropa adecuada, apoyo social, profesores, etc.) y los recursos personales (económicos,  habilidades, etc.).  

La elección de la actividad implica elegir aquella que sea muy accesible y lo más reforzante posible, teniendo en cuenta que ambas variables serán la clave para la adherencia a la actividad. 

Si la accesibilidad es razonable, se podrá elegir una actividad previsiblemente muy reforzante, aunque no sea la más accesible. 

En el caso de que se prevean dificultades que puedan perjudicar la adherencia, la accesibilidad deberá primar en un principio sobre el aparente valor reforzante de la actividad.

Cuando realizar ejercicio ya no resulte estresante, y el paciente perciba que es eficiente para afrontar los retos que la práctica le plantea, los objetivos, además de alcanzables, deberán ser más desafiantes.



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