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Estrategias para promover hábitos alimenticios más saludables

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/03/2020

La proliferación de alimentos y bebidas baratos, ricos en calorías e hiper palatables, así como la normalización de los tamaños de porciones enormes y los refrigerios constantes han creado un ambiente y una cultura en los que se necesita un esfuerzo sobrehumano y fuerza de voluntad para no comer en exceso.

¿Es novedad para alguien que las personas, en general, aún consumimos pocos nutrientes y demasiadas calorías? Esto no siempre desencadena en trastornos alimenticios, pero sí podemos encontrarnos desnutridos con sobrepeso.

¿Cómo podemos promover hábitos más saludables?

Investigadores franceses se preguntaron cuáles eran las formas más efectivas de promover comportamientos saludables. Para averiguarlo, identificaron 96 estudios que emplearon diversas estrategias o “ayudas” para llevar a las personas hacia elecciones saludables y compararon sus resultados para determinar cuál parecía ser más efectiva (Cadario & Chandon, 2018).

En este estudio los investigadores calcularon cómo impactó cada estrategia en la ingesta diaria total de calorías. Las estrategias o “ayudas” fueron definidas como algo que alteró el comportamiento de las personas sin prohibir por completo algo o usar incentivos económicos. Por ejemplo, si un empleador quisiera alentar a sus empleados a beber menos refrescos y más agua, podrían eliminar todos los refrescos de las máquinas expendedoras o duplicar el precio del refresco para que el agua embotellada fuera mucho más barata. Pero ninguno de esos serían “ayudas”.

Una “ayuda” es algo que influye en las elecciones que hacés (o, en el lenguaje de los investigadores, altera la arquitectura de elección) sin eliminar tu capacidad de hacer una elección distinta o de permitirte una elección diferente. 

Los investigadores encontraron que las “ayudas” se dividieron en tres categorías.

Primera categoría: Lo que sabés

Se trata de estrategias cognitivas que intentan afectar las cosas que sabés. Su objetivo es llevarte a pensar un poco más antes de hacer una selección o dar un bocado. 

Dentro de este grupo encontramos el valor calórico de los alimentos en los menús de los restaurantes; carteles que muestran la cantidad de azúcar que contiene un vaso de bebida gaseosa; otra estrategia es el uso de logotipos o íconos para identificar opciones más saludables (por ejemplo, poner el ícono de un corazón en cereales con alto contenido de fibra o un ícono de brócoli junto a elementos de menú con menos calorías).

Sin embargo, de los tres tipos de “ayudas,” las estrategias cognitivas son las menos impactantes respecto de la ingesta de calorías: en promedio, redujeron la ingesta típica en aproximadamente 64 calorías.

Segunda categoría: cómo te sentís

Conformada por estrategias afectivas, las cuales buscan cambiar la forma en que te sentís respecto de un alimento o un comportamiento, sin cambiar necesariamente lo que sabés. Las “ayudas” afectivas incluyen aplicar palabras e imágenes atractivas a elecciones saludables (en un restaurante, por ejemplo, en lugar de ofrecer zanahorias ralladas como acompañamiento, podrían ofrecer guarnición de zanahorias de estación en hebras con infusión de cítricos). Los restaurantes podrían incluir hermosas fotografías de las ensaladas, pero no de las comidas fritas.

Las estrategias afectivas se centran en hacer que ciertos alimentos sean más deseables o influir en cómo te sentís respecto a una determinada elección.

Otro tipo de “ayuda afectiva son las «llamadas de alimentación saludable:» cuando una señal o un servidor sugieren que una determinada elección es más deseable.

Las apelaciones a los sentidos y las emociones son algo más efectivas que las apelaciones a la razón. En términos de reducir la ingesta de calorías, las “ayudas” afectivas son casi el doble de impactantes que las cognitivas, reduciendo la ingesta calórica en aproximadamente 130 calorías al día, o un 7,5%.

Tercera categoría: lo que hacés

La tercera categoría son las estrategias conductuales. Estas procuran cambiar lo que hacés sin afectar necesariamente lo que sabés o sentís. De hecho, podrían funcionar sin que seamos conscientes de ellos.

Una categoría popular de estímulo conductual es hacer que la elección saludable sea la opción fácil. Por ejemplo: colocar ensaladas verdes en convenientes recipientes para llevar en el centro de la tienda, pero tener el pollo frito en la parte posterior de la tienda, donde debe esperar en la cola para que un trabajador de la tienda lo coloque en un recipiente para llevar.

Otro ejemplo de este tipo de estímulo conductual es poner las verduras y el salmón a la parrilla, y otros artículos saludables, al comienzo de una línea de buffet y los artículos menos nutritivos (como galletas o macarrones con queso) al final, cosa que llegues con menos espacio en el plato.

Otro ejemplo de “ayuda” conductual es usar platos y recipientes más pequeños para artículos densos en calorías, como pasta, papas fritas o refrescos, y platos y recipientes más grandes para platos bajos en calorías como ensaladas, verduras, agua y fruta cortada.

En general, los investigadores encontraron que las “ayudas” conductuales redujeron la ingesta de calorías en más de 200 calorías diarias o un 12%. Y en particular, cambiar el tamaño de las porciones y los platos fue la más efectiva de las estrategias de comportamiento, reduciendo la ingesta de calorías en más de 300 calorías por día.

Cuando se trata de tomar decisiones más saludables, saber más no siempre se traduce en mejorar. Pero nos sentimos impactados por la facilidad y la conveniencia. Hemos intentado muchas formas diferentes de luchar contra un entorno que parece empeñado en hacernos más pesados ​​y menos saludables de lo que queremos ser. Y las estrategias más efectivas son hasta seis veces más impactantes que las estrategias menos efectivas, que, hasta ahora, han sido donde hemos estado invirtiendo la mayoría de nuestros recursos.

Conocer las diferentes “ayudas” puede servirnos a la hora de elegir estrategias para nuestras propias vidas. Toner frutas variadas, frescas y limpias en el primer estante de la heladera o una hermosa fuente sobre la mesa (y las opciones menos saludables en lugares que requieren más esfuerzo para llegar), puede hacer una diferencia realmente.

Referencia bibliográfica:

Cadario, R., & Chandon, P. (2018). Which healthy eating nudges work best? A meta-analysis of field experiments. En Appetite (Vol. 130, pp. 300-301). https://doi.org/10.1016/j.appet.2018.05.170

Fuente: Scientific American

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  • Análisis
  • Psicología aplicada

Recomendaciones basadas en la ciencia conductual para atravesar la cuarentena

  • Mauro Colombo
  • 23/03/2020
Creo que no es necesario explicar el contexto en el cual se escribe el presente artículo. No obstante, considerando que en algún tiempo probablemente muchos se hayan olvidado de este período y los consejos que seguirán a continuación van a seguir teniendo utilidad, detallo. Estamos ante una situación de pandemia, donde el Coronavirus se ha extendido por muchos países del globo, y donde los distintos gobiernos están tomando medidas para limitar la propagación del mismo. Dentro de estas medidas está el cierre de fronteras internacionales, nacionales, la limitación de transportes de larga y mediana distancia, la suspensión de actividades que impliquen aglomeramiento de gente, tales como recitales, eventos deportivos, fiestas, etc. Además de esto, se sugiere en algunos países (en otros ya hay establecidas normas más rígidas) limitar la permanencia en calles y otros espacios públicos, permaneciendo lo máximo posible en nuestras viviendas. Con lo cual, básicamente muchas de las actividades agradables que podemos realizar están o directamente prohibidas, o se pueden hacer con muchas limitaciones. Permanecer días encerrado y alejado de muchas de las actividades que nos gusta llevar a cabo tiene consecuencias en nuestro estado de ánimo, pudiendo provocar ansiedad, aburrimiento excesivo y pensamientos de corte depresivo. Todo esto seguramente afecte la forma en que nos relacionemos con otras personas (las cuales seguramente se sientan como nosotros); teniendo como resultado que nos sintamos luego peor, y entrando en un espiral de “me siento irritable” – trato mal a otros/ otros me tratan mal – “me siento peor que al principio”; y así sucesivamente. Por esta razón a continuación expondremos una serie de consejos que pueden ayudar a sobrellevar períodos extensos de reclusión de manera menos desagradable, basados en los conocimientos provenientes de la ciencia de la conducta.

Seleccionar las fuentes de información

No es necesario bucear mucho por la tv, radio o redes sociales para encontrar información sobre el brote del virus, sobre medidas y sobre posibles fallecidos e infectados. No obstante, que haya abundante información disponible, no quiere decir que toda sea igualmente válida. He visto en estos días desde <<astrología de la salud>> (sí, no es chiste) hasta pseudoperiodistas poniendo en duda la existencia del virus o las “razones ocultas” en las medidas de contención. No todas las fuentes de información son verídicas y es importante saber distinguirlas. Ya que hablamos de una pandemia que afecta la salud pública, si no sabemos de donde informarnos, podemos quedarnos con aquellas fuentes oficiales (gubernamentales) o medios de difusión que consten de cierto renombre. Desde ahí vendrán los datos más actualizados, sea en número de casos, medidas preventivas u otro tipo de novedades.

Evitar el exceso de información

No hay nadie que no esté hablando del corona virus en estos días (ni siquiera este artículo). Medio que consumamos tiene información constante sobre el tema. Cualquier red social que utilicemos no demora en mostrarnos audios, memes y noticias (más o menos verídicas) sobre el tema. Esto hace que no podamos olvidarnos del virus ni por un segundo, incrementando en algunas personas sentimientos de ansiedad. Limitar la exposición al tema seguramente reduzca esta ansiedad. Al fin y al cabo, no por estar escuchando cada minuto sobre el corona virus vamos a estar mejor preparados. Para estar debidamente informados, podemos recurrir al consejo anterior y elegir aquellas fuentes de información apropiadas.

Afrontamiento de la situación

La forma en la que afrontamos las situaciones estresantes determina en gran parte como nos sentimos frente ellas, y a su vez que recursos utilizaremos para hacerles frente. No es lo mismo considerar la cuarentena como un período en el cual me aburriré en extremo y me sentiré deprimido; a considerarla una oportunidad de ayudar a las medidas preventivas impulsadas por el Estado, como una forma de cuidar a personas que están dentro de la población de riesgo o de cuidarme yo, si soy parte de esa población de riesgo. Claro está, en ocasiones en la vida no alcanza solo con “pensar positivo” y ciertos eventos son realmente malos como para tratar de buscarle la vuelta agradable. No quiero dar a entender que es inapropiado sentirse triste y/o preocupado, porque la situación realmente amerita precaución y preocupación. Sin embargo, en las instancias actuales estamos realmente intentando aplacar la propagación del virus, y el consenso científico es que de seguir las medidas impuestas por los diferentes gobiernos, es factible lograrlo. Estar sobreexpuesto a noticias sobre la pandemia (consejo N° 2) funciona en muchas personas como un estresor, con lo cual siguiendo dicho consejo, es posible que la interpretación sobre los eventos mejore.

Planificación del día

Es posible que luego de un período más o menos variable, empecemos a sentir apatía generalizada. Levantarnos a cualquier hora y permanecer todo el día en la cama mirando Netflix, por más que inicialmente pueda parecer el plan ideal, al cabo de poco tiempo no va a colaborar en que nos sintamos mejor. Planificar las actividades diarias, de la misma manera en que lo hacemos cuando no estamos en cuarentena, ayudará a mantenernos activos cumpliendo objetivos y mejorando nuestro estado de ánimo. Mantener un horario fijo para comenzar el día y las actividades planificadas, cumplirá también con el objetivo de mantenernos activos.

Intercalar actividades agradables y desagradables

Podemos sentirnos tentados a querer realizar aquellas actividades que en nuestro día a día no hacemos por falta de tiempo u otras razones, tales como terminar una tesis, concluir con el capítulo de un libro, limpiar la casa o separar la ropa blanca de la de color. Es esta cuarentena un momento propicio para hacer tales cosas, pero si lo que buscamos es el primer día terminar con todos nuestros pendientes, probablemente la cuestión no funcione, fracasemos y nos sintamos peor que al principio. Si en cambio vamos intercalando actividades que sabemos que debemos hacer pero no nos gustan tanto con otras que tal vez no sean prioridad pero nos agradan más, el resultado con seguridad sea mucho más favorable. Este consejo esta relacionado entonces con el anterior, la planificación de actividades es una gran amiga nuestra, en este caso y siempre en realidad.

Mantener nuestra vida social

La vida social es uno de los aspectos más afectados por una cuarentena. No podemos ver amigos, conocidos, familiares, ni realizar con ellos las actividades que habitualmente hacemos; tales como compartir mates u otras bebidas, salidas a bares, parques, cines, comidas, etc. Afortunadamente vivimos en la era de las redes sociales, y si bien en ocasiones pueden ser perjudiciales (consejos N° 1 y 2), en este caso pueden ayudar a disminuir los efectos del aislamiento, organizando encuentros virtuales con aquellas personas que deseamos ver.

Si nos gusta la actividad física, continuar realizando

He visto que algunas infografías recomiendan así sin más realizar actividad física, como si fuese una receta de cocina o una orden. La realidad es que a no todos les gusta y sugerir a alguien que no le gusta (y que probablemente no realizaba antes de la cuarentena) hacerla, le añade una actividad desagradable a una situación que ya de por sí no es la mejor. Para aquellos que nos gusta y teniendo en cuenta las particularidades de cada deporte, puede ayudar a sobrellevar la situación realizar algún programa de entrenamiento domiciliario, con los accesorios que posea a mano. Existen en la actualidad muchas aplicaciones para descargar en los teléfonos celulares y tablets, que permiten mantener rutinas de entrenamiento diversas.

Identifique actividades agradables que pueda realizar

En consonancia con el punto anterior, encontrar actividades placenteras hará que nuestro período de aislamiento sea mucho más llevadero. Pero una sugerencia, hacer mucho tiempo aquello que nos agrada tarde o temprano hará que nos cansemos de ello. Si en cambio tenemos en cuenta el consejo N° 5 y combinamos actividades más aburridas con otras más placenteras, la cosa irá mejor.

Si nada funciona, consultar con un psicólogo es buena opción

Si la situación está siendo por demás desagradable o insoportable, es aconsejable consultar con un psicólogo que pueda ayudarle. Existen diversas aplicaciones que permiten mantener consultas a distancia, con lo cual el aislamiento no debería ser en principio una dificultad. Espero que los consejos enumerados, que para nada son exhaustivos, sean de ayuda para transitar este momento de preocupación generalizada. Fuerza, y ¡hasta la próxima!

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  • David Aparicio
  • 23/03/2020
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Recomendaciones psicológicas para afrontar la pandemia

  • David Aparicio
  • 22/03/2020
La facultad de psicología de la Universidad de Buenos Aires acaba de publicar una valiosa guía, en formato PDF, con recomendaciones psicológicas para afrontar la pandemia. El recurso es uno de los mejores que he encontrado. Es breve, sencillo. Se enfoca en los sentimientos, pensamientos asociados con el coronavirus y agrega consejos para regular la ansiedad relacionada con esta nueva enfermedad. Puedes descargar la guía completa en formato PDF. Fuente: Facultad de Psicología UBA

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  • Guías y recursos

Guía para la práctica de la telepsicología (PDF)

  • David Aparicio
  • 22/03/2020

Debido al brote del nuevo coronavirus muchos psicólogos están adaptando su trabajo clínico al modelo de telepsicología o terapia online. Para muchos este cambio puede presentar un desafío y para facilitar su aplicación les compartimos la Guía Practica de la Telepsicología. Este valioso material se basa ecomendaciones de la APA y fue editada por el Consejo General de Psicología de España.

Entre sus puntos más importantes se incluye:

  • Información sobre el consentimiento informado
  • El entorno físico
  • Indicaciones técnicas
  • Características de los dispositivos
  • Conectividad
  • Privacidad
  • Información sobre el pago y facturación

Descarga el artículo completo en formato PDF.

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  • Psicología aplicada

¿Qué tienen en común Nelson Mandela y Jessica Slaughter con la Psicología de la Actividad Física?

  • Federico Lande
  • 21/03/2020
Buscar nuevas formas de comunicar la idea de que moderados niveles de actividad física redundan en salud mental y control del peso en tiempos donde tenemos límites de espacio físico presenta un desafío importante e interesante. Para el Instagram @7000pasos me puse a googlear y encontré dos ejemplos súper paradigmáticos y con algo en común (no sólo el color de la piel):

Mandela y Slaughter nos enseñan que sumar pasos diarios en ambientes super pequeños es posible

Nelson Mandela (1918 – 2013), fue un líder sudafricano y Premio Novel de la Paz en 1993, muy conocido por su idea de que el deporte podía generar cambios políticos profundos. Aunque su reconocimiento mundial vino por el lado del rugby, pocos saben que dentro de su rutina diaria durante los 27 años que estuvo privado de libertad, le gustaba trotar o caminar en el lugar. Y lo hacía dentro de su celda de… ¡9 metros cuadrados!. Según su biografía, algunas veces desde las 04.30 de la madrugada y durante una hora… si, durante 27 años y en su celda. Luego, en libertad y como mandatario, cada mañana siguió con su hábito en su residencia de gobierno tal como se puede ver en la película Invictus, del 2009. Como leí en la web Running: “bien vale la pena recordar a Mandela por estos pequeños gestos donde los amantes del running no tenemos más que admirar.” Mucho menos conocida que Mandela, es Jessica Slaughter. Ella es mujer de casi 90 años, que se hizo conocida dando una entrevista para la revista People donde cuenta que bajó 54 kilos caminando en su casa y modificando su dieta después de toda una vida con sobrepeso y problemas de salud. «Conozco el piso de maravilla” bromeó en la entrevista: «siempre está limpio y no hay nada en el suelo, así que me siento segura de que no me voy a caer con nada que haya por medio”. Cada mañana camina unos 3000 pasos diarios dentro de sus cuatro paredes. Casi como la canción de Charly Garcia, yendo y volviendo de la habitación al living. Luego, antes de la cena, unos 2000 pasos más sumado a las actividades en su casa. Dice Slaughter: «yo hago ejercicio antes de comer. No hace falta hacerlo rápido, sólo debes hacerlo. Quiero que todos los adultos y personas mayores sepan que no hay edad para ponerse en forma física. No tenemos que dejar de vivir, y se anima a recomendarnos: «todo el mundo cree que por ser vieja debes estar postrada en una silla sin moverte y como ven no es así. Si lo que te da miedo es ir por el parque por si se te rompe la cadera, esta es tu rutina,» concluye. Se puede ver la entrevista aquí. En conclusión no mucho más que agregar, sólo decir que gracias a conductas como estas, tanto Jessica Slaughter como Mandela, forjaron su carácter y su gran destino en pequeños ambientes.

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  • Psicología clínica

Hoy: El contexto de la depresión (clase online gratuita) por Fabián Maero

  • David Aparicio
  • 20/03/2020

Fabián Maero, especialista en activación conductual para la depresión y columnista en Psyciencia, tendrá hoy una clase online gratuita titulada El contexto de la depresión.

La clase iniciará a las 20:00 hs de Argentina y para acceder a ella solo debes seguir la página de Facebook de Fabián o de Grupo ACT Argentina.

Te esperamos.

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  • Psicología aplicada

¿Es buena la música para el rendimiento cognitivo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/03/2020
La necesidad de estimulación externa sería un factor clave para determinar si la música favorece o no al rendimiento cognitivo de una persona. Quienes tienen altos requerimientos de este tipo de estimulación tienden a aburrirse fácilmente y a buscar aportes externos. Esos individuos a menudo se desempeñan peor, paradójicamente, cuando escuchan música mientras realizan una tarea mental. Las personas con baja necesidad de estimulación externa, por otro lado, tienden a mejorar su rendimiento mental con la música. Estos son hallazgos que surgen de un estudio realizado por Manuel González de Baruch College y John Aiello de la Universidad de Rutgers (Gonzalez & Aiello, 2019). Pero otros factores también juegan un papel. González y Aiello evaluaron tanto la personalidad del oyente como la dificultad de la tarea y la complejidad de la música. El hecho de que los estudiantes experimenten un beneficio o un perjuicio por la música depende de la interacción de la personalidad del alumno, la tarea mental y la música. Primero, los participantes completaron la Escala de Propensión al Aburrimiento, que es una prueba de personalidad utilizada para determinar la necesidad de estimulación externa. Luego se dedicaron a una tarea cognitiva fácil (buscar la letra A en listas de palabras) y una tarea más desafiante (recordar pares de palabras). Para controlar los efectos de la práctica y la fatiga, la mitad de los sujetos completaron primero la tarea fácil, mientras que la otra mitad completó primero la tarea desafiante. Los participantes finalizaron ambas tareas en una de tres condiciones de sonido: (a) sin música, (b) música simple o (c) música compleja. Toda la música fue instrumental, y su complejidad fue manipulada variando el número de instrumentos involucrados en la pieza. La música simple incluía piano, cuerdas y sintetizador, mientras que la música compleja agregaba batería y bajo a la pieza simple. Los datos sugieren que la decisión de activar o desactivar la música mientras se estudia debe depender de la personalidad. Para aquellos con una gran necesidad de estimulación externa, escuchar música mientras se aprende no es aconsejable, especialmente si la tarea es difícil y/o la música es compleja. En la tarea simple (encontrar A), las puntuaciones de dichos sujetos para la condición musical fueron las mismas (para música simple) o significativamente peores (para música compleja) que las de la condición silenciosa. En la tarea compleja de aprender pares de palabras, su rendimiento era peor cada vez que se tocaba música, independientemente de si era simple o compleja. Sin embargo, para aquellos con una baja necesidad de estimulación externa, escuchar música es generalmente la opción óptima. En la tarea simple las puntuaciones de dichos participantes para la condición musical fueron las mismas (para música simple) o dramáticamente mejores (para música compleja) que las de la condición silenciosa. En la tarea compleja los participantes mostraron un beneficio pequeño pero confiable con música simple y compleja, en relación con el silencio. Los resultados sugieren que existen diferencias individuales sustanciales en el impacto de la música en la función cognitiva y, por lo tanto, las recomendaciones con respecto a su presencia en el aula, la sala de estudio o el ambiente de trabajo pueden necesitar ser personalizadas. Los estudiantes que se aburren fácilmente y que buscan estimulación deben tener cuidado al agregar música a la mezcla, especialmente la música compleja que puede captar la atención y consumir recursos cognitivos críticos que son necesarios para completar con éxito su tarea. Por otro lado, los estudiantes con una baja necesidad de estimulación externa pueden beneficiarse significativamente de la presencia de música, especialmente al completar tareas simples y comunes. Sin embargo, antes de que los estudiantes decidan ponerse sus auriculares, deben considerar cuidadosamente tanto su selección musical como la naturaleza de la tarea. Toda la música utilizada en el presente estudio fue instrumental, y la música con letra probablemente será más compleja. La complejidad parece aumentar la excitación, y la ley de Yerkes-Dodson sugiere que un nivel moderado de excitación produce un rendimiento óptimo. Cuando hay muy poca o demasiada excitación, el rendimiento disminuye. Por lo tanto, los beneficios de la música para aquellos con una baja necesidad de estimulación externa podrían disminuir o incluso desaparecer con la complejidad adicional de las letras. Del mismo modo, los aumentos en la complejidad de una tarea cognitiva también podrían reducir o eliminar el beneficio de la música. Aunque la tarea «compleja» utilizada en este estudio (aprender pares de palabras) fue solo moderadamente desafiante, el aumento de la complejidad, en relación con la tarea simple, fue suficiente para reducir el efecto positivo de la música. Con una tarea cognitiva altamente desafiante (por ejemplo, comprensión de texto o preparación de exámenes), incluso aquellos con una baja necesidad de estimulación externa pueden no mostrar tal efecto con la música. En conclusión, con la personalidad correcta (baja necesidad de estimulación), la música correcta (instrumental) y la tarea correcta (de dificultad baja a moderada), la presencia de música puede mejorar significativamente el funcionamiento cognitivo.  Referencia bibliográfica: Gonzalez, M. F., & Aiello, J. R. (2019). More than meets the ear: Investigating how music affects cognitive task performance. Journal of Experimental Psychology. Applied, 25(3), 431-444. https://doi.org/10.1037/xap0000202 Fuente: Scientific American

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  • Psicología aplicada

Estudio en Wuhan: predictores de síntomas de estrés postraumático durante el brote de COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/03/2020
Un reciente estudio realizado con residentes de Wuhan, la ciudad epicentro del brote de Coronavirus en China, revela que la prevalencia de los síntomas de estrés postraumático (SEPT) en este lugar fue del 7% un mes después del inicio de la pandemia (Liu et al., 2020). Allí, una cuarentena obligatoria entró en vigencia el 23 de enero de 2020. Los síntomas de estrés postraumático incluyen recuerdos intrusivos no deseados, sueños perturbadores, conducta irritable, hiperexcitación y dificultad para concentrarse. Los investigadores señalaron que «la falta de información clara y definida» sobre el virus, así como «la escasez de trabajadores y recursos médicos» dejó a los residentes en la región «sufriendo una ansiedad intensa debido a la incertidumbre y la inseguridad.» Entre el 30 de enero y el 8 de febrero de 2020, los investigadores encuestaron a 285 residentes de Wuhan y ciudades aledañas. Descubrieron que las mujeres, las poblaciones más susceptibles a la infección y aquellas con más problemas para dormir tenían más probabilidades de experimentar mayores síntomas de estrés postraumático. Dado que la situación en Wuhan todavía se está desarrollando, los investigadores dicen que «tienen razones para creer que la prevalencia de los síntomas de estrés postraumático entre el público de las áreas más afectadas será más grave que los resultados de este estudio.» Según fuentes periodísticas, en el día 19 de marzo de 2020 no se registraron nuevos casos de COVID-19 en Wuhan, por primera vez desde el inicio del brote (Página 12, 2020). Li Lanjuan, director del principal laboratorio chino para Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Infecciosas, dijo que “si no hay ningún nuevo caso de coronavirus en Wuhan durante 14 días seguidos, creemos que podremos entonces levantar la cuarentena de la ciudad gradualmente.» (马驰, s. f. ). También advirtió que se necesitarán todavía estrictas medidas de control y prevención para impedir un eventual rebrote. Referencia bibliográfica: Liu, N., Zhang, F., Wei, C., Jia, Y., Shang, Z., Sun, L., Wu, L., Sun, Z., Zhou, Y., Wang, Y., & Liu, W. (2020). Prevalence and predictors of PTSS during COVID-19 Outbreak in China Hardest-hit Areas: Gender differences matter. En Psychiatry Research (p. 112921). https://doi.org/10.1016/j.psychres.2020.112921 Página 12. (2020, marzo 20). En Wuhan, epicentro del coronavirus, no se registraron nuevos contagios | Por primera vez desde el comienzo de la pandemia. PAGINA12; Página12. https://www.pagina12.com.ar/254055-en-wuhan-epicentro-del-coronavirus-no-se-registraron-nuevos- 马驰. (s. f.). Lockdown of Wuhan may be gradually lifted – Chinadaily.com.cn. Recuperado 20 de marzo de 2020, de https://www.chinadaily.com.cn/a/202003/19/WS5e72c0aba3101282172803e7.html Fuente: Psypost

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Cómo hablar con alguien que crees que está mal informado sobre el coronavirus

  • The Conversation
  • 19/03/2020

La evidencia médica es clara: la amenaza a la salud global del coronavirus no es un engaño elaborado. Bill Gates no creó el coronavirus para vender más vacunas. Los aceites esenciales no son efectivos para protegerlo del coronavirus.

Pero esos hechos no han impedido que las afirmaciones contrarias se extiendan tanto dentro como fuera de línea.

No importa el tema, las personas a menudo escuchan información contradictoria y deben decidir en qué fuentes confiar. Internet y el entorno de noticias acelerado significan que la información viaja rápidamente, dejando poco tiempo para la verificación de hechos.

Como investigadora interesada en la comunicación científica y las controversias, estudio cómo se propaga la desinformación científica y cómo corregirla.

He estado muy ocupada últimamente. Ya sea que estemos hablando del coronavirus, el cambio climático, las vacunas o algo más, abunda la información errónea. Tal vez ha compartido algo en Facebook que resultó ser falso o retuiteó algo antes de verificar la fuente. Esto le puede pasar a cualquiera.

También es común encontrarse con personas que están mal informadas pero que aún no lo saben. Una cosa es verificar dos veces su propia información, pero ¿cuál es la mejor manera de hablar con alguien más acerca de lo que cree que es verdad, pero cuál no es verdad?

¿Vale la pena debatir?

Primero, considere el contexto de la situación. ¿Hay suficiente tiempo para entablar una conversación? ¿Parecen interesados y abiertos a la discusión? ¿Tienes una conexión personal con ellos donde valoran tu opinión?

Evaluar la situación puede ayudarlo a decidir si desea iniciar una conversación para corregir su información errónea. A veces interactuamos con personas de mente cerrada y que no están dispuestas a escuchar. Está bien no debatir con ellos.

En las interacciones interpersonales, la fortaleza de la relación puede ayudar a corregir la información errónea. Por ejemplo, puede ser más fácil corregir la información errónea en un miembro de la familia o pareja porque ya saben que usted los cuida y está interesado en su bienestar.

No seas condescendiente

Un enfoque es participar en una discusión de ida y vuelta sobre el tema. Esto a menudo se llama un enfoque de diálogo para la comunicación.

Eso significa que te importa la persona detrás de la opinión, incluso cuando no estás de acuerdo. Es importante no entablar conversaciones con una actitud condescendiente. Por ejemplo, cuando se habla con los escépticos del cambio climático, la actitud que el orador tiene hacia una audiencia afecta el éxito de la interacción y puede llevar a que las conversaciones terminen antes de que comiencen.

En lugar de tratar la conversación como una lectura correctiva, trate a la otra persona como un compañero igual en la discusión. Una forma de crear ese vínculo común es reconocer las dificultades compartidas de localizar información precisa. Decir que circula mucha información puede ayudar a alguien a sentirse cómodo cambiando su opinión y aceptando nueva información, en lugar de resistirse y apegarse a sus creencias anteriores para evitar admitir que estaban equivocados.

Parte de crear diálogo es hacer preguntas. Por ejemplo, si alguien dice que escuchó que el coronavirus fue todo un engaño, podría preguntar: «Eso no es algo que había escuchado antes, ¿cuál fue la fuente de eso?» Al estar interesado en su opinión y no rechazarla de inmediato, abre la puerta a la conversación sobre la información y puede involucrarlos en su evaluación.

Una oportunidad para intercambiar información

Otra estrategia es presentarle a la persona nuevas fuentes. En mi libro, hablo de una conversación que tuve con un escéptico del clima que no creía que los científicos hubieran alcanzado un consenso del 97% sobre la existencia del cambio climático. Desestimaron este número bien establecido al referirse a fuentes no científicas y publicaciones de blogs. En lugar de rechazar sus recursos, ofrecí intercambiar con ellos. Por cada una de sus fuentes que leí, leerían una de las mías.

Es probable que la información errónea recibida por las personas no provenga de una fuente creíble, por lo que puede proponer una alternativa. Por ejemplo, podría ofrecer enviarles un artículo de los Centros para el Control de Enfermedades con información médica y de salud, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático para obtener información ambiental o el sitio de desacreditación Snopes para comparar la información. Si alguien con quien estás hablando está abierto a aprender más, fomenta esa curiosidad continua.

A veces es difícil, inconveniente o incómodo involucrar a alguien que está mal informado. Pero creo firmemente que abrirnos para tener estas conversaciones puede ayudar a corregir la información errónea. Para garantizar que la sociedad pueda tomar las mejores decisiones sobre temas importantes, comparta información precisa y combata la difusión de información errónea.

Autor: Emma Frances Bloomfield – Profesora Asistente de Estudios de Comunicación en la Universidad de Nevada, Las Vegas

Artículo publicado en The Conversation y traducido para su re-publicación en Psyciencia.

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