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Publicaciones por mes

junio 2018

46 Publicaciones
Sin categoría

5 formas de apoyar a alguien con TDAH

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/06/2018

¿No tenés idea sobre cómo acompañar a alguien con TDAH, o sentís que se te acabaron los recursos? Tratarle con empatía y respeto, igual que a cualquier otro, es lo primero.

“No te comportes como un imbécil y ya habrás hecho 90 por ciento del trabajo duro,” dice Neil Petersen, Bachelor of Arts diagnosticado con TDAH cuando empezó sus estudios universitarios. Neil escribe artículos sobre educación, trastornos del aprendizaje y tecnología, y aspira a ayudar a crear un sistema de educación que pueda servir mejor a estudiantes con TDAH. Además, redactó 5 formas de apoyar a alguien con TDAH, para darnos una mano extra:

1. No los juzgues por sus síntomas de TDAH

Es fácil para quienes no tienen TDAH ver sus síntomas como haraganería, defectos de carácter, o falta de cuidado. No saques conclusiones apresuradas cuando hagan cosas que pueden ser explicadas por su lucha con la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad. No tomes sus síntomas como un reflejo de su carácter.

2. Preguntá

Generalmente, no se espera que tengas gran conocimiento sobre TDAH, ni siquiera básico. Preguntar por qué se comporta de tal o cual manera a alguien con TDAH o cómo le afectan determinados síntomas puede mostrarles tu genuino interés en entender cómo este trastorno afecta sus vidas. Claro que esto depende de cada uno.

3. Reconocé que tenés experiencias diferentes

Cuando empatizamos con alguien, es natural que queramos hablar de experiencias similares que hayamos tenido. Muchos síntomas de TDAH se asemejan a los momentos de desorganización, falta de atención, procrastinación, etc, que cualquiera tiene a veces, por lo que cuando una persona con TDAH habla de sus síntomas, puede ser tentador decir “a mi también me pasa.”

Pero si no tenés TDAH, probablemente no te pase. En el TDAH estos síntomas son más frecuentes, perjudiciales y difíciles de controlar. No importa que tan bien intencionado sea decir “yo también tengo eso”, termina trivializando un trastorno de salud mental.

En última instancia, la mejor forma de apoyar a alguien con TDAH (si vos no tenés TDAH) es entender que lo que ellos experimentan es diferente a lo que vos experimentás, y que probablemente no puedas entender todas sus experiencias referenciando las tuyas propias.

4. No pienses que sabés más que ellos sobre TDAH

A menos que tengas entrenamiento médico o en salud mental, es probable que no sepas tanto sobre TDAH como la mayoría de las personas con TDAH. E incluso si tenés entrenamiento, eso no quiere decir que necesariamente entiendas de primera mano la experiencia de vivir con TDAH. Y es completamente aceptable que sepas poco o nada sobre TDAH, sólo no pretendas ser un experto.

No te desesperes por dar consejos o compartir tus reflexiones sobre un artículo que leíste una vez sobre TDAH. Ellos confrontan sus síntomas constantemente, por lo que lo más probable es que ya hayan pensado o escuchado sobre todas las estrategias organizacionales básicas que pensas que pueden resolver sus problemas. Si tenés consejos sobre cómo manejar síntomas asegurate de que sean cosas sobre las que realmente ellos no sepan, como una nueva aplicación organizacional que acaba de salir, o estrategias de afrontamiento realmente creativas.

5. Pasá tiempo con ellos cuando ellos hacen cosas aburridas

Las personas con TDAH batallan con la automotivación y la autodisciplina, especialmente cuando se trata de tareas con las que no están muy entusiasmados (como podría ser limpiar la casa o hacer cosas del trabajo). Estas cosas tienden a ser dejadas de lado por demasiado tiempo, pero realizarlas con otras personas puede hacerlas más tolerables.

Esta es una lista básica sobre formas de apoyar a alguien con TDAH, y seguramente existen muchas más cosas, grandes y pequeñas, que se pueden hacer. Si tenés alguna para adicionar, por favor comentalo para que podamos seguir aprendiendo y ayudándonos.

Fuente: PsychCentral

 

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  • Salud Mental y Tratamientos

Quienes madrugan tendrían menos riesgo de depresión

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/06/2018

Mujeres de mediana y avanzada edad que naturalmente se acuestan y se levantan temprano son significativamente menos propensas a desarrollar depresión, según un nuevo estudio conducido por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder, la Channing Division of Network Medicine en Brigham y el Hospital de Mujeres en Boston. El estudio, que contó con más de 32000 mujeres enfermeras y fue publicado en el Journal of Psychiatric Research, es el estudio observacional más largo y detallado hasta el momento en explorar el vínculo entre cronotipo, o preferencia dormir-despertar, y trastornos del estado de ánimo.

Anteriormente les contamos que otra investigación había encontrado que los nocturnos, comparados con los madrugadores, fueron casi dos veces más propensos a tener un trastorno psicológico y 30% más propensos a tener diabetes. Su riesgo de enfermedades respiratorias fue 23% mayor y por enfermedades gastrointestinales un 22% más elevado.

Estudios anteriores mostraron que los noctámbulos tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión. Pero como esos estudios a menudo usan datos de un único momento y no tienen en cuenta otros factores que influencian el riesgo de depresión, ha sido difícil determinar si la depresión lleva a que las personas estén despiertas hasta tarde o si un cronotipo noctámbulo promueve el riesgo de depresión.

Por ello, los investigadores usaron datos de 32.470 participantes mujeres, con una edad promedio de 55 años, en el Estudio de Salud de Enfermeras, a quienes se pidió que completaran cuestionarios de salud cada dos años. En el 2009, ninguna participante del estudio tenía depresión. Cuando se les preguntó sobre sus patrones de sueño, 37% se describió como madrugadoras, 53% como intermedias y 10% como noctámbulas.

Se hizo un seguimiento de cuatro años para ver quién desarrollaba depresión. Factores de riesgo de la depresión como peso corporal, actividad física, enfermedades crónicas, duración del sueño o turnos nocturnos en el trabajo también fueron evaluados

Los investigadores encontraron que las noctámbulas fueron menos propensas a estar casadas, más propensas a vivir solas y a ser fumadoras, y más propensas a tener patrones de sueño erráticos. Luego de evaluar estos factores, encontraron que las madrugadoras todavía tenían de un 12 a un 27% menos riesgo a deprimirse que las intermedias. Las noctámbulas tenían 6% más riesgo que las intermedias (este incremento modesto no fue estadísticamente significativo).

Incluso después de considerar factores ambientales como la exposición a la luz y agenda de trabajo, el cronotipo (que en parte está determinado por la genética) parece influir levemente en el riesgo de depresión. Esto podría estar relacionado a la superposición de caminos genéticos asociados con el cronotipo y el estado de ánimo, explica Céline Vetter, autora principal y directora del Laboratorio de Epidemiología Circadiana y del Sueño (CASEL, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Colorado Boulder.

También remarca que si bien el estudio sugiere que el cronotipo puede ser un factor de riesgo independiente para la depresión, este posee un efecto más modesto que otros factores. Aconseja procurar dormir lo suficiente, así como ejercitarse, pasar tiempo fuera y exponerse a la luz del día tanto como se pueda y oscurecer los ambientes durante la noche.

Estudios adicionales serán necesarios para confirmar estos hallazgos y examinar el rol que cumplen tanto factores ambientales como genéticos para entender el rol del cronotipo en la etiología de los trastornos del estado de ánimo

Referencia del estudio: Céline Vetter et al, Prospective study of chronotype and incident depression among middle- and older-aged women in the nurses’ Health Study II, Journal of Psychiatric Research (2018).  DOI: 10.1016/j.jpsychires.2018.05.022

Fuente: Mad in America

 

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La selección de situación como estrategia de regulación emocional

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/06/2018

Ser intencionalmente estratégico en cuanto a la elección de situaciones y a la compañía podría ser una gran herramienta de regulación emocional. Además de pensar en las amenazas como desafíos o distraerse a uno mismo del dolor, hacer el esfuerzo de planificar con tiempo las situaciones podría tener un impacto positivo en el estado de ánimo.

Según los autores de un estudio publicado en Cognition and Emotion, la selección de situación da una estrategia alternativa a los individuos que no pueden fiarse de recursos cognitivos “en el momento”, y permite a individuos reactivos y/o menos competentes que armonicen su ambiente en miras a promover ciertos resultados emocionales.

Thomas Webb de la Universidad de Sheffield y sus colegas, encuestaron a 301 voluntarios (edad promedio 36; 62% femeninas) usando un medidor de selección de situación de 6 ítems. Por ejemplo, los participantes calificaron qué tanto seleccionan actividades que les hacen sentir bien y qué tanto se mantienen alejados de personas que les ponen de mal humor. Los participantes también completaron otros cuestionarios que midieron su felicidad y sensibilidad emocional, entre otras cosas.

Aunque puramente correlacionales, los hallazgos respaldaron las predicciones de los investigadores: en general, los participantes que puntuaron más alto en selección de situación también tendieron a reportar menores niveles de estado de ánimo negativo y depresión. Además, específicamente entre participantes emocionalmente sensibles que admitieron que encontraban difícil regular sus emociones, la selección de situación también fue asociada con mayor satisfacción con la vida y felicidad.

Si bien parece una obviedad, ¿qué tan a menudo pensamos estratégicamente de esta manera? Muchas veces nuestros planes se basan en hábitos o aceptación pasiva de sugerencias de otras personas.

Para proveer una prueba preliminar sobre sí alentar mayor selección de situaciones podría ser una estrategia útil, especialmente para personas más vulnerables emocionalmente, los investigadores condujeron un segundo estudio en un fin de semana con 125 voluntarios más. El viernes los participantes completaron varios cuestionarios psicológicos, incluyendo evaluar su sensibilidad emocional. Luego, se le dio a la mitad de los participantes la siguiente instrucción, diseñada para fomentar mayor selección de situación, se les pidió que la repitieran para sí mismos tres veces y que se comprometieran completamente con ella:

“¡Si yo estoy decidiendo qué hacer este fin de semana, entonces elegiré actividades que me harán sentir bien para evitar hacer cosas que me harán sentir mal!”

El lunes siguiente, todos los participantes dieron un reporte detallado de sus actividades del fin de semana y cómo se sintieron en cada una. Generalmente la gente de todos modos realiza una buena cantidad de selección de situación, pero la manipulación funcionó en aquellos que recibieron la instrucción que posteriormente puntuaron más alto en selección de situación que los controles que no recibieron la instrucción. Pero lo más importante es que los participantes que recibieron la instrucción de selección de situación experimentaron un estado de ánimo más positivo a lo largo del fin de semana, comparados con los controles, y este fue especialmente el caso para los participantes más sensibles emocionalmente.

“No obstante las limitaciones de los estudios… la presente investigación subraya el potencial de usar la selección de situación para navegar con éxito la vida emocional y sugiere varias direcciones para futuros estudios en esta estrategia de regulación emocional relativamente poco estudiada,” dijeron los investigadores.

Esos estudios futuros podrían incluir indagar si la efectividad del abordaje de la selección de situación es moderada por la capacidad de las personas de juzgar qué tan bien se sentirán en diferentes situaciones, que es lo que los psicólogos llaman “pronóstico afectivo.” También habría que evaluar qué sucede cuando situaciones poco placenteras inevitablemente ocurren en la vida (un pariente enfermo, un jefe enojado, etc.).

Referencia del estudio: Thomas L. Webb, Kristen A. Lindquist, Katelyn Jones, Aya Avishai & Paschal Sheeran. Situation selection is a particularly effective emotion regulation strategy for people who need help regulating their emotions. https://doi.org/10.1080/02699931.2017.1295922

Fuente: The British Psychological Society

 

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Validar los recuerdos distorsionados ayuda a las personas con demencia

  • Equipo de Redacción
  • 28/06/2018

¿Cuál es la mejor manera de ayudar a las personas que tienen demencia? Muchas intervenciones tienen como objetivo permitirles retener las memorias y creencias autodefinidas. En la terapia de reminiscencia, se les invita a hablar sobre eventos o experiencias pasadas con la ayuda de mensajes como fotografías u objetos significativos. En la terapia de validación, existe un reconocimiento explícito de que ya no pueden estar en contacto con la realidad debido a deficiencias de memoria, y podrían beneficiarse de la exploración de su propio sentido de la realidad, la construcción de confianza con los cuidadores y la reducción de la ansiedad. En el trabajo de la historia de la vida, se ayuda a las personas con demencia a presentar una historia que les recuerda los eventos clave y aspectos de sus vidas, promoviendo conexiones con amigos y familiares. En el controvertido enfoque de la demencia contenida descrito por el libro de Oliver James del mismo nombre, se alienta al cuidador a entrar en el mundo a menudo delirante de la persona con demencia y «seguir adelante», siguiendo un guión y sin contradecir.

Lo que estos diferentes enfoques tienen en común es el reconocimiento de que, en las personas con demencia, las creencias básicas sobre quiénes son (lo que a menudo se llama identidad o sentido del yo) están amenazadas por la pérdida de memoria y deben preservarse para permitir la socialización y mejorar la función. Los científicos han observado que, cuando nos hacemos mayores, parece que tenemos más recuerdos y recuerdos más detallados de los sucesos experimentados en la adolescencia o la adultez temprana (de 10 a 30 años), durante el llamado «golpe de reminiscencia». Esto se debe a que consideramos que esos eventos son autodefinidos, que son fundamentales para lo que somos.

Tendemos a subestimar la medida en que cambiamos a través del tiempo debido a un sesgo de coherencia

Tendemos a subestimar la medida en que cambiamos a través del tiempo debido a un sesgo de coherencia: simplemente no actualizamos nuestra autoimagen a la luz de los nuevos desarrollos. Pero esto es particularmente evidente para alguien con demencia, que a menudo se ve a sí misma como era antes del inicio de la enfermedad, cuando era activa, ocupada e independiente. Al animarnos a recordar los logros y las pasiones de nuestros yoes más jóvenes, podemos aferrarnos al sentido de quiénes somos.

En su libro Keeping Mum (2011), la filósofa británica Marianne Talbot describe cómo su madre era una gran narradora antes de tener demencia. Una de sus mejores historias fue cómo un día, cuando tenía 14 años, la madre de Marianne llegaba tarde a la escuela porque su madre acababa de dar a luz gemelos. La directora no creía que ese fuera el motivo de llegar tarde y la castigara, lo cual consideraba una gran injusticia. Cuando la demencia avanzó, la historia sobre el nacimiento de los gemelos terminó fusionándose con otras historias (por ejemplo, otras historias sobre llegar tarde a la escuela) y se repitió muchas veces.

En su investigación sobre la narrativa y la identidad en la enfermedad de Alzheimer, Lars Christer Hyden y Linda Örulv, ambos de la Universidad de Linköping en Suecia, estudiaron historias contadas por dos mujeres con la enfermedad de Alzheimer, una de ellas llamada Martha.

Martha solía contar la historia de cómo había aprendido a conducir y comprar un automóvil, desafiando las dudas de su esposo y su propia familia. Esto era algo de lo que estaba orgullosa porque no muchas mujeres en ese momento hubieran hecho lo mismo. Los aspectos de su historia se repitieron con frecuencia, incluso durante la misma conversación, y presentaron una serie de inconsistencias.

es importante repetir historias que encontramos centrales en nuestras vidas, incluso si contienen imprecisiones y el público deja de participar

Los recuerdos distorsionados y repetitivos que la madre de Marianne y Martha informaron son problemáticos porque las inconsistencias significaban que algunas de sus creencias probablemente fueran falsas. Las repeticiones sugerían que no tenían conciencia de haber contado la historia antes, a la misma audiencia. Sin embargo, es importante repetir historias que encontramos centrales en nuestras vidas, incluso si contienen imprecisiones y el público deja de participar. ¿Porque?

Cuando ya no tenemos acceso a la información autobiográfica, podemos perder progresivamente nuestra identidad, es decir, conservamos menos creencias sobre nosotros mismos y nuestro pasado, y el contenido de esas creencias se vuelve cada vez más vago. Esto tiene un efecto negativo en nuestro bienestar: perdemos la confianza para responder preguntas y participar en conversaciones con otros, y nos resulta particularmente difícil integrar información de las vidas que vivíamos antes de que comenzara la enfermedad.

Frente a una identidad amenazada, la capacidad de contar una historia que desempeñó un papel clave en nuestras vidas y que subyace en nuestras autoconcepciones (el adolescente injustamente castigado, la mujer desafiante) es vital en dos aspectos. Primero, cosechamos beneficio psicológico de una mayor sensación de bienestar. El relato de la historia probablemente permita intercambios sociales y aumente la confianza en sí mismo en un momento en que el riesgo de aislamiento es alto.

Dichos beneficios psicológicos pueden traducirse fácilmente en beneficios epistémicos, un efecto positivo en la capacidad de adquirir, retener y utilizar el conocimiento relevante. Todos esos intercambios sociales, después de todo, nos permiten seguir compartiendo información con otros y recibir comentarios de ellos. Repetir la misma historia aumenta las posibilidades de que la historia se recuerde por más tiempo, reforzando nuestra concepción de nosotros mismos.

Cuando ya no tenemos acceso a la información autobiográfica, podemos perder progresivamente nuestra identidad

En el caso de la madre de Marianne, era la sensación de que ella era una chica honesta que había sido injustamente castigada; en el caso de Martha, era la sensación de que seguiría su propia mente y no estaría condicionada por las opiniones de los demás. Las creencias autodefinidas se conservan como resultado de informes repetidos de memorias que están distorsionadas.

Obviamente, un informe de memoria preciso desempeñaría estos roles positivos y evitaría todos los problemas con imprecisiones e inconsistencias: la realidad no se malinterpretaría. Sin embargo, en el contexto clínico de la demencia, los recuerdos precisos son difíciles de encontrar porque hay menos restricciones en los informes de memoria y menos oportunidades para la autocorrección. Desafiar un informe como impreciso podría no tener el resultado deseado de provocar una mayor precisión, pero podría dar lugar a una negativa a seguir participando. La historia se perderá.

Esto tiene algunas implicaciones interesantes sobre cómo se maneja la notificación de recuerdos distorsionados en la demencia. Negociar la serenidad por la autenticidad alentando a las personas con demencia a vivir felices en un mundo delirante en lugar de miserablemente en el mundo real puede sonar condescendiente e irrespetuoso. Sin embargo, un examen cuidadoso del papel epistémico positivo de los recuerdos distorsionados en la preservación de las creencias autodefinidas, y un reconocimiento de la fragilidad de las historias personales y los narradores de cuentos en la demencia, deberían promover una reevaluación aquí.

Martha podría haber olvidado todo acerca de ser una mujer de voluntad fuerte si no fuera por el récord roto de su historia inconsistente acerca de obtener un permiso de conducir y comprar un automóvil. Y es por eso que debemos estar abiertos a la posibilidad de que, en algunas circunstancias, las creencias falsas sean increíblemente útiles y, por contradictorias que parezcan, esenciales para la retención del conocimiento que importa.

Escrito por: Lisa Bartolotti es profesor de filosofía en la Universidad de Birmingham. Dirige un proyecto financiado por ERC sobre los beneficios psicológicos y epistémicos de las creencias falsas e irracionales (PERFECT). Ella es la autora de Delusions and Other Irrational Beliefs (2009), and Irrationality (2014).

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  • Artículos Recomendados de la Web

No seas tan ingrato

  • David Aparicio
  • 27/06/2018

Interesante entrevista a Rébecca Shankland, experta en la investigación de la gratitud, publicada en el diario La Vanguardia:

¿Por qué somos tan ingratos?

A causa del fenómeno de habituación ya no percibimos las intenciones benévolas que hay detrás de los actos, pasamos por alto el sentimiento de gratitud y generamos una sensación de falta de reconocimiento en el otro. Esta sensación puede generar frustración y, con el tiempo, sufrimiento.

Hace falta humildad.

…Es la cuna de la gratitud. Ser capaz de percibir y agradecer los pequeños gestos, salir del autocentramiento, genera bienestar. André Comte-Sponville decía que la gratitud es un segundo placer que prolonga el primero; como un eco alegre de la alegría experimentada, como una felicidad más para más felicidad.

Solemos ser poco agradecidos con los que tenemos más próximos.

Nos habituamos a lo bueno asumiéndolo como normal, y tendemos a ver lo que no funciona, lo que el otro hace mal en lugar de lo que hace bien, por eso es tan útil el diario de gratitud.

Cómo ser más agradecidos:

¿Por qué es tan difícil ser agradecido?

El cerebro percibe en primer lugar las amenazas, al final del día recordamos lo que ha salido mal, las críticas, los que han sido desagradables, y eso genera insatisfacción ante la vida y las relaciones. Y cada vez que tenemos emociones negativas aumenta el sesgo negativo.

¿Y se contrarresta siendo agradecido?

Sí, porque la gratitud es una emoción muy intensa que nos permite recordar lo positivo. Semanas después de realizar el diario de gratitud, cuando le pedimos a las personas que escriban diez recuerdos, escriben más recuerdos positivos que los que no hicieron el diario. El diario de gratitud hace que los buenos recuerdos estén más accesibles y nos da una sensación de satisfacción con la vida.

Lee la entrevista completa en La Vanguardia.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Una nueva explicación para la depresión?

  • Alejandra Alonso
  • 27/06/2018

Muchos científicos creen que la depresión ocurre debido a la falta de dos tipos de químicos: la serotonina y la noradrenalina. La elaboración de la mayoría de los medicamentos para la depresión se basa en ésta idea. Apuntan a ajustar dichas monoaminas.

Sin embargo, los neurocientíficos de la Universidad Hiroshima, Yumiki Saito y Yuki Kobashi, comentan que para un porcentaje importante de pacientes, estas drogas no son suficientes y opinan que se necesita otra respuesta para ellos.

Su investigación se suma a trabajos previos en los que su equipo encontró que RGS8 controla un receptor de hormonas llamado MCHR1. Partes del cerebro involucradas en el movimiento y la regulación emocional muestran signos de expresión de RGS8. Cuando MCHR1 está activo, ayuda a regular el sueño, la alimentación y el estado de ánimo. Los estudios mostraron que, en células cultivadas, RGS8 desactiva a MCHR1.

En consecuencia, menos RGS8 significaría un incremento de la conducta depresiva. Sin embargo, dicho efecto nunca ha sido examinado en un ser vivo. En la investigación de Saito, se estudiaron ratones en dos ámbitos: a nivel comportamental y a nivel inmunohistológico.

Primero se realizó un test de natación, que es un método de análisis conductual común para evaluar el comportamiento depresivo en animales. Los investigadores miden el tiempo que los ratones estuvieron activos, luego lo sustraen del tiempo total del test, dando como resultado un período de tiempo inmóvil.

Los ratones que presentaban más RGS8 en su sistema nervioso obtuvieron tiempos de inmovilidad más cortos comparados con aquellos que tenían niveles normales de RGS8. Cuando se les administraba una droga antidepresiva que actúa sobre las monoaminas, los ratones tenían tiempos de inmovilidad incluso más breves. Por otro lado, cuando se le daba una droga que frena el trabajo del MCHR1, el tiempo de inmovilidad no cambiaba.

Saito nota que los resultados muestras una nueva clase de depresión ya que las monoaminas no parecen estar involucradas, pero si el MCHR1.

Al ver ésta conclusión, los científicos miraron el cerebro de los ratones para determinar la relación entre MCHR1 y RGS8. Más específicamente, examinaron el tamaño de los cilios que brotan de células en una región del hipocampo llamada CA1, donde la concentración de RGS8 es más alta. Los cilios son organelos similares a las antenas del televisor, que participan en la comunicación celular.

El equipo observó que los ratones RGS8 no solo tenían menos conductas depresivas que aquellos sin RGS8 extra, sino que también tenían cilios más largos. Es decir que los ratones que tomaron la droga para frenar el trabajo de MCHR1 eran más extensos.

En los últimos 10 años, los científicos han estado observando que los cilios disfuncionales se asocian con condiciones como la obesidad y enfermedades del riñón y la retina. No se sabe mucho sobre su relación con trastornos del estado de ánimo. Los hallazgos pueden servir de guía para futuras investigaciones que ayuden a encontrar otras formas de aliviar el sufrimiento de muchas personas con depresión.

Referencia del estudio original: Yuki Kobayashi, Risa Takemoto, Shogo Yamato, Tomoya Okada, Michihiko Iijima, Yoshikatsu Uematsu, Shigeyuki Chaki, Yumiko Saito. Depression-resistant Phenotype in Mice Overexpressing Regulator of G Protein Signaling 8 (RGS8). Neuroscience, 2018; 383: 160 DOI: 10.1016/j.neuroscience.2018.05.005

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Hijos de padres críticos prestan menos atención a expresiones emocionales

  • Alejandra Alonso
  • 27/06/2018

Las personas con padres críticos prestan menos atención a las emociones en las caras de otras personas. Dicha habilidad, reconocer emociones en las expresiones faciales, nos ayuda a formar vínculos satisfactorios con otros.

Para el estudio que dio con dichos hallazgos, liderado por Kiera James, una muestra de 87 padres (de 24 a 71 años) completó el Five-Minute Speech Sample para determinar los niveles de criticismo hacia sus hijos. También se evaluó a los 87 hijos (de 7 a 11 años), quienes realizaron una tarea que tenía que ver con observar caras transformadas. Adicionalmente se examinó un marcador neurológico de atención sostenida.

Aunque no hubieron diferencias significativas en cuanto a la sensibilidad para detectar demostraciones faciales de emoción, si se observó que los niños de padres con altos niveles de criticismo, prestaban menos atención a todas las expresiones faciales de emoción. Esto llevó a los autores a sugerir que los hijos de padres críticos podrían exhibir un patrón evitativo de atención a estímulos afectivos interpersonales.

Según James, sabemos por investigaciones anteriores que tenemos una tendencia a evitar cosas que nos pongan incómodos, ansiosos o tristes (de hecho las personas que sufren fobias y otros trastornos de ansiedad, suelen utilizar este mecanismo).

Además se sabe que los chicos de padres críticos utilizan mecanismos de afrontamiento evitativos con más frecuencia que los chicos de padres no críticos. Esta evitación podría ayudarles a evitar la exposición a expresiones críticas y, por ende, a los sentimientos aversivos que asocian con el criticismo parental. Tristemente, también podría evitar que vean expresiones positivas de otros.

El hecho de que los niños expuestos a altos niveles de criticismo eviten observar dichas expresiones faciales, podría explicar porqué están en riesgo de desarrollar condiciones como depresión y ansiedad más tarde en la vida.

Referencia del artículo original: Kiera M. James, Max Owens, Mary L. Woody, Nathan T. Hall & Brandon E. Gibb (2018) Parental Expressed Emotion-Criticism and Neural Markers of Sustained Attention to Emotional Faces in Children, Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, DOI: 10.1080/15374416.2018.1453365

Fuente: Psyblog

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Usar Realidad Virtual podría mejorar la memoria

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/06/2018

La realidad virtual (RV) ya no es usada sólo como herramienta de entretenimiento. Se ha empezado a aplicar esta tecnología en otros ámbitos como la capacitación laboral, y la educación en general.

Investigadores de la Universidad de Maryland realizaron uno de los primeros análisis en profundidad para saber si las personas aprenden mejor a través de ambientes virtuales inmersivos, como opuesto a plataformas más tradicionales, como una computadora de escritorio bidimensional o con una tableta en las manos. Encontraron que las personas recordaron mejor la información si ésta les había sido presentada en un entorno virtual.

Para el estudio, el equipo de investigadores usó el concepto de “palacio de la memoria” donde las personas recordaron un objeto o ítem al colocarlo en una locación física imaginaria, como un edificio o un pueblo. Este método (de “codificación mnemónica espacial”) ha sido usado desde los tiempos clásicos, tomando ventaja de la habilidad del cerebro humano para organizar espacialmente los pensamientos y recuerdos.

Se reclutaron 40 voluntarios, la mayoría estudiantes que no estaban familiarizados con realidad virtual. Los investigadores los dividieron en dos grupos: uno vio información primero a través de una pantalla de RV montada en la cabeza y después en una computadora de escritorio; los otros hicieron lo opuesto.

Ambos grupos recibieron impresiones de caras bien conocidas (entre ellas Abraham Lincoln, Dalai Lama,Arnold Schwarzenegger and Marilyn Monroe) y se familiarizaron con las imágenes. Después, los investigadores les mostraron las caras usando el formato del palacio de la memoria con dos locaciones imaginarias: una sala interior de un palacio ornamentado y una vista externa de un pueblo medieval. Ambos grupos navegaron cada palacio de la memoria por cinco minutos. Los participantes del grupo de escritorio usaron un mouse para cambiar su punto de vista, mientras los que usaron RV movieron su cabeza de lado a lado y miraron hacia arriba y abajo.

Posteriormente, se les pidió que memoricen la ubicación de cada una de las caras mostradas. La mitad de los rostros fueron puestos en diferentes ubicaciones dentro del escenario interior: Oprah Winfrey se hallaba arriba de una gran escalera; Stephen Hawking estaba unos escalones más abajo, seguido por Shrek.

En la planta baja, la cara de Napoleón Bonaparte se ubicaba sobre una majestuosa mesa de madera, mientras Martin Luther King Jr. estaba posicionado en el centro de la habitación.

De manera similar, para el escenario medieval, los usuarios de RV vieron imágenes que incluyeron la cara de Hillary Clinton a la izquierda de un edificio, con Mickey Mouse y Batman a distintas alturas cerca de estructuras.

Luego, la escena se puso en blanco, y después de un corte de dos minutos, cada palacio de la memoria reapareció con espacios numerados donde habían estado los rostros. Se pidió a los participantes que recordaran qué rostro había estado en cada lugar donde ahora había un número.

La clave, dijeron los investigadores, fue que los participantes identificaran cada rostro por su ubicación física y su relación con las estructuras y caras que lo rodeaban y también por la ubicación de la imagen relativa al propio cuerpo del usuario.

Los resultados mostraron una mejoría general de 8.8 por ciento en recordar con precisión usando los dispositivos de Realidad Virtual, un número estadísticamente relevante según el equipo de investigación.

Muchos de los participantes dijeron que la presencia inmersiva al usar RV les ayudó a enfocarse mejor. Esto se vio reflejado en los resultados del estudio: 40% de los participantes puntuaron al menos 10% más en la habilidad de recordar usando RV que usando el dispositivo de escritorio.

Investigaciones en psicología cognitiva sugieren que la mente está intrínsecamente encarnada, y que la forma en que los humanos crean y recuerdan construcciones mentales es influenciada por la forma en que perciben y se mueven, dijo Plaisant, experta en la interacción humanos-computadoras.

Esto lleva a la posibilidad de que un espacio como el palacio de la memoria, experimentado en un ambiente inmersivo virtual, pueda mejorar el aprendizaje y la memoria aprovechando el sentido general de la posición del cuerpo de una persona, sus movimientos y aceleración, agregó Plaisant.

Este estudio puede servir para sentar las bases de otras investigaciones científicas sobre el valor de la RV y la realidad aumentada (RA) para la educación, desde una escuela primaria hasta cirujanos residentes.

Amitabh Varshney, uno de los investigadores y profesor de Ciencia de la Computación y decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Matemáticas y de la Computación de la Universidad de Maryland, dirige varios estudios en dicha Universidad que involucran realidad virtual y realidad aumentada, incluyendo una colaboración cercana con profesionales del cuidado de la salud interesados en desarrollar herramientas de diagnóstico basadas en RA para medicina de emergencia y en entrenamientos con RV para cirujanos residentes.

Referencia del estudio: Eric Krokos, Catherine Plaisant, Amitabh Varshney. Virtual memory palaces: immersion aids recall. Virtual Reality, 2018; DOI: 10.1007/s10055-018-0346-3

Fuente:Science Daily

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  • Artículos Recomendados de la Web

Guía de la APA para el tratamiento conductual para el sobrepeso y obesidad en niños

  • David Aparicio
  • 25/06/2018

INFOCOP nos informa de la nueva guía de la APA sobre el tratamiento conductual para la obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes en la que presenta los avances terapéuticos y las recomendaciones de expertos en esta importante temática:

Basándose en la revisión sistemática de la evidencia, el panel de expertos recomienda encarecidamente que se proporcionen intervenciones conductuales multicomponente en niños y jóvenes con sobrepeso u obesidad, con una extensión de al menos 26 horas, así como que se incluya la participación de la familia. Estas intervenciones deben iniciarse, según la APA, a la edad más temprana posible y deben incluir entre sus componentes la modificación de conducta, la dieta y la actividad física. Asimismo, la APA recomienda que el tratamiento no se centre en la reducción del peso (debido al efecto estigmatizante y desalentador que puede suponer para el niño o adolescente), sino en la mejora de la salud general y en el establecimiento de comportamientos saludables en la familia.

A este respecto, los expertos de la APA insisten en que la intervención no se dirija únicamente al niño o adolescente, sino que se involucre a los padres u otros miembros de la familia como participantes activos. De hecho, el programa de intervención propuesto por la APA debe centrarse en el entrenamiento de los padres y cuidadores en resolución de problemas y en el establecimiento adecuado de recompensas contingentes, entre otros aspectos.

En relación con la dieta, los expertos recomiendan que se dirijan los esfuerzos hacia el aumento del consumo de frutas y verduras y hacia la disminución en el consumo de bebidas azucaradas para mejorar la calidad de la dieta, frente al establecimiento de restricciones dietéticas extremas. Y, finalmente, en lo que respecta al componente de actividad física, la guía de la APA recomienda el establecimiento de objetivos para reducir la cantidad de tiempo dedicado a actividades sedentarias, como ver la televisión y que la familia adopte patrones de comportamiento más activos.

Además de las recomendaciones para el tratamiento conductual de la obesidad y el sobrepeso en niños, la guía de la APA recomienda tener en cuenta el manejo de los efectos negativos del estigma del peso entre los pacientes pediátricos y sus familias, así como identifica las futuras necesidades de investigación en este ámbito.

Lee el artículo completo en INFOCOP.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Ejercicios de ACT experienciales con pacientes con Trastornos de la Conducta Alimentaria

  • Verónica Mayado
  • 25/06/2018

Fragmento traducido del libro: Acceptance and Commitment Therapy for Eating Disorders: A Process-Focused Guide to Treating Anorexia and Bulimia, escrito por: Sandoz, Emily K.; Wilson, Kelly G.; DuFrene, Troy.


En algún momento de la práctica clínica, la mayoría de los terapeutas se encontrarán con un cliente que padece un trastorno alimentario, pero muchos no están seguros de cómo tratar estos problemas. Debido a que los trastornos alimenticios están arraigados en el secreto y se ven reforzados por la obsesión peligrosa de nuestra cultura con la delgadez, es probable que los pacientes experimenten complicaciones de salud importantes antes de recibir la ayuda que necesitan. La Terapia de Aceptación y Compromiso para los Trastornos de la Alimentación presenta una base conceptual exhaustiva junto con un protocolo completo que los terapeutas pueden utilizar para apuntar a la rigidez y el perfeccionismo en el centro de la mayoría de los trastornos alimentarios. En el presente artículo se presentan algunos de los ejercicios experenciales que pueden ser un recurso valioso para los terapeutas que trabajan con pacientes con dicha problemática.

Ejercicio de defusión

Terapeuta: Me gustaría que empezaras por acomodarte aquí en la habitación. Deja que se cierren tus ojos, y ponte cómoda aquí en la silla, dejando que tus manos caigan sobre tu regazo, tus pies sobre el suelo, y respira, notando de qué manera se siente el aire mientras entra dentro… y fuera. Dentro… y fuera. Dentro… (pausa) y fuera. Nota el ritmo Y si te parece, me gustaría que redujeras el ritmo de la respiración, sólo un poco. Dentro… (pausa) y fuera. Dentro… (pausa) y fuera. Y cuando estés lista, quiero que te imagines a ti mismo como si fueras un invitado en una especie de reunión. Estás rodeado de gente a la que aprecias, y disfrutando de su compañía. Nota el gesto en tu cara mientras te ríes de sus historias, o compartes una tuya propia.

Y respira. Dentro… y fuera. Y permítete ser consciente de tu cuerpo en ese momento. Cómo te sientes, en tu piel (en tu pellejo), mientras notas que conectas con personas a las que aprecias. Y respira. Y en la siguiente respiración, me gustaría que notaras, de repente, que una de tus nuevas compañeras de clase ha entrado en la habitación, y está yendo hacia ti.

En este punto, el terapeuta pide a Lynn que describa qué le parece esta experiencia, guiando suavemente su atención hacia detalles específicos.

Terapeuta: Y ahora, sin abrir tus ojos y dejar esta escena, me gustaría que describieras en pocas palabras cómo cambia tu experiencia mientras ella se dirige a ti. ¿Qué sientes en tu cuerpo? ¿Cambia tu respiración? ¿Tu pulsación? ¿Cuál es la temperatura de tus manos? ¿Tu cara? ¿Hay sensaciones que identifiques? ¿Te sientes decepcionada? ¿Frustrada? ¿Esperanzada? ¿Nerviosa? ¿Hay pensamientos ahí? ¿Qué te dices a ti misma mientras ella avanza? ¿Qué te imaginas que le dices?

A continuación, el terapeuta pide a Lynn que tome consciencia de cómo se imagina que se desarrollará la escena.

Terapeuta: ¿Tienes alguna expectativa sobre cómo va a ir? Me gustaría que notaras, y me explicaras en pocas palabras, tus expectativas sobre qué va a pasar aquí.

Una vez más, el terapeuta guía la atención de Lynn hacia detalles específicos.

Terapeuta: ¿Y cómo se siente tu cuerpo mientras la expectativa se asienta? ¿Alguna sensación? ¿Otros pensamientos que sigan?

Entonces el terapeuta pide a Lynn que imagine que, mientras su compañera finalmente la alcanza, intente ser todo lo “gorda” que pueda, con todas sus implicaciones.

Terapeuta: Y ahora, mientras te das cuenta de que tu compañera finalmente te ha alcanzado y está extendiendo su mano, su boca abriéndose para hablar, me gustaría que tú, mientras elevas tu mirada para encontrarse con la suya, elijas ser tan “gorda” como sea posible.

Primero, físicamente, abandona esa lucha para contener tu cuerpo. Quiero que sientas que tus músculos se aflojan. Da a tu cuerpo permiso para que se expanda, ocupando tanto sitio como sea posible. Y respira. Ve despacio aquí. Empieza por tu cara, tu pelo, tus mejillas, la línea de tu mandíbula mientras te permites ser tan “gorda” como lo sientes. Ahora tus hombros, tu pecho, tu vientre. Y respira. Tus caderas, tus muslos, bajando, hasta tus pies.

Ahora querría que traigas a la mente todos sentimientos que te vienen con “gorda”. Deja que se eleven dentro de ti. Imagina que fluyen a borbotones, como si alguien al otro lado de la sala pudiera mirarte y ver exactamente qué estás sintiendo. Contempla tu expresión facial, los movimientos o sonidos que haces. Y respira. Nota las ansias que hay ahí, tirando de ti. Si sientes el ansia de correr o esconderte, me gustaría que te dieras permiso para hacerlo, para llevarlo a cabo.

Y respira. Y deja que tu atención descanse en tus propios ojos. Obsérvate a ti misma quedarte quieta y callada mientras fijas la mirada en tu yo de ese momento, reconociéndote dentro de “gorda”. Y respira. Dentro… y fuera. Dentro… y fuera. Y cuando estés lista, suavemente, ve metiéndote en tu propia piel, en esta habitación, en este momento, y exhala una última y lenta respiración antes de abrir tus ojos de nuevo y volver a la habitación.

A menudo el terapeuta continúa este ejercicio con alguna forma de debriefing. Esto debería permitir que el cliente relacione las experiencias del ejercicio con su experiencia en el mundo real, e imaginar cómo se puede sentir una defusión cuando se enfrenta a las experiencias más aversivas.

Ejercicio de Aguantar la Respiración

El terapeuta presenta a Karina el ejercicio de Aguantar la Respiración.

Terapeuta: Una de las cosas importantes en el trabajo que realizo es la variedad de formas en las que las personas interactúan con cosas que les resultan incómodas. Podemos hacer esto de una forma bastante sencilla, simplemente cronometrando cómo aguantas la respiración bajo diferentes instrucciones.

¿Estarías dispuesta a hacer esto?

Karina: Sí.

Terapeuta: Cuando diga “Empieza” me gustaría que inhalases, y entonces aguantases tu respiración tanto tiempo como puedas. Voy a cronometrarte. ¿Preparada? Empieza.

Mientras Karina aguanta la respiración, el terapeuta controla el tiempo, suavemente posando su mirada en el reloj o cronómetro, y volviéndola luego hacia Karina. El terapeuta también aporta apoyo no verbal, manteniendo contacto visual cuando es posible y reciprocando expresiones faciales.

Terapeuta: ¿Cómo fue? ¿Qué notaste?

El terapeuta guía a Karina para que responda con tantos detalles como sea posible, y entonces pide a Karina que continúe con la siguiente parte del ejercicio, que conlleva una instrucción explícita de que Karina atienda a la experiencia física de aguantar su respiración.

Terapeuta: Ahora querría que hicieras esto otra vez, pero esta vez te pediría que mires si puedes prestar especial atención a cómo sientes en su cuerpo el aguantar la respiración. Voy a cronometrarte otra vez. Aguanta la respiración tanto tiempo como puedas. ¿Lista? Empezar.

Una vez más, el terapeuta cronometra a Karina y le ofrece apoyo no verbal. Hacen el debriefing, y el terapeuta pide a Karina un rating de su incomodidad.

Terapeuta: ¿Qué has sentido esta vez? ¿Cómo ha estado tu incomodidad, en una escala de 1 a 10?

Una vez más, el terapeuta la guía para que responda con tantos detalles como sea posible, y escribe su rating de incomodidad. Entonces el terapeuta introduce la siguiente parte del ejercicio, dando instrucciones a Karina de que monitorice su incomodidad durante el ejercicio.

Terapeuta: ¿Estarías dispuesta a hacer esto otra vez? Esta vez, voy a darte un bolígrafo y quiero que evalúes tu incomodidad durante el ejercicio, escribiendo un “1” cuando la incomodidad aparezca, un “2” cuando empeore, y así sucesivamente. Así que aguanta la respiración tanto como puedas. ¿Preparada? Empezar.

Otra vez, el terapeuta cronometra a Karina y le ofrece apoyo no verbal. También copia los ratings de Karina, junto con el tiempo en que cada uno fue registrado.

Terapeuta: ¿Y cuál fue la diferencia esta vez? ¿Hasta dónde llegó la incomodidad? ¿Qué más notaste?

Una vez más, el terapeuta guía a Karina para que responda con el mayor detalle posible, y anota su nivel de incomodidad. Entonces el terapeuta introduce la siguiente parte del ejercicio, instruyendo a Karina para que evite las sensaciones físicas durante el mismo.

Terapeuta: Si estás dispuesta a hacerlo una vez más, me gustaría que aguantaras la respiración el tiempo que puedas. Esta vez, sin embargo, quiero que intentes no sentir ninguna incomodidad lo mejor que puedas. Imagínate que puedes desligarte de ella, alejando tu atención cada vez que sientas incomodidad.

Una vez más, el terapeuta cronometra a Karina y le ofrece apoyo no verbal. Hacen el debrief de esta pequeña porción, y del ejercicio en su totalidad.

Terapeuta: Vale. ¿Hasta dónde llegó la incomodidad esta vez?

¿Qué más notaste?

Finalmente, el terapeuta le da a Karina la oportunidad de relacionar esta experiencia con algún aspecto de su vida, lo que permite al terapeuta evaluar qué ha aprendido, si acaso.

Terapeuta: ¿Está esto relacionado con alguna experiencias que surjan en tu vida?

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