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Neurociencias

42 Publicaciones
  • Neurociencias

Alteraciones cerebrales en el trastorno de la conducta

  • 05/08/2024
  • Isabella Mtz Sierra

Se demostró que, en comparación con jóvenes de neurodesarrollo típico, aquellos que tienen un trastorno de la conducta mostraron menor área de superficie en 26 regiones corticales, así como menor área de superficie total. 

El estudio fue conducido por las Universidades de Birmingham y Bath, en conjunto con equipos de América del Norte, Asia y Europa y se publicó en The Lancet Psychiatry Journal. Hablamos de una de las investigaciones más importantes, ya que abarcaron una gran población y esto les permitió compartir hallazgos relevantes. 

El trastorno de la conducta se caracteriza por un patrón repetitivo de conductas agresivas, incluyendo el incumplimiento de las normas y tendencias de comportamiento antisocial. Es uno de los desórdenes más comunes en el ámbito psiquiátrico infantil, con una prevalencia global de 3% aproximadamente. Asimismo, es una de las principales fuentes de sufrimiento mental en menores entre los 0-14 años, dificultando significativamente su desarrollo psicosocial. A pesar de esto, es uno de los trastornos menos estudiados y la evidencia neurobiológica es vaga. En este momento, no está definido como un trastorno del neurodesarrollo. 



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Para realizar el análisis, se estudió la estructura cerebral de 1,185 niños con diagnóstico clínico de trastorno de la conducta (T.C) y 1,253 con un desarrollo típico. 

Método

Se hicieron análisis coordinados de datos de resonancia magnética (RM) de 15 grupos de participantes internacionales. La media de edad fue de 13.5 años. Se clasificaron los integrantes de los grupos de acuerdo a los siguientes datos cerebrales: grosor cortical cerebral, área de superficie, volumen subcortical, edad, sexo y volumen intracraneal total. Asimismo, se evaluaron variables como: sexo, edad,  el inicio del TC de acuerdo al DSM5 (en la infancia, vs en la adolescencia) y niveles bajos vs niveles altos de rasgos insensibles- no emocionales. Cabe recalcar que, aunque no se distinguieron las razas o grupos étnicos, sí subrayan el género. Lograron incluir a más de 300 niñas con trastorno del espectro autista, cosa que no es común ya que este trastorno es mucho menos prevalente en niñas, por lo que usualmente se les excluye de investigaciones.

Resultados

Se demostró que el desarrollo del cerebro es diferente en los niños con TC, ya que la corteza cerebral se reduce considerablemente. Específicamente la corteza prefrontal, la cual es responsable del juicio, control inhibitorio, organización, planeación y más funciones ejecutivas muy significativas para la adaptación social. El grupo que contaba con un diagnóstico de T.C demostró una reducción del núcleo accumbens, hipocampo y el tálamo; los cuales tienen que ver con el sistema de recompensa-placer, regulación emocional y motivación.

También se señalaron alteraciones en la amígdala; estructura que funciona principalmente para activar funciones de lucha o huida, distinguir el peligro y preparar las reacciones de miedo. Al final ajustaron los resultados con comorbilidad de otros trastornos, así como de inteligencia o T.D.A.H, pero los descubrimientos mantuvieron relevancia. 

El estudio brinda suficiente evidencia de las alteraciones cerebrales en el trastorno de conducta, las cuales explican la falta de culpa, un afecto superficial, falta de organización, incumplimiento de normas sociales y empatía limitada. Se demostró que el T.C en particular puede ser resultado de las alteraciones neurológicas, o mínimo que éstas contribuyen enormemente en el desarrollo atípico. 

Estas pautas neurobiológicas son increíblemente benefactoras para la comprensión y asimilación de los trastornos mentales. Como terapeuta infantil, me encuentro mucho con inquietudes de padres de familia, o tabúes generales en la sociedad, que siguen queriendo adjudicar un comportamiento a la “simple personalidad”.  He escuchado que el niño no quiere colaborar, que simplemente está mal educado, o hasta que la tecnología es la culpable de su mala conducta… 

Hay mucha desinformación sobre las raíces de los comportamientos desadaptativos, sobre todo para el T.C, y entender que un menor no se está “portando mal” solamente porque “le da la gana”, si no porque su cerebro es diferente, es un valioso punto de partida. Con esto podemos proveer opciones de apoyo y acercamientos terapéuticos distintos para mejorar la calidad de vida tanto de los jóvenes, como de su familia. 

Puedes descargar el artículo completo en formato PDF.

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  • Neurociencias

La batalla por adelantarse a las dolencias neurodegenerativas

  • 17/07/2024
  • David Aparicio

Jessica Mouzo para El País:

“Estamos en un momento de cambio de paradigma en el alzhéimer. Están aconteciendo varias revoluciones a la vez: la revolución digital; los nuevos tratamientos, que tienen una eficacia modesta, pero robusta y cambian el nihilismo que había en este campo; y los marcadores plasmáticos de la enfermedad, pues hace apenas siete años había editoriales que decían que no íbamos a conseguir predecir el alzhéimer, y ahora es justo lo contrario. Todas estas cosas cambiarán el campo”, resume Juan Fortea, neurólogo del Hospital Sant Pau de Barcelona. El alzhéimer es la más común de las demencias y la enfermedad neurodegenerativa más frecuente: en España, alrededor de 800.000 personas viven con esta dolencia.

Donde la ciencia ha dado un salto de gigante es en el conocimiento de los biomarcadores, que son esas señales moleculares que ayudan a identificar la presencia de la enfermedad. Así, en afecciones como el alzhéimer, que durante décadas se diagnosticaban, sobre todo, a partir de criterios clínicos, como el análisis de síntomas característicos (la pérdida de memoria, por ejemplo), ahora disponen también de test que localizan huellas biológicas de la enfermedad y afinan la detección.



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Este artículo es muy esperanzador. Léelo completo en el diario El País.


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  • Neurociencias

Olfato y salud mental

  • 25/06/2024
  • David Aparicio
woman holding white cup

Cuando nuestra nariz pierde agudeza, nuestra salud mental también suele resentirse. La disminución del olfato se asocia a un empeoramiento de la memoria, la cognición y el bienestar general, así como a la demencia y la depresión.

“Nuestro cerebro necesita mucha estimulación olfativa para mantener su salud”, afirmó Michael Leon, profesor emérito de neurobiología de la Universidad de California, campus Irvine.

El artículo menciona estudios que sugieren que el entrenamiento olfativo podría mejorar la salud mental. Además, incluye algunos ejercicios breves para mejorar la capacidad olfativa. Puedes leer el artículo completo en The New York Times.



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  • Neurociencias
  • Salud Mental y Tratamientos

La terapia cognitiva conductual puede cambiar la actividad cerebral en los niños con ansiedad

  • 06/02/2024
  • David Aparicio
technology computer head health

Sabemos que la terapia cognitiva conductual es efectiva para una amplia gama de problemas psicológicos. Y ahora, una nueva investigación del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH) ofrece nueva evidencia de los efectos de esta terapia en el cerebro de los niños con ansiedad que reciben este tratamiento.

Investigación

En la investigación participaron 69 niños que estaban diagnosticados con algún trastorno de ansiedad y que recibieron el tratamiento de 12 semanas de terapia cognitiva conductual.

Los investigadores utilizaron escalas clínicas para evaluar los cambios en los síntomas de ansiedad y funcionamiento de los niños antes y después del tratamiento.



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Para conocer los cambios a nivel cerebral, utilizaron las imágenes de resonancia magnética funcional.

Todos los resultados fueron comparados con 62 niños de edades similares sin ansiedad.

Resultados

Pretratamiento:

Los niños con ansiedad mostraron una mayor actividad en muchas regiones cerebrales, incluidas las áreas corticales en los lóbulos frontales y parietales, los cuales son importantes para las funciones cognitivas y reguladoras, como la atención y la regulación emocional.

Los investigadores también encontraron una actividad elevada en las áreas líbicas más profundas como la amígdala, que son esenciales para generar emociones interesas como la ansiedad y el miedo.

Post tratamiento:

Después de recibir el tratamiento de 12 semanas de TCC, los niños con ansiedad mostraron una disminución clínicamente significativa en los síntomas de ansiedad y un mejor funcionamiento.

La activación aumentada observada antes del tratamiento en muchas regiones cerebrales frontales y parietales también mejoró después de la TCC, disminuyendo a niveles iguales o inferiores a los de los niños no ansiosos.

Los autores explican que esta reducción de la activación de estas áreas cerebrales puede reflejar un compromiso más eficiente de las redes de control cognitivo después de recibir TCC.

No obstante, 8 regiones cerebrales, incluida la amígdala derecha, continuaron mostraron una actividad más alta en niños ansiosos en comparación con aquellos que no lo eran después del tratamiento.

Este patrón persistente de activación mejorada sugiere que algunas regiones cerebrales, especialmente áreas límbicas que modulan las respuestas a estímulos que provocan ansiedad, pueden ser menos receptivas a los efectos agudos de la TCC.

Cambiar la actividad en estas regiones puede requerir una duración más prolongada de la TCC, formas adicionales de tratamiento o dirigirse directamente a áreas cerebrales subcorticales.

En este estudio, todos los niños con ansiedad recibieron TCC. Con fines de comparación, los investigadores también midieron la actividad cerebral en una muestra separada de 87 jóvenes con alto riesgo de ansiedad basado en su temperamento infantil (por ejemplo, mostrando una alta sensibilidad a situaciones nuevas). Dado que estos niños no fueron diagnosticados con un trastorno de ansiedad, no habían recibido tratamiento con TCC.

Se tomaron imágenes cerebrales a los 10 y 13 años.

En los adolescentes con riesgo temperamental de ansiedad, una mayor actividad cerebral se relacionó con un aumento de los síntomas de ansiedad con el tiempo y coincidió con la actividad cerebral observada en niños diagnosticados con un trastorno de ansiedad antes del tratamiento.

Esto proporciona evidencia preliminar de que los cambios cerebrales en niños con ansiedad fueron impulsados por la TCC y que podrían ofrecer un marcador neural confiable del tratamiento de la ansiedad.

Los trastornos de ansiedad son comunes en los niños y pueden causarles una angustia significativa en situaciones sociales y académicas.

También son crónicos, con un fuerte vínculo en la adultez cuando se vuelven más difíciles de tratar.

A pesar de la efectividad de la TCC, muchos niños continúan mostrando síntomas de ansiedad después del tratamiento.

Mejorar la terapia para tratar la ansiedad de manera más efectiva durante la infancia puede tener beneficios a corto y largo plazo y prevenir problemas más graves en el futuro.

Este estudio proporciona evidencia, en un grupo grande de jóvenes no medicados con trastornos de ansiedad, de una circuitaría cerebral alterada que subyace a los efectos del tratamiento de la TCC.

Los hallazgos podrían, con el tiempo, utilizarse para mejorar los resultados del tratamiento al dirigirse a los circuitos cerebrales vinculados a la mejora clínica.

Esto es particularmente importante para el subconjunto de niños que no mejoraron significativamente después de la TCC a corto plazo.

Referencia:

Simone P. Haller, Julia O. Linke, Hannah L. Grassie, Emily L. Jones, David Pagliaccio, Anita Harrewijn, Lauren K. White, Reut Naim, Rany Abend, Ajitha Mallidi, Erin Berman, Krystal M. Lewis, Katharina Kircanski, Nathan A. Fox, Wendy K. Silverman, Ned H. Kalin, Yair Bar-Haim, Melissa A. Brotman. Normalization of Fronto-Parietal Activation by Cognitive-Behavioral Therapy in Unmedicated Pediatric Patients With Anxiety Disorders. American Journal of Psychiatry, 2024; DOI: 10.1176/appi.ajp.20220449

  • Ciencia y Evidencia en Psicología
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  • Neurociencias

El uso excesivo del celular podría debilitar las redes cerebrales encargadas del control cognitivo

  • 19/12/2023
  • David Aparicio

El informe de Psychiatry Research Neuroimaging señala que el uso excesivo del teléfono celular se relaciona con la disminución de la eficacia de las redes cerebrales encargadas del control cognitivo y las funciones ejecutivas.

Investigación

La investigación seleccionó minuciosamente a 39 participantes que cumplían con criterios específicos de edad, habilidades lingüísticas y la ausencia de trastornos mentales o neurológicos. Estos participantes fueron distribuidos en dos grupos: aquellos que hacían un uso excesivo del teléfono celular y aquellos que no lo utilizaban de manera excesiva, determinando esta clasificación mediante los puntajes obtenidos en la Escala de Adicción al Celular.

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  • Neurociencias

Si la ansiedad está en mi cerebro, ¿por qué me late el corazón? Un psiquiatra explica la neurociencia y la fisiología del miedo

  • 19/12/2023
  • The Conversation

Por Arash Javanbakht, profesor asociado de psiquiatría en Wayne State University

El corazón en la garganta. Mariposas en el estómago. Mal presentimiento. Todas estas son frases que mucha gente utiliza para describir el miedo y la ansiedad. Es probable que hayas sentido ansiedad en el pecho o en el estómago, y normalmente no te duele el cerebro cuando tienes miedo. Muchas culturas vinculan la cobardía y la valentía más al corazón o a las tripas que al cerebro.

Pero la ciencia ha considerado tradicionalmente que el cerebro es el lugar donde nacen y se procesan el miedo y la ansiedad. Entonces, ¿por qué y cómo se sienten estas emociones en otras partes del cuerpo?



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Soy un psiquiatra y neurocientífico que investiga y trata el miedo y la ansiedad. En mi libro “Miedo,” explico cómo funciona el miedo en el cerebro y en el cuerpo, y lo que un exceso de ansiedad provoca en el organismo. Las investigaciones confirman que, aunque las emociones se originan en el cerebro, es el cuerpo el que ejecuta las órdenes.

El miedo y el cerebro

Mientras que tu cerebro evolucionó para salvarte de la caída de una roca o de un depredador a toda velocidad, las angustias de la vida moderna suelen ser mucho más abstractas. Hace cincuenta mil años, ser rechazado por tu tribu podía significar la muerte, pero no hacerlo bien en un discurso público en la escuela o en el trabajo no tiene las mismas consecuencias. Tu cerebro, sin embargo, podría no notar la diferencia.

Hay algunas áreas clave del cerebro que están muy implicadas en el procesamiento del miedo.

Cuando percibes algo como peligroso, ya sea una pistola apuntándote o un grupo de personas que te miran descontentas, estos estímulos sensoriales se transmiten primero a la amígdala. Esta pequeña zona del cerebro, con forma de almendra y situada cerca de las orejas, detecta la relevancia emocional de una situación y cómo reaccionar ante ella. Cuando ves algo, determina si debes comértelo, atacarlo, huir de él o tener relaciones sexuales con él.

La detección de amenazas es una parte vital de este proceso, y tiene que ser rápida. Los primeros humanos no tenían mucho tiempo para pensar cuando un león se abalanzaba sobre ellos. Tenían que actuar con rapidez. Por esta razón, la amígdala evolucionó para evitar las áreas cerebrales implicadas en el pensamiento lógico y puede activar directamente respuestas físicas. Por ejemplo, ver una cara enfadada en la pantalla de un ordenador puede desencadenar inmediatamente una respuesta detectable de la amígdala sin que el espectador sea siquiera consciente de esta reacción.Ante una amenaza inminente, los mamíferos suelen luchar, huir o congelarse.

El hipocampo está cerca y estrechamente conectado a la amígdala. Participa en la memorización de lo que es seguro y lo que es peligroso, sobre todo en relación con el entorno: contextualiza el miedo. Por ejemplo, tanto ver un león enfadado en el zoo como en el Sáhara desencadenan una respuesta de miedo en la amígdala. Pero el hipocampo interviene y bloquea esta respuesta cuando estamos en el zoo porque no corremos peligro. 

El córtex prefrontal, situado encima de los ojos, se ocupa principalmente de los aspectos cognitivos y sociales del procesamiento del miedo. Por ejemplo, puedes tener miedo de una serpiente hasta que leas un cartel que indique que no es venenosa o hasta que el dueño te diga que es su amigable mascota. 

Aunque el córtex prefrontal suele considerarse la parte del cerebro que regula las emociones, también puede enseñarte a tener miedo en función de tu entorno social. Por ejemplo, puede que te sientas neutral ante una reunión con tu jefe, pero te pongas nervioso de inmediato cuando un compañero te hable de rumores de despidos. Muchos prejuicios como el racismo tienen su origen en el aprendizaje del miedo a través del tribalismo.

El miedo y el resto del cuerpo

Si el cerebro decide que una respuesta de miedo está justificada en una situación concreta, activa una cascada de vías neuronales y hormonales para prepararte para la acción inmediata. Parte de la respuesta de lucha o huida, como el aumento de la atención y la detección de amenazas, tiene lugar en el cerebro. Pero es en el cuerpo donde se produce la mayor parte de la acción.

Varias vías preparan a distintos sistemas corporales para una acción física intensa. La corteza motora del cerebro envía señales rápidas a los músculos para prepararlos para movimientos rápidos y enérgicos. Entre ellos se encuentran los músculos del pecho y el estómago, que ayudan a proteger los órganos vitales de esas zonas. Eso podría contribuir a una sensación de opresión en el pecho y el estómago en condiciones de estrés.El sistema nervioso simpático interviene en la regulación del estrés.

El sistema nervioso simpático es el acelerador que acelera los sistemas implicados en la lucha o la huida. Las neuronas simpáticas están repartidas por todo el cuerpo y son especialmente densas en lugares como el corazón, los pulmones y los intestinos. Estas neuronas hacen que la glándula suprarrenal libere hormonas como la adrenalina, que viajan por la sangre hasta llegar a esos órganos y aumentan la velocidad a la que experimentan la respuesta de miedo.

Para garantizar un riego sanguíneo suficiente a los músculos cuando están muy solicitados, las señales del sistema nervioso simpático aumentan la frecuencia de los latidos del corazón y la fuerza con la que se contrae. Usted siente tanto el aumento de la frecuencia cardíaca como la fuerza de contracción en el pecho, razón por la cual puede relacionar la sensación de emociones intensas con el corazón.

En los pulmones, las señales del sistema nervioso simpático dilatan las vías respiratorias y suelen aumentar la frecuencia y la profundidad de la respiración. A veces esto provoca una sensación de falta de aire.

Como la digestión es la última prioridad durante una situación de lucha o huida, la activación simpática ralentiza el intestino y reduce el flujo sanguíneo al estómago para ahorrar oxígeno y nutrientes para órganos más vitales como el corazón y el cerebro. Estos cambios en el sistema gastrointestinal pueden percibirse como el malestar asociado al miedo y la ansiedad.

Todo vuelve al cerebro

Todas las sensaciones corporales, incluidas las viscerales del pecho y el estómago, se transmiten al cerebro a través de las vías a través de la médula espinal. El cerebro, ya de por sí ansioso y muy alerta, procesa estas señales tanto a nivel consciente como inconsciente.

La ínsula es una parte del cerebro que participa específicamente en la percepción consciente de las emociones, el dolor y las sensaciones corporales. El córtex prefrontal también participa en la autoconciencia, especialmente al etiquetar y nombrar estas sensaciones físicas, como sentir opresión o dolor en el estómago, y atribuirles un valor cognitivo, como “esto está bien y desaparecerá” o “esto es terrible y me estoy muriendo”. Estas sensaciones físicas a veces pueden crear un bucle de ansiedad creciente, ya que hacen que el cerebro sienta más miedo ante la situación debido a la agitación que percibe en el cuerpo.

Aunque las sensaciones de miedo y ansiedad empiezan en el cerebro, también se sienten en el cuerpo porque el cerebro altera las funciones corporales. Las emociones tienen lugar tanto en el cuerpo como en el cerebro, pero uno se da cuenta de su existencia con el cerebro. Como cuenta el rapero Eminem en su canción “Lose Yourself”, la razón por la que le sudaban las palmas de las manos, le flaqueaban las rodillas y le pesaban los brazos era que su cerebro estaba nervioso.

Artículo publicado en The Conversation. Puedes leer el original aquí.

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  • Neurociencias

Cómo la menopausia cambia el cerebro. Y qué hacer al respecto

  • 18/12/2023
  • David Aparicio

Interesante artículo sobre los cambios cerebrales en las mujeres después de la menopausia:

El descenso característico del estrógeno durante la menopausia no solo altera el funcionamiento de algunas regiones cerebrales, sino que también modifica la estructura del cerebro; las imágenes muestran un volumen reducido en los cerebros menopáusicos en comparación con los cerebros masculinos de la misma edad y con los de las mujeres premenopáusicas.

Estos cambios neurológicos pueden ser responsables de algunos síntomas de la menopausia, incluidos los bochornos, los cambios de humor y un declive menor, casi siempre temporal, en la memoria y la cognición.



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También se parecen a los cambios cerebrales que preceden a la demencia, según Mosconi. “Algunas de las regiones cerebrales afectadas por la menopausia coinciden con algunas de las afectadas por la enfermedad de Alzhéimer”, afirmó, pero todavía no entendemos del todo la relación entre ambas.

Artículo completo en The New York Times.

  • Artículos de opinión (Op-ed)
  • Neurociencias

Los psicofármacos podrían abrir una ventana para sacarle más provecho a la terapia

  • 22/11/2023
  • The Conversation

Por Rebecca Price, profesora asociada de psiquiatría y psicología, Universidad de Pittsburgh

Existe un creciente reconocimiento en la comunidad científica de que combinar diferentes enfoques de tratamiento para las condiciones de salud mental puede generar un beneficio mayor que la suma de sus partes.

Como psicóloga clínica e investigadora en neurociencia, he estado trabajando para integrar perspectivas de ambos campos con el fin de ampliar las opciones de tratamiento para aquellos que sufren de depresión, ansiedad y condiciones relacionadas. Diseñar un plan de tratamiento que preste atención cuidadosa a la secuencia y dosis de las terapias biológicas y conductuales podría beneficiar a las personas de nuevas maneras que ninguno de los enfoques podría lograr por sí solo.



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La ansiedad y la depresión son las condiciones de salud mental más prevalentes en todo el mundo. A nivel global, alrededor de 280 millones de personas experimentan depresión, y hasta 1 de cada 3 cumplirá con los criterios diagnósticos para un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas. Existen numerosas opciones de tratamiento efectivas para ambas condiciones, que incluyen medicamentos, psicoterapia, cambios en el estilo de vida y neuroestimulación.

Médicos y terapeutas recomiendan a muchos pacientes que buscan atención para la salud mental que prueben más de un enfoque simultáneamente, como la combinación de medicamentos y terapia. Esto se basa en la idea de que si respondieran bien a cualquiera de los tratamientos recetados, experimentarían un beneficio neto más rápido o más fuerte que si probaran cada uno de forma secuencial. Sin embargo, históricamente, los investigadores han estudiado cada enfoque de forma aislada. La mayoría de la investigación se ha centrado en comparar tratamientos individuales uno a la vez con un grupo de control, como un placebo de píldora o una lista de espera para psicoterapia.

Neuroplasticidad y tratamiento

Avances recientes en la comprensión científica de la depresión, la ansiedad y otras condiciones relacionadas con el estrés sugieren que los cambios e impedimentos en la neuroplasticidad son contribuyentes críticos.

La neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro para ajustarse de manera flexible en respuesta a un entorno en constante cambio; es un componente crucial del aprendizaje. En estudios con animales, los déficits en la neuroplasticidad se observan como cambios en las vías moleculares y neuronales, como una disminución en el número de sinapsis o puntos de contacto entre neuronas, después de un estrés crónico. Estos cambios podrían estar relacionados con los patrones mentales y los síntomas de depresión y ansiedad en las personas, como cuando los pacientes informan una capacidad reducida para pensar, sentir y actuar de manera flexible. También pueden estar vinculados a la forma en que se piensa, recuerda e interpreta la información, sesgada hacia lo negativo.

La investigación ha demostrado que muchos tratamientos biológicos efectivos, como medicamentos y neuroestimulación, pueden mejorar o alterar la neuroplasticidad. Ciertos cambios en el estilo de vida, como el ejercicio regular, pueden tener efectos similares. Los científicos consideran que esto es clave para reducir los síntomas. Desafortunadamente, los síntomas a menudo regresan cuando se interrumpen estos tratamientos. La recaída es especialmente evidente en el caso de los medicamentos. Tanto para los antidepresivos como para los medicamentos más recientes contra la ansiedad, las tasas de recaída comienzan a aumentar poco después de que los pacientes dejan el tratamiento.

Por otro lado, los tratamientos conductuales, como la psicoterapia, introducen nuevas habilidades y hábitos que pueden ser más duraderos. Los beneficios continúan incluso después de que la fase más intensa del tratamiento haya concluido. Las reuniones regulares con un terapeuta a lo largo de varios meses pueden ayudar a muchos pacientes a aprender a enfrentar síntomas negativos y circunstancias de la vida de nuevas maneras. Pero dicho aprendizaje depende de la neuroplasticidad para forjar y retener estos nuevos y útiles caminos en el cerebro.

Los investigadores plantean la hipótesis de que mejorar o modular la plasticidad con una intervención biológica como la medicación no solo puede reducir los síntomas, sino que también puede proporcionar una ventana de oportunidad para que las intervenciones conductuales, como la psicoterapia, sean más efectivas. Intervenciones basadas en el aprendizaje, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia de exposición, si se cronometran adecuadamente, podrían aprovechar la mayor neuroplasticidad inducida por las intervenciones biológicas y mejorar los resultados a largo plazo.

Piensa en las vías en el cerebro como carreteras. Los tratamientos biológicos transforman un conjunto de carreteras escasamente conectadas, que consisten solo en algunos caminos muy transitados que representan pensamientos, miedos y hábitos no útiles, en una red más densa de carreteras interconectadas y recién pavimentadas. Los tratamientos conductuales pueden asemejarse a conducir repetidamente por un conjunto específico de nuevas carreteras que conducen a perspectivas más equilibradas sobre uno mismo y el mundo que lo rodea, aprendiéndolas hasta poder transitarlas sin esfuerzo, sin necesidad de GPS. Esto asegura que esas carreteras ahora familiares estarán disponibles para ti en el futuro y te protegerán contra el retorno de la ansiedad y la depresión.

Sinergias en el tratamiento combinado

Diseñar tratamientos combinados para promover explícitamente la sinergia es relativamente nuevo, y hay cada vez más evidencia que lo respalda. Algunos ejemplos específicos son notables.

En primer lugar, algunos estudios han mostrado que la D-cicloserina, un antibiótico utilizado para tratar la tuberculosis, puede hacer que la terapia de exposición para las condiciones de ansiedad sea más efectiva al ayudar a los pacientes a aprender a calmar sus miedos. La D-cicloserina también puede mejorar los efectos antidepresivos de un tipo de neuroestimulación llamada estimulación magnética transcraneal, que estimula las células nerviosas mediante campos magnéticos.

Varios estudios sugieren que combinar la neuroestimulación con enfoques cognitivo-conductuales, como la terapia cognitivo-conductual o el entrenamiento del control cognitivo, puede dar lugar a reducciones a más largo plazo en la depresión y la ansiedad.

De manera similar, dosis bajas de ketamina, un medicamento utilizado en la anestesia general con efectos antidepresivos rápidos, pueden utilizarse para «iniciar la bomba» para un nuevo aprendizaje útil. Un estudio que mi equipo y yo realizamos encontró que los ejercicios diarios en computadora de 30 a 40 minutos durante cuatro días después de una sola dosis de ketamina llevaron a un aumento de nueve veces en la duración de los efectos antidepresivos, es decir, 90 días de síntomas reducidos, en comparación con la ketamina sola, que produjo 10 días de síntomas reducidos.

Finalmente, hay un creciente interés en el uso de otros medicamentos con propiedades psicodélicas para ayudar en la psicoterapia. Los beneficios terapéuticos de realizar estas terapias asistidas con psicodélicos bajo supervisión médica se atribuyen a los efectos rápidos de aumento de la neuroplasticidad y alteración de la conciencia de drogas como el psilocibina y el MDMA. Los investigadores creen que estos efectos a corto plazo fomentan nuevas perspectivas e ideas que los psicoterapeutas pueden ayudar a los pacientes a integrar en su visión del mundo permanente.

Existe un gran potencial en las formas guiadas por la neurociencia de combinar tratamientos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que diferentes enfoques de tratamiento ocasionalmente pueden actuar en contra unos de otros, disminuyendo los beneficios a largo plazo de la psicoterapia sola. Por ejemplo, un estudio sobre el trastorno de pánico encontró que los pacientes que aprendieron técnicas de psicoterapia mientras tomaban medicamentos ansiolíticos tenían una mayor probabilidad de recaída después de suspender su uso en comparación con aquellos que recibieron solo psicoterapia.

Se necesitan ensayos clínicos cuidadosamente diseñados y seguimientos a largo plazo para comprender completamente cómo combinar lo biológico y lo conductual para desarrollar tratamientos que sean eficientes, accesibles, seguros y duraderos.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología
  • Neurociencias

Los cerebros de las mujeres en riesgo de depresión son más activos al procesar críticas

  • 22/11/2023
  • Equipo de Redacción
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Un estudio de neuroimagen que involucra a mujeres con niveles elevados de neuroticismo reveló que la red de modo predeterminado del cerebro se vuelve más activa después de recibir críticas, pero no después de escuchar elogios, en comparación con los cerebros de mujeres con niveles promedio de neuroticismo. Este aumento de actividad, especialmente en la corteza prefrontal medial y el lóbulo parietal inferior, puede indicar una tendencia hacia la rumiación. El estudio fue publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience.

La red de modo predeterminado es una red de regiones cerebrales que está activa cuando la mente está en reposo y no se centra en el mundo exterior. Está asociada con procesos internos como la cognición espontánea, divagaciones mentales, pensar en uno mismo en el pasado y el futuro, y en las relaciones con los demás. Su actividad también puede ser indicativa de la rumiación, la tendencia a reflexionar repetidamente sobre pensamientos o problemas angustiantes. La rumiación puede llevar a un pensamiento excesivo y a una concentración prolongada en emociones negativas. Puede predecir el inicio o empeorar los síntomas de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático o los trastornos alimentarios.

Además, la red de modo predeterminado desempeña un papel crucial en diversas funciones cognitivas, como la consolidación de la memoria, el procesamiento social y la construcción de un sentido del yo. La desregulación de la red de modo predeterminado ha sido vinculada con diversas condiciones neurológicas y psiquiátricas, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, la depresión y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Esta red abarca principalmente la corteza prefrontal medial, la corteza cingulada posterior, el precúneo y partes de las regiones de la corteza parietal del cerebro.



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Artículo recomendado: Las principales partes del cerebro: Un viaje al centro del control cerebral

La investigación

La autora del estudio, Tina Chou, y sus colegas deseaban investigar si los patrones de activación de la red de modo predeterminado difieren entre individuos con un riesgo elevado de desarrollar depresión, pero que aún no la han desarrollado. Se seleccionaron mujeres con niveles elevados de neuroticismo para representar a este grupo. El neuroticismo es un rasgo de personalidad que refleja la tendencia de un individuo a experimentar emociones negativas como ansiedad, miedo y tristeza. Las personas con un alto nivel de neuroticismo son más propensas a la inestabilidad emocional, cambios de humor y una sensibilidad aumentada a los factores estresantes.

El estudio incluyó a 25 mujeres con niveles elevados de neuroticismo, ubicándolas en el 20% superior para este rasgo, y a 28 mujeres con niveles promedio de neuroticismo. Ninguna de las participantes tenía antecedentes de trastornos del estado de ánimo o ansiedad ni estaba utilizando medicamentos psicotrópicos. Su edad promedio era de 20-21 años y tenían aproximadamente 14 años de educación en promedio.

Las participantes se sometieron a evaluaciones de neuroticismo (utilizando el NEO-FFI) y rumiación (utilizando la Escala de Respuestas Ruminativas del Cuestionario de Estilos de Respuesta). También participaron en sesiones de imágenes por resonancia magnética funcional. Durante estas sesiones, escucharon una serie de comentarios derivados de observaciones hechas por madres de individuos con depresión y trastorno límite de la personalidad, adaptados para el estudio. Estos comentarios, con una duración de 30 segundos cada uno, consistían en una mezcla de críticas y elogios.

Ejemplos de comentarios críticos incluyeron frases como «una de las cosas que me molesta de ti es que no eres muy considerada con otras personas. A veces puedes ser muy egocéntrica… Todo se trata de ti y de lo que necesitas». Los comentarios elogiosos incluyeron frases como «una de las cosas que realmente me gusta de ti es tu sentido del humor. No es que siempre estés contando chistes ni nada por el estilo, pero puedes ser realmente divertida.» Los investigadores instruyeron a las participantes a imaginar que esos comentarios les eran dirigidos por alguien muy importante en sus vidas.

Resultados

Los resultados mostraron que las participantes con niveles elevados de neuroticismo (es decir, con un riesgo aumentado de depresión) mostraron una mayor actividad en dos regiones de la red de modo predeterminado en comparación con las mujeres con niveles promedio de neuroticismo. Estas áreas fueron la corteza prefrontal medial y el lóbulo parietal inferior. Cuando escuchaban elogios, las redes de modo predeterminado de los participantes de ambos grupos reaccionaban de manera similar. Además, la activación en el lóbulo parietal inferior izquierdo se asoció con la rumiación en el grupo de alto neuroticismo, pero no en el grupo de neuroticismo promedio.

«En general, nuestros resultados sugieren que las personas en riesgo de depresión pueden utilizar una red cerebral auto-referencial al procesar preferentemente información negativa en lugar de positiva. Este tipo de procesamiento sesgado está asociado con pensamientos rumiativos y puede reflejar una vulnerabilidad neurocognitiva subyacente para la depresión posterior. Tratamientos futuros dirigidos a la corteza prefrontal medial o al lóbulo parietal inferior podrían servir como intervenciones preventivas para individuos en riesgo de depresión», concluyeron los autores del estudio.

El estudio arroja luz sobre las diferencias en las respuestas cerebrales de individuos con niveles elevados y promedio de neuroticismo. Sin embargo, cabe destacar que el neuroticismo no es el único factor de riesgo de la depresión. Los miembros del grupo de control podrían haber tenido otros factores de riesgo de depresión que no fueron evaluados. Además, las muestras del estudio eran pequeñas y consistían únicamente en mujeres jóvenes adultas. Los resultados en otros grupos demográficos y muestras más diversas podrían no ser los mismos.

Referencia: Tina Chou, Thilo Deckersbach, Darin D Dougherty, Jill M Hooley, The default mode network and rumination in individuals at risk for depression, Social Cognitive and Affective Neuroscience, Volume 18, Issue 1, 2023, nsad032, https://doi.org/10.1093/scan/nsad032

  • Neurociencias

El cortisol: hormona crucial en la regulación del estrés y el metabolismo

  • 15/11/2023
  • David Aparicio

El cortisol, conocido como la «hormona del estrés», es una glucocorticoide vital para diversas funciones fisiológicas en el organismo humano. Este artículo explorará la producción, características y efectos del cortisol, destacando su papel esencial en la respuesta al estrés y su influencia en el metabolismo.

Producción de cortisol

La síntesis de cortisol, uno de los principales glucocorticoides en el cuerpo humano, tiene lugar principalmente en las glándulas suprarrenales. Específicamente, este proceso ocurre en la zona fasciculada de la corteza adrenal.

El inicio de la síntesis del cortisol se desencadena por la liberación de una hormona llamada corticotropina, también conocida como hormona adrenocorticotropa (ACTH). Esta hormona es producida por la glándula pituitaria, como respuesta a la estimulación del hipotálamo por medio de la hormona liberadora de corticotropina (CRH).



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Una vez que el hipotálamo libera la CRH, esta estimula la producción y liberación de ACTH por parte de la glándula pituitaria. La ACTH, a su vez, actúa sobre las glándulas suprarrenales, específicamente sobre las células de la zona fasciculada de la corteza adrenal.

Bajo la influencia de la ACTH, estas células suprarrenales sintetizan y liberan cortisol en la circulación sanguínea. El cortisol desempeña un papel fundamental en el organismo, participando en una amplia variedad de funciones fisiológicas.

Características del cortisol

El cortisol es una hormona crucial en múltiples procesos fisiológicos. Como miembro de la familia de los glucocorticoides, desempeña un papel vital en la regulación del metabolismo, la respuesta inmunológica y la homeostasis en el cuerpo humano.

Su estructura química está compuesta por 21 átomos de carbono, y su síntesis implica una sofisticada serie de reacciones enzimáticas. Estas reacciones enzimáticas son necesarias para la conversión del colesterol en cortisol, y se llevan a cabo principalmente en las células de la corteza suprarrenal.

Uno de los aspectos más interesantes del cortisol es su ritmo circadiano, es decir, su fluctuación a lo largo del día. El cortisol alcanza niveles máximos en la mañana, lo que proporciona la energía necesaria para enfrentar las demandas diarias. A medida que avanza el día, los niveles de cortisol disminuyen gradualmente hasta llegar a su punto más bajo en la medianoche. Esta oscilación cíclica del cortisol es fundamental para mantener un equilibrio adecuado en las funciones fisiológicas diarias.

Además de su papel en el metabolismo y la energía, el cortisol también desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico. Actúa como un potente antiinflamatorio y tiene la capacidad de suprimir las respuestas inmunitarias excesivas. Sin embargo, cuando los niveles de cortisol están constantemente altos, como en situaciones de estrés crónico, esto puede tener efectos perjudiciales en el sistema inmunológico y en la salud en general.

Efectos del cortisol

1. Respuesta al estrés: El cortisol desempeña un papel clave en la respuesta al estrés. Cuando se percibe una amenaza, ya sea física o psicológica, el cuerpo aumenta la producción de cortisol para movilizar energía almacenada, aumentar la presión arterial y modular el sistema inmunológico. Esta respuesta es esencial para la supervivencia y se conoce como la «respuesta de lucha o huida».

2. Metabolismo de glucosa: El cortisol regula el metabolismo de la glucosa al aumentar la gluconeogénesis, el proceso mediante el cual se sintetiza la glucosa a partir de precursores no glucídicos como aminoácidos y glicerol. Esto asegura un suministro constante de glucosa para satisfacer las demandas energéticas del cuerpo durante situaciones de estrés.

3. Inmunomodulación: Aunque es esencial para la respuesta inmunológica a corto plazo, el cortisol en niveles elevados a largo plazo puede tener efectos inmunosupresores. Suprime la actividad de los leucocitos y la liberación de citoquinas, lo que puede aumentar la susceptibilidad a infecciones.

Conclusiones

El cortisol, como hormona del estrés, desempeña un papel crucial en la adaptación y la supervivencia humana. Sin embargo, un desequilibrio en los niveles de cortisol puede tener consecuencias negativas para la salud, incluyendo trastornos metabólicos y problemas inmunológicos. La comprensión de la regulación y los efectos del cortisol es esencial para abordar condiciones relacionadas con el estrés y desarrollar estrategias terapéuticas eficaces.

Referencias

  • Smith, J. A., & Spencer, T. J. (2020). Cortisol. In StatPearls . StatPearls Publishing.
  • Sapolsky, R. M., Romero, L. M., & Munck, A. U. (2000). How do glucocorticoids influence stress responses? Integrating permissive, suppressive, stimulatory, and preparative actions. Endocrine Reviews, 21(1), 55-89.

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