Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

noviembre 2021

50 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

Efectividad de la terapia de aceptación y compromiso en formato grupal para el tratamiento de la psicosis

  • 17/11/2021
  • David Aparicio
people sitting on chairs inside a gymnasium

Sabemos que los trastornos psicóticos están fuertemente asociados con la estigmatización. Los tratamientos actuales no solo intentan abordar los síntomas psicóticos, sino también incrementar la calidad de vida de las personas. Por tal motivo, se recomienda una combinación de tratamiento farmacológico y terapia psicológica, que habitualmente es la terapia cognitiva conductual, por su amplia evidencia científica.

Pero no es la única. El creciente interés en la terapia de aceptación y compromiso (ACT) ha llevado a diferentes investigadores a probar qué tan efectiva puede ser para esta problemática. Especialmente por su particular forma de entender el sufrimiento humano.

En ACT lo más importante no es la reducción sintomática, sino la relación que tienen las personas con esos síntomas. Por medio de la conciencia plena, defusión y aceptación, las personas pueden reducir la evitación relacionada con los síntomas que experimentan e incrementar su calidad de vida.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Este enfoque ha demostrado ser efectivo y diversos metaanálisis han encontrado que ACT es una terapia prometedora y que puede reducir los síntomas negativos y al rehospitalización.

Ahora un nuevo estudio, publicado en la revista Alpha Psychiatry, intentó determinar la efectividad de ACT en formato grupal para el tratamiento de la psicosis. Un formato de terapia muy necesario en contextos de salud pública.

Cómo se realizó la investigación

El estudio incluyó una muestra de 16 personas que tenían entre 18 y 65 los de edad que habían sido diagnosticadas con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. A todos se le aplicó las siguientes pruebas:

  • Acceptance and Action Questionnaire-2 (AAQ-2)
  • Psychotic Symptom Rating Scale (PSYRATS)
  • The Quality of Life Scale (QLS) for Schizophrenic Patients

Después de evaluar a los participantes, se formaron dos grupos de tratamientos. Ambos recibieron 6 sesiones de ACT en formato grupal que fueron administradas por 1 terapeuta y 3 coterapeutas. Cada sesión duraba entre 90 y 120 minutos. Las sesiones de terapia incluyeron: psicoeducación, intervenciones para los procesos cognitivos, intervenciones conductuales y prevención de recaídas.

Los participantes fueron evaluados 3 veces con las mismas escalas: 1 vez al finalizar la primera sesión, 1 vez al final del protocolo y 1 vez después de 6 meses de haber completado el tratamiento.

Resultados

Los autores encontraron cambios estadísticamente significativos en las escalas del AAQ-2, QLS y PSYRATS. Al evaluar los datos del QLS (Escala de calidad de vida), los autores hallaron un incremento en el funcionamiento general. Por otro lado encontraron una disminución en los puntajes de la evitación experiencial evaluados en el AAQ-2 (Cuestionario de Acción y Aceptación) y en el PSYRATS-d (escala de síntomas psicóticos y delirios). Todos estos puntajes se mantuvieron incluso luego de los 6 meses de seguimiento.

Todo eso sugiere que ACT puede ser muy útil en el tratamiento a corto plazo de la psicosis. Puede reducir la evitación experiencial e incrementar la calidad de vida de los pacientes. Así también la alta adherencia al tratamiento grupal de ACT sugiere que este protocolo de 6 sesiones puede ser utilizado en sistemas de salud donde, por lo general, no cuentan con mucho espacio ni recursos para mantener programas de tratamiento muy prolongados.

Por supuesto, el estudio también tuvo limitaciones que vale comentar: no hubo un grupo control, la muestra fue chica y un seguimiento más prolongado podría ofrecer información más completa sobre los trastornos que se cronífican como los trastornos psicóticos.

Referencia: Effectiveness of Acceptance and Commitment Therapy for Patients with Psychosis Being Monitored at a Community Mental Health Center: A Six-Month Follow-up Study. (s. f.). Recuperado 17 de noviembre de 2021, a partir de https://alpha-psychiatry.com/en/effectiveness-of-acceptance-and-commitment-therapy-for-patients-with-psychosis-being-monitored-at-a-community-mental-health-center-a-six-month-follow-up-study-162003

  • Artículos Recomendados de la Web

¿Cuándo son más útiles las mascarillas?

  • 17/11/2021
  • David Aparicio
man and woman standing beside glass window

Investigación y Ciencia resume los hallazgos comentados en la revista Nature:

El estudio encontró que los participantes que no estaban completamente vacunados tenían el mayor riesgo de infección cuando informaron haber estado en contacto con alguien infectado en espacios interiores o durante más de tres horas. Los participantes expuestos a alguien con COVID-19 tenían menores probabilidades de infección si se usaban mascarillas en el encuentro que si no. «Esta protección es especialmente importante para las personas que aún no habían sido vacunadas», dice Lewnard. Pero los encuentros en los que se usaron mascarillas también se vincularon con una protección adicional incluso para los participantes vacunados.

Jain dice que el análisis también sugiere que las mascarillas brindan el mayor beneficio durante las exposiciones de alto riesgo, las que duran más de tres horas, ocurren en interiores o involucran a una persona de otro hogar. El uso de mascarillas no mostró un beneficio claro cuando el participante tuvo contacto físico directo con una persona que se sabía que tenía COVID-19 o cuando esa persona era un miembro del hogar del participante.

La investigación no ha sido revisada por pares, y algunos científicos no están convencidos de sus resultados:



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Natalie Dean, bioestadística de la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia, cree que las intervenciones no farmacéuticas son beneficiosas, pero duda en aceptar las estimaciones del documento sobre el tamaño de los beneficios. Eso se debe en parte, dice, a los posibles sesgos introducidos por el diseño de casos y controles del estudio.

Grant Brown, bioestadístico de la Universidad de Iowa, también es cauteloso acerca de las cifras precisas del estudio sobre los beneficios del uso de mascarillas, debido al proceso de emparejamiento de individuos de casos positivos y controles empleado en el estudio. «Aun así, es un enfoque razonable para un problema difícil», dice. También señala que los resultados están respaldados por estudios sobre los mecanismos de diseminación vírica.

Lee el artículo completo en Investigación y Ciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La estimulación cerebral podría mejorar funciones mentales en pacientes con enfermedades graves

  • 17/11/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Es posible mejorar funciones específicas del cerebro humano relacionadas con el autocontrol y la flexibilidad mental al fusionar la inteligencia artificial con la estimulación cerebral eléctrica dirigida, según los resultados de un nuevo estudio piloto realizado en humanos por  investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota y el Hospital General de Massachusetts (Basu et al., 2021).

Qué metodología usaron

El estudio fue realizado con la participación de 12 pacientes sometidos a cirugía cerebral por epilepsia, un procedimiento que coloca cientos de pequeños electrodos en todo el cerebro para registrar su actividad e identificar dónde se originan las convulsiones.

Los investigadores (expertos en epilepsia y en estimulación cerebral clínica) identificaron una región del cerebro, la “cápsula interna”, que mejoraba la función mental de los pacientes cuando se estimulaba con pequeñas cantidades de energía eléctrica. Esa parte del cerebro es responsable del control cognitivo: el proceso de cambio de un patrón de pensamiento o comportamiento a otro, que se ve afectado en la mayoría de las enfermedades mentales.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


El equipo desarrolló algoritmos para que, después de la estimulación, pudieran rastrear las capacidades de control cognitivo de los pacientes, tanto a partir de sus acciones como directamente de su actividad cerebral. El método del controlador proporcionó aumentos de estimulación cuando los pacientes estaban empeorando en una prueba de laboratorio de control cognitivo.

Explicaron que este sistema es capaz de leer la actividad cerebral, “decodificar” a partir de eso cuando un paciente tiene dificultades y aplicar una pequeña ráfaga de estimulación eléctrica al cerebro para impulsarlo a superar esa dificultad. 

Qué encontraron

Dentro de sus hallazgos más importantes se destaca que:

  • Una función mental humana específica relacionada con la enfermedad mental se puede mejorar de manera confiable utilizando estimulación eléctrica dirigida con precisión;
  • Hay subpartes específicas de la estructura interna de la cápsula cerebral que son particularmente efectivas para la mejora cognitiva; y
  • Un algoritmo de circuito cerrado utilizado como controlador fue dos veces más efectivo que estimular en momentos aleatorios.

Algunos de los pacientes tenían ansiedad significativa además de su epilepsia. Cuando se les dio la estimulación de mejora cognitiva, informaron que su ansiedad mejoró, porque fueron más capaces de desviar sus pensamientos de su angustia y concentrarse en lo que querían. Esto sugiere que este método podría usarse para tratar a pacientes con ansiedad, depresión u otros trastornos severos y resistentes a los medicamentos, señalan los autores.

El equipo de investigación se está preparando ahora para los ensayos clínicos. Debido a que el objetivo para mejorar el control cognitivo ya está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para la estimulación cerebral profunda, los autores creen que esta investigación se puede realizar con herramientas y dispositivos existentes (una vez aprobado formalmente un ensayo) y la traducción de esta atención a la práctica médica actual podría ser rápida.

Referencia bibliográfica: Basu, I., Yousefi, A., Crocker, B., Zelmann, R., Paulk, A. C., Peled, N., Ellard, K. K., Weisholtz, D. S., Cosgrove, G. R., Deckersbach, T., Eden, U. T., Eskandar, E. N., Dougherty, D. D., Cash, S. S., & Widge, A. S. (2021). Closed-loop enhancement and neural decoding of cognitive control in humans. Nature Biomedical Engineering. https://doi.org/10.1038/s41551-021-00804-y

Fuente: Science Daily

  • Biografías

Aaron Beck: biografía del padre de la terapia cognitiva

  • 17/11/2021
  • Laura Ruiz

Aaron Temkin Beck (1921-2021), padre de la terapia cognitiva y una de las figuras más importantes de la historia de la psicoterapia y la psicología clínica, falleció recientemente, el 1 de noviembre de 2021. En honor a él, os traemos una breve biografía del autor, con los hitos más importantes de su historia de vida y su contribución más relevante a la psicología, eso es, su terapia cognitiva.

La Asociación Americana de Psicología clasificó a Beck como uno de los psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos. Además, ha sido el único psiquiatra que ha publicado artículos en la Asociación Americana de Psiquiatría y en la Asociación Americana de Psicología.

En 1994 fundó el Instituto de Beck para la Terapia e Investigación Cognitiva, mientras ejercía de profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Durante su trayectoría, recibió premios y honores tanto de asociaciones médicas como psiquiátricas y psicológicas. Uno de ellos fue el Premio de Investigación Clínica Lasker, en el año 2006.

¿Quién fue Aaron Beck?

Aaron Temkin Beck fue un psiquiatra y psicólogo estadounidense, además de profesor y  catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania. Se hizo mundialmente conocido por desarrollar la terapia cognitiva, una terapia inicialmente diseñada para el tratamiento de la depresión, que se acabó aplicando también a muchos otros problemas psicológicos. 

La terapia cognitiva ha demostrado una gran eficacia terapéutica y cuenta con un buen respaldo científico como terapia validada. Beck contribuyó enormemente a su reconocimiento como terapia validada, gracias a sus investigaciones científicas y a sus hallazgos.

Así, se le considera el padre de la terapia cognitiva, además de uno de los máximos exponentes de la psicología del siglo XX. Fue presidente del Beck Institute for Cognitive Therapy and Research.

Origen, infancia y familia

Aaron Temkin Beck nació el 18 de julio de 1921 en Providence, Rhode Island, y fue el menor de cinco hermanos. Sus padres eran inmigrantes judíos rusos en los EEUU. 

Dos de sus hermanos habían fallecido antes de su nacimiento (un hermano mayor en la infancia, y otra hermana mayor, que falleció de gripe). A raíz de ello, la madre de Beck padeció depresión durante varios años, y educó a Beck a través de la sobreprotección.

Al cumplir siete años, Aaron Beck se rompió un brazo en el patio de la escuela; un hueso roto se le infectó y acabó en una septicemia generalizada, que lo obligó a ingresar en el hospital mucho tiempo, perdiendo el ascenso al segundo grado de la escuela. Beck recordó más tarde que en aquella época se sintió “estúpido”, afirmando “fui retenido en primer grado y siempre sentí que era porque era tonto”.

Estudios

Finalmente, le avanzaron de curso, gracias a la ayuda de sus hermanos y a su autodeterminación, y para él fue un punto de inflexión psicológico. Acabó graduándose con las mejores notas en Hope High School, e ingresó en la Universidad de Brown (EE.UU.) en el otoño de 1938 para estudiar medicina. 

Se graduó cum laude en 1942 y cuatro años más tarde, en 1946, lo haría también en la Escuela de Medicina de Yale. Beck se interesó por la neurología y decidió especializarse en ella. 

Mientras finalizaba una rotación de psiquiatría, durante su residencia en el Hospital de Administración de Veteranos de Cushing en Framingham, Massachusetts, se interesó en el tratamiento de las enfermedades mentales. Y fue entonces cuando decidió convertirse en psicoterapeuta.

Fobias y crecimiento personal

Aaron Beck desarrolló varias fobias durante su infancia; una de ellas, la fobia a la sangre y las heridas. Lo atribuyó a una experiencia desagradable con la cirugía, tras romperse el brazo. La fobia a la sangre era un impedimento para él a la hora de formarse como médico, y se inició en una lucha contra esa fobia. La logró superar exponiéndose de forma gradual a los elementos del contexto quirúrgico: los instrumentos, los sonidos de la sala de operaciones… Y también, manteniendo la mente ocupada mientras ayudaba en las cirugías.

Otra de sus fobias era el miedo a la asfixia, supuestamente causada por diferentes factores: una broma de su hermano, que le puso la almohada sobre la cara, una grave tos ferina que sufrió y el asma que padecía.

Y otras fobias que padecía: fobia a los túneles, miedo a las alturas y miedo a hablar en público. Pero a pesar de sus fobias, Beck consiguió irlas superando a través del enfoque que fue desarrollando: la terapia cognitiva.

Su primer libro

Por otro lado, Beck se basó en sus propias experiencias para escribir el primer libro, The diagnosis and management of depression, que se publicó en 1967. En esa época Beck estaba ligeramente deprimido, y consideró la escritura de su libre como una especie de autoterapia.

La Terapia Cognitiva de Beck

Aaron Beck desarrolló la Terapia Cognitiva, a principios de 1960. En su inició, intentó poner a prueba algunas de sus hipótesis sobre los aspectos psicoanalíticos implicados en la depresión. Diseñó y llevó a cabo diferentes experimentos para probar su terapia y sus teorías. Sin embargo, a pesar de que esperaba validar gran parte de sus teorías psicoanalíticas, se sorprendió al encontrar justamente lo contrario.

Así, a raíz de sus investigaciones empezó a buscar otras formas de entender y explicar la depresión. Trabajó directamente con pacientes depresivos, y ello le hizo darse cuenta de que estas personas se caracterizaban por experimentar pensamientos negativos que aparecían en sus mentes espontáneamente. 

Denominó a estos pensamientos, “pensamientos automáticos negativos” (PAN’s). Descubrió que se podían clasificar en tres categorías, en función de su contenido (la llamada “tríada cognitiva”, típica de la depresión):

  • Los que hacen referencia a uno mismo.
  • Los referidos al futuro.
  • Los referidos al mundo.

Tanto la terapia cognitiva (TC) como la terapia cognitivo conductual (TCC) se han adaptado a diversas poblaciones de edad: desde niños en edad preescolar hasta personas mayores. Además, es una terapia ampliamente utilizada en la actualidad, de forma individual, en formato terapia de pareja, terapia familiar y terapia de grupo.

Vida personal

A nivel personal, Aaron Beck contrajo matrimonio en 1950, con Phyllis W. Beck. La pareja tuvo cuatro hijos: Roy, Dan, Alice y Judy, que les dieron ocho nietos.

Una de sus hijas, Judith S. Beck, se convirtió igual que Beck en una influyente terapeuta cognitivo conductual, y además asumió el cargo de presidenta en su centro, el Beck Institute for Cognitive Therapy and Research. De hecho, Beck fundó con su hija el instituto, en 1994.

Muerte y legado

En el momento de su fallecimiento, Aaron Beck era profesor emérito de psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania. Falleció el 1 de noviembre del 2021 en su casa de Filadelfia, Pennsylvania, a los 100 años de edad. 

Su legado sigue teniendo un impacto innegable en la historia de la psicología y en la actualidad, gracias a su gran aportación con la terapia cognitiva y la terapia cognitivo conductual, como tratamientos para la depresión y otros trastornos psicológicos.

Referencias

  • Beck, A. (1983). Terapia cognitiva de la depresión. Desclée de Brouwer.
  • Beck, A.T., Rush, A.J., Shaw, B.F., Emery, G. (1979). Cognitive therapy of depression. Guilford clinical psychology and psychotherapy series.
  • Beck, A.T. (1975). Cognitive therapy and emotional disorders. Madison, CT: International Universities Press, Inc.
  • Artículos de opinión (Op-ed)

Precaución al usar el término «adicción» para referirte al uso problemático del celular

  • 16/11/2021
  • Federico Lande

La creencia de que el teléfono celular está causando los mismos problemas que la droga es hoy moneda corriente.  Es poco probable que los profesionales de la salud crean que la «adicción» a los teléfonos celulares sea comparable a la adicción a la cocaína o al tabaco en términos de gravedad y/o problemas de salud asociados. Sin embargo, da la impresión de que no existe otro término aceptado para un comportamiento que manifiesta problemas similares a las adicciones, como falta de autocontrol, uso excesivo o conductas de riesgo. 

Ante la inexistencia de una palabra mejor, «adicción» se ha convertido en una etiqueta generalmente aceptada pero problemática a la hora de comprender lo que pasa. Extender el término “adicción” al teléfono celular puede socavar la integridad de este concepto y la gravedad de los trastornos que sí responden a este flagelo. Es real que el aspecto físico y la portabilidad para tenerlos en cualquier momento y lugar aumenta la probabilidad de la frecuencia de uso. Pero el tiempo dedicado al teléfono no captura la esencia de lo que hacemos realmente con la tecnología. Si el problema no es el teléfono en sí mismo, entonces ¿el problema surge de las actividades que realizamos mientras usamos el teléfono?

Como el teléfono inteligente se utiliza para acceder a la navegación, facilita los comportamientos problemáticos que se dan en la web como el uso obsesivo de las redes sociales, la pornografía y la adicción al juego. 



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Si hay un problema adictivo, está en las APPS que utilizamos

Por ejemplo, cuando un jugador patológico utiliza un app para jugar al póquer, es más exactamente una adicción en internet secundaria a su primer problema (el juego). Por lo tanto, utilizar el teléfono inteligente para apostar o participar en otros comportamientos adictivos no debe confundirse con una adicción a los teléfonos celulares. Este mismo razonamiento se ha utilizado para distinguir otras actividades específicas realizadas con APPS, como el uso de las redes sociales. Dado que muchas personas acceden a las mismas en su dispositivo, puede dar la impresión de adicción al dispositivo, pero no es lo mismo.

Extender el término “adicción” al teléfono celular puede socavar la integridad de este concepto y la gravedad de los trastornos que sí responden a este flagelo.

Sabemos que es muy importante no dejar de tener en cuenta que las investigaciones muestran que el uso de teléfonos inteligentes está asociado con varios problemas. En estudios correlacionales, por ejemplo, el uso excesivo de las redes sociales se asocia con diversos problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, estrés y baja autoestima. Sin embargo, la existencia de consecuencias negativas no es lo mismo que la existencia de adicción. Es necesario distinguir la plataforma del dispositivo.

¿Un trastorno?

Una razón por la que el uso de teléfonos inteligentes puede estar patologizado es porque el papel que juega el dispositivo en la vida de las personas aún no se comprende completamente y esto contribuye a la construcción de una patología. En mi opinión, considerar el uso intensivo de teléfonos inteligentes como un trastorno de la misma categoría que la adicción a la cocaína o al alcohol socava la gravedad de la adicción. Para algunos el uso intensivo del celular podría significar ser más activo en el trabajo o aumentar su círculo social.

Sabemos que después de un período de tiempo y adaptación, la funcionalidad polifacética del teléfono se convierte en una parte esencial de la vida cotidiana, y tenerlo a mano permite reestructurar y adaptar actividades habituales, algo que es inicialmente cómodo y práctico. Los comportamientos comunes que se llevan a cabo en el teléfono inteligente deben explorarse con cautela en el contexto de sus propias motivaciones, gratificaciones y contexto sociocultural y no como componentes de una adicción a los teléfonos inteligentes.

Es imprescindible no diagnosticar un comportamiento excesivo, desadaptativo o problemático como adictivo para evitar generar falsas epidemias de “pacientes” mal identificados y psicopatologizar comportamientos comunes que pueden desviar los esfuerzos de investigación y tratamiento del problema de las adicciones.

Es importante cambiar la perspectiva sobre este tema fuera de un marco de adicción y ver el uso de teléfonos inteligentes en un contexto que considere la interacción entre el dispositivo y las necesidades, comportamientos y deseos del usuario.

  • Apps para psicólogos

Smallpdf: una potente aplicación para firmar documentos en línea

  • 16/11/2021
  • David Aparicio

Hace unos meses estaba preparando los documentos para una investigación sobre el efecto del entrenamiento de habilidades DBT en personas con desregulación emocional. Toda la documentación tenía que ser digital, incluidos los consentimientos informados. Así que decidí utilizar Smallpdf para solicitar la firma de los participantes desde sus dispositivos. Con esta aplicación pude hacerlo en cuestión de segundos y así poder enfocarme en aspectos más importantes de mi investigación. Desde entonces Smallpdf es una de las aplicaciones indispensables en mi flujo de trabajo como psicólogo clínico y editor en Psyciencia.

Cómo firmar documentos en línea con Smallpdf

Smallpdf es una robusta aplicación en línea disponible para todas las plataformas (iOS, Android y Windows) con la que podrás crear y solicitar firmas digitales seguras y protegidas bajo estándares legales internacionales. También podrás añadir texto, iniciales, fecha y casillas de verificación.

Para crear la firma digital solo debes cargar el documento que deseas firmar. Luego podrás firmarlo con el trackpad, con el mouse o incluso puedes subir una imagen o foto de tu firma. Cualquiera de las opciones funciona muy bien. Una vez el documento está listo puedes solicitar e incluso indicar dónde deben firmar las otras personas. Para hacer esto solo debes agregar sus correos electrónicos y recibirán una notificación de solicitud de firma. Muy fácil.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Lo que más me gusta de Smallpdf es que todo el proceso se lleva en la nube, así que no debes pedir a las personas que descarguen aplicaciones extras.

Puedes usar Smallpdf completamente gratis en su versión de prueba por 7 días y luego puedes pasarte al plan mensual o anual. Si tu trabajo requiere solicitar firmas con frecuencia, te recomiendo pasarte al plan anual para que puedas ahorrar 36 dólares.

  • Salud Mental y Tratamientos

Michelle Craske: La depresión somos todos

  • 16/11/2021
  • David Aparicio

La reconocida investigadora, Michelle Craske, nos cuenta su historia de vida y por qué decidió dedicar su carrera profesional a mejorar los tratamientos para la depresión y ansiedad.

Para los que no la conocen, Michelle Craske es profesora de psicología, psiquiatría y ciencias bioconductuales y directora del Centro de Investigación de Ansiedad y Depresión, y Directora Asociada del Centro de Música Familiar Staglin para la Salud Mental y del Comportamiento, en la Universidad de California. , Los Angeles. Craske ha publicado extensamente en el área del miedo, la ansiedad y la depresión. Además de más de 392 artículos de investigación, ha escrito libros académicos sobre los temas de la etiología y el tratamiento de los trastornos de ansiedad, las diferencias de género en la ansiedad, la traducción de la ciencia básica del aprendizaje del miedo a la comprensión y el tratamiento de las fobias, y principios y práctica. de la terapia cognitivo-conductual, así como varios libros de autoayuda y guías para terapeutas.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los estudios no sugieren un vínculo causal entre el tiempo que los niños pequeños pasan frente a la pantalla y los síntomas posteriores de falta de atención e hiperactividad

  • 15/11/2021
  • The Conversation
father and son relaxing on a sofa

Por Maria Corkin

La posibilidad de que el tiempo frente a una pantalla durante la primera infancia pueda causar una atención deficiente más adelante en la vida de un niño es una preocupación importante tanto para los padres como para los investigadores.

Estudios anteriores han sugerido vínculos entre el tiempo que los niños en edad preescolar pasan frente a la pantalla y las dificultades con la atención.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Pero de ninguna manera existe un consenso entre la comunidad de investigadores de que tal relación exista, y ha habido resultados contradictorios.

Dos estudios basados ​​en datos del estudio de cohorte longitudinal Growing Up in New Zealand (GUiNZ) pueden arrojar algo de luz sobre el tema, en el contexto de los medios interactivos que se ofrecen hoy en día para los niños pequeños.

El primer estudio examinó si exceder dos horas de tiempo de pantalla por día para niños de dos y casi cuatro años predijo síntomas de falta de atención e hiperactividad a los cuatro años y medio.

Usamos el cuestionario de Fortalezas y Dificultades de Goodman para medir los síntomas y no encontramos asociación entre niveles más altos de tiempo frente a la pantalla y más síntomas.

Un segundo estudio investigó la correlación entre el tiempo de pantalla y los síntomas de falta de atención o hiperactividad en niños de cuatro años y medio.

Aquí, el tiempo de pantalla y los síntomas se midieron en el mismo momento, en contraste con el enfoque longitudinal del primer estudio. Encontramos una asociación significativa entre más síntomas y niveles más altos de tiempo frente a la pantalla.

Estos dos hallazgos sugieren que no existe un vínculo causal entre el tiempo frente a una pantalla y los síntomas de falta de atención e hiperactividad. Pero en cambio, los padres de niños que muestran más de estos síntomas pueden permitir más tiempo frente a la pantalla.

Explicaciones potenciales para un tiempo de pantalla más largo

Pueden estar en juego varios factores, y uno es la preferencia del niño. La mayoría de los niños disfrutan del tiempo frente a la pantalla. Para los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), por ejemplo, las interacciones con los compañeros suelen ser difíciles y el tiempo frente a la pantalla puede proporcionar una alternativa más agradable y menos estresante.

Los niños con problemas de atención pueden tener dificultades para concentrarse durante períodos prolongados en pasatiempos como leer un libro. El tiempo frente a la pantalla, con sus colores brillantes y acción, puede captar su atención y mantenerlos interesados.

Los niños con síntomas de falta de atención o hiperactividad suelen ser muy activos e impulsivos y los padres pueden encontrar que el tiempo frente a la pantalla puede ayudar a tranquilizar a su hijo y a mantenerlo ocupado por un tiempo. También puede ser algo que los padres y los niños disfruten haciendo juntos.

Gran parte de la investigación anterior sobre los posibles efectos del tiempo frente a la pantalla en la atención de los niños ha encontrado asociaciones entre niveles más altos de tiempo frente a la pantalla y una atención más deficiente u otros síntomas del TDAH.

Nuestros hallazgos no implican que estos hallazgos pasados ​​hayan sido incorrectos, ya que la mayor parte de esta investigación se ha centrado en la televisión. El panorama mediático con el que se involucran los niños en edad preescolar en la actualidad ha cambiado considerablemente.

Se han introducido nuevas tecnologías de pantalla y, posiblemente, ahora es posible una mayor calidad de tiempo de pantalla. Por ejemplo, un investigador sostiene que las características de los dispositivos de pantalla táctil modernos permiten que los niños interactúen con ellos de manera similar a los juguetes tradicionales, lo que les brinda algunos de los beneficios del juego tradicional al interactuar con dispositivos digitales.

Nuestros hallazgos destacan la importancia de considerar la naturaleza cambiante del tiempo que los niños pasan frente a la pantalla en investigaciones futuras sobre los posibles efectos en el desarrollo de los niños.

Ideas para llevar

Es importante recordar que nuestros resultados no descartan la posibilidad de que niveles muy altos de tiempo frente a la pantalla o ciertos tipos de tiempo frente a la pantalla puedan tener efectos inmediatos en las funciones de atención de los niños. Nuestros resultados tampoco sugieren que los niveles constantemente altos de tiempo frente a la pantalla sean inofensivos.

Sobre la base de mi investigación, recomiendo a los padres que utilicen su criterio sobre cuánto tiempo de pantalla es apropiado para su hijo y cuánto puede ser excesivo.

Los niños de nuestra muestra eran niños en edad preescolar (de 2 a 4,5 años). Las pautas del Ministerio de Salud recomiendan menos de una hora de tiempo frente a la pantalla por día para este grupo de edad. Creemos que esto es adecuado para niños de esta edad.

Sin embargo, en tiempos de COVID, cuando los padres son padres, maestros y empleados a la vez, es comprensible que a veces les permitan a sus hijos más tiempo frente a la pantalla.

Nuestros resultados pueden ser tranquilizadores para los padres porque sugieren que si los niños en edad preescolar terminan teniendo más de dos horas de tiempo frente a la pantalla por día mientras están bajo las restricciones de COVID, esto no conducirá a problemas de atención a largo plazo o TDAH.

Maria Corkin – Candidata doctoral en la Universidad de Auckland.

Artículo publicado en inglés en The Conversation y cedido para su publicación en Psyciencia

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mostrar la brecha entre lo que alguien cree y la realidad de los hechos ayuda a combatir las creencias erróneas

  • 15/11/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Las creencias erróneas y la desinformación tienen un potencial muy perjudicial para la sociedad y en especial para las personas más vulnerables. Sin embargo, es posible implementar herramientas que permitan evidenciar el error y coadyuven a la actualización de creencias. De hecho, una investigación reciente encontró que es más probable que las personas actualicen sus creencias después de enterarse de que existe una gran brecha entre lo que (erróneamente) pensaban que era cierto y lo que de hecho es cierto, pero es relativamente menos probable que actualicen sus creencias cuando la brecha es pequeña. En otras palabras, la posibilidad de que alguien actualice sus creencias es proporcional a la magnitud del error de predicción. Los hallazgos sugieren que el elemento sorpresa podría desempeñar un papel en la reducción de la difusión de información errónea (Vlasceanu et al., 2021).

Por qué es importante

Las estrategias de cambio de creencia adquieren gran importancia después de que se implementaron varias campañas de desinformación a gran escala en todo el mundo, con consecuencias desastrosas a largo plazo. Este equipo de investigación busca herramientas que los legisladores puedan usar para combatir la desinformación cambiando las creencias falsas en comunidades vulnerables.

Qué metodología usaron

El equipo de investigadores realizó dos experimentos, en los que participaron un total de 1777 personas. Los participantes fueron expuestos a evidencia estadística sobre temas ideológicamente neutrales (como los ataques de tiburones) y temas con carga ideológica (como el control de armas y el aborto). Se les presentó un conjunto de 36 declaraciones y luego se les pidió que indicaran el grado en que creían que cada declaración era precisa.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Posteriormente fueron asignados de manera aleatoria a una de dos condiciones: en la condición experimental, los participantes hicieron predicciones sobre la evidencia asociada con esas declaraciones y luego recibieron inmediatamente la respuesta correcta. En la condición de control, a los participantes se les presentó solo la evidencia. Finalmente, se pidió a ambos grupos que volvieran a calificar la credibilidad de las 36 declaraciones iniciales.

Qué encontraron

Las personas que tomaron parte en las tareas de predicciones eran más propensas a actualizar sus creencias, especialmente si habían cometido grandes errores, en comparación con aquellos a quienes se les presentó únicamente evidencia. Estos efectos fueron similares tanto para demócratas como para republicanos, y para temas ideológicamente neutrales y cargados de ideología.

Los autores explican que nuestras mentes constantemente hacen predicciones sobre el futuro. Por eso, usaron esta propiedad fundamental del sistema cognitivo para cambiar las creencias falsas de las personas al presentar evidencia relevante en un formato de predicción y luego feedback (respuesta correcta posterior).

Por ejemplo, para cambiar la falsa creencia de alguien de que “el sistema de justicia de EE UU es justo con las minorías raciales”, primero debes pedirle que prediga ‘¿cuántas veces es más probable que un afroamericano sea encarcelado en comparación con un blanco estadounidense por un motivo similar?’” Después de la suposición, debes darles la respuesta correcta, en este caso, un afroamericano tiene 5 veces más probabilidades de ser encarcelado en comparación con un estadounidense blanco por un crimen similar.

Si la diferencia entre la predicción de la persona y la respuesta correcta es significativa, es probable que la persona actualice su creencia original incorporando la nueva información recibida. Es más, el grado en que actualizarán su creencia es una función del tamaño de su error. En otras palabras, y siguiendo el ejemplo, alguien que predijo ‘el doble de probabilidad’ actualizará su creencia más que alguien que predijo ‘cuatro veces más probable'».

En cuanto a las limitaciones del estudio, los autores señalaron que esta intervención de cambio de creencias se probó en un entorno de laboratorio controlado. En trabajos futuros evaluarán su impacto en contextos ecológicamente más válidos.

Referencia bibliográfica: Vlasceanu, M., Morais, M. J., & Coman, A. (2021). The Effect of Prediction Error on Belief Update Across the Political Spectrum. Psychological Science, 32(6), 916-933. https://doi.org/10.1177/0956797621995208

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La alarma de todo está bien … ¿o no?

  • 15/11/2021
  • Gretel Martinez

La alarma de todo está bien es un invento creado por Homero Simpson que suena cada tres segundos si todo está bien, pero no se puede apagar.

¿No te pasa que a veces te preparas para algo malo que termina no sucediendo? ¿O tal vez no era tan malo como aparecía en tus pensamientos? ¿Capaz algo que parece no estar bien toma toda tu atención y te impide ver lo que sí está saliendo bien? 

Es importante entender que el miedo es una respuesta primitiva y adaptativa del organismo frente a la percepción de peligro y consiste en una serie de cambios a distintos niveles que tienen por objetivo proteger al individuo de la amenaza detectada. Para que se desencadene la respuesta de temor no es necesaria la presencia de un peligro real, sino que alcanza con la percepción subjetiva del mismo.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Esta respuesta es inmediata y automática, y se encuentra mediada por un procesamiento automático de la información, por lo que no participa en él ningún tipo de elaboración consciente (Vetere, G. y Rodríguez Biglieri, R. 2011)

Por otro lado, la ansiedad es definida por Barlow (2002) como un patrón de respuestas que implica componentes cognitivos displacenteros de tensión; aspectos fisiológicos, relacionados con un alto grado de activación del sistema nervioso autónomo, y elementos motores, que implican comportamientos poco adaptativos.

Esta expresión del miedo intenso que es la ansiedad, es adaptativa en la medida en que nos ayuda a prepararnos y afrontar exitosamente esa amenaza que percibimos. El problema es cuando ese peligro es imaginado porque resulta de pensamientos de preocupación que a veces anticipan riesgos que no terminan sucediendo o los agranda demasiado sin dejarnos ver lo que SÍ está pasando y las cosas buenas alrededor. Cuando toda esa puesta en marcha, en lugar de ayudarnos a afrontar, interfiere en nuestra vida, podemos terminar interpretando la realidad como un potencial y continuo apocalipsis que nos mantiene en un estado de alerta – innecesario – la mayoría del tiempo.

Cuando el miedo interfiere con la vida

Según Wells (1999), las personas se ven atrapadas en una perturbación emocional debido a que sus metacogniciones – lo que pienso de mis pensamientos – activan un patrón de respuesta hacia sus experiencias internas que mantiene las ideas negativas. El patrón es denominado por Wells como CAS (cognitive-attentional syndrome), que consiste en una preocupación, rumiación, fijación de la atención y estrategias autorregulatorias o conductas de afrontamiento poco útiles (Wells, 2009). 

Esto nos conduce a tener unos pensamientos tramposos – distorsiones cognitivas – que todo lo tiñen en ese momento. Los pensamientos más comunes en tal estado son:

  • Descalificación de lo positivo. Cuando se descalifican las experiencias o rasgos positivos de la persona. Ejemplo: “Aprobé el examen, pero porque era demasiado fácil.”
  • Catastrofismo. Se da lugar cuando se evalúa una situación con el peor resultado posible, tanto de lo vivido como de lo futuro. Ejemplo: “Si me va mal en esta prueba, voy a repetir”.

Si bien estos pensamientos son estrategias que tienen el objetivo de proteger del peligro, suelen ser contraproducentes ya que impiden la desconfirmación de los peligros. Nos mantienen en un círculo “vicioso”: pensar, sobrepensar y analizar lo que ya analizamos, manteniéndonos estancados o incluso enredados en ese ruido mental, sin llegar a conclusiones o acciones concretas que nos acerquen a un cambio favorable o resolutivo sobre la situación.

Es importante la forma en que manejemos nuestros pensamientos ya que si consideramos la cantidad aproximada de pensamientos que tenemos en estado de vigilia, extrapolando datos del estudio de Tseng y Poppenk, (2020) se estima que un adulto/adulto jóven tiene en promedio 6.000 al día. 

El trabajo en terapia con pensamientos incómodos

En la terapia cognitivo conductual estándar se trabajan estos pensamientos incómodos ya sea por su cantidad (overthinking) o cualidad (negativistas, catastrofistas) empleando el automonitoreo, registro y poder reconocer cuándo están de más. Mientras que en la misma línea, la reestructuración cognitiva permite cuestionar esas creencias erróneas arribando a otras alternativas más ajustadas. Desde un abordaje de Tercera Ola como ACT (terapia de aceptación y compromiso), el proceso terapéutico es a partir de la defusión y/o la atención flexible que apunta a una puesta en perspectiva, una observación desapegada de nuestros eventos privados – estas distorsiones sobre preocupación– y a favorecer un contacto más directo con la experiencia presente. Desde DBT (terapia dialéctica conductual) se pone también el acento en la conciencia plena de los pensamientos y del momento presente desde la enseñanza y práctica de mindfulness.

Si se tiene un estilo rumiador, discutir el contenido de pensamiento podría dificultar el descentramiento; desde esta perspectiva, cuestionar el contenido del pensamiento es menos importante que reconocer que los pensamientos no son más que eso. Por otra parte, el distanciamiento se vería facilitado por la utilización de recursos experienciales, como experimentos conductuales o evocación en imagen o en vivo (Korman y Garay, 2012).

Entender y aceptar que los pensamientos no son  hechos sino una expresión posible de actividad mental entre otras varias de su tipo, es el desafío y posiblemente el camino más amable para para un@ mism@.

Referencias

  • Aydın, G., & Yerin Güneri, O. (2020). Exploring the role of psychological inflexibility, rumination, perfectionism cognitions, cognitive defusion, and self-forgiveness in cognitive test anxiety. Current Psychology. doi:10.1007/s12144-020-00805-1.
  • Carro-de-Francisco, Cristina, & Sanz-Blasco, Rubén. (2015). Cognición y creencias metacognitivas en el trastorno de ansiedad generalizada a la luz de un caso clínico. Clínica y Salud, 26(3), 159-166. https://dx.doi.org/10.1016/j.clysa.2015.09.003.
  • Dōgen, & Leighton, T. D. (1996). Dōgens Pure standards for the Zen community: A translation of Eihei Shingi. Albany, NY: State Univ. of New York Press.
  • Hayes, S. C. (2004). Acceptance and Commitment Therapy and the New Behavior Therapies: Mundfulness, Acceptance, and Relationship. En S.C. Hayes, V. Follette, y M.M. Linehan (Eds.), Mindfulness and acceptance: Expanding the cognitive behavioral tradition (pp. 1-29). New York: Guilford Press.
  • Korman, Guido P.; Garay, Cristian J. El modelo de Terapia Cognitiva Basada en la Conciencia Plena (mindfulness) Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. XXI, núm. 1, abril, 2012, pp. 5-13 Fundación Aiglé Buenos Aires, Argentina.
  • Rodríguez Biglieri y Giselle Vetere (Comps.) Manual de terapia cognitiva conductual de los trastornos de ansiedad. Bs.As., Argentina: Polemos.
  • Tseng, J., & Poppenk, J. (2020). Brain meta-state transitions demarcate thoughts across task contexts exposing the mental noise of trait neuroticism. Nature Communications, 11(1). doi:10.1038/s41467-020-17255-9
  • Wells, A. (1999). A cognitive model of generalized anxiety disorder. Behavior Modification, 23, 526-555.    
  • Wells, A. (2009). Metacognitive Therapy for Anxiety and Depression. New York: Guilford Press.      
  • Yurita,C.L. y DiTomasso, R.A. (2004). Cognitive Distorsions. En A. Freeman, S.H. Felgoise, A.M. Nezu, C.M. Nezu, M.A. Reinecke (Eds.), Encyclopedia of Cognitive Behavior Therapy. 117-121. Springer.

Paginación de entradas

Anterior12345Próximo

💌 Recibe nuestros artículos en tu correo.  

Regístrate
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • ¿Qué hacer cuando los pacientes usan el “sí, pero” para evitar el cambio?
  • Interrumpir a tus pacientes sin romper el vínculo
  • Cómo podemos motivar a un adolescente a realizar terapia de exposición
Recursos
  • Cómo calmarte después de un ataque de pánico
  • PEDRA, un recurso de 7 tarjetas que te guiará para tener una conversación cuando alguien expresa pensamientos de suicidio
  • Registro de historia clínica para adultos (PDF)
Podcast
  • «Formación accesible para psicólogos» con Miguel Valenzuela – Watson, episodio 10
  • «El coraje del terapeuta», con Gabriela González – Watson, episodio 6
  • «Efecto Flynn, pruebas psicológicas y la evolución de la psicología en Panamá» con Dimas Villarreal – Watson, episodio 15
Webinars
  • Fortaleciendo la conexión: Método Gottman para terapia de parejas
  • Elementos de la terapia dialéctica conductual para el abordaje del riesgo suicida
  • Cómo construir la alianza terapéutica en niños y adolescentes
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.