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Publicaciones por mes

noviembre 2015

49 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

Radicalización y terrorismo: ¿una búsqueda del “yo”?

  • Rita Arosemena P.
  • 30/11/2015

“Contrario a la creencia popular, la radicalización dirigida al terrorismo no es producto de la pobreza, de lavados de cerebro, de inmadurez juvenil, ignorancia o falta de educación, desempleo, falta de responsabilidad social, criminalidad o inestabilidad mental. La movilización de los jóvenes hacia este fenómeno social se basa en la amistad y el parentesco.”

Sageman, M. The Next Generation of Terror (2008) 

Una escena memorable en la película “Los Juicios de Nuremberg” (1961), de Stanley Kramer, muestra el momento en que un juez nazi a la espera del juicio, negado a creer que, efectivamente, el régimen de Hitler ha matado a millones de personas, se dirige a uno de los oficiales que había estado encargado de los campos de concentración. “Paul —le dice— ¿Cómo es posible que hayamos matado millones de personas? ¡Millones de personas! Anda, explícales ¿Cómo puede ser eso posible?” A lo cual su interlocutor responde:

“Es posible. La técnica es sencilla, depende de los medios de que se dispone. Digamos que dispones de dos cámaras capaces para 2 mil personas. Calcula: se pueden ejecutar 10 mil personas en media hora, y lo puedes hacer con pocos guardianes, les dices que van a tomar una ducha y, en vez del agua, les das el gas. Lo difícil no es matarlos, deshacerse de los cadáveres es el problema”.      

Una revisión biográfica de algunos de los personajes más crueles y a la vez trascendentales de la historia, nos llevaría en poco tiempo a notar que, más que poder referirnos asertivamente a un déficit de raciocinio, era destacable en ellos una capacidad excepcional de abstracción, análisis y razonamiento que, sumada a otras facultades altamente desarrolladas, dotaba a tales figuras de un gran poder de influencia y eficacia en su accionar. Los actos más atroces de la historia han nacido de la afinidad colectiva, la racionalidad y la eficiencia de mentes funcionales más que de la discapacidad intelectual y lo psicopatológico.

LOS ACTOS MÁS ATROCES DE LA HISTORIA HAN NACIDO DE LA AFINIDAD COLECTIVA, LA RACIONALIDAD Y LA EFICIENCIA DE MENTES FUNCIONALES

Comúnmente, los factores que se vinculan con el emerger de un grupo terrorista son la pobreza, la falta de educación u oportunidades, la desigualdad social, el fanatismo religioso y la existencia de alguna psicopatología; no obstante, estos supuestos que en el pasado se consideraban indicadores infalibles de predicción o predisposición, han pasado a ser vistos como señales engañosas luego de numerosas investigaciones realizadas tanto en el campo de la psicología como de la psiquiatría y la antropología; insistir en que son estos elementos la causa de la conducta terrorista es insistir en un razonamiento simplista que dificulta alcanzar un grado de comprensión más profundo del fenómeno.

«Muy pocos individuos directamente vinculados con el terrorismo resultan ser de tratamiento psicológico; aquellos que lo son, tienden a serlo cuando ya no están activamente involucrados. Algunos sufren de trastorno de estrés post-traumático, que es por definición una serie de síntomas que se desarrollan como resultado de experiencias violentas, y no un factor de predisposición.»  

  Lord Alderdice. The Individual, the group and the psychology of terrorism (2007)

¿Yo soy yo y mis circunstancias?

En Psychology of Terrorism and Radicalization (2015), Gina DeJacimo, de la unidad de Ciencias Políticas de la Universidad de Akron, escribe: “Es importante notar que los perfiles económicos no son buenos indicadores respecto a si alguien va o no a unirse a una célula terrorista. Las condiciones económicas desfavorables pueden exacerbar sentimientos de injusticia y desconfianza en el gobierno, pero no motivan necesariamente a cometer actos violentos de terrorismo”. DeJacimo se apoya en la mención de estudios realizados por Krueger y Maleckova (2002), según los cuales la ocurrencia de crímenes violentos —incluyendo homicidios— no guarda relación con las oportunidades económicas, vínculo que sí se reconoce en los crímenes contra la propiedad, donde influyen los bajos niveles de ingresos y de escolaridad.

Esta postura es respaldada por de Marc Sageman, psiquiatra de la Universidad de Pensilvania, en su informe: Understanding Terror Networks (2004). Luego de examinar una muestra de 400 terroristas extremistas, Sageman halló que el 90% provenía de familias “intactas” y el 63% había ido a la universidad, resultados que coincidían con el perfil de los implicados en el 11-S, quienes contaban con estudios superiores (algunos a nivel de posgrado) y provenían de familias acomodadas de Arabia Saudí y Egipto.

LOS PERFILES ECONÓMICOS NO SON BUENOS INDICADORES RESPECTO A SI ALGUIEN VA O NO A UNIRSE A UNA CÉLULA TERRORISTA

No se sugiere que la pobreza y la desigualdad social deban ser excluidas de la lista de factores influyentes (desde luego, no todos los terroristas provienen de contextos socioeconómicos favorables); se plantea que no constituyen factores causales. En palabras de Scott Atran, antropólogo especialista en terrorismo y director del Centre National de la Recherche Scientifique de París: “Las personas marginadas son especialmente susceptibles a los cantos de sirena de la yihad, pero también lo son los jóvenes de clase media que quieren dejar su huella en el mundo (…) La yihad está ofreciendo a estos jóvenes gloria, aventura e importancia, y son precisamente ellos quienes menos tienen que perder, y quienes son más propensos a arriesgar su vida” (Marín, 2015).

¿Un fenómeno de carácter religioso?

Investigaciones realizadas por Scott Atran concluyen que la mayoría de los integrantes del grupo terrorista ISIS no cuentan con ningún tipo de educación religiosa tradicional: “Les preguntamos: < ¿Qué es el Islam? >, y respondieron: < Mi vida >. No sabían nada acerca del Corán o el Hadiz, o de los primeros califas, Omar y Othman, pero habían aprendido el Islam de la propaganda de Al Qaeda e Isis, donde les habían enseñado que los musulmanes como ellos estaban condenados a la eliminación al menos que eliminaran primero a los impuros” (Atran, 2015).

La religión constituye, dentro de la organización terrorista, una herramienta para reclutar, solidificar vínculos y reafirmar el sentido de pertenencia, no obstante, y citando a Max Abrahms, experto en terrorismo de la Universidad de Northeastern, quienes se unen a grupos terroristas suelen ser “las personas más ignorantes en materia religiosa, y son por lo general los miembros más nuevos del culto. Probablemente reprobarían el examen más básico en Islam” (Banco, 2014).


Scott Atran (2015). On Youth, Violent Extremism and Promoting Peace: 

«La noción popular de un «choque de civilizaciones» entre Islam y Occidente es lamentablemente engañosa. El extremismo violento no representa el resurgimiento de las culturas tradicionales sino su colapso, en tanto los jóvenes sin raíces en las tradiciones milenarias se encaminan en busca de una identidad social que les dé significado personal y gloria (…) Se radicalizan para encontrar una identidad firme en un mundo aplastado (…) Los jóvenes cuyos abuelos eran animistas Sulawesi de la Edad de Piedra, muy alejados del mundo árabe, me han dicho que sueñan con combatir en Irak o Palestina en defensa del Islam.»

Radicalización y terrorismo: ¿psicopatología o búsqueda del “yo”?

El psiquiatra y psicoterapeuta John Lord Alderdice del Harris Manchester College (Universidad de Oxford), con experiencia en conflictos políticos y terrorismo internacional, sostiene que muy pocos miembros de los grupos radicales terroristas son “mentalmente inestables” por el simple hecho de que individuos con un grado severo de psicosis representarían un alto riesgo para la organización, argumento con el que coincide Clark McCauley, psicólogo social e investigador del National Consortium for Study of Terrorism and Responses to Terrorism (NC-START):

«Imagine que es usted un terrorista viviendo una existencia subterránea, aislado de todos pero con muy pocos que comparten sus objetivos. Su vida depende de los otros miembros de su grupo. ¿Le gustaría que alguien en su grupo sufriera de algún tipo de psicopatología? ¿Alguien de quien no se pueda depender, alguien fuera de contacto con la realidad? Por supuesto que hay pistoleros solitarios que matan por causas políticas, y esas personas pueden, de hecho, sufrir algún tipo de psicopatología, pero los terroristas en grupos, especialmente los grupos que pueden organizar ataques que tienen éxito, suelen hallarse dentro del rango de la normalidad.»

Buscar las raíces del terrorismo en el individuo, planteando una hipótesis de determinismo social o inestabilidad mental, es formular una ecuación imprecisa. Los resultados de las investigaciones plantean que el terrorismo es, en cambio, un movimiento impulsado por un intenso proceso de dinámica de grupos en el que influyen estructuras históricas, económicas, políticas y culturales a nivel colectivo, así como una psicología dentro del rango de la normalidad. Estudios han identificado, además, “un principio psicológico universal de miedo inconsciente a la muerte y un deseo de sentido y significancia personal” (Williams, 2015); detrás del terrorismo se esconde, en otras palabras, una profunda necesidad de pertenencia, de identidad.  

“LAS PERSONAS MÁS IGNORANTES EN MATERIA RELIGIOSA, Y SON POR LO GENERAL LOS MIEMBROS MÁS NUEVOS DEL CULTO. PROBABLEMENTE REPROBARÍAN EL EXAMEN MÁS BÁSICO EN ISLAM”

Yo era el típico canadiense de todos los días antes del Islam. Tenía dinero, tenía una familia y buenos amigos. No es que yo fuera un inadaptado social, o un anarquista, o alguien que solo quiere destruir el mundo y matar a todos. No, yo era una buena persona y los muyahidines* son personas normales también… que tienen vidas, como cualquier otro soldado de cualquier otro ejército (…) Nosotros necesitamos ingenieros, doctores, profesionales, voluntarios… Todos pueden contribuir al Estado Islámico. Hay un sitio para todos.

En julio de 2014, ISIS publicó un vídeo de 11 minutos en el que un joven canadiense, André Poulin, daba su testimonio como miembro de las filas del Estado Islámico. El término muyahidín hace referencia a quienes siguen la yihad (esfuerzo espiritual/militar, “dar la vida por causa de Alá”).  

En Psychology of Terrorism and Radicalization, DeJacimo (2015) se refiere a los fines del terrorismo como parte de una serie de necesidades humanas generales (estima, logro, significado, competencia, control y demás). “Cuando uno no tiene un propósito de vida claramente definido o una identidad personal sólida, a menudo se vuelca en una identidad colectiva que le provea esa especie de garantía de autoestima”, describe DeJacimo, mientras que Scott Atran insiste en la búsqueda de un destino especial por el cual luchar, y que deriva en el establecimiento de un fuerte vínculo basado en el compañerismo y la lealtad; un amor por el grupo. No son personas que carezcan de habilidades empáticas, sino que se comprometen empáticamente con una red con la cual se identifican.

La creencia en que tomar parte del movimiento ofrecerá recompensas sociales y psicológicas, tales como aventura, camaradería y un profundo sentido de identidad, se halla entre los factores que John Horgan, psicólogo e investigador especialista en terrorismo, asocia con una mayor apertura al reclutamiento y la radicalización (Apa.org., 2009). Influyen, además, atributos como:  

  • Una sensación de enojo, alienación o desencanto.
  • La convicción de que su realidad política no les brinda la oportunidad de ejercer poder para efectuar un cambio real.
  • Identificarse con quienes perciben como víctimas de la injusticia social contra la cual se comprometen a luchar.
  • Una necesidad de tomar acción en lugar de solo discutir sobre el asunto.
  • La certeza de que comprometerse violentamente en contra del Estado no es inmoral.
  • La tenencia de amigos o familia que simpaticen con la causa.

Para Max Taylor, psicólogo especialista en el tema: “El gran problema con el terrorismo es que tendemos a interpretarlo desde nuestra perspectiva, basándonos en lo que tiene sentido para nosotros. Esa no es la manera: la manera es hacerlo desde lo que tiene sentido para ellos” (Apa.org., 2009).

Las raíces del terrorismo se ubican más allá de los elementos meramente sociopolíticos o culturales a los que comúnmente se hace referencia; tampoco puede explicarse el movimiento desde el terreno de la conducta anormal. De la divulgación científica y el abandono colectivo de la estigmatización depende no solo el desarrollo de estrategias de contraterrorismo y desradicalización no-violentas, sino también la puesta en marcha de medidas preventivas a nivel social para un fenómeno cuyo alcance global es incuestionable.   

Artículos que te pueden interesar:

  • ¿Terrorismo = Psicopatología? 

  • ¿Qué nos importa más los ataques terroristas en París o los bombardeos en Siria?

Bibliográfia

Apa.org. (2009). Understanding Terrorism.

Banco, E. (2014). Why Do People Join ISIS? The Psychology Of A Terrorist. International Business Times.

BLOGS.PLOS.ORG. (2015). Scott Atran on Youth, Violent Extremism and Promoting Peace

DeJacimo, Gina. (2015) The Psychology of Terrorism and Radicalization. Honors Research Projects. University of Akron: Ohio’s Polytechnic University. Paper 62.

Marín, C. (2015). Radiografía del cerebro terrorista.

McCauley, C. (2015) The Psychology of Terrorism.

Lord Alderdice, J. (2007) The Individual, the group and the psychology of terrorism. International Review of Psychiatry, 19(3), 201-209

Psychology Today. (2015). The Psychology of Terrorism.

Sageman, M. (2008) The Next Generation of Terror. Foreign Policy, 165(1), 36-42

Sageman, M. (2004). Understanding Terror Networks.  Philadelphia: University of Pennsylvania Press. 184 pp. 

Williams, Ray (2015). The Psychology of Terrorism.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Definición de la semana: Efecto del siguiente en la fila

  • Alejandra Alonso
  • 30/11/2015

El efecto del siguiente en la fila se refiere al fenómeno que se da cuando un grupo de personas forma un círculo diciendo nombres o leyendo palabras, por ejemplo, y lo que menos recuerda es lo que dijo la persona que estaba antes que ella/el. En otras palabras, cuando sos el siguiente en la fila puede que ignores señales que no se relacionen con tu participación (Bond y cols. 1991; Brenner, 1973, citados en Myers, 2006).

Algunos investigadores sugieren que es la ansiedad pre-participación la que interrumpe la codificación de los acontecimientos en curso (Bond Jr., Omar, 1990). Aunque otras investigaciones sugieren que la ansiedad no juega un rol importante aquí (Walker, Orr, 1976).

Un estudio quiso saber si esta falla en la memoria se debía a una falla al codificar los eventos en curso o si se debe a problemas para recuperar el recuerdo. La investigación contó con 144 estudiantes que participaron de 2 experimentos.

En el primer experimento, los individuos participaron de 4 pruebas de memoria; en cada una se le pedía a la mitad que leyeran palabras, mientras la otra mitad solo escuchaba. Antes de cada prueba, se les decía a los sujetos si leerían o escucharían y el orden en que se llamaría, es decir que los participantes podían anticipar con exactitud cuándo se los llamaría. Luego de escuchar las 28 palabras en orden azaroso se les pidió a todos los sujetos que escribieran las palabras que recordaban en papeles con o sin pistas. Aunque las pistas facilitaban mucho el acceso a los recuerdos, no moderaron el efecto del siguiente en la fila.

En el segundo experimento, se les dijo a los sujetos (antes o después de participar) que hicieran un esfuerzo por recordar los eventos que ocurrieron antes de que participaran. Si se les decía después, el efecto del siguiente en la fila se veía claramente. Por otro lado, si se les avisaba antes de su participación, el efecto se revertía y ellos recordaban más.

Respecto a esto, los autores escriben: “Se concluye que el efecto del siguiente en la fila es una falla en la codificación, no en la recuperación“ (Bond, 1985).

Otros datos interesantes sobre este efecto son: 1. Si no anticipas que vas a participar, el fenómeno no se da; 2. y recordarás pobremente si sabés que tenés que participar pero no sabés cuándo (Bond Jr & Kirkpatrick, 1982).

Fuentes: 

Bond, C. (1985), The next-in-line effect: Encoding or retrieval deficit?

Bond Jr., Kirkpatrick, K. (1982), Distraction, amnesia, and the next-in-line effect

Bond Jr., Omar, A. (1990), Social anxiety, state dependence, and the next-in-line effect

Bond Jr., Pitre, U., Leeuwen, M. (1991), Encoding Operations and the Next-in-Line Effect

Brenner, M. (1973), The next-in-line effect

Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana: Madrid

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Black Friday para psicólogos: Kindle Paperwhite con 20 dólares de descuento

  • David Aparicio
  • 27/11/2015

Aprovecha los descuentos del Black Friday para leer y aprender más. Amazon rebajó 20 dólares a su famoso Kindle Paperwhite y por este fin de semana costará sólo 99.99 dólares (precio original 119.99).

Desde hace un año mi esposa y yo decidimos comprar un Kindle y es una de las mejores compras que hemos hecho. Lo usamos a diario y lo llevamos en el bolso a todos nuestros viajes.

A diferencia de las tablets o iPad, el Kindle Paperwhite no tiene apps, juegos, Facebook, Twitter, ni molestas notificaciones y eso me ofrece horas de lectura sin distracciones.

Con su pantalla de alta calidad y de tinta electrónica, puedo leer en un día soleado de playa sin los molestos reflejos que se encuentran en el iPad, y gracias a la luz blanca que tiene integrada en su pantalla puedo leer durante la noche sin que me duelan los ojos y sin molestar a mi esposa. 

Su batería dura semanas y me da la libertad de irme de viaje por semanas y leer todo lo que quiera sin preocuparme de encontrar un enchufe de energía.

Otra de las cosas que más me gusta del Kindle, es el diccionario integrado que trae y que ofrece información de una palabra que no entiendes con un simple toque. También puedes resaltar frases, guardar notas y compartirlas en las redes sociales.

El Kindle Paperwhite es la puerta a la gigantesca librería de Amazon y a precios muy accesibles. Ahí podrás comprar novelas, libros académicos, de investigación y de psicoterapia a precios muy accesibles. Y puede ser una excelente opción para aquellos que viven en países donde la burocracia y los impuestos aduaneros hacen lo que sea por impedir que compres un libro impreso en el extranjero.

Puedes comprar el Kindle Paperwhite aquí.

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Una psicología más honesta

  • Camilo Javier Velandia Arias
  • 27/11/2015

“La prueba de aprender psicología es si tu entendimiento de las situaciones que encuentras ha cambiado, no si has aprendido un dato nuevo”

– Daniel Kahneman, psicólogo, Premio Nobel en Economía 2002

Las ilusiones ópticas nos enseñan que (tal vez) las cosas no son como aparentan ser para nosotros; sin importar cuánto abramos los ojos, es cuestión de técnica descubrir el “engaño”.

Es cierto que muchas personas deciden estudiar Psicología motivadas por un deseo particular, y en ocasiones vago, de ayudar a la gente a trabajar en áreas que involucran un amplio espectro de asuntos (por ejemplo, las emociones, la familia, las relaciones interpersonales, el desarrollo cognitivo y muchos asuntos más). Sin desacreditar estas buenas intenciones, percibo que no provoca tanto entusiasmo en estudiantes y profesionales el rostro más intelectual e introspectivo de nuestra formación. Por eso me pregunto: ¿qué hacemos con toda la información que recibimos en nuestros estudios? Todos esos conceptos, teorías, modelos, investigaciones, nombres, autores, métodos y problemas del conocimiento.

Sería poco entusiasmante, por ejemplo, descubrir que hemos memorizado las ideas de Pavlov o de Vygotski sólo para un examen importante en la universidad, que no hemos investigado sobre William James más de lo que alguna vez fue necesario, que no sabemos por qué Freud habló del inconsciente; o bien, que ignoramos las evidencias a favor del evolucionismo en Psicología o la importancia de sostener tal o cual concepto de inteligencia.

¿qué hacemos con toda la información que recibimos en nuestros estudios?

Pero más infortunado que esto sería encontrar que en nuestra experiencia con la Psicología aún no hemos asumido la difícil tarea de comprender mejor nuestra persona y nuestras circunstancias, que no hemos apuntado el conocimiento psicológico en la dirección de la antigua exhortación “Conócete a ti mismo”; de ser así, el aprendizaje social de Bandura y la teoría cognitiva de Aaron Beck, por ejemplo, nunca habrán sido lentes para observarnos y procurar entendernos a fondo. Quizá nos hemos dado por sentados a nosotros mismos y a todo lo nuestro, obviando que también somos objeto de estudio.

Parte importante de la experiencia de ser psicólogo y/o estudiante de Psicología debería involucrar una serie de transformaciones en nuestra perspectiva de nosotros mismos, de los demás, de la condición humana. No se trata de cambios arbitrarios en las premisas que nos guían sino de ajustes constantes derivados del análisis y la reflexión continua sobre el conocimiento que la Psicología pone a nuestro alcance y del cual hemos de servirnos para cumplir la función social que se nos asigna. No debe tratarse de una imposición despótica sino de una consigna cuestionable que ante todo esté argumentada y justificada por la actitud reflexiva a la que me he referido.

Ahora bien, esta actitud requiere varias cualidades y acarrea riesgos importantes. En primer lugar, mente abierta, no en el sentido acomodado que algunos utilizan, sino en cuanto a la disposición para conocer más y mejor. El conocimiento que la Psicología ofrece puede resultar peligroso según los tiempos, los lugares y las personas. A lo largo de la historia ha sido revolucionario sostener algunas posturas, como, por ejemplo, que una característica psicológica es innata o aprendida, y que ciertas pasiones agresivas hacen parte de nuestro repertorio evolutivo aunque la cultura haya querido sofocarlas. El saber psicológico ha sido y aún puede ser indeseado, temido o despreciado, pese a la evidencias a su favor.En este sentido, es casi una cuestión de ética para el psicólogo examinar, evaluar y ajustar continuamente las propias ideas, actitudes, opiniones, creencias, conductas y praxis profesional. Podemos incluso expresar, como diría Malcolm Gladwell, que es un deber intelectual inherente a toda persona actualizar constantemente sus posturas frente a tantas cosas como sea posible, empezando por ponerse a sí misma en tela de juicio, más todavía si, como el psicólogo, su quehacer compromete la integridad de otras personas.

¿Será posible que nosotros tampoco aceptemos o no deseemos conocer algo que la Psicología haya sugerido con suficiente validez? Sin duda. Puede que seamos los primeros enemigos de conocernos a nosotros mismos porque las consecuencias inmediatas no son siempre las que quisiéramos. No obstante, ¡cómo podemos aspirar a comprender a las personas ignorando sistemáticamente las variables que nos condicionan! El psicólogo Barry Schwartz dijo a este respecto:

“La sabiduría práctica demanda más que la habilidad de ser perceptivo sobre los demás. También demanda la capacidad de percibirnos a nosotros mismos –de evaluar cuáles son nuestros motivos, de admitir nuestras fallas, de descubrir qué ha funcionado o no y por qué. Tal auto-reflexión no siempre es fácil cuando sentimos que hemos estado equivocados. Y es difícil también cuando hemos estado equivocados –cuando hemos sido irreflexivos, descuidados, muy egoístas. Ser capaces de criticar nuestras propias certezas es a menudo una lucha dolorosa que requiere algo de coraje para tratar de retroceder y juzgarnos imparcialmente a nosotros mismos y a nuestra propia responsabilidad.” 

El saber psicológico ha sido y aún puede ser indeseado, temido o despreciado, pese a la evidencias a su favor

Pienso que es el psicólogo el primero que debe (intentar) conocerse a sí mismo y que es la Psicología misma la primera en plantearle la falibilidad esencial de su principal instrumento: su propia mente. El más ciego entre los ciegos es el que aún confía en sus ojos. Consciente de esto, el psicólogo (una mezcla de científico, filósofo y artista) debiera ser un pensador crítico, escéptico y cuidadoso que encuentra en la contradicción, en los dilemas y en las dudas una oportunidad y no una amenaza, procurando estar equilibrado –si se me permite la referencia– en los procesos piagetianos de asimilación y acomodación.

El mito, como alguna vez proclamó John F. Kennedy, es el principal enemigo del conocimiento. “El problema no es la ignorancia sino las ideas preconcebidas”, dijo alguna vez Hans Rosling. Nunca dejar de examinar nuestros presupuestos, desafiar el sentido común y poner a prueba nuestras ideas de mayor devoción serviría para mucho bien de quienes procuramos una Psicología falible en tanto humana pero honesta por la misma razón.

No debemos ignorar, pues, las ocasiones en que la Psicología y otras áreas afines han sido campo e instrumento de poderes tradicionales, opresores, alienantes, explotadores o excluyentes: la praxis ideologizada, la experimentación cruel con humanos, la mercantilización de la salud mental, la guerra, la discriminación de minorías y otros fenómenos más. Estamos expuestos a ello y debemos tener cuidado de cegarnos por el anquilosamiento de nuestras mentes; hasta debemos evaluar sin reservas el concepto y la razón de ser de la Psicología misma. El absolutismo ideológico (perjudicial, si opinan como yo) se combate con el autoexamen, la mente abierta, el pensamiento crítico, el escepticismo y la construcción colectiva de conocimiento.

En este punto he de aclarar que no se trata de anular la subjetividad ni aquello que nos hace particulares; antes bien, invito a reconocer, a resignificar esta subjetividad para evitar el compromiso perjudicial de nuestra labor y de los afectados por ella. Y, si se me permite también, ésta es una invitación a no cerrarle puertas al conocimiento que desafía nuestros esquemas o creencias, sino a mirarlo de frente aplaudiendo todas las posibilidades con las que el saber empodera al individuo y a los grupos. Específicamente, tendríamos que desafiar tabúes y temas conflictivos dentro y fuera de la disciplina (contando también con el apoyo de la interdisciplinariedad). No deberíamos ahorrar cuestionamientos y provocaciones en “asuntos sensibles” como la religión, la familia, la política, la sociedad, la cultura, las costumbres, la ciencia, los sentimientos, las relaciones, los gustos, la (a)normalidad y demás.

el psicólogo debiera ser un pensador crítico, escéptico y cuidadoso que encuentra en la contradicción, en los dilemas y en las dudas una oportunidad y no una amenaza

A menudo, la Psicología pone en entredicho las ideas populares sobre muchas cuestiones. Puede usted investigar numerosos aportes con los que esta profesión, pero ante todo este conocimiento, revoluciona el pensamiento cuando nos cuestionamos sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre las cosas en general; por mencionar algunos: el cerebro, la disonancia cognitiva, la influencia social, los sentimientos, la persuasión, la conducta sexual, la (in)fidelidad, la felicidad, el prejuicio, el conformismo, las alucinaciones, la conciencia, las emociones y la razón, la moralidad, la política, las creencias de todo tipo, la violencia, el trabajo, lo real y lo que no lo es; prácticamente, si es asunto de humanos, algo tiene para decir la Psicología.

Y agregaré que no deberíamos callar; deberíamos sacar este saber del claustro de la academia y ofrecerlo a todo público. Seguramente seremos revolucionarios al hacerlo, pero, cuando el conocimiento conduce a la acción, empodera.

Finalizo, entonces, invitando a no descuidar la dimensión intelectual de ser psicólogo o estudiar para serlo, reconociendo que, como seres humanos, aún podemos interponer a menudo el pensamiento y la reflexión entre el estímulo y la respuesta. Para ello, no olvidemos ser coherentes entre lo que percibimos, sentimos, queremos y hacemos. Los estudiantes y profesionales de la Psicología, y de otras áreas afines (Sociología, Antropología, Filosofía, Medicina, etc.), ostentamos la gran responsabilidad de matizar lo humano y de ayudar a construirlo y conservarlo abocando una actitud crítico-analítica, reflexiva, creativa, laboriosa, solidaria, hacia el autoconocimiento y el bienestar integral de las personas.

Somos diversos y quizá algunos no compartan esta posición, pero aquello que más he deseado comunicar es una invitación a que nuestro intelecto no permanezca impávido ante una Psicología que tiene tantas cosas que ofrecer. No olviden la frase que encabeza el texto.

Imagen: Gratisography

  • Salud Mental y Tratamientos

Recomendado: La salud mental es un problema de gran impacto y con una insignificante inversión económica

  • David Aparicio
  • 26/11/2015

The Economist es una de las revistas más influyentes sobre políticas y economía a nivel mundial. Hace unas semanas publicó un impactante artículo sobre la disparidad de los fondos destinados para la investigación de la salud mental en comparación con la investigación del cáncer o las enfermedades cardiovasculares, aún cuando se sabe que los trastornos mentales representan gastos altísimos del presupuesto.

Por ejemplo, el Foro Económico Mundial estimó que para el año 2030, el gasto acumulativo de los trastornos mentales será de 6 trillones de dólares y, según la OECD, los trastornos mentales representan pérdidas del 4% del PIB a causa de los efectos que tiene en la productividad de las personas.

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El artículo está en inglés pero los colegas de Infocop publicaron una revisión bastante completa:

El autor del artículo denuncia la gravedad, extensión y coste que está suponiendo esta manera de proceder que deja de lado la salud mental. Tomando como ejemplo el Reino Unido, los problemas derivados de la mala salud mental de la población suponen una pérdida equivalente al 4% del PIB, en términos de productividad, gastos asociados a discapacidad y atención sanitaria. Se da la circunstancia, además, de que los trastornos mentales están afectando mayoritariamente a la población joven, en edad de producir, de tal manera que se está socavando el soporte de la productividad de los países. El texto refleja la situación que se está produciendo en países como Suecia, donde las tres quintas partes de las nuevas reclamaciones de incapacidad laboral están asociadas a problemas de salud mental, y añade otros datos de importante consideración, como el hecho de que las personas con trastornos mentales tienen un mayor riesgo de muerte prematura, con una esperanza de vida entre 15 y 20 años por debajo de la población general.

El autor califica de “insignificante” el respaldo económico que reciben los trastornos de salud mental, sobre todo, en el ámbito de la investigación, a pesar de la gran demanda e impacto económico que suponen. Ni siquiera en países como Reino Unido, probablemente uno de los países que más se está preocupando en impulsar el avance en salud mental, se están destinando los recursos económicos adecuados. Así, en este país, sólo el 5,5% de la financiación destinada a salud se dedica a la investigación en salud mental, lo que supone que mientras la inversión en investigación en cáncer por paciente asciende a las 1.500 libras al año, en salud mental no llega a las 10 libras.

Pero esto es lo más sorprendente:

(…) un informe reciente del Grupo de Investigación Económica en Salud del Reino Unido ha determinado que por cada libra que el gobierno británico invierte en la investigación en salud mental, la economía obtiene una ganancia de 37 libras al año, en beneficios derivados de una mayor productividad y de una reducción en costes sanitarios. De esta manera, la inversión que se ha realizado en impulsar la intervención temprana en psicosis en este país, actualmente“se ha recuperado con creces.

Si la disparidad de fondos para la salud mental es tan grande en los países líderes en investigación, entonces no me quiero imaginar cómo será la brecha de investigación en nuestros países latinoamericanos.

Lee el artículo completo en Infocop

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Gana una beca completa en los cursos online de Diagnóstico e Integración del Autismo

  • David Aparicio
  • 26/11/2015

Gánate una beca completa en los cursos online especializados sobre el diagnóstico e inclusión de los niños con autismo, desarrollados por el reconocido centro argentino R.Ed.Es.

Es muy fácil participar de este sorteo y tendrás la oportunidad de ganar una beca completa para uno (1) de los cursos que ofrece el centro de Integración para niños con Autismo R.Ed.Es. Los mismos  se realizarán a partir del mes de enero de 2016 y tienen un costo original de 1800 pesos argentinos (180 dólares), pero para el ganador será ¡completamente gratis!

Los cursos que ofrece R.Ed.Es son:

  1. La inclusión del niño con autismo a la escuela común. Un enfoque interdisciplinario
  2. Educación inclusiva en niños con autismo. Nuevas perspectivas y estrategias
  3. El tratamiento del niño con autismo y sus padres. Un enfoque intersubjetivo
  4. Autismos. Evaluación del tratamiento clínico en niños pequeños
  5. Autismo temprano, integración sensorial y desarrollo psíquico. Estrategias de intervención

No importa el país donde te encuentres. Para participar sólo tienes que seguir estos sencillos pasos:

  1. Hazte fan  de R.Ed.Es en Facebook.
  2. Hazte fan a Psyciencia en Facebook.
  3. Comparte en TU MURO de Facebook la imagen promocional de los cursos de R.Ed.Es que está publicada en la página de Facebook de Psyciencia y en el la parte superior de este post. Añade un comentario con el #BecaAutismo (es importante que lo hagas porque así sabremos quienes son los participantes del concurso). Recuerda hacerlo en TU MURO.

Con los pasos anteriores ya estás participando en el sorteo para la beca completa. Pero si quieres aumentar tus posibilidades haz esto:

  1. Sigue a Psyciencia en Twitter.
  2. Envía un tweet con la imágen promocional del concurso y usa el #BecaAutismo.

Date prisa, tienes hasta el 2 de Diciembre a las 20:00 Hs (UTC-03:00) Buenos Aires.

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Terapia Gestalt: Las fases del proceso de contacto. Perls y Goodman

  • Clotilde Sarrió
  • 26/11/2015

La escuela de Nueva York considera el Proceso de Contacto como un proceso único con varias secuencias, un baile de figuras y fondos en el que se suceden las siguientes cuatro fases:

  1. Pre-contacto
  2. Toma de contacto
  3. Contacto final
  4. Post-contacto

El Proceso de Contacto

Fritz Perls y Paul Goodman creadores de “Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana”, proponen cuatro fases –que más adelante pasaré a describir–, para designar la secuencia de figuras y fondos que se suceden en el proceso de contacto. Este proceso nace de una excitación fisiológica y va a producir la activación del proceso figura-fondo.

El concepto de ‘contacto’ en Terapia Gestalt, no hace referencia única y exclusivamente a la relación, sino a la formación de una figura de interés que destaca en el fondo del campo organismo/entorno. Esto implica como indica Jean-Marie Robine, “la formación de formas en el campo organismo/entorno” .

El Proceso de Contacto representa, el paso de un sistema de ajustes conservadores (la fisiología) a un sistema de ajustes creadores (lo psicológico).

Describiré a continuación las cuatro fases cuatro con sus respectivas interrupciones del contacto en cada una de ellas. Previamente, se hace necesario resaltar que las interrupciones del contacto no siempre son patológicas, pues también pueden ser sanas.

Termina de leer el artículo completo y las cuatro fases del proceso de contacto en el Gestalt Terapia, el blog especializado de Clotilde Sarrió. 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Por qué las emociones son más persuasivas que la lógica?

  • David Aparicio
  • 25/11/2015
Persuasión, Decisiones

Los argumentos, la evidencia y la lógica no son las mejores herramientas a la hora de intentar cambiar la opinión de las personas. Pareciera que entre más evidencia se demuestra, más nos aferramos a nuestras creencias.

Por ejemplo, hoy en día todo el mundo sabe que el cigarrillo es malo para la salud, pero ofrecer una lista de sus terribles efectos no hará que la gente deje de fumar. Lo mismo pasa con el consumo de comida chatarra, el movimiento antivacunas o cuando debates sobre la eficacia de los tratamientos.

¿Cómo logramos motivar el cambio o persuadir?

Este es un tema bastante complicado que ha interesado a psicólogos y neurocientíficos y, según sus hallazgos, el elemento más importante es la emoción.

Seguramente estás pensando: “Ajá. Esto ya lo sabía”. Pero permíteme presentarte algunos datos bastante curiosos sobre el efecto de las emociones en la toma de decisiones.

El miedo tiene que ser usado apropiadamente para que funcione

En el año 2004, Antoine Bechara publicó una investigación neurológica en Brain and Cognition, que encontró que los pacientes con lesiones en el área ventromedial de la corteza prefrontal del cerebro tenían problemas para procesar sus emociones y tomar decisiones. Esto sugiere que las emociones juegan un rol importante en la toma de decisiones.

Rob Yeung, es un doctor en psicología que ha dedicado su vida a la investigación de la persuasión y la toma de decisiones. Según él las emociones son poderosas, pero dependen del contexto en donde las uses y añade que el miedo es una de las emociones más potentes a la hora de persuadir — por algo es el favorito de los políticos y medios de comunicación. Pero debe ser usada apropiadamente para que funciones, ofreciendo una solución simple. Si la solución es muy compleja y ateradora entonces no motivará la acción o el cambio que se busca.

El orgullo y la vergüenza son emociones también muy persuasivas. Un estudio realizado en el 2007,evaluó si estas dos emociones persuadirían a las personas a ir a votar. A un grupo se le dijo que todos los votantes verificados serían publicados en un periódico local (orgullo por ir a votar), y al otro grupo se le dijo que todos los que no fueron a votar también serían publicados en el mismo periódico (vergüenza). Este estudio encontró que la vergüenza fue más efectiva que el orgullo.  

El orgullo y la vergüenza son emociones también muy persuasivas

Los estilos narrativos también tienen un poderoso efecto persuasivo. Datos recientes demuestran que las metáforas, un recurso cada vez más utilizado en psicoterapia, son muy influyentes.  Así también los gestos y movimientos durante una conferencia pueden afectar la toma de decisiones, porque ayudan a los espectadores a recordar el tema de que se habló y dirigirlos a donde el conferencista quiso. Este es un recurso muy utilizado también por los predicadores, conferencistas, políticos, etc.  

Nos gusta pensar que somos racionales, que podemos tomar decisiones “objetivas” y que somos difíciles de persuadir. Pero como ya aprendimos, las emociones son parte de lo que somos y de cómo tomamos decisiones. Lo importante es no intentar negarlas sino poder darnos el tiempo de aceptarlas y ser conscientes de ellas. Tal vez así podamos elegir lo que realmente nos conviene.  

Artículos que te pueden interesar:

  • ¿Por qué la gente no cambia de opinión?
  • Cómo convencer a los padres para que vacunen a sus hijos.
  • (Vídeo) ¿Tenemos el control de nuestras decisiones?

Fuente: Quartz

  • Definiciones

Definición de la semana: Efecto de reflector

  • Alejandra Alonso
  • 25/11/2015

Según Myers (2006), el efecto de reflector puede definirse como la sobre estimación de que otras personas notan y evalúan nuestro aspecto, nuestros tropiezos y nuestro desempeño (como si un reflector nos estuviera iluminando). En otras palabras, cuando una persona hace algo vergonzoso suelen sobreestimar cuán duramente van a ser juzgados por otros (Epley, Savitsky, Gilovich, 2002).

Un estudio comprobó este efecto al pedirle a un grupo de participantes que se pusieran una remera (o suéter) halagadora o vergonzosa; los participantes sobreestimaron el número de observadores que le prestaron atención a la remera. En otro estudio hecho por el mismo grupo de científicos, los participantes de un grupo de discusión sobreestimaban cuán prominentes eran sus declaraciones positivas y negativas para los demás participantes (Gilovich, Medvec & Savitsky, 2000).

Otros estudios han comprobado este efecto relacionado al aspecto físico, los logros en atletismo o el desempeño en un juego popular. Los investigadores creen que tal vez fallamos en apreciar cuán preocupados están los otros en manejar sus propios actos (Gilovich, Kruger & Medvec, 2002).

Fuentes:

Epley, Savitsky & Gilovich (2002), Empathy neglect: Reconciling the spotlight effect and the correspondence bias. 

Gilovich, Kriger & Medvec (2002), The Spotlight Effect Revisited: Overestimating the Manifest Variability of Our Actions and Appearance

Gilovich, Medvec & Savitsky, (2000), The spotlight effect in social judgment: An egocentric bias in estimates of the salience of one’s own actions and appearance.

Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamaericana: Madrid

 

Sin categoría

¿Los hombres también tienen sus días?

  • Alejandra Alonso
  • 25/11/2015

Calambres estomacales, cambios de humor y momentos de calor son signos típicos de que una mujer o un hombre está llegando a ese momento del mes. Pará, ¿hombre? Sí, hombre. Una nueva encuesta conducida por VoucherCloud encontró que un cuarto de los hombres cree experimentar “períodos masculinos“ mensuales, donde sufren síntomas premenstruales que van desde calambres hasta antojos.

Jed Diamond, terapeuta y autor de “El síndrome del hombre irritable”, ha explorado la existencia del “período” en el hombre en el pasado y cree que ellos también tienen ciclos hormonales. Al contrario de lo que se suele pensar, los hombres se hacen más violentos cuando sus niveles de testosterona bajan, donde la irritabilidad, depresión y el apartamiento vienen con una deficiencia de la hormona. Los niveles de testosterona en hombres jóvenes pueden fluctuar hasta 4 veces diarias. Sin embargo, lo que es menos claro es cómo estos niveles varían día a día y semana a semana.

Para explorar este fenómeno del período de los hombres, VoucherCloud les preguntó a los participantes (1250 hombres y 1250 mujeres) si sufrían frecuentemente de los mismos efectos secundarios comunes del Síndrome Premenstrual que experimentan las mujeres durante su período menstrual (cansancio, calambres y mayor sensibilidad, entre otros).

Los resultados revelaron que el 26% de los hombres experimentan estos sentimientos de forma regular, mientras que un 58% de sus parejas del sexo femenino creían que esto les pasaba en verdad. Los hombres identificaron muchos síntomas relacionados al Síndrome Premenstrual como signos que les anunciaban la llegada de su “período masculino”, tales como hambre constante o irritabilidad en general. El 12% de los hombres confesó ponerse sensible en relación a su peso, mientras que un 5% sufría de calambres como los menstruales.

El 26% de los hombres experimentan estos sentimientos de forma regular

Además, 43% de las mujeres decían haber ofrecido apoyo especial a sus parejas durante este período del mes. Cuando se les preguntó cómo los habían apoyado, el 44% de ellas respondió que trataban de alegrarlos y un 39% dijo que eran muy cuidadosas si el hombre estaba sensible. De aquellas mujeres que no creían que los hombres tuvieran un período masculino, el 33% les dijeron a sus parejas que se comportaran como hombres.

En relación a los gastos estando en el período masculino, el promedio de dinero gastado fue de 81,51 (libras esterlinas, recordemos que el estudio es británico) adicionales en comida y bocadillos por mes, incluyendo comida para llevar, comparado con aquellos que no creían en el fenómeno (que gastaban 63,69 adicionales para calmar el aumento de deseos de comida). Los hombres que sí creían que sufrían de síndromes menstruales reportaron gastar $97.35 extra por mes para combatir sus antojos.

Un estudio similar, realizado en el 2011, encontró que el ciclo menstrual femenino sí tiene una influencia en los gastos que ellas hacen.

Probablemente te estés preguntando si a ellos también se les sincronizan los períodos. Tranquila, según Diamond, en sus investigaciones no observaron que los “períodos“ de los hombres se sincronizaran como lo hacen los de las mujeres.

Algunos profesionales se muestran escépticos con respecto a este tema y lo cierto es que hace falta más investigación. Mientras tanto, si ves a un hombre malhumorado y con mucha hambre, entendelo, puede que esté en sus días.

Fuente: Medicaldaily

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