Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

diciembre 2018

32 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

En la mente de los antivacunas ¿por qué piensan así? (Video)

  • 13/12/2018
  • Alejandra Alonso

Ya hemos compartido varios artículos donde explicamos brevemente algunas de las consecuencias que trae el movimiento antivacunas, por ejemplo el aumento de casos de sarampión, una enfermedad que ya se consideraba controlada. Además, a raíz de dicho movimiento, algunos países, como Francia, han optado por aumentar el número de vacunas obligatorias.

En este vídeo, Alberto Soler nos explica de una forma clara y sencilla, qué es exactamente el movimiento antivacunas y porqué es tan peligroso.

  • Salud Mental y Tratamientos

Not to stop ABA

  • 13/12/2018
  • Mauro Colombo

Días anteriores se viralizó en diversas redes sociales una curiosa campaña que, bajo el título stop ABA (de allí el del presente artículo), invita a padres y usuarios de las terapias analítico conductuales a no utilizarlas. La misma está siendo fomentada por adultos con diagnóstico de autismo, lo que da al asunto una seriedad mucho mayor. Si un tipo de abordaje que se utiliza, entre otras aplicaciones, para personas con autismo, es denunciado como nocivo por sus propios beneficiarios, no podemos hacernos los tontos y dejar de responder.

Si bien el argumento más fuerte para esta campaña radica en el supuesto estrés post traumático producido a algunas personas con TEA luego de haber estado bajo enfoques ABA, enumeran otras razones que analizaremos a continuación.

Las críticas a los enfoques conductuales no son nuevas, ni tampoco privativas del TEA. Bajo diversos supuestos como que son superficiales, que no toman en cuenta la singularidad de la persona o que fueron superados por los modelos cognitivos; siempre ha habido diversos malos entendidos con respecto a ellos. En Psyciencia dedicamos este artículo a responder a los mitos más comunes presentes entre los abordajes conductuales. Tampoco el autismo está exento de confusiones y mitos. En este caso, las creencias erróneas de ambos campos parecen conjugarse.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Como mencioné anteriormente, lo preocupante de la situación proviene del hecho de que son algunas personas con TEA las que dicen que no es un abordaje recomendable para ellas. La denuncia no parte de profesionales de otras teorías, sino que está formulada en primera persona.

¿En qué consiste la campaña?

Se enumeran a continuación, las críticas que sostienen la cruzada:

  • ABA es un entrenamiento en sumisión
  • Es una terapia de conversión como las dirigidas a homosexuales y mujeres histéricas
  • Estudios prueban que el abordaje puede generar Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
  • Existen otras maneras de ayudar a vuestros niños.
Imagen que contiene captura de pantalla Descripción generada automáticamente
Imagen que contiene captura de pantalla
Descripción generada automáticamente

Además y habiendo observado respuestas de otros retractores de ABA por las redes sociales, se pueden agregar las siguientes:
– Que las personas con TEA no son animales como para que se usen esos procedimientos
– Los procedimientos conductuales solo utilizan castigos.

Antes de responder a estos argumentos, mezcla de mitos y falta de actualización, me gustaría hacer un paréntesis.

Esta respuesta no constituye una negación de las experiencias vividas por personas con TEA con respecto a abordajes supuestamente analítico conductuales. Nada está más lejos de eso. Lamento mucho que haya individuos que pasen por tratamientos iatrogénicos, los cuales padecen y dejan secuelas duraderas, saliendo de ellos peor que como entraron. Es por este tipo de cosas, que la práctica terapéutica debe estar permanentemente estudiada, tanto a nivel general, en el marco de los tipos de tratamientos que los profesionales llevan adelante, como de manera individual, siendo evaluados y supervisados en su práctica clínica los terapeutas.

Ahora bien, aun pasando por malos tratamientos, hay cuestiones de fondo que no pueden dejarse de lado, y que invalidan los puntos anteriormente mencionados. Vayamos a analizarlos.

¿Entrenamientos en sumisión y conversión?

Algunas de las objeciones a ABA parten de conocimientos desactualizados, comenté en el apartado anterior. No es del todo erróneo afirmar que se hayan sostenido en el pasado terapéuticas cuya única finalidad fuera la de amoldar a los sujetos con discapacidad para que no molesten. Al respecto, Cooper, Heron y Heward (2014) nos dicen:

En los principios del análisis de conducta, los analistas fueron criticados justamente debido al enfoque en conductas que mayormente beneficiaban al personal (por ej. Winett y Winkler, 1972). Por ejemplo, el logro de un taller de trabajo de adultos dóciles y conformes no es una meta apropiada si las habilidades sociales o relacionadas con el trabajo no se tratan adecuadamente. El seguimiento de instrucciones, aunque frecuentemente identificado en los programas de conducta, no es un objetivo adecuado por sí mismo. La enseñanza de conductas de seguir instrucciones se vuelve éticamente justificable cuando facilita el desarrollo de otras habilidades funcionales o sociales que, a la vez, ayudan a la persona a lograr niveles mayores de independencia.

Proveniente en forma directa del manual de referencia de los analistas de comportamiento, observamos que no interesa la sumisión y la obediencia por sí misma, sino que solamente es necesaria la obediencia si posibilita el desarrollo de los sujetos, con la meta siempre final de lograr la mayor autonomía posible, el polo opuesto de tener sujetos sumisos. Al fin y al cabo, todos vivimos en sociedad y parte de ser un agente funcional en la misma, implica seguir ciertas reglas y convenciones sociales (al margen de que las mismas cambien constantemente).

El mismo criterio con respecto a la sumisión aplica a la supuesta conversión que desde el análisis de la conducta se buscaría. No se trata como fin último de tener personas que puedan mezclarse con el entorno sin ser distinguibles del resto. De hecho, los diagnósticos poseen para quienes trabajan desde este enfoque utilidad a medias, ya que no proporcionan por sí mismo pautas que nos permitan trabajar con las personas. En cambio, y muy propio de ABA, las evaluaciones conductuales sí nos dan una buena radiografía de la actualidad del sujeto, y estas son por definición individualizadas. Los analistas del comportamiento tienen bien presente que no existen dos personas iguales, y no buscan tampoco que sea así.

Pero no es necesario creerme, vayamos a otro documento de gran importancia, el código de ética de la Behavior Analyst Certification Board, el organismo que casualmente certifica tanto los conocimientos como la práctica de los terapeutas ABA.

No pretendo aburrirlos citando artículo tras artículo (dejaré la referencia al final entre la bibliografía), pero básicamente lo que el código refiere es que la evaluación, así como el plan de tratamiento, debe ser individualizada, teniendo en cuenta las características personales, del entorno, así como otro tipo de variables. No se busca por lo tanto convertir a nadie en nada, sino más bien promover el desarrollo de las personas, pero sin perder de vista su singularidad.

¿ABA puede causar TEPT?

Este es probablemente el punto más alarmante de toda la campaña. Se está citando un estudio (Kupferstein, 2018), el cual demostraría que casi la mitad de las personas que han pasado por este tipo de tratamientos (46%), padece luego de Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

Empecemos por la investigación que citan. Leaf (2018), realizó un análisis crítico de la misma, y halló una serie de defectos metodológicos, a saber:

  • Selección de la muestra: Siempre se prefieren selecciones aleatorias frente a las intencionales. ¿Por qué? Se toma como supuesto que el azar actúa equiparando los grupos. En cambio, en las muestras intencionales (no aleatorias) pueden deliberada o inadvertidamente seleccionarse aquellos ejemplos que favorezcan las hipótesis de los investigadores.
  • Sesgo de prueba de hipótesis: Los autores del estudio reconocen su propia suposición de que la exposición a ABA correlaciona con mayores niveles de TEPT en comparación a otros tratamientos. Si bien en general cuando se estudia alguna relación entre variables los investigadores suponen que estas relaciones existen, esto puede jugar en contra de la objetividad, haciendo que uno encuentre lo que quiere encontrar, ignorando aquello que contradice sus expectativas.
  • Medidas indirectas: El potencial TEPT no se evaluó por medio de observaciones clínicas directas, sino que se realizó por medio de encuestas. Si bien este tipo de instrumentos puede ser útil en algunos casos para recabar información, es delicado cuando es la principal fuente de datos. Por si eso fuera poco además, el instrumento que se utilizó no se encuentra estandarizado (es decir, no ha sido evaluado por otros investigadores y medido su confiabilidad y validez), sino que fue creado por los propios investigadores. Para agregar, las pruebas indirectas son insuficientes para probar relaciones causales. En el mejor de los casos, prueban correlación (luego de A sigue el evento B, pero que no significa que el evento B sea causado por A).

Existe otra objeción muy importante. En ciencia, no alcanza con una sola fuente para probar una relación de causa – efecto, sino que el conocimiento es acumulativo, siendo un aspecto distintivo de ella que distintos investigadores en diversas partes puedan ser capaces de arribar a los mismos resultados bajo las mismas condiciones; algo que no sucede aquí.

Existen ejemplos de grandes equivocaciones al tomar por válidos los resultados de un único estudio. El TEA tiene tal vez el mejor ejemplo de esto, con la relación entre autismo y vacunas, producto de una investigación con datos adulterados en 1998. No es necesario explicar que veinte años después, seguimos pagando los costos de tal error.

La fiabilidad de las investigaciones va a depender entonces tanto de la rigurosidad de los diseños, como de la posibilidad de ser replicadas por otros científicos. En psicología lamentablemente estamos ante una crisis de replicabilidad. Muchos de los resultados espectaculares que leemos en los medios (por ejemplo, que ABA produce TEPT o que las vacunas causan autismo), no aparecen al ser estudiados por otros equipos de investigadores.

Resumiendo este punto, si aun la investigación citada estuviera bien realizada, no podría afirmarse concluyentemente que el análisis de la conducta genera TEPT en algunas personas. Pero ni siquiera podemos hablar de un estudio bien diseñado.

Las personas con TEA no somos animales

Un malentendido muy común es considerar que los procedimientos de modificación de conducta son sólo para animales u “organismos inferiores”. Lamento contradecirlos en este punto, pero las personas con y sin TEA, somos animales. Existen diferencias claras entre un perro, una rata y nosotros, por supuesto, pero los principios de aprendizaje que subyacen a todos son los mismos. El análisis experimental de la conducta se ha encargado de demostrar sobradamente esto desde sus comienzos a la actualidad; de la misma manera que la teoría de la evolución nos muestra mediante sólidas evidencias que nuestra evolución está ligada a la de otras especies. No es denigrarnos a nosotros asumir esto, ni tampoco genera diferencias de valoración entre una persona con TEA con respecto a otra sin TEA, porque funcionamos bajo los mismos principios.
Los principios de conducta se utilizan en una amplísima gama de áreas además, no solo para autismo. Los encontramos desde el tratamiento de la depresión, problemas de pareja, hasta recursos humanos y marketing. No es menospreciar a nadie por lo tanto estar bajo un abordaje de análisis de la conducta.

Utilización del castigo

Cuando críticos de los enfoques conductuales han hablado sobre este punto, alegan frecuente utilización de métodos aversivos en la enseñanza de niños con TEA. Incluso se utilizan citas o extractos de Lovaas (1987) en los cuales recomienda la utilización de estas estrategias. En realidad, el ABA utilizado en los comienzos difiere en algunos puntos de la forma en que se encaran hoy en día los tratamientos.

No era extraño en aquellos tiempos utilizar métodos de castigo y aversivos, pero esta es una de las causas por las que se han creado estrictos códigos de ética, entre otras.

Hoy en día un buen terapeuta de conducta difícilmente utilice este tipo de métodos, no solo porque están deliberadamente prohibidos, sino porque además la investigación muestra que es mucho más fructífero utilizar procedimientos de enseñanza basados en el reforzamiento positivo, que en el negativo o en la utilización de castigos. No obstante, tampoco tienen que creerme en este punto, solo es necesario acudir al código de ética que figurará en las referencias o a cualquier libro moderno en ABA, para ver qué se recomienda.

Conclusiones y comentarios finales

En la actualidad, no existe ningún tratamiento que sirva para la todas las personas con TEA. Dentro de ABA incluso, un porcentaje de personas no se benefician de sus tratamientos. No obstante y sin exagerar, es el enfoque más estudiado en el campo del autismo y los trastornos del desarrollo. Cuando se lo ha comparado con otros abordajes en cuanto a disminución de comportamientos problema, medidas de C.I., incrementos de habilidades sociales y aumento de lenguaje, siempre ha estado a sus niveles e incluso superando alternativas. Muchos organismos por eso mismo, lo recomiendan como abordaje de primera línea.

Ahora sí, ser un terapeuta conductual requiere muchos conocimientos, práctica, supervisión y actualización constante. La falta de alguno de estos elementos puede dar como resultado clínicos que apliquen modelos poco actuales, o que recaigan en prácticas viejas. Es probable que muchas familias hayan estado sometidas y lo estén en la actualidad, a profesionales de este tipo. Sin embargo, que algunos colegas utilicen métodos anticuados, no significa que toda la disciplina forme sujetos sumisos y normalizados, o que la base teórica no sea válida. De otra forma, habría que desechar los conocimientos en química, solo porque algunos sujetos usan los mismos para diseñar armas. O también abandonar a la medicina occidental, solo porque un médico en 1998 creó alarma en la población con el uso de las vacunas.

Para concluir, hay una última observación que quisiera hacer, no tanto objetando el uso de conceptos anticuados y confusiones sobre lo que es ABA, sino apuntando a la lógica sobre la que se arma la campaña de la que he estado hablando. El único punto fuerte que tiene la misma es la supuesta relación entre el abordaje de conducta y TEPT, del cual ubican un estudio como evidencia, dándole carácter científico al tema. Lo relacionado al entrenamiento en sumisión y las terapias de conversión de homosexuales e histéricas es más bien amarillismo, de los cuales además no exhiben evidencia actual. Pues bien, denota cierta contradicción argumentativa recurrir a la ciencia cuando aparece un único estudio que confirma lo que pensamos, pero ignoramos a la misma ciencia cuando más de medio siglo de investigaciones demuestran lo contrario de lo que queremos. Si consideramos que una investigación demuestra algo (aunque ya aclaramos los errores que contenía y que un único estudio no alcanza para probar una relación de causa – efecto), tenemos que mantener la misma lógica para los conocimientos obtenidos con la misma metodología, y si no nos gustan los resultados que arrojan, al menos no negarlos. La postura que ha tomado este grupo, carece de objetividad lamentablemente.

Desde mi postura al menos, no niego el maltrato que puedan haber sufrido muchas personas con TEA por malos profesionales, y como afirma el dicho “el que se quema con leche ve la vaca y llora”, es más que lógico que no quieran embarcarse en otros tratamientos con los mismos lineamientos teóricos. No obstante, lo que les habría sucedido constituye más la excepción que la norma. Los abordajes comportamentales son recomendables para la población con autismo, miles y miles de casos y estudios lo atestiguan.

Referencias bibliográficas

  • Behavior Analyst Certification Board (2014). Código Deontológico Profesional y Ético para Analistas de Conducta.
  • Cooper, J., Heron, T., Heward, W. (2017). Análisis Aplicado de Conducta. Segunda Edición. Publicaciones ABA España.
  • Leaf, J., Ross, R., Cihon, J., Weiss, M. (2018). Evaluating Kupferstein’s claims of the relationship of behavioral intervention to PTSS for individuals with autism. Advances in autism. Vol. 4 (3) 122 – 129.
  • Miltenberger, R. (2013). Modificación de Conducta. Principios y procedimientos. Editorial Pirámide.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La revisión por pares tiene algunos problemas, pero la comunidad científica está trabajando en ello

  • 13/12/2018
  • Equipo de Redacción

Te recomendamos leer el artículo previo: ¿Qué es la revisión por pares?


La revisión por pares es la base central de la ciencia. Es un proceso donde los resultados científicos son examinados por pares académicos, con la publicación en una revista acreditada que califica los méritos del trabajo e informa a los lectores sobre los últimos descubrimientos científicos.

Pero la revisión por pares a veces recibe fuertes criticas, por una supuesta falta de transparencia, poca responsabilidad e incluso escaso rigor científico.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Ahora hay un movimiento considerable hacia la modificación o incluso la remodelación del sistema de revisión por pares. Las áreas clave de enfoque incluyen hacer que los editores de revistas sean más directivos en el proceso, recompensar a los revisores y mejorar la responsabilidad de los editores, revisores y autores.

La revisión por pares se basa en voluntarios

Los evaluadores en el sistema de revisión por pares son académicos voluntarios con experiencia relevante para el trabajo que se está considerando. Pero es difícil encontrar voluntarios adecuados.

La revisión es más compleja y onerosa que simplemente rechazar o aceptar un manuscrito. La mayoría de las veces, un revisor sugiere experimentos adicionales que los autores han pasado por alto, o cuestiona la interpretación de algunos de los datos. Esto inicia un diálogo entre el autor y el revisor con el objetivo de mejorar la integridad y el mérito científico del documento.

Es difícil encontrar voluntarios adecuados

Lleva tiempo: al menos de siete a ocho horas por papel, realizadas correctamente, sin remuneración ni reconocimiento para el revisor y, por lo tanto, rara vez se consideran una prioridad en un programa académico ocupado. Como resultado, el rigor científico puede perderse cuando las revisiones se aceleran.

En el otro extremo, a veces los revisores novatos (tal vez tratando de impresionar al editor) pueden convertir pequeñas discrepancias en fallas significativas. Esto presenta un desglose en la imparcialidad del proceso de revisión.

En general, estos problemas crean un número limitado de revisores pares en la práctica, un resultado que puede llevar al clientelismo.

Profundizando aún más en este conjunto inadecuado de revisores, una brecha de género significativa también es evidente. Nature informa que menos del 20% de sus revisores en 2017 fueron mujeres.

Más responsabilidad de los editores

Deberíamos exigir más de nuestros editores de revistas.

Los editores pueden volverse más proactivos rechazando los artículos que no se encuentran en el estándar de publicación en el momento de la presentación, en lugar de colocar la ardua tarea en un revisor para que sea científico y verificador de copias.

Para retener y capacitar a revisores novatos, los criterios de evaluación más claros de los editores mejorarían enormemente la confiabilidad y la calidad de los documentos enviados.

Menos del 20% de sus revisores en 2017 fueron mujeres

Los editores también podrían participar mejor en un diálogo dinámico entre el autor y el revisor: las tecnologías de comunicación digital permiten discusiones globales en tiempo real para facilitar procesos de revisión optimizados para todos los involucrados.

Reconocimiento de revisores

Tradicionalmente, los editores son considerados una parte venerada del proceso de revisión por pares, y los revisores simplemente no son reconocidos por sus contribuciones. Pero esto está cambiando.

Para promover una mayor transparencia, mayor responsabilidad y equidad, los procesos abiertos de revisión por pares incluyen revisores y editores, además de los autores en cada publicación.

Esto está sucediendo ahora en revistas en línea recientemente establecidas como eLife. La plataforma independiente Publons recompensa a los revisores enumerando todas las actividades editoriales y de revisión por pares para proporcionar evidencia de las contribuciones de expertos de los revisores en su campo. Publons también tiene un programa de premios para el revisor.

Los editores son considerados una parte venerada del proceso de revisión por pares

De manera similar, Elsevier ha iniciado un “programa de reconocimiento de revisores«, extendiendo varias recompensas y publicando una lista anual reconociendo las contribuciones de todos los revisores.

Este proceso ha sido criticado por algunos que insisten en que el anonimato garantiza opiniones imparciales.

Revisión por pares pre y post publicación

Ahora se está volviendo claro que el diálogo científico no necesita detenerse en el punto final de la publicación, y que no todos los problemas dentro de un manuscrito pueden identificarse en el momento de la revisión por pares.

La revisión por pares posterior a la publicación en su forma más validada implica una revista como Frontiers, en la que se solicita a los académicos que realicen un diálogo interactivo publicado con los autores durante el proceso de revisión, lo que proporciona un nivel de responsabilidad y responsabilidad.

Las plataformas alternativas invitan a todos los científicos registrados con el identificador digital ORCID a escribir una reseña o comentario sobre artículos vinculados al DOI

Otras revistas como Faculty of 1000 Research, Copernicus y PLOS ONE publican artículos con una evaluación mínima. Esto cambia el enfoque hacia la revisión por pares después de la publicación: los autores, revisores y lectores critican y comentan el documento para juzgar su mérito científico en el dominio público.

Las plataformas alternativas de revisión por pares posteriores a la publicación, como ScienceOpen, invitan a todos los científicos registrados con el identificador digital ORCID a escribir una reseña o comentario sobre artículos vinculados al DOI. Esto facilita la participación de una gran sección de la comunidad científica para la evaluación dinámica del mérito científico de una publicación.

Foros como Pubpeer invitan comentarios anónimos de cualquier persona de la comunidad científica o general. Esto ocurre sin moderación, lo que facilita abiertamente la posibilidad de comportamiento de arrastre y abusivo que a veces culmina en acciones legales.

¿Es hora de intentar algo nuevo?

La revisión por pares no está lista para ser retirada, pero está preparada para cambiar.

Una prueba reciente de eLife pretende transformar radicalmente los roles de editor, revisor y autor. De acuerdo con este modelo, si un editor senior considera que una publicación es digna de ser revisada, este documento califica de inmediato para su publicación.

Una vez bajo revisión, se lleva a cabo un diálogo abierto entre el autor y los revisores. Al recibir las recomendaciones de los revisores, los autores pueden decidir continuar con los experimentos si se lo recomienda, retirar el documento o publicarlo. Esto deja la decisión del autor al escrutinio de la comunidad científica general.

Esta innovación puede mejorar en gran medida la transparencia de la revisión por pares abierta, aumentar la responsabilidad en nombre de todos los participantes y reducir la carga en el sistema de revisión por pares. Aborda las tres estrategias principales requeridas para mejorar el sistema de revisión por pares. ¿Pero es un paso demasiado lejos, demasiado pronto? El tiempo dirá.

El objetivo general de los debates sobre la revisión por pares y la aparición de nuevas plataformas y enfoques de publicación es crear un frente unido de autores, revisores y editores para defender la integridad científica.

Esto es vital no solo dentro de los círculos académicos, sino también para mantener la reputación de la ciencia en la comunidad en general.

Autor: Jessica Borger, investigadora postdoctoral en inmunología en la Universidad Monas, en Australia.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su publicación en Psyciencia.

The Conversation

  • Artículos Recomendados de la Web
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Reseña del CUMANES

  • 12/12/2018
  • David Aparicio

Carla Andreia Carvalho Gómez describe en Hablemos de Neurociencias los componentes de la conocida prueba de evaluación neuropsicológica infantil, CUMANES:

El CUMANES está conformado por un total de seis escalas: lenguaje, visopercepcióin, función ejecutiva, memoria, ritmo y lateralidad; dentro de las cuales a su vez podemos encontrar diferentes subpruebas.

Lenguaje

Es la sección más amplia del CUMANES, con un total de seis subpruebas: comprensión audioverbal y de imágenes, fluidez fonológica y semántica, así como leximetría y escritura. De esta forma, el CUMANES se convierte en un excelente instrumento para evaluar el desarrollo lingüístico de niños y niñas con edades comprendidas entre los 7 y 11 años.

Visopercepción

Esta escala consta únicamente de una prueba que consiste básicamente en que tras presentar al niño una serie de figuras geométricas éste las copie en el lugar correspondiente.

Función Ejecutiva

Al igual que la escala de visopercepción, dentro de la escala de Función Ejecutiva escala del CUMANES únicamente se incluye una prueba que consiste en que el niño una mediante una linea continua una serie de números del 1 al 20.

Memoria

La escala de memoria, en contraposición con las anteriores, consta de dos subpruebas, en las que se evalúa de forma respectiva la memoria verbal y auditiva a través de distintas tareas

Ritmo

Como su propio nombre indica esta escala tiene como fin último evaluar el ritmo de los niños evaluados. Para ello, el niño deberá reproducir un total de diez ritmos distintos realizados por el evaluador.

Lateralidad

Finalmente, la escala de lateralidad tiene como objetivo evaluar la lateralidad del niño con el ojo, mano y pie.

Es una buena síntesis para conocer las principales características de la prueba CUMANES. El artículo también incluye una descripción de las puntuaciones, finalidad de evaluación e intervención.

Lee el artículo completo en Hablemos de Neurociencia.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Más ejercicio para reducir el deseo de fumar

  • 12/12/2018
  • Alejandra Alonso

Según la OMS, las víctimas del consumo de tabaco ascienden a 7 millones, de las cuales 890.000 no son consumidores, sino que se ven perjudicados por la exposición al humo. Un gran porcentaje de fumadores viven en países de ingresos bajos y medios.

Muchas personas intentan dejar el cigarrillo pero, de acuerdo con un nuevo estudio, las dificultades en mantener el cambio podrían deberse en parte a una mala calidad de sueño, la cual se asocia a mas síntomas de abstinencia, especialmente el craving o deseo intenso de fumar. Pero también se encontró que un incremento en la actividad física estaba relacionado a una mejora en la calidad del sueño.

Según los científicos, se sabe que el ejercicio mejora la calidad de sueño en la población normal, pero poco se sabe de cómo afecta a los fumadores.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


El estudio de 12 semanas examinó la relación entre la actividad física, la calidad del sueño y la conducta de fumar en 32 fumadores que querían dejar el cigarrillo.

Algunos participantes realizaron 3 sesiones de ejercicio, de 30 minutos cada una, por semana. Por otro lado, a los participantes del grupo control se les pidió que no cambiaran sus niveles de actividad física. Todos los participantes usaron un Fitbit Flex durante todo el estudio para llevar un registro de su actividad física.

Los científicos encontraron que los participantes con peor calidad de sueño, tendían a reportar niveles más adversos de síntomas relacionados al fumar. Adicionalmente, los que incrementaron sus niveles de actividad física tendían a ver mejoras en su calidad de sueño.

Allen comenta: “Vimos dos relaciones interesantes. Primero, una calidad de sueño pobre se asoció con más craving y necesidad de fumar. Segundo, el incremento de la actividad física llevó a una mejora en la calidad del sueño. Investigaciones previas han mostrado que un aumento en la actividad física disminuye el craving. Nuestro trabajo sugiere que una mejora en el sueño puede ser parte de las razones para esta disminución.”

Referencias del estudio original: Purani, H., Friedrichsen, S. & Allen, A. (2018), Sleep quality in cigarette smokers: Associations with smoking-related outcomes and exercise. https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2018.10.023

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los 7 pecados capitales de la psicología

  • 12/12/2018
  • Pablo Malo Ocejo

Este es un comentario del libro The 7 Deadly Sins of Psychology, de Chris Chambers, que creo que se debería haber titulado más bien los 7 pecados capitales de la ciencia porque trata de las prácticas cuestionables que se hacen en la investigación científica en general — y no sólo en psicología — aunque es verdad que algunas de ellas son más frecuentes en psicología. El subtítulo sí es muy adecuado: Un manifiesto por la reforma de la cultura de la práctica científica. Básicamente el libro trata de las trampas que se hacen en la investigación científica a todos los niveles y de las posibles soluciones. El eje fundamental del problema es que los intereses de la ciencia no son los mismos que los intereses de los que hacen la ciencia (científicos, revistas, universidades…). Vamos a hacer un pequeño tour por los pecados y sus soluciones que pasan por dos aspectos claves: transparencia y reproducibilidad.

1- El pecado del sesgo

“Cuando un hombre encuentra una conclusión agradable, la acepta sin discusión, pero cuando la encuentra desagradable usará en contra de ella todas las fuerzas de la lógica y la razón»

-Tucídides, siglo V antes de Cristo



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


“El entendimiento humano, una vez que ha adoptado una opinión…arrastra a todas las demás cosas a apoyar y estar de acuerdo con él.”

“Lo llamo ceguera inducida por la teoría. Una vez que aceptas una teoría es extraordinariamente difícil apreciar sus fallos”

Dentro de este pecado Chambers incluye una serie de conductas de las que mencionaré algunas. Una de ellas es el sesgo de publicación que consiste en que se publican los estudios que confirman nuestras hipótesis o teorías y se dejan en el cajón los que no lo hacen. No es más que una forma de la que probablemente es la falacia más poderosa del racionamiento humano: el sesgo de confirmación, que ya vemos que fue descrito por Tucídides.

El sesgo era mayor en psicología y psiquiatría con un 91% de resultados positivos

Otro vicio es el de la neofilia, la excitación y la exigencia de resultados positivos y novedosos si quieres publicar en psicología. Es clásico el estudio de Daniele Fanelli de 2010 que razonó que cualquier dominio de la literatura científica que sufra de sesgo de publicación estaría dominado por los resultados positivos. Revisó más de 2.000 artículos científicos de todo el espectro de la ciencia (desde la física y química pasando por la biología hasta la psicología y la psiquiatría). Lo que encontró fue que el sesgo era mayor en psicología y psiquiatría con un 91% de resultados positivos. Es irónico que cuanto más “blanda” es una ciencia más resultados positivos encuentra, lo cual evidentemente indica la falta de rigor en la metodología científica.

Un problema que sí es peculiar de la psicología es lo que ocurre con las replicaciones. Toda la ciencia tiene un problema con las replicaciones porque no se valoran, los científicos no quieren hacerlas (porque no da fama replicar el trabajo de otro que es el que se va a llevar el mérito), las revistas no las quieren publicar (porque no les genera titulares llamativos en la prensa) y a nadie le interesan cuando es evidente que a la ciencia sí le interesan las replicaciones porque no podemos dar por cierto ningún hallazgo si no es suficientemente replicado. Las replicaciones son uno de los pilares del método científico.

Pero el matiz de la psicología es que no se suelen hacer replicaciones directas de un experimento sino lo que se se llaman replicaciones conceptuales. La lógica de la replicación conceptual es que si un experimento muestra evidencia de un tipo de fenómeno se replica usando un método diferente que se supone que mide la misma clase de fenómeno (esto ha ocurrido mucho en un campo muy cuestionado de la psicología que es el priming o primado). El truco del asunto es que si la replicación conceptual saca las mismas conclusiones que el experimento original se da por replicado el original. Pero si la repplicación conceptual obtiene unas conclusiones diferentes no se falsifica el original porque claro, esto que ha fallado es diferente a lo otros, no es la misma cosa…de manera que es posible confirmar pero no des-confirmar.

Las replicaciones son uno de los pilares del método científico

Otro tipo de sesgo es el sesgo retrospectivo que consiste en engañarnos a nosotros mismos (y a los demás) creyendo que una observación era algo esperado cuando en realidad fue una sorpresa. Según el método hipotético-deductivo del método científico, al que se adhiere la psicología por lo menos nominalmente, un científico comienza por formular una hipótesis que trata un aspecto importante de una teoría. Con la hipótesis decidida, el científico conduce el experimento y esto permite determinar si los datos obtenidos apoyan o no la hipótesis. Es clave que la hipótesis está decidida antes de recoger y analizar los datos para separar así en el tiempo la predicción (hipótesis) de la estimación de la realidad (datos) y no caer en el sesgo retrospectivo.

El problema es que mucha investigación científica se salta esto a la torera. Como la hipótesis de un experimento no se suele publicar con anterioridad, los investigadores pueden, de manera encubierta, alterar sus predicciones para que encajen con los datos que han encontrado. En psicología a esta práctica se la llama Hypothesizing After Results are Known (HARKing), es decir formular la hipótesis después de que conocemos los datos, un término acuñado por Norbert Kerr en 1998. ¿Y cómo de frecuente es el HARKing? Pues según algunos estudios el 40% de investigadores dicen haberlo visto y según otros hasta el 90% lo han visto pero sólo admiten hacerlo en un 35%. Conclusión: tremendamente frecuente.

2- El pecado de la flexibilidad escondida

Tortura los números y confesarán cualquier cosa.

Los científicos viven agobiados por la espada de Damocles “publica o perece” si quieren avanzar en su carrera y obtener una plaza fija en una universidad. Los datos de los estudios se pueden analizar de diferentes maneras y es práctica habitual informar sólo del tratamiento de datos que obtiene los resultados que nos interesan. Es lo que se llama p-Hacking o pesca de datos. El valor p nos muestra la probabilidad de haber obtenido el resultado que hemos obtenido si suponemos que la hipótesis nula es cierta y convencionalmente se ha puesto en 0,05. La flexibilidad está en que a la hora de analizar los datos se pueden tomar diferentes opciones que se pueden considerar “correctas” pero que dan diferentes valores de p. Los investigadores pueden excluir ciertos valores extremos, por ejemplo, o ciertos participantes o utilizar un tratamiento estadístico en lugar de otro, o seguir recogiendo datos hasta que les sale un resultado significativo, o parar de coger datos cuando ya les sale lo que buscan, etc.

Los científicos viven agobiados por la espada de Damocles “publica o perece”

Y todas estas decisiones se esconden y no se publican. Se dice que esto es “el grado de libertad del investigador”. El caso es que seleccionando el tratamiento más favorable y combinándolo con el HARKing que comentábamos en el apartado anterior podemos sacar resultados positivos con casi cualquier hipótesis. Simmons y cols. realizaron una serie de experimentos y simulaciones de esta flexibilidad a la hora de tratar los datos y obtuvieron que se podía llegar de una tasa de 5% de positivos hasta una tasa de falsos positivos de 60,7% y es posible que esto sea una subestimación. ¿Y cómo de frecuente es el p-Hacking? Pues en una encuesta que hizo Leslie John el 100% reconocía haber recogido más datos hasta obtener significación o excluir datos que les venían mal.

3- El pecado de la falta de fiabilidad

La falta de fiabilidad en la ciencia en general y en psicología en particular se debe a varias razones. Una de ellas es la que que ya hemos comentado de la falta de interés por replicar los hallazgos de los estudios. No sólo es que no interese a nadie replicarlos sino que algunos popes de la psicología como John Bargh, Dan Gilbert o el premio Nobel Daniel Kahneman se han manifestado directamente en contra de hacerlo.

Otra razón es la falta de poder estadístico, la probabilidad de rechazar correctamente la hipótesis nula: cuando el poder estadístico aumenta disminuye la probabilidad de cometer un error del tipo II, es decir, de erróneamente fallar en rechazar la hipótesis nula. Los falsos positivos pueden ser descubiertos por nuevas investigaciones pero cuando una hipótesis correcta es rechazada por un falso negativo quedará abandonada y olvidada. Se sabe que la psicología sufre de un bajo poder estadístico desde los años 60, pero estudios recientes siguen demostrando que este problema no ha mejorado en cuatro décadas.

Otra causa, además de las anteriores y de las falacias estadísticas descritas en la sección anterior, de la falta de fiabilidad es que los estudios de psicología no dan los suficientes detalles metodológicos que permitan una replicación exacta. De esta manera si se hace una replicación de un estudio y falla, los investigadores del equipo original pueden decir que no se hizo tal o cual cosa que en realidad no estaba descrita en la sección de métodos del estudio pero que era esencial para poder replicarlo.

4- El pecado de la retención de los datos

Es práctica corriente en psicología no compartir los datos de los estudios con nadie y no aportarlos cuando otros investigadores los piden. Guías de publicación como las de la Asociación Americana de Psicología requieren que los autores guarden los datos y que los compartan con lectores o investigadores interesados. La realidad es que esto no se hace. Hay varios estudios que han consistido precisamente en ponerse en contacto con los autores y reclamar los datos de los estudios y el porcentaje de autores que lo hace es muy bajo. Voy a citar precisamente el último que acaba de aparecer. Tom Hardwicke y John Ioannidis han pedido los datos de 111 artículos de Psicología y Psiquiatría y el 40% de autores no respondieron, el 30% dijeron que no y sólo 14% compartieron los datos sin restricciones.

Tom Hardwicke y John Ioannidis han pedido los datos de 111 artículos de Psicología y Psiquiatría y el 40% de autores no respondieron, el 30% dijeron que no y sólo 14% compartieron los datos sin restricciones

Bien es verdad que algunos datos pueden ser confidenciales y que en otros casos los investigadores pueden estar trabajando sobre los mismos datos porque es práctica usual que se saquen varias publicaciones de un mismo experimento y que los autores no quieran que otros equipos les pisen los descubrimientos, pero se podría establecer un plazo de retención o “cuarentena” para estos menesteres y luego compartirlos abiertamente.

5- El pecado de la corrupción y el fraude

Sobre este aspecto no voy a insistir mucho. Ha habido varios casos en psicología de autores que no es que hayan realizado prácticas cuestionables sino que directamente han fabricado los datos, el caso más sonado el de Diederik Stapel. En este apartado Chambers analiza estos casos.

6- El pecado del Internamiento o la ocultación

Este pecado no se refiere sólo al hecho ya comentado de que los datos de los estudios no se compartan sino al hecho de que hay que pagar por los artículos científicos si queremos leerlos, de que están encerrados o inaccesibles al público general y en muchos casos a los propios investigadores porque hay universidades o centros que no pueden pagar las cantidades necesarias para acceder a las publicaciones científicas. Chambers es una defensor del acceso abierto (Open Acces). Resulta que la mayoría de investigaciones se hacen con dinero público, con becas procedentes de organismos públicos, y tenemos que pagar luego por conocer los resultados de esos experimentos mientras que Elsevier y otras editoriales obtienen beneficios. La postura de Chambers es que esos datos deben ser de dominio público.

7- El pecado de contar alubias

No todo lo que cuenta puede ser contado, y no todo lo que puede ser contado cuenta.

Ley de Goodhart: cuando una medida se convierte en diana deja de ser una buena medida.

En este apartado Chambers critica una serie de parámetros o números por los que se mide la calidad científica: factor de impacto de las revistas, número de artículos publicados en esas revistas, número de citaciones, etc. Analiza todos los problemas que tienen esas medidas y las desventajas e inconvenientes que suponen para el avance de la ciencia.

En general, se está primando la cantidad en ciencia por encima de la calidad

Es muy apropiado tener en cuenta la ley de Goodhart arriba mencionada porque siempre que se tome una medida como referencia la gente la va a manipular. Si tomamos, por ejemplo, como señal de calidad el número de citas de un autor nos podemos encontrar con lo que ocurrió en las universidades italianas donde aumento el porcentaje de autocitas en un 81-179%. En general, se está primando la cantidad en ciencia por encima de la calidad.

Soluciones o penitencia de los pecados

En el apartado de soluciones, Chambers destaca la transparencia y el aumento de la replicación en la ciencia. Un medida básica es el pre-registro de los estudios científicos tema en el que él mismo ha sido un pionero en la revista Cortex. Se extiende bastante y explica con detenimiento las diferentes formas en que esto puede llevarse a cabo. En los estudios registrados con peer review (revisión por pares) lo que se hace es revisar el estudio antes de que se recojan los resultados. Se valora la pregunta de la investigación y la metodología y en base a ello se aprueba preliminarmente el estudio para publicación. Después de que el estudio se ha realizado se remiten los datos y se produce una segunda peer review para ver si lo que los autores han hecho se ajusta a lo que describieron en la metodología y se valora en caso de que haya habido cambios si esos cambios estaban justificados o no. El estudio se publica sean cuales sean los resultados, es decir, sean positivos o negativos. Si la pregunta de investigación y la metodología es seria, se publica.

También se pueden pre-registrar estudios en diferentes webs sin _peer review _donde se deja constancia de la hipótesis, metodología y tratamiento estadístico para que todo el mundo pueda comprobar que la hipótesis era previa a la recogida de datos. Por otro lado, Chambers es partidario de que todos los datos de los estudios se almacenen, entre otras cosas para que no se pierdan para la ciencia (los formatos informáticos van cambiando) y también para que los datos estén disponibles para otros científicos. Los investigadores van a saber de antemano que si quieren que se les publique deben subir sus datos a un repositorio o almacén de datos.

También propone que se dedique dinero a la replicación. Esto puede parecer un desperdicio pero en realidad se estima que la falta de replicación en ciencia cuesta a los EEUU 25.000 millones de dólares anualmente. Así que dedicar una parte de ese dinero a diseñar y llevar a cabo repudiaciones pude ser una buena inversión.

En cuanto al coste de los artículos científicos Chambers propone alternativas abiertas al modelo vigente y se plantea incluso la necesidad de las revistas científicas como las conocemos actualmente dadas las nuevas posibilidades alternativas que permiten las nuevas tecnologías.

En cuanto a la eficacia de todas estas medidas -que ya se están llevando a cabo- la evidencia es contradictoria. Por un lado, es verdad que el pre-registro está disminuyendo los falsos positivos como demuestra este estudio de 2015 en el campo de la prevención de enfermedad cardíaca donde se ha pasado de un 57% de resultados positivos a un 8%. Pero también hay estudios que están encontrando -en el caso de pre-registros sin peer review- que un elevado porcentaje de autores y de estudios cambian las medidas que propusieron inicialmente, siguen haciendo p-Hacking y demás trampas…

En definitiva, me ha parecido un libro muy recomendable para toda persona interesada en la investigación científica en general, en los puntos débiles del sistema actual y en la manera de mejorarla.

Puedes comprar The seven Deadly Sins of Psychology en Amazon o en The Book Depository con envío gratis a cualquier parte del mundo.

Sigue a Pablo Malo Ocejo en Twitter y visita su página web, Evolución y Neurociencias para más análisis científicos de la psicología y la psiquiatría.

  • Salud Mental y Tratamientos

Lista de lectura para aprender Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)

  • 11/12/2018
  • Fabián Maero

Visita Grupo ACT Argentina para acceder a material exclusivo y conocer las fechas de los talleres de fomración.

Una pregunta que recibimos con cierta frecuencia, generalmente al final de nuestros talleres, es “¿cómo puedo seguir aprendiendo ACT?” (creo que la hacen al final de los talleres porque es cuando se percatan de que han realizado una mala inversión y tendrán que arreglárselas por sus propios medios). Y creo que vale la pena ocuparse aquí de esa pregunta porque ACT pertenece a una tradición psicológica bastante diferente de la que estamos acostumbrados (al menos en Argentina), por lo cual puede ser difícil encontrar un norte para orientarse y la mayoría de quienes se acercan al modelo lo hacen formándose de manera autodidacta.

Esta publicación es, entonces, una guía de lectura, algunas recomendaciones para comenzar a internarse en la selva que puede ser ACT/CBS. Quizá les sirva si están dando sus primeros pasos, y si ya están familiarizados con el modelo, quizá se encuentren con algunos textos que no conocían.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Esto no pretende ser una guía definitiva, sino sólo algunas sugerencias que me haría a mí mismo si pudiera volver en el tiempo hasta el momento en que empecé a estudiar ACT/CBS. Nada más que una colección muy acotada de textos que me han gustado (insisto mucho en esto para que no se lo tomen a pecho y empiecen con “y este libro, y este otro?”). Podríamos agregar decenas de libros y artículos, pero creo que la lista que figura debajo puede ser suficiente para abrir algunas puertas.

Un aviso antes de empezar: la mayoría de los libros está en inglés, y los textos más específicos (investigaciones, por ej.), probablemente nunca vayan a ser traducidos. Pondré algunas referencias en castellano, pero para una buena parte de la literatura será necesario un manejo básico del inglés.

Textos de introducción general a ACT

Hay decenas de libros de ACT, basta con una búsqueda rápida en internet para verse abrumado rápidamente por la cantidad. No señalaremos de los textos sobre poblaciones o diagnósticos específicos, sino libros que sirvan para un manejo general del modelo.

Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2014). Terapia de Aceptación y Compromiso. Desclée De Brouwer.

Lo primero que recomendaría para leer de ACT es, valga la redundancia, el libro de ACT. En él se describen los rudimentos de RFT, los principios generales del modelo clínico, el hexaflex, técnicas y metáforas para el trabajo clínico, etc. Es una lectura altamente recomendada si quieren trabajar con ACT en clínica.

Hay dos ediciones, la primera fue lanzada en 1999, la segunda en 2011, pero hay suficiente diferencia entre ambas como para considerarlas no como dos ediciones de un libro, sino dos libros distintos que tratan un mismo tema. Si pueden, consigan la segunda edición, pero si no, la primera va a ser útil también.

Harris, R. (2009). Act Made Simple : An Easy-to-Read Primer on Acceptance and Commitment Therapy. New Harbinger Publications.

Este es el segundo libro que suelo sugerir. Russ tiene el talento de comunicar conceptos de un modo claro y simple — al punto que el libro puede ser demasiado simple si lo que están buscando es un desarrollo conceptual más elaborado, pero como herramienta clínica es estupendo, repleto de formas interesantes de trabajar técnicas de ACT.

Hayes, S. C., & Smith, S. (2013). Sal de tu mente, entra en tu vida. Desclée de Brouwer.

Si quieren tener una aproximación a cómo sería estar del extremo de quien recibe las intervenciones, este libro es un buen ejemplo. Si bien el libro es de autoayuda resulta útil para una terapeuta dando sus primeros pasos. Los ejercicios y recursos que utiliza son perfectamente adaptables en la clínica, y también es un libro que pueden trabajar con un paciente, usándolo como guía de la terapia.

RFT

La Teoría de Marco Relacional ofrece mayor dificultad que ACT, y cuánto profundizar en ella depende de los objetivos que tuvieren. Para hacer clínica puede bastar con un conocimiento general (digamos, lo que de RFT se describe en el libro de ACT o en capítulos introductorios), mientras que si el objetivo es dar clases o escribir, diría que es necesario conocerla con bastante detalle. Por decirlo con un símil, es como conocer el funcionamiento del motor del automóvil si el objetivo es manejarlo: en la mayoría de los casos se puede manejar sin saber nada de motores, pero las condiciones de mayor desafío serán mejor afrontadas si se sabe algo al respecto.

Es necesario tener algún conocimiento básico de análisis conductual (en especial conducta verbal) antes de zambullirse en RFT. Y si bien no es necesario, familiarizarse con la literatura de equivalencia de estímulo (los trabajos de Murray Sidman), puede ayudar a entender el surgimiento de RFT.

Torneke, N. (2016). Aprendiendo TMR: Una introducción a la Teoría del Marco Relacional y sus Aplicaciones Clínicas. Publicaciones Micpsy.

Si quieren aprender RFT sugeriría empezar por el libro de Torneke, del cual hay versión en español. Las explicaciones son razonablemente accesibles (estamos hablando de RFT, después de todo), y se ocupa de dar numerosos ejemplos clínicos.

An Introduction to Relational Frame Theory, Eric J. Fox, Ph.D.

Otro primer paso para aprender RFT está en el sitio web de Eric Fox (revisen su sitio web, tiene otros tutoriales que son excelentes), un tutorial online que presenta los principios de RFT en un formato interactivo muy ameno y con un excelente humor.

Hayes, S. C., Barnes-Holmes, D., & Roche, B. (2001). Relational Frame Theory: A Post-Skinnerian Account of Human Language and Cognition. Springer.

Si quieren profundizar el núcleo duro de RFT, entonces el libro de 2001 sigue siendo referencia obligada, están todos los procesos descriptos con un nivel de detalle y precisión técnica tal como para abrumar a cualquiera, pero allí está todo lo que hay que saber. Si quieren investigar, o dar clases sobre RFT, este texto es ineludible. Es preferible que primero tengan una idea básica sobre análisis conductual (y si incluyen conducta verbal, mejor aún).

Filosofía de la ciencia: Contextualismo funcional

Seguimos descendiendo por la madriguera. ACT/CBS se sustenta filosóficamente en una interpretación del conductismo que se denomina contextualismo funcional (en caso de que hayan llegado recién al mundo, “conductismo” no es una corriente psicológica, a pesar de la insistencia de docentes universitarios, sino que es una filosofía de la ciencia). No es necesario manejar CF para la clínica, pero si van a dar clases o a escribir textos académicos es insoslayable tener un conocimiento al menos rudimentario del tema.

Hayes, S. C., Hayes, L. J., & Reese, H. W. (1988). Finding the philosophical core: A review of Stephen C. Pepper’s World Hypotheses: A Study in Evidence. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 50(1), 97–111.

Este es el primer texto (que conozca), en el cual se aplica explícitamente el marco de análisis de Pepper como fundamento filosófico de lo que será la CBS.

Hayes, S.C, Hayes, L.J., Reese, H. W. & Sarbin, T. R. (Eds.), Varieties of scientific contextualism (pp. 11–27). Reno, NV: Context Press.

En este libro (y en el primer capítulo en particular), se introduce el término contextualismo funcional (por oposición al descriptivo), y se desarrolla una estrategia científica basada en esos supuestos filosóficos.

Pepper, S. C. (1942). World Hypotheses: A Study in Evidence. London: University of California Press.

Si quieren profundizar más todavía en la filosofía de la ciencia pueden ir directamente al libro de Stephen C. Pepper. Lo que encontrarán allí no será una filosofía aplicada a la psicología, sino una reflexión general y abordaje posible sobre la filosofía (una metafilosofía, podríamos decir). El texto es interesante y está muy bien escrito, pero la lectura es ardua, lo recomendaría sólo para propósitos muy específicos.

Análisis conductual

ACT como modelo de intervención pertenece a la tradición del análisis conductual (AC), por lo cual hay algunas cuestiones del AC que no se pueden ignorar si quieren trabajar con ACT (qué es un análisis funcional, moldeado, exposición, etc.).

Hay centenares de libros muy útiles sobre AC, en español y en inglés, y cualquiera más o menos serio les puede servir, porque los conceptos son siempre los mismos — digamos, el concepto de reforzamiento, aunque se presente de distinta manera o haciendo énfasis en distintos aspectos, es siempre uno. Dicho esto, hay algunos textos que me parecen particularmente útiles:

Ramnero, J., & Torneke, N. (2011). The ABCs of Human Behavior: Behavioral Principles for the Practicing Clinician. Oakland, CA: New Harbinger Publications.

Este libro, escrito por personas familiarizadas con ACT, es quizá el que presenta una introducción a los conceptos centrales de AC más amigable para una terapeuta ACT.

Moore, J. (2008). Conceptual foundations of radical behaviorism. New York: Sloan Publishing.

Catania, A. C. (2013). Learning (5th ed.). Sloan Publishing.

Los libros de Moore y Catania son de mis favoritos en AC. Ambos son excelentes libros; el de Moore hace un recorrido histórico del AC, y tiene un poco más de énfasis en lo conceptual, mientras que el libro de Catania se aboca más bien a presentar los conceptos y definiciones con muchos ejemplos.

Pryor, K. (2016). No lo mates… enséñale: El arte de enseñar y adiestrar (8th ed.). Kns ediciones S.C.

Este libro no está específicamente dirigido a conducta humana, pero es una de las introducciones más sencillas y accesibles a los conceptos básicos de modificación conducta.

Artículos de interés

Antes de la edición del primer libro de ACT hubo unos quince años de publicaciones en las que se asentaron las bases conceptuales y estratégicas de lo que luego sería la CBS. El período que va del 1984 al 1999 es rico en artículos relativamente poco conocidos en los que se pueden apreciar algunas de las ideas rectoras de ACT/CBS.

Hayes, S. C., Wilson, K. G., Gifford, E. V., Follette, V. M., & Strosahl, K. (1996). Experiential avoidance and behavioral disorders: A functional dimensional approach to diagnosis and treatment. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 64(6), 1152–1168.

Este es un artículo seminal en el cual se desarrolla de manera extensa el tema de la evitación experiencial, exponiendo el concepto y revisando parte de la literatura.

Hayes, S. C., Brownstein, A. J., Zettle, R. D., Rosenfarb, I., & Korn, Z. (1986). Rule-governed behavior and sensitivity to changing consequences of responding. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 45(3), 237–256.

Quizá hayan oído aquello aquello de que el lenguaje genera “insensibilidad a las contingencias”. Bien, este es uno de los textos iniciales en los que se apoya esta idea, una investigación de laboratorio.

Hayes, S. C. (1984). Making sense of spirituality. Behaviorism, 12, 99–110.

Este podría ser considerado el primer artículo de ACT. En él, Hayes presenta una propuesta de cómo podemos entender a la espiritualidad en términos conductuales (spoiler: lo hace hablando de lenguaje y en particular de lo que luego sería el self-as-context)

Hayes, S. C., & Brownstein, A. J. (1986). Mentalism, Behavior-Behavior Relations, and a Behavior-Analytic View of the Purposes of Science. The Behavior Analyst, 9(2).

Este artículo conceptual es muy poco conocido, pero particularmente de interés para quienes vienen del lado del análisis conductual, porque aquí se describe la forma en la cual los pensamientos pueden formar parte de un análisis de la conducta humana, y en particular cómo abordar las relaciones conducta-conducta

Friman, P. C., Hayes, S. C., & Wilson, K. G. (1998). Why behavior analysts should study emotion: the example of anxiety. Journal of Applied Behavior Analysis, 31(1), 137–156.

Lo mismo que para el artículo anterior, sólo que el foco aquí está puesto en cómo se puede abordar la emoción en análisis conductual.

Forsyth, J. P., Lejuez, C. W., Hawkins, R. P., & Eifert, G. H. (1996). Cognitive vs. contextual causation: different world views but perhaps not irreconcilable. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 27(4), 369–376.

Este artículo puede ser más interesante para quienes vienen del ala cognitiva, ya que propone algunas formas de conciliar la perspectiva cognitiva y la contextual.

Cómo conseguir materiales

Si se van a auto-regalar libros de papel para navidad, la mayoría de los libros en inglés se consiguen en Book Depository (mismo precio que en Amazon, pero con envío gratuito a todo el mundo). Si lo que buscan son libros digitales sobre ACT, tampoco vayan a Amazon, ya que New Harbinger (que tiene un enorme catálogo de ACT), a la hora de vender los libros digitales ofrece una ventaja: les envían dos archivos, uno en formato epub que se puede abrir en cualquier dispositivo, y uno en pdf, que resulta más útil si quieren imprimir algunas partes (en cambio kindle, por ejemplo, no ofrece formato que se pueda imprimir, cosa enojosa cuando son libros con planillas de trabajo).

Hay un montón de materiales en internet, pero sugeriría especialmente que se afilien a la ACBS, porque aloja centenares de artículos, videos de conferencias y talleres, audios, protocolos de tratamiento, etc. El costo de suscripción a la ACBS es a voluntad, empezando en 10 dólares por año — el monto sugerido para profesionales es de alrededor de 40 dólares, pero si están dando los primeros pasos suscríbanse por el mínimo y luego aumentan el monto si lo que encuentran les resulta útil.

Si no leen inglés, hay materiales en español en la ACBS (aunque menos), los hemos organizado en un portal dedicado. También les he armado hace tiempo un tutorial para poder afiliarse a la ACBS (porque la sección de de suscripción del sitio sigue estando en inglés, algo que aún no se han ocupado de arreglar).

Cerrando

Hay literalmente decenas de libros y cientos de artículos que podríamos agregar a la lista, pero la idea era dar un panorama general para quienes se acercan a ACT, una lista de lectura, si se quiere. Si tienen sugerencias sobre artículos y libros que les hayan gustado, pueden dejarlo en los comentarios para los siguientes lectores.

  • Salud Mental y Tratamientos

Aumenta el consumo de tabaco en España y alcanza cifras de hace dos décadas

  • 11/12/2018
  • David Aparicio

Javier Tovar escribe para EFE Salud:

Este “cambio de tendencia” es preocupante, ha resaltado la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, en la presentación de esta Encuesta.

La XII Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) 2017-2018 es la radiografía más completa y exhaustiva del consumo de sustancias. Según este estudio, las drogas legales más extendidas son el alcohol y los hipnosedantes, mientras que entre las ilegales destaca el cannabis, seguido de lejos por la cocaína.

Los datos muestran que un 34 % de los españoles consume tabaco a diario, sobre todo en cajetilla, una cifra que en 2015 se situaba en el 30,8 %.

Este aumento preocupa también por la cantidad de jóvenes que se ha iniciado en este hábito. La ministra de Sanidad ha señalado, en la presentación de los datos, que un 5 % del incremento experimentado en los últimos dos años está protagonizado por chavales que han comenzado a fumar.

En 2017, el 69,7 % de las 21.249 personas de entre 15 y 64 años encuestadas reconoce haber fumado alguna vez en su vida, el 40,9 % lo ha hecho en el último año y el 38,8 %, en el último mes.

El informe también detalla una leve disminución del consumo del alcohol y un incremento del consumo de marihuana.

Lee el artículo completo en EFE Salud.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las mujeres afrontan mayores sesgos en actividades de alta exigencia intelectual

  • 11/12/2018
  • Maria Fernanda Alonso

Romper con los estereotipos de género es una tarea de dinámica deconstrucción, que precisa ser realizada constantemente. Según señala un nuevo estudio, los sesgos contra mujeres y niñas cuando se exigen habilidades intelectuales están presentes tanto en varones como en mujeres, en adultos como en niños.

Las estadísticas nacionales muestran que los logros intelectuales de las niñas y las mujeres en Estados Unidos han igualado, sino superado, los de los niños y los hombres; situación que podría hacernos pensar que unos y otros tienen las mismas oportunidades a la hora de realizar trabajos intelectualmente desafiantes. Sin embargo, en una serie de tres experimentos, investigadores encontraron evidencia de sesgo consistente contra mujeres y niñas en contextos que enfatizan la capacidad intelectual.

En dos experimentos iniciales, se pidió a más de 1150 participantes (aproximadamente 350 en un experimento y aproximadamente 800 en otro) que referenciaran a individuos para un trabajo. A la mitad de los participantes se les hizo creer que el trabajo requería una capacidad intelectual de alto nivel (por ejemplo, «alto coeficiente intelectual», «habilidades de razonamiento superiores», «inteligencia natural»); a la otra mitad no. Los resultados mostraron que las participantes eran menos propensos a referir a una mujer cuando la descripción del trabajo mencionaba la brillantez (un 43.5 por ciento de referencias femeninas) que cuando no lo hacía (50.8 por ciento). En otras palabras, las probabilidades de recomendar a una mujer (en lugar de a un hombre) eran 25.3% más bajas cuando la descripción del trabajo mencionaba la capacidad intelectual.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Los logros intelectuales de las niñas y las mujeres en Estados Unidos han igualado, sino superado, los de los niños y los hombres

En particular, aunque las mujeres eran más propensas que los hombres a referir a las mujeres para trabajos que requieren habilidad intelectual, tanto las mujeres como los hombres tenían menos probabilidades de referir a las mujeres para estos trabajos que para los otros trabajos. Es decir, hombres y mujeres mostraron niveles comparables de sesgo de género.

En el tercer experimento, los investigadores probaron si los contextos que enfatizan la capacidad intelectual provocan un sesgo de género entre los niños pequeños. En él, los investigadores enseñaron a 192 niños y niñas, de 5 a 7 años, a jugar dos juegos de equipo nuevos. A la mitad se les dijo que los juegos eran para niños «realmente inteligentes»; a la otra mitad no. Para cada juego, los pequeños seleccionaron a tres compañeros de equipo de entre seis (tres niños y tres niñas) que no conocían.Las hipótesis y el plan de análisis para el segundo experimento se especificaron con anticipación; este proceso de «pre-registro» aumenta la confianza en las conclusiones de un estudio.

Los niños inicialmente seleccionaron compañeros de su propio género (es decir, las niñas eligieron a las niñas y los niños eligieron a los niños), pero en la tercera ronda de selección mostraron prejuicios contra las niñas, eligiendo a las niñas como compañeras para el juego «inteligente» solo el 37.6% del tiempo ( vs. 53.4% ​​para el otro juego).

Las participantes eran menos propensos a referir a una mujer cuando la descripción del trabajo mencionaba la brillantez

«Nuestros estudios se suman a nuestra comprensión actual de los procesos que llevan a la subrepresentación de las mujeres en «campos de genios», es decir, campos como la física y la filosofía, en los que el éxito generalmente se considera que depende de capacidad intelectual de alto nivel», observa Andrei Cimpian, profesor asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York y autor principal del estudio. «Además, si bien el sesgo de género puede que ahora sea menos común en el comportamiento ‘público’ de los empleadores y los supervisores, como las decisiones de contratación o promoción, en parte porque la posibilidad de sesgo a menudo se discute explícitamente en estos contextos, el camino de las mujeres jóvenes hacia una carrera exitosa atraviesa muchos contextos en los que las personas pueden estar menos protegidas y, según sugiere nuestra evidencia, aún ahí pueden comportarse de manera sesgada».

Referencia del estudio: Lin Bian, Sarah-Jane Leslie, Andrei Cimpian. Gender of nominees for jobs requiring brilliance vs. dedication. American Psychologist, 2018.

Fuente: ScienceDaily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cuánto revelan de nosotros las reacciones de enojo?

  • 11/12/2018
  • CETECIC

Una de las ideas comúnmente difundidas es que una persona enojada, particularmente, cuando está incluso fuera de sí; dice lo que “verdaderamente piensa”, lo cual en otros momentos, cuando está tranquila, bajo un manto de racionalidad y autocontrol hipócrita logra disimular. ¿Cuánto hay de cierto en esto?

Los seres humanos somos una especie muy compleja, en muchos aspectos presentamos una semejanza asombrosa con otros animales pero, al mismo tiempo, llevamos rasgos que nos distinguen como únicos en el concierto de la vida. Hablamos, y esta es casi una de las cualidades que más nos hace humanos. Ahora bien, cuando hablamos, mostramos nuestra parte más humana pero también, frecuentemente, lo que llevamos de animalidad primitiva.

Las personas procesamos información de modo muy diverso, en simultáneo y en paralelo. Sí es cierto que la mayoría de nuestros procesos cognitivos no son conscientes; en efecto, el cerebro realiza muchas operaciones en simultáneo, sin que nosotros tengamos noticia de ello. Así, por ejemplo, al relacionarnos con otras personas, establecemos un vínculo que involucra varios planos de flujo de información, desde uno plenamente consciente y voluntario hasta otros completamente inconscientes, ajenos a nuestra voluntad, pero no por eso menos importantes y menos capaces de producir reacciones emocionales de todo tipo: expresiones faciales groseras y sutiles, tonos de voz, posturas corporales, la ropa que usamos y hasta el olor que emanamos forman parte de la comunicación humana.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Cuando hablamos, mostramos nuestra parte más humana pero también, frecuentemente, lo que llevamos de animalidad primitiva

Las interacciones sociales con otras personas son un motivo frecuente de consulta en la clínica. Casi todas las personas tienen algún grado de conflicto con sus familiares o amigos y es habitual que los pacientes lo planteen con su psicólogo. Hay algunos casos que están marcadamente signados por este tipo de consulta, como suele suceder con los trastornos de personalidad; en efecto, es una marca distintiva de estos diagnósticos el establecer relaciones sociales afectivas conflictivas. Veamos un ejemplo que nos cuenta un paciente:

“Tengo un amigo que normalmente es amable conmigo, buen compañero. Hace algunos años solíamos salir casi todos los fines de semana pero luego yo me puse en pareja y comenzamos a vernos mucho menos. Mi amigo siguió mostrándose amable, compañero, simpático; lo mismo hizo con mi pareja las veces que la vio. El día de su cumpleaños, yo planificaba verlo, pero tuve un inconveniente de último momento, lo cual me impidió ir. Le avisé muy tarde que no llegaría a la reunión. Al día siguiente, pasé medio sorpresivamente por su casa para saludar. Ante mi sorpresa, me recibió algo serio y cuando le pregunté qué le sucedía, me levantó la voz y me dijo que yo era un ingrato, mal amigo, que lo usé el tiempo que estuve solo y que luego, cuando me puse en pareja, me alejé y lo abandoné. Yo traté de hablar con él, de dar alguna explicación, incluso le pedí disculpas, pero él continuaba con su mal humor; lo cual hizo que yo también me enojara y le dijera que me iba, que seguramente no lo volvería ver. Días luego, mi amigo tomó la iniciativa de buscarme para hablar. Me pidió disculpas y me dijo que ese había sido un mal día, que por favor, no lo tomara en serio. Fin a la historia. Pero ¿qué debo hacer yo? ¿qué debo creer? Si me dijo lo que me dijo cuando estaba enojado, acerca de que lo abandoné, ¿no será que en ese momento estaba siendo sincero y diciendo lo que “realmente pensaba”? Y, contrariamente, ¿no será que ahora, ya más tranquilo, puede volver a disimular y volver a engañarme hipócritamente fingiendo que no piensa mal de mí?

El terapeuta cognitivo conductual debe adoptar una postura racional, equilibrada y no juzgar al paciente. En casos como el narrado, uno puede sentirse rápida y fácilmente tentado de dar una “opinión” sobre lo que el paciente nos cuenta; vale decir, ofrecerle al paciente simple y llanamente nuestro punto de vista sobre el tema, sin hacer uso de los conocimientos de psicología que tenemos ni practicar la empatía con el mismo. Ello constituiría un error. Cuando estamos en el rol de psicólogos, frente a un paciente, “siempre somos el psicólogo”, valga la redundancia, no debemos abandonar nuestra investidura profesional. Con lo cual, deberíamos tomar lo que este paciente nos cuenta como una instancia para ayudarlo a mejorar el manejo de sus relaciones interpersonales. Entre otras cosas, la psicoeducación es una gran herramienta que permite al paciente disponer de información científica para que tome mejor sus decisiones como, por ejemplo, esta que el paciente nos consulta. ¿Qué hacer con su amigo?

expresiones faciales groseras y sutiles, tonos de voz, posturas corporales, la ropa que usamos y hasta el olor que emanamos forman parte de la comunicación humana

Nuestro cerebro produce las emociones negativas con un conjunto de núcleos y circuitos que, sin entrar en complejidades, se denomina sistema límbico. No podemos ni queremos en este artículo tocar detalles finos de las neurociencias de las emociones, así que sólo nos referimos con la mayor simpleza posible a los aspectos relevantes para nuestra discusión. Parte integrante y crítica de este sistema es un núcleo denominado amígdala, encargada de dar un disparo defensivo rápido ante los peligros. El procesamiento de información llevado a cabo por la amígdala es rudimentario, básico, inmediato y, en muchos casos, sin consciencia, especialmente al inicio del proceso emocional. Vale decir que, ante alguna señal de peligro o amenaza, la amígdala inicia una reacción defensiva de tipo primitivo (escapar o agredir), la cual típicamente se arranca con poca o ninguna consciencia y voluntad. Normalmente, nos vamos tornando conscientes de la reacción cuando esta ya está en marcha y ya ha alcanzado cierta intensidad pero, a veces, ya cuando es demasiado tarde.

En condiciones normales, gracias al aprendizaje, la educación y la cultura, hemos logrado “domesticar” la reacción emocional primitiva que nos haría gritar, insultar o incluso agredir físicamente cuando nos sentimos atacados o, simplemente, cuando nos frustramos. Acá hay un punto importante al cual retornaremos: la frustración es fuente de enojo. Pero volvamos al control de la reacción emocional exagerada. La parte más evolucionada de nuestro cerebro, la corteza prefrontal, tiene fuertes y múltiples conexiones con la amígdala; digamos que hay circuitos que comunican ambas zonas en las dos direcciones, la información viaja de uno a otro sitio constantemente. Una de esas vías sale de la corteza frontal e inhibe el funcionamiento de la amígdala, o lo modera, en circunstancias en las cuales el enojo intenso no sería adecuado. Opera, por ejemplo, cuando en una reunión alguien llega tarde y nos hace perder el tiempo; inhibe nuestro enojo, lo regula, especialmente en su expresión. De este modo, al que llegó tarde, tal vez simplemente lo miramos serio y le decimos “Tarde, ¿qué pasó? Vamos a apurarnos porque ya perdimos tiempo”. Punto, seguimos adelante, la corteza prefrontal filtra parte de la reacción y la manifiesta de acuerdo con pautas culturales adecuadas; se llama asertividad.

La corteza prefrontal es una parte evolutivamente nueva en nuestro cerebro, lo cual significa que, en los miles de años de evolución de la vida en la tierra, apareció relativamente hace poco en los seres humanos. Otras especies carecen completamente de ella o, a lo sumo, muestran algún sistema embrionariamente parecido como, por ejemplo, otros primates no humanos (monos, gorilas). Lo que sí está claro es que el desarrollo y complejidad de esta área alcanza en los seres humanos niveles no vistos en otras especies. Las funciones de la corteza prefrontal son muchas, entre ellas, el pensamiento racional y reflexivo, las funciones ejecutivas, resolver problemas complejos, calcular las consecuencias de mi comportamiento en el largo plazo, planificar a largo plazo; en otras palabras, las funciones más exquisitamente humanas, más delicadas y sutiles; mucho de lo que nos hace especiales, diferentes y seres humanos, radica en la corteza prefrontal. Ni que hablar, no todos son piropos para esta zona del cerebro pues seguramente aquí también surgieron los planes más macabros de la humanidad en la mente de genocidas y dictadores, quienes supieron hacer finos cálculos para potenciar la eficiencia de una máquina o estrategia para matar. La corteza prefrontal es el hardware, la base física capaz de hacer procesamientos muy finos de información; los contenidos concretos con los cuales se llena son otro asunto, el cual dependerá de una larga lista de factores.

Cuando estamos en el rol de psicólogos, frente a un paciente, “siempre somos el psicólogo”

Volvemos entonces. Así las cosas, la amígdala dispara muchas veces reacciones defensivas y la corteza prefrontal las regula. La corteza prefrontal crea un filtro que da paso sólo a algunos contenidos y, particularmente, a algunas intensidades de los contenidos. La corteza prefrontal es la base del autocontrol de las emociones gracias a su capacidad de reflexionar e inhibir respuestas emocionales desbordadas. Pero como todo, a veces, falla…

La corteza prefrontal puede fracasar por muchos motivos en su capacidad de regulación emocional. Hay factores circunstanciales como la abstinencia de sueño o la ingesta de alcohol; otros son más específicos como, por ejemplo, el estrés sostenido. El estrés crónico no sólo debilita algunos circuitos frontales sino que aumenta la labilidad de la amígdala para disparar, con lo cual, actuando por ambos frentes, es uno de los factores más típicamente encontrados en los episodios de desborde emocional. Por supuesto, también hay quienes, por su personalidad, llevan una dificultad para que su corteza prefrontal regule sus emociones; se trata de personas que padecen algunas patologías llamadas trastornos de la personalidad y, justamente, los tratamientos apuntan, entre otras cosas, a reforzar los circuitos de autocontrol frontales para establecer nuevos patrones de interacciones sociales.

¿Y la amígdala y toda la orquesta del sistema límbico, qué papel ocupa? Pues, de modo muy sencillamente dicho, se trata de un juego de fuerzas. Cuanto más fuerte, rápida y frecuentemente dispare la amígdala, menos probabilidades habrá de contener su reacción. Otra vez, un conjunto de factores muy amplio tiene capacidad de facilitar el disparo de la amígdala. Entre ellos, ya mencionamos el estrés. También existen diferencias individuales, hay personas que poseen un sistema defensivo más susceptible; lo cual en términos de su personalidad se corresponde con un área llamada Neuroticismo. La forma en que toleramos y manejamos la frustración es una de las características más importantes en relación a la probabilidad de desbordarnos emocionalmente. La frustración es la diferencia entre lo que esperamos y lo que recibimos, pero muchas veces sucede que no tenemos lo que queremos y esperamos, incluso, cuando ello es justo. Hay personas que producen fuertes reacciones de enojo ante la frustración, las cuales no resultan fácilmente controladas por la corteza prefrontal.

La corteza frontal e inhibe el funcionamiento de la amígdala, o lo modera, en circunstancias en las cuales el enojo intenso no sería adecuado

Entonces, por un lado, tenemos un sistema defensivo primario, que produce reacciones emocionales negativas de variadísima intensidad, desde leves y casi imperceptibles hasta fuertes tormentas de ira. Este es un circuito que compartimos con casi cualquier otra especie animal medianamente compleja en el planeta, lo poseen ratas, perros y comadrejas. Por otra parte, los seres humanos poseemos una zona denominada corteza prefrontal, asiento de la racionalidad y reflexión, exclusivamente humana; entre otras tantas cosas, esta área se ocupa de regular los desbordes emocionales de la primera. Pues bien, ¿cuál de las dos es más representativa de lo que es un ser humano? ¿La más animal, la más básica y primitiva o por el contrario, la más distintivamente humana? O tal vez, ninguna de las dos, sino el punto de equilibrio que, en cada uno de nosotros, adquieren estas dos fuerzas. De hecho, la grandísima mayoría de las veces, el cerebro actúa como un órgano integrado, que no permite visualizar esta escisión en el procesamiento de información emocional.

Entonces, ¿cómo intervenimos frente al pedido de nuestro paciente, quien no sabe cómo reaccionar con su amigo?

En primer lugar, nos vamos a refrenar de dar una respuesta rápida, una simple opinión basada en lo que a nosotros nos gusta o nos parece. Contrariamente, vamos a tratar de practicar la empatía, procurando pensar de una forma similar a como suele hacerlo nuestro paciente. Luego, podemos proceder con psicoeducación, explicándole al paciente lo que desarrollamos recientemente en el artículo, adecuándolo a su nivel de entendimiento. Finalmente, podríamos utilizar una estrategia de solución de problemas, valorando pros y contras de mantener o cortar la relación con su amigo. La decisión la tomará el paciente, no nosotros, nosotros lo ayudamos en el proceso. En casos como este, sucede que el paciente nos pregunta: “¿entonces, vos, con todo lo que me explicás, me estás diciendo que mejor no le dé importancia a lo que pasó y que siga siendo su amigo?”. Una respuesta probable por parte del terapeuta sería “no, yo no te digo eso, yo te doy información que tal vez vos no conocías y te ayudo a valorar algunos aspectos de la situación; pero creo que la decisión de qué hacer concretamente, es tuya”.

La psicología aporta conocimiento acerca de cómo y por qué actuamos como actuamos, nos ilumina en los procesos básicos involucrados en la formación de nuestros actos, desde los más cotidianos como saborear una comida hasta los más sublimes como aprender a querer y perdonar. Este conocimiento puede otorgarnos mayor calidad de vida y, en el caso particularmente discutido, relaciones humanas más sanas, respetuosas y recíprocas.

Paginación de entradas

Anterior1234Próximo

💌 Recibe nuestros artículos en tu correo.  

Regístrate
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • Cuando el paciente está fusionado con ideales religiosos
  • ¿Qué hacer cuando los pacientes usan el “sí, pero” para evitar el cambio?
  • Cómo ayudar a los pacientes cuando experimentan mucha ansiedad y desregulación en la sesión
Recursos
  • Relajación muscular progresiva: una guía para terapeutas
  • Ansiedad social: hojas de registro para consultantes
  • «Valida», un recurso de 7 tarjetas para practicar la validación
Podcast
  • «El coraje del terapeuta», con Gabriela González – Watson, episodio 6
  • «No le tengo miedo al exilio» con Pablo Gagliesi – Watson, episodio 16
  • «Terapia de familia y pareja» con Tomás Vásquez – Watson, episodio 20
Webinars
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT) con niños y adolescentes
  • DBT en adolescentes
  • Psicofarmacología para psicólogos (webinar grabado)
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.