Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cambiamos el tono de voz dependiendo de con quién hablamos

  • 03/08/2017
  • Alejandra Alonso

Utilizando lenguaje corporal, por ejemplo al tomar más espacio, puede ser uno de los más obvios y visibles modos de imponernos. Pero también el discurso transmite estatus, no solo en su contenido, si no también en las características de nuestra voz. Un estudio reciente que fue publicado en PLOS One observó que ajustamos el tono de voz dependiendo de a quién le estamos hablando. El grupo de investigadores de la Universidad de Stirling (Escocia) encontró que la dirección de esta afinación vocal inconsciente depende de la percepción del propio emisor sobre su estatus en comparación con el de la persona que lo escucha.

Juan David Leongómez y sus colegas grabaron a estudiantes mientras participaban de una entrevista de trabajo simulada para el puesto de asistente administrativo con tres empleadores masculinos diferente (el orden de las entrevistas era variado entre participantes). Una foto y descripción de cada empleador mostraba que uno era altamente dominante (jefe de seguridad en una prisión, descripto como duro e intimidate), otro muy prestigioso (Jefe de Departamento en una Escuela de Negocios, descripto como muy respetado y competente) y el último neutral (del departamento de Recursos Humanos de una escuela secundaria, descripto como un jefe promedio).

Los participantes tenían que presentarse al empleador y explicar porqué eran perfectos para el trabajo. También se les preguntó cómo actuarían si tuvieran que hablar con sus jefes debido a un problema con un compañero de trabajo. Luego de las entrevistas, los participantes llenaron un cuestionario sobre su prestigio y dominancia y el de su empleador.

Gracias a las grabaciones, los investigadores calcularon la “frecuencia fundamental” de las voces de los participantes (una medida objetiva del tono) e identificaron las variaciones en el tono de voz mientras hablaban. Una frecuencia fundamental baja equivaldría a sonar calmado y controlado y se ha encontrado que se percibe como más dominante tanto para hombres como para mujeres, aunque se tuvo en cuenta la diferencia natural de tono absoluto entre sexos.

Cuando hablaban con los empleadores que eran muy dominantes y prestigiosos, los estudiantes de ambos sexos que también se percibían como dominantes, bajaban sus tonos de voz, mientras que los estudiantes que se percibían como menos dominantes, hacían lo contrario. Estos cambios en el tono eran más notorios cuando los estudiantes explicaban porqué eran los mejores candidatos y hablaban sobre cómo resolverían el conflicto.

Estos nuevos hallazgos se suman a otros que indican que un tono de voz bajo comunica rashes relacionados al estatus social, incluyendo fuerza física y atractivo.

Parece que la percepción que tenían los estudiantes de su propio estatus los llevó a usar diferentes estrategias vocales en las entrevistas con empleadores de estatus alto. Los estudiantes con una auto-percepción alta de su dominancia podrían haberse sentido más confiados y en control de la situación, y por ende más capaces de competir por el trabajo. Por el contrario, para aquellos que se auto-calificaron como menos dominantes, y probablemente se sintieron más intimidados, parecer importantes ante el empleador puede haber sido una estrategia beneficiosa.

Limitaciones

Sin embargo, los empleadores eran en verdad caras computarizadas creadas para parecer prestigiosas, dominantes o ninguna de las anteriores, así que no se sabe con exactitud cómo se relacionarían los resultados con una persona prestigiosa en la vida real, o a una situación social menos formal. Las entrevistas de trabajo simuladas han demostrado aumentar la ansiedad y la grabación de las mismas puede haber aumentado el estrés de los participantes, haciendo que las alteraciones en la voz fueran más o menos pronunciadas que lo usual.

Las implicaciones del efecto en la vida real tampoco se conocer, ya que no se evaluó que grupo tendría más éxito en la entrevista. Aunque verse intimidado pueda no ser muy beneficioso, probablemente tampoco sea buena idea competir con tu jefe. Los CEO con tonos de voz más bajos tienden a manejar compañías más grandes y ganas más dinero, sin embargo los cirujanos (de quienes se percibe que tienen voces más dominantes y posiblemente arrogantes) eran más propensos a ser demandados por mala praxis.

Fuente: Research Digest



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Análisis

Beneficios no tan obvios de ser bilingüe

  • 10/07/2017
  • Alejandra Alonso

Ser bilingüe tiene algunas ventajas obvias. Nos abre la puerta a nuevas conversaciones y experiencias. Pero la investigación en psicología ha encontrado otras ventajas que no son tan obvias. Por ejemplo: beneficia la capacidad aritmética, la resolución de problemas y la creatividad, favorece la recuperación de habilidades cognitivas en personas que han sufrido un ACV y puede retrasar entre 4 y 5 años la aparición de los síntomas del Alzheimer.

Adicionalmente, otros dos estudios recientes han demostrado que la exposición multilingüe mejora las habilidades cognitivas y sociales de los niños.

Katherine Kindler de la Universidad Cornell y sus colegas de la Universidad de Chicago, realizaron una investigación que concluyó que los niños multilingües pueden ser mejores en comunicación que los monolingües.

Los científicos reclutaron un grupo de niños estadounidenses de 4 a 6 años, de contextos lingüísticos diferentes y les presentaron una situación en la que tenían que considerar la perspectiva de otra persona para entender lo que quería decir. Por ejemplo, un adulto le dice al niño: “¡Oh un auto pequeño! ¿Podrías mover el auto pequeño por mi?” Los niños podían ver un auto grande, otro mediano y otro pequeño, pero estaban en una posición que les permitía saber que el adulto solo veía el mediano y el grande. Es decir que cuando el adulto se refería al auto pequeño (perspectiva del adulto), estaba hablando en verdad del auto mediano (perspectiva del niño).

Se encontró que los niños bilingües eran mejores en esta tarea. Y tiene mucho sentido si consideramos que para interpretar lo que nos dice una persona debemos prestar atención no solo al contenido de lo dicho, sino también al contexto. ¿Qué sabe y qué no sabe el emisor?¿Qué quiso transmitir? Los niños en ambientes multilingües tienen experiencias sociales que proveen prácticas rutinarias de consideración de la perspectiva de otros: pensar en quién habla qué idioma a quien, quién entiende qué contenido y los lugares en los que los diferentes lenguajes son hablados.

Es interesante resaltar otro resultado del estudio: los niños monolingües que estaban expuestos a otro lenguaje diferente al suyo, eran tan buenos como los bilingües en esta tarea. Esto parece indicar que crecer en ambientes donde se hablan múltiples lenguajes es el factor que posibilita dicha habilidad.

Los investigadores se preguntaron si tal vez los resultados no podrían ser explicados por las mayores habilidades cognitivas que se han observado en niños bilingües. Para responder al interrogante, se les tomó a los niños un test cognitivo estándar de funciones ejecutivas. Encontramos que los chicos bilingües se desempeñaron mejor que los monolingües, sin embargo los niños que eran monolingües con exposición a otros lenguajes no lo hicieron. Estos últimos se desempeñaban como los bilingües en las tareas de comunicación pero como monolingües en las cognitivas. Las habilidades cognitivas no explicaron la facilidad para adoptar la perspectiva de otros.

El mismo equipo de científicos examinó luego en otro estudio, los efectos de la exposición multilingüe en niños mucho más pequeños (14 a 16 meses), edades en las que el lenguaje más avanzado suele consistir en palabras sueltas. Se les mostraba a los bebés dos versiones del mismo objeto, por ejemplo una banana, una de las cuales era visible tanto para el niño como para el adulto y la otra era visible para el bebé pero no para el adulto. Cuando el adulto le pedía al niño la banana, este le podría pasar cualquiera, pero si comprendía el contexto social, agarraría la banana que el adulto podía ver.

Se encontró que los bebés monolingües agarraban con igual frecuencia ambas bananas. Por otro lado, los bebés en ambientes multilingües (incluso aquellos cuya exposición era mínima) ya entendían la importancia de adoptar la perspectiva de otros para comunicarse. Agarraban con más frecuencia la banana que el adulto podía ver.

Estas investigaciones parecieran indicar que el multilingüismo facilita habilidades básicas de entendimiento interpersonal. Y dichas habilidades pueden adquirirse incluso con la mera exposición a otros idiomas.

Fuente: The New York Times



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Salud Mental y Tratamientos

Estrategias de la Terapia Dialéctica Conductual para pacientes con Trastorno Bipolar

  • 04/07/2017
  • Alejandra Alonso
Bipolar

El Trastorno Bipolar se caracteriza porque el paciente pasa por períodos de manía o hipomanía (dependiendo de la intensidad) y períodos de depresión. Dicha inestabilidad anímica (junto con los trastornos comorbidos que están presentes en la mayoría de estos pacientes) hace que para estas personas sea muy difícil realizar actividades cotidianas y afrontar problemas y estresores.

En este artículo podés encontrar 5 técnicas de la Terapia Dialéctico Conductual para hacer que los problemas diarios que podría suponer este trastorno, sean más llevaderos.

Habilidades de tolerancia al estrés

Estas habilidades pueden ser simplemente escribir en un diario o salir a caminar. Las actividades o mecanismos de afrontamiento no permiten que te distraigas con eventos negativos y hacen que te mantengas en el presente y enfocado en una tarea.

Mindfulness

El mindfulness es una técnica utilizada en terapia para reducir el estrés y la ansiedad, favorecer la empatía y las habilidades sociales, regular emociones, mejorar el estado de ánimo, etc. Estos beneficios hacen que sea una buena estrategia para pacientes con Trastorno Bipolar.

Reconociendo emociones

En Terapia Dialéctico Contactual (DBT), es muy importante que entiendas cómo te sentís. Por ende, de acuerdo con el Libro de Trabajo de Habilidades DBT, es clave que sepas reconocer tus emociones. Una forma de utilizar dicha técnica es a través de una lista de emociones, donde debes marcar las que estás sintiendo. Luego de hacer esto, se escribe un párrafo explicando porqué te sentís de esta forma particular. La técnica puede ayudar a aliviar pensamientos que causan mucha angustia.

Validación

Además de mantener un control escrito de tus emociones, otra forma de entenderlas es validándolas. En otras palabras, reconocelas y validalas. Date cuenta que están ahí y aceptalas. Por ejemplo, si estás experimentando una situación familiar estresaste, podes decir “Sí, estoy estrenado. Esta es la realidad ahora mismo. Sin embargo, todo va a estar bien.”

Poner metas

Otra técnica DBT para pacientes con trastorno bipolar consiste en ponerse metas. Es importante tener objetivos a corto y largo plazo. Establecerlas en todo aspecto de tu vida te ayudará a mejorar tu estado. De acuerdo con el Libro de trabajo de Habilidades Dialécticas, la siguiente guía ha sido provista para establecer metas a largo plazo:

  1. Hace una lista de todos los intereses que tengas, incluso si nunca hiciste nada de eso. Esto se llama brainstorming, así que debes escribir todo lo que se te venga a la cabeza.

  2. Si fuiste capaz de conseguir más de una idea, ¿hay alguna con la que te gustaría empezar?

  3. Luego de elegir una, investigá qué es más realista para vos.

  4. ¿Cuáles serían los primeros pasos que necesitarías tomar para cumplir con tu meta?

  5. ¿Cuál es el primer paso que vas a tomar para trabajar en la consecución de tu meta?

La Terapia Dialéctico Conductual es un tratamiento empíricamente validado para varias condiciones mentales, sobre todo cuando existen problemas del estado de ánimo. Sus técnicas pueden ayudar al paciente bipolar en el afrontamiento de dificultades cotidianas.

Fuente: PsychCentral



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cuántas horas deben dormir los niños de cada edad?

  • 29/06/2017
  • Alejandra Alonso
Niños y sueño

Aun si no conocen específicamente qué consecuencias traerá la falta de sueño a la salud de sus hijos, los padres son conscientes de que es muy importante que duerman todos los días y suelen esmerarse porque lo hagan a un horario que ellos consideran apropiado. Pero ¿exactamente cuántas horas diarias necesitan dormir los niños en cada momento de su desarrollo?

Las últimas recomendaciones de la Academia Americana de Medicina del Sueño son las siguientes:

• Bebés de 4 a 12 meses: 12 a 16 horas

• Infantes de 1 a 2 años: 11 a 14 horas

• Infantes de 3 a 5 años: 10 a 13 horas

• Niños de 6 a 12 años: 9 a 12 horas

• Adolescentes de 13 a 18 años: 8 a 10 horas

“El sueño es esencial para la buena salud y comienza en la niñez. Estas recomendaciones son el primer paso para ayudar a la gente a entender que necesitan priorizar el sueño”, dice la Dra. Shalini Paruthi, moderadora del Panel de Consenso Pediátrico de 13 expertos del sueño y miembro de la academia.

De dónde salen éstas recomendaciones del sueño

El consenso es resultado de 10 meses de esfuerzo del panel. Los investigadores revisaron rigurosamente 864 estudios e intentaron establecer cómo la duración del sueño se relacionaba con la salud general, la salud cardiovascular, la salud metabólica, la salud mental, el funcionamiento inmunológico, la salud del desarrollo y el desempeño humano.

La extensa revisión también arrojó resultados como que dormir la cantidad de horas recomendadas se asocia con mejoras en la atención, conducta, aprendizaje y salud mental y física. Por ende, también puede mejorar el desempeño escolar y las relaciones en casa, según Paruthi.

Por otro lado, se observó que la falta de sueño (dormir menos de lo recomendado) tuvo un impacto negativo para la salud: hipertensión, obesidad, diabetes y problemas de salud mental.

Porqué dejar que los adolescentes duerman podría salvar vidas

Uno de los descubrimientos más alarmantes según Paruthi, es que se vio un aumento en la desesperanza y los pensamientos e intentos suicidas en adolescentes que dormían menos horas de las recomendadas. Además observaron más uso de tabaco, alcohol y drogas ilícitas. Adicionalmente, un adolescente que no ha dormido lo suficiente puede ser un conductor propenso a accidentes (como mencionaba Wendy Troxel, en esta conferencia).

Un reporte técnico del 2014 realizado por la Academia Americana de Pediatría informa sobre la falta de sueño entre adolescentes. Se recomienda que las escuelas comiencen sus actividades no antes de las 8:30 a.m. para asegurar que los estudiantes duerman lo suficiente. Hasta ahora, solo el 18% de las escuelas de Estados Unidos siguen la guía.

Paruthi cree que el problema no son solo los horarios escolares, sino que hoy en día tenemos adolescentes demasiado ocupados con deportes, actividades extracurriculares, distracciones en computadoras, teléfonos, tarea, etc.

Se estima que muchos adultos tampoco duermen lo suficiente y que, como primera etapa para solucionar este problema, debemos comenzar por los niños, cultivando buenos hábitos de sueño que puedan mantener toda su vida.

Muchas personas no le dan al sueño la importancia que se merece, a veces hasta se ve casi como una pérdida de tiempo. Es necesario informar a los padres sobre la importancia de priorizar el sueño y tener en cuenta el tiempo que requiere cada grupo etario.

Por último, es importante tener en cuenta que la mayor parte de los estudios que evaluó el panel eran transversales, por ende no se pueden sacar conclusiones causales: “No podemos decir que dormir menos de ocho horas fue la causa del suicidio de determinado niño”, explica Paruthi.

Fuente: CNN



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vídeo) Por qué la escuela debería empezar más tarde para los adolescentes – Wendy Troxel

  • 15/06/2017
  • Alejandra Alonso

Algunas investigaciones han mostrado que la falta de sueño puede afectar tus emociones negativamente, también se relaciona con consumo de sustancia en atletas jóvenes  y con la impulsividad y labilidad emocional en los niños. Obviamente dormir es importante en cada una de las etapas de la vida, sobre todo en la adolescencia.

Wendy Troxel es una investigadora del sueño que opina, en base a datos que conoce muy bien, que las escuelas deberían comenzar más tarde para los adolescentes. Troxel explica que no son las hormonas o las redes sociales las que producen la falta de sueño en este grupo etario, sino que más bien es un problema de política pública.

Los adolescentes necesitan más tiempo para dormir, recordemos que todavía están en crecimiento, que no son adultos. En dicha etapa su reloj biológico (el cual determina cuándo nos sentimos más despiertos o más cansados) experimenta un cambio relacionado, en parte, a la liberación más tardía de una hormona (melatonina). Es decir que, además de sentirse cansados más tarde, deben levantarse temprano porque las escuelas suelen comenzar las clases a las 7:30 am o antes.

El sueño es importante para la consolidación de recuerdos, la memoria y el procesamiento emocional. Además es un período importante en la adolescencia para el desarrollo de áreas cerebrales relacionadas al razonamiento, la resolución de problemas y el discernimiento. Dichas áreas son clave para controlar conductas riesgosas e impulsivas. La falta de sueño también afecta su atención y puede contribuir a problemas de salud mental que aparecen en la adolescencia (depresión, consumo de sustancias, suicidio).

Como si todo esto fuera poco, la falta de sueño es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades del corazón, obesidad y diabetes.

Los expertos recomiendan que los adolescentes empiecen la clases a las 8:30 am, esta medida debe ser tomada no solo por los riesgos que supone la falta de sueño sino también por los beneficios de tener a un adolescente bien descansado en la escuela y en la sociedad.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Artículos de opinión (Op-ed)

Qué sabemos sobre los efectos del iPad, TV y celular en el desarrollo de los niños

  • 13/06/2017
  • Alejandra Alonso

La tecnología avanza con una rapidez increíble. En los últimos años se han lanzado varios dispositivos electrónicos que cambiaron nuestras vidas radicalmente. A su vez, la mayoría de los dispositivos existentes (celulares, tablets, computadoras) se actualizan a un ritmo que asusta. Y aunque las investigaciones científicas luchan por mantenernos informados sobre los efectos que tienen en nuestro desarrollo, conducta, etc., no logran realizar los estudios al mismo ritmo al que avanza la tecnología y, por ende, no pueden ponerse al día. Muchas preguntas se forman y todavía no hay respuestas claras.

Si bien existen bastantes investigaciones en relación al consumo de programas televisivos, no se tiene tanta información sobre la computadora y ni hablar de dispositivos más nuevos como smartphones o los más recientes iPads.

Según el Dr. Dimitri Christakis, pediatra, epidemiólogo y miembro de la Academia Americana de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), dicha institución reafirmó en 2011 su declaración original (hecha en el año 1999) sobre los infantes y los medios electrónicos: “desaconsejamos el uso de medios electrónicos en niños de menos de dos años”. Christakis resalta que, aunque dicha declaración se publicó en 2011, fue completada mucho antes de esa fecha, pero pasó por el lento proceso de revisión que caracteriza a la AAP; esto es importante ya que en Abril de 2010 salió a la venta el primer iPad. Es decir que la declaración fue hecha en total desconocimiento del dispositivo y el impacto que tendría. Mucho se ha especulado pero, hasta el día de hoy, es muy poco lo que se sabe (científicamente hablando) sobre la influencia del iPad y otros dispositivos electrónicos en la cognición de los niños. Y, si no existen investigaciones suficientes que nos ayuden a formar una opinión equilibrada, ¿deberíamos aplicar las recomendaciones de la AAP sobre estos aparatos? (Christakis, 2014).

La declaración fue hecha en total desconocimiento del dispositivo y el impacto que tendría

En este artículo intentaré exponer las investigaciones más importantes relacionadas a los niños y la influencia de los aparatos electrónicos en su desarrollo, a continuación podrás leer sobre cada dispositivo y los resultados a los que han llegado muchas investigaciones con respecto a ellos:

Televisión

Debido a que se trata del dispositivo electrónico que cuenta con más investigaciones, lo encontrarás divido en varias categorías.

TV y atención:

Varios estudios han encontrado una asociación entre el consumo de televisión a edades tempranas y los problemas de atención más tarde en la vida. En el 2004, una investigación que contó con una muestra de 1278 niños de 1 año y 1375 niños de 3 años, encontró que la exposición temprana a la TV se asoció a problemas de atención a los 7 años (Christakis, Zimmerman, DiGiuseppe & McCarty, 2004). Además, en una revisión del 2005 se encontraron asociaciones negativas entre ver videos y la atención; también se observó que afectaba negativamente el desarrollo cognitivo y del lenguaje. Aunque hubieron resultados positivos entre el consumo de ciertos programas de TV y el aprendizaje del lenguaje (Anderson & Pempek, 2005).

Sumado a los anteriores, una investigación longitudinal, en la que participaron 1323 niños y 210 adolescentes, concluyó que la exposición a la televisión y a los videojuegos se asoció con mayores problemas de atención. La asociación se mantuvo significativa incluso al controlar género y problemas de atención previos. La relación entre los medios en pantalla y los problemas de atención eran similares para todos los tipos de medios y edades analizados (Swing, Gentile, Anderson & Walsh, 2010).

Sin embargo, otro estudio del 2007 (cuya muestra se tomó en 1997 y luego fue reevaluada en 2002) no encontró relación entre ver programas de televisión educacional antes de los 3 años y problemas de atención 5 años después. Por otro lado, ver programas de entretenimiento, tanto violentos como no violentos, si se asoció con problemas de atención. A los 4 o 5 años, ver cualquier tipo de contenido (educacional, entretenimiento violento, entretenimiento no violento) no se asoció con problemas de atención posteriores (Zimmerman & Christakis, 2007).

TV y sobrepeso

A diferencia de las investigaciones sobre la televisión y la atención, los estudios parecen ser bastante consistentes con respecto al sobrepeso: ver televisión tiene un efecto negativo sobre el IMC. Y en nuestra sociedad occidental (sobre todo en países desarrollados) donde cada vez se habla más sobre el incremento de problemas de obesidad infantil y sobre la cantidad de tiempo que pasan los niños frente a una pantalla, deberíamos prestarle especial atención a estos hallazgos.

1 . Un estudio del 2007, cuyos datos fueron recolectados entre 1999 y 2002, y donde participaron niños de 2 a 5 años de Estados Unidos, encontró que mirar videos y televisión por más de 2 horas se asocia con un aumento en el riesgo de sobrepeso y mayor adiposidad (Mendoza, Zimmerman & Christakis, 2007).

2 . En el mismo año, se publicó un estudio transversal hecho en Estados Unidos y cuyos datos se recogieron en 2002 y 2004. El mismo concluyó que los niños con televisión en el cuarto tenían más probabilidades de estar en sobrepeso; los resultados se mantuvieron incluso luego de controlar variables sociodemográficas, actividad física y frecuencia de ver películas o estar en internet. Los autores recomiendan más investigación para entender esta asociación (Adachi-Mejía, Longacre, Gibson, Beach, Titus-Ernstoff & Dalton, 2007).

ver televisión tiene un efecto negativo sobre el Índice de MAsa Corporal

3 . Un año después se publicó otro estudio de tipo experimental, con 70 niños de entre 4 y 7 años con un IMC que se encontraba en el percentil 75 o más arriba. Lo que hallaron fue que reducir el tiempo de televisión y computadora disminuye también la conducta sedentaria y el consumo de calorías. La intervención funcionó mejor en familias de bajos ingresos. La reducción de tiempo consumiendo TV y utilizando la computadora puede tener un impacto en el riesgo de obesidad y esto tiene más que ver con el consumo de calorías que con la actividad física (Epstein, Roemmich, Robinson, 2008).

4 . A los anteriores estudios podemos sumarle uno transversal del año 2009, en el cual participaron 526 niños de 8, 11 y 14 años, donde se encontró que los niños cuyos papás tenían sobrepeso (al menos uno de ellos) miraban televisión por más tiempo que los niños con papás de peso normal. Además tenían un mayor riesgo de presentar un IMC elevado (Steffen, Dai, Fulton & Labarthe, 2009).

5 . Otro estudio del año 2012 realizado con datos de 7915 niños europeos de 10 a 12 años, observó que las probabilidades de que un niño esté en sobrepeso aumentan cuando este ve televisión mientras come el almuerzo y la cena (N Vik, Birgit Bjørnarå, Øverby, Lien, Androutsos, Maes, Jan, Kovacs, Moreno, Dössegger, Manios, Brug, Bere, 2012).

TV y sueño

También hay varios estudios que indican un efecto negativo de la televisión sobre los patrones de sueño. Ya sabemos que dormir es fundamental para todo ser humano de cualquier edad, pero si además consideramos estudios que sugieren que dormir más hace que el niño este más despierto en el día y menos inquieto en la escuela, ¿podríamos estar reduciendo más de un problema al controlar la cantidad de tiempo que pasan los niños viendo TV?

En 2005 se publicó una investigación que observó que la exposición a la televisión se asoció con horarios irregulares de sueño en niños de 4 a 35 meses. Aunque no se pudo determinar en este estudio si la relación era causal (Thomson, Christakis, 2005).

Otra investigación, les pidió a 321 padres de niños de entre 5 y 6 años que llenaran un cuestionario sobre consumo de televisión, problemas de sueño y síntomas psiquiátricos. Los resultados obtenidos de estos datos indicaron que tanto ver televisión activamente como la exposición pasiva a la misma se relacionaron fuertemente con un riesgo elevado de problemas de sueño. Específicamente, notaron una relación más fuerte entre mirar televisión pasivamente y mirar programas para adultos y los problemas de sueño. La asociación se mantuvo incluso luego de controlar variables como: ingresos de la familia, conflictos familiares, horarios de trabajo del padre, estatus socioeconómico y síntomas psiquiátricos en el niño. El estudio fue llevado a cabo en Helsinki, Finlandia (Pavoneen, Pendoneen, Roine, Valkonen, Lahikainen, 2006).

Los resultados indicaron que tanto ver televisión activamente como la exposición pasiva a la misma se relacionaron fuertemente con un riesgo elevado de problemas de sueño

Por último, en una investigación alemana, se reclutó a 11 niños en edad escolar para un estudio polisomnográfico. Se expuso a los participantes a un consumo voluntario y excesivo de televisión y juegos de computadora. La noche siguiente se realizaron medidas polisomnográficas. También se llevaron a cabo tests de memoria verbal y visual antes del experimento y luego de la noche de sueño para determinar su desempeño. Los resultados indicaron que tanto el consumo excesivo de televisión como de juegos de computadoras afectaron negativamente el sueño y redujeron su desempeño verbal (Dvorak, Schierl, Brunks y Strüder,2007).

Todos estos estudios sugieren que ver televisión tanto activa como pasivamente puede provocar dificultades en los niños a la hora de dormir, por lo tanto debemos ser muy precavidos al exponerlos a este dispositivo electrónico.

Televisión y lenguaje

La relación entre el consumo de televisión a edades tempranas y los problemas en el desarrollo del lenguaje, es tal vez una de las cuestiones más difundidas cuando se habla del efecto de los dispositivos electrónicos en los niños. ¿Qué dicen las investigaciones?

Para la primera investigación que nombraremos, se reclutaron 51 infantes de quienes se recolectaron datos sobre sus hábitos de consumo de televisión cada 3 meses desde los 6 meses de edad. Los autores creen que sus hallazgos resaltan la importancia del contenido visto al describir los efectos de los medios. A los 30 meses, mirar Dora la exploradora, Las pistas de Blue, Arthur, Clifford o Historias de Dragones resultó en mayor vocabulario y puntajes más altos en lenguaje expresivo; mirar los Teletubbies se relacionó con menos vocabulario y puntajes más bajos en lenguaje expresivo; por último, mirar Plaza Sésamo se relacionó solo con un menor puntaje en lenguaje expresivo y mirar Barney y sus amigos se relacionó con menor vocabulario y más lenguaje expresivo (Linebarger, Walker, 2005).

En otro estudio, donde participaron 1008 niños de 2 a 24 meses, se observó que en niños de 8 a 16 meses mirar TV o DVDs afectaba negativamente el desarrollo del lenguaje, mientras que en infantes de 17 a 24 meses no se vieron asociaciones significativas. Los autores recomiendan más investigación del tema para determinar las razones de la asociación (Zimmerman, Christakis y Meltzoff, 2007). También se realizó un estudio que contó con 329 sujetos de entre 2 y 48 meses de edad. En el mismo se encontró una asociación entre la televisión audible, una disminución de la exposición al discurso discernible del adulto y menos vocalizaciones en el niño. Los autores creen que esta es una posible explicación de porqué se asocia al retraso en el desarrollo del lenguaje con la exposición temprana a la TV (Christakis, Gilkerson, Richards, 2009).

Los estudios indican que si existe relación entre el retraso en el desarrollo del lenguaje en niños pequeños y ver televisión

Un estudio coreano también encontró que los niños de 2 años que miraban televisión por más de 2 horas al día, presentaban problemas en el desarrollo del lenguaje (Byeon, Hong, 2015).

Los estudios indican que si existe relación entre el retraso en el desarrollo del lenguaje en niños pequeños y ver televisión. Y tal vez se deba a que los adultos hablan menos cuando está la televisión prendida. A su vez indican que sí es importante controlar el contenido consumido por los infantes.

TV y conducta

En este apartado podremos conocer qué dicen los estudios sobre la televisión y su influencia en las conductas prosociales, la obediencia, la agresividad, el aprendizaje, la imaginación, las actitudes raciales, la competencia social, etc.

En 1979 se llevó a cabo un estudio en niños en edad preescolar donde se concluyó que los programas de televisión con contenido prosocial reducían a corto plazo la agresividad en niños y niñas. Sin embargo, no hubo un aumento de conductas prosociales u obediencia luego de la exposición a estos programas (Bankart, Anderson, 1979).

Una investigación longitudinal realizada con 707 individuos de 17 años, observó una asociación entre la cantidad de horas de consumo de televisión durante la adolescencia y juventud temprana y la probabilidad de perpetrar actos agresivos hacia otros. La relación se mantuvo incluso al controlar variables como conducta agresiva previa, negligencia en la infancia, ingreso familiar, violencia en el vecindario, educación de los padres y trastornos psiquiátricos (Johnson, Cohen, Smailes, Kasen y Brook, 2002).

Adicionalmente, se realizó una revisión sistemática de pruebas experimentales sobre los efectos de ver televisión en infantes y preescolares. Se halló que el efecto de la televisión depende del contenido, si este es educativo favorece el aprendizaje, la imaginación y las actitudes raciales. Además se encontró cierta evidencia que apoya la idea de que mirar dibujos animados afecta negativamente la atención. Algunas de las limitaciones identificadas fueron que la mayoría de los estudios solo incluían niños de 3 años o menos, las muestras eran pequeñas, se utilizaban ambientes no naturales y se evaluaban efectos a corto plazo (Thakkar, Garrison, Christakis, 2006). Sin embargo, otra revisión, realizada en el 2008 por uno de los autores de la revisión nombrada anteriormente, concluye que no hay estudios que hayan encontrado beneficios en relación a la exposición temprana a la televisión. Los estudios sugieren más bien que tiene un gran potencial de causar daños (Christakis, 2008).

El uso de un dispositivo de mano (smartphone, iPad, etc.) se relacionaba con retraso en el lenguaje expresivo

Un estudio posterior, realizado en sujetos de 3 a 5 años, sugiere que hay beneficios en cuidar la dieta televisiva, señalando que los programas con contenido prosocial benefician la conducta y competencia social de los niños. Los hallazgos conductuales se mantenían luego de 12 meses (Christakis, Garrison, Herrenkohl, Haggerty, Rivara, Zhou y Liekweg, 2013).

Otro estudio canadiense realizado con niños de 2 años, que volvieron a ser evaluados a los 13, encontró que el exceso de televisión en la infancia se asociaba a problemas sociales en la adolescencia (Pagani, Lèvesque-Seck y Fitzpatrick, 2016)

Finalmente, una investigación que utilizó datos de 7450 niños evaluados a los 9 meses y luego a los 2 años, concluye que hay una asociación entre los niños con problemas de autorregulación (dificultad para calmarse, dormir, regularse emocionalmente y mantener la atención) y un consumo moderadamente mayor de medios electrónicos. Los autores controlaron variables relacionadas a la madre y las características del hogar. Ellos creen que sus hallazgos podrían relacionarse a estrategias de afrontamiento utilizadas por los padres (Radesky, Silverstein, Zuckerman y Christakis, 2014).

De nuevo, el contenido que ven los niños parece ejercer una influencia importante en la conducta de los niños, pero además la cantidad de tiempo que ellos pasan frente al televisor también es clave.

Tablets y teléfonos inteligentes

Como bien resalta Christakis, el avance de la tecnología corre más rápido que las investigaciones sobre sus efectos en nuestra salud mental y física. Esto se refleja claramente al buscar investigaciones relacionadas a dispositivos electrónicos más nuevos como tabletas y smartphones y darse cuenta que escasean. La mayor parte de los estudios se enfocan en utilizar estas nuevas tecnologías para el trabajo con niños que presentan Trastornos del Espectro Autista (Cardon, 2012, King et al, 2014, Lee et al, 2013, Kagohara et al, 2011, Waddington et al, 2014, Vandermeer et al, 2013, King et al 2013, Jowett et al, 2012) o discapacidades relacionadas a retrasos en el desarrollo (Chai et al, 2014).

Pero este año se ha publicado una investigación canadiense que tuvo como objetivo estudiar dichos dispositivos novedosos en relación al desarrollo del lenguaje, en niños pequeños. El estudio fue de tipo transversal y se presentó en el Pediatric Academic Societies Meeting. Contó con 1077 niños de entre 6 y 24 meses y encontró que el uso de un dispositivo de mano (smartphone, iPad, etc.) se relacionaba con retraso en el lenguaje expresivo (Ma, Van Den Huevel, Maguire, Parkin, Birken, 2017).

Computadora

Tampoco es fácil encontrar muchos estudios sobre el uso de la computadora y su efecto en nuestra salud.

Una investigación del 2004, realizada con una muestra de 122 niños en edad preescolar, observó que los niños que tenían acceso a una computadora puntuaban mejor en desarrollo cognitivo y preparación escolar, incluso luego de controlar variables como estado en el desarrollo y estatus socioeconómico de la familia (Li y Atkins, 2004). Otra investigación que estudiaba los efectos de varios dispositivos en el sobrepeso, encontró que el uso de la computadora se relacionaba con mayor adiposidad (Mendoza, Zimmerman y Christakis, 2007).

Recomendaciones para los padres

  • Poner un límite a la exposición diaria a dispositivos electrónicos. Sería ideal que fuera entre una hora y una hora y media. Es necesario tener en cuenta el consumo pasivo también, es decir, cuando el que está utilizando la televisión no es el niño sino un adulto u otra persona (como hemos visto, esto también puede tener un efecto negativo en el niño).
  • Evitar su uso en horarios de comida, especialmente en el almuerzo y la cena.
  • Elegir cuidadosamente los programas vistos, se recomienda buscar que tengan contenido prosocial. Para niños pequeños algunas opciones podrían ser Dora la exploradora, Las pistas de Blue, Arthur, Clifford o Historias de Dragones.
  • No es conveniente que los niños tengan un televisor en el cuarto.
  • Hablar con los niños incluso cuando están usando algún dispositivo electrónico.
  • Si el iPad se utiliza para ver videos, las recomendaciones anteriores aplican para regular su uso.

Con respecto a computadoras, iPads y smartphones, si bien existen todavía muy pocos datos sobre sus efectos en la salud integral de los niños, es interesante tener en cuenta la opinión del Dr. Christakis (2014), quien reflexiona que interactuamos diferente con la televisión y con el iPad y, tal vez, esto podría marcar una diferencia con respecto a su efecto en la conducta y desarrollo en los niños.

Si se utiliza solo para mirar videos, probablemente los datos relacionados a la TV aplican al mismo, ¿pero qué pasa si se usan las aplicaciones creadas para los niños? Tal vez tengamos que darles el beneficio de la duda y, por supuesto, continuar las pocas investigaciones que existen por ahora. Hasta que se tengan más datos, un acercamiento moderado y cuidadoso a estos nuevos dispositivos sería lo más prudente.

Bibliografía:

  • Adachi-Mejia, A. M., Longacre, M. R., Gibson, J. J., Beach, M. L., Titus-Ernstoff, L. T., & Dalton, M. A. (2006, 09). Children with a TV in their bedroom at higher risk for being overweight. International Journal of Obesity. doi:10.1038/sj.ijo.0803455
  • Anderson, D. R. (2005, 01). Television and Very Young Children. American Behavioral Scientist, 48(5), 505-522. doi:10.1177/0002764204271506
  • Bankart, C. P., & Anderson, C. C. (1979, 06). Short-Term Effects of Prosocial Television Viewing on Play of Preschool Boys and Girls. Psychological Reports, 44(3), 935-941. doi:10.2466/pr0.1979.44.3.935
  • Byeon, H., & Hong, S. (2015, 03). Relationship between Television Viewing and Language Delay in Toddlers: Evidence from a Korea National Cross-Sectional Survey. Plos One, 10(3). doi:10.1371/journal.pone.0120663
  • Cardon, T. A. (2012, 10). Teaching caregivers to implement video modeling imitation training via iPad for their children with autism. Research in Autism Spectrum Disorders, 6(4), 1389-1400. doi:10.1016/j.rasd.2012.06.002
  • Christakis, D. A., Zimmerman, F. J., Digiuseppe, D. L., & Mccarty, C. A. (2004, 04). Early Television Exposure and Subsequent Attentional Problems in Children. Pediatrics, 113(4), 708-713. doi:10.1542/peds.113.4.708
  • Christakis, D. A., Garrison, M. M., Herrenkohl, T., Haggerty, K., Rivara, F. P., Zhou, C., & Liekweg, K. (2013, 02). Modifying Media Content for Preschool Children: A Randomized Controlled Trial. Pediatrics, 131(3), 431-438. doi:10.1542/peds.2012-1493
  • Christakis, D. A., Gilkerson, J., Richards, J. A., Zimmerman, F. J., Garrison, M. M., Xu, D., . . . Yapanel, U. (2009, 06). Audible Television and Decreased Adult Words, Infant Vocalizations, and Conversational Turns. Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, 163(6), 554. doi:10.1001/archpediatrics.2009.61
  • Christakis, D. A. (2014, 05). Interactive Media Use at Younger Than the Age of 2 Years. JAMA Pediatrics, 168(5), 399. doi:10.1001/jamapediatrics.2013.5081
  • Christakis, D. A. (2009, 01). The effects of infant media usage: What do we know and what should we learn? Acta Paediatrica, 98(1), 8-16. doi:10.1111/j.1651-2227.2008.01027.x
  • Dworak, M., Schierl, T., Bruns, T., & Struder, H. K. (2007, 11). Impact of Singular Excessive Computer Game and Television Exposure on Sleep Patterns and Memory Performance of School-aged Children. Pediatrics, 120(5), 978-985. doi:10.1542/peds.2007-0476
  • Epstein, L. H., Roemmich, J. N., Robinson, J. L., Paluch, R. A., Winiewicz, D. D., Fuerch, J. H., & Robinson, T. N. (2008, 03). A Randomized Trial of the Effects of Reducing Television Viewing and Computer Use on Body Mass Index in Young Children. Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, 162(3), 239. doi:10.1001/archpediatrics.2007.45
  • Johnson, J. G. (2002, 03). Television Viewing and Aggressive Behavior During Adolescence and Adulthood. Science, 295(5564), 2468-2471. doi:10.1126/science.1062929
  • Jowett, E. L., Moore, D. W., & Anderson, A. (2012, 06). Using an iPad-based video modelling package to teach numeracy skills to a child with an autism spectrum disorder. Developmental Neurorehabilitation, 15(4), 304-312. doi:10.3109/17518423.2012.682168
  • Kagohara, D. M., Sigafoos, J., Achmadi, D., O’Reilly, M., & Lancioni, G. (2012, 01). Teaching children with autism spectrum disorders to check the spelling of words. Research in Autism Spectrum Disorders, 6(1), 304-310. doi:10.1016/j.rasd.2011.05.012
  • Kagohara, D. M., Sigafoos, J., Achmadi, D., O’Reilly, M., & Lancioni, G. (2012, 01). Teaching children with autism spectrum disorders to check the spelling of words. Research in Autism Spectrum Disorders, 6(1), 304-310. doi:10.1016/j.rasd.2011.05.012
  • King, A. M., Thomeczek, M., Voreis, G., & Scott, V. (2014, 06). IPad® use in children and young adults with Autism Spectrum Disorder: An observational study. Child Language Teaching and Therapy, 30(2), 159-173. doi:10.1177/0265659013510922
  • King, M. L., Takeguchi, K., Barry, S. E., Rehfeldt, R. A., Boyer, V. E., & Mathews, T. L. (2014, 09). Evaluation of the iPad in the acquisition of requesting skills for children with autism spectrum disorder. Research in Autism Spectrum Disorders, 8(9), 1107-1120. doi:10.1016/j.rasd.2014.05.011
  • Lee, A., Lang, R., Davenport, K., Moore, M., Rispoli, M., Meer, L. V., . . . Chung, C. (2013, 10). Comparison of therapist implemented and iPad-assisted interventions for children with autism. Developmental Neurorehabilitation, 18(2), 97-103. doi:10.3109/17518423.2013.830231
  • Li, X., & Atkins, M. S. (2004, 06). Early Childhood Computer Experience and Cognitive and Motor Development. Pediatrics, 113(6), 1715-1722. doi:10.1542/peds.113.6.1715
  • Linebarger, D. L. (2005, 01). Infants’ and Toddlers’ Television Viewing and Language Outcomes. American Behavioral Scientist, 48(5), 624-645. doi:10.1177/0002764204271505
  • Mendoza, J. A., Zimmerman, F. J., & Christakis, D. A. (2007). Television viewing, computer use, obesity, and adiposity in US preschool children. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 4(1), 44. doi:10.1186/1479-5868-4-44
  • Mendoza, J. A., Zimmerman, F. J., & Christakis, D. A. (2007). Television viewing, computer use, obesity, and adiposity in US preschool children. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 4(1), 44. doi:10.1186/1479-5868-4-44
  • Paavonen, E. J., Pennonen, M., Roine, M., Valkonen, S., & Lahikainen, A. R. (2006, 06). TV exposure associated with sleep disturbances in 5- to 6-year-old children. Journal of Sleep Research, 15(2), 154-161. doi:10.1111/j.1365-2869.2006.00525.x
  • Pagani, L. S., Lévesque-Seck, F., & Fitzpatrick, C. (2016, 09). Prospective associations between televiewing at toddlerhood and later self-reported social impairment at middle school in a Canadian longitudinal cohort born in 1997/1998. Psychological Medicine, 46(16), 3329-3337. doi:10.1017/s0033291716001689
  • Radesky, J. S., Silverstein, M., Zuckerman, B., & Christakis, D. A. (2014, 04). Infant Self-Regulation and Early Childhood Media Exposure. Pediatrics, 133(5). doi:10.1542/peds.2013-2367
  • Steffen, L. M., Dai, S., Fulton, J. E., & Labarthe, D. R. (2009, 07). Overweight in Children and Adolescents Associated with TV Viewing and Parental Weight. American Journal of Preventive Medicine, 37(1). doi:10.1016/j.amepre.2009.04.017
  • Swing, E. L., Gentile, D. A., Anderson, C. A., & Walsh, D. A. (2010, 07). Television and Video Game Exposure and the Development of Attention Problems. Pediatrics, 126(2), 214-221. doi:10.1542/peds.2009-1508
  • Thakkar, R. R., Garrison, M. M., & Christakis, D. A. (2006, 11). A Systematic Review for the Effects of Television Viewing by Infants and Preschoolers. Pediatrics, 118(5), 2025-2031. doi:10.1542/peds.2006-1307
  • Thompson, D. A. (2005, 10). The Association Between Television Viewing and Irregular Sleep Schedules Among Children Less Than 3 Years of Age. Pediatrics, 116(4), 851-856. doi:10.1542/peds.2004-2788
  • Vandermeer, J., Beamish, W., Milford, T., & Lang, W. (2013, 07). IPad-presented social stories for young children with autism. Developmental Neurorehabilitation, 18(2), 75-81. doi:10.3109/17518423.2013.809811
  • Vik, F. N., Bjørnarå, H., Øverby, N. C., Lien, N., Androutsos, O., Maes, L., . . . Bere, E. (2013). Associations between eating meals, watching TV while eating meals and weight status among children, ages 10–12 years in eight European countries: The ENERGY cross-sectional study. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 10(1), 58. doi:10.1186/1479-5868-10-58
  • Waddington, H., Sigafoos, J., Lancioni, G. E., O’Reilly, M. F., Meer, L. V., Carnett, A., . . . Marschik, P. B. (2014, 12). Three children with autism spectrum disorder learn to perform a three-step communication sequence using an iPad®-based speech-generating device. International Journal of Developmental Neuroscience, 39, 59-67. doi:10.1016/j.ijdevneu.2014.05.001
  • Zimmerman, F. J., & Christakis, D. A. (2007, 11). Associations Between Content Types of Early Media Exposure and Subsequent Attentional Problems. Pediatrics, 120(5), 986-992. doi:10.1542/peds.2006-3322
  • Zimmerman, F. J., Christakis, D. A., & Meltzoff, A. N. (2007, 10). Associations between Media Viewing and Language Development in Children Under Age 2 Years. The Journal of Pediatrics, 151(4), 364-368. doi:10.1016/j.jpeds.2007.04.071


Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las características psicológicas que diferencian a los terroristas de la población general

  • 12/06/2017
  • Alejandra Alonso
Terrorismo

Los terroristas representan una amenaza perniciosas para la sociedad. No solo privan de libertad e integridad física a sus víctimas, sino además sus prácticas pueden tener efectos negativos en los gobiernos, la armonía de la sociedad y la economía. Colombia es un claro ejemplo de esto, un país marcado por el terrorismo paramilitar.

Sandra Baez y sus colegas, quienes se encontraron con una escasez de investigaciones que intenten entender estas atrocidades, decidieron aplicar tests a 66 terroristas paramilitares encarcelados en Colombia, cada uno de los cuales han asesinado a un promedio de 33 víctimas 1. Los terroristas completaron pruebas que medían su inteligencia, agresión, reconocimiento de emociones y, algo clave, sus juicios morales.

En la mayor parte de las mediciones, como la inteligencia y las funciones ejecutivas, no habían diferencias entre los terroristas y 66 personas que no eran terroristas, de la misma región (grupo control). Los terroristas admitieron ser más agresivos, como se esperaría, y mostraron dificultad en el reconocimiento del enojo, la tristeza y el asco.

Sin embargo, la diferencia entre grupos más impactante fue en relación a los juicios morales en 24 escenarios diferentes. Al contrario que los participantes del grupo control, los terroristas juzgaron actos donde hay intención de dañar, pero el resultado es neutro (por ejemplo, querer envenenar a alguien, pero fallar en conseguirlo) como más moralmente aceptable que causar un daño por accidente (como envenenar accidentalmente a alguien). En un seguimiento, los terroristas también calificaron al intento de lastimar como más permisible moralmente que lastimar por accidente, comparados con un grupo de prisioneros asesinos que no eran terroristas.

Baez y su equipo explican que este enfoque distorsionado de la moralidad, basada en los resultados, más que en una combinación de intenciones y resultados, es similar a la perspectiva moral de niños pequeños y pacientes neurológicos adultos con daño en los lóbulos frontal y temporal (pero no se parece al de los psicópatas, quienes sí parecen sopesar las intenciones al hacer juicios).

Dicho patrón se relacionó parcialmente con los puntajes en reconocimiento de emociones y agresión proactiva, pero fue independiente de otros dominios cognitivos.

Además, le juicio moral fue la medida que mejor pudo diferenciar a las personas terroristas de las que no lo eran.

«El perfil observado en los terroristas puede reflejar su fijación en visiones utópicas en las que sólo importan los fines (idealizados). Es decir, sus juicios morales basados en resultados pueden estar relacionados con la creencia de que cualquier acción puede ser justificada «, dicen los investigadores.

En el estudio participaron terroristas que se habían unido a organizaciones paramilitares mayormente por razones económicas, más que ideológicas. Queda por ver si la moral desviada de esta manera específica es también una característica de los terroristas islamistas.

Los investigadores opinan que en un futuro se podrá estudiar, con tests muy cuidadosos sobre juicios morales, la probabilidad de ofensas futuras en personas peligrosas. También queda por investigar si la radicalización altera la naturaleza de los juicios morales de la gente.

No cabe duda de que el estudio puede ayudarnos a avanzar en esta grave problemática, gracias a estos científicos que consiguieron acceder a una muestra muy difícil.

Fuente: Research Digest

  1. Definitivamente no es común encontrar investigaciones que cuenten con una muestra que no solo no es fácil de conseguir, sino que también representa un riesgo para los investigadores. ↩


Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Salud Mental y Tratamientos

¿Podemos protegernos del estrés con humor?

  • 07/06/2017
  • Alejandra Alonso

¿Puede ser que la habilidad de ver el lado gracioso de las cosas realmente actúe como un escudo psicológico contra el estrés? Una serie de estudios provee apoyo tentativo a esta idea. La investigación también ilustra porqué es tan difícil estudiar este tema: ¿el humor realmente reduce el estrés o simplemente es más fácil verle el lado gracioso a las cosas cuando estás afrontando bien la situación?

Heidi Fritz de la Universidad Clarkson, y sus colaboradores comenzaron por conducir un estudio diario con 21 mujeres y 1 hombre diagnosticados con fibromialgia. Los participantes completaron en un principio cuestionarios sobre su salud física, estado psicológico y tendencia a ver el lado gracioso de las cosas (les preguntaron por ejemplo si, al pasar por situaciones como cuando un mozo vuelca agua sobre vos, tendían a reírse), cuánta socialización y apoyo de familiares y amigos percibieron recientemente y cuánto tendían a reevaluar sus desafíos (buscar lo positivo en una situación difícil). Luego los sujetos pasaron los siguientes 4 días completando un diario varias veces al día, donde debían plasmar estados emocionales y físicos.

Mientras más pronunciado era su sentido del humor, más bajo era el estrés al principio del estudio y mejores eran sus síntomas físicos diariamente. Pero, contrario a lo esperado por los autores, los aparentes beneficios del humor no se explicaban por la asociación de éste a una tendencia a reevaluar situaciones o a contar con mejores relaciones sociales.

En un segundo estudio, donde participaron 109 estudiantes de pregrado, se preguntaron cuestiones sobre su estado psicológico y emocional, su tendencia a encontrar las cosas graciosas y hacer bromas y, por último, debían recordar un evento estrenaste y explicar en qué nivel todavía los afectaba.

En general, mientras más reportaban que les seguía afectando el trauma, más alto puntuaban en indicadores de estrés psicológico. Sin embargo, los estudiantes que estaban más inclinados al humor, presentaron un caso diferente: el trauma todavía afectaba sus vidas pero, basados en el puntaje emocional, no estaban experimentando niveles altos de estrés.

Hay un problema obvio en estos dos primeros estudios: podría tratarse simplemente de que a los participantes menos estresados les fuera más fácil experimentar el humor, en vez de ser su inclinación al mismo lo que redujera los niveles de estrés o sus síntomas físicos.

Es por eso que los científicos condujeron un tercer estudio, intentando arreglar este problema metodológico.

La última investigación reclutó a 105 estudiantes que fueron afectados por los ataques terroristas del 11 de Septiembre del 2001 en Nueva York. Ellos completaron tests psicológicos un mes después del ataque, que incluyeron su disposición al humor y su estilo de sentido del humor, y dos meses después contestaron más preguntas sobre sus niveles de estrés.

Se observó una tendencia a auto mejorar el humor (tomar una perspectiva animada de la vida), lo que se relacionó con una inclinación hacia la reevaluación de situaciones. Por contraste, un humor derrotado (despreciandose a uno mismo) se asoció con más estrés y menos revaluación de la situación.

Fritz y sus colegas dijeron que un patrón consistente derivó de sus estudios: “el uso de un humor positivo redujo el estrés en respuesta a eventos traumáticos”.

Sin embargo, la evidencia para esta conclusión es débil ya que solo el último estudio poseía la metodología longitudinal necesaria para identificar un potencial rol causal en el humor y la reducción del estrés, y falló en hacerlo (estadísticamente). Incluso si este resultado específico hubiera sido estadísticamente significativo, todavía habría que descartar que alguna variable extraña (por ejemplo, la personalidad) fuera el factor causal.

Se necesitan datos más sólidos para afirmar el efecto reductor que podría tener el humor sobre el estrés.

Si los datos se comprobaran con estudios posteriores, todavía podría surgir una nueva dificultad: aquellos que sufren más de estrés serían puestos bajo presión social, ya que se les pediría que se ayuden a animarse. Una situación que simplemente intensificaría su malestar.

Fuente: Research Digest



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Qué lecciones nos deja el estudio más largo, todavía en curso, sobre felicidad?

  • 07/06/2017
  • Alejandra Alonso

El psiquiatra, investigador y psicoanalista Robert Waldinger dirige el Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard – una investigación que ha seguido la vida de 724 hombres por 78 años y uno de los estudios más largos sobre la vida adulta que existen. Los investigadores contactaban a los participantes cada 2 años para averiguar cuestiones sobre su salud mental y física, sus vidas profesionales y sus matrimonios. También se los sometió a entrevistas periódicas, examines médicos, pruebas de sangre y escaneos cerebrales.

Gracias a esta información, los investigadores han podido rastrear las circunstancias y elecciones de la vida de estos sujetos, además de poder observar el efecto que tuvieron. Robert J. Waldinger, director e investigador principal del estudio, compartió algunas de las lecciones más importantes extraídas de estos datos sobre la felicidad, en una conferencia de TED titulada: What makes a good life? Lessons from the longest study on happiness (¿Qué hace a una vida buena? Lecciones del estudio más largo sobre felicidad), en el cual podés escuchar más detalles sobre esta investigación única (se pueden activar subtítulos en español).

Una de las lecciones más importantes es que las buenas relaciones interpersonales se vinculan con nuestra felicidad y salud y que la soledad mata. Pero por supuesto que hay mucho más para sacar de esta investigación, se han publicado ya más de 100 papers y todavía pueden sacar muchísimas otras conclusiones con los datos con los que cuentan. Waldinger comparte cuatro lecciones sobre felicidad en un artículo publicado en TED:

El tiempo que pasamos con otros nos protege de los golpes de la vida

Waldinger explica “lo que importa es la calidad de tus relaciones” y es una de las conclusiones más valiosas de su estudio. Los científicos han observado a su vez que la cantidad también cuenta. Al echar una mirada retrospectiva a sus vidas, las personas suelen reportar que el tiempo pasado con otros era más significativo y es la parte de sus vidas de la se sienten más orgullosos. Pasar tiempo con otros hizo que los sujetos del estudio se sintieran felices cada día y, en particular, el tiempo junto a un compañero o esposo pareció amortiguarlos contra los cambios físicos y enfermedades que vienen con la edad.

Aprender cómo afrontar el estrés tiene beneficios de por vida

Todos hemos desarrollado formas de manejar el estrés y aliviar la ansiedad y Waldinger y su equipo han encontrado que algunas formas pueden tener beneficios más duraderos que otras. Entre las estrategias de afrontamiento más adaptativas podemos encontrar a la sublimación, el altruismo y la supresión.

Las estrategias de afrontamiento desadaptativas incluyen negación, acting out o proyección.

Los investigadores de Harvard hallaron que los sujetos que lidiaban con el estrés mediante métodos adaptativos tenían mejores relaciones con otras personas. Adicionalmente, su forma de afrontar contaba con otros beneficios aparejados: era más fácil para otros estar con ellos, lo que los motivaba a ayudarlos, aumentando por ende el apoyo social recibido y eso, a su vez, predijo una vejez más saludable a los 60 y 70 años. Como si todo esto fuera poco, los cerebros de las personas que utilizaron mecanismos de afrontamiento adaptativos en la mediana edad se mantuvieron afilados por más tiempo.

Los efectos de una niñez marcada por la felicidad son muy duraderos.

Tener relaciones calurosas con nuestros padres en la niñez es un buen predictor del tipo de relación que estableceremos con las personas cercanas a nosotros. Seremos capaces de establecer relaciones seguras y calurosas en la adultez. Una niñez feliz tuvo el poder de extenderse para poder predecir relaciones matrimoniales más seguras a los 80, además de una buena salud en la adultez y la vejez. Y no solo son importantes los vínculos parentales, sino que tener una relación cercana con al menos un hermano en la niñez pudo predecir qué participantes serían menos propensos a deprimirse a la edad de 50 años.

Si no tuviste una niñez feliz, ¡todavía hay esperanza!

No elegimos la familia o el lugar donde nacemos. Muchas personas han crecido en ambientes desafiantes (con familias caóticas o inestabilidad económica, por solo nombrar algunos) y crecieron menos felices que aquellas personas con una niñez más afortunada. Pero cuando el individuo llega a la mediana edad (50-65 años) aquellos que se comprometen en lo que Erickson llamó “generatividad” (o un interés en guiar, ayudar e influir sobre la nueva generación) eran más felices y contaban con mejor adaptación que aquellos que no lo hacían. Vale la pena destacar que la generatividad no está reservada a los padres solamente. Aunque puede desarrollarse al criar hijos, también puede expresarse en el trabajo u otras situaciones donde es posible educar a adultos jóvenes.

Los descubrimiento de Waldinger y su equipo nos siguen impresionando, incluso aunque él mismo reconoce que está conformado por una muestra sesgada, dado que está compuesta solo por hombres blancos. A esta altura quedan solo unos pocos sujetos de la muestra original, sin embargo planean seguir trabajando con 1300 hijos de dicha muestra, que aceptaron participar y donde las mujeres representan el 51% de la población.

Tristemente, se han propuesto cortes de presupuesto al Instituto Nacional de Salud, que los investigadores saben que afectarán incluso a un estudio tan valioso como este, debido a que, obviamente, se priorizarán investigaciones más urgentes como las relacionadas al cáncer y el Alzheimer.

Fuente: TED



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El entrenamiento breve en Mindfulness no fomentaría la empatía y podría ser perjudicial en narcisistas

  • 06/06/2017
  • Alejandra Alonso

La práctica de Mindfulness se ha estado integrando a la Psicología con más fuerza durante los últimos años. Se aplica en relción al estrés, autoconciencia y bienestar en general.

También se ha estado estudiando científicamente para comprobar sus efectos en una variedad de situaciones. Se ha observado por ejemplo, que podría reducir la conducta racial y prejuiciosa, aliviar la ansiedad y depresión en personas con Enfermedades Inflamatorias del Intestino, tratar la ansiedad y depresión, beneficiar a mujeres embarazadas y a sus bebés, usarse como herramienta para mejorar la atención y el aprendizaje y beneficiar a pacientes y cuidadores de personas con Alzheimer.

Sin embargo, el Mindfulness no ha estado exento de críticas, un mentaanálisis publicado en el 2016 por ejemplo, encontró que, de los estudios incluidos, el 88% reportó efectividad en estas terapias, lo cual sorprendió al equipo y encendió sus sospechas, ya que preveían (basándose en las características de población y estadísticas) un beneficio no mayor al 53%. Además, ninguno de los 36 metaanálisis previos habían tomado apropiadamente en cuenta los beneficios exagerados del mindfulness en sus resultados. Y sólo 3 estudios publicaron sus resultados negativos en torno a dicha técnica. Los investigadores observaron una tendencia a publicar sólo artículos positivos.

Adicionalmente, si bien cultivar la empatía es un “beneficio presumido” del entrenamiento en mindfulness, rara vez se han hecho investigaciones experimentales, notan los autores de un nuevo estudio, publicado en Self and Identity.

Las personas con “consciencia plena” se concentran en el momento presente, sin juzgar. Así que, se ha argumentado, que deberían ser mejores en resistir verse atrapados en sus propios pensamientos, dejándolos libres para pensar más en el estado mental de otras personas.

Es importante saber qué es lo que puede y no puede lograr dicho entrenamiento

Como los cursos de mindfulness se ofrecen cada vez más en escuelas y lugares de trabajo, tanto como en clínicas de salud mental, es importante saber qué es lo que puede y no puede lograr dicho entrenamiento. Los nuevos resultados sugieren que no fomenta la empatía y, aún peor, podría incluso tener consecuencias negativas en personas con rasgos narcisistas.

Anna Ridderinkhof, de la Universidad de Amsterdam, y sus colegas dividieron a 161 voluntarios en tres grupos. Cada uno completó cuestionarios que evaluaban sus niveles de narcisismo y rasgos autistas. Ya se sabe que las personas que puntúan alto en narcisismo tienden a experimentar menos empatía. No es tan probable que compartan el estado emocional de otra persona. Las personas que puntúan alto en rasgos autistas no tienen problemas con la empatía afectiva, pero si con la cognitiva. Es difícil para ellos descifrar qué están sintiendo otras personas.

Un grupo pasó cinco minutos en una meditación de mindfulness guiada, en donde fueron motivados a enfocarse en la sensación física de respirar, mientras observaban pensamientos sin juzgarlos. El segundo grupo tomó parte en un ejercicio de relajación (así podía examinarse cualquier efecto del alivio del estrés solo). Las personas del grupo control fueron invitadas a dejar que sus mentes divagaran y a sumergirse en sus pensamientos y sentimientos.

Luego de estos ejercicios, los investigadores evaluaron la propensión de los voluntarios a sentir empatía cognitiva, a través del test Reading the Mind in the Eyes (Leyendo la mente en los ojos), que involucra identificar emociones a partir de fotografías de los ojos de las personas; también evaluaron su empatía afectiva, al analizar cuánta preocupación emocional mostraban por un jugador que era socialmente rechazado en un juego.

Existe un debate sobre si una mayor capacidad de empatía sería de ayuda para la mayoría de las personas. Algunos científicos, como la profesora Tania Singer, sugieren incluso que un exceso de empatía explicaría lo que suele llamarse “burnout” en sujetos con profesiones de cuidado (como las enfermeras). Pero el equipo de Ridderinkhof hipotetizó que el entrenamiento en mindfulness mejoraría la empatía en voluntarios que la necesitaban más: personas con niveles altos de rasgos narcisistas o autistas.

No lo hizo. Aunque no hubo un efecto general sobre la empatía en el grupo que practicó mindfulness, análisis posteriores revelaron que, comparado con los otros dos grupos combinados, los sujetos no narcisistas mostraron una pequeña mejora en empatía cognitiva; pero en los participantes con rasgos narcisistas, la empatía cognitiva se redujo. En cuanto a las personas que puntuaron alto en rasgos autistas, no hubo efecto en la precisión de la lectura mental pero, es intrigante conocer que si presentaron signos de mayor comportamiento prosocial, indicado por el número de pases de pelota a individuos socialmente excluidos.

En los participantes con rasgos narcisistas, la empatía cognitiva se redujo

Dado que se animó a los voluntarios a no juzgar sus pensamientos durante la meditación mindfulness, esto pudo haber ayudado a los no narcisistas a liberarse de pensamientos autocríticos, permitiéndoles reflexionar más sobre los estados mentales de otros, sugieren los investigadores. “Por contraste, irónicamente podría haberles dado una licencia a los individuos narcisistas para enfocarse más exclusivamente en sus pensamientos autoengrandecedores.” Y como resultado puede que pensaran incluso menos sobre el estado mental de otros.

Puede criticársele al estudio que solo 5 minutos de mindfulness no son suficientes y que las mejoras en la empatía podrían aparecer en sesiones más largas (al menos en personas no narcisistas). Y, aunque el equipo de investigación cree que vale la pena investigarlo, hay evidencias de estudios previos de que sesiones de 5 minutos pueden incrementar la precisión en un test de lectura mental, por ejemplo. Era razonable optar por una versión breve en este estudio, según argumentan los autores.

Investigaciones futuras podrían también estudiar enfoques alternativos: como el concepto de compasión, que tal vez ayudaría a los narcisistas a comportarse de manera más prosocial.

El mindfulness no deja de ser una técnica muy prometedora que ha demostrado beneficios variados, sin embargo es importante que sepamos cuándo, de qué manera y con quienes podemos utilizarla, obteniendo el mayor beneficio.

Fuente: Research Digest



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Paginación de entradas

Anterior1…2223242526…64Próximo

💌 Recibe nuestros artículos en tu correo.  

Regístrate
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • Cómo ayudar a tus consultantes para replantear la autocrítica
  • Seis maneras en que los pacientes pueden ayudar a que la psicoterapia sea más efectiva
  • Mi paciente tiene una familia muy invalidante que impide la activación, ¿qué hago?
Recursos
  • Ansiedad social: hojas de registro para consultantes
  • Exploración del estrés (hojas de trabajo)
  • Tarjetas DNA-V para trabajar flexibilidad psicológica con adolescentes
Podcast
  • «Curiosidad, terapia y vida”, con José Dahab – Watson, episodio 11
  • «Psicología, docencia y boxeo» con María Alejandra Delgado – Watson, episodio 14
  • «Formación accesible para psicólogos» con Miguel Valenzuela – Watson, episodio 10
Webinars
  • DBT en adolescentes
  • Abordaje y evaluación clínica de los trastornos alimentarios
  • Cómo abordar la violencia y la infidelidad desde la terapia integral de parejas
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.