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Mitos y realidades del actuar responsable ante el abuso infanto juvenil

  • Jorge Garaventa
  • 02/04/2013

La cuestión del actuar responsable implica un posicionamiento ético que atraviesa la práctica de todos los profesionales actores de estas situaciones, posicionamientos que no en pocas oportunidades nos llevan a tolerar situaciones contrarias a nuestras convicciones, pero de acatamiento ineludible, y que más que desanimarnos debería ser un alerta y un incentivo para profundizar en la investigación y diseño de herramientas que permita, de forma lo mas contundente posible aportar los elementos necesarios para que los responsables de abuso sexual infantil sean alcanzados por la Justicia.

Verán que rápidamente llegué al concepto de Justicia. Es ineludible el atravesamiento. Ocurre que el abuso sexual infantil es una situación en la que bajo ningún concepto debería evitarse la intervención judicial. La sanción social civilizada, como es el veredicto que surge de un alto tribunal es fundamental en la reconstrucción psíquica posterior a la devastadora acción que seguramente el abuso sexual produjo en la mente de un niño o una niña.

Un primer dato entonces de lo que sería el actuar responsable es que toda persona que tenga datos fehacientes de abuso sexual o maltrato contra la niñez, debería tomar los imprescindibles recaudos legales para que esa situación cese en lo inmediato.

Causa escozor observar en algunos servicios profesionales el debate acerca de la obligación o no de hacer la denuncia

Sabido es que hoy se pueden hacer denuncias y consultas sobre el tema en múltiples espacios, no solo judiciales por lo cual, el silencio en nombre de una supuesta impunidad pre garantizada no tiene sustento más que en una actitud vacilante en la proclamada defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Causa escozor observar en algunos servicios profesionales el debate acerca de la obligación o no de hacer la denuncia cuando se tiene conocimiento de estas situaciones. Se entiende el humano temor ante las posibles demandas judiciales pero también se entiende que es ese el momento en que cada quien deberá interrogarse acerca de si ha optado por la inserción profesional correcta. Lo mismo para quienes luego de exponer en entrevistas clínicas, supervisiones u otros espacios su convicción sobre la existencia del delito, culminan su actuación con un informe insípido, y en muchos casos con la negativa a insertar firma y sello a sus observaciones e inferencias.

Se concluye entonces que, o se ha hablado con apresuramiento creando expectativas infundadas, o no se ha formado y no posee herramientas idóneas que habiliten la comprobación de sus inferencias clínicas, o, sencillamente la ética de la acción no acuerda con lo declamado.

No trazo una línea divisoria entre buenos y malos. Afirmo que cada uno, desde un posicionamiento honesto encontrará un lugar de acción que no necesariamente es tan expuesto y confrontante como son los servicios y organismos públicos y privados que se ocupan del abuso sexual infantil.

Así como Freud afirmaba que quien sintiera cosquillas cuando debía platicar sobre temas sexuales con sus pacientes lo más adecuado sería que se dedicara a otra cosa decimos que quien sienta una actitud vacilante cuando debe validar sus comprobaciones clínicas necesita reflexionar seriamente sobre los pasos a seguir. Viene nuevamente Freud en nuestro auxilio cuando dice: No se puede convocar a los demonios y retroceder espantados ante su presencia.

La Universidad pública no ha tomado el tema

Avanzo un momento más en el tema. No casualmente he hablado de inferencias clínicas, comprobaciones fehacientes y conclusiones fundadas. El profesional que trabaja en el tema tiene la obligación de formarse y tener a su disposición las herramientas más idóneas y validadas desde su disciplina y prácticas, pero no tiene la obligación de ver o fundamentar lo que no se ve pero se supone.

Un esfuerzo difícil pero indispensable es poner entre paréntesis sus convicciones ideológicas más cotidianas y dejar hablar a sus herramientas de intervención.

Demás está decir que no estoy abogando por una ciencia desideologizada, que por otro lado no existe, sino tener la suficiente formación ética, profesional y humana como para suspender momentáneamente todo aquello que haga obstáculo a un buen diagnóstico.

Es en este punto que se puede decir que el trabajo en soledad es el más contraindicado. Trabajar éticamente implica la capacidad de confrontar lo propio con lo de los demás y adquirir la capacidad de revisión y modificación de aquellos conceptos que se comprueben erróneos aunque su reformulación, en lo inmediato implique un duelo narcisista.

No me voy a referir, no resiste el menor análisis, el accionar delictivo de algunos profesionales que por conveniencia de cualquier índole certifican lo inexistente o desmienten o escatiman lo evidente.

La Universidad pública no ha tomado el tema y no parece por ahora demasiado dispuesta a incluir en sus currículas, al menos en psicología, una problemática que a esta altura debería ser ineludible en los claustros académicos. Seguirán abundando entonces colegas que insistan en fórmulas invisibilizantes como aquella que sostiene que no importa si un abuso existió o no, sino que lo que importa es la fantasía que el paciente tiene al respecto, a partir de lo cual, con la doctrina del perverso polimorfo se avanza hacia las múltiples maniobras seductoras con que aquel o aquella, generalmente una niña, quebró la fortaleza moral de aquel pobre adulto, generalmente el padre, que entonces cae irremediablemente en los brazos del incesto.

Es altamente movilizante la extrema convicción ética de Michel Foucault cuando sostiene que ante la más mínima duda sobre la culpabilidad de un denunciado este debe permanecer en libertad.

Esta afirmación, sostengo una vez más, deberá ser un incentivo para afinar las formas de intervención.

El psicólogo no tiene que tomar partido sobre la culpabilidad o no de un acusado

Sabido es que la cantidad de personas que han abusado quedan en libertad porque las causas no han podido ser sustanciadas. Mas allá de que esto es utilizado por cierta prensa para confundir a la opinión pública lo cierto es que las denuncias comprobadamente falsas son ínfimas. El resto habla de carencia de métodos que permitan una clara sustanciación.

El psicólogo no tiene que tomar partido sobre la culpabilidad o no de un acusado sino, a decir de Foucault, no buscamos la parte de responsabilidad moral de nadie. Simplemente investigamos si en el plano médico legal o psicológico sus anomalías de carácter tienen un origen patológico, si realizan un trastorno mental suficiente para alcanzar la responsabilidad penal. Aconseja directamente decir, si amerita, que fulano no presenta ninguna enfermedad mental y que en términos generales es responsable de sus actos.

Sobre las víctimas, aunque ya me he explayado bastante es fundamental certificar que existen elementos, indicios, certezas o ningún dato acorde con una situación de abuso. No es necesario más cuando un Juez actúa con íntima convicción y un fiscal proporciona los elementos necesarios que permitan  arribar a una justa sentencia.

Eva Giberti advierte reiteradamente sobre la ineludible vigilancia epistemológica que todos debemos ejercer sobre las concepciones que determina nuestras prácticas.

Hay tres temas que no quiero dejar de mencionar y que merecen una urgente profundización. Se suele afirmar que los abusadores y violadores son incurables, cuestión esta que habilitaría la conformación de un registro de estas personas.

Esta afirmación, si bien es simpática a los oídos de quienes hemos hecho de la lucha contra el abuso sexual y el maltrato infantil una causa, produce un dilema ético fundamental. Si alguien ha saldado sus cuentas con la justicia no puede imponérsele medidas adicionales, salvo una modificación de la legislación que las incluya en un plan de paulatina reinserción social. Pero para que ello sea posible, independientemente de que serán los juristas quienes determinen la factibilidad o no de la medida propuesta, serán los profesionales de salud mental quienes estudien seriamente el psiquismo de los involucrados. El dilema, en el que me incluyo, consiste en que la mayoría de los que trabajamos el tema no estamos dispuestos a trabajar con abusadores. Tal vez la solución radique en los equipos judiciales, carcelarios o gubernamentales varios. Es un tema a seguir pensando.

La otra cuestión tiene que ver con la afirmación que se sostiene desde hace un tiempo que dice que los abusadores, en general, han sido niños abusados, lo que trasladaría casi automáticamente a una comprensión psicopatológica, con la consecuente atenuación de la posible pena.

En mi experiencia y la de algunos colegas consultados dicha afirmación está muy lejos de comprobaciones clínicas generalizables. Lo que se muestra en un niño abusado no es precisamente una tendencia al abuso de otros sino justamente sino justamente mecanismos que apuntan a repetir y perpetuar su condición de víctima de abuso y sumisión.

Jamás se encontró con un solo abusador que admitiera su delito pese a las pruebas

La víctima sigue siendo víctima mientras no haya circulación de la palabra, reparación jurídica y reconstitución psíquica tras un largo, penoso e inevitable tratamiento.

Dejo para el cierre el tema de la revinculación. El Dr. Carlos Rozanski  afirma que en sus largos años de práctica judicial jamás se encontró con un solo abusador que admitiera su delito pese a las pruebas, o que mostrara algún rasgo de arrepentimiento, pilares estos que serían requisito previo indispensable para pensar cualquier medida revinculatoria.

El interés superior del niño, tan declamado, tan poco tenido en cuenta, es pervertido cuando en pro de sostener el concepto de familia, de no privarlo de un progenitor, aunque este no haya cumplido su función o lo haya dañado, se lo revictimiza condenándolo a permanecer o relacionarse con quien ha sido culpable de tamaña vejación y sobre todo desde una escandalosa e inmoral asimetría.

El desafío está entonces en la profundización y validación conceptual. No bastan buenas intenciones ni verdades reveladas sino la humilde contundencia de las comprobaciones que permitirá prácticas honestas y sueños reparadores porque no podemos soslayar que está en juego la felicidad de los niños y que nuestros discursos a veces involucran no solo la libertad de algunas personas sino la vida misma.

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Sin categoría

Los hermanos de sujetos con esquizofrenia tendrían mayor riesgo de sufrir de depresión

  • David Aparicio
  • 02/04/2013

Se sabe que los hermanos de personas diagnosticadas con esquizofrenia tienen un mayor riesgo de sufrir de esta condición, pero muy poco se conoce sobre el riesgo que tienen sus familiares de sufrir síntomas depresivos.

Para conocer los riesgos familiares de sufrir síntomas psicóticos y depresivos, el investigador R. Klaassen del Rivierduien Mental Health y su equipo, llevaron a cabo un estudio que involucró a 822 individuos diagnosticados con esquizofrenia, 813 parientes, y 527 participantes (grupo control), que no tenían historia personal o familiar de condiciones mentales. Luego se buscó si existía historia de estados y episodios depresivos en los familiares de los tres grupos de estudio.

¿Qué se encontró?

Como los investigadores esperaban, los sujetos con esquizofrenia tenían los más altos  niveles de riesgo de sufrir episodios depresivos y estados de ánimo depresivo.

También encontraron que sus hermanos tenían un mayor riesgo de sufrir episodios depresivos en comparación con los participantes del grupo control.

Se halló una relación directa  entre la frecuencia y duración de los síntomas depresivos y los síntomas psicóticos negativos,tanto  a niveles clínicos como subclínicos.

Si bien se encontró un riesgo familiar para el estado de ánimo deprimido, no se halló la misma relación respecto a los episodios depresivos.

Otro dato clínicamente llamativo es que los pacientes con esquizofrenia y sus hermanos tenían aumentado riesgo de experimentar episodios de depresión.

No se encontraron diferencias en la historia de vida o riesgo de estados depresivos en los participantes del grupo control y sus familiares.

Respecto a este hallazgo, Klaassen concluyó:“Estos descubrimientos sugieren que existe una vulnerabilidad genética recurrente para la depresión y los síntomas negativos psicóticos a niveles clínicos y subclínicos.”

Este estudio nos hace un llamado de atención, debemos comunicarle a los pacientes que sufren de esquizofrenia y sus familiares de los posibles riesgos de depresión ya que esta condición puede exacerbar los síntomas psicóticos y reducir la eficacia de tratamiento y al mismo tiempo disminuir la calidad de vida del paciente y de sus familiares.

Fuente: Psychological Medicine

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  • Psicología aplicada

(PDF) Aulas Felices: Psicología positiva aplicada a la educación

  • Equipo de Redacción
  • 28/03/2013
“AULAS FELICES” es un programa educativo basado en la Psicología Positiva y dirigido a alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Es gratis y de libre difusión. Pretende aportar recursos para trabajar en las aulas y también en tutoría, potenciando las Competencias Básicas más transversales, así como la Acción Tutorial y la Educación en Valores. Descarga: PDF Aulas felicces: psicología positiva aplicada a la educación Fuente: Catedu.es

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  • Psicología aplicada

(PDF) La filosofía en el marco de las neurociencias

  • Equipo de Redacción
  • 28/03/2013
A partir de la interrelación entre ciencia y filosofía, se aborda el impacto que tienen las neurociencias sobre las cuestiones filosóficas planteadas en la actualidad, muy especialmente las relacionadas con la epistemología y la filosofía de la ciencia. Para ello se tienen en cuenta los diversos enfoques de las ciencias cognitivas, fundamentalmente los surgidos en torno a la cognición social, corporizada y situada frente a una cognición individual, racional y abstracta. Con este marco de partida se analizan las formas de representar el conocimiento y las características del agente cognoscente. Descarga el PDF:filosofia neurociencias Fuente: Neurología.com

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  • Psicología aplicada

Ser psicólogo

  • Sebastián Miranda Payacán
  • 27/03/2013
Es interesante como nuestra profesión se ve constantemente sesgada por la visión que el psicoanálisis creó de nosotros, es así como el común de la gente, al escuchar la palabra psicología o sus derivados, imaginan inmediatamente un tipo de barba y lentes sentado en un cómodo sillón detrás de un diván donde alguien apesadumbrado se recuesta a contarle toda su vida sin obtener una ayuda clara. Desgraciadamente, esta es la visión común que la gente tiene sobre el psicólogo, muchas veces recargada con la idea de que el psicólogo trabaja con locos, por lo tanto, como yo no estoy loco, no necesito ni iré jamás a un psicólogo. Si bien es cierto, esta es una de las funciones que nuestra profesión desempeña, no es, en ninguno de los casos, la única. Claro está que la psicología más ejercida y la más requerida es la psicología clínica, pero aún ésta ha cambiado su forma y en nuestro sitio puedes encontrar artículos sobre distintos tipos de terapia: terapias que se enfocan en el sujeto, terapias que se enfocan en el problema, terapias que se enfocan en la solución, etc. (Artículo relacionado: ¿Qué es un psicoterapeuta?) Cabe mencionar también que hoy por hoy se ha avanzado mucho en el camino de cumplir el sueño de Freud, si no lo recuerdas, te comento que Freud hasta su muerte estuvo convencido de que todo lo que él había «descubierto» respecto al mundo psíquico tenía una base fisiológica, que no existía una dicotomía real entre mente y cuerpo, sino más bien una integración completa donde uno afectaba al otro y viceversa… ¡hoy ya lo podemos empezar a confirmar! Freud hasta su muerte estuvo convencido de que todo lo que él había «descubierto» respecto al mundo psíquico tenía una base fisiológica (Artículo relacionado: Scan cerebral confirma la teoría freudiana de la depresión) ¿Sabías que existe una rama de la psicología que se llama psiconeuroinmunoendocrinología? Bueno, no entraré en detalles respecto a esa área, pero, tal como entendemos al ser humano como un ser biopsicosocioespiritual, la psicología se está preocupando de estudiar a cabalidad esta interrelación, algo que sin duda es indispensable en nuestra ciencia, que es la razón de que nuestro sitio no se preocupe sólo de las ciencias psicológicas sino también de las neurociencias. Ahora, esto no es lo único que hace un psicólogo, en otras palabras, el psicólogo no es sólo quien se preocupa del apesadumbrado, no es sólo el que trabaja con aquel al que algún trastorno de personalidad le aqueja, ¡para nada! El psicólogo es mucho más y puede servir a su prójimo desde distintas áreas, algunas más lucrativas que otras, otras más satisfactorias que algunas, nuestro campo de labor es impresionante y, por lo general, nos cerramos en una sola visión. Me gustaría referirme a cada una de las posibles áreas de implicancia que tiene el psicólogo, pero por un lado no quiero aburrir a nadie ni tampoco quiero caer en creer saber más de lo que realmente sé. Hoy por hoy, la psicología se podría dividir en las siguientes áreas de intervención:
    • Psicología laboral, que se entorna sobre todo a la capacitación de habilidades laborales y a los procesos de selección de personal, trabajando también con analisis institucionales en que una institución completa es nuestro paciente.
    • Psicología educativa, que se preocupa de apoyar y desarrollar políticas integrativas de educación, estudiando los distintos mecanismos y estilos de aprendizajes y tratando de adecuarse a las distintas realidades interpersonales e interdisciplinarias.
    • Psicología forense o jurídica, la que trabaja en directa relación con los juzgados y tribunales en análisis periciales ya sea en casos penales, civiles, familiares, laborales, etc.
    • Psicología del deporte, la cual se preocupa de conseguir un funcionamiento psíquico óptimo para obtener el mejor rendimiento físico de un deportista.
    • Psicología comunitaria, aquella en que el profesional se desempeña enseñando a comunidades herramientas para sortear sus obstáculos y apoyando activamente en la creación de políticas públicas en beneficio de las mismas.
    • Psicología clínica, la más conocida y que la gente suele pensar es nuestra única función, aquella a la que la gente acude al sentirse necesitada de apoyo o guía en situaciones de crisis o en casos de patologías.
Como dije, no quiero pecar de soberbio creyendo que estas son las únicas ramas de la psicología, son las que recuerdo en este momento, pero no importa en que área ejerzamos, debemos estar siempre claros que nuestro objeto de estudio y ejercicio es un ser humano, alguien en quien ejerceremos gran influencia, para quien nuestras decisiones, basadas siempre en un análisis exhaustivo de la realidad propia del sujeto, decidirán su bienestar psíquico (clínico), económico (laboral), social (jurídica, comunitaria) y, sobre todo, en el área que sea, espiritual, pues todos somos seres biopsicosocioespirituales.

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  • Psicología aplicada

(PDF) Descarga la revista Neurociencias: Descubriendo el cerebro y la mente

  • Asociación Educar
  • 26/03/2013

Contenido

Neurociencias y Neurosicoeducación: • Las emociones que provocan estímulos irrelevantes pueden afectar la confianza. • Prever las consecuencias de nuestras acciones podría hacernos actuar de un modo más justo. • Neurobiología y el arte de la persuasión. • Con los años nuestro cerebro se vuelve más vulnerable a los engaños. • Aspectos emocionales de la comunicación en adultos: una mirada neuropsicológica. Neurociencias y Educación: • La Inteligencia Emocional y el Cerebro 2.0 • Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema. Neurociencias y Liderazgo: • Las comparaciones sociales pueden perjudicar la confianza y el trabajo en equipo. Ilustración: • Nervios craneales. Descarga la revista: Descubriendo el cerebro y la mente Fuente: AsociacionEducar

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  • Psicología aplicada

Revisar nuestro perfil de Facebook podría mejorar nuestra autoafirmación

  • David Aparicio
  • 25/03/2013

Revisar nuestro perfil de Facebook podría mejorar nuestra autoestima, ya que nos ofrece un lugar para publicar los rasgos y relaciones personales que más apreciamos. Este fue el descubrimiento de un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell.

El conocimiento popular nos hace pensar que no hay beneficios psicológicos cuando utilizamos Facebook, que estamos desperdiciando nuestro tiempo y que esto puede producir una variedad de consecuencias negativas; sin embargo esta investigación demuestra que utilizar Facebook puede ser una actividad significativamente beneficiosa que puede proveer un sentido de bienestar a niveles relativamente profundos.

Podría mejorar nuestra autoestima

Así lo explicó el codirector de la investigación Dr. Jeff Hancock: “La extraordinaria cantidad de tiempo que pasan las personas dentro de Facebook puede ser un reflejo de su propia habilidad de satisfacer sus necesidades personales que son fundamentales para la condición humana.”

Para realizar esta investigación se le pidió a 88 estudiantes que dieran un pequeño discurso y se les permitió mirar y escribir en su perfil o el de otra persona en Facebook mientras esperaban las críticas de los oyentes. Al cabo de algunos minutos, cada participante recibió un comentario negativo sobre su discurso, sin importar que tan bien lo hicieron. Luego se les pidió que calificaran cuan preciso fueron los comentarios sobre su disertación. Los participantes que revisaron sus perfiles fueron menos defensivos en comparación a los que revisaron el perfil de otras personas.

En otra evaluación, los estudiantes que recibieron comentarios positivos o negativos sobre su propia disertación, tenían la opción de revisar sus perfiles u otros sitios webs, como Youtube o sitios de noticias. Los estudiantes que recibieron críticas negativas fueron más propensos a revisar Facebook en comparación con los estudiantes que recibieron críticas positivas.

Estos resultados permiten pensar que los perfiles de Facebook pueden ser utilizados estratégicamente para ampliar las intervenciones de autoafirmación, agregó Hancock.

Quizás las personas solteras o recientemente divorciadas que tienen citas online, han encontrado consuelo en el proceso de actualizar o revisar sus perfiles online, ya que esto les permite reflexionar sobre sus valores y su identidad.

Los perfiles de Facebook pueden ser utilizados estratégicamente para ampliar las intervenciones de autoafirmación

También los estudiantes que se sienten estresados por sus exámenes pueden encontrar beneficios al revisar sus perfiles de Facebook.

Hancock concluyó: “Facebook parece ser un instrumento útil en lo esfuerzos de las personas para preservar la autoestima y la autointegridad.”

Millones de personas utilizamos Facebook en nuestro diario vivir y tal vez esta sea una herramienta que, utilizada sabiamente, pueda proveernos de mayores beneficios de lo que nos imaginamos, pero para eso necesitamos más investigación que nos permita obtener un mejor entendimiento sobre esta repercusión en nuestro bienestar psicológico.

Fuente: Sagepub.com

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  • Psicología clínica

¿Las madres abusadas durante su infancia tienen más probabilidades de tener hijos con autismo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/03/2013

Las circunstancias perinatales adversas han sido asociadas con un mayor riesgo de autismo en los hijos. Las mujeres que sufrieron abuso infantil experimentan más circunstancias perinatales adversas que las mujeres que no sufrieron dicho abuso, pero si aquel abuso materno está asociado con el autismo en los hijos era desconocido.

Por ello se realizó un estudio donde enfermeras aportaron datos sobre el abuso infantil sufrido por las madres y el estado del niño autista (97,0% eran de raza/etnia  blanca). Los controles fueron seleccionados al azar de entre los hijos de mujeres que no reportaron autismo en ellos (los participantes incluyeron 451 madres de niños con autismo y 52498 madres de niños sin autismo). Todos ellos participantes del Segundo Estudio de Salud de enfermeras, un estudio a gran escala de la salud de la mujer que empezó en 1989.

Aquellas mujeres que sufrieron más abusos físicos y emocionales fueron un 60% más proclives a tener un niño con autismo que las mujeres que no fueron abusados.

Los investigadores también examinaron aquellos factores de riesgo relacionados con el embarazo, que han sido asociados con el autismo, elevando aún más el riesgo de TEA. Estos factores de riesgo incluyen la diabetes gestacional, la preeclampsia y el parto prematuro. Otros riesgos, como el tabaquismo, la toxemia, el bajo peso al nacer, el consumo de alcohol, el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (antidepresivos) y abuso por parte de su pareja durante el embarazo también se incluyeron en el estudio. Para determinar si habían sufrido de abuso en la niñez, se les preguntó si alguna vez habían sido golpeadas lo suficientemente duro como para presentar moretones o si fueron golpeadas con un cinturón u otro objeto, y si habían sido sometidas a castigos crueles, comentarios insultantes o gritos. Los investigadores también preguntaron a las mujeres si habían tenido alguna vez contacto sexual no deseado o forzado por un adulto o un niño mayor.

De hecho, aquellas mujeres que sufrieron más abusos físicos y emocionales fueron un 60% más proclives a tener un niño con autismo que las mujeres que no fueron abusados. La combinación más severa de abuso físico, emocional y sexual significó que la mujer presentaba 3.5 veces más probabilidades de tener un hijo autista que una mujer que no había sido objeto de abusos, dijo la autora del estudio, Dra. Andrea L. Roberts, investigadora asociada en el Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento en la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Los resultados revelaron que, aunque las mujeres abusadas experimentaron más circunstancias perinatales adversas, estos factores fueron sólo una pequeña parte en la relación entre el maltrato infantil y el riesgo de autismo.

Los investigadores señalan que el estudio muestra una asociación, no una relación de causa y efecto, y no está claro cómo el abuso infantil podría contribuir al autismo.

Pero hay razones válidas para la asociación. Una teoría es que las mujeres abusadas pueden tener una respuesta mayor al estrés. Esto puede conducir a inflamación o altos niveles de las hormonas del estrés, que afectan al cerebro fetal.

Otra explicación posible es que los padres que abusan de sus niños podrían tener enfermedades mentales, lo que puede aumentar el riesgo de otras discapacidades mentales, incluyendo el autismo, dijo Roberts.

Un experto se preocupó porque los hallazgos podrían alimentar los temores de los padres sobre que ellos causaron la enfermedad de su hijo.

«Lo que es preocupante es el potencial efecto que esto podría tener sobre las madres», dijo la Dra. Tanya Paparella, directora del Programa de Hospitalización Parcial en la Niñez Temprana en la Universidad de California, Los Angeles, que trata a los niños pequeños con autismo.

«Sabemos que el autismo es fuertemente genético en su origen, pero se sabe muy poco acerca de donde se encuentran los factores de riesgo genéticos y dónde se encuentran los factores de riesgo ambientales, y muy poco acerca de la combinación de riesgos genéticos y ambientales», dijo la Dra. Paparella.

Sin embargo, el estudio añade una nueva pieza al rompecabezas del autismo. «Estamos luchando un poco con tratar de averiguar qué causa el autismo», dijo Roberts. «Nuestro estudio apunta a una posible nueva dirección en la investigación.»

El hecho de que los factores de riesgo relacionados con el embarazo para el autismo fueron mayores en las mujeres abusadas “sugiere que el efecto del abuso puede llegar a través de las generaciones”, agregó Roberts. «Como sociedad, tenemos que centrarnos más en cómo son cuidados los niños y dar más apoyo a las familias que podrían estar en riesgo por abuso de sus hijos».

Fuentes: Psychcentral.com; JAMA Psychiatry.

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  • Psicología clínica

(PDF) Cómo el Mindfulness puede mejorar nuestro autoconocimiento

  • David Aparicio
  • 25/03/2013

La meditación Mindfulness podría ayudarnos a aprender más sobre nuestra personalidad. Este hallazgo  fue recientemente publicado en la revista Perspectives on Psychological Science.

Mindfulness (Atención plena) es una técnica reconocida por sus efectos positivos en la salud mental, que incluye el prestar atención a tus experiencias actuales (pensamientos y emociones) y observarlas de una manera no crítica.

El estudio fue desarrollado por la psicóloga Erika Carlson de la Universidad de St Louis, quien investigó cómo el Mindfulness puede utilizarse como una estrategia para potenciar nuestro autoconocimiento.

Investigaciones anteriores han resaltado el hecho de que tenemos muchos punto ciegos cuando se trata de comprender nuestros patrones de pensamiento, emociones y comportamiento. Y en  algunos casos estos puntos ciegos de nuestro autoconocimiento pueden tener consecuencias negativas, como la mala toma de decisiones, el pobre rendimiento académico, problemas emocionales e interpersonales y menor satisfacción con la vida.

Según Carlson, estos dos componentes del mindfulness: atención y observación no crítica, pueden ayudarnos a conocernos mejor. Esto se debe a que la motivación para vernos a nosotros mismos de una manera deseable es uno de los principales obstáculos para el autoconocimiento. Por ejemplo, las personas pueden sobrestimar sus habilidades de evitar sentimientos negativos o aumentar su autoestima. Sin embargo, no juzgar la observación de los propios pensamientos, sentimientos y comportamientos, podría reducir la reactividad emocional, como los sentimientos de incapacidad o la baja autoestima, que por lo general interfieren para que la gente vea la verdad sobre sí mismos.

Ella  menciona también  que la otra barrera para el autoconocimiento es la falta de información. En algunas situaciones las personas no cuentan con la información necesaria para autoevaluarse lo más precisamente posible. Por ejemplo, tenemos dificultades para observar gran parte de nuestra conducta no verbal, por lo que no podemos saber qué muecas estamos haciendo durante una conversación seria. El mindfulness, también podría ayudar en este ámbito, ya que el entrenamiento de la mente se asocia con un mayor cuerpo consciente.

Carlson concluye que centrar nuestra atención en nuestras experiencias actuales de una manera no crítica podría ser una herramienta eficaz para llegar a conocernos mejor.

Puedes descargar el PDF completo: Perspectives on Psychological Science-2013-Carlson-173-86

Fuente: Psychologicalscience

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  • Entrevistas

Conoce a la Dra. María Cristina Richaud de Minzi y su destacado aporte a la psicología

  • Diego Almonte
  • 24/03/2013
María Cristina es Doctora en Psicología, investigadora, y directora del Instituto CIIPME en Buenos Aires. Ha escrito una infinidad de artículos, ha participado en la formación de libros y capítulos de libros, creadora de varios instrumentos de medición psicológicos y validación de muchos de ellos en la Argentina, siendo una de las propulsoras más importante dentro de la línea de investigación en el país. También es directora de investigación del Doctorado en Psicología en la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) y creadora del área de investigación, además de docente, en la Universidad Adventista del Plata, en Entre Ríos. En esta entrevista, María Cristina nos abre su intimidad. Nos cuenta de su vida, de sus viajes, de su ocupada agenda, de su formación académica y laboral, como también de sus proyectos. Nos habla de la empatía, la pobreza, los niños en vulnerabilidad, temáticas que tiene muy presente en sus lecturas y trabajos dentro de la psicología, además de una crítica importantísima hacia el psicoanálisis, como la escuela que tiene más predominancia en el país.
Esta entrevista se realizó en Diciembre del año pasado (2012), en la comodidad de su despacho en el Centro interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines (CIIPCA), extensión de la Facultad de Psicología de la Universidad Adventista del Plata, en la provincia de Entre Ríos.
 

***

 
Para empezar, ¿por qué decidió estudiar psicología? 
Yo en realidad siempre pensé que iba a estudiar letras. Siempre me gustaron las humanidades. Y después que hice psicología en el colegio, colegio Nacional de Buenos Aires, me gustó lo que vimos, el planteo… no era un planteo psicoanalítico, más bien era una psicología general lo que se veía, y por eso es que decidí ingresar en la Facultad de Psicología. Cuando yo entré, un año antes, fue en la época de la intervención que se produjo durante el gobierno militar de Onganía, en la noche de “los bastones largos”.
Cuéntanos, ¿cómo vivió el periodo de universidad? 
Cuando yo había entrado en la Facultad en el sesenta y… cuatro. No, fue en el sesenta y cinco, y lo de Onganía fue en el sesenta y seis. Estaba estudiando psicología en ese momento en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y en julio del sesenta y seis se produjo esta entrada, que en realidad entraron a la facultad de ciencias exactas. Se llamó la “noche de los bastones largos” porque entraron y le pegaron a todos los que estaban ahí, inclusive habían algunos profesores del exterior, y a partir de ahí cerraron la universidad por unos meses y la mayoría de los profesores de todas las facultades que estaban en ese momento en la universidad, renunciaron. Se produjo un vaciamiento terrible de profesores. Fue un periodo muy complejo. Después de eso se reabrió la Facultad, se hizo una cursada media breve, se realizaron exámenes para terminar el año; pero bueno, fue un “golpe”, digamos. Y después cuando se estaba reestructurando de nuevo… yo terminé en el año setenta la carrera, y en el setenta fue el “Filosofaso”. Entraron en la facultad, en esa época era Independencia, entró la policía y yo estaba muy cerca, salí de la facultad y me quedé por ahí y se produce este asunto… incendiaron la facultad, empezaron a tirar gases lacrimógenos, prendieron fuego en el hall central. ¡Woow! Después entraron los bomberos, y destruyeron lo poco que había quedado y bueno, otra vez un desastre y ahí estuvimos como un mes otra vez con la facultad cerrada. Ya después, me faltaba, bueno, nada, me quedaba una o dos materias, y las di y terminé. Pero fue como una especie (ríe) de carrera bastante accidentada.
¿Hizo tesis? 
No, yo no hice tesis. Y todavía no se hace en la UBA. Es la única que da licenciatura sin tesis.
En una Argentina donde predomina el psicoanálisis, ¿por qué decidió abocarse en la investigación? ¿cuándo, cómo empezó y cuántos años lleva?  
Cuando terminé la facultad yo ya estaba trabajando para la cátedra de Metodología de la Investigación en Estadística. Me habían llamado para ser coayudante porque siempre fui buena alumna durante toda la carrera. Me habían llamado y a mí me había interesado este rubro cuando hice metodología de la investigación. Después, cuando terminé, trabajé al poco tiempo como ayudante para posteriormente hacerme cargo de la parte práctica de la materia. Unas de las profesoras titulares de metodología era Nuria Cortada que había sido alumna del Dr. Rimoldi. Siempre se mantuvo en contacto con él, porque él estaba en Estados Unidos. En los años ’70, justo cuando yo terminé, a él lo repatriaron así que pudo volver a la Argentina para crear el Instituto en el que yo ahora soy directora (CIIPME).
Desde ese entonces ¿ya le gustaba la investigación?
Sí, claro, yo ya estaba enfocada en la investigación con una crítica importante con mi grupo hacia el psicoanálisis. Yo tuve muchas materias psicoanalíticas y eso que yo trabajé con personas importantes del área como Pichón Ocampo en Técnicas Proyectivas que era considerada una de las más importantes. Pero cuando había que interpretar la batería no había mucha prueba de lo que uno iba diciendo; uno aprendía la teoría y había que interpretar, para no decir “delirar” que es una palabra fuerte, de lo que ésta nos decía. Yo terminé en diciembre del ’70 y Rimoldi me había llamado para esa fecha. Fue así como en marzo del ’71 empecé a trabajar de forma abocada en la investigación, decidiéndome finalmente por este rubro.
Como miembro de la APA, ¿qué opina sobre las críticas de la baja confiabilidad respecto a la nueva versión del DSM (V)?
La verdad que el nuevo DSM V no lo he trabajado, no hemos hecho nada con eso. Además, no trabajo mucho desde esta línea. En realidad soy psicóloga en niños y un poco de adolescentes, y mucho más en estos momentos con variables socio-emocionales, tales como la empatía, desarrollo emocional y cognitivo. Porque se ha visto que no hay desarrollo cognitivo sin desarrollo emocional, por eso es que trabajamos y abordamos este último punto. Yo trabajo con eso, así que ¡imagínate!, el DSM para mí está medio alejado. He hecho algún trabajo con Delia Barrionuevo con los estadios de cambios de Prochaska, la relación de los estadios y el afrontamiento, unos tres, cuatro trabajos con ella y Carlos Mussi; pero no es mi línea, o sea, la más importante.
¿Qué temas son los que más les apasionan en cuanto a la investigación?
Yo trabajo con chicos hace rato. Lo digo yo, pero también lo dicen personas más importantes que yo que en los chicos vos ves el proceso en formación que en el adulto ya está cristalizado, está terminado. En cambio en el chico vos ves como justamente se van desarrollando, por ejemplo, afrontamientos desadaptativos, cuáles son las causas de que se vayan produciendo esos desarrollos más o menos eficientes, trabajo con apego, y a partir de ahí empezamos también a trabajar mucho con empatía, que son las dos variables que se consideran en estos momentos básicas para el desarrollo humano.
¿Podría profundizar en este tema? 
Claro. Desde que nacen si no pueden desarrollar un apego con su mamá y dentro de ese apego tiene que estar la empatía con el padre, todo su desarrollo va a ser deficiente. Ya que el chico cuando nace, nace muy indefenso y no sólo necesita sostén físico que se les hace a través de la comida, etcétera, sino también a través del sostén emocional y eso es el apego. A partir de ahí, es que el chico puede ir autorregulándose en lo emocional y cognitivo y obtener un desarrollo apropiado. Si no logra esto, no se desarrolla de forma óptima a nivel cognitivo. Entonces vemos chicos que sufren mucho estrés, segregan mucho cortisol. Se produce, digamos, una inmadurez en el desarrollo cerebral, por lo que desarrolla más las áreas asociadas al afecto en un estado de alerta. La producción excesiva de cortisol impide su desarrollo frontal. Es cuando ves a un niño de seis años con un nivel de impulsividad tal que les es imposible atender el entorno y aprender. Y si vos no usas esas redes neuronales, no se desarrolla esa parte del cerebro que está asociada al aprendizaje cognitivo. Y eso es lo que trabajamos nosotros todos estos años, trabajamos bajando la impulsividad, logramos que el niño pueda prestar atención y empiece a desarrollarse normalmente en lo cognitivo, pero si uno no actúa rápidamente es cuando decimos que se produce la “gran poda” a los 11 años y elimina todas esas redes neuronales que no usa, y ahí ya tenemos un gran problema. Si bien hay plasticidad toda la vida, va disminuyendo. Entonces es más difícil, más limitado. Por eso el estudio en los niños es muy productivo. Eso es más o menos lo que a mí me interesa, y también el tema de la pobreza, que está muy relacionado.
¿Qué nos puede decir acerca de la pobreza? ¿Cómo está relacionada esta variable con la dificultad de un buen desarrollo cognitivo? ¿Tiene algo que ver con la formación de muchos delincuentes o es sólo un prejuicio? 
La pobreza es un gran estresor que lleva a estos problemas que yo te estaba explicando. Lo que decía Perry es que se produce una discapacidad emocional en que el chico no desarrolla empatía. Si no desarrolla empatía puede pasar, te repito, puede pasar que no se reconozca a sí mismo como humano ni al otro, y pasan las cosas que vemos por televisión o en los periódicos. Aunque una persona le dé todo, ésta lo “caza”, digamos. Pero ahí está metida la droga, están metidos otros factores. Uno no puede decir que si a un chico le pasa esto, va a ser un delincuente. De ninguna manera. Además están los resilientes, ¿no?, chicos que no se sabe por qué, pero que a pesar de haber sufrido todos estos avatares, crecen bien, se desarrollan bien. También puede pasar que desarrollen mucha impulsividad, agresividad, etc. O lo contrario, estar inhibidos o paralizados. Bueno, pueden pasar muchas cosas. Pero sí, hay una mayor probabilidad de que ocurran cosas negativas. De todas maneras también hay que decir que no es la pobreza lo que únicamente genera esto en el chico. Hay chicos de clase media, clase media alta donde también  si se producen los mismos problemas, porque también hay padres agresivos y sobre todo, en clases medias y clases altas, abandonos. Mucho abandono. Eso también es lo que se observa. Y genera los mismos efectos.
La pobreza no es un problema de plata, no es verdad que “porque hoy no tenías trabajo eras pobre” y que si “mañana vos tenés trabajo e ingresa plata, dejás de ser pobre”. Porque cuando estas carencias de recursos de todo tipo se han producido durante generaciones, ese chico que sus padres han sido pobres, sus abuelos han sido pobres, etcétera, se producen una serie de trastornos que no se dan vuelta de un día para otro, porque cobraste un cheque. Esto lleva a todas las definiciones de pobreza que hay: pobreza material, pobreza estructural, entre otras. Es complejo el tema, ¿no? Pero bueno, eso es lo que a uno le preocupa, que el chico ya tenga una desorganización familiar, son familias muy impulsivas, muy desorganizadas, ya el chico viene con un nivel de impulsividad alto, además va a una escuela que también es mala, ya sabemos que pasa con las escuelas de los chicos en pobreza, los maestros no quieren ir, y montones de cosas más, y de esa manera se genera un círculo vicioso.
Por lo general la pobreza está relacionada a la carencia de recursos, en todos los sentidos, materiales, psicológicos y sociales; pero, vuelvo a repetir, siempre que se de esto, o sea, mal apego, mala empatía, y por lo tanto, un mal desarrollo afectivo va a terminar en un problema cognitivo, sea la familia de situación que sea. Lo que pasa es que también ¿qué ocurre?, cuando las personas son de situaciones socioeconómicos más altas, de alguna manera, a veces, pueden estimular al chico cognitivamente de otra manera. Es decir, no va a ser un chico que encima tiene todos estos problemas en la casa, va a una escuela mala, va a una escuela carencial. Capaz lo van a mandar a una escuela de lo mejor… esto no quiere decir que van a compensar el problema, pero, es diferente como se va desarrollando en un caso o en el otro la problemática. Pero que, siempre que hayan estos problemas de abandono por parte de los padres van a haber otros problemas de desarrollo afectivo y cognitivo.
¿Cuál ha sido, uno entre tantos, el trabajo que más satisfacción le ha dado? ¿Por qué? 
Trabajar sobre la pobreza nos ha dado satisfacción a todo el equipo, además que estamos reconocidos como referentes en el mundo en esta temática.
Entre todos los premios y reconocimientos que ha recibido a lo largo de su trayectoria ¿Cuál ha sido el más significativo en su vida?
El premio Houssay (2005) fue súper importante, fue el primero que recibí, es un premio que entrega el presidente de la Nación. En ese tiempo estaba Kirchner, pero que en mi caso personal no estuvo ese día, por lo tanto me lo dio Filmus. Es el premio más importante que da la Argentina a los investigadores y yo fui la primera psicóloga que lo recibió. Ningún psicólogo lo había recibido antes. Ya había recibido distinciones, ¿pero premios? Éste fue el primero. Otro importante fue el Premio Ardila que es un premio Internacional a la trayectoria, después de recibir el premio Houssay, como en el 2009. Y ahora recibiré el Internacional Award, que también es súper importante, de la American Psychological Association a la contribución del desarrollo de la Psicología internacional y al conocimiento de la psicología. Me lo van a dar en Hawaii, ahora en Julio. Iremos con mi marido.
¿Cuál es la situación de la investigación en psicología dentro de Argentina y en Latinoamérica, según  su experiencia? 
Ha mejorado mucho en Argentina. Hay muy buenos grupos. Yo creo que Argentina es líder latinomericano en investigación, junto con México, Colombia, Brasil y Chile. Con el grupo del CONICET a decir verdad nos destacamos, realmente nos destacamos, en los congresos, etc.
¿Entonces la situación de la Argentina en investigación está dentro de todo bien? ¿O podría mejorar? 
Puede mejorar muchísimo. Pero te digo que al lado de cuando yo comencé a estudiar, a trabajar mejor dicho, está muchísimo mejor. Vos pensá, para que te hagas una idea, el instituto del CONICET fue el único que se creó en el ’71 y sigue siendo el único del país, en psicología. Sin embargo, la Psicología es una carrera muy orientada a lo profesional y no tanto a la investigación. Por lo tanto, se quedó totalmente atrás. Ahora nosotros empezamos a trabajar y no sólo nosotros, sino también tratando a través de la asociación (AACC), con grupos, de impulsar, y hay muchos grupos en estos momentos que son muy buenos a partir de los cuales se puede seguir creando. De hecho yo misma hice todo esto en Entre Ríos, tengo una becaria en el área de vacancia en Jujuy, tengo otra en Formosa, después otro grupo que está armando Laura Oros en Misiones… ¿ves que nos vamos expandiendo? Por supuesto que hay mucho por hacer todavía.
¿Cómo ve la psicología en general dentro de Argentina?
Mira, la gente estudia psicología para hacer clínica y eso está potenciado por las mismas carreras. Es más, te digo, ni siquiera hablo de investigación. La psicología tiene muchas ramas. La psicología organizacional que es importantísima en todos los países menos en el nuestro, no sé si en toda Latinoamérica, pero me refiero a Europa, como España; o en Estados Unidos, es importantísima. Acá no. Todo el mundo quiere ser clínico, clínico psicoanalítico y más te digo, está favorecido por la facultad, por el tipo de materias que tienen, etcétera. Esta misma facultad (Universidad Adventista del Plata) yo la considero muy buena, porque no le ha dado tanta importancia al psicoanálisis. El psicoanálisis está, porque históricamente tiene que estar. Pero sí está más enfocada hacia la clínica. Por más que tenemos una parte de investigación súper interesante, que creo que eso fue obra de Mario Pereyra que me fue a buscar a mí, porque él le daba mucha importancia a la investigación. Entonces hay una fortaleza en investigación. Pero también se le da mucha importancia a la clínica. No obstante, se descuidan la psicología de la organización, psicología forense, psicología educacional, etc., que son súper importantes y que, en la Argentina, no tiene gran desarrollo. Otra cosa, lo importante de la investigación es que podes ser clínico, organizacional o lo que sea, y podés hacer investigación. Porque la investigación es lo que le da un sustento serio a lo que hacés. Entonces es muy importante. Y hay que desarrollarlo en todas partes.
¿Qué es lo más difícil y gratificante de ser investigador o al menos, dedicarse a la investigación? 
Lo gratificante es que generás conocimiento, que siempre es espectacular. Cuando nos sentamos con los datos y nos ponemos a interpretar y empezamos a escribir, realmente te digo… ¿viste ese sentimiento de implicación que no escuchás cuando te hablan, etcétera? Bueno, así es cuando estás haciendo una publicación, cuando estás interpretando resultados y ves lo que te está dando, curioso; a veces no da lo que estabas esperando, y te preguntás qué habrá sido, y ésto, bueno, te da pie para hacer otro estudio. O sea, es apasionante. La investigación es apasionante. Yo creo que al que le gusta… ¡no te puede no gustar!, el que dice “no me gusta” es porque nunca hizo nada en investigación y no sabe lo que es.
Quizás, es más bien un temor a todo este proceso que implica hacer investigación. Un lenguaje que se torna, a veces –para el que no ha estudiado-, incomprensible. 
Puede ser, pero primero tenés que estudiar. Segundo, hacer un diseño. Es interesante, porque si haces un buen diseño, al momento de interpretar te das cuenta que debiste tomar esto, que debiste tomar esto otro. Tiene que tener un buen diseño y después viene la interpretación…
La parte más linda…
¡Es la mejor parte!
En su opinión, ¿cuál es la cualidad más importante que debe poseer un investigador?
Un investigador tiene que tener continuidad, sino no se forma. Tiene que ser muy estudioso, muy responsable y tener mucha tolerancia a la frustración. Uno puede pasar mucho tiempo detrás de un problema que después no resulta como uno pensaba. Por un lado está la disciplina propia del investigador y por el otro, el Sistema de Investigación. Es un sistema durísimo. Hay que trabajar muchísimo, hay que esforzarse un montón. Vos te conectás para abrir un e-mail un domingo y te das cuenta que todo el mundo está trabajando en sus proyectos. También hay que poseer mucha proactividad, tenés que estar todo el tiempo trabajando. A veces estoy todo el día en el instituto del CONICET, entro a las 10:30 am y salgo a las 5 pm., llego a mi casa como a las 6 y digo: “hoy no hice nada”, porque, ¿qué no hice hoy? No escribí; y entonces me pongo a escribir desde las 6 pm hasta la noche. Lo que pasa para un investigador es que el trabajo es, justamente, investigar.
¿Hay que ser un poquito obsesivo también, no? ¿Un poquito? 
Y un poco obsesivo, sí. No demasiado porque muy obsesivo te paralizás y nunca terminás ni la publicación, ni la tesis, ni nada. Pero un poco obsesivo en cuanto al detalle, sí.
¿Nos puede entregar algunos consejos para todas aquella personas que quieren dedicarse a la investigación y cómo se podría motivar para que más estudiantes se interesen por este ámbito? 
Hay que ser estudioso, trabajar mucho, hay que esforzarse mucho. ¿Y motivarlos? Yo creo, te digo, me parece que esto que hacemos nosotros, esta tesis de licenciatura (referida a la Universidad Adventista del Plata) es interesante; porque mucha gente cuando comienza a hacer investigación, nosotros decimos que en nuestra cátedra o nuestras cátedras, a veces son las más antipáticas, pero luego vienen los alumnos y les encanta. No sé, vos, cuál ha sido tu experiencia, pero, en general, los chicos se enganchan mucho e inclusive te dicen que es una forma de introducirse al trabajo estando tutoriados, porque vos vas a hacer encuestas, entrevistas o lo que fuese, y estás tutoriado por tu director.
¿Qué libro está leyendo ahora y cuál recomienda leer?
¿Qué libros? Yo en realidad leo todo el tiempo de todo. Es más común que lea artículos, porque, viste, en investigación te hablo, ya lo que está en un libro forma parte de una recopilación de varias cosas… aunque hay libros que te vienen fenómeno como “Self-Efficacy”, de Bandura, que es un libro de cabecera, o “Stress and coping” de Lazarus, etc., ¿no? Pero en general nosotros lo que leemos son artículos para estar al día, porque en un artículo “lo hiciste y lo largaste”, “lo hiciste y lo largaste”, en cambio en un libro por ahí hay cosas de hace 10 años, porque, como te digo, es una compilación de todo. Pero sí, existen libros a los que siempre vuelo. Lo que estoy leyendo mucho, es sobre todo, artículos de Decety que es un neuropsicólogo que tiene un enfoque de la empatía que a mí me parece interesante, porque la empatía tiene toda una historieta. Primero se la consideraba afectiva, o cognitiva y afectiva, cognitiva por ponerse en el lugar del otro, hasta que viene Davis y las integra, dice que es multidimensional y hace su test famoso por allá en los años ’80 que es el que más se utiliza ahora, pero es un test ya viejo. El asunto es que la empatía tiene aspectos cognitivos y afectivos, pero integrados, no separados. Bueno, según la teoría de Hoffman habla más, digamos, de los estadios del desarrollo de la empatía, más que los factores así separaditos; eso lo retoma luego Decety y estudia los correlatos neuropsicológicos. Entonces, son súper interesantes los estudios de él.
¿Alguno que quiera recomendar para nuestros lectores?
A ver, todo depende a qué te dediques, porque si vos te vas a dedicar al afrontamiento, por ejemplo, yo te digo no te pierdas nunca los libros de Lazarus. Hay una cosa que sí no les recomiendo, que es leer los compendios. ¡No!, andá al original, no lo que me dice Sampieri o yo qué sé. ¡No! Andate a leer  a los originales. Lo otro, te puede servir para resumir. Los reviews, por ejemplo, son interesantes; lo que sale en revistas: los reviews sobre afrontamiento, los reviews sobre empatía, porque te dan un pantallazo de la temática.
Hace poco hicimos un convenio con la UAP para hacerle publicidad al libro “Cómo inspirar emociones positivas en niños” que tuvo una muy buena recepción a nivel nacional e internacional. ¿Cómo fue el proceso de hacer este libro y qué fue lo que más te gustó?
Con respecto a este libro, forma parte de una serie que sacamos justamente para el proyecto de resiliencia en chicos con vulnerabilidad social y trabajamos muchísimas estrategias desde la estimulación cognitiva. Después de eso, pensamos con Laura en hacer un libro sobre cómo estimular las emociones cognitivas en chicos. Las emociones positivas, digamos, las lecturas sobre emociones positivas ha empezado relativamente hace poco con el asunto de la psicología positiva, y se está viendo que son importantísimas. Así que hemos trabajado muchísimo con los chicos sobre esto, la capacidad de relajarse, lo que Laura Oros llama la capacidad de serenarse, serenidad, alegría, autovalía, que más que autoestima es la percepción de autovalor; y bueno, se volcó todo sobre este libro que tiene una parte muy interesante de teoría, pero accesible a gran público, sobre todo para maestros y padres. Y luego una cantidad de estrategias expresada en una serie de juegos que aparece como un suplemento del libro. Nació del proyecto con niños vulnerables, pero este libro sirve para cualquiera, porque, las emociones positivas se pueden trabajar desde cualquier nivel socio-económico, y yo te digo, la agresividad y la falta de emociones positivas se dan en todos los estratos socio-económicos. De hecho, en la actualidad hay una gran preocupación nuestra por el nivel de agresividad que hay en la sociedad, por eso nos interesa tanto trabajar estas temáticas.
Como una forma de prevención…
Totalmente.
¿Y cómo está su agenda actualmente? 
¿Cómo está mi agenda? Muy ocupada ( se ríe ).
¿Muchas cosas? ¿Congresos? 
Sí, mira, yo te dije que empezaré a ir a menos congresos porque este año pasado fue terrible, con muchas invitaciones, con lo cual ya decidí bajarme uno en marzo, porque me voy en mayo a trabajar con G. V. Caprara, él es un investigador italiano de Personalidad importantísimo, a la Sapienza de Roma, una universidad de Roma muy importante. Voy a pasar una semana con él para hacer un proyecto, él tiene un proyecto internacional de prosocialidad, que lo tiene también en Chile. Entonces voy a ir allá a trabajar con él para intercambiar opiniones y ver cómo hacemos para hacerlo también en Argentina. Después en Julio tengo un congreso de la CIP en Brasilia y no sé todavía porque está el congreso de la AIEP –Asociación Iberoamericana de Evaluación Psicológica–, que la van hacer en Maceio, ahí mismo en Brasil. Después tengo el 31 de Julio la convención de la American Psychological Association donde me van a dar el premio y por ahí presento algo ya que voy estar allá. Así que ya ves, que de aquí a julio ya tengo por lo menos tres viajes internacionales y después el congreso de la AACC –Asociación Americana de Ciencias del Comportamiento–, en Córdoba. Y ya comenzaré a venir una vez por mes acá ( Entre Ríos) y lo voy a dedicar solamente a trabajar en investigación, no más docencia. Lo de tesis lo mantengo y a lo mejor dar una que otra clase que las chicas necesiten que dé; pero en principio, no. Y bueno, después la dirección del CIIPME, soy la directora de la UCA y también están todas las publicaciones, así que tengo para divertirme un buen rato.
Por último, además de agradecerle por acceder a dar esta entrevista con nosotros, qué mensaje podría dar para la página, lo que usted quiera, a todos los lectores que nos están siguiendo en Psyciencia. 
Me gustaría que la Psicología en Argentina, sobre todo en la enseñanza de la Psicología, fuera más seria, más exigente y más pluralista. Es decir, que, bueno, yo no comparto, pero el que quiera hacer Psicoanálisis que haga Psicoanálisis, pero también que se permita estudiar Cognitiva, Sistémica, y todas las tendencias que hay hoy en día, y que cada uno decida libremente cuál es el modelo que más le satisface y que lo trabaje con seriedad. Lo más importante es trabajar fuerte y con seriedad, y para eso hay que estudiar, hay que dedicarse, y bueno, tratar de pelear por nuestra ciencia, que es lo que vengo haciendo toda la vida. Lo que pasa es que yo soy peleadora ( se ríe ) y hay gente que no es tan peleadora. Lo mismo con los clínicos. Algunos se quedan en el consultorio y nunca más estudian y nunca más crecen, ¿viste?
¿Entonces su consejo es que salgan más del consultorio y se dediquen hacer investigación? 
Que sigan en el consultorio, pero que se sigan formando permanentemente; porque la ciencia sigue avanzando permanentemente. Es más, te diría que alguien que se recibió hace 20 años y nunca más estudió nada, es como que no sabe Psicología. Entonces hay que ir a congresos, y hay que leer journals, aunque no sea investigador, pero tiene que saber lo que hay, lo nuevo que hay, al menos en su rubro. Entonces hay que seguir trabajando todo el tiempo.
Nos quedó muy claro, Doctora, muchas gracias por la entrevista.
A vos.

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