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Teoría del apego y terapia gestalt

  • David Aparicio
  • 12/01/2017

Interesante integración de Clotilde Sarrió, entre la teoría del apego y la terapia gestalt:

He querido aportar desde el marco de referencia de la teoría de la Terapia Gestalt (la Teoría del Self y la Perspectiva de Campo) cómo las modalidades de contacto en la díada bebé/cuidador primario son formas relacionales que permiten –o no– el establecimiento y la consolidación del vínculo de apego.

Tanto el vínculo de apego como la calidad del mismo son determinantes en el concepto que elaboremos de nosotros mismos, del mundo y de nuestras relaciones.

Los teóricos del apego dejan constancia de que la vinculación del bebé con su madre se encuentra directamente ligada a las experiencias del mismo con sus cuidadores.

Así, nos encontramos con que las señales afectivas que el niño recibe de su madre, la calidad y la constancia de las mismas y la certidumbre y la estabilidad que esas señales le ofrecen, asegurarán o no el establecimiento de un vínculo de apego seguro.

Del mismo modo que la Teoría del Apego de Bowlby incluye las características del cuidador, o desde el modelo psicoanalítico se contempla las consecuencias que esta cualidad parental tiene para el desarrollo del niño, en mi tesina llego a la conclusión de que, desde la perspectiva de la Terapia Gestalt, el vínculo de apego se forma a través del proceso de contacto mediante las formas en que el bebé interactúa con su cuidador primario.

Otra de las conclusiones a las que llego en mi trabajo es que el vínculo y su calidad van a tener una estrecha relación con el devenir del desarrollo evolutivo del niño.

Otro aspecto que abordo en mi estudio es el establecimiento de una relación entre las distintas formas que el bebé tiene de contactar con su cuidador primario y las interrupciones que puedan producirse en el proceso de contacto.

En relación a las interrupciones, llego a la conclusión de que en la edad adulta son formas no adaptativas de contactar el individuo con el entorno, mientras que en la infancia temprana, las interrupciones deben ser contempladas como modalidades de contacto, es decir, como el único modo que el bebé tiene para relacionarse de una forma sana y nutritiva con el entorno inmediato —ajuste creativo— que supone la madre o el cuidador principal.

Lee el artículo completo en Gestalt Terapia.

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  • Psicología aplicada

¿Por qué las mujeres prefieren a los hombres con tatuajes?

  • Rita Arosemena P.
  • 11/01/2017
Un estudio publicado en la revista científica «Personality and Individual Differences» ha sugerido un motivo sorpresivo y a la vez esclarecedor de por qué las mujeres prefieren a los hombres con tatuajes como parejas sexuales. De acuerdo con la investigación, la presencia de tatuajes en la piel crea una percepción acentuada de virilidad que agrada a las mujeres heterosexuales, quienes lo asocian con cualidades atractivas como la dominancia. Según los investigadores, los tatuajes no solo afectan la perspectiva del sexo femenino, también juegan un papel importante en las interacciones competitivas entre hombres, ya que transmiten una mayor tendencia a la agresividad y, por ende, capacidad de intimidación. El estudio fue realizado tomando en consideración una muestra de 2,500 hombres y mujeres heterosexuales de Polonia, quienes observaron a un grupo de sujetos tatuados sin camisa. Algunos de ellos fueron digitalmente modificados para mostrar tatuajes pequeños en el área de los brazos. De las preguntas realizadas a los participantes, fueron extraídas, además de las conclusiones citadas anteriormente, que la presencia de tatuajes en los hombres también puede desempeñar un rol negativo en la percepción de las mujeres, ya que los niveles elevados de testosterona que se asocian con los tatuajes son relacionados en ocasiones con una mayor tendencia a la violencia doméstica y la infidelidad. Además, algunas de las mujeres del estudio indicaron que los hombres tatuados eran «los peores prospectos» para convertirse en parejas o padres potenciales. En cuanto a los tatuajes en las mujeres, la percepción social es un tanto menos favorable. Según un estudio realizado en 2005, el público tiende a considerar a las mujeres tatuadas como personas más abiertas a tener relaciones sexuales sin compromisos. Aunque esto no implica una percepción exclusiva de promiscuidad, sí indica que las mujeres con tatuajes podrían ser blanco de prejuicios por ser vistas como menos selectivas y más dispuestas a tener únicamente sexo casual. Fuente: Medical Daily

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  • Recomendados

La ciencia vive una epidemia de estudios inservibles

  • David Aparicio
  • 11/01/2017
Científicos de Estados Unidos, Reino Unido y Holanda firmaron ayer un manifiesto que busca recuperar la credibilidad y fiabilidad de la ciencia. Según estos investigadores, la mayoría de los estudios actuales no sigue los los lineamientos estadísticos y metodológicos correctos, dando como resultado una gran cantidad de estudios científicos sin sentido. Nuño Dominguez, escribió en El País una nota muy completa que recopila entrevistas con los principales investigadores de esta iniciativa y sus críticas:

Según un análisis, resalta el manifiesto, el 85% de los esfuerzos dedicados a investigación biomédica “se acaban desperdiciando”. “Se trata de estudios que no llegan a aplicarse nunca en la clínica o que lo hacen de una forma negativa, y también muchos otros que se abandonan en etapas muy tempranas”, explica Ioannidis. “La mayor parte de las veces los experimentos no están bien diseñados”, denuncia el investigador. “Por ejemplo, solo entre el 10% y el 20% de todos los estudios con animales están aleatorizados para evitar los sesgos” inconscientes de los científicos, resalta. En el caso de los ensayos clínicos con pacientes, “solo el 5% sigue todos los pasos correctamente”, denuncia. El problema afecta a “casi cualquier disciplina de la ciencia”, asegura.

La crisis de la reproducibilidad en la ciencia:

Una reciente encuesta realizada por Nature desveló que el 90% de los científicos reconoce que hay una crisis de reproducibilidad en la ciencia. En parte se debe a que la forma de producir conocimiento en la actualidad ha cambiado tanto que sería casi irreconocible para los grandes genios de hace unos siglos. “Antes se analizaban los datos en bruto, los autores iban a las Academias a reproducir sus experimentos delante de todo el mundo, pero ahora esto se ha perdido porque los estudios se basan en seis millones de folios de datos brutos”, opina Ioannidis. Uno de sus análisis demostró que la mayoría de estudios no da acceso a los datos brutos en los que se basan las conclusiones. Al final, los científicos “se creen lo que ven, pero no hay forma de comprobar que es cierto, y además no podemos usar esos datos posteriormente porque se han esfumado”, resalta. Esta falta de transparencia es uno de “los mayores retos” que afronta la ciencia, asegura el médico.

El papel de las revistas científicas:

Parte de la culpa, cree Montoliu, es de las revistas. “No hay que olvidar el papel cómplice de determinados grupos editoriales, frecuentemente de revistas top, que prefieren publicar resultados inesperados, novedosos, espectaculares, que generan mucho ruido e impacto, antes de asegurarse y verificar sistemáticamente la fiabilidad de los mismos”, explica. Algunas instituciones en España ya están tomando medidas para aplacar la crisis a la que hacen referencia los firmantes del manifiesto, explica Montoliu. Por ejemplo, se han incorporando profesionales de estadística a los comités de ética del CNB y del propio CSIC, el mayor organismo de investigación pública del país, asegura.

Todos los días se publican miles de artículos y noticias científicas superfluas, en especial en el área de las neurociencias, que no representan aportes académicos ni se traducen en herramientas para la práctica clínica. Para que se den una idea de la fiebre de publicar artículos, hoy tenemos en la base de datos que usamos en Psyciencia para preparar artículos más de 500 noticias científicas. Demasiados artículos nuevos en solo un día. Pero si hacemos un filtro de todas esas noticias seguramente quedarán muy pocas investigaciones que cumplen los requisitos necesarios y que puedan ser reproducibles. Este artículo no tiene el fin de criticar a la ciencia y dejar la idea de que no sirve. Psyciencia fue creada para divulgar el conocimiento científico de la psicología y creemos que el mejor medio para ayudar a las personas es a través de una psicología basada en la evidencia. Debemos detenernos para analizar cómo estamos haciendo las cosas y qué podemos mejorar. La ciencia debe ser la primera en participar de este escrutinio, lo cual puede ser doloroso, pero es un proceso necesario para su desarrollo. Lee el artículo completo en El País. Artículos recomendados:
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Imagen: Medical Daily

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Filosofía moral: ¿está bien matar a una persona antes que cinco?

  • Lautaro Pacella
  • 09/01/2017
Imagínese que usted está conduciendo un tranvía,  pero uno con una característica muy particular: que no tiene frenos.  Ya en mitad de su recorrido y habiendo tomado velocidad,  ve que en su camino hay cinco obreros trabajando.  Conociendo el defecto de su transporte y tomando en cuenta la velocidad a la que va, sabe que el choque es inevitable y que esto les causara la muerte a los cinco. ¡Pero espere! No buscamos acusarlo de nada… al menos por ahora.  Justo antes de resignarse al fatídico destino se da cuenta que, aunque los frenos no se encuentran a su disposición, sí lo está la posibilidad de desviarse hacia un camino lateral. Sin embargo, en este también hay personal trabajando, pero solo uno, a diferencia de la vía por la que actualmente recorre en donde hay cinco. Sin mayor información que agregar ni alternativa posible a la situación, ¿Tomaría usted la otra vía? Es decir, ¿decidiría conscientemente cambiar de camino para matar solo a una persona en lugar de cinco? Si su respuesta ha sido si, relájese, se encuentra con la gran mayoría. El cálculo es obvio para cualquiera: es mejor matar solo a una persona antes que a cinco. Pero le pediremos que recuerde su respuesta, esto recién empieza.
El cálculo es obvio para cualquiera: es mejor matar solo a una persona antes que a cinco
Imaginemos ahora un pequeño giro. Usted deja de ser el conductor para pasar a ser tan solo un observador y divisa desde un puente ubicado por encima de los carriles un tranvía que no parece tener intenciones de detenerse, dirigiéndose directamente hacía cinco obreros, lo que resultará en una inminente aniquilación. Pero en un vistazo rápido a su entorno, nota que hay otra persona a su lado, una persona con dos características particulares: en primer lugar, que se encuentra muy distraída y no parece estar consciente de lo que está ocurriendo, y en segundo lugar que es una persona con sobrepeso, suficientemente, se da cuenta usted, cómo para detener el avance del tranvía si por alguna razón cayera en su camino. Supongamos por el bien del argumento que en su estado abstraído este sujeto no presentaría resistencia, ¿lo empujaría y haría caer hacía las vías, lo que provocaría su muerte pero salvaría a los cinco obreros que se encuentran más adelante?  Las matemáticas siguen igual de claras: es mejor que muera una persona a que mueran cinco… ¿o no? Si su respuesta ha sido negativa, no se preocupe, de nuevo se encuentra con la mayoría aparentemente ambivalente. Sin embargo, le daremos otra oportunidad para que pueda ponerse de acuerdo. Ahora usted es un médico que se encuentra en la sala de emergencia, y durante su guardia llegan seis personas que han sido parte de un terrible accidente de tranvía. Cinco de estas personas tienen heridas moderadas y la sexta se encuentra gravemente herida, tan así que debería pasarse todo el día asistiendo a esta última para poder salvarla, pero durante ese tiempo, las otras cinco personas morirían. O puede dedicarse a cuidar y restaurar a estas otras cinco víctimas, pero no le poseería entonces el tiempo suficiente para salvar a la que se encuentra en estado grave. ¿A quién elegiría salvar? Cinco personas antes que solo una parece volver a tener sentido otra vez. Pero subámosle la intensidad para probar la fuerza del argumento. Todavía siendo un médico, esta vez uno especializado en cirugía, usted conoce a cinco pacientes que necesitan de manera inmediata trasplante de órganos, uno necesita un pulmón, otro un hígado, el tercero necesita un páncreas, el cuarto un riñón y el último un corazón. Pero en este momento no hay ningún donante y usted no puede hacer más que verlos padecer… hasta que recuerda que en la sala de al lado acaba de llegar un sujeto totalmente saludable para un control de rutina, y se ha dormido esperando su turno. Se le ocurre entonces que, muy sigilosamente, podría ir hasta allí y arrebatarle de sus órganos con el fin de salvar a cinco personas en estado de urgencia. ¿Cómo suena ahora la relación cinco : uno? El ejercicio filosófico del tranvía fue originalmente introducido por Philippa Foot (1967) y las posteriores variaciones desarrolladas por Judith Jarvit Thomson (1976) se han topado siempre con los mismos resultados. Aunque siempre hay excepciones, la enorme mayoría parece responder de manera positiva al primer modelo de los ejercicios presentados y de manera negativa al segundo, en lo que parecería ser una clara contradicción acerca de los principios morales que rigen nuestras decisiones. Una conclusión que se ha presentado versa sobre la existencia de dos diferentes razonamientos morales que poseemos universalmente y se activan dependiendo de las particularidades de las situaciones sobre las que debemos decidir (Sandel, 2010). En las primeras versiones del tranvía y del médico, utilizamos el razonamiento “consecuencialista”, es decir, que prestamos especial atención a los resultados que derivaran de nuestras acciones, al estado del mundo que resultará de nuestros actos o la falta de estos y por lo tanto decidimos lo que debemos hacer, lo que es lo correcto, en base a las consecuencias de nuestro actuar. Al final del día, siempre es mejor que mueran la menor cantidad de personas. Uno de los principales defensores de este tipo de razonar moral fue sin duda el filósofo ingles Jeremy Bentham introduciendo la doctrina del utilitarismo. La piedra angular de esta ideología es una muy simple: lo correcto de hacer, lo justo, es maximizar la utilidad. Y con “utilidad” se refería al balance entre el placer y el sufrimiento. Todas las personas, afirmaba el autor, estamos gobernadas por dos maestros soberanos, el dolor y el placer.  A todos nos gusta el placer y nos disgusta el dolor, de tal modo que estos deberían regir las normas morales. Ya sea de nuestras propias vidas o como legisladores y ciudadanos preocupados en definir cómo deberían ser las leyes, lo apropiado, tanto individual como colectivamente, es actuar de una manera que se maximice los niveles generales de la felicidad. “El mayor bien para la mayoría”.
El valor moral de nuestros actos no dependería del producto resultante, sino de la motivación que nos lleva a realizarlos
Sin embargo, en las segundas versiones de estos ejercicios, una situación diferente pone en marcha un distinto tipo de razonamiento moral. Las típicas razones por las cuales las personas responden que no actuarían para salvar a cinco personas a cambio de la vida de una sola, tienen que ver más con las características intrínsecas del acto al que deben incurrir. Sean las consecuencias que sean, el acto de matar a una persona se considera categóricamente incorrecto, incluso aunque se trate de un sacrificio por un bien mayor. El razonamiento “categórico” ubica la moralidad de los actos en ciertos requerimientos y obligaciones absolutas a las que todos nos encontramos ligados, sin importar las consecuencias. El más importante exponente de este lineamiento fue Immanuel Kant. El filósofo alemán no disputaba la idea de que nosotros, los humanos, disfrutamos del placer y nos apartamos del sufrimiento, pero actuar exclusivamente en relación a nuestros deseos no nos haría diferente a cualquier otro animal sobre el planeta. Él afirmaba que la característica que nos hace particularmente especiales es nuestra capacidad de razonar y nuestra autonomía para elegir nuestras propias decisiones. Dirigir nuestros actos a la única tarea de satisfacer nuestros apetitos e impulsos no es actuar libremente, porque estaríamos siendo simples esclavos de estos impulsos que en un principio nosotros no elegimos, no los pusimos allí donde están. De tal modo, la verdadera autonomía vendría de actuar en base a leyes autoimpuestas por la razón. El valor moral de nuestros actos no dependería del producto resultante, sino de la motivación que nos lleva a realizarlos. Efectuar un acto de bondad a la espera de alguna compensación o con segundas intenciones no alcanza para considerarlo un acto “bueno”.  Se debe “Hacer lo correcto por las razones correctas”. Aunque existen casos en donde todos (o casi todos) parecemos estar de acuerdo, cada persona tiende a inclinarse hacia un lado de la balanza moral en otras situaciones donde los límites de lo correcto aparecen difuminados. Entonces, la verdadera reflexión parece ser acerca de la existencia de un único principio moral universal e inapelable. Todos tenemos el derecho a juzgar moralmente un hecho en particular desde la visión y posicionamiento individual propio. ¿Pero podemos juzgar el juicio de otra persona acerca de estos hechos? Es decir, ¿podemos argumentar de manera irrefutable que el principio que utilizamos de guía es superior al que utiliza la parte contraria?, ¿o son ambos argumentos, en su desigualdad, igualmente válidos? Referencias bibliográficas:
  • Foot, P. (1967). The problem of abortion and the doctrine of double effect.

  • Thomson, J. J. (1976). Killing, letting die, and the trolley problem. The Monist, 59(2), 204-217.

  • Sandel, M. J. (2010). Justice: What’s the right thing to do?. Macmillan.

  • Bentham, J. (1879). An introduction to the principles of morals and legislation. Clarendon Press.

  • Kant, I., Orts, A. C., & Sancho, J. C. (1989). La metafísica de las costumbres(Vol. 59). Madrid: Tecnos.

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  • Psicología clínica

INSPIRE: Siete estrategias para poner fin a la violencia contra los niños

  • Geraldine Panelli
  • 06/01/2017
La prevención en la violencia contra los niños debe ser primordial en la agenda de cualquier gobierno. En el artículo anterior “El maltrato infantil destruye a los niños y a nuestra sociedad” nos acercamos a una definición adecuada, a una estadística de cuantos adultos han sufrido algún tipo de maltrato en la infancia, detallamos cuáles son los factores de riesgo y de protección e hicimos especial hincapié en las consecuencias que tiene el maltrato infantil en la vida adulta. En esta oportunidad, en vez de focalizarnos en las consecuencias, pondremos especial atención a la prevención de la violencia infantil; presentando una guía de siete pasos publicada por la Organización Mundial de la Salud en el año 2016. La guía se llama INSPIRE y es el resultado del trabajo de diez organizaciones que se dedican a la promoción y prevención en dicha temática. Su visión: “Es un mundo donde todos los gobiernos, con la activa participación de la sociedad civil y las comunidades, apliquen y vigilen de forma habitual intervenciones dirigidas a prevenir y combatir la violencia contra todos los niños y los adolescentes, y que les ayuden a desarrollar todo su potencial.” Lo que se lograría con esta visión es poner en agenda política de manera urgente la garantización de los derechos de los niños por parte de las entidades gubernamentales, teniendo tolerancia cero a las formas de maltrato infantil, siendo conscientes de las problemáticas sociales y de presupuesto para el estado que generan las consecuencias de la violencia en la infancia. Estas estrategias que se presentan a continuación vienen a brindar una solución para las comunidades en donde hay niños maltratados (explotación, abuso sexual, trata de niños, torturas). Reducir la violencia da como resultados futuros reducir la mortalidad y esto debería de ser la prioridad. Es necesario para que realmente funcione como estrategia, la intersectorialidad e interdisciplina desde todos los agentes de la sociedad; y a su vez una vigilancia y evaluación que permita al estado planificar y valorar el impacto de las acciones, para saber qué puntos de las estrategias fortalecer y cuáles funcionan correctamente. Aplicación y vigilancia del cumplimiento de las leyes Respetar las leyes y disposiciones legales que reclaman responsabilidades a quienes violan los derechos de los niños ejerciendo conductas violentas o inapropiadas sobre los mismos. También las cuales protegen a los jóvenes del acceso al alcohol, las drogas y las armas. Normas y valores Construir socialmente una educación basada en valores y con un enfoque positivo. No solo en las instituciones escolares, sino también en los hogares. Brindar espacios para el diálogo respetuoso y generar experiencias de equidad. Entornos Seguros Mantener la seguridad en los espacios públicos para los niños y los adolescentes, principalmente donde se reúnen y realizan diversas actividades en grupos. Apoyo a los padres y a los cuidadores Fomentar una práctica de crianza en positivo, dar capacitaciones a padres y a cuidadores sobre formas de crianzas que no impliquen castigos violentos y que permitan un diálogo en la familia. Informar sobre el desarrollo típico de los niños y cuando es necesario brindar ayuda profesional. Servicios de respuesta y apoyo Generar espacios desde el estado para poder denunciar situaciones de maltrato, dispositivos para prevención y promoción, espacios de salud y educación públicos en condiciones excelentes para los niños que no pueden acceder de otra forma y servicios de urgencias capacitados para detectar situaciones de violencia. Educación y aptitudes para la vida Brindar educación que prepare a los chicos para la vida, que les enseñe sobre género y equidad, que aprendan a enfrentar situaciones difíciles de formas asertivas. Que la educación sea accesible a todos los niños y adolescentes en todas las regiones. Armar programas de promoción y prevención de violencia en las escuelas. Como conclusión la Organización Mundial de la Salud plantea: “En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se hace un llamamiento valiente, ambicioso y claro a eliminar la violencia contra los niños. Se trata de una oportunidad única para catalizar acciones orientadas a construir relaciones y entornos seguros, estables y enriquecedores para los niños. Todos tenemos la capacidad y la responsabilidad de actuar en este sentido. Las siete estrategias y las actividades transversales que forman parte de INSPIRE son el mejor modo de acelerar el avance hacia el fin de la violencia contra los niños. No perdamos tiempo en aplicarlas.” Descarga la guía completa de INSPIRE en formato PDF.

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  • Psicología clínica

La función de acompañante terapéutico en el tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria

  • Gabriela Ferraris Mukdise
  • 06/01/2017
acompañante terapéutico
Desde los primeros años en que se implementó en Argentina la utilización del acompañante terapéutico (AT) como agente esencial de los equipos de tratamientos para numerosas patologías mentales, distintos autores buscaron definir y especificar su función, acorde al paradigma teórico de referencia. En este sentido, siguiendo el modelo cognitivo integrativo propuesto por Tolosa (2015) se considera que el AT será un auxiliar que adoptará una función activa en el dispositivo terapéutico, el cual será diseñado por un equipo de profesionales afines, que lo incluirán como un recurso esencial en el establecimiento de los medios y metas pactadas con el paciente (Tolosa, 2015).
AT será un auxiliar que adoptará una función activa en el dispositivo terapéutico, el cual será diseñado por un equipo de profesionales afines
En el abordaje de los TCA, dada la complejidad y multiplicidad de factores implicados, se requiere de un abordaje complejo, llevado a cabo por equipos interdisciplinarios en los cuales participan diversos profesionales: Psicólogos, psiquiatras, coordinadores de talleres, médicos nutricionistas y acompañantes terapéuticos. Esta modalidad de abordaje implica que, si bien el equipo se constituye por diversos profesionales, los mismos conforman un todo, debiéndose establecer conjuntamente objetivos desde el inicio del proceso, y trabajar e intervenir en pos de su cumplimiento (Tolosa & Ferraris Mukdise, 2016). Siguiendo a los autores, cada uno de los integrantes, aportará e informará a los demás acerca de posibles avances, mejoras, recaídas o cualquier otra conducta relevante, de manera que se lleven a cabo las modificaciones necesarias en el diseño y se fijen los objetivos de manera secuencial. Los mismos, serán establecidos luego de que el equipo haya tomado “conjuntamente” una decisión con respecto a cómo se continuará el tratamiento. Se requiere que el equipo mantenga COORDINACIÓN, COMUNICACIÓN Y COMPLEMENTARIEDAD a lo largo del proceso, persiguiendo objetivos comunes y privilegiando reuniones de equipo de las que el AT formará parte substancial. El modelo cognitivo propone que el cambio que se busca en todo plan terapéutico deberá ocurrir en los procesos cognitivos. Tolosa (2015), basado en las conceptualizaciones de Fernández Álvarez (2008), establece que estos procesos son mecanismos representacionales involucrados en la perturbación y en la generación de alternativas en el sistema de procesamiento de las experiencias vividas. En lo que respecta a la denominación “integrativo”, se concibe que el abordaje terapéutico debe estar basado en principios generales, donde la organización de los diseños de intervención no se ajustan a un cuerpo teórico hermético, sino que se sostienen en hipótesis que atienden al conjunto de variables genéricas que componen la demanda y que pueden adaptarse de forma particular a cada paciente (Tolosa, 2015). Los principios generales de intervención del proceso relacional terapéutico entre el AT y el paciente en el abordaje de los trastornos de la conducta alimentaria refieren a: 1) Alianza Terapéutica: teniendo en cuenta las características generales de estos pacientes (elevada egosintonía, reactancia, escasa motivación y disponibilidad para el cambio) el trabajo en la conformación de la alianza es una de las tareas esenciales para que se pueda sostener el plan de intervención. 2) Estilo personal del AT: alude a los rasgos, actitudes y disposiciones que influirán significativamente en el vínculo terapéutico, es por ello que se deberá evaluar si se ajustan a las demandas de los pacientes con TCA. Tolosa (2016) se encuentra desarrollando un cuestionario denominado EPAT (Estilo Personal del Acompañante Terapéutico) en el que incluye la Función Contextual, la cual se refiere a las acciones que ejecuta el AT en relación al contexto significativo de la persona que asiste. El AT, debe valerse del registro de los factores regulares como irregulares del ambiente, ya que, de esa forma puede brindar información valiosa al dispositivo terapéutico para futuras intervenciones y/o modificaciones. El AT tiene como tarea focalizarse en los aspectos expansivos de quien padece TCA, como lo son las reglas y exigencias del contexto, con el objetivo de apreciar las estrategias y estilos de afrontamiento a la alimentación, las respuestas a estímulos facilitadores y el empleo del lenguaje organizador en relación a la imagen corporal. El registro diario de alimentación que llevará a cabo el AT, será clave en el proceso terapéutico. A partir de él, quien dirige el proceso tendrá conocimiento de las conductas que los pacientes pueden estar ejecutando en su contexto cotidiano y omitiendo de comunicarlo en sesión, o bien, pueden no estarlas registrando.
El abordaje terapéutico debe estar basado en principios generales, donde la organización de los diseños de intervención no se ajustan a un cuerpo teórico hermético
3) Teoría de la Mente: alude a un proceso cognitivo que permite a las personas ser capaces de predecir estados mentales de uno mismo y de los demás, lo que permite anticipar y modificar comportamientos propios y ajenos. En este sentido, el AT deberá identificar y predecir las características de los procesos atribucionales de las personas que padecen TCA, detectando el sistema de inferencias y predicciones erróneas acerca de la figura, peso y comida, que se conformarán como la tríada nuclear de la intervención. 4) Modelo Transteórico del Cambio: la meta común y el dilema a desentrañar de todo dispositivo terapéutico, y de la función del AT en especial, es la búsqueda de un cambio en la persona que se asiste. De esta forma, cobra gran relevancia las investigaciones aportadas por Prochaska y DiClemente (1982) quienes consideraron que el cambio no ocurre de manera bidireccional, sino que las personas atraviesan por un conjunto de estadios sucesivos de disposición para el proceso de cambio, que determinan las posibilidades de que éste ocurra o no. 5) La entrevista motivacional: Miller y Rollnick (1999) señalan que las personas se encuentran atrapadas por la ambivalencia, lo cual se debe resolver para continuar en el camino del cambio. Si bien el AT trabajará incentivando y guiando al paciente en la ejecución de las tareas cotidianas, lo hará con un estilo persuasivo, siendo este último quien debe exponerse y ejecutarlas, asumiendo que es el responsable de lograr los objetivos a corto y largo plazo que se han propuesto en el plan terapéutico, como así también de mantenerlos y sostenerlos en el tiempo. Es decir, que se pretende que el paciente adopte un rol activo en su tratamiento, siendo él quien tenga el papel protagónico. Por ejemplo: el AT acompañará al paciente en los momentos críticos del día en los cuales atraviese por altos montos de ansiedad debido a la exposición a la comida brindando recursos de afrontamiento activos, pero evitará adoptar un rol dogmático o autoritario sobre cómo la persona debe afrontar dicha experiencia. De esta manera, es importante que el AT genere un atmósfera positiva para el cambio, validando el esfuerzo del paciente por lograr los objetivos.
Será quien se encargue de que el paciente ponga en práctica los principios y herramientas adquiridas en las sesiones, de manera que logre la habituación y aprendizaje en su contexto cotidiano
Discutir en qué momento es oportuna la inclusión de AT en el dispositivo, se evaluará según la gravedad del caso. Se deberá preparar al paciente, debido a que no suelen aceptar el trabajo con AT, al ser visto como un agente intrusivo que obligará al paciente a alimentarse (Tolosa & Ferraris Mukdise, 2016). Una vez aceptada su inclusión, se convierte en un facilitador del proceso que interviene en espacios más próximos al paciente, operando como un alojador de las dolencias y ayudando a la detección de dificultades, posibilitando el sostenimiento del tratamiento con mayor facilidad. Se debe buscar la vía de acceso más permeable, siendo la primera fase (reducción y mejoría de la conducta sintomática y normalización de los hábitos de alimentación), en la cual se hace sumamente necesaria su inclusión y se pretende que acompañe y haga un seguimiento regular y constante de las conductas, emociones y pensamientos de los pacientes. Asimismo, hará énfasis en la generación de habilidades para la resolución de problemas y en el entrenamiento de habilidades sociales y de comunicación, fuera del contexto de la sesión terapéutica. Será quien se encargue de que el paciente ponga en práctica los principios y herramientas adquiridas en las sesiones, de manera que logre la habituación y aprendizaje en su contexto cotidiano.

¿Cómo puede entonces el acompañante terapéutico ejercer su función cuando se involucra en el dispositivo terapéutico?

En principio, brindando al paciente un espacio de contención que puede, en numerosas ocasiones, evitar una internación. Favorecerá y monitoreará la adhesión a las otras modalidades de tratamiento, fundamentalmente a la medicación. Suministrará recursos a la familia para afrontar contextos que desborden su capacidad de respuesta, lo cual permitirá atenuar la carga familiar en el cuidado y contención del paciente. Fundamentalmente, el trabajo del AT se centrará en registrar información para la comprensión global del paciente, operando en el modelado de límites y actitudes funcionales tanto para el paciente como para la familia, reorganizando las rutinas cotidianas y favoreciendo el sostén de las actividades, que son tan importantes para fomentar el sentido de valoración personal del paciente. Es decir, que el AT trabajará en propiciar el modelado y sostén de rutinas productivas pero que también resulten placenteras, estimulando a que el paciente tenga un compromiso activo y una fuerte adherencia al tratamiento. Asimismo, procurará facilitar la integración social, laboral y familiar según los límites y posibilidades de cada paciente (Tolosa & Ferraris Mukdise, 2016). Referencias Bibliográficas:
  • Fernández-Álvarez, H. (2008). Integración y salud mental. El proyecto Aiglé 1977– 2008. Bilbao: Desclée de Brouwer.
  • Miller W & Rollnick S. (1999) Entrevista Motivacional: preparando a la gente para cambiar conductas adictivas. Editorial Paidos. Barcelona.
  • Prochaska, J.O & DiClemente, C.C. (1982). Transtheoretical therapy toward a more integrative model of change. Psychotherapy: Theory, Research and Practice, 19 (3), 276- 287.
  • Tolosa, D. O (2015). Manual práctico: Del acompañamiento al auxiliar terapéutico. Editorial Akadia.
  • Tolosa, D. O & Ferraris Mukdise, G. Guía práctica de los trastornos de la conducta alimentaria para acompañantes terapéuticos. Editorial Akadia.
  • Tolosa (2016) Propiedades psicométricas del Cuestionario del Estilo Personal de Acompañante Terapéutico – EPAT- En prensa.
Imagen: Alimentación en Shutterstock

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  • Psicología aplicada

(PDF) Atención en clase: rol predictivo del comportamiento docente, valor de la tarea, autoeficacia, disfrute y vergüenza

  • Equipo de Redacción
  • 05/01/2017
Postergación y TB
La atención en clase es una forma específica de compromiso comportamental del estudiante, con capacidad de influir en los resultados educativos. Se evaluó el rol predictivo del comportamiento docente percibido, valor de la tarea, autoeficacia, disfrute y vergüenza en la atención en clase. Estudiantes de grado (N = 185, 85% mujeres) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba completaron autoinformes que medían las variables en estudio. El modelo evaluado, mediante análisis de senderos, presentó buen ajuste a los datos, explicando el 37% de la varianza. Se identificó una influencia positiva del comportamiento docente percibido sobre valor de la tarea (β = .42), autoeficacia académica (β = .19) y disfrute (β = .23); de valor de la tarea sobre disfrute (β = .52) y sobre atención en clase (β = .23); y de disfrute sobre atención en clase (β = .41). La autoeficacia tuvo efecto en la reducción de la vergüenza (β = -.35), mientras que la vergüenza presentó un efecto positivo sobre atención en clase (β = .13). Las relaciones indirectas mostraron la utilidad de modificar el comportamiento docente y la motivación para afectar las emociones y mejorar el compromiso de los estudiantes. Descarga el artículo completo en formato pdf. Autores:Javier Sánchez-Rosas, Paula Belén Takaya, Alicia Verónica Molinari Fuente: Psiencia: Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica

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  • Recomendados

«Los padres se han convertido en sindicalistas de sus propios hijos»

  • David Aparicio
  • 04/01/2017
Entrevista del diario El mundo al psicoanalista y escritor italiano Massimo Recalcati:

¿En qué se diferencia el maestro actual del de generaciones anteriores?

El hecho novedoso es que se ha roto el pacto generacional y esto ha incidido en el discurso educativo. Los padres y los profesores ya no trabajan juntos en la educación de los jóvenes. Los padres más bien son los aliados de los hijos contra los profesores. Es un cambio inaudito: los padres, en vez de apoyar el trabajo de los profesores, se han convertido en sindicalistas de sus propios hijos. Para Freud existía un vínculo espiritual entre padres y docentes. Hoy, este vínculo se ha deshecho. Cuando un profesor asume la responsabilidad de suspender a un alumno o iniciar un procedimiento disciplinario, las familias lo miran con sospecha. Se preguntan: ¿No estará abusando de su posición de poder? ¿No estará infravalorando la calidad de nuestro hijo?

¿Qué opina de la huelga contra los deberes que han promovido en España varias asociaciones de padres?

Es el signo de esa ruptura: reivindicar la libertad de los hijos significa negar la función educativa de la escuela. Es un viento anti-institucional que atraviesa nuestro tiempo. Descalificar la escuela es descalificar la dimensión colectiva de la vida. El niño es el rey de la familia; todo debe ser sometido a sus exigencias. Es una metamorfosis antropológica; ya no es el hijo el que tiene que hacer cuentas con la realidad, sino que es la realidad la que tiene que plasmarse según el capricho del hijo.

No comparto las ideas del psicoanálisis pero si comparto las opiniones de Recalcati sobre deteriorado vinculo que hay entre los padres y educadores. Para mi este es uno de los ejemplos en donde podemos compartir ideas desde diferentes posturas teóricas.

Lee la entrevista completa en El mundo.

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  • Psicología clínica

Estamos más cerca de diagnosticar el Alzheimer a través de las muestras de sangre

  • David Aparicio
  • 04/01/2017
Desde hace varios años los investigadores han tratado de encontrar diferentes pruebas diagnósticas del Alzheimer. Una enfermedad que aqueja a más de 47 millones de personas y cada año se registran más de 7 millones de casos nuevos y que al día de hoy no tiene un diagnóstico certero sino es a través de las autopsias cerebrales. Pero los intentos no han sido en vano y sus hallazgos han sentado los fundamentos para que las nuevas investigaciones puedan descifrar los compuestos característicos del diagnóstico. Por ejemplo, una investigación publicada a principios del 2016 en el Journal of Azlheimer Disease, halló que los niveles de la proteína llamada clusterin podrían determinar en un modelo computacional si una persona desarrollaría o no Alzheimer. Otro estudio del 2012 de la revista PLOS One, encontró que un grupo específico de metabolitos presentes en la saliva podrían ser indicadores de los cambios metabólicos originados en el cerebro a causa del Alzheimer. Y ahora, otra investigación publicada también en el Journal of Alzheimer Disease, presentó la evidencia necesaria que sugiere que se puede distinguir entre los pacientes con Alzheimer entre los pacientes sanos, por medio de una muestra de sangre que detecta los niveles de la proteína TAU (característica del Alzheimer) que se adhieren a las plaquetas. Lo que significa un avance importantísimo en la causa de encontrar una medida diagnóstica para el Alzheimer. No sabemos cuando tendremos una prueba diagnóstica y preventiva para el Alzheimer, pero sin duda, estos hallazgos nos demuestran que estamos en el camino correcto y cada vez más cerca de lograrlo. Fuente: MedicalDaily Imagen: Pruebas de sangre en Shutterstock

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  • Psicología aplicada

Estar enamorado podría producir cambios en la estructura cerebral

  • Alejandra Alonso
  • 04/01/2017
Relación romántica
Generalmente no es difícil darnos cuenta cuando alguien está comenzando una relación romántica, parece estar más distraído y sonriente como si viera mariposas por todos lados. Y un estudio reciente observó, mediante la utilización de tests psicológicos, que efectivamente los estudiantes que se encuentran en los primeros momentos de una relación apasionada exhiben una reducción en el control cognitivo. Ahora investigadores en Japón han comenzado a buscar los correlatos neuronales de este efecto. Hiroaki Kawamichi y sus colegas publicaron en Frontiers in Psychology, los resultados de un experimento de imagen cerebral que mostró que los sujetos en estadios relativamente tempranos de una relación romántica, presentaban una reducción en la materia gris de una región cerebral involucrada con las recompensas. Esto podría sugerir que sus cerebros se han ajustado a la intensidad de su aventura de amor. Los científicos reclutaron a 56  jóvenes saludables (32 hombres y 24 mujeres) con una edad promedio de 21 años que habían estado en una relación romántica de al menos un mes de duración (el promedio fue de 17 meses). Para hacer comparaciones se reclutaron 57 participantes de edades similares pero que no estaban en una relación actualmente (grupo control). Debido a cuestiones de tiempo, solo 68 participantes (34 del grupo de sujetos en una relación romántica y 32 del grupo control) pudieron completar una escala sobre felicidad subjetiva, pero todos se sometieron a un escaneo de la estructura cerebral. Los participantes que se encontraban en los primeros estadios de una relación romántica reportaron ser más felices que aquellos que estaban solteros. Y al mirar todo el cerebro, los investigadores encontraron un área específica, el estriado dorsal derecho, que era estructuralmente diferente en los participantes enamorados comparados con los solteros, en términos de una densidad reducida de la materia gris. La región en cuestión está relacionada con el procesamiento de la recompensa.
Al mirar todo el cerebro, los investigadores encontraron un área específica que era estructuralmente diferente en los participantes enamorados
Los investigadores reconocen ciertas limitaciones en su estudio y por eso recomiendan para futuras investigaciones lo siguiente: 1. En cuanto a la investigación de la reversibilidad de los efectos de estar en una relación romántica: investigar los mecanismos detallados de esta reversibilidad en términos de experiencia personal en relaciones románticas previas y en la calidad de las relaciones (para conocer sobre la modulación de la reversibilidad) o estar enamorado pero soltero (para conocer el comienzo de la reversibilidad). 2. Los científicos recomiendan también medir la felicidad subjetiva de los participantes en una muestra más grande. 3. Otra cuestión es que los escaneos fueron tomados en un momento determinado del tiempo, así que no tenemos forma de saber si estar en una relación romántica reduce el estriado dorsal derecho o si las personas con menos materia gris en este área son más propensos a estar en relaciones románticas. La única pista que tenemos sobre causa-efecto aquí es que, entre todos los participantes, no se encontraron vínculos entre el volumen estriatal y el tiempo total que estuvo la persona en una relación romántica (en toda su vida), sugiriendo reversibilidad de cualquier efecto potencial del romance en el cerebro. Los autores recomiendan que se realice un estudio longitudinal donde se lleven a cabo IRM antes y después de una relación romántica. Por otro lado, este estudio se sumaría a otros que sugieren que los cambios en la estructura cerebral causados por mecanismos dependientes de la experiencia, son reversibles (1, 2 y 3). A pesar de esto, parece posible que disfrutar de un romance apasionado pudiese llevar a una reducción de la materia gris en el estriado, como ha sido encontrado en personas que consumen cocaína, por ejemplo. Si pensamos en estar en una relación romántica como un momento intensamente gratificante, entonces el cerebro podría “regular” su sensibilidad a la gratificación, ajustándose a un mundo donde encontramos alegría en cada caricia, abrazo o incluso pensamiento sobre la persona amada. También podría explicar por qué una separación es tan dolorosa, el cerebro ha sido tan consentido con recompensas constantes y ahora, de repente, ya no las tiene y queda a la expectativa de algo que ya no está. Fuente: Research Digest

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