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Ciencia y Evidencia en Psicología

2850 Publicaciones

Investigación, neurociencia, modelos teóricos y psicopatología

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El castigo físico puede afectar el desarrollo cerebral de niños y niñas

  • 20/04/2021
  • Alejandra Alonso

Los correazos, nalgadas y otras formas de castigo corporal siguen siendo comunes en el mundo a pesar de haber sido vinculados a un deterioro en la salud de las niñas y los niños.

Un estudio publicado este año quiso conocer si los niños que recibían castigos físicos, como nalgadas, exhiben también una alteración en las funciones cerebrales en respuesta al estímulo que sugiere la presencia de una amenaza ambiental, comparados con niños que no reciben castigos físicos.

¿Por qué es importante?

El equipo de investigadoras e investigadores señala que se sabe que los niños de familias donde se usan castigos corporales son más propensos a presentar depresión, ansiedad, problemas de conducta y otros problemas de salud mental. Sin embargo, para muchas personas el castigo físico no es una forma de violencia. Lo que se quería lograr con el estudio era saber si había un impacto a nivel neurobiológico, en relación a cómo se está desarrollando el cerebro. La relación entre la actividad cerebral y las nalgadas y correazos no ha sido previamente estudiada.

¿Cómo se realizó el estudio?

Se analizaron los datos de una muestra (302) de niños de entre 3 y 11 años. Se enfocaron en 147 niños de entre 10 y 11 años que habían recibido castigo físico, excluyendo niños que habían experimentado también formas más severas de violencia. Las familias de la muestra original fueron reclutadas del registro de nacimiento de un hospital, guarderías, preescolares, clínicas y agencias de caridad, a la edad de 36 meses y se les dio seguimiento a través de múltiples evaluaciones previas a la evaluación de neuroimágenes actual. Luego de cumplir con los criterios de inclusión, se les evaluó 4 veces entre las edades de 3 y 5 años.

Un subgrupo (227) participó de 3 sesiones de laboratorio, incluyendo la evaluación de maltrato y castigo. Otro subgrupo derivado de este último (183) participó también de la evaluación a través de neuroimágenes (donde se excluyeron 10 participantes debido a la pobre calidad de los datos de IRMf y otros 26 que experimentaron abuso sexual o físico).

Todas las instancias de maltrato fueron reportadas a las autoridades pertinentes. Los participantes también completaron una tarea donde debían mirar en la pantalla de una computadora diferentes imágenes de actores haciendo caras neutrales o que representaban miedo. Un escáner capturaba la actividad cerebral de cada niño y niña en respuesta a la clase de cara que veía.

¿Cuáles fueron los resultados?

Los niños y las niñas  que habían recibido castigos físicos tenían una respuesta neuronal más grande en múltiples regiones de la corteza prefrontal. Estas áreas del cerebro responden a señales del entorno que tienden a tener consecuencias, como las amenazas, y pueden afectar la toma de decisiones y el procesamiento de situaciones.

Las caras que representaban miedo en la pantalla de la computadora, provocaron una activación mayor que las caras neutrales en muchas regiones del cerebro y los niños que recibieron castigo físico mostraron mayor activación de varias áreas de la corteza prefrontal.

“No hubieron regiones cerebrales donde la activación a caras de miedo versus caras neutrales difería entre niños y niñas que fueron abusados y niños y niñas que recibieron nalgadas y correazos”, escriben los autores.

Los castigos físicos y sus múltiples efectos adversos pueden incrementar el riesgo de desarrollar problemas de desarrollo en los niños y niñas y es necesario el trabajo para reducir su prevalencia. 

Referencia original: Jorge Cuartas, David G. Weissman, Margaret A. Sheridan, Liliana Lengua, Katie A. McLaughlin. Corporal Punishment and Elevated Neural Response to Threat in Children. Child Development, 2021; DOI: 10.1111/cdev.13565

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Son las personas tatuadas diferentes de las no tatuadas en formas medibles?

  • 20/04/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Hace no mucho tiempo, los tatuajes no eran tan aceptados como lo son en el presente. Resultaba muy llamativo, 20 años atrás, ver por la calle a alguien con el cuerpo completamente tatuado. Era excepcional. Con los años, los tatuajes fueron ampliamente aceptados, situación que llamó la atención de los investigadores quienes quisieron averiguar si existen diferencias mensurables entre las personas con tatuajes y quienes no los tienen; sus hallazgos sugieren que características como la impulsividad y enfocarse en el corto plazo predisponen a las personas a hacerse tatuajes (Ruffle, B. J. & Anne E. Wilson, A. E., 2019).

Metodología

Para el estudio fueron reclutadas 1104 personas a través de la plataforma Mechanical Turk de Amazon. A estos participantes se les dio la opción de recibir diez pagos individuales de 1 dólar en 18 horas o diez pagos cada vez mayores en 3 semanas. Aquellos que quisieran el dinero rápidamente podrían recibir un total de $10 en 18 horas, mientras que aquellos que estuvieran dispuestos a esperar podrían ganar hasta $15,35.

Además, los participantes indicaron con qué frecuencia se involucraron en varias decisiones enfocadas en el corto plazo financieras, de salud y sociales, como comer en exceso y publicar información personal online. 

Finalmente, respondieron cuatro preguntas de tareas de reflexión cognitiva que tienden a generar respuestas intuitivas pero incorrectas. Las respuestas correctas requieren más análisis de la pregunta.

Resultados

Según sus hallazgos, las personas con tatuajes y las personas que informaron que planeaban hacerse un tatuaje tendían a puntuar más alto en las medidas enfocadas en el corto plazo y en impulsividad.

Las personas tatuadas, especialmente aquellas con tatuajes claramente visibles (por ejemplo, en la cara o el cuello) eran más impulsivas y tomaban más decisiones enfocadas en el corto plazo, es decir, ponen relativamente más énfasis en el presente que en el futuro, en comparación con las personas no tatuadas, señalaron los autores.

Estos resultados se mantuvieron independientemente del motivo para hacerse un tatuaje, la cantidad de tatuajes, la cantidad de tiempo contemplado antes de hacerse el primer tatuaje y el tiempo transcurrido desde el tatuaje más reciente. La única excepción fueron las mujeres con tatuajes ocultos: ellas no fueron más impulsivas ni tomaron más decisiones enfocadas en el corto plazo que las mujeres sin tatuajes.

Tras encuestar a los participantes sobre sus percepciones de los tatuajes. Encontraron evidencia de que las personas con tatuajes tendían a sobreestimar cuán comunes son los tatuajes mientras subestiman los efectos potencialmente perjudiciales de un tatuaje al ser contratados para un trabajo.

Esto no significa que la impulsividad sea un rasgo negativo. Existen muchos ámbitos en que la rapidez para la toma de decisiones es valiosa, como en la práctica deportiva y en ciertas profesiones.

Otras líneas de investigación podrían indagar sobre el contenido de los tatuajes, por ejemplo. ¿Podrían los tatuajes más atrevidos predecir más impulsividad y toma de decisiones a corto plazo que otros tatuajes más reflexivos? También sería interesante explorar si el aumento de los tatuajes refleja una mayor toma de decisiones a corto plazo entre la generación más joven o una reducción del estigma social y mayor aceptación de los tatuajes.

Referencia bibliográfica: Ruffle, B. J. and Anne E. Wilson, A. E., 2019. Tat will tell: Tattoos and time preferences. Journal of Economic Behavior & Organization, Volumen 166, Páginas 566-585. https://doi.org/10.1016/j.jebo.2019.08.001

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El ritmo cognitivo lento en la infancia podría predecir la depresión y falta de atención en la edad adulta

  • 19/04/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Los niños y adolescentes que sufren de un ritmo cognitivo lento corren un mayor riesgo de padecer falta de atención y síntomas depresivos en la edad adulta, según los hallazgos de una nueva investigación (Smith et al., 2020).

¿Qué es el ritmo cognitivo lento?

Esta condición puede presentarse en la infancia y adolescencia, y se caracteriza por soñar despierto excesivamente, pensamiento lento, letargo y confusión. El ritmo cognitivo lento es una condición incapacitante vinculada al deterioro académico y funcional, y a otros problemas de salud mental como el TDAH, la depresión y la ansiedad.

Los niños que sufren esta condición suelen quedar por fuera del sistema educativo, pues a menudo no interrumpen en clases, pero sí tienen dificultades en la escuela. 

La falta de investigación longitudinal impide conocer si el ritmo cognitivo lento en la infancia predice la psicopatología en la edad adulta. A medida que las investigaciones avanzan, una conexión llamativa entre el ritmo cognitivo lento y la psicopatología internalizante (por ejemplo, depresión, ansiedad) es cada vez más notoria; por este motivo, un equipo de investigadores quiso averiguar si presentar ritmo cognitivo lento en la infancia podría predecir otros trastornos de la salud mental más adelante en la vida.

Los investigadores utilizaron datos longitudinales de 449 gemelos que completaron dos oleadas del Tennessee Twin Study, en las que fueron evaluados inicialmente para detectar síntomas psicopatológicos entre los 6 y los 17 años. Tuvieron evaluaciones similares nuevamente en la edad adulta cuando tenían entre 23 y 31 años.

Hallazgos

  • Los síntomas de ritmo cognitivo lento y la depresión estaban estrechamente relacionados en la niñez y la adolescencia. 
  • El ritmo cognitivo lento en la infancia y adolescencia predijo la psicopatología en la edad adulta.
  • Los niños y adolescentes que experimentaron depresión en la infancia tenían mayor probabilidad de experimentar depresión en la edad adulta.
  • Las personas que tenían niveles más altos de ritmo cognitivo lento en la infancia o adolescencia tenían más probabilidades de presentar niveles más altos de depresión en la edad adulta que alguien sin niveles altos de ritmo cognitivo lento. 
  • Los niveles más altos de ritmo cognitivo lento en la infancia predijeron tasas más altas de falta de atención en la edad adulta. Por lo tanto, los investigadores interpretaron que tener tasas más altas de ritmo cognitivo lento en la infancia y la adolescencia es un factor de riesgo para tasas más altas de falta de atención y depresión en la edad adulta.

Tras estos hallazgos surgen muchos interrogantes nuevos respecto de las asociaciones encontradas: desde la necesidad de una mejor comprensión de la etiología del ritmo cognitivo lento, examinar el deterioro desde una perspectiva prospectiva y la prevención y el tratamiento del ritmo cognitivo lento. Para esto, son necesarias más investigaciones longitudinales que permitan comprender cómo cambia esta condición con el tiempo y qué conduce a un mayor deterioro, explicaron los autores.

Los hallazgos necesitan ser replicados. Al basarse en una muestra de gemelos, sus resultados podrían no generalizarse a la población general.

Los siguientes ángulos de estudio de este equipo incluyen el desarrollo de intervenciones que ayuden a los adolescentes con TDAH y ritmo cognitivo lento. Dada su estrecha vinculación con la depresión, es probable que algunos aspectos de la terapia cognitivo-conductual sean beneficiosos, señalan los investigadores.

Referencia bibliográfica: Smith, Z. R., Zald, D. H., & Lahey, B. B. (2020). Sluggish Cognitive Tempo and Depressive Symptoms in Children and Adolescents Predict Adulthood Psychopathology. Journal of Abnormal Child Psychology, 48(12), 1591-1601. https://doi.org/10.1007/s10802-020-00692-x

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Vínculo entre los ronquidos y los problemas de conducta?

  • 19/04/2021
  • Alejandra Alonso

Conductas como la hiperactividad y las dificultades para sostener la atención se han vinculado ya a los ronquidos pero la naturaleza de esta relación no es bien comprendida. Adicionalmente, investigaciones pequeñas han observado una correlación entre la apnea del sueño y ciertos cambios cerebrales, pero se sabe poco acerca de la obstrucción respiratoria que les sucede a algunas personas durante el sueño, que se asocia comúnmente a los ronquidos y se caracteriza por resistencia a la respiración durante el sueño.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Se trata de un estudio transversal donde se revisó una gran base de datos que proveía de información sobre el desarrollo de la salud y el cerebro de niños, niñas y adolescentes de Estados Unidos. Se consideraron los datos de 11,875 personas de entre 9 y 10 años, aunque se incluyeron en el estudio 10,140 datos de niños y niñas luego de considerar participantes con datos o imágenes incompletas y otros criterios de inclusión utilizados.

¿Qué encontraron?  

Al revisar los datos, los hallazgos confirmaron lo que investigaciones previas habían observado: una correlación positiva entre los ronquidos y los problemas de conducta. Los niños y las niñas que roncaban con más frecuencia mostraban problemas de conducta más severos de acuerdo con una evaluación llenada por padres (puntajes del CBCL).

También se observó que los ronquidos correlacionaron con un volumen más pequeño en varias regiones del lóbulo frontal relacionadas con la atención/memoria de trabajo, procesamiento somatosensorial y fonológico y conductas inhibitorias. Los análisis estadísticos realizados sugieren que estas diferencias a nivel cerebral podrían contribuir a los problemas de conducta.

Conclusiones

Es necesario continuar con el estudio del tema para conocer cómo cambian los ronquidos, estructura cerebral y problemas de conducta con el tiempo y poder establecer también un vínculo causal. Con más investigación podríamos saber si esta condición obstructiva respiratoria que se da en el sueño podría ser una causa potencialmente reversible de los problemas de conducta.

Referencia del estudio: Isaiah A, et al. Associations between frontal lobe structure, parent-reported obstructive sleep disordered breathing and childhood behavior in the ABCD dataset. Nature Communications, 2021 DOI: 10.1038/s41467-021-22534-0 

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Impacto de la cuarentena: una mirada ACT, por Javier Mandil

  • 17/04/2021
  • David Aparicio

Javier Mandil no necesita presentación. Su apellido es conocido por todos los terapeutas que han trabajado con niños y adolescentes desde TCC o desde las terapias contextuales. Javier realizó ayer una sesión en vivo, vía Facebook, donde abordó las consecuencias de la cuarentena en los niños y en las familias. Siempre que lo escucho aprendo con él. Así que si trabajas con niños, este es una clase que debes ver.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El nivel de ingresos afecta nuestra felicidad, pero ¿cómo?

  • 16/04/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Tener más ingresos económicos no hace necesariamente más feliz a la gente. Existe una teoría que sostiene que las autoevaluaciones de las personas se basan en sus comparaciones con otras que perciben como mejores o peores. Y de acuerdo con un estudio reciente, encontrarse en un lugar intermedio a nivel económico, que nos permita compararnos con personas de antecedentes similares, tanto las que ganan más como otras que ganan menos, es lo que determina cómo nuestros ingresos afectan nuestra felicidad, no la cantidad que ganamos (Liao Tim F., 2021).

¿Qué metodología utilizó?

Para arribar a tal hallazgo, el sociólogo Tim Liao exploró si la ubicación de las personas en la distribución del ingreso importaba, es decir, si aquellos que podían realizar estas comparaciones sociales ascendentes y descendentes eran más felices que los atípicos que eran mucho más ricos o más pobres que sus pares.

Dado que los individuos seleccionaron a las personas que utilizaron como puntos de referencia para las comparaciones sociales, Liao también quería investigar qué grupo demográfico (género, etnia/raza o ambos) era más relevante.

Al no contar con una sola encuesta disponible que proporcionara datos sobre la felicidad junto con los ingresos y las características demográficas, el investigador vinculó los datos de dos encuestas nacionales, ambas realizadas en 2013, que involucraron a muchos de los mismos encuestados. La muestra de Liao incluyó a más de 1.900 personas.

La Encuesta Estadounidense sobre el Uso del Tiempo de 2013 fue la encuesta más reciente con preguntas sobre bienestar y proporcionó una medida de la felicidad de cada persona. Para ese estudio, los participantes mantuvieron un diario de tiempo durante un solo día, calificando en una escala de siete puntos qué tan felices se sentían mientras realizaban tres actividades de rutina elegidas al azar. Las calificaciones se sumaron para lograr una puntuación compuesta que representa el nivel de felicidad de cada persona.

El sociólogo explica que evaluar la felicidad de una persona a medida que realiza sus actividades diarias (felicidad experimentada), puede reflejar con mayor precisión su satisfacción general con la vida que responder a preguntas le piden que califique qué tan feliz es en términos generales subjetivos.

Utilizando los datos demográficos y de ingresos anuales de los participantes de la Encuesta de población actual, Liao modeló la desigualdad de ingresos a nivel estatal e individual.

Desarrolló una medida a nivel individual comparando los ingresos anuales de los individuos con los de sus pares dentro del mismo género, dentro de grupos étnico-raciales y  dentro de grupos de género/etno-raciales en su Estado.

Hallazgos

En primer lugar, el estudio encontró que en los Estados donde los ingresos eran relativamente iguales, la felicidad de las personas se veía menos afectada por sus ingresos porque sus posiciones económicas estaban menos claramente definidas, lo que hacía que las comparaciones sociales fueran menos significativas.

Por otro lado, halló que el grupo de género/etno-racial era el más destacado para las comparaciones sociales porque las puntuaciones de desigualdad de los individuos eran más análogas en esta matriz que cuando se agrupaban por género o etnia/raza únicamente. 

El hallazgo más destacado fue que las personas con puntuaciones de desigualdad más altas que sus compañeros también tenían puntuaciones de felicidad más bajas. Es decir, las personas cuyos ingresos eran significativamente más altos o más bajos que los de sus pares (lo que significa que solo podían hacer comparaciones sociales hacia arriba o hacia abajo en lugar de en ambas direcciones) eran menos felices en general. A medida que aumentaba la desigualdad de ingresos dentro de un Estado, también aumentaba la asociación negativa entre las comparaciones sociales unidireccionales y la felicidad.

Este mismo método analítico basado en la teoría de la comparación social podría ser aplicable en investigaciones de otras preocupaciones sociales a nivel individual, como las conexiones entre la desigualdad y los resultados adversos de salud física y mental.

Referencia bibliográfica: Liao, Tim Futing (2021). Income Inequality, Social Comparison, and Happiness in the United States. Socius: Sociological Research for a Dynamic World. Vol. 7. Publicado online el 5 de febrero de 2021; Primera publicación el 1 de enero de 2021. https://doi.org/10.1177/2378023120985648

Fuente: Eurekalert

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Investigadores encuentran una función compartida entre áreas separadas de la memoria a largo plazo, clave para recuperar recuerdos importantes

  • 14/04/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Imagina una persona con problemas de memoria que siente deseos de hornear una deliciosa comida cuya receta viene a su mente de repente; enciende el horno a gas y luego olvida lo que estaba haciendo. Es fácil advertir que esta persona puede poner en riesgo su vida y las de otros.

Existen dos almacenes o reservas de memoria a largo plazo: memoria fáctica y memoria de experiencias personales. Juntos nos ayudan a comprender y responder al mundo que nos rodea. A lo largo de los años, las investigaciones han demostrado que tales almacenes de memoria están representados en dos regiones cerebrales separadas. A pesar de sus diferencias funcionales, para resolver distintas tareas en circunstancias diversas, debemos controlar estrictamente la recuperación de recuerdos que sean importantes para cada tarea. Según una investigación reciente, tal proceso de control podría compartirse entre ambos tipos de memoria (Vatansever et al., 2021). Estos hallazgos pueden ser relevantes para los trastornos de la memoria, incluida la demencia, donde los problemas para recordar información pueden afectar la vida diaria de los pacientes.

Para conocer esto, los investigadores estudiaron imágenes de resonancia magnética funcional que mostraron que estas regiones aumentaban su actividad cuando se le pedía a los participantes que recordaran memorias de hechos y memorias personales.

Los autores explican que nuestros recuerdos nos permiten tener sentido e interactuar de manera flexible con el mundo que nos rodea y, aunque en la mayoría de los casos nuestros recuerdos fuertemente codificados pueden ser suficientes para la tarea en cuestión, necesitamos cierto control sobre la memoria que nos permita la flexibilidad que precisamos para descartar recuerdos que no sean de utilidad, por ejemplo, recordar empacar una toalla de playa si vamos de vacaciones junto al mar, y no hacerlo si el viaje es de negocios (situación en la que tal recuerdo no sería necesario).

Este control sobre la memoria nos permite ser creativos, flexibles y adaptarnos a medida que cambian nuestras metas o circunstancias.

Estos hallazgos también pueden ser de utilidad para el desarrollo de una nueva generación de sistemas de inteligencia artificial, que utilicen la memoria a largo plazo en la resolución de problemas computacionales, señalan finalmente los investigadores.

Referencia bibliográfica: Vatansever, D., Smallwood, J., & Jefferies, E. (2021). Varying demands for cognitive control reveals shared neural processes supporting semantic and episodic memory retrieval. Nature Communications, 12(1), 2134. https://doi.org/10.1038/s41467-021-22443-2

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Daniel Kahneman y Yuval Noah Harari: ‘Las tendencias globales que moldean a la humanidad’

  • 13/04/2021
  • David Aparicio

Increíble conversación entre dos filósofos, investigadores y autores de bestsellers. Yuval es el autor de Sapiens, uno de mis libros favoritos sobre historia y macroeconomía (si no lo has leído, cierra este artículo y léelo, es muy bueno) y Daniel Kahneman es psicólogo y premio Nobel en economía.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los efectos de la dieta y ejercicio (un estudio animal)

  • 13/04/2021
  • Alejandra Alonso

La dieta (es decir nuestros hábitos de alimentación) y el ejercicio pueden tener múltiples beneficios para nuestra salud integral. En relación a tu salud mental y el ejercicio, sabemos por ejemplo que:

  1. Hacer ejercicio disminuye el deterioro cognitivo; se han observado mejoras en áreas relacionadas a la memoria y el lenguaje.
  2. Realizado con moderación y de forma regular, puede aliviar emociones desagradables y mejorar el estado de ánimo.
  3. Las personas sensibles a la ansiedad podrían estar moviéndose menos.
  4. Puede ayudar a proteger regiones del cerebro que son sensibles a la neurodegeneración.
  5. Mejora la calidad del sueño, lo que a su vez ayuda a las personas a dejar de fumar, disminuyendo también el craving.
  6. Es muy beneficioso para las personas con esquizofrenia.
  7. Mejora nuestra concentración y nos protege de la depresión.

De paso, si te interesa el tema de la psicología y el deporte te recomiendo los artículos Psicología de la actividad física: una aproximación a la teoría de la autodeterminación, Actividad física para la salud: 10 orientaciones para el consultorio y el webinar “Cómo combinar la actividad física con la psicoterapia”.

Por otro lado, sobre la alimentación saludable sabemos que:

  1. Una dieta alta en azúcar perjudica las funciones cerebrales, por ejemplo en relación a la memoria y el aprendizaje.
  2. Cuando tenemos sueño, la comida chatarra es más atractiva.
  3. Una alimentación saludable puede ayudar a reducir síntomas de depresión.
  4. Las dietas saludables pueden ser beneficiosas para el CI.
  5. Dietas que incluyen siropes de maíz altos en fructosa, alimentos bajos en fibra y altos en proteína animal, lactosa y grasas se asocian a una pérdida sutil pero significativa de neuronas.
  6. Una alimentación baja en calorías puede prevenir el envejecimiento celular.
  7. Agregar más proteínas de origen vegetal (legumbres, granos enteros y nueces) a tu dieta puede reducir el riesgo de muerte.

Los autores de un nuevo estudio dicen que las recomendaciones relacionadas a la dieta y el ejercicio son tan comunes que les sorprende la poca cantidad de investigaciones que incluyen ambos componentes. Es por eso que decidieron estudiar los efectos de la genética y el ambiente en la vida temprana (infancia) sobre la conducta de correr en la rueda en un modelo con ratones.

¿Cómo se realizó el estudio?

Los ratones fueron divididos en cuatro grupos:

  • Con acceso a ejercicio
  • Sin acceso a ejercicio
  • Dieta estándar
  • Dieta occidental

Se les asignó cada condición inmediatamente luego del destete y se mantuvieron en la misma durante 3 semanas, hasta alcanzar la madurez sexual.

Luego siguieron ocho semanas adicionales, durante las cuales todos los ratones fueron alojados sin ruedas y con una dieta saludable, los investigadores realizaron análisis de comportamiento, midieron la capacidad aeróbica y los niveles de varias hormonas diferentes (entre ellas la leptina, que ayuda en el control de peso al indicar que se requiere menos comida).

¿Cuáles fueron los resultados?

El ejercicio temprano en la vida de estos ratones incrementó los niveles de leptina en los ratones adultos, independientemente de la dieta. También redujo conductas similares a la ansiedad en adultos e incrementó la masa cerebral. A su vez, se redujo la masa ventricular.

Los autores habían encontrado previamente que el consumo excesivo de azúcar y grasa en la niñez puede alterar el microbioma de por vida, incluso si luego se comienza a comer más saludable

Ambos hallazgos ofrecen importantes oportunidades para intervenir en los hábitos de los niños y las niñas. Relacionado a esto, podes revisar la propuesta de Beauchamp para aumentar la actividad física en las escuelas.

Si no sos una persona que hace ejercicio regularmente pero quisieras empezar, te recomiendo el artículo: “Preguntas (y respuestas) frecuentes de los sedentarios sobre la actividad física, en el consultorio psicológico”.

Si tu problema es la alimentación, te recomendamos que consultes con un/a nutricionista y también revises este artículo: “6 recomendaciones basadas en la investigación psicológica para bajar de peso”.

Referencia del estudio: Marcell D. Cadney, Layla Hiramatsu, Zoe Thompson, Meng Zhao, Jarren C. Kay, Jennifer M. Singleton, Ralph Lacerda de Albuquerque, Margaret P. Schmill, Wendy Saltzman, Theodore Garland. Effects of early-life exposure to Western diet and voluntary exercise on adult activity levels, exercise physiology, and associated traits in selectively bred High Runner mice. Physiology & Behavior, 2021; 234: 113389 DOI: 10.1016/j.physbeh.2021.113389

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Realmente funcionan los test de personalidad?

  • 13/04/2021
  • Equipo de Redacción

Puedes activar la traducción automática de subtítulos en el reproductor de Youtube.

En 1942, un dúo de madre e hija llamado Katherine Cook Briggs e Isabel Briggs Myers desarrollaron un cuestionario que clasificaba las personalidades de las personas en 16 tipos. Llamado indicador de tipo Myers-Briggs, o MBTI, se convertiría en una de las pruebas de personalidad más utilizadas en el mundo. Pero, ¿estas pruebas realmente revelan verdades sobre la personalidad? Merve Emre examina sus defectos de diseño.

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