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Publicaciones por mes

marzo 2015

40 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vídeo) El efecto de la marihuana en el cerebro

  • 31/03/2015
  • David Aparicio

Puedes activar los subtitulos en español en el boton CC del reproductor de Youtube. 

Como siempre ASAP Science nos presenta información científica pero de manera muy entretenida. En el vídeo de hoy aprenderás cual es el efecto del THC o Tetrahidrocannabinol, uno de los compuestos químicos de la marihuana que dispara los efectos característicos de una subida (high): relajación somnolencia, euforia leve, magnificación de los pensamientos y percepción.

Visita nuestra sección de artículos sobre la marihuana para obtener mayor información.



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Esperamos tus comentarios.

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué demonios son las terapias de tercera ola? octava parte: Terapia Dialéctico Conductual

  • 30/03/2015
  • Fabián Maero

Sabemos que nos estaban extrañando, así que seguimos con la serie de terapias de tercera ola. Hemos cubierto hasta ahora una introducción general sobre qué demonios son las terapias de tercera ola y luego hemos ido dedicando sucesivos artículos describiendo las características de cada uno de esos modelos: hablamos de terapias basadas en mindfulness, terapia metacognitiva, entrevista motivacional, psicoterapia funcional analítica, activación conductual y terapia conductual integrativa de parejas. Hoy, después de un largo hiato, es el turno de Terapia Dialéctico Conductual (“DBT” para los amigos, por las siglas en inglés), uno de los modelos que más me gustan, debo confesar.

Un extraño híbrido

Para empezar, imaginen que son terapeutas frente a esta situación:

El télefono del consultorio suena a las seis de la tarde un viernes; has tenido una larga y estresante semana y estás anticipando un fin de semana relajado. Quien llama es una de tus pacientes. Te dice que tiene una crisis suicida y está parada en ese momento en un puente con intenciones de tirarse. Había planeado dejarte un mensaje en el teléfono disculpándose por su acción. Tiene una emocionalidad apagada e indica que varios eventos que sucedieron en las últimas 48 horas han incrementado su riesgo, ya crónicamente alto. Ha sido frecuentemente hospitalizada en situaciones similares en el pasado, pero esto rara vez ha ayudado. Se siente desesperanzada y reacia a hablar.



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¿Cómo responder frente a un caso así? “¿Permanecés en el teléfono y tratás de calmarla ofreciéndole apoyo u otras intervenciones? ¿Intentás resolver el problema que llevaron a la crisis? ¿Intentás averiguar dónde está para enviar servicios de emergencia en su ayuda? Y si es así, ¿te quedás con ella en el teléfono hasta que lleguen? ¿Vas a requerir una hospitalización? ¿Qué vas a hacer, y principalmente, qué principios vas a utilizar para decidir qué hacer?”

—Swales y Heard, Dialectical behaviour therapy, distinctive features. 2009.

A todo terapeuta, experimentado o no, le corre un escalofrío por la espalda ante situaciones de este estilo. Y es justamente para responder a este tipo de casos que surgió DBT.

En aguas turbulentas

DBT se propuso inicialmente como un abordaje dirigido exclusivamente a pacientes multiproblemáticos, con conductas suicidas, problemas interpersonales serios y autolesiones, lo que dentro del sistema de diagnóstico DSM se denomina “Trastorno Límite de la Personalidad” (TLP).

El TLP es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por “un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, en la autoimagen y en la afectividad y una notable impulsividad que comienzan al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos” (DSM-IV, 1994). Los criterios para diagnosticar TLP incluyen síntomas afectivos, conductuales, interpersonales y cognitivos, que incluyen (sin necesariamente limitarse a ellos):

  • Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
  • Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  • Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad.
  • Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
  • Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por extremos de idealización y devaluación.
  • Impulsividad
  • Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado.
  • Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
  • Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.

Como se podrán imaginar por el rango de síntomas, todo esto constituye un desafío para el terapeuta. A menudo los terapeutas trabajando con pacientes TLP se sienten sobrepasados y estresados por lidiar regularmente con crisis crónicas, intentos de suicidio, y enojo dirigido al terapeuta. Incluso tratándose de terapeutas experimentados, puede resultar difícil lidiar con su propia respuesta emocional cuando un paciente está recurrentemente suicida y rechaza la ayuda que ofrece el terapeuta a la vez que demanda ayuda que el terapeuta no puede brindar. Todo esto aumenta la probabilidad de cometer errores terapéuticos de todo tipo y brindar terapias poco útiles. DBT surgió como una aplicación de la terapia conductual para responder a ese desafío.

El tratamiento fue desarrollado por Marsha Linehan durante la década del 80 (el primer libro de DBT se publicó en 1993), e intenta balancear elementos de cambio con elementos de aceptación dentro de un marco de trabajo que provee estructura y contención no sólo al paciente, sino también al terapeuta.

Como nota de color: Linehan misma ha sido diagnosticada y tratada por trastorno límite de la personalidad, de manera que conoce el terreno de primera mano. En este link pueden leer una entrevista a Linehan que publicamos en Psyciencia hace un tiempo.

Es interesante dar un vistazo a la historia del desarrollo de DBT. Inicialmente Linehan hipotetizó que el núcleo del problema en los pacientes crónicamente suicidas consistía en un déficit de habilidades y por lo tanto pergeñó un tratamiento dirigido a ayudar a los pacientes a cambiar las conductas problemáticas por medio de la utilización de herramientas tradicionales de psicoterapia conductual tales como manejo de contingencia, entrenamiento en habilidades y exposición.  Es decir, inicialmente su abordaje tuvo como eje el cambio de conductas. Pero rápidamente (Robins et al, 2004), se hizo evidente que el mero énfasis en el cambio podía resultar desastroso en estos casos:

“Las iniciativas dirigidas al cambio rápidamente llevaron a una activación emocional incrementada y en ocasiones abrumadora, resultando en ‘cierres’ emocionales, o más raramente, irse dando un portazo de la sesión o atacar al terapeuta” (op.cit)

Es un principio conocido por los terapeutas: incentivar a una persona a cambiar cuando está en medio de un torbellino emocional es una mala idea. Sin embargo, tomar la posición opuesta, la de abandonar los esfuerzos por el cambio, enfocándose exclusivamente en aceptación resultaba igualmente contraproducente en esos casos, dado que no sólo dañaba la relación terapéutica sino que entretanto las conductas problemáticas seguían causando estragos en la vida del paciente.

La propuesta de DBT entonces resultó la de un balance, una dialéctica (de ahí el nombre del modelo), entre ambas posiciones. El terapeuta debía de alguna manera “sostener el cambio y la aceptación simultáneamente en la terapia, una síntesis que al ser hallada podría engendrar un nuevo cambio y aceptación por parte del paciente” (Robins et al, 2004). El tratamiento DBT, entonces, se basa en un vaivén continuo entre el cambio y la aceptación, con la meta última de crear “una vida que valga la pena ser vivida”. En este contexto es que DBT proporciona una guía y una dirección a seguir.

Veamos a continuación cuál es la teoría del sufrimiento que maneja DBT.

La teoría biosocial

DBT tiene una conceptualización propia del sufrimiento del paciente TLP. Según Linehan, el principal problema en las personas diagnosticadas con TLP es un desorden extendido del sistema de regulación emocional. Esta idea guía todas las intervenciones y es usada como eje del tratamiento.

Desde esta perspectiva todas las conductas problemáticas de las personas con diagnóstico TLP son intentos de regulación emocional (por ejemplo, los autocortes y lesiones son una forma de disminuir la angustia o malestar), o bien consecuencias de la falla en la regulación emocional (vg., los síntomas disociativos)

Esta desregulación emocional se desarrolla y es mantenida tanto por factores biológicos como ambientales. Del lado biológico, se considera que las personas con TLP encuentran más dificultades regulando sus emociones debido a ciertas particularidades biológicas. Esto hace que las emociones sean experimentadas de manera más intenta, más frecuente y más duradera.

Sin embargo, esto no basta. El problema surge cuando una persona con alta vulnerabilidad emocional se encuentra crónicamente atrapada en un ambiente invalidante. Se denomina así todo ambiente que comunica que la respuesta emocional a un evento es incorrecta, inapropiada, patológica o poco seria. Al no entender las dificultades que afrontan las personas con vulnerabilidad emocional, las personas en su ambiente minimizan y simplifican los problemas, a la vez que no enseñan habilidades de afrontamiento más adecuadas: “eso que sentís no es nada”, “te hacés problema por pavadas”, “no, vos no sentís angustia”, son figuras repetidas en ambientes invalidantes. Cuando esto se repite de manera consistente alrededor de una persona con alta vulnerabilidad emocional, esto enseña a responder oscilando entre inhibición emocional y expresión emocional muy alta.

En cierto modo, podríamos comparar la alta vulnerabilidad emocional con tener una piel muy clara, y el ambiente invalidante con un día de sol rabioso. Ninguna de las dos cosas de manera aislada genera de por sí una quemadura, sino que es su combinación durante un tiempo prolongado lo que genera problemas.

DBT como tratamiento

DBT podría llamarse propiamente un “programa” de tratamiento, ya que consta de múltiples herramientas, modalidades y recursos que se emplean a lo largo de la terapia.

Los modos de terapia

Cuando un paciente ingresa a un programa de DBT, participa de varias modalidades y recursos de tratamiento:

Psicoterapia individual: con principios derivados del análisis de conducta, el paciente y el terapeuta trabajan sobre las conductas problemáticas, el contexto que las ocasiona, y las mejores formas de solucionarlas. Una herramienta clave (pero no la única, en absoluto), de esta modalidad es el conocido “análisis en cadena”, que es otro nombre para lo que habitualmente se llama análisis de la conducta. En terapia individual el terapeuta DBT trabaja con una jerarquía de problemas que ayuda a organizar el tratamiento (por ejemplo, si entre sesiones sucedió una conducta que representa un riesgo para la vida, se trabajará eso en lugar de, digamos, una disputa con un compañero de trabajo).

Entrenamiento en habilidades: paralelamente a la terapia individual, los pacientes participan de un entrenamiento en habilidades psicosociales. Este entrenamiento suele realizarse en grupos y se parece un poco a una clase experiencial: en cada encuentro se propone un tema (hay un manual que reciben los pacientes), se llevan a cabo ejercicios, se discute y se asignan tareas a realizar entre semanas. Los contenidos del entrenamiento han ido modificándose, pero tradicionalmente comprenden cuatro grupos de contenidos: habilidades de conciencia plena o mindfulness; habilidades interpersonales; habilidades de regulación emocional; y habilidades de tolerancia al malestar.

A partir de estas dos modalidades se genera una dinámica de trabajo interesante: en la terapia individual se trabaja sobre el mejor modo de aplicar las habilidades que se aprendieron en el entrenamiento en habilidades. De esta manera, el grupo de habilidades enseña recursos pero no lidia con crisis, y el terapeuta individual no tiene que transmitir recursos, sino trabajar con el paciente para aplicarlos.

Además de estas modalidades, el programa DBT tradicionalmente incluye otras dos:

Asistencia telefónica: esto es interesante. Si bien las llamadas telefónicas suelen suceder en la terapia, DBT es (al menos hasta donde sé), el único modelo de terapia que tiene una estrategia explícita para el manejo de llamadas telefónicas. El uso del teléfono tiene algunos fines en DBT: ayudar a los pacientes a pedir ayuda de manera eficaz; generalizar el uso de las habilidades en la vida cotidiana (especialmente aplicar habilidades durante crisis), y mantener —o reparar— la relación terapéutica

Reuniones de supervisión para terapeutas: los terapeutas, aunque no parezca, también son seres humanos. En todos los modelos de terapia hay supervisiones (discutir un caso con un colega más experimentado), o las denominadas “intervisiones” (discutir un caso con colegas igualmente experimentados, que pueden ofrecer otra perspectiva), pero en DBT, las reuniones de supervisión tienen lineamientos específicos sobre cómo llevarse a cabo y cuál es la mejor manera de ayudar al terapeuta que está supervisando.

Si bien DBT puede incluir otras modalidades, estas cuatro son las principales y más características de DBT. Lo interesante de estas cuatro modalidades es que permiten no sólo ayudar eficazmente a los pacientes, sino también algo muy importante y en lo que rara vez se hace énfasis en los modelos de terapia: cuidar al terapeuta. Pueden ser terapias demandantes y difíciles, y un terapeuta sin sostén en esas situaciones se expone eventualmente a un burn-out.

Supuestos DBT

DBT sostiene una serie de principios, axiomas, que sostienen en todo momento el modelo. En todo momento se asume que:

  1. Los pacientes están haciendo lo mejor que pueden
  2. Los pacientes quieren mejorar
  3. Los pacientes necesitan mejorar, probar, intentar más y estar más motivados al cambio
  4. Los pacientes podrían no ser la causa de todos sus problemas pero los tienen que resolverlos ellos mismos de todos modos.
  5. La vida con Trastorno Límite es insoportable en la forma que es vivida.
  6. Los pacientes deben aprender nuevas conductas en todos los contextos relevantes.
  7. Los pacientes no fracasan, la terapia sí.
  8. Los terapeutas necesitan sostén, asistencia y colaboración.

El principio 7 ha sido siempre uno de mis favoritos, y creo que es algo que los terapeutas deberían tatuarse en el cráneo; es común echarle la culpa de una u otra manera a los pacientes por no mejorar (“no tiene motivación”, “está cómoda así”, y estupideces por el estilo). DBT en cambio asume por principio que no son los pacientes los que fracasan, sino el terapeuta o la terapia.

Todo lo demás

DBT es un modelo extraordinariamente complejo, con un sinnúmero de estrategias y recursos, cuya mera enumeración excedería el largo de este artículo. Hay estrategias para lidiar con emociones, para cuidar la relación terapéutica, para iniciar sesiones, para terminarlas, para lidiar con crisis, con intentos de suicidio, para relacionarse con la familia o entorno social del paciente, y un larguísimo etcétera.

Por esto, tenemos preparados dos mapas conceptuales en mindmeister, que incrustamos a continuación. El primero es un panorama general del modelo, con las funciones, etapas de tratamiento, modalidades y estrategias. El segundo está dedicado solamente a las estrategias de tratamiento que se utilizan en terapia individual. Pueden hacer click en los símbolos de «+» para abrir las ramas del árbol conceptual, y moverse dentro del mapa usando el mouse (click y arrastrar).

En resumen

DBT es un excelente abordaje, comprehensivo y en extremo compasivo para con los pacientes. En cierto modo, es un tiro de escopeta: cubre prácticamente todos los aspectos imaginables de la terapia, todas las estrategias terapéuticas imaginables (desde recursos de exposición hasta activación conductual, pasando por aceptación y reestructuración cognitiva). Creo que esto, como todo, tiene algunas ventajas y desventajas para los terapeutas.

Entre las desventajas, creo que el principal problema es que la complejidad y volumen de DBT la vuelven una herramienta muy específica, que resulta un tanto costosa para aplicar en otros ámbitos menos complejos. Si bien hay aplicaciones y adaptaciones de DBT para ansiedad por ejemplo, un terapeuta que aprenda DBT para trabajar sólo con ansiedad es como un médico aprendiendo neurocirugía para sacar verrugas de la piel —hay formas más económicas de lograr los mismo resultados. Aplicar DBT requiere no sólo un terapeuta con alta formación, sino además un equipo de trabajo (de hecho, las formaciones de DBT suelen darse sólo a equipos de terapeutas).

Pero eso mismo es uno de los puntos más fuertes de DBT: esa misma estructura y complejidad permite que sea extremadamente útil para los casos más desafiantes de la práctica clínica, las personas que más a menudo tienen dificultades consiguiendo ayuda. DBT es, sin discusión, el mejor modelo de psicoterapia para trastorno límite de la personalidad y condiciones similares, y decenas de investigaciones dan cuenta de esto. Vale la pena echarle un vistazo.

Nos leemos la próxima!

(Gracias a la Lic. Paula José Quintero por las correcciones y sugerencias para este artículo)


También pueden consultar estos artículos en Psyciencia sobre terapia dialéctico conductual y trastorno límite: Terapia dialéctico conductual: zambullirse donde los ángeles temen dar un paso, Derribando el mito de la manipulación, Mitos y realidades sobre las autolesiones, Entrevista a Marsha Linehan.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Para recordar tenemos que olvidar

  • 27/03/2015
  • Andrés Díaz

La memoria nos permite guardar experiencias pasadas y disfrutar de ellas en el futuro, sin embargo no podemos recordar todo lo vivido. Esto es algo normal e incluso necesario, pues evita la acumulación de datos inútiles. Por lo tanto intentar recordar absolutamente todo lo que hemos aprendido y vivido a lo largo de nuestras vida, sería imposible, ya que recordamos únicamente lo importante.

Fueron capaces de realizar un seguimiento de la actividad cerebral producida por los recuerdos individuales

La neurociencia, en su esfuerzo por comprender los mecanismos de la memoria, ha descubierto que el acto de recordar podría ser una de las principales razones por la que olvidamos. Así lo descubrió la investigación publicada en la revista Nature Neuroscience.



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La Dra Maria Wimber de la Universidad de Birmingham, autora principal del estudio dijo: «El olvido es a menudo visto como algo negativo, por supuesto, pero puede ser muy útil cuando se trata de superar una memoria negativa de nuestro pasado, además hay oportunidades de que esto se aplique en algunas áreas para ayudar realmente a la gente”.

El equipo de la Universidad de Cambridge, el MRC Cognición, La Unidad de Ciencias del Cerebro y la Universidad de Birmingham monitoreó los patrones de la actividad cerebral de los participantes con imágenes de resonancia magnética (IRM), mientras se les pidió que recordaran memorias individuales a partir de imágenes que habían sido mostradas con anterioridad.

Los investigadores fueron capaces de realizar un seguimiento de la actividad cerebral producida por los recuerdos individuales y pudieron mostrar cómo estos suprimieron otros, dividiendo el cerebro en pequeños voxels (píxeles en 3D), a la vez que presenciaron el destino neuronal de los recuerdos individuales a medida que se reactivaron inicialmente y posteriormente eran suprimidos, es decir, una vez que se seleccionaban las memorias relevantes, se suprimían las que no lo eran.

Podría decirnos más acerca de la memoria selectiva e incluso del autoengaño

Los resultados obtenidos por los investigadores podrían ser de utilidad para ayudar a personas que desean olvidar recuerdos negativos y a la vez podrían tener implicaciones para los procesos judiciales, como dice la  Dra Wimber “en testimonios de testigos presenciales, cuando se le pide  a un testigo recordar información específica acerca de un evento y es interrogado una y otra vez, bien podría estar deteriorando sus recuerdos asociados dando la impresión de que tiene recuerdos incompletos, pero en realidad, recordar le está haciendo olvidar los detalles.»

El Dr. Michael Anderson coautor del estudio concluye: «La gente está acostumbrada a pensar en el olvido como algo pasivo. Nuestra investigación revela que las personas están más comprometidas de lo que perciben en la conformación de lo que recuerdan de sus vidas. La idea de que el acto de recordar puede causar olvido es sorprendente, y podría decirnos más acerca de la memoria selectiva e incluso del autoengaño”.

Fuente: CAM
Imagen: DietDoctor

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Carl Jung sobre la felicidad

  • 27/03/2015
  • Equipo de Redacción

¨La palabra felicidad perderia su sentido si no estuviera balanceada con la tristeza.¨

  • Carl Jung
  • Salud Mental y Tratamientos

9 mitos sobre el estrés postraumático

  • 26/03/2015
  • Alejandra Alonso

En parte gracias a la televisión, solemos relacionar al trastorno por estrés postraumático (TEPT) con los veteranos de guerra. Tal vez muchos de los que lean esto pueden recordar la escena de una película o serie en la que el soldado vuelve a casa y tiene problemas para retomar su vida con los recuerdos de todo lo vivido en la guerra. Pero ¿esto les pasa solo a las personas que fueron a la guerra?¿cuáles son los síntomas?¿afecta a todos o sólo a algunos?¿tiene tratamiento? Podés encontrar respuesta a esos interrogantes y enterarte de otros datos interesantes relacionados al TEPT en este artículo.

Repasemos primero los síntomas:

Los criterios son sacados del DSM V que considera que aplican para personas desde los 7 años en adelante:



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Criterio A: Exposición a muerte o amenaza de muerte, lesiones severas o violencia sexual en una (o más) de las siguientes formas:

  1. Experimentación directa del/los evento/s traumático/s.
  2. Ser testigo del/los evento/s mientras le ocurren a otro.
  3. Enterarse de que el/los evento/s traumático/s le pasaron a un familiar o amigo cercano. En caso de muerte o amenaza de muerte a un familiar o amigo cercano, los eventos tienen que ser violentos o accidentales.
  4. Experimentar exposición repetida o extrema a detalles aversivos del/los evento/s traumático/s

Criterio B: Presencia de uno (o más) de los siguientes síntomas intrusivos asociados con el/los evento/s traumático/s, que comienzan luego de que el/los evento/s traumático/s ocurrieron:

  1. Recuerdos estresantes recurrentes, involuntarios e intrusivos del/los evento/s traumático/s (en niños pueden haber juegos cuyo tema recurrente sea el evento traumático).
  2. Sueños estresantes recurrentes, cuyo tema sea el/los evento/s traumático/s (en niños pueden darse sueños que los atemoricen pero sin contenido reconocible).
  3. Reacciones disociativas (flashbacks por ejemplo), en las que el individuo actúa como si el evento traumático estuviera re-ocurriendo (la expresión más extrema es la pérdida de conciencia del ambiente que lo rodea).
  4. Estrés intenso o prolongado al ser expuestos a señales internas o externas que simbolicen o guarden similitud con algún aspecto del evento.
  5. Marcadas reacciones fisiológicas al ser expuestos a señales internas o externas que simbolicen o guarden similitud con algún aspecto del evento.

Criterio C: Evitación persistente de estímulos asociados con el evento traumático, comenzando luego de que se da el mismo, evidenciado por la presencia de uno o ambos los siguientes:

  1. Evitación o esfuerzo por evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos estresantes asociados cercanamente al evento traumático.
  2. Evitación o esfuerzos por evitar recordatorios externos (objetos, actividades, conversaciones, personas, etc.) que evocan pensamientos, recuerdos o sentimientos estresantes relacionados al evento.

Criterio D: Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s), que comienzan o empeoran después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

  1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (debido típicamente a amnesia disociativa y no a otros factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).
  2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso,” “Tengo los nervios destrozados”).
  3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso(s) traumático(s) que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.
  4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).
  5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.
  6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.
  7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

Criterio E: Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso(s) traumático(s), que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

  1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.
  2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.
  3. Hipervigilancia.
  4. Respuesta de sobresalto exagerada.
  5. Problemas de concentración.
  6. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

Criterio F: La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

Criterio G: La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento del sujeto.

Criterio H: La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

1° Mito:  El TEPT solo afecta a las personas que son débiles

No es cuestión de fortaleza o aguante emocional. Hay un número de factores que juegan un rol con respecto a si una persona que pasó por un trauma desarrollará o no dicho trastorno. El riesgo de padecerlo depende en parte en una combinación de factores de riesgo y factores de resiliencia.

Entre los factores de riesgo podemos encontrar tener historia de enfermedad mental y no hablar con nadie sobre el trauma ni buscar apoyo.

Por otro lado, factores de resiliencia que sirven como elementos protectores son: buscar apoyo de amigos o familiares luego del trauma, aprender a afrontar de forma saludable, unirse a un grupo de apoyo y sentirse bien sobre la propia reacción al trauma.

2° Mito: El TEPT causa conductas violentas

La mayoría de las personas con TEPT no son peligrosas. Investigaciones muestran que cuando los factores de riesgo correlacionados con TEPT se toman en cuenta, la asociación entre el mismo y las conductas violentas cae significativamente. Hay una amplia variedad de factores de riesgo, como abuso de alcohol, drogas y otros trastornos psiquiátricos que juegan roles claves en la relación entre el TEPT y las conductas violentas.

3° Mito: El TEPT solo está en la cabeza de la persona

Los eventos traumáticos pueden cambiar el funcionamiento cerebral. El TEPT lleva a cambios medibles a nivel cerebral y corporal luego de que una persona ha sido expuesta a un trauma.

Investigadores han encontrado que tres áreas del cerebro son diferentes en pacientes con TEPT: el hipocampo, la amígdala y la corteza medial prefrontal. La amígdala es donde se encuentran las emociones y las reacciones entre sí, y en las personas con TEPT, tiende a sobre-reaccionar a cosas que tienen que ver con el trauma. Con respecto al hipocampo (que controla las emociones), investigaciones muestran que los flashbacks que presenta un paciente con TEPT pueden deberse a fallas en el cerebro al tratar de controlar reacciones de estrés relacionadas al trauma

4° Mito: El TEPT no es tratable

En verdad es muy tratable, incluso si no es completamente curable en todos. Este trastorno es frecuentemente tratado con drogas, Terapia Conductual y otros abordajes.

Muchas formas de counseling han probado ser efectivas en tratar el TEPT, incluyendo la terapia de exposición y la terapia conductual.  La FDA (Food and Drug Administration o Administración de Drogas y Alimentos) ha aprobado dos medicamentos para tratar el trastorno: sertralina y paroxetina. Ambos son antidepresivo y pueden ayudar a controlar síntomas emocionales del TEPT como la tristeza, la ira y la ansiedad. Hay evidencias de que la meditación puede ayudar a individuos con TEPT también. Los tratamientos son diferentes para cada persona y a veces se necesita probar varias combinaciones de tratamientos para ver qué funciona.

5° Mito: Los síntomas del TEPT desaparecen cuando la persona se cura del trauma

Los síntomas del TEPT pueden ir y venir y variar en intensidad con el tiempo. El estrés puede exacerbar los síntomas de una persona con TEPT.

Cosas que le recuerden al trauma, incluso luego de pasados muchos años puede hacer que resurjan síntomas que llevan dormidos mucho tiempo.

Re-experimentar el trauma es común en personas con TEPT. Pueden experimentar las mismas emociones o incluso sensaciones físicas que los acompañaron el el trauma. No es posible para ellos controlar la re-experimentación del trauma.

6° Mito: Las personas empiezan a sufrir síntomas de TEP justo después del trauma

Los síntomas suelen aparecer en los primeros meses luego de un evento traumático, pero a veces pueden hacerlo años después.

Muchas personas con TEPT vuelven a experimentar el trauma a través de pesadillas, flashbacks o pensamientos de miedo o enojo. Pueden hacer un esfuerzo por evitar cualquier cosa que dispare esos sentimientos recurrentes de trauma, sentirse alienadas o perder interés en cosas que antes si les interesaban, volverse más agresivos, autodestructivos o hipervigilantes. Se diagnostica TEPT cuando múltiples síntomas han durado por más de un mes.

7° Mito:  Todos tienen alguna clase de TEPT

Ciertamente la mayoría de las personas pasará por alguna clase de trauma en sus vidas. Cerca del 60% de los hombres y el 50% de las mujeres experimentará al menos un trauma en sus vidas. Pero un porcentaje más pequeño es el que realmente desarrolla TEPT (10% de las mujeres y 4% de los hombres).

Las personas que experimentan un trauma pero no desarrollan un TEPT, pueden desarrollar sin embargo un síntoma de esta condición. Pero la APA tiene una idea estricta sobre lo que califica como TEPT. Para ser diagnosticado con dicho trastorno, un individuo debe manifestar una combinación de los síntomas que deben durar por más de un mes. Así que, aunque es común experimentar un trauma es relativamente raro desarrollar un TEPT.

8° Mito:TEPT solo afecta a los veteranos de guerra

El TEPT es una condición que afecta a las personas que han pasado por traumas significativos. Los humanos han sido perseguidos por los traumas por mucho tiempo, pero el Trastorno por Estrés Postraumático no se oficializó como diagnóstico hasta el año 1980. Los soldados que combatieron en la Guerra Civil en Estados Unidos, en quienes era común observar lo que hoy conocemos como ansiedad y ataques de pánico (síntomas de TEPT) eran diagnosticados con “corazones irritables”. Las tropas en la Primer Guerra Mundial tenían “neurosis de guerra” o “fatiga de combate”. No fue hasta que los soldados volvían de Vietnam exhibiendo síntomas de la condición en masa, que se agregó al TEPT en el DSM.

La percepción del trastorno siempre ha sido centrada en soldados, pero cualquier persona puede desarrollar un TEPT. Ya sea por haber vivido un combate, abuso infantil, violaciones o un accidente de auto. Sin embargo, la mayoría de las persona que experimentan alguna clase de estrés significativo no desarrollan TEPT. Las mujeres tienen más del doble de probabilidades de desarrollar TEP que los hombres; el 10% de las mujeres y el 4% de los hombres lo tienen en algún punto de sus vidas

9° Mito: No es una herida, así que no requiere atención médica

El trauma puede causar daños físicos, pero no siempre lo hace. No es necesario que estés físicamente lastimado o herido para desarrollar un TEPT.

Incluso aunque no haya una herida física, el TEPT es signo de una lesión que generalmente requiere atención profesional. Algunos síntomas pueden ser agudos y desaparecer rápidamente sin ayuda de un profesional. Pero muchas personas con TEPT encuentran que su vida ha sido desbaratada por los síntoma y requieren ayuda de profesionales de la salud. Para superar el trastorno y recuperar el control sobre sus vidas, estos individuos generalmente necesitan tiempo, apoyo y tratamiento dirigido.

Fuente: Vox

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) Estereotipias

  • 26/03/2015
  • Equipo de Redacción

Las estereotipias, patrones repetitivos de movimiento carentes de propositividad, constituyen una parte normal del repertorio motor de los niños, e incluso de los adultos (golpear rítmicamente con la punta del pie, tamborilear con los dedos, etc.).

Cuando la ritmicidad es su principal rasgo común, se han usado los siguien- tes términos para denominar estos movimientos: ritmias motoras (en inglés, motor rhythmias) , patrones de hábitos rítmicos (en inglés, rhythmic habit patterns) , patrones rítmicos (en inglés, rhythmic patterns) , estereotipias rítmicas o trastorno rítmico del movimiento .

En este articulo se tratará fundamentalmente de las principales características de estos peculiares movi- mientos anormales y de su distinción de otros movimientos similares, patológicos o no.



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Descarga el PDF completo: Estereotipias
Fuente: Neurología

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  • 26/03/2015
  • Equipo de Redacción

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El curso online o presencial que será realizado por la Asociación Española de Terapia Narrativa (AETEN) y que tiene como titulo ¨Introducción a la Terapia Narrativa¨. El curso inicia el viernes 10 de Abril de 16 a 20 hrs (España) y finaliza el 6 de Junio del presente año.

En este curso se dan a conocer las Prácticas Narrativa en terapia, entregando las principales herramientas que aportan para el trabajo psicoterapéutico. Para ello se revisan los fundamentos epistemológicos y teóricos que informan las Prácticas Narrativas y los principales mapas sistematizados por Michael White para colaborar con nuestros consultantes en conversaciones que les permitan desarrollar nuevas posibilidades de significado y acción para sus vidas.



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(Artículo relacionado: Todo lo que necesitas saber para entender la terapia narrativa.)

El curso-taller está estructurado en 8 sesiones de 4 horas de duración cada una (32 horas en total), en las que se desarrollarán 1,5 horas de trabajo teórico (modalidad curso) y 2,5 horas de trabajo práctico (modalidad taller). Este último, considera un importante trabajo con la propia persona del terapeuta, con sus experiencias e historias personales, aprovechándolas como un potentísimo recurso que puede ser puesto al servicio de la terapia en la superación de obstáculos a la hora de ejercer y en la deconstrucción del rol del terapeuta como experto.

El curso tiene un costo de 300 euros. Pero con el descuento de Psyciencia pagarás solamente 240 euros.

Ingresa aquí para leer la información completa del curso y escribe a Danilo Moggia, director del curso para inscribirte. Recuerda que para obtener el descuento, debes decir que eres lector de Psyciencia .

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Imágenes de Ultrasonido 4D muestran cómo afecta fumar durante el embarazo al feto

  • 25/03/2015
  • David Aparicio

La fila superior muestra los fetos de madres fumadoras y la fila inferior es de las no-fumadoras.

Estas imágenes son increíbles.  La investigación realizada por la Universidad de Durham, encontró a través de las imágenes de ultrasonido 4D que los fetos de las madres fumadoras se tocaban más la cara y tenían más movimiento bucal que los fetos de las madres no fumadoras.

Normalmente se espera una disminución de estos movimientos durante el embarazo. Pero en los fetos de las madres fumadoras, los movimientos se incrementaron. Estos hallazgos sugieren que los fetos que son expuestos a la nicotina, pueden sufrir de un retraso en el desarrollo del sistema nervioso central.



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La investigación está publicada en la revista Acta Pediátrica y observó a 20 fetos de los cuales 4 eran de madres que fumaban en promedio 14 cigarrillos por día. El tamaño de la muestra es reducido, pero hay que recordar que este tipo de estudio es bastante complicado y por lo general no hay muchas madres dispuestas a participar. Todavía faltan más datos que confirmen estos resultados. Aún así, espero que estas imágenes sirvan para ayudar a las madres a tomar decisiones basadas en la salud de sus bebés.

Fuente: University of Durham

  • Definiciones

Definición de la semana: Disonancia cognitiva

  • 24/03/2015
  • Alejandra Alonso

De acuerdo con Festinger (1985), la disonancia es la existencia de cogniciones que no concuerdan entre sí. Por otro lado, el define a las cogniciones como todos los conocimientos, opiniones o creencias que una persona tiene sobre sí misma, su conducta y su entorno. Partiendo de esto, Festinger ve a la disonancia cognitiva como una condición antecedente que conduce a la reducción de la disonancia (que compara con el hambre y las actividades orientadas a reducir el hambre), y la búsqueda de concordancia. Además de tratar de reducir dicha disonancia, la persona también evitará situaciones o información que aumenten la disonancia.

Para ilustrar cómo se puede reducir la disonancia, Festinger utiliza su clásico ejemplo del fumador que ha aprendido que fumar es malo para la salud: lo pudo haber leído de un libro, diarios, revistas, tal vez se lo dijo un amigo, familiar o incluso un médico. Esta información es disonante con el pensamiento de que él es actualmente un fumador.

La reducción de la disonancia cognitiva se puede dar si:



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-La persona altera su conducta (es decir, deja de fumar), ya que entonces no habrán problemas con la nueva información.

-Altera sus conocimientos, se convence de que realmente no es tan malo como dicen o juntar evidencia sobre los beneficios de fumar. Si logra hacer algunas de esas cosas, reducirá la disonancia entre lo que hace y lo que sabe.

También puede pasar que intente dejar de fumar pero lo encuentre muy difícil, o que intente buscar opiniones positivas o información sobre los beneficios de fumar sin éxito. En este caso, la disonancia no será reducida.

Fuente: Festinger, L. (1985) A theory of cognitive dissonance.

  • Salud Mental y Tratamientos

Psicoterapia Breve y Terapia Gestalt

  • 23/03/2015
  • Clotilde Sarrió

Las psicoterapias breves surgen de la necesidad que el individuo le plantea al terapeuta al pretender resolver cuanto antes sus problemas en base a fijar unas metas en las que los tiempos se abrevien a expensas de tratamientos cortos que no siempre serán compatibles con todas las modalidades de terapias ni con todas las patologías o problemas que se pretenden resolver.

Por lo general, el deseo del paciente es mitigar las consecuencias del vertiginoso ritmo que le impone la vida actual, así como la concatenación de una serie de exigencias a superar, muchas veces a expensas de dolorosos cambios y duras exigencias que serán patologizadas en forma de ansiedad y muchas de sus somatizaciones (como migraña crónica, trastornos digestivos…) neurosis obsesivas, repercusiones en las relaciones de pareja, ciclotimias, trastornos en la autoestima y otros muchos síntomas que incitarán al individuo a buscar remedios rápidos, las más de las veces recurriendo a libros de autoayuda (sobre todo en busca de técnicas de relajación para mitigar su ansiedad) antes de buscar la ayuda de un verdadero profesional.

Breve recorrido histórico

La psicoterapia breve es un nuevo modelo de terapia surgida en los últimos cincuenta años como respuesta a la demanda asistencial planteada por una tasa cada vez mayor de población consultante en los centros hospitalarios y de salud mental, tanto públicos como privados, que buscan solucionar sus problemas psicológicos del modo más rápido y eficiente. En la necesidad de disponer de este tipo de terapias tambien influyen otros factores como las limitaciones económicas o la edad avanzada de las personas que solicitaban ayuda.



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Si bien la Terapia Breve implica la aplicación de tratamientos mucho más cortos respecto a otros como, por ejemplo, las técnicas psicoanalíticas, destaquemos que ya al propio Sigmund Freud (considerado como padre del psicoanálisis) le llegó a preocupar el problema de acortar el proceso terapéutico y buscó diversas técnicas de psicoterapia analítica breve, rechazando cualquier focalización del análisis en un síntoma aislado, para interesarse en la organización global de la personalidad y en las resistencias. Inicialmente, en su época preanalítica y comienzos de la analítica, los tratamientos aplicados por Sigmund Freud se caracterizaban por ser breves –sólo duraban algunos meses–. Es oportuno reseñar aquí, como anécdota ilustrativa, la breve y atípica sesión de terapia mantenida por el compositor Gustav Mahler y Freud la tarde del 26 de agosto de 1910, «una de las más singulares y atípicas por lo heterodoxo del procedimiento ya que consistió en una walking – talking – cure, de cuatro horas de duración mantenida mientras paseaban por las calles de la ciudad universitaria de Leiden» (Leer: Gustav Mahler & Sigmund Freud: Relato de un encuentro singular).

implica la aplicación de tratamientos mucho más cortos

Sandor Ferenczi, adelantándose a la Terapia Gestalt, introdujo en el Congreso Internacional de Psicoanálisis celebrado en la Haya en 1920 su “Técnica Activa”, basada en intervenciones provocadoras por parte del analista, consistentes en órdenes o prohibiciones con la finalidad de movilizar al paciente y privarlo de algunos beneficios secundarios de la transferencia.

Más tarde, Franz Alexander enfatizó en que no es la rememoración de los eventos antiguos lo que cura, sino su recuerdo en el aquí y ahora del tratamiento, incitando de este modo al psicoanalista a tener conversaciones directas, utilizando las situaciones de la vida real del cliente y favoreciendo el revivir las experiencias emocionales en el marco de una relación diferente, cuyas modalidades son analizadas, postulados que se aproximan claramente a un enfoque gestáltico.

Psicoterapia breve en Terapia Gestalt

En su libro “La Gestalt. Una terapia de contacto”, Anne y Serge Ginger hablan de la terapia breve en la Terapia Gestalt en un capítulo del mismo al que pusieron por título: “Terapias breves en Gestalt: ¿Realidad o mito?”. En él, los autores afirman no pretender que la Terapia Gestalt sea una terapia breve, ni intentar simplificar la terapia a una mera reducción de un síntoma; no obstante, sostienen que los casos de mejoría sensible, rápida y persistente del comportamiento y la disminución neta del sufrimiento o del malestar, no son excepcionales en Terapia Gestalt.

Franz Alexander enfatizó en que no es la rememoración de los eventos antiguos lo que cura, sino su recuerdo en el aquí y ahora del tratamiento

Serge y Anne Ginger iniciaron un estudio, realizado con cuatro grupos de pacientes en las ciudades de París y Toulouse. Estos grupos estaban compuestos por personas que padecían desde dificultades existenciales hasta reacciones de ajuste, algunos con psicosis y otros con neurosis. Una parte de los individuos estudiados recibían Terapia Gestalt mientras que otros eran tratados con Psicoanálisis, tanto a nivel individual como en grupo.

De su estudio, Serge y Anne Ginger concluyeron que la Terapia Gestalt se manifestaba como una psicoterapia eficaz, a la vez que rápida, profunda y durable. También llegaron a la conclusión de que la Terapia Gestalt, más que una psicoterapia, es una herramienta metodológica que permite obtener una visión diferente del hombre y el entorno en el que se relaciona y permite al mismo tiempo modificar nuestra propia visión ofreciendo de este modo una nueva “gestalt” (forma) a todo lo que observamos desde esa nueva perspectiva.

Los autores también afirman en sus conclusiones que al referirse a las terapias breves ya no es la duración lo que los terapeutas se cuestionan hoy en día sino la metodología del tratamiento, las indicaciones específicas durante la intervención y las explicaciones de los hechos observados.

Termina de leer el artículo completo en Gestalt Terapia, el blog especializado de la terapueta Clotilde Sarrió.

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