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Interpretar la verdad

  • Asociación Educar
  • 21/10/2016

¿Qué es verdad? El concepto de verdad puede aludir tanto a la realidad como al conocimiento. Son dos sentidos diferentes.

El término verdad relativo a la realidad misma tiene interés en una fase de la investigación, ya que experimentar es conversar con la realidad. Por ello, cuando investigamos, observamos, miramos o vemos lo que más preocupa es que el interlocutor sea la realidad de verdad y no cualquier otro substituto.

Por ejemplo, un caso clásico está en la diferencia entre el ruido y la información. ¿Cómo separar uno del otro?

la verdad de la realidad es plenamente cultural

Cuando un aparato de observación, o nuestros propios sentidos, proporcionan datos, la pregunta siempre es: ¿son de verdad? o ¿es un artificio? Difiere, además, de saber separar la realidad de una ilusión de la realidad y cómo distinguirlo, ya que el problema es profundo y afecta directamente a la percepción humana, un proceso complejísimo que empieza en el mundo físico de los objetos que emiten señales, continúa por el mundo fisiológico que las capta, sigue en el mundo cerebral que las interpreta y acaba ―si acaba― en un mundo psicológico y cultural que las distorsiona.

Otro aspecto de la verdad de la realidad es plenamente cultural. Es, por ejemplo, la verdad asociada a la realidad que presentan los museos. Muchos de estos centros engañan al visitante con la exposición de mezclas de piezas de verdad y otras de mentira. Hoy se pueden hacer copias y reproducciones indistinguibles y ¿por qué desilusionar al visitante con avisos? ¿Por qué renunciar a una buena copia del buen original que tiene otro buen museo?

El truco reside en sustituir la realidad ―o parte de ella― por conocimiento, es decir, por representaciones de la realidad (copias, simulaciones, imágenes).

Por su parte, mentir es faltar a la verdad a sabiendas de que lo que se está haciendo. Se trata de afirmaciones falsas que crean una idea o una imagen inexacta también. Las personas, cuando mienten, lo hacen porque consideran necesario ofrecer una imagen diferente de la realidad, con la que no están conformes.

La máscara que proporciona la mentira permite crear una imagen de nosotros mismos que se quiere trasmitir. Sin embargo, esta careta es inconsistente, ya que una mentira lleva a la elaboración de una larga cadena de ellas que permita sostener la certeza de la primera, lo cual produce miedo a perder la imagen falsa que se ha establecido y supone una tensión continua para el mentiroso en cuestión. Además, genera un importante desgaste de energías, ya que es necesario contar con una buena memoria para no contradecir las mentiras anteriores.

Durante el proceso de mentir se produce una carga cognitiva por la cual el cerebro humano activa mayor número de áreas que cuando se dice una verdad. A medida que se incrementa la actividad cerebral aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y, por tanto, aumenta el oxígeno en sangre.

Dada la complejidad de la conducta de mentir en el cerebro no existe un único centro de la mentira sino múltiples áreas implicadas que interactúan entre ellas.

Durante el proceso de mentir se produce una carga cognitiva por la cual el cerebro humano activa mayor número de áreas que cuando se dice una verdad

Cuando mentimos, en el cerebro se activan tres regiones diferentes: el lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el sistema límbico, y lo hacen en mayor medida que cuando decimos la verdad.

Por lo tanto, el acto de mentir requiere de un esfuerzo cerebral extra, ya que cuando se hace se activan zonas del lóbulo frontal que desempeñan un papel en la atención y concentración, además de vigilar posibles errores para suprimir la verdad.

Asímismo, las redes cerebrales utilizadas para expresar una mentira espontánea son diferentes de las que se emplean para pronunciar una mentira memorizada.

La mentira espontánea estimula una parte del lóbulo frontal relacionada con el funcionamiento de la memoria, mientras que la ensayada estimula una parte distinta en la corteza frontal derecha, vinculada con la memoria episódica.

Lo que vemos es lo que vemos, pero la interpretación de lo que observamos no es lo que percibimos.

La apreciación de esto último corresponde al cerebro, y los parámetros para hacerlo no son los mismos en cada uno, puesto que se basan en un complejo algoritmo surgido de millones de sinapsis neuronales, absolutamente individuales, que avala comprender científicamente que casi ningún concepto es absoluto, sino supeditado según a cómo lo interpretamos.

Así que existirían tantas verdades como individuos, y esto se relaciona directamente con el «aparato cerebral» debida cuenta de que la interpretación mental no se basa en lo que se ve sino en lo que el cerebro quiere ver.

en el cerebro no existe un único centro de la mentira

Solemos pensar que nuestra percepción del mundo es mucho más completa de lo que es en realidad.

Sentimos que registramos lo que pasa en nuestro entorno al igual que una cámara de vídeo. Sin embargo, lo que sucede es muy distinto, porque el cerebro engaña a través de mecanismos muy sofisticados que incluso construyen creencias que a fuerza de repetirse se convierten en verdades difíciles de refutar y que maltratan la existencia.

Todo por obra y gracia del cerebro ese órgano maravilloso que nos hace individuos únicos e irrepetibles, desplegando, incluso, una adaptación mágica de las debilidades que pone a nuestro servicio.

El bien, la verdad y la belleza tienen sus raíces en el mundo biológico y en la evolución, así como en la actividad neuronal, ya que lo que imaginamos que estamos oyendo o viendo puede cambiar realmente lo que percibimos.

Un estudio del Karolinska Institute de Suecia ha demostrado que nuestra imaginación puede afectar la manera en que experimentamos el mundo más de lo que hasta ahora se creía: aquello que imaginamos que estamos oyendo o viendo puede cambiar realmente lo que percibimos.

Por otro lado, los resultados obtenidos arrojan además nueva luz sobre una cuestión clásica de la psicología y de las neurociencias: cómo combina el cerebro la información que le llega de los diferentes sentidos.

A menudo pensamos en las cosas que imaginamos y percibimos como claramente disociable. Sin embargo, esta investigación ha demostrado que la imaginación de un sonido o de una forma cambia la manera en que percibimos el mundo que nos rodea, de la misma manera que lo hace escuchar realmente ese sonido o ver esa forma.

En concreto, descubrimos que lo que imaginamos oír puede cambiar lo que vemos realmente, y que lo que vemos con la imaginación puede cambiar lo que realmente escuchamos porque la imaginación transforma la percepción real y, según los investigadores, estos resultados pueden ser útiles para la comprensión de los mecanismos que hacen que el cerebro no distinga entre pensamiento y realidad, por ejemplo, en ciertos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.

Esta es una primera serie de experimentos con los que se pretende aclarar definitivamente si las señales sensoriales generadas por la imaginación son lo suficientemente fuertes como para cambiar nuestra percepción del mundo real y confirmar si lo que es y significa no es algo separado como si fuera uno físico y el otro mental.

No cabe duda de que la realidad es distinta de cómo la vemos y dos mentes inmersas en la realidad están separadas por la realidad misma. Esto significa que una mente, para comunicarse con otra, ha de atravesarla.

Es decir, el conocimiento creado por una mente, como representación de una complejidad presuntamente infinita, se ha de traducir en un trozo de realidad para que así pueda alcanzar otra mente de destino.

Es el caso de una pintura, una escultura, una ecuación matemática, un poema, un programa de ordenador, un gesto, un objeto… Por ello, un conocimiento está encuadrado en el espacio y el tiempo. Empieza y acaba. El conocimiento es finito.

Basta que la proposición aluda a la realidad de este mundo para que las cosas se compliquen muy rápidamente. El propio lenguaje cubre el concepto de verdad con una delicada capa de ambigüedad. En efecto, digamos, y es mucho decir, que el diccionario del idioma con más palabras no llega a cien mil palabras. Bien, pues resulta que el número de objetos y fenómenos distintos de este mundo son muchos más y esto significa que cualquier proposición escrita en el más rico de los idiomas es, si alude a la realidad de este mundo, forzosamente falsa.

La veracidad es un deber moral cuyo cumplimiento afecta a la dimensión social del hombre y facilita la convivencia humana

Sencillamente, no hay bastantes palabras para decir la realidad, por lo tanto, la proposición no puede tener sólo dos estados accesibles (verdadero y falso), sino infinitos valores entre un mínimo (falso) y un máximo (verdadero).

Por eso, antes de llegar, incluso, al conocimiento general de la realidad, el concepto de verdad pierde su carácter absoluto, porque la verdad tiene peso, la verdad tiene grados, la verdad tiene matices.

Entonces, ¿Qué es la verdad?

La verdad es una calidad del conocimiento, la que alude al grado de compatibilidad entre la simplicidad que representa y la complejidad que es representada, donde la cuestión fundamental es que en principio la primera es finita y la segunda es infinita.

En cualquiera de sus sentidos, el concepto de verdad está muy emparentado con el de fidelidad. El amor a la verdad se muestra también en la veracidad, es decir, en el hábito de conformar las acciones exteriores con lo que interiormente se piensa, en ser fieles al manifestar los pensamientos y en decir siempre lo que se entiende que es verdad y manifestarse a los demás como interiormente se es.

La veracidad es un deber moral cuyo cumplimiento afecta a la dimensión social del hombre y facilita la convivencia humana. («La verdad, norma del pensamiento y de la conducta»- F. Ponz, Universidad de Navarra, España). Proviene de una disposición permanente de la voluntad para manifestar fielmente el conocimiento personal de la verdad, que viene exigida por la dignidad de la persona humana y por el deber de lealtad y bienestar que el hombre debe guardar con todos los demás hombres, sean como sean. Finalmente, la veracidad ocupa un lugar muy importante en la vida moral del hombre.

Todo lo que sea manifestar la verdad y facilitar a los demás el acceso a la verdad, eleva al hombre. Y cuanto suponga inducir al error, faltar a la veracidad, dificulta el recto uso de la inteligencia, contradice el derecho natural que todo hombre tiene a conocer la verdad, a que se le diga la verdad; supone una ofensa y daño a la dignidad humana.

No puede haber justicia sin amor y sin veracidad. Y la falta de veracidad es, además, una manifiesta carencia de amor entre los hombres. Sin veracidad resulta imposible el orden moral en la vida social, porque ésta reclama la comunicación de ideas, sentimientos, noticias, etc., sobre la base de que todo ello responde a la verdad, al menos a lo que cada uno entiende honradamente que es verdadero.

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  • Psicología clínica

Adolescentes con trastorno bipolar presentan mayor riesgo de abuso de sustancias en la adultez

  • Rita Arosemena P.
  • 20/10/2016
Un estudio efectuado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y publicado en el Journal of Clinical Psychiatry ha establecido una asociación importante entre el trastorno bipolar en la adolescencia y la incidencia en el consumo de tabaco y sustancias tóxicas. Según Timothy Wilens, médico encargado de la sección de Psiquiatría de la Niñez y la Adolescencia, los jóvenes diagnosticados con trastorno bipolar que continuaron exhibiendo síntomas durante un lapso de cinco años mostraron mayor riesgo de desarrollar trastorno de abuso de sustancias que quienes denotaron una reducción de los síntomas por remisión del trastorno bipolar o bien por efecto del tratamiento.
los participantes diagnosticados con trastorno bipolar presentan un índice de abuso de sustancias de 34%
El estudio original fue publicado en 2008 en la revista científica Drug and Alcohol Dependence, y se basó en un análisis extensivo de información que incluyó el historial familiar, datos recopilados por médicos de atención primaria, entrevistas realizadas a un aproximado de 105 adolescentes con edad promedio de 14 años diagnosticados con trastorno bipolar y un grupo de control de 98 adolescentes sin ningún trastorno del ánimo. Como resultado del análisis, se obtuvo que los participantes diagnosticados con trastorno bipolar presentan un índice de abuso de sustancias de 34%, mientras que los miembros del grupo de control presentan un estimado de 4%. Durante los cinco años de seguimiento efectuados para el análisis de datos, se realizaron entrevistas a 68 de los participantes diagnosticados con trastorno bipolar — se perdió el seguimiento de 37 — y a 81 de los miembros del grupo de control. Entre los diagnosticados con bipolaridad, 23 dejaron de cumplir con los criterios del trastorno, 36 continuaban experimentando los síntomas y 9 no cumplían todos los criterios. Las conclusiones arrojaron que, en el periodo de cinco años a partir del estudio original, más miembros del grupo diagnosticado con trastorno bipolar se vieron envueltos en casos de trastorno de abuso de sustancias que los integrantes del grupo de control, lo que deriva en una incidencia de 49% (bipolaridad) frente a un 26%. Un punto a tomar en cuenta es que si bien el tratamiento de otro tipo de trastornos como el TDAH no influyó en la tasa de riesgo estimada en el estudio original, los nuevos análisis sugieren que controlar la presencia de desórdenes de conducta aumenta de las probabilidades de que el abuso de sustancias disminuya. Esto se debe a que la existencia de desórdenes de conducta adicionales juega un rol importante en el riesgo asociado con el desarrollo de trastorno bipolar. Willens y su equipo de trabajo continúan analizando un subgrupo de participantes de los cuales se obtuvo una impresión detallada de la actividad cerebral para entender los circuitos involucrados en la interacción entre el desorden bipolar y el abuso de sustancias. En el futuro, planean investigar los factores que influyen en la persistencia del trastorno bipolar y su impacto en el tratamiento de la incidencia de consumo de tabaco y otro tipo de abuso de sustancias. Fuente: Psypost | Psychiatrist

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Simposio: multidisciplinario: “El entendimiento”. La actividad científica (Uruguay)

  • David Aparicio
  • 20/10/2016
El sábado 22 de octubre se llevará acabo el Simposio multidisciplinario: “El entendimiento”. La actividad científica es organizada por el Centro de Estudios Adlerianos – IAIP Uruguay en el Museo Pedagógico José Pedro Varela – Montevideo – En esta edición se abordará el tópico el entendimiento desde diversas disciplinas quienes disertarán durante 10-20 minutos en la sala emblemática de esta ciudad -patrimonio cultural- aludiendo al reformador de la enseñanza el Señor José Pedro Varela. La sala conserva el estilo de la época con los mobiliarios, vitrales y cuadros en donde Varela dialogaba sobre temas de enseñanza y disciplinas conexas. El evento ha sido declarado de interés Ministerial: Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Interés Educativo: Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y de Interés Municipal: Intendencia de Montevideo (IMM). Auspician: Ministerio de Salud Pública (MSP) y Universidad de la República (UDELAR) Programa: Mag. Natalia Echegoyemberry: “Género y ciudadanía” (Argentina) Lic. Nicolás Iglesias Schneider: ¿Religiones para el conflicto o para el entendimiento? Dra. Sonnia Romero Gorski: «Protección y bienestar desde lo cultural» Mag. Delfina Terrado: “Educación positiva para el desarrollo de las potencialidades” (Argentina) Dr. Raimundo Dinello: “Pedagogía de la Expresión” Dra. Ana María Araújo: “El entendimiento hoy en la hipermodernidad” Lic. Andrés Buschiazzo: “El entendimiento de las psicoterapias” Fecha y lugar Sábado 22 de octubre, 10:00 hs puntual y allí mismo se realiza la inscripción (se recomienda estar 15 min. antes para reservar lugar) / Finaliza antes de las 13:30 hs. Museo Pedagógico – Plaza Cagancha 1175 / Entrada libre / Se otorgan certificados Ingresa aquí para mayor información.

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Sin categoría

Las medicaciones para la hipertensión se relacionan con el riesgo de sufrir depresión o trastorno bipolar

  • David Aparicio
  • 19/10/2016
El primer estudio sobre la medicación para la hipertensión y los trastornos del estado de ánimo encontró que cuatro de los medicamentos más comúnmente recetados para esta condición podrían incrementar el riego de admisión médica causada por alteraciones en el estado de animo relacionadas con la depresión y trastorno bipolar. El estudio está disponible en Hypertension, y según sus datos dos de los medicamentos evaluados podrían incrementar el riesgo de los trastornos del estado de ánimo, uno se relacionó con la disminución del riego y el último restante no tuvo efectos considerables. Se recabó información de más de 500 mil adultos de 40 a 80 años de edad participaron en este gran estudio. Luego seleccionaron a 144,066 pacientes hipertensos que recibían tratamiento con los inhibidores de los receptores de angiotensina , beta bloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio y diuréticos tiazídico. El grupo control estuvo compuesto por 111,936 pacientes del mismo grupo etario que no consumía ninguno de esos medicamentos. Después de las pruebas se hizo un seguimiento de todos los participantes durante 5 años y durante ese tiempo registraron las hospitalizaciones que habían tenido los participantes y si sufrían de trastornos del estado de ánimo como la depresión y el trastorno bipolar. En total se contabilizaron 299 hospitalizaciones causadas, mayormente, por los efectos de la depresión y estas internaciones se daban, con un promedio de 2.3 años después de haber iniciado el tratamiento con la medicación para la hipertensión. También se encontró que los pacientes que consumían los beta bloqueadores y los bloqueadores de los canales de calcio tenían dos veces más riesgo de ser hospitalizados por algún trastorno del estado de ánimo en comparación con los sujetos que utilizaban los inhibidores de angiotensina, los cuales tenían el menor riesgo de hospitalización por trastornos del estado de ánimo en comparación con otros pacientes con otras medicaciones. Los pacientes que consumían thiazide diuréticos tenían el mismo riesgo de trastornos de estado de ánimo que las personas que no tomaban ninguna medicación para la hipertensión, en otras palabras no incrementó el riesgo. Los datos de esta investigación se valieron de los casos más graves donde los pacientes son internados en los centros médicos. Ahora falta que se pueda evaluar si las medicaciones para la hipertensión también se relacionan con los cambios de humor moderados y que quizás no son tan fáciles de detectar. Antes de concluir, es importante recordarles que estos son estudios preliminares y no son motivos para dejar la medicación prescrita por los médicos. Actualmente más de 1.000 millones de personas sufren de hipertensión arterial y la medida más eficaz para controlarla es a través de la medicación y un estilo de vida sano. Fuente: Psypost

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  • Psicología aplicada

Las personas que son positivas viven más, según estudio

  • Alejandra Alonso
  • 19/10/2016
En los últimos años, la gente le ha dado más relevancia a la salud y se ha interesado por saber cuál es el estilo de vida que contribuye a una vida más longeva. En una investigación, que incluyó a 28.662 personas, se encontró un rasgo de personalidad que se vincula con una vida más larga. El rasgo en cuestión es ser positivo. Las personas vivían mejor si eran más:
  1. Optimistas sobre el futuro.
  2. Cercanas a otras personas
  3. Decididas.
  4. Se sentían más útiles y relajadas.
Aquellas personas cuyos puntajes se encontraban entre los primeros 6 por ser positivos eran 18% menos propensos a morir durante el curso de los siguientes 4 años. Otros factores clave que se asociaron con la longevidad fueron estar casado o tener un título universitario. En el estudio se examinó tanto la salud mental como la física de los participantes. Las personas analizadas tenían niveles similares de salud física, ingresos y otras características demográficas. Sorpresivamente, los ingresos no tuvieron efecto sobre las probabilidades de morir. El Dr. Christopher Jacobi, autor principal del estudio, comenta:

“Los resultados indican que una mejor salud mental parece tener una especie de efecto protector contra la mortalidad. En la literatura investigada, las formas más frecuentes en que una salud mental positiva tiende a afectar a la mortalidad es a través de respuestas fisiológicas directas como presión sanguínea más baja, capacidad de afrontar el estrés, fumar y beber menos frecuente, un estilo de vida activo y mejor calidad de sueño. Igualmente, las personas con una salud mental positiva alta podrían no ser afectadas tan severamente por los efectos sintomáticos y fisiológicos potencialmente negativos de acontecimientos de la vida como el divorcio o el desempleo.”

El estudio fue presentado en una conferencia del British Sociological Association’s Medical Sociology el 8 de Septiembre del 2016. Fuente: PSYBLOG

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  • Definiciones

Afasia

  • Alejandra Alonso
  • 19/10/2016
Afasia

La afasia es un trastorno del lenguaje caracterizado por una dificultad en la comprensión o en la producción del lenguaje. Se considera que es producto de un daño neurológico adquirido (Serrano, Martelli, Harris, Tufró, Ranalli, Taragano, Tamaroff, Alegri, 2005). Puede ser causada por una lesión en el área de Broca, ubicado en el lóbulo frontal, cerca de la corteza motora que controla las áreas de la cara encargadas del habla; o el área de Wernicke, ubicada en el lóbulo temporal, que une sonidos con lo visual (Rathus, 2007).

En el año 1865, Paul Broca observó que, luego de una lesión en un área específica del lóbulo frontal izquierdo (área de Broca), una persona presentaría dificultad para formar palabras, aunque comprendería el discurso de otros y podría cantar canciones populares. Una lesión en el área de Broca se evidenciaría entonces por un discurso lento y laborioso, donde se utilizan oraciones simples.

Por otro lado, en 1874 Carl Wernicke descubrió que una lesión en un área concreta ubicada en el lóbulo temporal izquierdo (área de Wernicke) resultaría en un discurso sin sentido, aunque la persona si podría producir palabras. Es decir, una persona con lesión en dicha área podría tener dificultad entendiendo el discurso (ya sea el suyo o el de otros) y su propio discurso no tiene sentido (Rathus, 2007, Myers, 2006).

También se descubrió otra área cerebral que se encarga de recibir la información visual y recodificarla en forma auditiva, para que el área de Wernicke pueda deducir el significado. Estamos hablando de la circunvolución angular, que nos sirve para poder leer en voz alta. Las fibras nerviosas se encargan de conectar ambas áreas (Myers, 2006).

A partir de estos datos, Norman Geschwind (citado en Myers, 2006) ofreció la siguiente explicación: al leer en voz alta las palabras son grabadas en el área visual, de allí se reenvían a la circunvolución angular que las codifica; luego son trasladadas para su comprensión en el área de Wernicke y, por último se envían al área de Broca que se encarga de crear la palabra hablada. Una lesión en cualquiera de estos niveles produce formas diferentes de afasia (Myers, 2006).

Como se dijo anteriormente, el tipo depende de en qué área se produjo la lesión (además existen diversas clasificaciones, de diferentes autores), así podemos encontrar a la afasia de Broca, la afasia de Wernicke (descritas anteriormente) afasia anómica, la afasia de conducción (dificultad para repetir), la afasia transcortical motora y sensorial (dada por una falla en la conexión entre el centro motor y sensorial) se caracteriza por la conservación de la capacidad de repetir palabras y frases y la afasia global, donde tanto la comprensión como la producción del lenguaje se ven afectados (Serrano y cols. 2005; Sabe, Courtis, Saavedra, Prodán, Luján Calcagno, Melián, 2008; Ardila, 2006).

Se han observado casos de niños con un funcionamiento normal previo que luego presentan epilepsia y afasia. Se cree que la afasia puede darse como consecuencia de descargas epilépticas en las áreas encargadas del lenguaje, produciendo lo que se conoce como síndrome de Landau-Kleffner (Nieto Barrera, López Alcaide, Candau Fernández-Mensaque, Ruiz del Portal Bermudo, Rufo Campos, Correa Charro, 1997).

También existe la afasia progresiva primaria, caracterizada por un deterioro progresivo que se da predominantemente en el lenguaje, mientras que otras facultades mentales (memoria, habilidades viso-espaciales, conducta, habilidades de la vida diaria) se ven intactas, lo que la diferenciaría de las afasia relacionadas con la demencia (Serrano y cols. 2005).

La afasia también puede producirse debido a un ACV, traumatismos craneoencefálicos, tumores, infecciones, enfermedades nutricionales y metabólicas o enfermedades degenerativas como la demencia (Ardila, 2006).

Fuentes:

  • Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana: Madrid
  • Rathus, S. (2007), Psychology. Principles in practice. Holt, Rinehart and Winston: U.S.

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  • Guías y recursos

Avances en la evaluación de las adicciones (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 18/10/2016
El fenómeno de la adicción al consumo de drogas legales e ilegales supone un grave problema sociosanitario a nivel global. La correcta evaluación de la gravedad de la adicción y de sus consecuencias es crucial para poder ofrecer alternativas terapéuticas adecuadas a las necesidades de los pacientes. A lo largo de las últimas décadas se han desarrollado multitud de entrevistas diagnósticas para facilitar la detección de los trastornos por consumo de drogas, así como entrevistas centradas en la gravedad de la adicción para determinar el alcance de las consecuencias de su uso. También se han elaborado cuestionarios genéricos que evalúan diversos aspectos relacionados con el uso de sustancias de forma transversal, y cuestionarios específicos que se centran en áreas muy concretas o en sustancias puntuales. La evolución de los instrumentos de evaluación para población adulta ha sido muy significativa, pero las herramientas para adolescentes son de aparición relativamente reciente y la disponibilidad, sobretodo de instrumentos validados al castellano, es más escasa. No obstante, en la actualidad se dispone de una amplia variedad de herramientas psicométricamente robustas. En esta revisión se analiza en primer lugar la magnitud del problema de la adicción a nivel global y nacional, su impacto y coste social, y los antecedentes y avances en la evaluación de las adicciones. Finalmente se discuten las necesidades más acuciantes y las líneas futuras en este campo de la psicología. Autoras: Sergio Fernández-Artamendi y Sara Weinberg. Descarga el artículo completo en formato PDF. Publicado en la revista académica Papeles del Psicólogo.

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Sin categoría

(Vídeo) Terapia Breve Centrada en Soluciones con niños y familias

  • David Aparicio
  • 18/10/2016
Jorge Ayala es especialista en la Terapia Breve Centrada en Soluciones y desde hace varios años se ha enfocado fuertemente en el entrenamiento online de psicólogos y profesionales que desean enriquecer su práctica y habilidades con la riqueza de este enfoque terapéutico. Jorge está lanzando todos los jueves webinars gratuitos y en esta primera edición conoceremos de qué se trata el método centrado en soluciones, las estrategias para conversar con niños y niñas para ganar su confianza, colaboración, movilizar los recursos y habilidades para encontrar una solución. El próximo webinar será el jueves 20 de octubre y se titula: ¿Qué hacer cuando la terapia no señala progreso? Para verlo recibir el webinar en vivo y poder hacerles preguntas a Jorge debes inscribirte aquí y también te recomendamos visitar su página para obtener más recursos especializados.

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  • Entrevistas

La práctica basada en la evidencia en psicología: una conversación con Scott Lilienfeld

  • Fabián Maero
  • 18/10/2016
Scott Lilienfeld es sin duda uno de los referentes de Psyciencia. En algunos casos hemos traducido o adaptado numerosos artículos suyos, y en otros hemos tomado algunas de sus ideas para formular artículos propios. Por ejemplo, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, son todos artículos que son traducciones o piezas propias que se han beneficiado de sus aportes. A esta altura tendríamos que declararlo escritor honorario de Psyciencia. Lilienfeld es profesor en la Emory University, en los Estados Unidos. Ha escrito varios libros, el más conocido de los cuales quizá sea: 50 grandes mitos de la psicología popular. Las ideas falsas más comunes sobre la conducta humana, que es de lectura obligada para cualquier estudiante de psicología, como así también decenas de artículos en tópicos muy variados, tanto en journals académicos como en revistas de divulgación. Lilienfeld es difícil de clasificar. No se dedica exclusivamente a un área o tema de la psicología, sino que investiga y escribe sobre temas dentro de la disciplina que necesitan una perspectiva científica más rigurosa. Lo constante es la perspectiva amable pero escéptica sobre el campo de la psicología, y el soporte constante en la investigación y evidencia disponible en todo lo que escribe. Y a decir verdad, es alguien a quien todos en Psyciencia admiramos profundamente, por lo cual cuando nos enteramos que iba a estar en Argentina intentamos sobornar a quien hiciera falta para estar allí. Nos referimos, por supuesto, al 2do Congreso Latinoamericano para el Avance de la Ciencia Psicológica (CLACIP), organizado por la Asociación para el Avance de la Ciencia Psicológica (AACP) que se realizó en Buenos Aires. En él, Scott disertaría sobre la práctica basada en evidencia y el papel que los sesgos juegan en ella (algo sobre lo que ha publicado y que Paula José Quintero ha reseñado en este artículo). Estuvimos haciendo streaming en vivo en Facebook durante una parte de su conferencia, así que si les interesa pueden ver el video de su conferencia, en inglés, (es probable que el video esté disponible eventualmente vía la AACP, dado que lo estaban grabando, pero aún no hemos podido confirmarlo). 20161014_162742 Nos encontramos con la agradable noticia de que no sólo no sería necesario sobornar a nadie, sino que la AACP nos invitó a hacer la cobertura del evento y nos trató con mayor amabilidad de la que merecemos. Le escribimos a Scott, quien gentilmente accedió a reunirse con nosotros, con nuestro entusiasmo, y con nuestro inglés con acento entre ruso y mandarín. Paula José Quintero y quien escribe estas líneas nos encontramos con Scott luego de su conferencia, y la entrevista terminó siendo una conversación entre los tres –caótica por momentos pero que hemos pulido un poco para compartirla con ustedes. Descarga el audio de la entrevista en inglés.

***

Hola Scott. Ante todo, gracias por acceder a la entrevista. Es un placer para mí. Estaba buscando tu biografía académica, y tengo este pequeño resumen con algunos de los tópicos sobre los que has trabajado. Has escrito sobre recuerdos reprimidos, con Elizabeth Loftus, personalidad psicopática en chimpancés y en humanos, trastorno disociativo de la identidad, EMDR, técnicas proyectivas, Rorschach, terapia de duelo, estrés postraumático, TDAH, prácticas basada en la evidencia en general, terapias potencialmente dañinas, terapia asistida con animales, mitos de la psicología popular, neurociencia, y la lista sigue. ¿Cómo has podido hacer todo eso? Umm, hay dos trucos. El primero es no dormir demasiado (risas). El segundo es que creo que soy en cierta medida un extranjero para la psicología americana, y en cierto modo creo que he sido afortunado respecto a cuándo obtuve mi doctorado, fue en 1990. Creo que si me doctorara hoy sería mucho más difícil para mí hacer todo eso. Lo digo porque creo que soy más bien un generalista que un especialista, y si bien eso me gusta, es mi estilo intelectual, tiene también un costo, en el sentido de que no tengo un historial de becas académicas, no trabajo principalmente en una sola área por largos períodos de tiempo, cosa que, al menos en los Estados Unidos, se está volviendo cada vez más importante, o incluso esencial, para obtener trabajos académicos y becas de investigación en las universidades. Si estuviera entrando en la academia hoy sería muy difícil para mí obtener un trabajo académico en una universidad porque trabajo en tantas áreas diferentes.

soy más bien un generalista que un especialista, y si bien eso me gusta, es mi estilo intelectual

Pero ese es mi temperamento, ese es mi estilo, me gusta leer con amplitud en muchas áreas, me gusta pensar las cosas con amplitud, y lo que eso significa es que tiene el costo de no trabajar demasiado en una sola área. Soy un poco como mi director de doctorado, David Lykken, que se llamaba a sí mismo un «carpintero básico» , ese era su estilo, construir las bases de algo y luego moverse a otro lugar y trabajar con otras personas. Y creo que ese es mi estilo también, pero, insisto, ese no es un estilo que necesariamente se valore en la academia moderna, al menos en Norteamérica. Sí, se valora más la especialización. Sí, la especialización, y creo que la especialización es importante y necesaria en algunos dominios, pero me preocupa un poco que pueda tornarse en hiperespecialización, con personas sabiendo muchísimo sobre una sola cosa. Podemos volver a lo que decía Isaiah Berlin, sobre las diferencias entre los erizos y los zorros . El erizo es el animal que sabe una cosa, un gran tema que conoce bien, mientras que el zorro sabe muchas cosas distintas. Yo soy más bien un zorro pero creo –y  esta es mi perspectiva, mi sesgo– creo que es bueno tener una mezcla de personas así en un departamento de psicología. Como les he dicho a varias personas, no querría un departamento de psicología sólo con personas como yo, porque creo que se necesitan personas que trabajen en un solo problema durante largos períodos de tiempo, tratando de resolverlo, eso es realmente importante. Y por otra parte, creo que es bueno tener algunos generalistas en los departamentos, que puedan cruzar las brechas entre las distintas áreas y ayudar a unir las diferentes partes. Esa es mi opinión. Y te has divertido bastante también… Siempre me divierto, nunca me aburro de esto. Sí, tenemos uno de tus últimos artículos, cuyo título es «No te imaginas quién ha escrito eso. 78 autores inesperados de publicaciones psicológicas» (NdT: un artículo publicado en Perspectives on Psychological Science en el cual enumeran publicaciones psicológicas cuyos autores son actrices, músicos, o escritores que no se suelen asociar a la psicología). Ese es uno de los artículos más divertidos que haya escrito! (risas), fue muy divertido. Me encantó la sección de metodología del artículo. Fue muy rigurosa, sí. Dice la metodología del artículo sobre cómo se llevó a cabo la investigación, y cito: «A través de varias llamadas telefónicas y una cena en un restaurante italiano acompañada de unas cuantas copas de vino…» Probablemente más de unas cuantas (risas). ¡Es una metodología hermosa! Sí, sí. Tuvimos mucha suerte porque conocemos al editor, Bob Sternberg, y nos permitió divertirnos un poco con el artículo. Otros editores nos hubieran dicho que no podemos bromear sobre eso, pero Bob tiene un sentido del humor parecido al mío, así que nos permitió jugar un poco con el artículo. Es un artículo precioso. Gracias, fue muy divertido. Y de hecho arrojó algunas sorpresas interesantes, porque hay algunas personas muy conocidas de las cuales no se sabe que han publicado artículos en psicología. Entonces, poniéndonos un poco más serios, siendo que estamos en CLACIP, el Congreso Latinoamericano para el Avance de la Ciencia Psicológica. Sabemos que estás interesado en la percepción que el público tiene de la psicología, hace unos años diste una charla llamada «Por qué muchas personas ven el estudio de la conducta humana como no científico», y a la luz de eso, quería preguntarte cuál es tu opinión sobre el tema más reciente en el campo de la psicología, la tristemente célebre crisis de replicación de la psicología. Es una buena pregunta, me alegra que la hayas hecho. Soy un optimista respecto a este tema, creo que en el corto plazo la reputación de la psicología va a sufrir, porque estamos en el medio de una crisis ahora, en mi opinión la crisis de replicación no se trata tanto de que algunos hallazgos no se estén replicando, sino que no sabemos cuántos serían replicables, esa es para mí la crisis, esa incertidumbre. Sin embargo, creo que en el  largo plazo, cuando miremos atrás vamos a ver a estos días como muy buenos para la psicología. ¿Por qué es eso? Porque estamos en lo que quizá sea la avanzada de todas las ciencias, usando métodos psicológicos para mejorar los métodos psicológicos, y los métodos científicos en general. Estamos de hecho observándonos muy de cerca, viéndonos en el espejo y tratando de hacer la mejor ciencia posible. La mejor ciencia involucra escrutinio, auto–críticas, auto–examinación, y creo que en muchas formas, otros campos, y no soy el primero que dice esto, otros campos nos están observando, muchas de las ciencias duras están mirando hacia la psicología como modelo, porque no creo que nadie esté mejor capacitado, salvo quizá las personas en bioestadística y epidemiología, hay muy poca gente mejor capacitada que nosotros para mejorar la ciencia en general, porque entendemos los sesgos que pueden afectar las investigaciones, entendemos cómo corregir esos sesgos, cómo desarrollar métodos que puedan controlar esos sesgos, así que creo que son muy buenos días para la ciencia psicológica porque aun cuando estamos cuestionando mucho de lo que pensábamos haber encontrado, ese cuestionamiento venía siendo necesario desde hacía mucho tiempo y es saludable. Creo que lo que va a significar para la próxima década o dos es que tendremos que reevaluar mucho de lo que creíamos verdadero, y que tendremos que descartar mucho de lo que hay en nuestros libros de texto, y eso será doloroso, pero al hacerlo estaremos mejorando la ciencia psicológica. Creo que de hecho puede llegar a ser más amplio aún, creo que podemos estar revolucionando la forma en la que se hace ciencia en general, en muchos campos, porque varias de las formas en las que fuimos entrenados para hacer investigación psicológica probablemente no hayan sido muy buenas. Con frecuencia no hemos hecho un buen trabajo distinguiendo investigación exploratoria, no planificada, de la investigación confirmatoria, planificada, creo que es una línea que se desdibuja a menudo. Con frecuencia no hemos sido cuidadosos controlando los propios sesgos del psicólogo, hemos sido bastante ingenuos al pensar que los investigadores en psicología no sufren de estos sesgos. Así que creo que son buenos días para la ciencia psicológica, a pesar de que en el corto plazo las personas se están cuestionando de si la psicología es científica, pero irónicamente creo que estamos siendo más científicos ahora que nunca, porque estamos siendo más rigurosos.
son muy buenos días para la ciencia psicológica porque aun cuando estamos cuestionando mucho de lo que pensábamos haber encontrado, ese cuestionamiento venía siendo necesario desde hacía mucho tiempo y es saludable
Entiendo. Ya que mencionas los sesgos, que han sido uno de los temas de tu conferencia, quisiera hablar sobre sesgos en la práctica clínica. Y sé que has escrito mucho sobre psicoterapias, especialmente sobre la hipótesis del pájaro dodo, y también sobre esta idea de que todas las terapias son como mucho similares entre sí en términos de eficacia, y que en el peor de los casos son inofensivas, que una terapia no puede hacer daño. Sé que rechazas estas ideas, la hipótesis del pájaro dodo y la naturaleza no dañina de las psicoterapias, ¿por qué las rechazas? La razón por la cual creo esto es porque el veredicto del pájaro dodo no es comprobable, empíricamente es erróneo, no se ha sostenido bien. Creo que incluso las personas que están más a favor de ese veredicto, como Bruce Wampold, creo que incluso él admitiría que no es exactamente verdadero. Creo que Wampold y sus colegas tienen un punto importante, que los factores no específicos son muy importantes en psicoterapia, y probablemente más importantes de lo que nos damos cuenta, y no estoy en desacuerdo con eso. Creo que el debate es cuánto cuentan los factores inespecíficos. Creo que es probablemente verdadero, que Wampold tiene razón en que si nos limitamos a las psicoterapias bona fide –aquellas que han sido razonablemente bien investigadas, que tienen bases teóricas razonablemente plausibles– en algunas condiciones, como depresión por ejemplo, la variación en efectividad dependiente de las técnicas específicas es de sólo de un diez o quince por ciento, algunas personas dirían incluso menos que eso. Eso es probablemente verdadero, creo que tenemos que darnos cuenta, sin embargo, que esos estudios de eficacia están restringidos a psicoterapias bona fide, pero cuando se sale al mundo real, en donde los terapeutas están haciendo toda clase de cosas, y a menudo cosas locas, la variación en efectividad dependiente de las distintas técnicas de tratamiento va a ser mucho, mucho más grande. También hay bastante evidencia acumulándose, si bien creo que aún necesitamos más evidencia, de que la variación dependiente de los factores específicos versus inespecíficos va a variar dependiendo del trastorno al que se estudie. De modo que para algunas condiciones como depresión, que es principalmente un trastorno de baja moral, las personas se sienten desesperanzadas, probablemente en tanto seas un terapeuta razonablemente competente y puedas inspirar esperanza, probablemente vayas a resultar de ayuda, así que para depresión es probable que varias intervenciones ayuden, y ayuden más o menos igualmente bien, aunque creo que hoy más y más evidencia está sugiriendo que los tratamientos de activación conductual, que ayudan a las personas a moverse, a salir de la cama, ayuden más que otros. Pero para otras condiciones, como Trastorno Obsesivo Compulsivo, creo que los factores específicos son mucho más influyentes, las terapias basadas en exposición son bastante superiores. Hay datos recientes sugiriendo que para bulimia nerviosa los factores específicos son mucho más importantes. Asi que creo que eso va a variar dependiendo del trastorno al cual se considera. También has escrito que algunas psicoterapias pueden de hecho producir daño, no sólo ser inefectivas, sino que pueden ser potencialmente dañinas. ¿Cuáles dirías hoy que tratamientos potencialmente dañinos? Creo que Debriefing es probablemente dañina para algunas personas, creo que muchas de las intervenciones coercitivas con delincuentes juveniles, como los programas Scared Straight, sobre los que hay alguna evidencia de que son dañinos. Creo que los tratamientos que reorganizan los recuerdos e identidad de las personas, los tratamientos de recuperación de recuerdos, los tratamientos que intentan traer las llamadas «personalidades alternativas» en pacientes que creen tener trastorno disociativo de la identidad, esos tipos de tratamientos pueden ser bastante peligrosos, porque cuando se modifica la identidad de las personas, el pasado de las personas, el sentido de quiénes son, a menudo se pueden causar grandes daños, particularmente si se los persuade de que han sido abusados, por ejemplo, en esta vida o incluso en vidas pasadas, como algunos de estos tratamientos afirman. Creo que un error que he cometido en mi propio trabajo –escribí un artículo en 2007 hablando sobre terapias potencialmente dañinas, y me gustó cuando lo escribí, pero creo que en retrospectiva desearía haber escrito más acerca de los terapeutas potencialmente dañinos. Creo que la analogía entre factores específicos y no específicos en la efectividad de la psicoterapia aplica aquí también, creo que es importante identificar las terapias potencialmente dañinas, pero crecientemente he estado pensando que quizá es igualmente importante considerar terapeutas particulares que pueden ser dañinos más allá de su modalidad terapéutica. Y necesitamos más trabajo sobre eso. Hay literatura antigua al respecto, que abarca terapia grupal, el trabajo de Yalom, pero creo que hay razones para pensar que terapeutas que son muy evaluativos, confrontativos, que no apoyan, o que son autoritarios con sus pacientes, esos terapeutas pueden causar bastante daño, y muchas de las historias que he oído sobre personas que resultaron dañadas por sus terapias fueron con terapeutas así, extremadamente prejuiciosos, hipercríticos y que no apoyaban a sus clientes cuando estos necesitaban alguien que los escuchara. Así que creo que necesitamos considerar los estilos de los terapeutas tanto como a las modalidades particulares de terapia que pueden ser dañinas. Tiene sentido, si hablamos de factores comunes que son beneficiales, hablar de factores comunes que pueden ser perjudiciales. Absolutamente. Y luego está el problema de cómo impactar en ello, porque se puede hacer una lista de terapias que son potencialmente dañinas, pero no es tan fácil hacer una lista de terapeutas. Es así. Y también está la pregunta de qué tan maleables son estas cosas. Hacemos supervisión, así que asumimos que podemos cambiar algunas de estas cosas. Por un lado, probablemente se puedan modificar estas cosas en cierta medida, por otro lado, quizá haya algunos estilos de personalidad que… digamos, si Donald Trump fuera mi terapeuta, no estoy seguro de cuánto podría mejorar… (risas). Y hay algunos terapeutas que tienen un poco un estilo así, quizá se puedan cambiar algunas de esas cosas tempranamente, o quizá sea necesario regularlas en los programas de tratamiento. He visto algunos terapeutas así, es poco común, pero he visto a lo largo de mis años algunos estudiantes que describiría como extremadamente narcisistas, y esos son rasgos de personalidad bien establecidos que quizá sean difíciles de cambiar a través del entrenamiento. Es una pregunta interesante, no tengo la respuesta a ella.
necesitamos considerar los estilos de los terapeutas tanto como a las modalidades particulares de terapia que pueden ser dañinas
También pensábamos en las terapias de conversión para personas homosexuales… Sí, las terapias reparativas. Sí, me han criticado por no incluirlas en el artículo, y quizá hubiera debido incluirlas pero en esa época investigué sobre qué terapias había evidencia clara de daño, y no había evidencia disponible sobre esas terapias en ese momento. Hoy hay una evidencia creciente al respecto. Mi suposición es, y tengo que considerarlo más detenidamente es que en este momento hay evidencia suficiente sobre el potencial daño al menos con respecto a un subconjunto de esas terapias, particularmente aquellas que son coercivas. Bien, eso fue interesante. Cambiando de tema, recientemente hemos leído Brainwashed, muy lindo libro que has escrito en colaboración con Sally Satel. Sí, Sally escribió la mayoría del libro, así que ella merece la mayoría del crédito, y muy merecidamente. Así es. El libro es sobre las afirmaciones exageradas de la neurociencia y el uso excesivo de explicaciones basadas en el cerebro. Y en el libro hay una frase tuya –o de Sally, no lo sé–, y cito el libro: «surgen problemas cuando adscribimos demasiada importancia a las explicaciones basadas en el cerebro y no suficiente importancia a las explicaciones psicológicas o sociales« Sí. Eso es probablemente algo que he escrito yo. Bien, y hoy las neurociencias y las explicaciones basadas en ellas son muy populares, entonces, ¿por qué dirías eso, que las explicaciones basadas en el cerebro pueden ser problemáticas? No quiero hablar por Sally, pero creo que ella estaría de acuerdo conmigo, pero mi preocupación no es tanto que haya un interés aumentado en el cerebro o en las neurociencias, de hecho creo que es algo saludable, y creo que durante un tiempo en psicología hemos estado muy «descerebrados» como disciplina, no consideramos suficientemente los niveles neuronales de explicación. Mi preocupación es que en algunos dominios nos estemos volviendo «desmentalizados» –y eso es el subtítulo del libro. A lo que me refiero con eso es que estamos subestimando el nivel psicológico de explicación. Ciertamente necesitamos entender los correlatos neuronales  y quizá los sustratos de cosas como las adicciones, depresión, y así, pero al mismo tiempo se trata de sólo un ángulo, sólo –y estoy usando esta expresión con mayor frecuencia,  ‘lentes’ de explicación, en lugar de niveles de explicación– sólo un lente de explicación. Lentes de explicación a través de los cuales entender un problema. Tomemos adicción, sobre lo cual tenemos un capítulo completo en nuestro libro. Sally en particular es una experta en adicción, trabaja a medio tiempo en un centro de adicciones. Claramente hay una contribución genética en muchas formas de adicción, no hay discusión allí, vulnerabilidades genéticas que juegan un papel en el cerebro; también sabemos que en casos extremos de abusos de sustancias o alcohol pueden dañar la corteza frontal y otras partes del cerebro.

estamos subestimando el nivel psicológico de explicación

En cierto nivel estas cosas están relacionadas con el cerebro, pero por otro lado, no es la única perspectiva. También sabemos que la adicción es función de las expectativas, es una función de motivaciones e impulsos, creo que eso es pasado por alto por las personas que afirman que la adicción es una condición crónicamente recidivante, esa es la posición de nuestro Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA), y los datos dicen que eso no es cierto. La mayoría de las formas de adicción, tomemos uso de heroína, no siempre son recidivantes y de por vida, muchas personas logran abandonarla. Y también sabemos que los adictos pueden responder, y de hecho responden, a incentivos, incentivos psicológicos como por ejemplo si les dicen que se les va a hacer un test, o si se les da dinero por ser testeados, a menudo se les va a hacer difícil pero van a dejar de consumir, y muchos por sus propios medios. Nuestra preocupación es que enfocarse tan intensamente en las explicaciones basadas en el cerebro, en el nivel o lente de explicación cerebral, ignora otros niveles o lentes de explicación importantes: motivaciones, expectativas, susceptibilidades, apertura a las contingencias ambientales, que son incluso más importantes para el tratamiento y prevención. Así que mi preocupación no es que no deberíamos observar a ese nivel, sino que puede distraernos de otras formas útiles de entender e intervenir. Entonces, si se toma el nivel neurológico como única causa, no se presta atención a variables sociales… Eso también es correcto. Si se toma la depresión como un desorden cerebral entonces la intervención única es medicación… Por supuesto. Tomemos control por estímulos, por ejemplo. Nuevamente, hablamos de que existe una susceptibilidad genética al abuso de alcohol, y eso es algo que no discutimos, pero también sucede que cuando una persona con un trastorno por abuso de alcohol está volviendo a su casa a menudo puede tomar una decisión, puede pasar al lado de un bar en el cual hay amigos e ir al bar a beber, o pueden decir «hoy voy a desviarme un par de cuadras para no pasar frente al bar porque sé que si paso por ahí me voy a tentar«, entonces la agencia y la elección también juegan un papel aquí, por lo cual decirle a esas personas que tienen una condición crónica y recidivante que está fuera de su control no es saludable y creo que incluso puede ser perjudicial. Algo similar al experimento del Rat Park, en el cual ratas adictas a la morfina dejaban de consumirla si se les daba acceso a una jaula con un ambiente más rico. Oh, sí. Y los datos muestran eso claramente. Cuando a las personas o animales se les da acceso a alternativas que también activan el sistema de la dopamina, por ejemplo, que produce placer, cuando tienen esas alternativas tanto animales o humanos van a elegir esas alternativas. Similarmente entonces, y los conductistas han hablado mucho al respecto, reforzar diferencialmente otras conductas, conductas alternativas, es ciertamente un tratamiento efectivo para la adicción porque muchas de estas personas están aburridas o experimentan una falta de placer o disfrute en sus vidas, y proporcionar formas alternativas de disfrutar la vida puede ser efectivo.

veo a la ciencia como un abordaje que está asociado con un conjunto de herramientas diferentes

Sin que necesariamente haya un cambio previo en el cerebro. Es correcto. Pero eventualmente todo cambia en el cerebro en algún nivel, pero la pregunta es si el punto de intervención tiene que ser una intervención biológica directa o si puede ser una intervención psicológica, que por supuesto va a afectar indirectamente al cerebro, esa es la pregunta. Eso es interesante. Bien, y entonces, mi última pregunta, volviendo a donde empezamos. En 2007 escribiste un artículo con una pregunta por título: «¿Puede la psicología convertirse en una ciencia?» Fue un mal título… (risas) ¿Sí? ¿Por qué? Bueno, estaba siendo provocador. Es un mal título por dos motivos. En primer lugar creo que la psicología misma no es una psicología unificada, hay algunas áreas de la psicología que son más científicas que otras, así que creo que es un poco amplio. En segundo lugar, creo que no es una cuestión de «sí o no», creo que es un proceso de volverse científica. Estaba siendo un poco provocador, pero creo que mi punto es que aún falta mucho por recorrer. Irónicamente, mi opinión es que en los últimos años, con la crisis de replicación, nos hemos vuelto más científicos que nunca porque empezamos a observarnos más de cerca, lo cual sé que es una posición un tanto heterodoxa, soy un forastero en este aspecto porque las personas ven esto y ven a la psicología volverse menos científica mientras que yo sostengo lo opuesto, que ahora estamos comenzando a observar bien de cerca nuestros sesgos y encontrar formas de compensarlos. Pero, disculpas, no quería interrumpirte… No, para nada. Mi pregunta sería justamente eso ¿qué consideras que es la cosa más importante que necesitamos, como campo, para convertirnos en una ciencia? Es una gran pregunta. Creo que como respuesta amplia, lo más importante que las personas necesitan para volverse mejores científicos –y también he tenido que hacerlo yo, aunque es una lucha– es ser concientes de sus propios sesgos. Creo que ese es el corazón de lo que la ciencia es. No soy un creyente en «el» método científico, pero creo que hay métodos científicos, veo a la ciencia como un abordaje que está asociado con un conjunto de herramientas diferentes, y las herramientas que usamos en psicología son muy diferentes de las que usan nuestros colegas en geología, astrofísica, o química, pero en cualquier caso, todas estas herramientas están diseñadas para minimizar, no eliminar, sino minimizar sesgos de distintos tipos. En particular sesgos de confirmación, algo hacia lo cual todos somos propensos, todos somos susceptibles a ellos por el hecho de ser humanos, a buscar evidencia consistente con lo que creemos, a confirmar nuestras hipótesis, a negar, descartar, o destruir evidencia que las refute. Es algo que librados a nuestro arbitrio todos vamos a hacer, porque somos humanos. os científicos son humanos y tienen hipótesis, y si hay algo en juego –que no tiene que ser necesariamente dinero, a pesar de que pueda ser un interés, sino el hecho de tener algo en juego, de haber dedicado esfuerzo o energía en algo que se cree muy fuertemente–, van a encontrar aquello que están buscando muy a menudo. Y la ciencia es el mejor conjunto de herramientas que la especie humana ha desarrollado para minimizar las chances de engañarse a sí misma. Así que mi perspectiva es que las personas necesitan entender eso, y entender que el pensamiento científico no ocurre naturalmente a los humanos. Ha habido una tendencia en la psicología del desarrollo, que no creo que sea útil, a considerar a los bebés como científicos naturales, y creo que ese es un error serio, de hecho. Los bebés son naturalmente curiosos, sin duda, y testean sus hipótesis, pero no son científicos porque tienen la mitad del asunto. Son buenos encontrando patrones, pero no son buenos discriminando qué patrones son genuinos y qué patrones no lo son. Y a causa de nuestra propensión a los sesgos es probable que encontremos patrones allí donde no los hay. La ciencia intenta discriminar qué patrones, qué relaciones son reales y cuáles no lo son. Si las personas pueden entender eso, yo estaría muy contento. Gracias por tu tiempo. Ha sido un placer. Notas al pie de página:

  1.  ¿Puede hacer daño una psicoterapia? ↩
  2.  Los 10 mandamientos para ayudar a los estudiantes de psicología a distinguir la ciencia de la pseudociencia ↩
  3. “Yo soy visual” – El mito de los estilos de aprendizaje ↩
  4.  Hablar bien no cuesta nada: Algunos términos psicológicos que deberíamos evitar ↩
  5.  ¿Por qué las psicoterapias inefectivas aparentan funcionar? ↩
  6. El gran enemigo de la verdad: Los 10 mitos más populares de psicología ↩
  7.  ¿Es el Rorschach una herramienta útil en la clínica? ↩

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Futuro psicólogo clínico: Bienvenido a este nuevo mundo de la ayuda al otro

  • Aprende Viendo Terapia
  • 18/10/2016
Supongo que tendrás dudas y miedos, que en estos momentos te encontrarás perdido sin saber muy bien hacia donde ir y la incertidumbre quizá lleve tiempo siendo tu compañera de viaje. O quizá, todavía te embargue la emoción de haber acabado por fin el largo camino que ha sido la formación. Las intensas y largas tardes de estudio, la preparación eterna entre casos y libros llenos de teoría, mientras tú soñabas con salir por fin al mundo y encontrarte de frente con la realidad de los pacientes. Eso no importa porque… Ahora no sueñas más, ese momento ha llegado: Bienvenido a tu futuro. En este momento seguro que hay muchas cosas que te preguntas: ¿Cómo puedo empezar a conseguir pacientes? ¿Qué forma de trabajar escojo? ¿Intento empezar por mi cuenta o mejor busco trabajo en alguna clínica? ¿Cómo quiero ser visto por mis pacientes? ¿Qué imagen daré? ¿Daré la talla? ¿Y si lo hago mal? Estas son algunas de las miles de preguntas que pueden estar rondando tu cabeza en estos momentos y me parece realmente importante abordar este tema: En primer lugar: TRANQUILO/A. Será mucho más fácil de lo que imaginas. Eso no quiere decir que no vaya a suponer esfuerzo. Tendrás que trabajar duro y seguir formándote. La formación nunca termina, has elegido una carrera profesional que te exigirá continuar aprendiendo por el resto de tus días… Pero también quiero decirte que jamás habrá un juez tan duro contigo como tú mismo, y que tus pacientes apreciarán y valoraran tu trabajo siempre y cuando lo hagas con pasión y respeto por el otro. Ya sabes mucho, has aprendido durante estos años y es momento de demostrártelo y empezar a ponerlo en práctica. ¡Adelante! Asimismo, recuerda que no importa donde elijas trabajar o desde que estructura lo tengas que hacer en un inicio, lo que realmente importa es cómo tú desempeñes tu profesión: “Haz todo lo que puedas con lo que tengas.” Eso será lo que realmente marque la diferencia entre tú y alguien que no ame su trabajo. Estate dispuesto a volcarte en cada paciente, en cada sesión, como si fuese la única. Porque cada paciente es ÚNICO y se merece la MEJOR VERSIÓN DE TI MISMO. Si lo haces, entonces el resto no importa tanto. Además, hay ciertas cosas importantes que tener en cuenta en el momento de emprender este camino: Por obvio que resulte decirlo, el terapeuta va a estar en contacto con pacientes, es decir, con personas que sufren. Comprender al ser humano es el requisito previo para cualquier actuación profesional. Así, los psicólogos deben aprender a mirar (no sólo ver) y a escuchar (no sólo oír), así como a empatizar, comprender y analizar. Ésta es la única manera de comunicarse adecuadamente con otras apersonas y de ayudar a resolver los problemas planteados. Más allá de unas destrezas profesionales, se requieren en el psicólogo unas características personales que faciliten el establecimiento de una alianza terapéutica con el paciente. Hay algunas características básicas, ya conocidas, que facilitan la alianza terapéutica: equilibrio emocional, sentido común, capacidad de empatía, ausencia de rigidez y ganas genuinas de ayuda. Pero, además, los psicólogos deben contar con unas habilidades interpersonales que faciliten el trabajo en equipo o, al menos, el contacto con otros profesionales. Si los psicólogos clínicos están integrados en un Centro de Salud Mental o en un hospital, tienen que saber trabajar en equipo. Ello implica interactuar con otros profesionales de la salud (médicos de atención primaria, psiquiatras, enfermeras, etcétera), lo que obliga a saber utilizar un lenguaje común, a ser exigibles, a tener unas habilidades de comunicación, a marcarse objetivos concretos, a contar con un modelo integrador de salud, etcétera. Y si los psicólogos clínicos trabajan en la consulta privada, deben tener estas mismas habilidades para relacionarse con otros colegas, derivar casos a otros profesionales, saber relacionarse con los familiares de los pacientes, etcétera. En resumen, no actúa necesariamente mejor con los pacientes el psicólogo que más teoría sabe, sino aquel que ha cuidado sus habilidades y características personales y profesionales. Ya que, sin olvidar otras claves esenciales (como son los conocimientos profesionales y disposición para estar al día, la facilidad para adaptarse a los cambios, la capacidad para integrarse en un equipo, y la motivación por la profesión), la inteligencia emocional, la autoestima apropiada y las habilidades interpersonales constituyen una herramienta fundamental para el desempeño adecuado de la psicología clínica y la psicoterapia. Por todo esto, creo que es esencial que recuerdes que tú eres el instrumento básico de trabajo en el desarrollo de tu profesión y lo más importante es que tú te cuides, confíes en ti mismo y estés seguro de estar haciendo las cosas como consideras correctas. Al fin y al cabo, ser sincero y congruente contigo mismo es lo más importante para poder ser un buen terapeuta. «Escoge un trabajo que te guste, y no tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida»,  Confucio. Carta a un futuro psicólogo clínico “No será fácil empezar: el camino será largo y los frutos llegarán con el tiempo. Al salir de la universidad recién comenzaré el desafío. Seguirás estudiando, supervisarás tus primeros pacientes y tú mismo vivirás la experiencia y la aventura de ser paciente. Aprenderás que en el juego de la psicoterapia es la propia persona quien hace los goles: tú solo darás los pases. Primero buscarás recetas mágicas, hasta que la experiencia alivie tus ansiedades y entiendas que cada persona es un mundo. Partirás con la camiseta de una teoría puesta y será el tiempo el que te ayude a cambiar dogma por flexibilidad, sin perder el rigor del oficio. Al principio serás demasiado serio, acaso para maquillar tus inseguridades. Gradualmente iras transformando solemnidad por creatividad y juego. Y sentirás alegría, pena, rabia, miedo, sorpresa, curiosidad, nostalgia y satisfacción. Sobre todo colega, serás un afortunad: bienvenido a nuestro hermoso trabajo”. Bibliografía:
  • Echeburúa, E. Retos de futuro de la psicología clínica. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, Facultad de Psicología, Universidad del País Vasco. 191-207.
Artículo publicado en el Aprende Viendo Terapia, la plataforma online y presencial de entrenamiento clínico de psicólogos. Artículos recomendados:
  • Trece reglas para estudiantes de psicología.
  • 10 mandamientos para ayudar a los estudiantes de psicología a distinguir la ciencia de la pseudociencia.
  • Carta abierta a mis jóvenes colegas psicólogos.
Artículo escrito por: Diana Tomaino de la Cruz   

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