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Así es la vida del mitómano

  • David Aparicio
  • 23/01/2017

Completo artículo de Borja Negrete para El País sobre la mitomanía:

La mitomanía es un trastorno del comportamiento. La persona que lo padece es adicta a mentir. El psicólogo Juan Moisés de la Serna, que ha tratado a varias personas con este problema, considera que «el mitómano busca con sus engaños la aceptación de los demás. Compensar sus bajos niveles de autoestima».

Pero no cualquier embustero es un mitómano. «El mitómano no tiene un plan, no va buscando nada a medio o largo plazo más que la admiración inmediata. La clave para detectarles es descifrar la intencionalidad de sus bulos», explica de la Serna. Aún no se ha determinado con exactitud el origen de la enfermedad.

«No se ha encontrado ningún gen relacionado con la mentira, por lo tanto, no se puede decir que se nazca con ello. Aunque es cierto que existen condicionantes en la niñez que pueden facilitar su aparición, especialmente la baja autoestima», señala de la Serna.

La mentira también está ligada a varias enfermedades mentales como la demencia, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial o el trastorno bipolar.

Lee el artículo completo en El País.

Imagen: Mentiroso en Shutterstock.

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  • Psicología clínica

Cannabis podría aportar una vía no adictiva al alivio del dolor, según estudio

  • Rita Arosemena P.
  • 20/01/2017
Un estudio conducido por la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon (OHSU) y centrado en las propiedades medicinales del cannabis sugiere que su uso podría aportar grandes beneficios al tratamiento del dolor crónico manteniendo al mínimo el riesgo de desarrollar adicción. La investigación, realizada en un modelo de roedores, suma evidencia a favor del desarrollo de terapias que utilicen receptores cannabinoides para tratar el dolor crónico. Los cannabinoides son un conjunto de compuestos químicos que se encuentran naturalmente dentro del cuerpo (endocannabinoides) y que también son producidos por la marihuana. El equipo de investigadores se centró en dos receptores cannabinoides conocidos como CB1 y CB2, situados en la médula rostral ventromedial (un conjunto de neuronas ubicadas en el tronco cerebral conocido por modular el dolor). Los autores del estudio observaron que el dolor inflamatorio crónico aumentó la actividad de los receptores CB2 y disminuyó la actividad de los CB1, mientras que el cannabis activó tanto los receptores CB1 y los CB2 por igual. Estos resultados sugieren que la activación selectiva de los receptores CB2 contribuye al beneficio medicinal del cannabis al tiempo que minimiza la propensión del otro receptor cannabinoide (CB1) a inducir tolerancia y abstinencia. El estudio es el primero en examinar la función de los receptores CB1 y CB2 a nivel de la membrana en neuronas tardías de adolescentes y adultos.

El objetivo: mejores medicamentos y un menor riesgo de adicción

Para Susan Ingram, neurocirujana de la Escuela de Medicina de la OHSU y autora principal del estudio, el propósito final de esta y otras investigaciones similares es hallar la forma de crear mejores medicamentos para el tratamiento del dolor crónico, el cual representa hoy en día un desafío para el sistema médico. Las drogas que se utilizan actualmente son ineficaces, adictivas y generan serios efectos secundarios, explica Ingram. La buena noticia es que los datos emergentes «indican que las drogas que apuntan al sistema endocannabinoide podrían producir analgesia con menos efectos secundarios en comparación con los opioides».
Ingram dijo que la próxima fase de la investigación seguirá explorando esta área de los circuitos del cerebro, que en última instancia, podría conducir al desarrollo de una nueva clase de medicamentos para el dolor. Fuente: Psypost

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  • Psicología clínica

La esquizofrenia podría aumentar directamente el riesgo de diabetes

  • Rita Arosemena P.
  • 20/01/2017
El vínculo de influencia directa entre la esquizofrenia y la diabetes podría ser más alto de lo pensado, según un estudio realizado por el King’s College London. «Las personas con esquizofrenia temprana se encuentran en un riesgo elevado de desarrollar diabetes, incluso considerando por separado los efectos de las drogas antipsicóticas, la dieta y el ejercicio», describe el sumario de la investigación publicada por la revista JAMA Psyquiatry. La asociación establecida entre la esquizofrenia y la diabetes responde a factores de predominancia en personas diagnosticadas con este trastorno mental. La publicación atiende al análisis de datos de 16 estudios realizados con una muestra de 713 pacientes con un primer episodio de esquizofrenia registrado y 614 individuos de la población general. Los resultados de la investigación arrojaron dos observaciones principales:
  • Que los pacientes con esquizofrenia presentan altos niveles de glucosa en sangre (un indicador clínico de riesgo de diabetes), según el análisis de una serie de pruebas de sangre realizadas.
  • Que las personas con un primer episodio de esquizofrenia registrado muestran altos niveles de insulina en sangre y altos índices de resistencia a la insulina, otro indicador clínico que denota riesgo de desarrollar diabetes.
En conjunto, los hallazgos sugieren que los pacientes con esquizofrenia son más vulnerables ante el desarrollo de diabetes tipo 2 en comparación con los sujetos del grupo de control.

Las personas con esquizofrenia son 3 veces más propensas a desarrollar diabetes

La investigación, encabezada por el doctor Toby Pillinger del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencias del King’s College London, sugiere que las personas con esquizofrenia son tres veces más propensas a desarrollar diabetes que la población general debido a factores como:
  • El riesgo genético compartido
  • Riesgos de desarrollo compartidos, como el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer
  • El estrés asociado con el desarrollo de la esquizofrenia, que influye en los niveles de la hormona del estrés (cortisol) en la sangre, la cual también puede contribuir al desarrollo de la enfermedad.
De acuerdo con Pillinger, estas conclusiones son una voz de alerta acerca del creciente índice de mortalidad entre las personas con esquizofrenia, pero también son un llamado de atención para la medicina clínica. «Considerando que algunas drogas antipsicóticas podrían incrementar el riesgo de sufrir diabetes en el futuro, los clínicos tienen la responsabilidad de seleccionar antipsicóticos apropiados en una dosis apropiada», opina Pillinger. «Nuestros resultados también sugieren que los pacientes deberían recibir una mejor educación acerca de la importancia de una dieta equilibrada y ejercicio físico, monitoreo y, cuando sea adecuado, cambios tempranos en su estilo de vida y tratamientos para combatir el riesgo de diabetes». Fuente: Science Daily | JAMA Psyquiatry

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¿Qué ha pasado con la eficacia de Terapia Cognitivo Conductual para depresión en los últimos 40 años?

  • Fabián Maero
  • 20/01/2017
Bienvenidos a otra entrega de Analizando Meta-análisis, la serie que nadie pidió pero hacemos de todos modos. Hoy vamos a revisar una publicación que salió hace algunos meses y que generó un pequeño revuelo en la comunidad de terapeutas cognitivo-conductuales (no imaginen nada muy cinematográfico, revuelo aquí significa “varios blogs postearon artículos de tono enérgico”), debido a que las conclusiones fueron polémicas.

La publicación

El estudio del que hablaremos es un meta-análisis. Como sabrán (o no, pero lo explicaremos de todos modos), un meta-análisis es un tipo de investigación en la cual se juntan los datos de muchas otras investigaciones y se analizan estadísticamente para ver qué se puede notar del conjunto de los datos. Para decirlo de manera sencilla, es como sumar las puntuaciones de varias investigaciones y sacar el promedio. Preferentemente los meta-análisis incluyen sólo ensayos controlados aleatorizados (ECA) de buena calidad sobre un mismo tema, pero los criterios no están muy definidos. El artículo que nos ocupa fue publicado por Tom Johnsen y Oddgeir Friborg (2015), publicado en Psychological Bulletin, un journal que publica principalmente revisiones de investigación, y fue sobre el tratamiento de la depresión con Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). TCC (hablamos del modelo de Beck) es un abordaje que tiene cuatro décadas de investigación en depresión, y es de los tratamientos con mejor apoyo empírico para ese trastorno. Se han publicado decenas de ECA, estudios de caso y meta-análisis que la respaldan para depresión. Pero el estudio del que hablamos tiene una particularidad, porque la pregunta de investigación fue la siguiente: ¿qué ha pasado con la eficacia de TCC para depresión a lo largo del tiempo? ¿Ha mejorado, empeorado, o sigue igual? Es una buena pregunta. Han pasado cuarenta años desde los inicios de TCC, y es esperable ver cambios vinculados a la mayor diseminación del modelo, adaptaciones, aplicación a una población mayor, etcétera.

El método

Para responder a esta pregunta, los autores hicieron una búsqueda extensa en bases de datos de artículos (bases de datos como PsycINFO, APA PsycNET, Embase, Ovid Medline), buscando investigaciones relevantes a su pregunta, es decir, aplicaciones de TCC en depresión unipolar, y después de excluir estudios no adecuados (porque, por ejemplo, se trataba de depresión bipolar, o de TCC con algún otro componente como mindfulness), Al final, terminaron con una lista de 70 publicaciones sobre TCC y depresión, distribuidas a lo largo del tiempo de esta manera:
  • 5 investigaciones de los ‘70
  • 9 investigaciones de los ‘80
  • 17 investigaciones de los ‘90
  • 27 investigaciones de la década del 2000
  • 12 investigaciones de la década del 2010
Los investigadores realizaron una serie de conversiones y análisis para poder comparar la eficacia de los distintos estudios –no todos usan las mismas escalas, ni todos tienen la misma potencia, por eso los meta-análisis son muy complejos de llevar a cabo.

Los resultados

Los resultados generales fueron notables: al parecer, la eficacia de TCC para depresión había disminuido uniformemente con el paso del tiempo. Es decir, TCC era más eficaz para depresión en los 70 que hoy. Por ejemplo, este gráfico representa la variación en el tamaño de efecto en el Inventario de Depresión de Beck (calculado con la hedge’s g, si se sienten más nerds), a lo largo del tiempo, y pueden ver como va bajando a medida que pasan los años: Además los autores realizaron un serie de sub-análisis tomando distintos grupos (comparando, por ejemplo, distintas décadas entre sí), pero en general la conclusión seguía siendo la misma: una disminución en la eficacia de TCC a medida que pasa el tiempo.

Analizando el análisis

La primera reacción al ver los resultados es consistentemente parecida “¿cómo cuernos…?”. ¿Qué puede haber sucedido para que los resultados varíen de esa manera? ¿Alguien le hizo magia negra a Beck? Después de todo, el procedimiento de TCC no ha variado significativamente con el correr de los años, el manual es básicamente el mismo, ¿qué puede explicar que cada vez sea menos eficaz? Los autores proponen varias interpretaciones de los datos:
  • Que las investigaciones más recientes trabajen con pacientes más severos o con más comorbilidades que en las investigaciones más antiguas. Esta hipótesis fue rechazada por los autores en base a los resultados de los sub-análisis.
  • Que los terapeutas sean menos competentes, es decir, que a lo largo del tiempo, con la difusión de TCC, la competencia de los terapeutas haya disminuido en promedio. Esta hipótesis parece más plausible, dado que los datos señalan que hay una relación directa entre eficacia de TCC y experiencia del terapeuta.
  • Que los investigadores estén siendo menos fieles al tratamiento, es decir, que se le asigne menos importancia a seguir el protocolo. Esta hipótesis también es probable, ya que algunas investigaciones señalan que el grado de fidelidad al tratamiento es indicador de mejores resultados terapéuticos (Luborsky, McLellan, Woody, O’Brien, & Auerbach, 1985)
  • Que TCC tenga un efecto placebo que se ha ido desvaneciendo con el correr del tiempo. No es imposible pensar que los pacientes “hayan perdido esperanza” en TCC, una vez agotado lo novedoso del tratamiento. Esta hipótesis también es plausible, pero no hay datos que la apoyen o la refuten.
Estas son las hipótesis que discuten los autores, pero sin embargo, son todas las hipótesis disponibles. Ioana Cristea, del blog de psicología The Mental Elf, proporciona una hipótesis diferente: el meta-análisis no está bien hecho. Como mencionamos al principio, los meta-análisis buscan generar un promedio a partir de los resultados de investigaciones individuales. El problema es que no hay un “puntaje” para las investigaciones, no es que un ECA pueda sacarse, como en el colegio, un “8” y ese puntaje puede compararse con otras «notas» similares. Los resultados que se comparan son tamaños de efectos calculados estadísticamente en base a medidas que no siempre son las mismas (en el caso de TCC y depresión, algunas investigaciones usan principalmente el inventario de depresión de Beck, mientras que otras usan la escala de Hamilton, que si bien son similares, no miden exactamente lo mismo, como les contamos en este artículo hace un tiempo). Cuando uno suma todas esas variabilidades el resultado es que un meta-análisis puede terminar comparando no ya las tradicionales manzanas con naranjas, sino comparando naranjas con la Comisión de Fomento del Club Atlético Argentino -es decir, una comparación que no tiene sentido. En The Mental Elf señalan que uno de los principales problemas con este meta-análisis es que se mezclan los resultados de estudios aleatorizados con los de estudios no aleatorizados y no controlados. Este es un gran problema. Los estudios no aleatorizados tienen numerosas fuentes de sesgos, por lo cual mezclar sus resultados con los de ECA, estudios hechos con más rigor, implica contaminar y confundir los resultados. Tampoco en el estudio se considera que ha cambiado el tamaño de las muestras: hoy los estudios abarcan más personas que en los 70, lo cual inevitablemente hace que los resultados promedio sean menores. Y otro dato que no se considera en la discusión es que sí existen numerosos meta-análisis meta-análisis recientes que sostienen la eficacia de TCC para depresión, que sí incluyeron sólo estudios aleatorizados y controlados.

Conclusiones

Este es el momento de ofrecer las conclusiones y la nuestra es: no hay respuesta. No una respuesta simple y fácil de digerir, al menos. En investigación rara vez hay respuestas claras y sencillas (lo que sí hay es leer sólo el título de las publicaciones y pasar por alto todo lo demás, pero no es una práctica muy recomendable). ¿Se puede decir que TCC ahora es menos eficaz? No, se puede decir que este meta-análisis sugiere una reducción en el tamaño de efecto medido por la g de Hedge de la TCC. ¿Este meta-análisis es confiable? Medianamente, ya que hay algunos problemas metodológicos que podrían ser irrelevantes, o podrían invalidar las conclusiones. ¿Descartamos el meta-análisis? No, en absoluto. Este meta-análisis señala una dirección a investigar, que puede resultar en un análisis más riguroso de la eficacia de la TCC, o bien puede resultar en descartar el resultado de este meta-análisis, entre otros varios desenlaces. En cualquier caso, y cómo mínimo, ahora tenemos una nueva dimensión a considerar, que es la evolución histórica de la eficacia de una terapia. Los datos siempre son sus amigos, aún cuando lo que digan no sea de su agrado.  

Addenda

(actualizado mediados de 2017) Recientemente, Cristea (la escritora del blog Mental Elf al cual nos referimos), y colaboradores publicaron una respuesta formal al artículo de Johnsen y Friborg (2015), en la cual realizaron un análisis detallado de los datos (Cristea et al, 2017). Repitieron el mismo análisis, pero modificando tres cosas:
  • Corrigieron varios errores metodológicos
  • Incluyeron investigaciones que en el meta-análisis de Johnsen y Friborg (2015) habían sido excluidas -inexplicablemente, Johnsen y Friborg excluyeron treinta investigaciones a pesar de cumplir con sus criterios de meta-análisis, lo cual es una omisión difícil de entender.
  • Agregaron otros análisis de moderación, más sofisticados.
Con estas correcciones, el año de publicación dejó de ser relevante. Escriben los autores «Aunque sería imposible excluir con absoluta certeza la posibilidad de que el año de publicación pueda estar sistemáticamente relacionado con los efectos de TCC en depresión, para algunos resultados en ciertas circunstancias, esto no es muy probable. Más probablemente, la tendencia temporal lineal (la «caída» en eficacia), reportada por Johnsen y Friborg (2015), es simplemente un hallazgo espurio.» Así que ahí tienen. Las certezas no son el pan de cada día en la ciencia, sino la duda. Felices dubitaciones para la semana, nos leemos la próxima!

Referencias

Cristea, I. A., Stefan, S., Karyotaki, E., David, D., Hollon, S. D., & Cuijpers, P. (2017). The effects of cognitive behavioral therapy are not systematically falling: A revision of Johnsen and Friborg (2015). Psychological Bulletin, 143(3), 326–340. https://doi.org/10.1037/bul0000062 Johnsen, T. J., & Friborg, O. (2015). The effects of cognitive behavioral therapy as an anti-depressive treatment is falling: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 141(4), 747–768. https://doi.org/10.1037/bul0000015 Luborsky, L., McLellan, A. T., Woody, G. E., O’Brien, C. P., & Auerbach, A. (1985). Therapist success and its determinants. Archives of General Psychiatry, 42(6), 602–11.

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Nueva técnica de estimulación visual para tratar el Alzheimer

  • Rita Arosemena P.
  • 20/01/2017
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts han encontrado una relación directa entre la exposición al parpadeo de luces LED en una frecuencia específica y la reducción de placas beta-amiloides (asociadas con el Alzheimer) en el córtex visual de un grupo de ratones. Los autores del estudio liderado por la neurocientífica Li-Huei Tsai habían observado anteriormente la actividad neuronal de ratones genéticamente programados para desarrollar el Alzheimer, pero no habían encontrado acumulación de placas a nivel cerebral ni síntomas comportamentales del avance de la enfermedad. En cambio, los investigadores hallaron oscilaciones gamma actuando durante patrones de actividad esenciales para el aprendizaje y la memoria. Esta observación motivó a los expertos a experimentar con la estimulación de dichas oscilaciones gamma a un rango de 40 hercios, específicamente en la región del hipocampo (crítica para la formación de la memoria y la retentiva). Una hora más tarde, los investigadores comprobaron que los niveles de proteínas beta-amiloides en el hipocampo se habían reducido en un 40-50 por ciento. A partir de ese momento, Tsai y su equipo de trabajo comenzaron a preguntarse si una técnica no invasiva de estimulación visual podría tener los mismos efectos positivos para el tratamiento del Alzheimer. Los resultados del presente estudio sugieren una respuesta afirmativa.

Una hora de exposición a luces parpadeantes puede reducir las proteínas vinculadas con el Alzheimer

De acuerdo con Tsai y sus colaboradores, la evidencia aporta que una hora de estimulación visual a 40 hercios puede reducir a la mitad los niveles de proteínas beta-amiloides en el córtex de ratones en etapas tempranas de desarrollo del Alzheimer, aunque eventualmente estos niveles vuelven a su estado original en 24 horas. Si bien es observable un «efecto rebote» en este prototipo de tratamiento, Tsai afirma que estos hallazgos son apenas el principio para dar con métodos de intervención clínica no invasivos y accesibles para la mayoría de las personas. Adicionalmente, dice Tsai, los avances son enormes y abren las puertas a una comprensión más profunda y provechosa de la enfermedad, donde es posible desarrollar tratamientos para bloquear o debilitar los mecanismos que causan el Alzheimer de manera directa. Para Tsai, el próximo gran paso será examinar los efectos de la estimulación visual en pacientes con Alzheimer y verificar lo provechoso del tratamiento. Desde luego, es un gran desafío considerando que «muchas de las cosas que han funcionado para los ratones han resultado no funcionar para los humanos», reconoce Tsai, quien no obstante insiste en que hallar una respuesta similar al tratamiento en seres humanos sería un hecho extraordinario y permitiría que muchas personas diagnosticadas con la enfermedad se vieran beneficiadas.

Modo de acción del tratamiento

Los investigadores también realizaron estudios para averiguar cómo las oscilaciones gamma ejercen sus efectos. Ante esta incógnita, encontraron que después de la estimulación gamma el proceso para la generación de beta-amiloides reduce su actividad; además, las oscilaciones gamma resultaron mejorar la capacidad del cerebro para eliminar las proteínas beta-amiloides, lo cual normalmente es el trabajo de las células conocidas como microglia. En los pacientes con Alzheimer, las células microglia se vuelven muy inflamatorias y secretan sustancias químicas tóxicas que hacen que otras células cerebrales se enfermen cada vez más. Sin embargo, cuando los ratones fueron expuestos a las oscilaciones gamma, sus células microglia cambiaron morfológicamente y se volvieron mas activas en el proceso de eliminación de las proteínas beta-amiloides. Fuente: MIT

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  • Psicología clínica

La responsabilidad de las madres en el desarrollo de ansiedad social de sus hijos

  • Alejandra Alonso
  • 20/01/2017
Trastorno de Ansiedad Social
Los resultados de un experimento que consistía en armar rompecabezas difíciles indicaron que las madres de niños con Trastorno de Ansiedad Social tendían a involucrarse excesivamente con sus hijos, comparados con las madres de los niños pertenecientes al grupo control. Estos hallazgos sugieren que las madres de los niños con dicho trastorno ejercen cierto control conductual, comenta Julia Asbrand, quien trabaja en el Instituto de Psicología en Freiburg, Alemania. El Trastorno de Ansiedad Social (TAS) usualmente emerge en la niñez tardía o adolescencia temprana. Afecta al 7% de los niños y puede persistir en la adultez si no se trata. La persona siente un miedo persistente a ser avergonzado en situaciones sociales y puede ser limitante para los niños en cuanto a las relaciones que son capaces de formar, su desempeño académico y su bienestar en general. La mayoría de los estudios que evalúan de alguna forma el importante rol de la familia en relación al TAS han sido hechos en un laboratorio. Asbrand y su equipo de investigadores condujeron su experimento en las casas de 55 pares de madres e hijos. Los niños que participaron tenían entre 9 y 13 años de edad, 27 de ellos fueron diagnosticados con TAS. Se realizó la investigación de esta manera para evaluar la interacción en un ambiente natural. Los niños debían completar tantos rompecabezas difíciles como les fuera posible en 10 minutos y se les dijo que recibirían los resultados después. A las madres se les permitía, pero no se les animaba a ayudar. El armado del rompecabezas simulaba una tarea común, como hacer la tarea o prepararse para la escuela, que podrían producir estrés y frustración. Las sesiones fueron grabadas sin que el experimentador estuviera presente. De acuerdo con Asbrand, los hallazgos de que madres de niños con TAS están más involucradas en las vidas de sus hijos, se unen a resultados similares de estudios previos (1, 2, 3). La autora dice que tal involucramiento excesivo se extiende a tareas como prepararse para ir a la escuela y otras tareas que requieren interacción. En el experimento, se noto que las madres de niños con TAS tocaron las piezas de los rompecabezas significativamente más a menudo y asistieron sin que el niño pidiera ayuda o mostrara claros signos de necesidad de ayuda. Esto indica control conductual por parte de la madre. Por otro lado, las madres de niños con TAS no eran excesivamente críticas o negativas en relación al desempeño de sus hijos. Asbrand cree que la intervención materna excesiva puede darle la idea al niño de que no puede hacerlo solo, limitando así su grado de autoeficacia, autonomía y confianza en sí mismo. En consecuencia, el niño esperaría encontrarse siempre con un ambiente amenazante, lo que aumentaría la hipervigilancia y el miedo subjetivo. La conducta de las madres limita también el uso exitoso de estrategias de afrontamiento solos. Los científicos reflexionan que sería muy valioso encontrar formas de cambiar la interacción familiar de manera que sea beneficiosa para los niños. Fuente: Psypost

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(Vídeo) Ash Beckham: Salir del closet

  • Maria Fernanda Alonso
  • 19/01/2017
En algún momento de nuestras vidas todos tenemos que enfrentar conversaciones difíciles. ¿Por qué son difíciles? Porque nos estresa pensar cuál será la reacción del otro, y muchas veces preferimos vivir constantemente estresados que salir de nuestros closets y exponernos, auténticamente, ante los demás. “Necesitamos dejar de comparar nuestras dificultades con las dificultades de los demás para hacernos sentir mejor o peor sobre nuestros closets y sólo compadecernos en el hecho de que todos tenemos dificultades. En algún punto en nuestras vidas todos vivímos en closets y ellos pueden sentirse seguros, o por lo menos más seguros de lo que hay del otro lado de esa puerta, pero (…) no importa de qué estén hechas tus paredes, un closet no es lugar para que viva una persona,” expresa Ash Beckham, quien con la ayuda de una niña de 4 años nos motiva a dejar nuestros closets y a ser empáticos con quienes también lo hacen. Fuente: Tedx

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  • Guías y recursos

Guía de atención de jóvenes con conductas sexuales inapropiadas del NICE (PDF)

  • David Aparicio
  • 19/01/2017
Postergación y TB
El National Institute for Health and Care Excellence o mejor conocido como NICE, es una de las instituciones de salud mental más respetadas del mundo, gracias a sus rigurosas investigaciones y detalladas guías clínicas. Hace poco el NICE publicó la Guía de atención de jóvenes con conductas sexuales inapropiadas, la cual contiene una serie de recomendaciones basadas en la evidencia para atender a niños y jóvenes que presentan conductas sexuales peligrosas. Los autores de esta guía explican que no es la intención de la guía no es la de castigar o reprobar las conductas sexuales y de autoconomiento de los niños. Sino la de ofrecer apoyo y recomendaciones para que los padres y cuidadores puedan ayudar a esos niños y adolescentes que realizan conductas sexuales inapropiadas para su edad o nivel de desarrollo a causa de una sintomatología traumática, ansiedad o impulsividad. La guía puede ser utilizada por:
  • Trabajadores sociales
  • Trabajadores de salud mental
  • Maestros y educadores.
  • Servicios de atención primaria
  • Familiares de niños que presentan conductas sexuales dañinas.
Descarga la guía completa en formato PDF. Fuente: Infocop

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  • Psicología clínica

(Vídeo) Qué sabemos y que todavía no sabemos sobre el autismo

  • Alejandra Alonso
  • 18/01/2017
¿Por qué mi hijo tiene autismo? Esta es una pregunta que muchos padres les hacen a los profesionales de la salud y la respuesta no es simple. Existe la creencia de que las vacunas pueden causarlo, pero realmente no hay evidencia científica que sustente esto. La verdad es que el autismo puede deberse a varios factores y hay mucho sobre las causas que aún no conocemos. Hasta ahora se ha encontrado relación entre la edad avanzada del padre, algunos factores genéticos y el autismo. A su vez, vemos que los niños diagnosticados con autismo no son todos iguales, algunos pueden tener más dificultades en ciertos aspectos que otros ¿a qué se debe esto? Wendy Chung, directora de investigación clínica del Simons Foundation Autism Research Initiative, pediatra y genetista, responde de manera clara y amena las preguntas nombradas anteriormente, en este vídeo donde habla sobre lo que sabemos acerca del autismo y lo que todavía nos queda por investigar. Fuente: TED

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  • Definiciones

Hiperprosexia: Definición y características

  • Alejandra Alonso
  • 18/01/2017
Atención
La hiperprosexia es una alteración cuantitativa de la atención que consiste en una exaltación de la misma. Es decir, la persona se encontrará en un estado excesivo de concentración y alerta dirigidos a un estímulo o grupo de estímulos específico, siendo incapaz de dar respuesta a otros estímulos (Ferrali, s.f.; Mantilla, 2006). Dicho estado alterado de la atención puede verse cuando hay consumo de drogas estimulantes, en los ataques de pánico y en delirios (Ferrali, s.f.; Mantilla 2006; Ramírez Restrepo, 2014). Fuentes: Ferrali, J.C. (s.f.), Semiología de las funciones intelectuales básicas y de la conciencia. Mantilla, S. (2006), Enfermedades neurológicas y problemas de atención. Ramírez Restrepo, L. M. (2014), Facultades cerebrales superiores alteradas por el uso inadecuado de internet.

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