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Publicaciones por mes

agosto 2021

53 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Por qué algunas personas son más altruistas que otras – Abigail Marsh

  • 06/08/2021
  • David Aparicio

Cada año, cientos de altruistas extraordinarios arriesgan sus vidas para salvar a extraños, por ejemplo, rescatándolos del peligro o donando órganos para devolverles la salud. Los científicos han luchado por explicar cómo existe tal comportamiento. ¿Pueden los estudios de imágenes cerebrales de altruistas extraordinarios ayudarnos a comprender los orígenes del desinterés, el cuidado y la compasión humanos?

  • Salud Mental y Tratamientos

Cambios en la severidad de los síntomas de autismo en niñas y niños

  • 05/08/2021
  • Alejandra Alonso

Un estudio longitudinal exploró los cambios en la severidad de los síntomas entre niños y niñas con trastorno del espectro autista (TEA).

El trastorno es considerado como espectro ya que los síntomas y su severidad varían mucho entre individuos. La autora principal, Einat Waizbard-Bartiv, y su equipo se interesaron por estudiar los cambios en la severidad de los síntomas a medida que pasa el tiempo, ya que no existe mucha investigación al respecto.

Hay cierta evidencia de que las personas con autismo experimentan cambios sustanciales en la severidad de los síntomas. Identificar estas diferentes trayectorias puede ayudar a señalar ciertos marcadores por los cuales esta población probablemente experimente un incremento, disminución o estabilidad en sus síntomas. Adicionalmente, tal vez podría indicar qué tipo de intervenciones serían más eficaces en cada caso.



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¿Cómo se realizó el estudio?

Se recolectaron los datos de 86 niños y 36 niñas con autismo, que eran parte de un estudio longitudinal más grande, llamado Autism Phenome Projet.

A aproximadamente los 3 años de edad los niños y niñas eran evaluados para conocer la severidad de sus síntomas y habilidad cognitiva. También se evaluaba el funcionamiento adaptativo que incluye puntajes de socialización, comunicación, habilidades motoras y habilidades de la vida diaria. La evaluaciones fueron realizadas o supervisadas por clínicos entrenados y especializados en TEA y se repitieron cuando los participantes cumplieron 6 años.

¿Qué observaron?

Se calculó la extensión de los cambios en la severidad de los síntomas desde la primer evaluación hasta el seguimiento. Se asignó a cada niño y niña un puntaje de cambio, lo que dio como resultado tres grupos:

  1. Un grupo donde los síntomas permanecieron estables, marcado por puntajes que no cambiaron más de 1 punto (54.4%).
  2. Un grupo donde la severidad disminuyó por al menos 2 puntos (28.8%).
  3. Un grupo donde la severidad aumentó por 2 o más puntos (16.8%).

Cerca del 46% de los participantes experimentó cambios en la severidad de los síntomas.

Al explorar características que podrían diferenciar a los tres grupos, el equipo de investigación observó que la historia de intervenciones (total de horas de intervención recibidas a la semana) era similar en los tres grupos. Sin embargo, en el grupo donde la severidad de los síntomas había disminuido había mayor presencia femenina (36.1%). En dicho grupo también habían más niñas y niños con CI mas elevado (tanto en la línea base como en el seguimiento) y mejor funcionamiento adaptativo en el seguimiento.

En el grupo cuya severidad había aumentado, habían un grupo desproporcionadamente pequeño de niñas (8.3%), así como un CI más bajo y habilidades adaptativas reducidas con el tiempo.

Finalmente, en el grupo donde los síntomas se mantuvieron estables, tenía una proporción similar de niñas (55.6%) y niños, habilidades adaptativas estables y tendía a un aumento del CI con el tiempo.

Estos hallazgos sobre las niñas con TEA podría relacionarse a que ellas son más propensas a enmascarar sus síntomas.

El equipo de investigación planea explorar más asociaciones longitudinales en futuros seguimientos para ganar mayor conocimiento de cómo los niños y las niñas con TEA presentan diferentes trayectorias en la severidad de sus síntomas.

Referencia del estudio: Waizbard-Bartov, E., Ferrer, E., Young, G.S. et al. Trajectories of Autism Symptom Severity Change During Early Childhood. J Autism Dev Disord 51, 227–242 (2021). https://doi.org/10.1007/s10803-020-04526-z

Fuente: Psypost

  • Salud Mental y Tratamientos

Las cuatro investigaciones que desearía que mi médico hubiera leído antes de prescribir un antidepresivo

  • 04/08/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Si estás tomando antidepresivos, no los dejes ni modifiques sin consultar con tu clínico antes. Aún no hay datos definitivos sobre a qué personas pueden serle útiles o necesarios los antidepresivos, por lo cual toda decisión al respecto debe ser consultada con un psiquiatra. Existen varios tratamientos psicológicos con distintas perspectivas que han demostrado ser tan eficaces para depresión como los antidepresivos a corto y a largo plazo (hemos mencionado algunos aquí , y en este artículo hay una lista más detallada), por lo cual quizá también quieras considerar preguntar a tu psicólogo o psiquiatra sobre alguno de ellos, sobre qué tan eficaz es en tu caso y qué podrías esperar al respecto.


Con este título, la investigadora y activista Stevie Lewis escribe sobre su experiencia con la abstinencia de antidepresivos y presenta un análisis de cuatro estudios (Lewis, 2021) que rompen con la subestimación de los efectos no deseados de los antidepresivos: la dependencia y la abstinencia, por un lado, y el deficiente acompañamiento profesional en el proceso de reducción de las dosis para dejar la medicación.

84,6% de las personas encuestadas que intentaron dejar un antidepresivo en el año 2018, en el Reino Unido, experimentaron síntomas de abstinencia. Dentro de los más comunes se encuentran: ansiedad, llanto, pavor, entumecimiento, sacudidas cerebrales (que se describen como «descargas eléctricas»), náuseas, vómitos y diarrea, mareos, fatiga, insomnio, pesadillas, problemas sexuales, confusión y amnesia.



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Lewis escribe que si bien en 1996 (cuando se le prescribió antidepresivos por primera vez) ya existían algunas investigaciones sobre los efectos de abstinencia de los antidepresivos, campañas como Defeat Depression habían logrado presentar la depresión como un problema de desequilibrio químico. Como resultado, se afirmó que los antidepresivos eran seguros, efectivos y no creaban hábito.

Durante mucho tiempo la abstinencia de antidepresivos fue negada e ignorada por la comunidad psiquiátrica. Actualmente, muchos organismos médicos oficiales e incluso psiquiatras prominentes han señalado los efectos adversos y duraderos que pueden ocurrir al suspender los antidepresivos.

Esto ha expuesto metodologías sesgadas detrás de gran parte de la investigación existente sobre antidepresivos, y a las compañías farmacéuticas que a menudo suprimen activamente las tasas de respuesta al placebo. También ha suscitado serias dudas sobre la hipótesis del desequilibrio químico, al punto que muchos psiquiatras están empezando a apartarse de ella. Los movimientos y voces de los usuarios de antidepresivos son los que llaman la atención sobre este problema y exigen cambios. 

Los protocolos no están basados en la evidencia (Davies y Read, 2019)

El National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido y las guías sobre depresión de la Asociación Americana de Psiquiatría establecen que las reacciones de abstinencia de los antidepresivos son «autolimitadas» (es decir, que normalmente se resuelven entre 1 y 2 semanas). 

Con el objeto de evaluar esta afirmación, los autores realizaron una revisión sistemática de la literatura para determinar la incidencia, la gravedad y la duración de las reacciones de abstinencia de los antidepresivos. Tras identificar 24 estudios relevantes, con diversas metodologías y tamaños muestrales, los autores encontraron que: 

  • Más de la mitad (56%) de las personas que intentan dejar los antidepresivos experimentan efectos de abstinencia.
  • Casi la mitad (46%) de las personas que experimentan efectos de abstinencia los describen como graves.
  • No es raro que los efectos de la abstinencia duren varias semanas o meses.
  • Las pautas actuales del Reino Unido y EE. UU. subestiman la gravedad y la duración de la abstinencia de antidepresivos, con importantes implicaciones clínicas. Siete de los diez muy diversos estudios que proporcionan datos sobre la duración contradicen las guías de abstinencia del Reino Unido y EE. UU. en el sentido de que encontraron que una proporción significativa de personas que experimentan abstinencia lo hace durante más de dos semanas, y que no es raro que las personas experimenten abstinencia durante varios meses. Los hallazgos de los únicos cuatro estudios que calcularon la duración media fueron, para poblaciones bastante heterogéneas, 5 días, 10 días, 43 días y 79 semanas.

Como conclusión, los autores recomendaron que las guías del Reino Unido y EE. UU. sobre la abstinencia de antidepresivos se actualicen con urgencia, ya que están claramente en desacuerdo con la evidencia sobre la incidencia, gravedad y duración de la abstinencia de antidepresivos, y probablemente están dando lugar a un diagnóstico erróneo generalizado de recaída, la consiguiente prolongación del uso de antidepresivos, muchas prescripciones de antidepresivos innecesarios y tasas más altas de prescripciones de antidepresivos en general. También recomendaron que los prescriptores informen completamente a los pacientes sobre la posibilidad de efectos de abstinencia.

Puedes leer el estudio completo aquí.

La voz del paciente es ignorada (Guy et al., 2020)

En este trabajo los defensores de los pacientes se unen a investigadores y usuarios de antidepresivos para presentar experiencias de primera mano sobre la abstinencia de antidepresivos. En otras palabras, dejan al descubierto que con demasiada frecuencia los médicos asumen erróneamente que lo que la persona está experimentando no es realmente abstinencia de las drogas sino una recaída en la condición subyacente original (como la depresión) o la aparición de un trastorno nuevo.

Para el estudio fueron analizadas las experiencias de 158 encuestados, que también se utilizaron para presentar peticiones a los parlamentos de Escocia y Gales. Los autores encontraron 8 puntos separados en los que los médicos confundieron la abstinencia de fármacos psicotrópicos con otra cosa; también carecían de conocimientos sobre técnicas de reducción gradual de las dosis. Además, los pacientes a menudo recibieron información inadecuada sobre los riesgos de abstinencia.

En sus presentaciones ante los parlamentos, dijeron: “informamos aquí sobre una cohorte de pacientes que se vieron significativamente afectados por la abstinencia de medicamentos antidepresivos (y otros psicotrópicos recetados) y encontraron que la respuesta del sistema de salud a su condición era inadecuada y angustiosa. Esta respuesta inadecuada dio lugar a diagnósticos erróneos, investigaciones y tratamiento adicional, y provocó que muchos encuestados perdieran la fe en el sistema de salud y buscaran ayuda en servicios no regulados dirigidos por pares.”

Un elemento del estudio evaluó las opciones que se les dieron a las personas en su primer encuentro con un médico para informar sobre la angustia. Los investigadores encontraron que los fármacos eran, en general, el único tratamiento ofrecido, y la psicoterapia apenas se ofrecía:

  • Al 97% de los encuestados se les ofreció una receta en su consulta inicial con un médico, al 5% se les ofreció terapia de conversación y al 0,6% se les ofreció consejos sobre el estilo de vida (a algunos pacientes se les ofreció más de una opción).
  • El 0% (cero por ciento) de los encuestados informó haber sido advertido sobre los efectos secundarios o la posibilidad de abstinencia.

Cuando los pacientes informaron efectos secundarios a su médico, las respuestas de los médicos variaron ampliamente: 

  • El 32% probó un medicamento alternativo.
  • El 35% agregó otro medicamento. 
  • El 28% ajustó la dosis.
  • En el 21% de los casos el médico descartó la idea de que los efectos secundarios estaban relacionados con el medicamento recetado.

El estudio incluyó las experiencias de retiro de medicación de 158 personas que firmaron una de las dos peticiones presentadas. Las preguntas eran muy abiertas, por lo que podían proporcionar cualquier información que quisieran sobre sus experiencias de abstinencia. De hecho, la petición escocesa no incluyó ninguna pregunta, en su lugar permitió a los peticionarios presentar sus experiencias en la forma que desearan. La petición de Gales incluyó cuatro preguntas generales sobre la experiencia del retiro de medicación y los apoyos que experimentaron, y cómo mejorarlo.

Los investigadores encontraron los siguientes temas comunes:

  • Falta de información brindada a los pacientes sobre el riesgo de abstinencia de antidepresivos.
  • Los médicos no reconocen los síntomas de la abstinencia.
  • Los médicos están mal informados sobre el mejor método para reducir gradualmente los medicamentos recetados.
  • Pacientes a los que se les diagnosticó una recaída de la afección subyacente o enfermedades médicas distintas de la abstinencia.
  • Pacientes que buscan asesoramiento fuera de la atención médica convencional, incluso en foros online.
  • Efectos significativos sobre el funcionamiento de quienes experimentan abstinencia.

Destacan los investigadores que el elemento central que une la mayoría de las experiencias es una falla en la información dentro del sistema médico. Los médicos no conocen la prevalencia o los síntomas comunes de la abstinencia; los médicos no comparten información sobre los riesgos con sus pacientes; los médicos no saben cómo suspender los medicamentos. Esta falta de información lleva a los pacientes a buscar conocimientos médicos en otros lugares, como foros online.

Estas experiencias tienen profundas implicaciones para la atención médica: los médicos y los responsables de la formulación de políticas deben escuchar mejor a los pacientes, y actualizar los protocolos y guías tanto de Reino Unido como de Estados Unidos.

Si los médicos escucharan mejor a sus pacientes, no descartarían estas experiencias ni las considerarían una recaída de síntomas anteriores. Las experiencias comunes de abstinencia, como síntomas parecidos a los de la gripe, sacudidas cerebrales y movimientos musculares involuntarios, son obviamente muy diferentes de los síntomas que comprenden la «depresión», por ejemplo. No hay explicación de cómo los médicos pueden enmarcar estas experiencias como «recaídas».

“Además de los costos innecesarios para el sistema de salud, muchos pacientes destacaron en sus relatos lo invalidante y angustioso que era no ser creído por sus médicos mientras experimentaban síntomas incapacitantes y severos”, escribieron los investigadores.

Finalmente, sugieren que los enfoques no farmacológicos para la angustia, como la psicoterapia, deberían expandirse para que los pacientes no estén expuestos innecesariamente a los daños de los medicamentos antidepresivos.

Puedes leer la investigación completa aquí.

Reducción gradual de dosis para mitigar los efectos de la abstinencia (Horowitz y Taylor, 2019)

Al presentar este artículo, Lewis resalta su importancia por considerar que si sus médicos lo hubieran conocido podrían haber aliviado su propia experiencia.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) actúan para mantener la serotonina en los espacios entre las sinapsis, lo que en general eleva los niveles de serotonina. Sin embargo, el cuerpo humano tiende a compensar cambios químicos como este para crear homeostasis. Esa adaptación compensatoria puede reducir la cantidad de serotonina que se produce en esas áreas. Debido a los efectos neurobiológicos de los ISRS, es necesaria una reducción «hiperbólica» de la dosis para prevenir los síntomas de abstinencia.

Tras analizar las tomografías por emisión de positrones (PET), los autores concluyeron que la reducción de los antidepresivos debe ser lenta e hiperbólica (reducción cada vez más pequeña) a dosis que son mucho más pequeñas que lo que se considera una dosis mínima. Esto es esencial para reducir los efectos de la abstinencia. 

Este artículo ayuda a diferenciar entre la abstinencia (que ocurre en días, responde a los antidepresivos y puede parecer fisiológica y psicológicamente diferente a los síntomas originales) y una recaída. A pesar de estas diferencias, a veces los síntomas originales y la abstinencia pueden parecer iguales, lo que complica aún más las cosas.

Las pautas de tratamiento reconocen la posibilidad de síntomas de abstinencia y recomiendan disminuir gradualmente al suspender los antidepresivos. Sin embargo, esas recomendaciones son por periodos cortos de reducción de hasta 4 semanas, disminuyendo a la mitad la dosis en grandes incrementos. En general, también sugieren que los síntomas de abstinencia sólo durarán un período corto de tiempo y que muchas personas no experimentan ningún síntoma de abstinencia.

Desafortunadamente, la evidencia de la investigación sugiere lo contrario. Un ensayo aleatorio de prácticas de interrupción de medicación encontró que una reducción gradual de 2 semanas no era mejor para prevenir los síntomas de abstinencia que una reducción gradual de tres días; ninguna de las prácticas fue lo suficientemente larga para prevenir la abstinencia (Tint et al., 2008).

Según el estudio de Horowitz y Taylor, los síntomas de abstinencia justo después de suspender un antidepresivo también se asocian con un aumento del 60% en los intentos de suicidio.

En la encuesta del Reino Unido, los síntomas no desaparecieron rápidamente: 

  • De las personas que tomaban antidepresivos, el 38,6% tenía síntomas de abstinencia que duraron más de un año. 
  • De los que tomaban múltiples medicamentos (por lo general, incluidos los antidepresivos y las benzodiazepinas), más de la mitad (56,6%) presentaban síntomas de abstinencia que duraban más de un año. 
  • Cuando se les pidió que calificaran la gravedad de estos síntomas, la calificación promedio fue de nueve sobre diez.

Puedes leer el artículo completo aquí.

Sobrevivir a los antidepresivos (Framer, 2021)

Dada la escasez de servicios sistémicos que ayuden a las personas a dejar los psicotrópicos o incluso que proporcionen información relevante y actualizada, el movimiento de usuarios de antidepresivos ha llenado el vacío. Los grupos de apoyo de las redes sociales son una parte integral de esto. El último artículo sugerido por Lewis es un estudio sobre los grupos de apoyo de Facebook para la abstinencia de antidepresivos.

La autora fue usuaria de antidepresivos y luchó con la abstinencia; también es la fundadora de survivingantidepressants.org. Este documento muestra cómo los usuarios de antidepresivos se han apoyado entre sí y han ayudado a reducir gradualmente las medicaciones, especialmente en ausencia de ayuda psiquiátrica. 

En su estudio, Framer presenta el síndrome post-abstinencia aguda, que describe los diversos síntomas físicos y emocionales que se desarrollan a medida que el cuerpo se reajusta siguiendo las adaptaciones que tuvo que hacer mientras tomaba el medicamento. También toca las “neuroemociones”, es decir, las emociones generadas por los efectos neurológicos de la abstinencia.

A partir de su investigación, la autora informa:

  • Personas de todos los ámbitos de la vida solicitan ayuda para reducir gradualmente todo tipo de medicamentos psiquiátricos. Sin embargo, SurvivingAntidepressants.org surgió debido a que uno de cada seis adultos en EEUU tomaba medicamentos psiquiátricos, y de ellos el 95% estaba tomando antidepresivos.
  • Diferenciar la “recaída” de los síntomas de abstinencia requiere tanto escuchar, como paciencia. Los síntomas emocionales de la abstinencia pueden ser confusos. Pero Framer señala que los síntomas emocionales de la abstinencia aguda son repentinos, a diferencia de una recaída que es gradual. Los pacientes a menudo describen sus sentimientos de abstinencia como «nuevos o excepcionalmente graves». Por ejemplo: «nunca antes había sentido esto». La abstinencia suele causar sensaciones eléctricas en el cerebro, a menudo descritas como «zaps» (o sacudidas), entre otras condiciones fisiológicas, como mareos, dolor, náuseas e insomnio.
  • La reducción puede y debe ajustarse al individuo, ya que los niveles de tolerancia varían ampliamente. La reducción también debe tener en cuenta los fármacos más difíciles de reducir y “des-prescribir”, en particular antipsicóticos y paroxetina.
  • A menudo, lo que dificulta la reducción gradual y la “des-prescripción” de medicamentos son las reacciones adversas a los medicamentos y la polifarmacología. Estos factores hacen que sea difícil determinar qué fármaco está causando cada síntoma. De hecho, hay innumerables narrativas en SurvivingAntidepressants.org que recuerdan las dificultades de las cascadas de prescripciones, las reacciones adversas a los medicamentos y las interacciones entre medicamentos.
  • Los síntomas de abstinencia indican inestabilidad neurológica, lo que requiere más precaución cuando los médicos consideran nuevos medicamentos o dosis paliativas.
  • Nunca se debe omitir dosis para la disminución gradual.

“Cualquier paciente está en riesgo de presentar síntomas de abstinencia psicotrópica, y la gravedad de la lesión por efectos adversos no reconocidos de los medicamentos y síntomas de abstinencia puede ser mayor. Los pacientes necesitan que los prescriptores revisen sus suposiciones y prácticas por el bien de nuestros síntomas nerviosos”, sostiene Framer.

El artículo de Framer, «Lo que he aprendido al ayudar a miles de personas a reducir gradualmente los antidepresivos y otros medicamentos psicotrópicos», y su sitio web abren puertas para que los médicos puedan ver cómo comprender mejor la abstinencia de fármacos psicotrópicos. Su trabajo también otorga una autoridad científica única y poderosa a la experiencia vivida de quienes visitaron SurvivingAntidepressants.org en busca de consejos y sabiduría comunitaria cuando los canales más formales no tenían las respuestas para ayudar.

El análisis presentado por Lewis busca que las personas que prescriben antidepresivos lo hagan con conciencia de lo que están prescribiendo, de sus efectos adversos y del derecho a la información de los pacientes que acuden a su consulta profesional confiando en que tendrán el acompañamiento y trato digno que toda persona merece. 

Puedes leer el artículo completo aquí.

Referencias:

  • Davies, J., & Read, J. (2019). A systematic review into the incidence, severity and duration of antidepressant withdrawal effects: Are guidelines evidence-based? Addictive Behaviors, 97, 111-121. https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2018.08.027
  • Framer, A. (2021). What I have learnt from helping thousands of people taper off antidepressants and other psychotropic medications. Therapeutic Advances in Psychopharmacology, 11, 2045125321991274. https://doi.org/10.1177/2045125321991274
  • Guy, A., Brown, M., Lewis, S., & Horowitz, M. (2020). The ‘patient voice’: patients who experience antidepressant withdrawal symptoms are often dismissed, or misdiagnosed with relapse, or a new medical condition. En Therapeutic Advances in Psychopharmacology (Vol. 10, p. 204512532096718). https://doi.org/10.1177/2045125320967183
  • Horowitz, M. A., & Taylor, D. (2019). Tapering of SSRI treatment to mitigate withdrawal symptoms – Authors’ reply . The Lancet. Psychiatry, 6(7), 562-563. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(19)30219-6
  • Lewis, S. (2021). The four research papers I wish my doctor had read before prescribing an antidepressant. British Journal of Medical Practice. DOI: https://doi.org/10.3399/bjgp21X716321 
  • Tint, A., Haddad, P. M., & Anderson, I. M. (2008). The effect of rate of antidepressant tapering on the incidence of discontinuation symptoms: a randomised study. Journal of Psychopharmacology , 22(3), 330-332. https://doi.org/10.1177/0269881107081550

Fuente: Mad in America

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Fortnite y el desarrollo de conductas prosociales

  • 03/08/2021
  • Alejandra Alonso

En los últimos años los juego online masivos con multijugadores (MMOG por sus siglas en inglés) les permiten a niñas, niños y adolescentes sumergirse en un mundo virtual simultáneamente donde pueden ganar o perder recursos, puntos y habilidades, mientras juegan solos o en grupo para conseguir los objetivos del juego.

Aunque madres y padres han tratado de combatir el uso de videojuegos debido a que los consideran perjudiciales, las investigaciones muestran que tienen varios beneficios, como el desarrollo de habilidades.

Un nuevo estudio se enfocó en explorar una de las relaciones que mayor miedo causan: videojuegos con aspectos violentos y su relación con conductas en el mundo real entre niñas, niños y adolescentes. Los autores hipotetizaron que los aspectos prosociales del popular juego Fortnite (en donde los jugadores pelean para ser el único sobreviviente o grupo de supervivientes en una isla) estimularían la conducta prosocial, ganándole al aspecto más violento del videojuego.



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¿Cómo se realizó?

Participaron 838 estudiantes (625 niños y 213 niñas) israelíes de primaria que asistían a escuelas estatales. Los sujetos jugaban Fortnite (condición con violencia) o pinball, en modo solitario o con compañeros. Se midieron el disfrute del juego, la sensación de cercanía con los co-jugadores y la competencia percibida.

También se incluyeron dos medidas de conducta prosocial:

  1. Se les pidió a los participantes que indicaran cuánto de su potencial premio en dinero entregarían a la caridad para niñas y niños.
  2. Cuando pensaban que el estudio había finalizado, se les preguntó si ayudarían al investigador en otros estudios y cuánto tiempo estarían dispuestos a dar.

¿Qué resultados obtuvieron?

Los resultados fueron muy interesantes:

  • Se observó que los niños y niñas en la condición de Fortnite eran propensos, por un margen significativo, a dar más dinero y donar más de su tiempo luego del juego, comparado a los niños y niñas en la condición pinball, a pesar de tratarse de un juego más violento.
  • Los niños y niñas en la condición Fortnite solitario también eran más prosociales comparados con los niños que jugaron pinball con compañeros.

Para las autoras podrían haber varias razones que expliquen esto, una de ellas sería el disfrute del juego, ya que Fortnite inspiraba más emociones agradables. Las autoras notaron que los puntajes en conducta prosocial aumentaron al subir también los puntajes generales de satisfacción de las necesidades psicológicas. Por ejemplo, los niños y niñas que se sentían más competentes y conectados con otros jugadores eran más prosociales.

  • Las personas en modo de co-jugador en el juego Fortnite se sentían más competentes. Las personas en el modo de co-jugador en el juego pinball se sentían luego menos competentes.
  • Todos los niños y niñas estaban familiarizados con el juego Fortnite, probablemente por eso lo disfrutaban más. Futuros estudios deben tener en cuenta este factor.

Las autoras tuvieron éxito en demostrar que la relación entre los videojuegos violentos y la conducta antisocial está lejos de ser lineal. Los videojuegos con jugadores múltiples son capaces de elicitar respuestas psicológicas y emocionales múltiples, muchas de las cuales son positivas.

Referencia del estudio: Shoshani, A., & Krauskopf, M. (2021). The Fortnite social paradox: The effects of violent-cooperative multi-player video games on children’s basic psychological needs and prosocial behavior. Computers in Human Behavior, 116, 106641. doi:10.1016/j.chb.2020.106641

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El amor evoluciona y no vale la pena preocuparse por la muerte: lecciones de vida de una persona de 88 años

  • 03/08/2021
  • David Aparicio

Un retrato íntimo e ingenioso de la vida, Inga captura las rutinas y reflejos de una mujer de 88 años llamada Inga Boysen. Enmarcado como un vistazo a su vida diaria y reflexiones cuidadosas mientras registra sus memorias en un cuaderno, este documental del cineasta Uffe Mulvad, nacido en Dinamarca y residente en Noruega, sigue a Boysen a través de las rutinas diarias de despertarse, escribir, hacer ejercicio y bañarse en un lugar cercano. lago. Su memoria se presenta en dos capítulos. La primera trata sobre el amor y cómo con el tiempo evoluciona de algo eléctrico e irracional a algo más tranquilo, negociado y sostenible. El segundo es una reflexión sobre la naturaleza agridulce de la vejez. Al igual que el baño diario de Boysen, el cortometraje es un encuentro breve pero enriquecedor.

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Piense en los trastornos mentales como las “tendencias pegajosas» de la mente

  • 03/08/2021
  • Equipo de Redacción

¿Qué son exactamente los trastornos mentales? La respuesta a esta pregunta es importante porque informa cómo los investigadores deben tratar de explicar los trastornos mentales, cómo responde el público a las personas que los padecen y cómo debemos desarrollar los tratamientos para ellos.

A pesar de la importancia de esta pregunta, hay poco consenso sobre la respuesta. Algunos sostienen que los trastornos mentales son enfermedades cerebrales. Otros argumentan que son construcciones sociales que se utilizan para medicalizar comportamientos aberrantes. Algunos piensan que son respuestas conductuales evolutivamente adaptativas que ya no funcionan para nosotros en un contexto moderno. Y algunos piensan que son errores o sesgos en nuestra «codificación» cognitiva. Sin embargo, otros creen que son solo respuestas normales a situaciones terribles.

Cuando comencé mi formación como psicólogo clínico, me sentí incómodo al estar expuesto a estos entendimientos tremendamente diferentes de qué son exactamente los trastornos mentales y por qué podrían o no contar como un trastorno o una disfunción. Entonces, cuando me embarqué en mi investigación de doctorado, decidí buscar algo de claridad en torno a este concepto que sirve como pilar fundamental para la psiquiatría, la psicología clínica y para gran parte de nuestro discurso sobre la salud mental.



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Mi observación inicial fue que lo que consideramos un trastorno mental está íntimamente relacionado con cómo pensamos que funcionan el cuerpo y la mente humanos, en un sentido general. Por ejemplo, es más probable que un biólogo celular considere que los trastornos mentales son enfermedades cerebrales, en comparación con un sociólogo, que podría ver todo el concepto de trastornos mentales como una construcción social. La comprensión de cómo funcionan los humanos influye en la comprensión de lo que significa que los humanos sean «disfuncionales». En un ejemplo tonto, si nos metiéramos en una máquina del tiempo, visitáramos a René Descartes y le preguntáramos qué son los trastornos mentales, podríamos suponer que su respuesta se basaría en su comprensión dualista de la mente y el cuerpo. Tal vez sugiera que los trastornos mentales representan corrupciones del alma, o tal vez algún tipo de falla mecánica en el alma que se comunica a través de la glándula pineal.

Esta observación apunta a algunas preguntas interesantes: ¿podrían ciertos marcos del funcionamiento humano ser mejores que otros para ayudarnos a pensar en el trastorno mental? ¿Podría una visión más útil del funcionamiento humano producir una comprensión más rica del trastorno mental? Al reducir el alcance de mi investigación, estas preguntas me llevaron a una posición conocida como “enactivismo encarnado”.

El enactivismo encarnado es una posición creciente en la filosofía de la mente y las ciencias cognitivas. Es una posición «biológica» en el sentido de que reconoce los procesos fisiológicos vitales en la búsqueda de la comprensión del comportamiento humano, pero otorga el mismo valor al significado personal y las escalas de explicación interpersonal. De esta manera, logra ser no reduccionista sin ignorar la importancia de nuestra encarnación como criaturas biológicas. Es esta amplitud de perspectiva la que inicialmente llamó mi atención sobre el enactivismo encarnado como un marco del funcionamiento humano desde el cual considerar el trastorno mental. El enactivismo encarnado ve las diversas escalas de explicación relevantes para comprender el comportamiento humano como diferentes aspectos del mismo todo dinámico: un organismo en relación con su mundo.

Los trastornos mentales parecen estar compuestos por redes de mecanismos, que abarcan el sistema cerebro-cuerpo-entorno, que juntos mantienen el compromiso con la conducta desadaptativa

Para desglosarlo un poco más, el enactivismo encarnado ve la mente como encarnada, incrustada y enactiva. «Encarnado» se refiere a la idea de que la mente es completamente material, incluido no solo el cerebro, sino el sistema cerebro-cuerpo. No somos solo cerebros que conducen nuestros esqueletos como coches, sino que nuestro «yo» está constituido por todo nuestro cuerpo. «Integrado» se refiere a la idea de que estamos conectados de forma rica y bidireccional con el mundo que nos rodea, y que esta conexión tiene una influencia enorme en nuestro comportamiento. Vivimos en un entorno tanto físico como sociocultural. Con el tiempo, ambos damos forma a este mundo y somos moldeados por él. Por último, «enactivo» se refiere a la idea de que el significado que experimentamos se realiza a través de nuestro propósito inherente como organismos que luchan. No solo vemos el mundo que nos rodea como hechos áridos, sino que experimentamos el mundo como si tuviera un significado inmanente. Este significado no está en el mundo, ni lo construimos nosotros, sino que se refiere a la relación muy real entre el estado del mundo y nuestro propósito de tratar de seguir viviendo. El mundo tiene significado para nosotros.

El enactivismo encarnado nos empuja a pensar en el cerebro, el cuerpo y el medio ambiente actuando todos juntos como un sistema complejo. Esta amplia perspectiva se alinea con una clara evidencia de que, cuando se trata de trastorno mental, todo, desde los genes hasta la cultura, parece jugar un papel importante. Cada vez más, parece que el trastorno mental podría no estar definido por una sola desviación o esencia biológica (como un desequilibrio de sustancias químicas en el cerebro); más bien, los trastornos mentales parecen estar compuestos por redes de mecanismos, que abarcan el sistema cerebro-cuerpo-entorno, que juntos mantienen el compromiso con la conducta desadaptativa.

Junto a esta perspectiva abarcadora, el enactivismo encarnado tiene una comprensión particular de los valores y la normatividad, viéndolos como cosas reales en el mundo que existen para los organismos a través de su relación necesaria con el medio ambiente. Esto tiene el potencial de abordar una división que existe actualmente entre aquellos que ven los trastornos mentales como definidos por normas y valores (denominados «evaluativistas») y aquellos que ven los trastornos mentales como fenómenos definidos naturalmente (conocidos como «objetivistas»). Desde el punto de vista de un enactivista encarnado, los trastornos mentales son tanto naturales como normativos: son patrones de comportamiento, pensamiento y emoción que están en conflicto con el modo de funcionamiento de una persona en el mundo.

Un dilema, en particular, destaca la utilidad de ver el trastorno mental a través de la lente del enactivismo encarnado, una visión para la que existe un apoyo creciente. Los trastornos mentales se pueden considerar mejor como redes de mecanismos, en lugar de enfermedades con esencias claramente definidas. Sin embargo, a pesar de estar afectados por factores que abarcan el cerebro, el cuerpo y el medio ambiente, todavía vemos patrones aparentemente reconocibles de angustia y disfunción, como la depresión y la ansiedad, en lugar de una mezcla de problemas idiosincrásicos en la vida. ¿Por qué sucede esto? El enactivismo incorporado sugiere la posibilidad de que estos patrones de pensamientos, comportamientos y emociones representen «tendencias pegajosas» en el sistema cerebro-cuerpo-entorno humano.

“Pegajoso” es mi forma de describir el concepto de una cuenca atractora: en matemáticas, un estado en el que un sistema tiende a caer y permanecer a pesar de las diferentes condiciones iniciales. Para decirlo en un lenguaje más sencillo, los trastornos mentales pueden ser patrones de pensamiento, comportamiento y emoción en los que el sistema cerebro-cuerpo-entorno humano tiende a caer, y estos patrones son difíciles de cambiar porque se mantienen por sí mismos.

La depresión es depresión, en parte, porque es un patrón de pensamiento, comportamiento y emoción en el que el sistema cerebro-cuerpo-ambiente humano tiende a caer y atascarse. Desde esta perspectiva, los trastornos mentales son patrones difusos pero reales en el mundo que se puede descubrir, en lugar de decidir. Y lo que es más importante, esto significa que siguen siendo el tipo de cosas que podemos intentar explicar.

Para comprender un poco más este concepto, imagínese sosteniendo un recipiente del tamaño de una caja de arena. El suelo de este contenedor tiene la forma de un pequeño paisaje con colinas y valles. Ahora imagina colocar una canica en el recipiente y mover tus manos para que la canica ruede sobre el paisaje. Observe cómo la canica se atasca en los valles y rebota en las colinas; cómo a veces cae en patrones o pistas particulares a través del paisaje. En esta analogía, el mármol que se encuentra en diferentes lugares del recipiente representa diferentes estados en los que una persona puede estar, y la forma del paisaje representa las influencias combinadas, que van desde los productos químicos hasta la cultura, que afectan el comportamiento de una persona. En la esquina superior izquierda hay un valle particularmente profundo que representa la depresión o algún otro trastorno mental. Si la canica se atasca en este valle, realmente tienes que inclinar y agitar el recipiente para que la canica se mueva de allí. Mientras la canica está atascada en el valle, solo puede moverse hacia atrás y hacia adelante, atascada en el mismo patrón de comportamiento; por lo tanto, la depresión se mantiene «pegajosa».

Desde este punto de vista, si vamos a explicar la depresión (u otro trastorno mental), lo que debemos comprender es la red de factores que dieron forma y mantienen este valle. Necesitamos entender cómo se constituye esta red de tal manera que mantiene este patrón de comportamientos, pensamientos y emociones, a pesar de ser desadaptativo para la persona afectada.

Ciertamente no estoy afirmando que una perspectiva enactiva encarnada sea la última palabra sobre la naturaleza del trastorno mental. Más bien, creo que representa una respuesta viable a la pregunta ¿Qué son los trastornos mentales? y uno que me ha ayudado a encontrar claridad mientras continúo mi formación en psicología clínica. Si las ciencias de la psicopatología van a progresar, debemos seguir haciendo esta pregunta y refinando nuestras respuestas.

Kristopher Nielsen es estudiante de doctorado en psicología en la Universidad Victoria de Wellington en Nueva Zelanda.

Artículo publicado en AEON y cedido para Psyciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La paradoja de la eficiencia – Edward Tenner

  • 03/08/2021
  • David Aparicio

¿Nuestra obsesión por la eficiencia nos hace menos eficientes? En esta reveladora charla, el escritor e historiador Edward Tenner analiza las promesas y los peligros de nuestro impulso por hacer las cosas lo más rápido posible, y sugiere siete formas en las que podemos utilizar la «ineficiencia inspirada» para ser más productivos.

Fuente: TED-Ed

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  • Salud Mental y Tratamientos

Dos ejercicios de respiración abdominal para trabajar con tus consultantes

  • 03/08/2021
  • David Aparicio

Prestar atención a la respiración y notar cómo cambia a cada instante es una de las habilidades más poderosas para desenredar las preocupaciones mentales y dirigir cada acción que hacemos con intencionalidad. Es el ancla a tierra que nos mantiene firmes en medio de la tormenta.

Jon Kabat-Zinn lo explica en su libro Vivir en plenitud las crisis, de la siguiente manera:

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Depresión posparto y aislamiento durante la pandemia por COVID-19

  • 03/08/2021
  • Alejandra Alonso

Las mujeres describieron sentimientos de soledad, cansancio, preocupación, culpa, estrés y de insuficiencia. Aquellas para quienes sus parejas no podían ayudarlas en la crianza y las tareas domésticas, particularmente en los hogares donde estaban lidiando también con las demandas de la escolaridad virtual, sintieron un impacto más agudo durante el aislamiento.

La investigación

Los investigadores realizaron una encuesta a 162 madres cuyos bebés tenían 6 meses o menosque vivían en Londres entre mayo y junio del 2020, utilizando un diseño hecho especialmente en respuesta al aislamiento físico. Las participantes hicieron una lista de 25 personas que eran importantes para ellas y dijeron con quienes habían interactuado y cómo (en persona, llamada, videoconferencia, mensajes, etc.).



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También se obtuvieron reportes de su bienestar con la escala Edinburgo de Depresión Posparto, una herramienta muy común en Londres.

Resultados

A mayor contacto de las madres con las personas (tanto cara a cara como remoto), menos síntomas de depresión reportaban, sugiriendo que la reducción del contacto social durante el aislamiento podía haber incrementado el riesgo de depresión posparto.

Sin embargo, las mujeres que mantuvieron contacto cara a cara con miembros de la familia eran más propensas a presentar síntomas de depresión que las mujeres que vieron menos a sus familiares. Los autores y autoras creen que podría relacionarse al quebrantamiento del aislamiento para ir a apoyar a un familiar con dificultades en salud mental.

Muchas madres opinan que el aislamiento creó una “carga de maternidad constante” (nadie podía ir a visitarlas y darles un descanso, por ejemplo) y que aunque el contacto virtual ayudaba, seguía siendo insuficiente. 

Pero no todas las madres tuvieron una experiencia negativa, algunas sintieron que el tiempo en familia fue protegido y mejoró los vínculos. También permitió que sus parejas estuvieran presentes para compartir el tiempo de crianza.

Las madres que habían tenido un recién nacido y tenían más hijos en casa reportaron mayor sufrimiento, ya que la situación era muy demandante, sumándole también la escuela en casa. Las madres primerizas sentían que habían perdido momentos preciosos con su familia, amigos y bebé, lo que exacerbó las dificultades para adaptarse a su nuevo rol y los sentimientos de soledad.

Pero en las situaciones en que las parejas estaban más tiempo en casa debido al aislamiento, y podían compartir las arduas tareas y el mantenimiento de la casa o cuidar de los otros niños y niñas, las mamás sintieron beneficios. Algunos reportaron que les ayudó a mejorar su relación.

Referencia del estudio: Sarah Myers, Emily H. Emmott. Communication Across Maternal Social Networks During England’s First National Lockdown and Its Association With Postnatal Depressive Symptoms. Frontiers in Psychology, 2021; 12 DOI: 10.3389/fpsyg.2021.648002  

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Autoestima, imagen corporal y Facebook

  • 02/08/2021
  • Alejandra Alonso

Investigadores realizaron un estudio transcultural (Austria, Bélgica, España y Corea del Sur) donde examinaron cómo la comparación con otros en las redes sociales impacta a nuestra autoestima. El objetivo del estudio fue proveer herramientas prácticas para programas de intervención.

Diferentes constructos teóricos y evidencia empírica sugieren que la autoestima se basa en una variedad de factores: competencia académica, apoyo familiar y aprobación de otros. El equipo se enfocó en ese último factor por dos razones:

  1. Podría subyacer otras contingencias, como la apariencia, ya que la comparación con (y por) otros es fundamental para esto.
  2. Es probable que sea culturalmente sensible, ya que se sabe que la tendencia a realizar comparaciones sociales varía según las tendencias sociales colectivistas (predominantemente asiáticas) frente a las individualistas (predominantemente europeas).

Cómo realizaron la investigación



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Se usaron datos de una gran encuesta transcultural, con un total de 981 participantes: 20% de Austria, 30% de Bélgica, 31% de España y 19% de Corea del Sur. Dichos datos pertenecían a una muestra de adolescentes (12 a 16 años) de los que solo se tomaron en consideración los de las chicas.

La autoestima contingente a la aprobación de otros se midió utilizando un cuestionario, así como también las tendencias a engancharse en comparaciones de la apariencia en Facebook (por ejemplo, comparar su figura con la de otros u otras en Facebook). La estima del cuerpo también fue medida con un cuestionario de 7 puntos (un ejemplo de las preguntas es, “me gusta lo que veo cuando me miro en el espejo”).

Resultados

En primer lugar, una mayor contingencia con la aprobación de otros predijo una estima del cuerpo más baja en todos los países.

Los autores concluyeron que la relación entre engancharse en comparaciones por Facebook y una baja estima del cuerpo propio estaban mediados por el grado en que la aprobación de otros era importante para la autoestima.

En segundo lugar, solo las chicas europeas eran más propensas a engancharse en comparaciones de su apariencia cuando su autoestima era contingente a la aprobación de otros. Adicionalmente, solo las chicas europeas demostraron una relación significativa entre engancharse en comparaciones y una autoestima baja en general. El equipo de investigación cree que la exposición a imágenes altamente editadas y pulidas tiene un rol importante en estas relaciones. Las chicas coreanas, por el contrario, no eran más propensas a engancharse en comparaciones debido a baja autoestima o mayor necesidad de aprobación.

Estas claras diferencias entre las chicas coreanas y las europeas les permitió a las autoras y autor confirmar la importancia del contexto culturas. Según explican, las chicas coreanas podrían ser menos propensas a compararse con otros en las redes sociales debido a diferencias culturales, como por ejemplo que la cultura coreana es más colectivista y la aprobación de otros es importante en todos los aspectos de la via.

El equipo recomienda que las intervenciones tengan los siguientes objetivos:

  1. Enfocarse en la importancia y el valor de la singularidad personal.
  2. Educar sobre las redes sociales, especialmente en países europeos, y sobre las imágenes retocadas, exageradas e irreales que pueden encontrarse allí.

Referencia: Prieler, M., Choi, J., & Lee, H. E. (2021). The Relationships among Self-Worth Contingency on Others’ Approval, Appearance Comparisons on Facebook, and Adolescent Girls’ Body Esteem: A Cross-Cultural Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(3), 901. MDPI AG. Retrieved from http://dx.doi.org/10.3390/ijerph18030901

Fuente: Psypost

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