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Armados contra la depresión

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 12/12/2016
afrontar la depresión

Mucho se habla de la depresión, y antes que nada habríamos de hacer un paréntesis y recordar que no hay una depresión como tal, sino que hay tantos tipos y grados de depresiones como individuos. Ir avanzando, pues, de un diagnóstico categorial (útil pero limitado) a uno más dimensional, donde la depresión es el resultado de una serie de procesos psicológicos en los que intervienen multitud de componentes, como por ejemplo los rasgos de personalidad, las defensas, las motivaciones, los sentimientos, las cogniciones, las conductas y hasta la genética.

Cuando hablamos de síntomas depresivos nos referimos a los siguientes: estado de ánimo deprimido, anhedonia, pérdida o aumento de apetito, hipersomnia o insomnio, agitación o retraso psicomotor, fatiga, sentimientos de culpa o inutilidad excesivos, falta de concentración y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), se citan los anteriores y se propone la presencia de 5 o más, por un período de 2 semanas para hablar de un trastorno de depresión mayor. Como hemos dicho, esto varía mucho de una persona a otra.

Ahora bien, no tenemos que ir tan lejos, la tristeza es una emoción adaptativa con óptimas funciones, como ya sabemos; eso sí, sin llegar a estados patológicos, es decir, cuya frecuencia, duración e intensidad sea la “adecuada según nuestra propia línea base”. Sin embargo, los parámetros anteriormente mencionados tienen más probabilidad de dispararse en estas fechas, debido a la multitud de estresores que nos vienen (reuniones, alteraciones en nuestros hábitos de sueño y alimentación, recuerdos de seres queridos que ya no nos acompañan… ) y es bueno ir tomando medidas.

A continuación, el doctor Matthew J. Edlund, nos deja con algunas sugerencias para ir bien armados:

  1. Incrementa la iluminación. Cuanto más luz solar recibe una ciudad o área, menor es su tasa de depresión clínica. Numerosos estudios sobre el tratamiento de la depresión con luz  han demostrado ser más efectivos que el uso de antidepresivos, incluso para las personas sin depresión estacional, donde la falta de luz es la causa probable.

Consejo: toma como mínimo media hora de luz solar por las mañanas. Puede ser fuera o dentro de casa a través de las ventanas. La luz de la mañana funciona mejor que la de la tarde para mejorar nuestro humor.

  1. Ejercicio. Un estudio reciente, publicado por Gretchen Reynolds en el New York Times, consideró que hacer ejercicios aeróbicos regularmente altera nuestro cuerpo y cerebro, haciéndonos resistentes a la desesperación y a la depresión. Además agrega que puede ser un tratamiento eficaz para la depresión e incluso podría ayudar a prevenirla en un primer momento.

Consejo: camina 30 minutos todos los días, preferiblemente al aire libre por la mañana (así aprovechamos la terapia de luz de la que hablamos). Al parecer, el entrenar con intervalos de alta intensidad puede ser más efectivo. Un buen truco es de un minuto, caminar los primeros 50 segundos moderadamente y los últimos diez tan rápido como puedas. Obviamente, otros tipos de ejercicio como correr, montar bicicleta, o hacer zumba ayudan, pero si puedes combinar el ejercicio con la luz natural, mucho mejor.

  1. El apoyo social: a mayor red social, menos riesgo de depresión. Las personas que cuentan con un montón de colegas, conocidos, amigos, o incluso compañeros de trabajo, tenderán a padecer menos depresión en general. Hablamos de lazos cara a cara.

Consejo: reforzar los lazos es fundamental, sobre todo en cuanto a calidad, mediante un contacto cara a cara, que ponga en juego el compromiso emocional. El apoyo social es particularmente eficaz no sólo en el tratamiento de la depresión, sino en la prevención de otro tipo de enfermedades, como las  del corazón. A más conexiones, menos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Aunque estas son las de las tres herramientas más poderosas, según el Dr. Edlund, para una buena prevención, no son las únicas, así que te dejamos con otras 11 estrategias que pueden ayudarte.

Fuente: Psychology Today

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

¿Qué comunicamos realmente a nuestros pacientes?

  • Aprende Viendo Terapia
  • 09/12/2016
Waltzawick decía que toda acción es un acto de comunicación, que las personas, de forma continua, comunicamos algo respecto a otro, que es imposible no comunicar. Hay que aclarar, que por tanto la comunicación es algo que va mucho más allá de lo que decimos, de lo declarativo, ya que hay otro nivel de comunicación que es aquello que transmitimos con cada uno de nuestros actos. Aprender a decodificar estos mensajes y a saber enviarlos de forma eficaz en psicoterapia, es uno de los grandes aportes de la Terapia Sistémica. Normalmente, el psicólogo lee estos mensajes entre los miembros del sistema familiar, pero en este artículo, voy a presentar una breve reflexión personal, sobre ciertos riesgos de comunicación procedimental (es decir, aquella que transmitimos con nuestros actos) que debemos tener especialmente presentes los psicoterapeutas.
Aprender a decodificar estos mensajes y a saber enviarlos de forma eficaz en psicoterapia, es uno de los grandes aportes de la Terapia Sistémica
En primer lugar existe el tema de un excesivo “buenismo” por parte del psicólogo con respecto a su paciente. Si tenemos una acentuada tendencia a redefinir las cosas en positivo de forma sistemática, sin pararnos a discernir cuando esto es necesario (para alejar el foco del paciente identificado, para rescatar recursos, para evitar una distorsión cognitiva…) de forma que empezamos a dulcificar la realidad ¿Qué le estamos comunicando al paciente? A mi forma de entender, cada vez que hacemos menos cruda la realidad le estamos transmitiendo al paciente que él sólo no puede afrontar la dureza de la vida real, que cómo esta es superior a él necesita que un psicoterapeuta se la suavice en terapia, empleando sesgos positivos que le impiden ver lo que le está ocurriendo realmente. Si no hay una consciencia de la realidad, difícilmente esta psicoterapia tendrá validez ecológica y los aprendizajes que realice serán generalizables, pero sobre todo, a pesar de que ir a terapia sea algo agradable porque el psicólogo me suaviza las cosas, éste me está tratando de inútil, está dudando de mi resiliencia y de mi capacidad para cambiar, sacar fuerzas de flaqueza para cambiar y confrontar aquello que no funciona en mi vida. Estamos en la obligación de creer firmemente en la capacidad del ser humano para cambiar sus problemas, de que cuenta con el potencial de cambiar si se crean las condiciones necesarias, los pacientes no necesitan actitudes paternalistas que les sobreprotejan, necesitan a un profesional que crea firmemente, que tenga fe, en su capacidad de superar la adversidad. Mensajes de un excesivo positivismo también pueden hacer sentir al paciente que es inválido o estúpido, sintiéndose poco entendido o juzgado por su psicoterapeuta, ya que si la vida sólo es cuestión de “centrarse en el lado bueno de las cosas”, esto puede comunicar que si te sientes deprimido o desesperado, es porque, sencillamente, lo estás haciendo mal. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de reduccionismos, y hacerle ver al paciente que el cambio es un proceso posible, pero complejo y normalmente de tipo multifactorial.
los pacientes no necesitan actitudes paternalistas que les sobreprotejan, necesitan a un profesional que crea firmemente, que tenga fe, en su capacidad de superar la adversidad
Otro problema potencial en la comunicación procendimental con nuestro paciente es el que ocurren cuando nos responsabilizamos más del proceso terapéutico que nuestro propio paciente. Es evidente que la implicación del psicólogo en la terapia es algo necesario, y que esta implicación no sólo debe ser técnica, sino ante todo humana, desde un interés genuino por aquello que le ocurre a la persona que nos honra con el privilegio de confiar en nosotros para acompañarle durante su proceso de cambio personal. Sin embargo, es frecuente que a veces, cuando la terapia se estanca o no avanza (especialmente en aquellos pacientes que presentan actitudes de queja o de falta de realización de determinadas tareas), el psicólogo comience a responsabilizarse del curso de la terapia, como si el éxito o el fracaso dependieran al 100% de él, cuando es el paciente el único que tiene la capacidad de cambiar, si bien para ello, la responsabilidad del psicólogo es crear las condiciones necesarias. Cuando un psicoterapeuta se responsabiliza de una terapia más que el propio paciente, intentando hacer la parte del otro, está comunicando que realmente el paciente no debe esforzarse, no debe asumir su parte en el proceso de cambio que, supuestamente, ha decidido iniciar o por el contrario, que no tiene las capacidades de sanar por sí mismo y por eso el psicólogo debe hacerlo por él. Elaborar las reflexiones por el paciente, flexibilizar en exceso las citas o la duración de las sesiones sin que el paciente se comprometa firmemente a ello, facilitar en demasía los procesos o tareas psicológicas o involucrarse más emocionalmente que el propio paciente son ejemplos frecuentes de responsabilización excesiva por parte del terapeuta del proceso del paciente. Si cargamos con el paciente, ¿por qué iba él a esforzarse si ya lo estamos haciendo nosotros? También hemos de tener cuidado con aquello que comunicamos a través de nuestra empatía. Si bien la empatía es la mayor herramienta de trabajo del psicólogo, y el predictor más sólido de éxito de una terapia (consultar las investigaciones de Norcross al respecto), hemos de tener presente que acción comunicativa se pone en marcha cuando hacemos uso de ella.
Cuando un psicoterapeuta se responsabiliza de una terapia más que el propio paciente, intentando hacer la parte del otro, está comunicando que realmente el paciente no debe esforzarse
Vibrar con el paciente y ponernos en su lugar y en su forma de comprender la realidad es algo importante. Pero de nada sirve si luego no reaccionamos de forma activa a ella. Responder activamente a lo que percibimos en la necesidad del otro no sólo es algo parte de la empatía, sino que además evidencia (comunica) que percibimos la necesidad del otro y que nos provoca algo que nos mueve a tratar de ayudarle y estar con él. Otro aspecto a cuidar de la empatía y lo que comunicamos por cómo hacemos uso de ella es el riesgo de quedarnos instalados en legitimizar la emoción del otro, victimizándolo y sin motivarle o confrontarle de manera activa para aceptar su realidad, asumir su responsabilidad y comenzar a poner para ello cambios concretos en su vida real, que es aquello que acontece fuera de la terapia. “Entiendo que estés dolido” o “permítete sentir esta tristeza a la que tienes derecho y que es normal” son mensajes tremendamente terapéuticos que se distorsionan si el psicólogo se instala en ellos y no insta al paciente al cambio, ya que comunica que lo único que puede hacer con sus problemas es poco más allá del desahogo o la catarsis en sesión. Artículo publicado en Aprende Viendo Terapia, por el teraputa Buenaventura del Charco Olea y cedido para su publicación en Psyciencia. Imagen: Unsplash

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Sin categoría

(Vídeo) ¿Somos los responsables de que los niños sean materialistas e interesados?

  • David Aparicio
  • 08/12/2016
A veces nos olvidamos de las cosas y personas realmente importantes. Vivimos en un mundo tan ajetreado, llenos de responsabilidades que llegamos exhaustos a casa sin tiempo ni energías para darle toda nuestra atención a la familia y a los hijos. Muchos padres son conscientes de la falta de tiempo que le dedican a sus hijos y el sentimiento de culpa es tan grande que al final intentan remediarlo con regalos, comidas y cualquier objeto material que los acerque por un momento a sus hijos. Este vídeo no tiene el objeto de criticar a los padres, sino más bien hacernos reflexionar sobre que mensajes les trasmitimos a los niños cuando intentamos ganarnos su cariño con regalos. El vídeo es de nuestro colega Alberto Soler y como siempre es un placer compartir sus vídeos de Píldoras de Psicología, su canal de Youtube donde intenta trasmitir el conocimiento psicológico para el público en general.

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  • Psicología aplicada

Locaciones genéticas relacionadas con los rasgos de personalidad y trastornos mentales

  • David Aparicio
  • 08/12/2016
El genoma humano es un universo con miles de genes que interactúan constantemente y que dan como resultado nuestras características físicas y psicológicas. Según los análisis genéticos realizados en familias y gemelos, los factores genéticos determinan en un 40% los rasgos de personalidad. A pesar de contar con todo ese conocimiento, la ciencia genética todavía no habia podido descifrar específicamente qué genes determinan cada rasgo de personalidad. Pero parece que eso está por cambiar. Una investigación de la revista Nature Genetics, parece estar muy cerca de descifrar tal enigma genético y sus resultados demuestran las primeras asociaciones entre los rasgos de personalidad, algunos trastornos mentales y genes específicos. En dicha investigación, realizada por la Universidad de San Diego, se analizaron las variaciones genéticas de los cinco grandes rasgos de la personalidad: extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad; y algunos trastornos mentales como: TDAH, trastorno bipolar, depresión y ansiedad. En una muestra europea de 260.861 personas. Sus resultados demostraron que las variaciones genéticas WSCD2 y PCDH15 se relacionaron con la extroversión; las variaciones cromosómicas 8p23.1 y el gen L3MBTL2 con el neuroticisimo. También encontraron que los rasgos de personalidad estaban separados genéticamente de los trastornos de personalidad con la excepción del neuroticisimo y la apertura a la experiencia, los cuales estaban en el mismo clúster genético que el de los trastornos. Con esos datos encontraron una correlación genética entre la extroversión y el TDAH; la apertura a la experiencia y el trastorno bipolar y la esquizofrenia, y el neuroticicismo se relacionó genéticamente correlacionado con la depresión y ansiedad. Estos complicados hallazgos, no tienen una repercusión directa en los tratamientos clínicos. Su utilidad, por el momento, es relevante únicamente dentro del laboratorio. Sus autores están conscientes de ello y en su investigación escribieron que sus conclusiones no deben ser utilizados para estimar la variabilidad genética de los rasgos de personalidad y que se necesitan estudios homogéneos en su metodología para mejorar la realización de datos más precisos. Fuente: Universidad de San Diego

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  • Psicología aplicada

Cuando la emoción dice sí y la razón, ¡no!

  • Asociación Educar
  • 08/12/2016
“Tan negativa es la emoción desaforada sin el freno de la razón, como la razón sin el impulso de la emoción». Anónimo “La persona que me gusta me enamora, pero no me conviene”. “El arte es mi pasión, pero no es una carrera redituable”. “Quiero viajar y conocer el mundo, pero no me animo”. “Quiero estudiar un idioma, pero ya estoy grande para eso”. “Quiero hacer cosas por mí mismo y me cuesta arriesgarme”. Quiero, quiero, quiero, quiero… Y así se nos va la vida entre los “quieros” de un apasionado y amante de la aventura y un cerebro preparado para juzgar, prohibir, huir y atacar. ¿Somos parte de un cuerpo dividido en emoción, conciencia y, entre otras cosas más, cerebro? ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior? O, ¿eso es cosa de sabios? Un valioso recurso contra la preocupación y la severidad es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Esto favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
Las emociones moldean el pensamiento y el pensamiento influye sobre las emociones
Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica, pero ahora sabemos que es literal: «Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro». En este contexto, atreverse implica momentáneamente perder el equilibrio. No atreverse es perderse a uno mismo. La vida no nos regala valentía, generosidad o compasión: nos brinda oportunidades para ser valientes, generosos y compasivos. Ya lo decía Peter Senge: “La maestría personal consiste en vivir en una forma creativa y no reactiva”. Nos hemos acostumbrado a ver el mundo en pares opuestos. La mente o el cuerpo, como si fueran realidades separadas. El individuo o el medio, como si no formaran parte de la misma realidad. Y, una de las más frecuentes, la emoción contra la razón, como si se tratara de ámbitos excluyentes. Aunque no haya ninguna norma establecida al respecto, parecería que “actuar con base en la razón” tiene un estatus superior a hacerlo “con las emociones”. Es verdad que se trata de dos dimensiones diferenciadas (emoción y pensamiento). Lo que no es cierto, en mi opinión, es que se excluyan mutuamente, ni que debamos elegir entre actuar con base en razonamientos fríos o emociones a flor de piel. Las emociones moldean el pensamiento y el pensamiento influye sobre las emociones. Ambas realidades tienen lugar en el cerebro y es virtualmente imposible separarlas del todo, por lo menos en un “cerebro normal”. Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. Según el Doctor Alonso Puig, experto en motivación, comunicación y liderazgo, hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, en donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que la emoción quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando. Autor: Lic. Eli Etheridge de Cáceres, Psicoterapeuta, Institut International de Formation et de Psychothérapie Transculturelle, Québec, Canadá. Coach Educacional, Instituto Kalidé. Artículo previamente publicado en Asociación Educar, una web especializada en la enseñanza presencial y a distancia de las neurociencias.  Referencias bibliográficas:
  • Morgane PJ, Galler JR, Mokler DJ. A review of systems and networks of the limbic forebrain/limbic midbrain. Prog Neurobiol. 2005 Feb;75(2):143-60. DOI: 10.1016/j.pneurobio.2005.01.001.
  • Mario Alonso Puig (2013). El Cociente Agallas. Editorial: Espasa Libros, S.L.U. ISBN: 9788467039504.
  • Santiago Ramón y Cajal (2007). Charlas de café. Editorial: Las Tres Sorores. ISBN: 9788496793026.
  • Peter Senge (2004). La Quinta Disciplina. Editorial: Granica. ISBN:9789506414306.
  • Luiz Pessoa. Emotion and Cognition and the Amygdala: From “what is it?” to “what’s to be done?”. Neuropsychologia. 2010 Oct; 48(12): 3416–3429. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2949460/

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  • Recomendados

Reducirán un 60% los cupos para ingresar como investigador en el CONICET

  • David Aparicio
  • 07/12/2016
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina sufrió una importante reducción en su presupuesto para aceptar a nuevos investigadores, según una nota del diario Clarín:

El presupuesto para ingresar a la carrera de investigador del Conicet o del Consejo se redujo en un 60 por ciento para el próximo año. Aunque la decisión no fue anunciada de manera oficial, desde hace unos días esta información comenzó a trascender en las redes sociales. La única confirmación fue de la directora del Conicet en el área de Ciencias Sociales y Humanidades, la socióloga Dora Barrancos, que ayer ratificó que habrá un recorte en el área al ser consultada por Clarín. “Este año la convocatoria rondará los 400 llamados, un recorte del 60%”, sostuvo. Para Barrancos, la reducción de los ingresantes es consecuencia “una merma notable del presupuesto del Conicet”.

Un duro golpe para el desarrollo científico en Argentina:

“Las consecuencias del recorte presupuestario son muy graves: no podemos desarrollarnos como país si la ciencia no tiene un presupuesto acorde. Muchos científicos formados en nuestras universidades no podrán continuar investigando en nuestro país. La Ciencia y la Universidad nos necesitan, por eso tenemos que seguir de pie para poder frenar el recorte del Gobierno Nacional sobre nuestro futuro” señaló Adrián Lutvak, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y referente de la agrupación La Mella.

Lee el artículo completo en Clarín.

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  • Análisis

La metáfora como recurso terapéutico: una llave a la resiliencia y el insight

  • Rita Arosemena P.
  • 07/12/2016
Psychology en Shutterstock

El concepto metáfora suele ser mucho más utilizado en el campo de las artes literarias como recurso expresivo de lo que es habitual su referencia como herramienta terapéutica.

No obstante, la riqueza que guarda como elemento de soporte para la comprensión y análisis de eventos complejos es bien conocida por la psicología, en especial por quienes enfocan su práctica clínica a la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).

La Enciclopedia de Filosofía de Stanford define la metáfora como uno de los términos más ambiguos de uso poético y retórico, figurativo y no literal. Citando de manera textual: «Ha atraído más interés filosófico y provocado más controversia filosófica que cualquiera de las otras figuras de discurso tradicionalmente reconocidas». 

Pero, ¿qué es exactamente una metáfora y qué implica un pensamiento metafórico?

Descifrando la esencia de la metáfora

Continuando con la definición de la enciclopedia de Stanford, la cual sintetiza magistralmente el seno conceptual de la cuestión, cuando nos remitimos a una metáfora nos estamos sumergiendo en dos cosas a la vez, en la contemplación de dos sujetos o fenómenos distintos y dispares que se entremezclan en un efecto rico e impredecible. 

Un ejemplo poético para comprender mejor la esencia de la metáfora es el siguiente fragmento de Romeo y Julieta, de William Shakespeare: «Pero despacio, ¿qué luz es esa que se asoma por la ventana? Es el este, y Julieta es el sol».

En este caso, el objetivo de la metáfora es enlazar un sujeto primario (Julieta) con un sujeto secundario que sirve de vehículo para introducirse a la complejidad del sujeto primario (el sol).

La metáfora viene, entonces, a profundizar en las cualidades de la belleza y la gracia femenina, a crear una relación integral.

 La metáfora como recurso terapéutico

Anteriormente, nos habíamos referido en Psyciencia (aunque con brevedad) a la utilidad de la metáfora como herramienta terapéutica dentro de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).

La flexibilidad que impulsa el pensamiento metafórico resulta sumamente beneficioso para ayudar a las personas a modificar las relaciones que sostienen con sus experiencias privadas, a explorar sus pensamientos y sentimientos y profundizar en su historia personal.

La psicóloga Judy Belmont describe con amplitud en un artículo publicado en Psych Central los beneficios de la metáfora empleada en el ejercicio psicoterapéutico. En el caso de la ACT, explica, la metáfora sobreviene también en forma de visualizaciones, como lo practica el fundador de dicha terapia: Steven Hayes.

» usa la visualización metafórica de las arenas movedizas para señalar un punto crucial: cuanto más luchamos contra nuestra realidad y nos negamos a aceptar lo que no podemos cambiar, nos hundimos más y más en la profundidad de la arena», explica Belmont.

¨Esta mujer cabe en mis manos. Es blanca y rubia, y en mis manos la llevaría como a una cesta de magnolias. Esta mujer cabe en mis ojos. La envuelven mis miradas, mis miradas que nada ven cuando la envuelven». Ejemplo de metáfora, «Mujer lejana» (Pablo Neruda)

Para Judy Belmont, las metáforas refuerzan el pensamiento flexible y esta capacidad de observar un mismo evento desde ángulos distintos es la llave de la resiliencia mientras se enseña a las personas a modificar viejos hábitos que les perjudican.

«Incluso los clientes más confundidos y reacios aprecian la relevancia de una metáfora bien elegida. Usar metáforas como herramienta terapéutica desbloquea muchos momentos «ajá» (es decir, momentos de insight, de darse cuenta de algo)», continúa Belmont.

Las metáforas refuerzan el pensamiento flexible y esta es la llave de la resiliencia.

Finalmente, Belmont cita algunas metáforas que hacen referencia a objetos familiares para concretar puntos en un contexto terapéutica, entre ellas, la metáfora de la banda elástica y la metáfora del crayón:

  • La metáfora de la banda elástica. No permitas que te estiren demasiado. Di «no» sin sentirte culpable y establece límites. El elástico es como el estrés: necesitamos un poco en nuestras vidas para sentir que vibramos, de lo contrario, como una banda de caucho blando, nos sentiremos desenganchados. Pero si te estiran demasiado, puedes romperte. 
  • La metáfora del crayón. Ponle color a tu mundo. Si ves las cosas en blanco y negro pensarás únicamente desde ángulos extremistas y de forma poco saludable. 

Una más de las metáforas utilizadas por Steven Hayes y citadas por Belmont es la Metáfora de los Monstruos del Autobús, la cual consiste en visualizarnos como un conductor de autobús que sigue un propósito, pero que se ve distraído por monstruos que le incitan a salirse del camino.

Los monstruos representan nuestros pensamientos negativos y nuestra autocrítica, la misma que nos distrae y nos aleja de alcanzar nuestras metas.

Fuente: Psych Central

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Los mejores libros de psicología y neurociencias del 2016

  • David Aparicio
  • 07/12/2016
Así como lo fue el latín, hoy el inglés es el idioma que se utiliza para transmitir el conocimiento científico. Leer en inglés es fundamental para acceder a la amplia variedad de investigaciones y libros más novedosos, que de otra manera nunca leeremos o que tardarían muchos años en llegar traducidos. Uno de los mayores beneficios que me ha otorgado mi trabajo en Psyciencia es la exposición diaria a contenido científico en inglés. Antes de su fundación, Alejandra y yo leíamos a diario noticias de psicología en inglés, pero no con la misma intensidad y profundidad necesaria para poder elegirlas y publicarlas en nuestro idioma. Gracias a las habilidades que aprendí en Psyciencia, pude completar hace unos años mi tesis de grado con una amplia fuente bibliográfica en inglés, y también ayudó a Alejandra a encontrar datos específicos para su tesis que venían de una investigación realizada en China y publicada en inglés. Leer todos los días en inglés me permitió sentirme más seguro para buscar textos más complejos y extensos como los que ofrecen los libros. Explico todo esto para que puedas entender por qué todos los libros que recomiendo están en inglés. Espero que no lo tomes como un obstáculo, sino como una motivación, un desafío para que puedas aprender también a leer en inglés y expandir tu conocimiento. Si ya lees en dicho idioma entonces no habrá inconvenientes y quizás también puedas compartir tus experiencias luego de leer algunas de mis recomendaciones.

The Nurture Effect: How the Science of Human Behavior Can Improve Our Lives and Our World por Anthony Biglan

the-nurture-effectEn realidad el libro de Biglan lo leí a finales del año pasado, pero fue tanto el impacto que causó en mí que no quiero dejar pasar la oportunidad para recomendarlo. A veces los efectos y beneficios de la psicología parecen ser muy abstractos y difíciles de explicar. Sin embargo, en este libro Biglan demuestra elocuentemente cómo la ciencia de la conducta ha revolucionado la manera en que vivimos y cómo los programas basados en la ciencia psicológica han logrado reducir el abuso de drogas, la pobreza, la violencia y la conducta criminal de maneras palpables, cuantificables y demostrables que no se quedan en meras palabras. Es raro encontrar que un libro académico te emocione tanto con cada página que pasas y al final te deje con tanta esperanza de que la psicología puede lograr todos estos resultados en nuestros países si apostamos seriamente a ella. Puedes comprar The Nurture Effect en Amazon.

Brainwashed: The Seductive Appeal of Mindless Neuroscience por Sally Satel & Scott Lilienfeld

brainwashed-book-cover5Las explicaciones neurocientíficas sobre nuestra conducta son muy seductoras. Parecen ser tan concretas y precisas que nos hace pensar que el futuro de la psicología está ahí en el cerebro. Lamentablemente, la neurociencia es una disciplina muy joven y sus hallazgos prematuros y difícilmente replicables. En este libro, la psiquiatra Sally Satel y el reconocido investigador Scott Lilienfeld -que por cierto, tuvimos el honor de entrevistar-, sintetizan las limitaciones más importantes de los estudios neurocientíficos, la tergiversada interpretación que hacen los medios y libros pseudocientíficos sobre sus hallazgos y nos demuestran, sin caer en el cinismo, que debemos ser más precavidos y escépticos cada vez que oigamos una explicación excesivamente neurocientífica. Brainwashed está disponible en Amazon.

The Biology of Desire: Why Addiction Is Not a Disease por Marc Lewis

the-biology-of-desireMarc Lewis fue profesor titular de la Universidad de Toronto desde 1989 hasta el 2010 y ha publicado más de 50 estudios neurocientíficos. En este libro, Lewis explica elocuentemente y sin demasiadas complicaciones las teorías y hallazgos más importantes sobre el funcionamiento cerebral y la dificultad de sostener, aún con estos hallazgos, la idea de que la adicción es una enfermedad cerebral. Lewis nos recuerda el profundo efecto que tiene el ambiente, nuestros objetivos y metas en el desarrollo (o no) de las adicciones. Puedes comprar The Biology of Desire en Amazon.

Decline and Fall of the Freudian Empire por Hans Eysenck

decline-and-fall-of-the-freudian-empireEysenck era de esos genios que podía estudiar a profundidad una amplia variedad de temas dentro de la psicología. Criticó seriamente las falencias científicas del psicoanálisis y refutó arduamente los pilares teóricos y los resultados terapéuticos de esta tan difundida teoría dentro de la psicología. Sin dudas, Eysenck escribió uno de los mejores títulos para un libro de psicología y es un clásico que no debe faltar en la biblioteca para todos aquellos interesados en la difusión científica de la psicología. Aclaro que el libro está traducido al español, pero es difícil encontrar una copia original, así que preferí comprarlo en inglés. Adquiere Decline and Fall of the Freudian Empire en Amazon.

Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World por Cal Newport

deep-workEste no es un libro estrictamente psicológico. Sin embargo, es un libro muy útil para preparar una rutina de trabajo y concentrarnos profundamente en un tema de investigación o escribir un ensayo o un reporte. Con su método, Cal Newport ha logrado aumentar su productividad como investigador y profesor universitario al punto de lograr publicar hasta 5 investigaciones científicas en un año. Puedes comprar  Deep work de Cal Newport en Amazon.

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  • Psicología aplicada

Cristianismo, etnia y política: ¿cómo influye la religión en el partidismo?

  • Rita Arosemena P.
  • 07/12/2016
Una investigación publicada en el Journal for the Scientific Study of Religion y realizada por Eric L. McDaniel, de la Universidad de Texas en Austin, sugiere que interpretaciones distintas de la Biblia se relacionan con inclinaciones políticas diferentes entre las personas cristianas. Según el estudio, que consideró datos del Estudio de las Ciencias Religiosas de 2012, la perspectiva que los cristianos desarrollan de los roles sociales y las expectativas de construcción de una sociedad mejor se ven influenciadas por la interpretación que otorgan a los textos bíblicos. En este caso, se tomaron en cuenta dos interpretaciones distintas del Nuevo Testamento para observar la relación entre las actitudes políticas y la lectura religiosa. Se encontró que el grupo de personas de la interpretación número uno (el evangelio social) consideraban la caridad y las reformas políticas como elementos clave para el crecimiento y bienestar comunitario, mientras que las personas pertenecientes al grupo de la segunda interpretación (el evangelio de la prosperidad) sostenían que una calidad de vida favorable sería dada naturalmente a los devotos.
«Los resultados muestran que la tradición religiosa, los mensajes congregacionales y la demografía social influyen en el apoyo doctrinal», explica McDaniel. «Sin embargo, estas relaciones están condicionadas por la etnia. Los resultados también muestran que el evangelio social promueve un énfasis en las fuentes estructurales de los problemas sociales y la importancia de la rehabilitación, lo que conduce a mayores niveles de liberalismo autoexpresado y de identificación democrática. Por el contrario, el evangelio de la prosperidad promueve responsabilizar a los individuos por problemas sociales y castigar el comportamiento desviado, lo que conduce a niveles más altos de auto-expresado conservadurismo e identificación republicana». El estudio incluyó una muestra de 599 estadounidenses de etnia caucásica y 547 de etnia negra de siete creencias religiosas específicas: católicos, negros pentecostales, evangélicos protestantes, principalmente protestantes, negros protestantes, negros bautistas, negros metodistas.
El evangelio social promueve un énfasis en las fuentes estructurales de los problemas sociales y la importancia de la rehabilitación. El evangelio de la prosperidad promueve responsabilizar a los individuos y castigar el comportamiento desviado
Para McDaniel, es importante que la lectura y análisis del estudio se realice tomando en cuenta que, de la misma forma en que existen interpretaciones distintas de la constitución, también las hay de los textos religiosos. «Además, cuando hablamos del voto cristiano, tenemos que ser específicos acerca de qué tipo de cristianos estamos hablando», explica. Los datos revelaron que el respaldo social del evangelio está vinculado con creencias más liberales, mientras que el respaldo del evangelio que atribuye prosperidad a los devotos se relaciona con creencias más conservadoras. Ambas interpretaciones guardan asociaciones similares entre las personas negras y las blancas, sin embargo, el estudio encontró algunas pequeñas diferencias. El evangelio de la prosperidad parecía tener un impacto más fuerte en las actitudes políticas de los negros que de los blancos, y los católicos negros fueron más propensos a rechazar el evangelio de la prosperidad que los católicos blancos. Además, los blancos más ricos fueron menos propensos a respaldar el evangelio social, pero la relación fue opuesta para los negros. Los mayores niveles de ingresos aumentaron el apoyo al evangelio social entre los negros.
«Un aumento en el conservadurismo religioso entre los blancos se asocia con menos apoyo a las políticas de bienestar social y una identificación más fuerte con el Partido Republicano. Para los negros esta relación se invierte, los niveles más altos de conservadurismo religioso se asocian con más apoyo para el bienestar social y una identificación más fuerte con el Partido Demócrata», comenta McDaniel. Para McDaniel, la religión continúa siendo un factor individual de trascendencia social, sin embargo, las personas no invierten demasiado tiempo en entender cómo sus creencias religiosas definen sus acciones. «Creo que brindar más atención a cómo las personas ponen en acción sus creencias religiosas nos permitirá comprender cómo la religión puede crear división y unidad», concluye McDaniel. Fuente: Psypost

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  • Psicología clínica

El estrés y la ansiedad están acabando con el cuerpo de los millenials

  • David Aparicio
  • 06/12/2016
Julieta Roffo para Clarín:

El último informe de la Sociedad de Medicina del Trabajo de Buenos Aires sostuvo que 8 de cada 10 argentinos padecía estrés laboral. Un dato llamó la atención de los médicos: por primera vez, la edad a la que empiezan los síntomas había bajado a 25 años. Ese mismo año, un estudio de la Asociación Americana de Psicología de EE. UU., aseguró que los millennials -generación que hoy tiene entre 20 y 35 años- tenían los mayores índices de estrés respecto de otros grupos etarios, y que duplicaban los niveles de ansiedad de sus padres. “El aumento del estrés entre los jóvenes, en muchos casos, tiene que ver con las características de época. Los jóvenes de hoy se enfrentan con un futuro difícil porque tienen más incertidumbres que certezas: hace 40 o 50 años vos sabías que si te esforzabas, un día llegabas a la familia, a la casa, a la jubilación. Hoy esa certeza no existe, y entonces la vida moderna genera una condición estresante en términos del futuro existencial”, describe el médico Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés. Para el médico psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat, “los jóvenes de hoy son, en muchos casos, adolescentes tardíos, y se ven expuestos a las exigencias de un mundo con muchas responsabilidades sin la suficiente madurez emocional: eso puede estresar”.

Las estadísticas nos alertan que los casos seguirán aumentando, lo cual significa que la población clínica será cada vez más joven.

Lee el artículo completo en Clarín.

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